Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
clínica, mantiene un carácter enigmático e inconcluso, dado por la divergencia que existe
significado, además de las diversas formas en que el especialista aborda al sujeto delirante.
locura. Constituyendo las psicosis, el delirio es considerado junto con las alucinaciones y la
principio la psicosis es vivenciada como una realidad que resiste todo intento de captación
intelectual la cual se torna imposible de comprender, y que hace que el sujeto psicótico se
mantenga en aislamiento, que rechacé su entorno y sea rechazado por los otros. El delirante
mantiene un discurso ininteligible, que resulta enigmático para los demás sujetos, incluso
para algunos psiquiatras, que llegan a descartar su contenido como fuente de información
por considerarlo sin sentido, a lo que habría que considerar, que cuando el delirante habla
del siglo XXI. Ya que consideran que hay que recalibrar los avances en neurociencias,
técnicas de imagen, con el lenguaje clínico, lo que en estos momentos esta desfasado. Este
grupo mantiene una actitud crítica ante el discurso psiquiátrico imperante en nuestros días,
ahistórica. Considerando que el quehacer psiquiátrico esta sostenido por unas premisas
lenguaje con que describimos los síntomas y enfermedades mentales dependen de las
debe reflexionar en un primer momento sobre los conceptos que informan el saber
psiquiátrico, para después hacerlo acerca de la situación social e histórica en el que este
tiene lugar. Dejando la utilización de los criterios diagnósticos para una reflexión de
“delirare”, que significa “salirse del surco”, “no arar derecho”, que se forma a partir del
prefijo de (fuera) y lirare (arar), vecino de lira (surco). Por lo que esta metáfora agrícola da
entender que el delirante, es aquel sujeto que se aparta de la colectividad. Siendo esta la
raíz común para el castellano, el italiano y el portugués. Para algunos autores entre ellos
Para Castilla del Pino no se justifica que se confunda el término delirio y delirium,
diferentes ambos sentidos, en alemán se emplea Wahn para delirio y Delir para delirium, y
acuño el término delusión, pero no había tenido éxito en su uso, hasta hace poco que la
expresión delusión por delirio o idea delirante, por su mayor precisión nosológica. (5)
que considera a los delirios como el fenómeno fundamental de la locura. Afirmando que el
delirio es un fenómeno primario, y que el vivenciar dentro de el cual tiene lugar el delirio,
ideas delirantes como juicios patológicamente falseados. Diferencia entre las verdaderas
delirante, que son aquellas en las que aparecen en los sujetos sensaciones primarias,
nefasto. Las vivencias primarias del delirio serian, el saber inmediato que se impone de
estas significaciones que han experimentado una transformación radical. Entonces tenemos
que esta vivencia primaria del delirio para Jaspers, esta dada por: percepciones delirantes,
pensamiento del objeto, dándole una cierta realidad, sin que hayan sido materializados por
vivencias del sujeto delirante, en la mayoría de los casos, se procede a aferrarse a esas ideas
como verdades, manteniéndolas en contra de todas las otras experiencias y contra todos los
siguiente:
compresiblemente de otros procesos psíquicos, derivados de: las emociones, los instintos,
aviso o un mensaje de otro mundo. Este autor señala haciendo referencia a la percepción
delirante, lo siguiente:
Para Henry Ey, el delirio es el tema central de la psicopatología. Siendo para él, una
alteración de la realidad, que supone una perturbación de toda la dinámica de las relaciones
John Cutting crítica la concepción jasperiana que distingue los delirios primarios
reconsiderar la homogeneidad del delirio como síntoma, diferente en cada entidad clínica.
Así tenemos que la intuición psicopatológica de Jaspers de que los delirios primarios son
incomprensibles y que estos eran característicos de la esquizofrenia, mientras que las ideas
diagnósticos que sostenían que mientras más extraños y menos comprensibles fueran los
delirios, a partir del estado emocional o la personalidad previa del sujeto, era más probable
o depresivas. Esto era sustentado, por que para esa época, la esquizofrenia era la entidad
clínica más misteriosa de la psiquiatría, mientras que las psicosis afectivas, eran
realizadas, no se han podido establecer las etiologías precisas de estas entidades clínicas,
solo se han identificado que todas tienen un componente genético, aspectos psicosociales y
se considera que la esquizofrenia es menos misteriosa, mientras que las psicosis afectivas
son más misteriosas que antes. Por lo que por todo esto este autor plantea lo siguiente:
establecido por los manuales diagnostico, DSM y CIE, estableciendo que es una
contra, incluso ante toda prueba de realidad. El delirio posee una firmeza tal en el tema (o
en su contenido), que lo hace inconmovible a pesar de la falsedad del postulado delirante
fenómeno delirante; ya que el sujeto puede adoptar creencias, que condicionen su forma de
vida, como por ejemplo creencias religiosas que no se podrían catalogar como delirantes.
