Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
•d , . es .:-.nn ,,loo
que 1as reunion ~ ª e
t r .,,,... .. .,,,,,.,. ~ .
~ .. ~~----- /:. :-·· · ·
.. , ..
. . ~ ,.a ::iaw
;_c.;.c.J .J:e . En pocac.~ palabras > ex iste una cúe renoa entre las -=-~::.s:.~-~
c e l0~ :_.'}CiYich:os y las cecisio:ies de los grupos. \ieamos aro:::2 en ;;:e
1
L"1 un lib ro por demás céleb re: lrving J2.:-¿s 1: 9/ 2 ) esru.dia l::. :na~
cómo los comités de gobierno de Estados 1-::'.ic~~ ':-.a:: tomado sus cec~:c::eS.
Y ello en situaciones dramáricas : durante ios ~~:~:os ¿e la Segunda Gtt:Ta
~fundial ante un ataque japonés > dura nte ~2 g,.:err~ de C.Orea, duranre 12
preparación de una m\·asión de Cuba y así sucesivamen te . 3-e:c: c ~ cs
brevemente las decisiones tomadas por el gobierno de Estados Unidos en
cada una de estas históricas circunstancias. E n seguida resumiremos con
Janis las raz.ones principales por las que estas decisiones coiecci,2S termi-
naron en fr acasos.
Durante las primeras horas del 7 de diciembre de 19 41 , gran parte de
!a flota norteamericana con base en Pe.arl Harbour > en el Pacífico, fue des-
truida por un ataque aéreo japonés. Las autoridades militares noneame:ri·
canas habían calculado que, por razones técnicas y estratégicas , la flota de
Pearl Harbo~r estaba fuera del alcance de semejante ataque. Una de las
razones
\ •
aducidas para
•
justificar este convencimiento era que ) lleoado
1:,
el caso:
.os aviones enemigos serían detectados con suficiente antelación como paI'2
~ue se les impidiera llegar a su objetivo. Las investigaciones históricas Y~
han demost rado que los servicios especializados habían detectado efecri,~
meme ' en la .zona
· . en. cuest·1o' n , sub mannos
· ·
enermgos ·
y aviones no 1·den
· ...u.u
;¿;_
~ dos. Estas indicaciones, recibidas a tiempo para desencadenar el estado
de alerta máxima , h ªb'lan si·¿o s1mp· lemente menospreciadas por el r~ ~111do
7. Las decisiones en grupo 1 263
c. El pensamiento grupal
b. El fenómeno de polarización
d. cusiones y cambios
oecisiones, ,s
C, pres~ntar ciertas condiciones que facilitan el tenó-
. tentemos
Ahora in . . , En una sene · de exper1enc1as
· · el'as1cas· (Lewm, · 1943 ~
o de Polariz-acion
d . nifiesto la influencia que e1erce
· la d'1scus1·6 n sob re 1as
{lle
n so e ma d bl f
965) Yª pu d n grupo. Esta influencia parece tener una o e un-
1 . ·' haci-a· 1a unt'f orm1'd a d dentro
¿eeis1ones toma as tee combatir la propens1on
ción: pO
r una par , d . d. ·¿
la otra hacer que ca a m 1v1 uo tome conc1enc1a e que
. . d
del gruP.,º Y' lporida es producto
' del grupo. De esta forma revivi · ·fi ca y pone
la so
luc1on ,e egn duda el carácter inamovi ble de los 1uic1os . . . y las opm1ones.. .
una
vez mas e
. la máscara de «cosa» estab1ec1.da , para volver1as a mtr . od ucu . en
Les -arranca de los intercambios . . les. D e manera que, tras s61 o h aber visto
socia .
1
el cana, · a solución es pos1.b\ e· ver vanas. . Espera'b amos _e ncontrar unan11n1-
una un1C ,
dad y nos hallamos con el desacuerdo y la diversidad. Todos conocemos muy
bien este sentimiento de temor que se -apodera de nosotros cuando tenemos
que hablar ante un gr~po. Per~ sobre to~o tememo~ estar en desacuerdo,
ser mal juzgados, «decir tontenas» y sufrir un desaire. Pero tras un mo-
mento, viendo que nadie pasa por eso, cogernos valor y comenzamos a
expresarnos . Por tanto, la discusión resulta importante. · Y debe haber un
\azo entre ella y la polarización colectiva de las decisiones . Myers ( 1982)
sugiere que la dirección de los argumentos y su novedad intervienen de
¡orma decisiva . En efecto, parece probable que, en las discusiones en grupo ,
a menudo encontremos nuevos argumentos en los que nadie habia pensado
con anterioridad. Por otra parte, los argumentos expuestos pueden ir en
contra de los puntos de vista defendidos inicialmente por los individuos.
s·m embargo, hay que suponer que estos nuevos argumentos determinan
~ dirección del fenómeno de polarización . En pocas palabras, los grupos
innovan.
