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TÉCNICOS
DEL
SEGURO
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Contenido
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CONTRATO DE SEGUROS. PARTES DEL CONTRATO.
ELEMENTOS DEL CONTRATO DE SEGUROS.
Cuando alguna de esas personas experimente una pérdida, mediante esos recursos
se le brindará una indemnización que le permitirá volver a situarse patrimonialmente en la
misma situación que tenía antes del siniestro.-
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A continuación comenzaremos con la explicación y análisis de cada uno de estos
elementos.
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ELEMENTOS ESPECÍFICOS DEL CONTRATO DE SEGUROS: LA
SUMA ASEGURADA. LA PRIMA. EL RIESGO. EL INTERÉS
ASEGURABLE.
Los elementos ESPECIFICOS son:
- La Suma Asegurada
- La Prima
- El Riesgo
- El Interés Asegurable
- El Objeto del Seguro
- El Consentimiento de las partes
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Podríamos definir al riesgo como el espacio que media entre la certeza y la
imposibilidad de que se produzca un daño o perjuicio económico.
El riesgo debe consistir en un hecho posible pero incierto - lícito respecto del
asegurado o beneficiario -, potencialmente dañoso y cuyas consecuencias pueden ser
estimativamente calculadas por anticipado. A partir de identificar un hecho como posible,
la incertidumbre consiste en desconocer si realmente se producirá o no, o bien cuándo
puede ocurrir si se trata de un hecho de ocurrencia necesaria, como la muerte.
01 - Según su asegurabilidad:
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meteorológicos especialmente graves, movimientos sísmicos, etc. Cuya propia
naturaleza anormal no cabe en la cobertura de una póliza de seguro ordinario.
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Métodos de tratamiento de los riesgos:
Ahora vamos a analizar cada una de estos ítems para poder entender el proceder
de una aseguradora cuando toma cada uno de los riesgos.
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antieconómicos que pueden derivarse de los riesgos de peor calidad sean contrarrestados
por otros que originen menor siniestralidad.
Para ser legalmente asegurable, el riesgo debe ser futuro, incierto y ajeno a la
voluntad deliberada del asegurado o beneficiario de la indemnización. La incertidumbre
puede consistir sólo en cuándo se puede producir la eventualidad, a pesar de existir
certidumbre de que se producirá alguna vez, como es el caso de la muerte, accidente o
enfermedad en los seguros de personas.
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Alea y azar
La palabra “alea” es una voz latina sinónimo de azar, de ahí que en seguro tengamos
que hablar de “caso fortuito o riesgo natural”, que es el suceso que no ha podido preverse o
que, previsto, no ha podido evitarse. Los casos fortuitos, lo mismo que los de “fuerza mayor”,
pueden ser producidos por la naturaleza o por el hecho del hombre. Para algunos autores no
existe diferencia teórica ni práctica entre el caso fortuito y la fuerza mayor, ya que esta última
también es consecuencia de un hecho imprevisible.
Las características esenciales del riesgo, para ser objeto del seguro, son los
siguientes:
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f) Contenido económico: La realización del riesgo ha de producir una
necesidad tasable en valores económicos, que se satisface con la indemnización
correspondiente.
RIESGO ASEGURABLE:
a) Muerte.
b) Incapacidad o Invalidez.
a) Fenómenos de la Naturaleza.
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Los bienes o personas, para ser asegurables deben permitir la estimación
anticipada de la frecuencia e intensidad de los daños probables, sobre la base de la
experiencia estadística pasada, que permite esperar su reproducción futura si no varían en
los hechos a suceder, las condiciones que han rodeado el comportamiento de los hechos
observados, Esta evaluación de la potencialidad riesgosa, constituye la determinación del
riesgo objetivo.
Desde el punto de vista técnico podemos afirmar que, en relación con el tipo y
magnitud del posible daño a cubrir, la asegurabilidad de un riesgo se mide en razón
inversa de su probabilidad y el costo de su cobertura en razón directa.
Dicho en otras palabras, esto significa que un riesgo es más asegurable cuanto
menor sea la probabilidad de sufrir determinado daño y que el costo de una cobertura es
directamente proporcional al grado de probabilidad y magnitud del daño al que está
expuesto el respectivo bien. Cuanto más probable y de mayor magnitud es el posible daño
a sufrir, más alta será la tasa de prima.
Debemos tener en cuenta que, según la naturaleza de los bienes cubiertos y los
tipos de riesgos que pueden afectarlos, las pólizas contienen la enumeración de los riesgos
y tipos de daños cubiertos, enunciando simultáneamente los riesgos excluidos de la
cobertura, así como los tipos de daños también excluidos, ya sean producidos por tales
riesgos o por cualquier otro.