religioso, o el de persecución, entre otros. Este autor considera que el deliro no es una
Al estudiar estas definiciones, nos encontramos con que el acceso al fenómeno del
delirio sólo es posible relativamente, aunque se han logrado definir algunos aspectos del
este con la vida mental se difumina y dispersa; por una parte algunos psiquiatras estudiosos
del tema lo vinculan a las pasiones y a la afectividad, por otro lado lo relacionan con el
Breuler, considerando que el delirio es más una cuestión del creer que del saber. Para
Vamos a establecer los fundamentos que han hecho que prevalezca la concepción
del delirio como una creencia errónea, para ello tomaremos en consideración algunos
los trabajos de tres autores: Campbell, Luis Valenciano Gayá, y Fusswerk-Fursay. De estos
estudio de la creencia en la obra de Pierre Janet (14). Se toman estos autores por que ambos
concepción del delirio, remitiéndonos también nosotros a estas fuentes, para la mejor
comprensión de este enfoque. Para el filósofo José Ortega y Gasset: “las ideas se tienen, en
las creencias se está”. Siguiendo a este autor se explicará que son las creencias, las ideas y
como las ideas se articulan a través de los huecos de las creencias, que aparecen cuando
Valenciano se limita al estudio del delirio esquizofrénico, para él, el punto clave es
establecer una relación comprensible entre las creencias en que se ha instalado el delirante
y la pérdida de las bases creenciales. Tomando como base del proceso un fallo en la
estructura de las creencias, siendo este fallo el que lleva al delirante de cargar a los
elementos de la realidad con significaciones nuevas, que no son compartidas por los demás,
y que son de carácter amenazador. Por otra parte, el psiquiatra Fusswerk-Fursay, de origen
inteligencia. Demostró que las creencias religiosas y las delirantes se apoyan en idénticas
de revelación. Pero sin embargo son fenómenos distintos, ya que a diferencia de las
están dominadas por el aislamiento. Siendo el delirante un individuo que coloca mal su
por Fursay-Fusswerk que: “sin revisión del problema del creer no hay verdadera
vivencias afectivas intensas. Hay creencias absurdas, que no son delirios. Las
supersticiones se pueden confundir con los delirios, para diferenciarlas hay que tomar en
un significado válido para todo el genero humano o al menos para sectores amplios, y
por el ocultismo, el magnetismo, los fluidos, el espiritismo, la telepatía. También hay que
realiza un estado más perfecto de existencia, la experiencia religiosa surge como una
Una de las maneras más adecuadas de identificar las creencias es extraer inferencias
delirante. Las creencias se entretejen unas con otras formando un sistema de creencias. Lo
que se desconoce es que si antes de ser integradas, las creencias son sometidas a un control
Estados predelirantes
efímero y heteróclito aumenta su opacidad y la dificultad para la descripción, por lo que los
clínicos, a lo largo del tiempo, han recurrido al uso de metáforas para dar cuenta de ellos,
fin del mundo” (Wetzel, 1979); “aniquilación subjetiva” (Mauz, 1931); “trema”(Conrad,
importancia clínica, ya que, por una parte pueden ayudar a diferenciar subtipos de delirios y
por otra parte, podrían informarnos sobre aquellos nódulos cerebrales implicados en su
estudio del estado predelirante, una razón para esto puede ser, el hecho de que
observado el sujeto, una vez que el delirio ya está establecido. Además en los glosarios
diagnósticos actuales, no están descritos estos estados, por lo que quedan fuera de todo
patológico son a los delirios secundarios. Desde el siglo XIX el estado predelirante ha sido
componente primario del estado predelirante es una cognición intrínseca que contiene el
núcleo de una pregunta a la que el enfermo debe responder creando así el delirio; lo más
del afecto: este modelo considera que un afecto anormal podría interrumpir el proceso de
información y la cadena del pensamiento lógico o establecer el contexto o médium en el
cual la formación del delirio tiene lugar. Como trastorno de la conciencia: se parte de que
ofreciendo un campo fértil para el desarrollo del estado predelirante; el déficit en alguna de
captura, búsqueda y organización, acerca del mundo, el cuerpo o el yo. Como trastorno de
acto de habla o conducta, que puede ser interpretado por el clínico como un síntoma. Para
este modelo los síntomas son indicadores de un cambio estructural, definiendo el concepto
magma primordial es conceptualizado como delirio síntoma. La formación del delirio está