da A este respecto present~mos dos experiencias que merecen ser recorda~
s. E~ una primera experiencia, M yers y Bach (197 4) invitan a los sujetos
ªmu\que unagi nen. que patt1c1pan
· · ·'de exper tos que deben for-
en una reunion
v ar un conse¡o destinado al presidente de Estados Untdos. Este consejo
ersa sobre d . . '
relad ccuaones en materia de política exterior . Concretamente esta
terc onada con evcntua les interve
. .
nciones de \ e¡.érctto
. nortcamcncano . en
1uieteros países S· b · ·
· · ' in cm argo, antes de parttctpar en estas <<reu mones»-, · lo-;
liara os exptes
d an Sus op ·m1ones · personales . Una vez hecno t
esto, se \ es se
en os' eªtegouas:
1\o! lul , los más pacifistas (\as palomas) y 1os rrn•S .t. bc1.ico. so:-.'
~éneo ~ne~). Luego se les combina una vez más formitndo grupos homer
1
11~ cu e palomas Y halcones . La discusión se desenvuelve entre grupos
. ateo O e" ¡ r el 4.."< •11
\t¡t1 p lnco personas q ue se ponen <le acue rdo para e1H '°ra
ara el n 'cl . . i lt'' tru~x)',
~n di \ ..-rc 31 ente de Estados Unidos. }{ealiznoa su t at NI • ' ,. !"
, ue to,; f , . , vo!i Rn 1r<'' '
Y orrnados 11na v,..,. mas, nsoc11md1 , en ,L,4' nur
,,
r,
'· '
-
276 1 Individuos y grupos
b. La jerarquí8
Por último tenemos que tomar en consideración otro factor que actúa
en la misma dirección y, en ocasiones, con notable fuerza: la jerarquía y el
liderazgo. Algunos investigadores ingleses (Wehman et. al., 1977) forman
grupos de forma parecida a la empleada por nosotros. Pero en cada uno
de ellos nombran un líder que es, en realidad, un cómplice. Y este líder tiene
por consigna adoptar un estilo diferente según los grupos. Para resumir
digamos que existen tres estilos' de liderazgo: autoritario, democrático y de-
jar hacer. El primero interfiere en mayor medida en el grupo que el segun-
do, y éste más que el tercero. De este modo, la influencia de la jerarquía
va en disminución. Finalmente, se constituye una cuarta categoría de grupos
en los que no se designa líder alguno. Según nuestra teoría, el conflicto y las
interacciones disminuyen a medida que aumenta la autoridad. Por consi-
guiente, los grupos provistos de un líder «dejar hacer» deberían cambiar en
mayor medida y tomar decisiones más extremas que aquellos provistos de
un líder «autoritario» o «democrático». Evidentemente se espera que los
grupos sin líder se polaricen, en todo caso, más que los grupos con líder.
En general, los resultados confirman nuestras hipótesis y las previsiones que
es posible hacer.
r
7. Las dec i si one s
en grupo 1 277
7
. ar roejor lo que acabamos de exponer sob
A
1
ÓJ1 de preCIS !vamos a tomar las conclusiones de la r~ e f~nómeno
,... . •ón vo d . s mvesu ·
n0Jgr1Zªd h mos servido a manera e eiernplos. Éstas nos h gaciones
Je r· qoe nos e roced.imiencos de decisión, si se organiza 1 an mo str ado
de 1essí se u tilizan PO si se hace mterverur . . l . e espacio ocu
a autondad, los indi 'd -
ue, n grupO di d . 1 h . el v1 uos cam
q d n0r u tirudes , ten en o me uso ac1a compromi •
ll o y- sus ac Sol so, 1a «me--
?. menos al bra hacia el statu quo. amente cuando se m .
bl~JJ .,na P a ' 1 . di . enosprea.a
. en vv «calienta» e espae10 y se smmuye la influe . d
J.ii1,roce~ J:,.-,íento, se
. s se ale1an . d 1 . d 1 .
e comprorruso, e a media y tiend h .
nc1a e la
el Pridad, los gruPo tr eroas · En estos ú1 timos
· casos, 1os grupos discut'en aaa
90 to [llás ex d . . 1eron de
¡ciones . . confrontaron sus puntos e vista y permitieron a tod
p0s , 111 rensa, . . O . os,
..rlla Olas 1 desviados, que expresaran su op1ru 6 n. tras mvestigaa·
f01 .,... d a os . . ., . . ones
. duyen o estas cond1c1ones tam 61en tienen una mfluencia bcnéfi
~n Olostrado. ~uded Doise y Mugny ( 1981) han estudiado el papel de C'cl
hjlj • l eatIVl a · ·. .. sem-
obre a cr onflicto «soc1ocogmt1vo» en otro contexto, el del desarr0-
s p0r este c ., . el
,,,.ñado d los niños. Su constatacion . es muy ara . También entr
r - . !ectuª1 e . d . .. e
llo wte .l _nieto entre varios puntos e vista cogrutlvos sobre un pr0-
Jos nw .- 0 s' e coIUJ
. do constituye un f actor causa1 de su progres1on ·' .
blema deternuna
E. conclusión