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LES COURS DE GILLES DELEUZE

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Anti Oedipe et Mille Plateaux


> 21/01/1974

Traducteur : Ernesto Hernandez B.xxx


(epropal@col2.telecom.co)

Quisiera poder organizar aquí direcciones de búsqueda en función del punto en el que estamos.
Me parece que, teniendo en cuenta lo visto la última vez, hay como tres grandes direcciones.

La primera dirección es relativa a lo que hemos visto la última vez, habíamos visto una historia
que se puede llamar el plano de composición. Ese plano de composición, que hemos llegado
a llamar plano de consistencia, quizá para ponerlo en relación con la operación del deseo.
A partir de Spinoza, del que tenemos necesidad, se desarrollará una especie de plano de
composición, de consistencia, que se definirá por la unidad de los materiales, o de cierta
manera (y es la misma cosa), por la posición de univocidad. Es un pensamiento que no pasa
ni por las formas, ni por los órganos, no por los organismos, una especie de pensamiento
informal, y decir que el plano de consistencia se define por una unidad de los materiales nos
remite también a un sistema de variables, a saber: las variables consisten, una vez dicho
que eran los mismos materiales en todos los agenciamientos, las variables consisten en las
posiciones y las conexiones. La variación de las posiciones y conexiones de los materiales
que constituyen los agenciamientos llamados maquínicos, agenciamientos maquínicos de los
que el punto común era que todos realizaban el plano de consistencia según tal o cual grado
de potencia. Entonces tenemos un primer lazo muy marcado entre el plano de composición
o de consistencia y los agenciamientos maquínicos que realizan ese plano de maneras muy
diversas, según la posición y las conexiones de los materiales en cada agenciamiento. Y
en fin, según cada agenciamiento, se realizan las circulaciones y las transformaciones de
afectos, siendo un agenciamiento maquínico un lugar de paso, un lugar de transformación de
afectos intensivos, esos afectos intensivos corresponden a los grados de potencia de cada
agenciamiento maquínico.

Esto nos abre una dirección de búsqueda permitiéndonos plantear el asunto de la relación
entre las intensidades, los afectos intensivos y las formas. ¿Qué relaciones hay entre las
cantidades intensivas y las formas, formas específicas, formas categóricas y formas genéricas,
etc.? ¿Cómo es posible que un pensamiento intensivo no pase por sus formas?

Toda la escolástica está atravesada por un problema que es muy importante para ella
porque en el entrecruzamiento de la física y de la teología, es un problema del que se era
muy conciente durante toda la Edad Media, de la relación entre las intensidades y las formas.
Problema conocido en términos filosóficos de la edad media bajo los términos de latitud y
de remisión de las formas. La cuestión es saber si una forma es susceptible en sí misma de

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variaciones intensivas, es decir si ella disfrutaba de una dimensión de latitud. La latitud de las
formas eran las variaciones eventuales de una forma en intensidades. Por ejemplo ¿Se puede
ser más o menos racional? Vemos en que se transformara en nosotros ese viejo problema
y al menos podemos situarlo como viejo problema clásico: estando definido el hombre, por
ejemplo, como animal racional, siendo animal racional como forma compuesta de una
determinación genérica, llamada genérica: animal; y de una diferencia específica: racional. Ser
más o menos racional, ¿qué puede querer decir cuando una forma es susceptible de cierta
latitud? Si se puede ser más o menos racional, es que, en el límite habría un grado cero de ser
racional que, sin duda, no sería la manera como el animal no es racional. ¿Cómo han podido
plantear este problema de la relación de las intensidades con las formas? Y, una vez más,
eso atraviesa toda la física de la Edad Media, todos los intentos para hacer una ciencia de las
cantidades intensivas.

Se tenía una especie de mezcla que hay que tomar muy confusamente y que giraba alrededor
de una especie de pensamiento de los grados de potencia, de los agenciamientos en los cuales
esos grados de potencia entraban, de una crítica de las formas, del esfuerzo al límite, del
esfuerzo de Spinoza por pensar los grados de potencia independientemente de las formas, de
las funciones, de las especies y de los géneros, todo eso es un curioso pensamiento que giraba
alrededor del pensamiento de la inmanencia o de la univocidad del ser. Todo gira alrededor de
una especie de teoría de los agenciamientos maquínicos que intentamos proseguir.