correspondiente del locus cerebral que promovió su formación, por lo que estos autores lo
denominan “actos de habla vacíos”, por lo que su contenido está ubicado en un universo de
temas del discurso delirante, confiriéndole un aparente pluritematismo. Según Castilla del
Pino:
La elección del tema del delirio es un proceso complejo para cada caso, que puede
estar influenciado por diversos factores, señalando Alonso Fernández que este proceso
puede estar influenciado por factores de las cuatro series que presentaremos a continuación:
- La situación personal y la biografía. Señalaba esquirol que el delirio era una caricatura
trágica del individuo. Por otra parte Castilla del Pino considera, que en la biografía del
delirante está la clave de por qué ha de adoptar una visión delirada de la realidad y porqué
sujeto influye sobre sus funciones mentales, se sabe que en las culturas primitivas
son frecuentes los delirios relacionados con los espíritus del bien y del mal, la
no toma en consideración estos aspectos, que son esenciales par entender el proceso
aceptar sin reserva la perspectiva canónica, es decir, la idea de que los delirios no son sino
creencias equivocadas y no pueden ser ninguna otra cosa. El segundo consiste en estudiar
la historia de la perspectiva canónica para ver si la visión actual se justifica según las
decisiones, las teorías y el contexto en que fueron construidas. Un tercer enfoque consiste
en formular una serie de preguntas a la espera de que se logre romper la tela de araña y
exponer el camino en el que las decisiones cognitivas fueron tomadas en el pasado, con
vistas a compararlas con las nuevas que se puedan tomar en el futuro. Siguiendo los
es posible mantener otros fenómenos falsos, equivocados o impropios tales como las
pueden ser conceptualizados como creencias. Abriendo la posibilidad a que una emoción
no seria una creencia equivocada las que las origine. La psicopatológica estudia esto
fenómenos, como entidades diferentes, a las emociones mixtas las llama emociones
denominarlas impulsos.
SEGUNDA PREGUNTA: ¿Debería uno aceptar como delirios solamente los delirios
delirios (los no verbalizados)?. Llevado esto al límite, según el modelo actual de creencias
podría admitir la posibilidad de considerar la existencia de delirios que nunca han sido
nos haría regresar a la idea de los delirios como actos mentales, que los delirios se
convierten en delirios una vez que un acto mental se pone en marcha, es decir, un
Epistemología
¿Como reconocemos que estamos ante un delirio? No resulta fácil decir cómo
sabemos que una expresión verbal es un delirio. Algunos sujetos tienen creencias
equivocadas que cumplirían los criterios establecidos en los manuales diagnostico, para
Ontología
Preguntar por la condición ontológica de los delirios es
preguntar si los clínicos tienen una opinión sobre la esencia de
los delirios. Esto puede significar: a) definiciones o conceptos
o b) el sine qua non de los delirios, es decir, en que consisten
realmente (la respuesta aquí puede incluir actos mentales,
pensamientos, actitudes propositivas, actos verbales,
descargas eléctricas o cambios químicos en el cerebro,
cambios en el flujo sanguíneo cerebral, genes o combinaciones
de tales factores. Resulta interesante que la necesidad de
responder a tales preguntas no está determinada por algún
método o plan determinado, sino por exigencias de la
metodología. Antes de la existencia de la neuroimagen, la
cuestión de aprehender, visualizar o localizar los delirios en el
lóbulo frontal o temporal no se planteada y los clínicos no se
preguntaban qué son los delirios. Pero ahora la pregunta es
ineludible, ya que la neuroimagen abarca también el
diagnóstico y el tratamiento. Por ejemplo, si hubiera que
decidir que los delirios con cierto contenido y ciertos rasgos
parecen correlacionar con una región de interés en ele lóbulo
frontal y algún otro fenómeno que hasta ahora ha sido también
considerado como un delirio no diera lugar a ninguna
neuroimagen, ¿habría que decidir que los primeros habrían de
convertirse en el sine qua non y por consiguiente, el segundo
dejaría de ser considerado delirio?
CUARTA PREGUNTA
QUINTA PREGUNTA
el yo.
Los enfoques que sostienen que el delirio mantiene un vínculo con la biografía, tienen
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
11. Leal C, Sanjuán J, Balanza V. Nosología de los trastornos delirantes. In: Vallejo J.,
Sánchez L. Coordinadores. Actualización en delirios. Madrid: Grupo Aula Médica,
2001:147-171.