Consultoría de procesos: es un modelo general para llevar a cabo las relaciones de ayuda.

Schein
lo define como “la creación de una relación que permite al cliente percibir, entender, realiza y los
pasos del proceso que ocurre en su ambiente interno y externo, a fin de corregir la situación
definida por el cliente”. Es un proceso que no ofrece ayuda especializada mediante soluciones, tal
como sucede en el modelo médico- paciente. Más bien pretende ayudar a los gerentes, a sus
subordinados y a los grupos a juzgar y perfeccionar los procesos humanos: comunicación,
relaciones interpersonales, toma de decisiones y ejecución de tareas. En opinión de Schein un
buen consultor y gerente debería ser al mismo tiempo un buen ayudante: colaborar con los otros
para hacer las cosas y alcanzar las metas. Por tanto, la consultoría de procesos es a la vez una
filosofía y un conjunto de técnicas cuyo fin es poner en práctica esta relación de ayuda. La filosofía
se garantiza que quienes reciben ayuda a sus problemas, aprenden habilidades y conocimientos
especializados para diagnosticarlos y resolverlos ellos mismos. La consultoría de procesos es un
método que permite a individuos y grupos ayudarse a sí mismos.

En su filosofía de la ayuda en las relaciones Schein formula 10 principios que dirigen las acciones
del consultor.

Trata siempre de ser servicial: debe tener presente siempre sus intenciones y en cada interacción
debe procurar serlo.

Mantenerse en contacto con la realidad: coda interacción ha de adoptar información diagnóstica

sobre la situación actual. Incluye datos referentes a las opiniones del cliente, a sus creencias y
emociones; sobre el funcionamiento actual del sistema; sobre sus reacciones, sus ideas y
sentimientos.

Reconocer la propia ignorancia: una fuente importante de información respecto a la realidad del
momento es determinar lo que uno conocer, lo que supone y lo que desconoce. El consultor debe
actuar como instrumento del cambio.

Todo lo que uno hace es una intervención: cualquier interacción en una relación de consultoría
genera información, así como consecuencias. Una simple entrevista preliminar a los miembros de
un grupo puede revelarles la existencia de un problema y ayudarles a verlo desde otra perspectiva.

El cliente es consultor del problema y de la solución: es un principio básico del DO. El consultor
ayuda al cliente a que resuelva sus propios problemas y aprenda a verlos bajo una luz diferente.

Seguir la corriente: cuando un consultor reconoce su ignorancia, a menudo se percata de que

desconoce muchas cosas del sistema del cliente y de su cultura. Por eso es necesario que procure
comprender los motivos y las percepciones del cliente.

El tiempo es crucial: las observaciones y comentarios, las preguntas y otras intervenciones en

algunas circunstancias dan resultados y en otras no. los consultores en procesos han de estar
atentos para aprovechar las ocasiones en que el cliente está dispuesto a recibir sugerencias.

Ser constructivo oportunista con intervenciones opuestas: aunque el consultor ha de seguir la

corriente, también ha de estar dispuesto a correr riesgos. De cuando en cuando, y con mucha
discreción, deberá aprender aprovechar “los momentos de gran lucidez”. Una observación o una
retroalimentación bien diseñadas permiten al grupo o al individuo penetrar en lo más profundo de
su conducta

Todo es información; siempre se cometerán errores y son excelentes lecciones de aprendizaje:

los consultores nunca conocen plenamente la realidad de su cliente y por eso cometerán errores.
Las consecuencias –reacciones sorpresivas- son datos importantes que se utilizarán en el
desarrollo ininterrumpido de la relación.

Si tiene una duda comparta el problema: la intervención prestablecida en una relación de ayuda
consiste en ser abierto y preguntar qué se hace a continuación.

Proceso grupal

La consultoría de procesos principalmente de los procesos interpersonales y grupales que

describen cómo los empleados interactúan entre sí. Son procesos sociales que afecta directa e
indirectamente