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En la evaluación del riesgo, la prima a cobrar estará calculada sobre la base de la
experiencia estadística de comportamiento siniestral de cada tipo de bienes o personas
cubiertos, que depende de diversos factores, como por ejemplo:
La edad alcanzada
Las enfermedades padecidas
Las incapacidades preexistentes
La actividad laboral, etc.
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utilizar los recursos técnicos que el sistema asegurador dispone para neutralizar las
acumulaciones catastróficas, a través del reaseguro y estimar su costo, para calcular
acertadamente el valor de la prima a cobrar en la respectiva cobertura del riesgo.
El concepto de probabilidad, tiene dos límites precisos: uno está constituido por
hechos de ocurrencia necesaria, como la muerte, que se representa por el 1, y los de
ocurrencia imposible simbolizada por el 0.
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Las desviaciones cíclicas, se originan en causas físicas, técnicas o económicas. Las
de orden físico pueden provenir de fenómenos meteorológicos o telúricos; las técnicas de
fallas de materiales, de funcionamiento de equipos o maquinarias y de nuevos procesos
industriales. Las causas económicas surgen particularmente de la incidencia de las
variaciones de los ciclos económicos de prosperidad y crisis, donde irrumpe el problema
del riesgo moral o sea la conducta humana.
Estas primas integran las Tarifas aplicadas en cada ramo de seguro y reflejan en
general la experiencia del comportamiento de un determinado riesgo (incendio, robo,
accidente, etc.,), en cuanto a su frecuencia e intensidad, encuadrado dentro de ciertas
condiciones de forma, tiempo y lugar, así como respecto de las personas o bienes
afectados, tipo de daños provocados, protecciones de seguridad y medida de la prestación
a cargo del asegurador.
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Llegados a este punto, es necesario advertir también que el término prima (“lo
primero”) resulta de alcance un tanto equívoco, si no se le adiciona un calificativo que
defina y limite su comprensión.
En primer lugar tenemos la prima de riesgo (o pura) que constituye el valor actual
del posible daño futuro, calculado en forma científica o empírica, sobre la base de la
probabilidad de acaecimiento del evento dañoso previsto, que surge de la experiencia
estadística. Dicho en otras palabras, podríamos definirla como el equivalente económico
del riesgo trasferido al asegurador, medido en función de la frecuencia e intensidad de
los daños observados sobre bienes o personas de igual naturaleza y condiciones,
producidos durante un determinado período de tiempo.
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El coeficiente de intensidad resulta de dividir el importe total de los daños
(12.000) por el valor total de los bienes siniestrados (49 x 1000 = 49.000), lo cual arroja
una tasa de intensidad del 24,4 % la cual, multiplicada por la tasa de frecuencia (4,9 %),
arroja finalmente una prima pura del 1,19 %
Como dijimos anteriormente, esta prima de riesgo o pura es la tasa que mide la
frecuencia e intensidad con que se concreta el daño producido por un riesgo determinado,
en un período de tiempo dado (generalmente un año). Constituye un valor matemático
teóricamente uniforme, en la medida en que no depende de las modalidades operativas o
los costos de explotación o adquisición de la respectiva empresa de seguros.
Todo esto sin tener en cuenta el margen de utilidad que debería arrojar, por lo
menos teóricamente, la gestión operativa sustentada por las primas recaudadas.
Se llega así al importe total que llamamos prima comercial, por ser el ingreso real
del Asegurador en cada operación concertada.
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Estado. Llegamos así al denominado impropiamente Premio, el cual constituye el importe
total que debe abonar el Asegurado como costo de la operación de trasferencia del
riesgo.
Algunos de estos importes agregados a la prima de póliza son muy variables según
el país, sobre todo los constituidos por los impuestos sobre las primas, cuyo traslado al
Asegurado se haya pactado o establecido en forma legal. Además ciertos recargos
administrativos, derechos de póliza o derechos de emisión usuales en algunos mercados,
constituyen una carga que en realidad se agrega injustificadamente a la correspondiente a
los gastos que ya deben estar incluidos en la Prima de Tarifa.
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Prima de Póliza: Es el importe que resulta de multiplicar la tasa de Prima de
Tarifa, más las extra primas que correspondan por coberturas adicionales, menos
las rebajas técnicas aplicables, por la suma asegurada.
Prima Comercial: Es el importe de la Prima de Póliza, más el adicional
financiero que se cobre en caso de pago diferido del Premio y el eventual Derecho
de Emisión de la aseguradora. Es el “precio de venta” de la cobertura.
