La música pop era en un primer momento un ritmo nacido en los
Estados Unidos resultado de una mutación ¿acelerada? del gusto que se puede ubicar a mediados de los años cincuenta. En Gran Bretaña fue adoptada y perfeccionada en un imperio en decadencia y crisis terminal es uno de los puntos más interesantes para indagar. Otro espacio atravesado por: 1) la frustración de haber perdido en el transcurso de breves décadas la posición de primacía comercial y militar en manos de los Estados Unidos; 2) la memoria reciente de la Segunda Guerra Mundial en la generación de los padres, sobre todo pensando que a diferencia de lo que pasó en los States el territorio británico fue afectado por los bombardeos alemanes; 3) de la misma manera que había pasado con otras potencias comerciales y políticas en decadencia en los siglos anteriores, los británicos parecieran considerar que un premio consuelo es la primacía cultural. La reina condecoró a los Beatles en octubre de 1965 por haber contribuido a incrementar las exportaciones británicas; otros músicos pop recibieron semejante honor mucho más tardíamente: sin ser exhaustivos, Cliff Richard en 1980, Eric Clapton en 1995, Elton John (¿más ligado a sus tareas filantrópicas?) y Van Morrison en 1996, Mark Knopfler en 2000, Mick Jagger y los hermanos Gibb en 2002, Sting y David Gilmour en 2003, Ray Davies en 2004, Jimmy Page y Brian May en 2005, Bono, Rod Stewart y Joe Cocker en 2007, Robert Plant en 2009, Annie Lennox y Bryan Ferry en 2011, P.J. Harvey y Kate Bush en 2013, Damon Albarn en 2016, Roger Taylor y Nick Mason en 2019.