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JEHOVÁ ES MI PASTOR
Introducción
El salmo 23 refleja dos cuadros del tiempo de David, de la vida del campo. Uno del pastorado, el
pastor y sus ovejas; y el otro es de la hospitalidad, el caminante y el anfitrión. Los vv. 1-4 refleja
una imagen del pastor y sus ovejas, porque se menciona las palabras: pastor, pastos,
descansar, agua, guiar, vara y cayado. Los vv. 5-6 refleja una imagen del caminante y el
anfitrión, porque se mencionan las palabras relacionados a la hospitalidad: mesa, unges, aceite,
copa y casa.
En esta ocasión vamos a estudiar la primera parte, los vv. 1-4, el pastor y sus ovejas. El pastor
es Dios, y las ovejas es su pueblo (iglesia).
1. Su presencia (v. 1)
En este primer versículo Jehová ofrece su presencia a su pueblo (iglesia). Esta idea
es confirmada en el v. 4b “No temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo”.
2. Su provisión (v. 2)
El salmo dice: “En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de
reposo me pastoreará”. Otra versión dice: “En campos de verdes pastos me hace
descansar; me lleva a arroyos de aguas tranquilas” (RVC). Otra vez volvamos al
cuadro del pastorado. Aquí el pastor provee el alimento: pasto, descanso y agua. El
pastor que ama a sus ovejas lleva a los campos verdes, hace comer y luego hace
descansar sobre el pasto verde. También lleva a aguas tranquilas, no a corrientes
peligrosas, porque las ovejas pueden descuidarse y caer al arroyo y morir por el
peso de su lana mojada.
Dios es nuestro pastor, él tiene toda provisión para nuestra hambre y sed espiritual.
Jesús le dijo a la mujer samaritana: “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no
tendrá sed jamás” (Jn 4.14). Estas semanas estamos viviendo, días críticos, días de
miedo del coronavirus; pero en medio de esta crisis ¿A quién debemos acudir? A
nuestro Dios, él nos llevará a descansar/acostarse en pastor verdes.
El salmo dice: “Confortará mi alma”. Otras versiones dicen: “El restaura mi alma”
(LBLA), “Me infunde nuevas fuerzas” (RVC). Volvamos al cuadro del pastorado.
Algunas veces la oveja se desvía de la tropa y se encuentra en peligro de las fieras,
pero el pastor vuelve hacia atrás para buscarlo; cuando le encuentra le trae en sus
brazos. Entonces la oveja es restaurada al rebaño, si recibió alguna lesión es curado
por su pastor.
Esto mismo cuadro pasa con nosotros y nuestro pastor, Dios; cuando nos desviamos
por algún pecado, él nos restaura con su amor eterno (Jer 31:3; Ro 5:8).
El salmo dice: “Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”. La oveja
por sí sola no puede dirigirse por el camino correcto, si o si necesita de su pastor. El
pastor guiará a campos fértiles y a aguas tranquilas. ¿Qué significa la frase “por
amor de su nombre”? ¿Cuál es su nombre este salmo 23? Es Pastor. O sea, el
pastor cuida de las ovejas porque es un Pastor, porque es su vocación. Por eso dijo
Jesús: Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas (Jn 10:11).
5. Su protección (v. 4)
El salmo dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. El pastor en
tiempos de sequía u otras veces tenía que llevar a las ovejas a lugares más lejanos,
y donde las ovejas fácilmente podían desviarse o quedarse atrás. Una oveja
desviada podía encontrarse en una oscuridad profunda y al asecho de las fieras.
Pero el pastor regresa por la oveja perdida con sus instrumentos de protección; la
vara y el cayado. La vara era un palo recto, en la punta tenía un mudo para golpear
a las fieras del campo. El cayado era otro instrumento de protección, al igual que
vara era un palo con una curva en la punta; esta curva o gancho servía para cuidar a
las ovejas mientras estaban expuestos al peligro (al beber agua, para sacar de
embozados, etc.).
A nosotros Dios nos promete su protección en todo tiempo. No hay ninguna valle de
sombra que no esté Dios presente, “tu estarás conmigo”. La protección de Dios es
grande e inolvidable por nosotros. El escritor de hebreos dice: “Sean vuestras
costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te
desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor
es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (13:5-6). Jesús dijo
antes de ascender al cielo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo”. (Mt 28:20).