Premio: Es la Prima Comercial, más los Impuestos, Tasas y otras Contribuciones
que legalmente graven la operación. Constituye el costo real del seguro para el
asegurado. Por eso la cuenta que expone las deudas de los asegurados por el costo
del seguro se denomina “Deudores por Premios”
En julio del año 2008 entro en vigencia la Resolución Nº 32080 de la SSN por la cual se
impuso a las compañías aseguradoras la obligación de suprimir en la factura de la póliza, y
consignar solamente: Prima, Impuestos y Premio. Esto se hizo a los fines de simplificar la
lectura y entendimiento por parte del asegurado, de la factura de póliza y así saber qué es
lo que está pagando concretamente.
En síntesis:
Importante
Prima de póliza
+ Primas adicionales y extra-primas)
(+ Recargos técnicos)
Prima de póliza
+ Recargo administrativo y derecho de emisión
Prima comercial
+ Impuestos, tasas y contribuciones
PREMIO
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"TEORÍA DE LAS COTIZACIONES": CONCEPTO, FORMAS Y
MÉTODOS. AUMENTO Y DISMINUCIÓN DE SUMAS ASEGURADAS.
AUMENTOS Y DISMINUCIÓN DE TASAS. CANCELACIONES Y REEMPLAZOS.
Juan y José son hermanos gemelos. Ya están casados, con hijos, y regentan el
negocio familiar que puso en marcha su padre años atrás. Al salir del trabajo suelen
quedar con los amigos del pueblo para tomar una cerveza, y como muchas familias, los
domingos quedan todos en la casa del padre a la hora de comer. Comparten la pasión
del fútbol, e incluso suelen ir de vacaciones juntos en verano, más aún, tienen el mismo
coche porque se lo compraron a su amigo, y fueron a la misma autoescuela (la única que
hay en el pueblo)...
Juan se quedó a vivir en Río Ceballos, de donde es oriunda toda la familia, y José
tiene su casa en la Ciudad de Córdoba, a escasos 18 km.
Pero José sabe que cada año el seguro de su coche es más caro que el de Juan, y
no sabe muy bien porque, pero es más caro.
Juan y José (mismo sexo) son hermanos gemelos (misma fecha de nacimiento).
Ya están casados (misma condición civil), con hijos, y regentan el negocio familiar que
puso en marcha su padre años atrás (misma profesión). Al salir del trabajo suelen quedar
con los amigos del pueblo para tomar una cerveza, y como muchas familias, los
domingos quedan todos en la casa del padre a la hora de comer. Comparten la pasión
del fútbol, e incluso suelen ir de vacaciones juntos en verano (mismo uso del vehículo),
más aún, tienen el mismo coche porque se lo compraron a su amigo (mismo riesgo a
asegurar), y fueron a la misma autoescuela (la única que hay en el pueblo) (misma fecha
de carné de conducir)...
Juan se quedó a vivir en Río Ceballos (código postal 5111), de donde es oriunda
toda la familia, y José tiene su casa en Ciudad de Córdoba (código postal 5000), a escasos
18 km.
Para el mundo asegurador corriente, de cualquier país corriente, José tiene más
riesgo de tener siniestros que Juan, porque su código postal es diferente.
Sistemas de Tarificación
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Respetando el principio de equidad, del que luego hablaremos con detalle, en la
elaboración de las tarifas deberemos considerar los factores de riesgo más significativos,
es decir, los que más explican el comportamiento de la siniestralidad como variable
endógena del modelo. Hay que añadir que estos factores deben contemplarse en los
niveles adecuados para evitar una excesiva dispersión de la siniestralidad en las clases de
riesgo que finalmente figuren en la tarifa.
La rama de la Ciencia Actuarial que estudia la elección de los factores de riesgo que
han de incorporarse a una tarifa es la Estadística Actuarial. El criterio estadístico que se
emplea para realizar la selección, a grandes rasgos, es que la media de daños resultante en
cada clase sea distinta, y que la dispersión dentro de cada clase sea mínima.
Este hecho justifica el uso de los sistemas de tarificación a posteriori por parte de
las compañías de seguros para conseguir ajustar, en la medida de lo posible, las primas a la
experiencia de la siniestralidad de los asegurados.
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1. El proceso de Tarificación
El proceso, tal y como indican [de Wit 1986], [van Eeghen, Greup y Nijssen 1983],
sigue los siguientes pasos [Boj et al 2004]:
Para ello deberemos calcular la siniestralidad esperada asociada con cada clase de
tarifa, a la que se suele denominar la prima pura. Posteriormente esta prima pura se
incrementa con diferentes tipos de recargos para gastos.