Se nos habla de una latitud de las formas antes de haber visto lo que en la Edad Media se
entendía por latitud, sea se puede decir... Creo que en la Edad Media hay dos grandes posiciones.
Esta la posición que nos dice, entre otros, que una forma, ella misma, no puede ser más que
perfecta, es todo lo que tiene, entonces racional -por ejemplo-, no puede ser más o menos. El
más o el menos de intensidad, la latitud, v.g. los umbrales entre los cuales juega una forma no
puede venir de esta forma porque solo puede venir del sujeto en el cual esta forma se realiza
o del cual esta forma se predica. La latitud no es una propiedad de la forma misma, es una
propiedad del sujeto que la recibe. Pero otros dicen que es la forma en sí misma susceptible,
en ciertas condiciones, de una cierta latitud, es decir que juega entre ciertos umbrales. Lo que
hay de común entre las dos posiciones es al menos una subordinación de la latitud intensiva
a la forma. En la historia del huevo era una posición muy diferente. Allí las formas mismas
están como subordinadas a las variaciones intensivas que las determinan. En la historia del
huevo, el huevo es considerado como un medio intensivo y son los umbrales de intensidad
quienes determinan tal o cual forma, es como si la relación entre formas e intensidades se
invirtiera. Esto es muy importante para nosotros, después de todo, no es seguro que el huevo
pertenezca a nuestro pasado, es muy peligrosa una concepción en la que el huevo pertenece
a nuestro pasado, porque eso nos lleva por naturaleza sobre las vías de la regresión. ¿No es
posible, no solo desde el punto de vista de la embriología, sino desde el punto de vista de la
experiencia vivida, concebir el huevo como siendo siempre estrictamente contemporáneo de
nosotros mismos, es decir cada uno paseando su huevo consigo? Y lo que se llama el huevo
de alguien es su medio de experimentación. El huevo ya no es un refugio sobre el modo del
retorno a la madre, el huevo es, si ustedes quieren, la placenta estrictamente contemporánea
de nosotros mismos, es finalmente el medio de la estricta contemporaneidad. El huevo no es
la forma bajo la cual yo desciendo de una madre y accesoriamente de un padre, el huevo es
como el plasma contemporáneo con relación al cual padre o madre y niño son estrictamente
contemporáneos el uno al otro. El huevo es estrictamente el medio contemporáneo en el
cual no podemos establecer sucesión y con relación al cual no podemos establecer sucesión.

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El huevo es verdaderamente ese punto de vista, la materia intensiva contemporánea de
toda experimentación como tal. Siempre experimentamos en el huevo. Evidentemente una
concepción que hace siempre del huevo nuestro propio pasado...

Pregunta : Inaudible.

Deleuze: He aquí un texto de un embriologo contemporáneo: "Que las formas son contingentes
de un dinamismo cinemático -se trata del desarrollo del huevo-, que un orificio atraviese o no el
germen es de hecho accesorio, solo cuenta el proceso mismo de las migraciones celulares y
esas son variaciones puramente cronológicas y cuantitativas -es decir que un flujo energético
alcanza tal o cual umbral-, que dan, al lugar de la invaginación, el aspecto de un orificio, de
una fisura..." Aquí, las formas, comprendidas las formas orgánicas, son verdaderamente
secundarias respecto a los umbrales de intensidades.

Cyril: ¿De que fecha es el texto?

Gilles: Hacia 1930.

Cyril: Está tan lejos de nosotros que...

Gilles : ¿Por qué dices eso?

Cyril: Tu hablas en términos de intensidades mientras que él habla en términos de


fenomenólogo, de observador. Un bioquímico no lo haría, y donde estás obligado a volver a las
intensidades es en bioquímica cuántica, o por ejemplo, a nivel de la electrónica. La estructura
de las proteínas determina las formas.

Continua una larga polémica.

Gilles: Tengo la impresión de que ese no es el problema. La embriología se ocupa de la manera


en que el huevo se desarrolla y se diferencia. Cuando el embriologo pretende, hacia 1925-
1930, que la determinación de las formas con relación al desarrollo del huevo remite a las
reparticiones de intensidades, eso es una cosa, no pretende ser biología molecular. Decir que
la biología molecular va más allá o esta llamada a ir más allá de ese punto de vista, eso me
parece sin fundamento.

No digo que él llegue a contentarse con el huevo como unidad última. Digo que cualquiera que
sea el estado de la física o cualquiera que sea el estado de la biología, hay un problema que es el
del desarrollo del huevo tomado como -no importa que palabra empleemos-, molécula gigante,
o bien unidad molar. Cuando alguien se interesa por el desarrollo del huevo y la organización
de las intensidades, le dirás: hablanos más bien de física cuántica, es decir de los elementos
moleculares que están necesariamente mezclados en esto, eso toma otra dimensión.

Cyril: No es "necesariamente"; tu hablas como un finalista. Consideras el huevo como si fuera


el polo que atrae las intensidades.

La discusión continuá durante algún tiempo.

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Deleuze: Esta era, para mi, la primera dirección, segunda dirección.