Aunque no es labor del presente trabajo el calcular la prima, sino que se centrará
en la fase preliminar de selección de los factores de riesgo más influyentes de entre los
dados, y la posterior predicción de siniestros, sí conviene comentar en qué consiste
básicamente el cálculo de la prima pura, pues éste influye en el tipo de factores de riesgo
incluidos en la cartera.
Esta prima pura P es la componente fundamental del precio del seguro, ya que está
destinada a acumular la recaudación suficiente para hacer frente a los siniestros
esperados. Si la cartera fuera infinita, unos riesgos se compensarán con otros y los
ingresos obtenidos mediante la prima pura serían suficientes para asegurar la solvencia de
la empresa.
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gestión externa (destinado a cubrir los gastos de producción) y un recargo para beneficios,
obteniéndose así la prima de tarifa.
Las primas que resultan una vez considerados todos los recargos deben
cumplir los así llamados principios de equidad, solidaridad y suficiencia.
Según el principio de equidad, las primas pagadas por los asegurados deben
ajustarse al riesgo, lo que implica la adecuada selección de los factores de riesgo y la
precisión del proceso de cálculo de las tarifas.
El principio de solidaridad se refiere al pago de una prima idéntica por parte de los
asegurados pertenecientes a un grupo homogéneo.
Por último, el principio de suficiencia pretende que la cuantía total de los ingresos
por primas de la empresa aseguradora sea suficiente para hacer frente a los siniestros.
Como hemos dicho antes, los factores del riesgo son las posibles variables
independientes o explicativas correlacionadas con la siniestralidad y que permiten
explicarla y predecirla. Su conocimiento y cuantificación es un requisito absolutamente
esencial para que el proceso de tarificación anteriormente descrito resulte satisfactorio.
Los factores de riesgo podrán hacer referencia tanto a características del objeto
asegurado como a otros condicionamientos de éste: características del asegurado, del
tomador, condiciones socio-económicas que lo rodean, etc.
• Relativos al conductor: edad, sexo, antigüedad del carnet, estado civil, profesión,
número de hijos, posibilidad de conductores ocasionales, resultado de la experiencia en el
pasado, etc.
• Relativos a la circulación: zona de circulación, uso del vehículo, Km. anuales, etc.
Ya hemos establecido que el primer paso dentro del proceso de tarificación a priori
es el de selección de las variables de tarifa y sus clases, a partir de unos factores
potenciales de riesgo.
Las técnicas del análisis estadístico multivariante son las que permiten organizar
procesos de selección teniendo en cuenta simultáneamente el conjunto de factores.
Recordemos que el objetivo es obtener un conjunto equilibrado de variables de tarifa,
aquel que mejor explique la estructura del riesgo.
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Un criterio de clasificación de este tipo de técnicas es según las fases del proceso
de tarificación a priori que nos permiten cubrir [Boj 2003]. En este caso, dividimos las
técnicas en predictivas, que en principio cubrirán todo el proceso de tarificación, y no
predictivas, que abarcarán sólo alguna fase:
• Técnicas predictivas
• Técnicas no predictivas
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DETERMINACIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN. MEDIDAS DE LA
PRESTACIÓN. FRANQUICIAS Y DESCUBIERTOS. DIFERENCIAS
ENTRE DEDUCIBLES Y NO DEDUCIBLES. CONCEPTOS DE VALOR
TASADO, VALOR DE REPOSICIÓN. CLÁUSULAS DE AJUSTE Y DE
REPOSICIÓN A NUEVO.
Una vez recibida la información complementaria prevista en los párrafos segundo y
tercero del artículo 46, el asegurador debe pronunciarse acerca del derecho del
asegurado, dentro de los treinta días de recibida esa información. La omisión (silencio del
asegurador) importa aceptación.
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Hemos visto también que la prima, en la parte correspondiente a su contenido
técnico o “de riesgo”, representa el aporte individual de cada operación al Fondo de
Primas y es un valor relativo (porcentaje o por milaje) respecto del monto asegurado sobre
cada bien cubierto. Esta prima de riesgo tendrá un valor diferente según se trate de
seguros a prorrata o a primer riesgo.
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Cobertura a primer riesgo absoluto: Cuando la contratación del seguro se
realiza en esta modalidad, ya no interesa la relación que exista entre
suma asegurada y valor a riesgo, sino que, en caso de siniestro, el
Asegurador indemnizará el daño real sufrido y como máximo hasta el
límite de la suma asegurada que figura en la póliza; sin tener en cuenta
la proporción que exista entre esta suma y el valor asegurable.