Comptesse: Para ti, ¿la diferencia conflictual entre las fuerzas de atracción y de repulsión
determina la producción de intensidades sobre el huevo?

Deleuze: No. Yo diría más bien que las reparticiones de intensidades sobre el huevo están
ligadas a los agenciamientos maquínicos moleculares. La segunda dirección que hemos
abordado en las ocasiones precedentes es que los agenciamientos maquínicos no tienen
nada que ver con las formas, con las formas separables, formas específicas o formas
genéricas, sino que los agenciamientos maquínicos ponen siempre en cuestión unidades de
niveles y contenidos de hecho diferentes. En tanto que los agenciamientos maquínicos son, no
representaciones de algo, sino transformaciones de afectos, ponen en juego devenires de todo
tipo. Por una simple razón: el afecto mismo es un devenir, es un paso intensivo. Los devenires
puestos en juego en los agenciamientos maquínicos, son, entre otros, devenires animales,
devenires moleculares. Pero esos afectos que llenan una capacidad de ser afectado o que
circulan en un agenciamiento maquínico, marcan el tema del devenir animal. Por ejemplo el
devenir caballo del pequeño Hans, el tema del devenir molecular, y esos devenires de todo tipo
son como, con relación al agenciamiento maquínico, o implican verdaderos movimientos de
desterritorialización y de reterritorialización. Este conjunto: devenir animal, devenir molecular,
movimientos de desterritorialización; debe ser analizado a nivel de un agenciamiento
maquínico. Y a este respecto, se había dibujado como una especie de programa posible
para los devenires animales. Una vez más, teníamos el presentimiento de que los devenires
animales no eran suficientes, que tenían quizá muchos compromisos, compromisos entre
las formas y las intensidades, que más allá de los devenires animales, estaban todavía los
devenires moleculares. Tenemos los famosos devenires animales en África; entre ciertas
costumbres de guerra y los devenires animales hay lazos históricos muy profundos: el tema de
los guerreros fiera; hay relaciones entre los devenires animales y ciertas sociedades secretas,
por ejemplo las sociedades secretas africanas.

Y en fin, tercera dirección. Siempre, en los agenciamientos maquínicos, intervienen -


precisamente porque todo agenciamiento pone en relación unidades...

Sigue una discusión sobre la noción de programa.

... La operación psicoanalítica es una operación de intercambio que consiste en decir: voy
a reemplazar tus afectos por fantasmas. Cuando se habla del contrato psicoanalítico es
necesario ver que, por naturaleza, es doble: hay un contrato exterior que es el contrato visible:
tu me das dinero y yo te escucho, y el contrato invisible: tu me das tus afectos en provecho de
una escena de representación fantasmática.

Richard: Eso no tiene mucho de secreto, puesto que Freud ha consagrado un texto entero
para explicar que el intercambiaba las configuraciones vividas de las personas, las emociones
y los afectos contra el discurso y las configuraciones representativas.

Deleuze: Si, pero eso no impide que alcance un nuevo estadio con Mélanie Klein. Aquí el objeto
de intercambio pasa por el fantasma mientras que en Freud, no se decía del todo así.

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Pregunta: No veo realmente la distinción entre fantasma y representación a partir del
momento en que se considera que la máquina social consiste en inscribir los afectos en un
lenguaje conceptual genérico.

Deleuze: Todos estamos de acuerdo en decir que no hay diferencia, el fantasma es una
especie de matriz de la representación.

... La primera cosa que veo es que siempre hay algo que nos queda por hacer, a saber: la
génesis de los afectos, que es la manera en que los elementos moleculares se afectan
según las posiciones y las conexiones variables que engendran los afectos que recorren el
agenciamiento maquínico. Así es como se puede justificar la formula: solo hay lo afectivo como
máquinas, las máquinas son afectivas. No son representaciones de algo, son afectivas y son
programas de afectos. La segunda cosa es que los signos de afectos son como los índices de
representación a partir de los cuales se induce ????, ahí, yo estoy menos seguro porque si
se retoma ???? todavía una vez más la manera en que el pequeño Hans define el caballo, lo
importante para nosotros, no es el caballo en general, es UN caballo que él programaba en su
agenciamiento maquínico. Cuando dice que tiene anteojeras, negro alrededor de la boca, etc.,
si separas cada cosa -porque al menos es representación, la representación de una escena
de calle, el caballo que el pequeño Hans ha visto acarreando-, pero de otra manera y siguiendo
otra línea que es el programa afectivo del pequeño Hans, es ya otra cosa que representación,
a saber: son circulaciones de afectos. El pequeño Hans no ve un caballo que tiene anteojeras,
va a ser afectado por lo que vive como ceguera del caballo, enceguecimiento activo del caballo
por el hombre y eso ya no es del dominio de la representación puesto que, si los separas, dirás
que cada uno remite a una representación, pero si estableces la circulación con ese misterio:
¿cómo hace el pequeño Hans circular un afecto, cómo pasa de un afecto a otro? Por ejemplo,
me parece un problema esencial, en el agenciamiento del pequeño Hans: ¿El caballo muerde
porque se ha caído o tiene otra razón? ¿Cuál afecto se transforma en mordida?