Esto significa que una cosa o conjunto de cosas se puede asegurar a Primer Riesgo
Absoluto por una suma determinada que podría ser inferior a su valor real, sin que ello
determine, en caso de siniestro parcial, una reducción de la indemnización en proporción
al descubierto existente. Claro está que, en caso de una pérdida total, si el valor del bien
es mayor que la suma asegurada, quedará un descubierto a cargo del asegurado.
En la póliza se establece cual será la Suma Asegurada y la Relación que ésta tiene
con el Valor Real del riesgo asegurado.
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En caso de siniestro el liquidador, además de determinar el daño real sufrido,
efectuará un inventario para conocer el Valor Real a riesgo al momento del siniestro.
Si en esta comparación surge que el valor real es igual o menor al valor asegurable
declarado, procederá a liquidar el siniestro de acuerdo a lo indicado en Primer Riesgo
Absoluto (hasta la suma asegurada como tope máximo).
El asegurado contrata una póliza de robo para las mercaderías de su negocio que
es una concesionaria de venta de autos (la mercadería son autos nuevos, usados y/o
repuestos).
La siguiente pregunta del asesor es que le indique cuánto es el total que tiene en
stock actual, considerando toda la mercadería (autos nuevos, usados y/o repuestos),
informando el asegurado que de acuerdo a su inventario el total es de $ 8.000.000.- (esta
suma recibe el nombre de Valor Asegurable Declarado o Valor Declarado en Póliza).
A partir de estos dos datos, el asesor le indica que se confeccionará una póliza de
Robo de mercaderías a Primer Riesgos Relativo, con una Suma Asegurada de $
1.000.000.- en una Relación Aseguradora de 1/8 (es decir que asegura una parte de ocho
(8) veces más que es el total del stock)
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1 – El liquidador establece que el valor real del stock al momento del siniestro
es de $ 7.970.000.- por lo cual corresponde indemnizar a Primer Riesgo Absoluto (esto
es porque el valor Declarado es igual o mayor que el real)
2 – El liquidador establece que el valor real del stock al momento del siniestro
es de $ 10.000.000.- por lo cual corresponde indemnizar a Prorrata (esto es porque el
valor Declarado es menor que el real). El porcentaje a proporción equivale al
80 % (8.000.000/10.000.000 x 100)
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La legislación de algunos países y de la argentina por ejemplo, autoriza al
Asegurado a reclamar un pago a cuenta del Asegurador, cuando éste estimó los daños y
reconoció el derecho a la indemnización, siempre que el monto final no se hubiera
establecido definitivamente, en determinado plazo fijado en la ley o en la póliza.
Cabe recordar que el monto de la indemnización depende no sólo del valor del
daño en sí mismo, sino de la forma en que ha sido contratado el seguro en cuanto a la
medida de la prestación a cargo del Asegurador.
Franquicia y deducible:
Ambos términos tienen un significado similar, e indican que tanto franquicias como
deducibles (o descubiertos) son importes que en caso de siniestro, el asegurado tiene a su
cargo, quedando solo el excedente y como máximo hasta la suma asegurada, a cargo del
asegurador.
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En caso que la tarifa del ramo lo permita y el asegurador lo acepte, la franquicia
puede ser eliminada a través del pago de una extra prima (costo adicional). En algunas
ramas, la franquicia está indicada mediante cláusula específica que dependiendo de las
características del siniestro (generalmente se considera un determinado porcentaje),
puede establecer que asegurado quede exceptuado de tener que participar en el evento
cubierto (por Ej. En la Rama Granizo)
Por lo tanto se denomina “deducible”, toda vez que, cualquiera sea el monto del
daño a indemnizar, se deduce el importe de la franquicia, que queda a cargo del
Asegurado.
Los siguientes ejemplos brindan una muestra del funcionamiento de este tipo de
participación del asegurado:
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SUMA VALOR DEDUCIBLE SINIESTRO INDEMNIZACION
ASEGURADA ASEGURABLE
$ $ % $ $
10.000 10.000 10 5.000 4.000
10.000 10.000 10 1.500 500
8.000 10.000 (80)+10 5.000 3.200
En este tipo de seguro, el importe que se conviene como suma asegurada es el que
surge tras la intervención de un tasador.
La Ley de seguros aclara referente a esta valuación preventiva que ese importe
será el valor del bien, salvo que el asegurador acredite que supera notablemente al
verdadero al momento del siniestro.
Esta modalidad es muy común en los seguros de robo, en el rubro “joyas, alhajas,
pieles y objetos diversos” donde el asegurador requiere la tasación previa del bien por un
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especialista. Esta obligación tiene la doble función de determinar el valor y la de verificar la
preexistencia del objeto a asegurar.
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