Si transformamos eso en fantasmas, verán que la respuesta es la psicoanalítica, a saber:


el "hacer ruido con los pies" remite a la escena primitiva, a la fantasmatización de la escena
primitiva. Habíamos dicho, por nuestra cuenta, precedentemente, que no había nada escondido
en todo esto, que el agenciamiento maquínico era completamente sexual y que nada tenía que
ver con un fantasma.

Desde entonces, bastaba reintroducir el movimiento de los afectos al interior del


agenciamiento maquínico para que fuera la programación de ese agenciamiento donde
ya nada es exactamente índice representativo, si bien, a cada instante, si tu cortas, en tal
momento, tu lo reduces a los signos de representación.

Entonces, creo que habría que introducir un doble punto de vista porque es verdad que son
las relaciones moleculares las que dan cuenta, en última instancia, de la distribución de los
afectos en un agenciamiento maquínico, y, a otro nivel, el agenciamiento maquínico mismo,
hace desfilar líneas moleculares, devenires moleculares o al menos devenires animales.

En ese sentido planteo la pregunta: ¿el devenir animal no sería todavía un compromiso?
El devenir animal, por fascinante que sea y a quien sirva -retomo el ejemplo de la máquina
de guerra: en la máquina de guerra en general, hay un tema del devenir animal. Tomo una
vez más el ejemplo del guerrero fiera. Y después hay otra cosa, no solo el tema del devenir

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animal en la máquina de guerra, hay también una especie de devenir molecular, como una
especie de línea molecular. Lo es a nivel de una máquina consistente: la máquina de guerra.
Pero a nivel de la máquina científica y sus unidades posibles con la máquina de guerra, los
devenires moleculares van a representar una especie de devenir que, en intensidades o en
desterritorialización, va mucho más lejos que el devenir animal.

Podemos presentar las cosas de dos maneras:


O bien podemos decir que finalmente, lo que pasa a nivel de los agenciamientos maquínicos es
una especie de continuum intensivo. Hay un continuum intensivo o, en lugar de que haya formas
separadas las unas de las otras, hay una transformación, pasos de una forma a otra por
continuidad intensiva y eso no impide que haya que marcar los umbrales en esta continuación.
Por ejemplo, puedo muy bien presentar la relación del devenir animal y la relación del devenir
molecular bajo la forma de un continuum intensivo. Tomo un ejemplo clásico: el doble aspecto
en la ciencia ficción donde hay todo un cierto tema del devenir animal, y la manera en que el
devenir animal se encuentra relevado por algo que va todavía más lejos, a saber: el devenir
molecular. Se puede decir que hay una especie de continuum intensivo sobre el cual podemos
escalonar devenires animal y devenires moleculares, y hay un pasaje, hay una especie de
umbral... el franqueamiento de un gradiente... si reintroducimos de una manera o de otra la
noción de forma, nos vamos a encontrar con todas las historias de analogías, homologías,
estructuras, mientras que cuando se mantiene la noción de programa, no es peligroso para
mi... Hay un continuum intensivo de substancia donde un umbral es franqueado, por ejemplo,
vuelvo a mi ejemplo: en las historias de injertos o de huevos, es muy simple: algo que estaba
destinado a devenir apéndice caudal del tritón por ejemplo es desplazado. ¿Qué quiere decir
"desplazar sobre un huevo"? Quiere decir: injertar en una región de intensidad diferente; en
lugar de devenir un apéndice caudal, da otra cosa; justamente ha sido franqueado un umbral
por migración. La migración, es decir que, de lleno en el huevo, se inscribe un proceso de
desterritorialización puesto que una parte que normalmente estaba destinada a devenir
esto en tal umbral de intensidad, por migración, va a dar otra cosa, hay franqueamiento
de un umbral. Puedo, entonces, decir que las formas allí no tienen importancia, que lo que
determina las formas como producto secundario desde el punto de vista de la representación,
son unicamente las migraciones y las migraciones quieren decir: no tanto migraciones en
extensión en el espacio, quieren decir cambios de intensidades. Yo diría de una parte, que ese
continuum intensivo, se puede expresar de otra manera; hay tres maneras de expresarlo y
esas tres maneras son como tres coordenadas de un agenciamiento maquínico. Se puede
decir: ya no hay formas, hay un continuum intensivo de las substancias.

Fin de la primera parte.

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