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CAPITALISTA
-Primeras aproximaciones.
-Criminalización primaria.
-La cárcel.
-Leyes penales.
-Prisión preventiva.
-Garantías penales.
II. El castigo.
-Genocidio y castigo.
Si tal como menciona Pashuskanis el origen del derecho penal está unido a
la venganza de sangre, y si coincidimos en que históricamente han existido
clases antagónicas en pugna entonces en definitiva el derecho penal se
termina expresando también en la lucha entre grupos o clases antagónicas;
“…si se aborda el mismo fenómeno por el extremo opuesto no se podrá ver
allí nada más que la lucha por la existencia, es decir, una realidad
puramente biológica…”1. Esto en una primera etapa del derecho penal que
expresa en la supervivencia humana su razón de ser. Luego se daría paso a
un sistema de reparaciones pecuniarias, vinculando de esta manera el
sistema económico de un momento históricamente dado con la forma de
sanción: “… el delito puede ser considerado como una variedad particular
del cambio en la cual la relación de cambio, es decir, la relación
contractual, es fijada post factum…dicho de otra forma, después de la
acción arbitraria de una de las partes. La proporción entre delito y la
reparación se reduce igualmente a una proporción de cambio 2”. Esta es
una primera vinculación entre el derecho penal y un determinado orden
económico.
LasIntroducción.-
2
“Derecho y violación de derecho”, cap. VII, PAG.145.
3
“Derecho y violación de derecho”, cap. VII, PAG. 144.
burocratización y un pretendido perfeccionamiento civilizatorio del
sistema penal, la consolidación del Estado capitalista y con ello del
castigo, no hace más que ocultar este origen vindicativo del derecho
penal, ocultando sus aristas más vinculadas a una lucha física entre grupos.
No obstante, lo importante es vislumbrar que a un determinado orden social
y económico le corresponde un determinado procedimiento penal y una
forma de castigar.
4
Bauman en “Castigo y civilización”, John Pratt, pag 22.
se desarrolla bajo su vigencia termina siendo un mecanismo criminal contra
las masas, tal como lo ha demostrado la historia. La continuidad del
sistema capitalista implica asimismo una continuidad de esa forma de
castigo, como bien lo señala Anitua: la aparición del estado absolutista en
el siglo XIII no implica meramente un recurso de transición al modo de
producción capitalista, sino que Estado y capitalismo están unidos ya que
son dos aspectos de formas de ejercicio de poder, la cual el punitivo
cumple un rol esencial5.…”6
5
“Historias de los pensamientos criminológicos”, Gabriel Ignacio Anitua. Ed. del Puerto, 2005. Pág.
15.
6
Bauman en “Castigo y civilización”, John Pratt, pag 22.
7
“Historias de los pensamientos criminológicos”, Gabriel Ignacio Anitua. Ed del Puerto, 2005. Pag
15.
supuestos, la eliminación física de su grupo antagónico. Lo ocurrido
en nuestro país en la década del ’70 tiene su génesis en esta idea; el
castigo ejercido por la clase dominante y sus instituciones (las fuerzas
armadas como brazo ejecutor, un sector de la clase burguesa ideóloga
del golpepolítica cómplice o ausente, miembros eclesiásticos
cómplicesparticipes o que al menos omitieron actuar ante los
crímenes que se perpetraban, un poder judicial complaciente e
inútil y un régimen jurídico incapaz de impedir la masacre y en
algunos aspectos hasta funcional)8 no tuvo más que el objetivo de
eliminar físicamente a su grupo antagónico9: una clase obrera
combativa y organizadacon sus diferentes vertientes ideológicas,
sectores juveniles del mismo tenor e inclusive sectores que
simpatizaban activa o pasivamente con los idearios de lucha y cambio
social que se manifestaba con fuerza en aquellos años.social de la
época. Jurídicamente este accionar lo catalogamos como genocidio,
definición que no deja de ser una definición legal positivizada en
instrumentos jurídicos, pero materialmente esos hechos fueron la
eliminación biológica de un determinado grupo humano por parte de
otro, en razón de portar una determinada ideología y filiación
política.politica. Este grupo humano tiene su identidad como una clase
8
Voto del juez Pérez Villalobo en expte.: 172/09 causa “VIDELA”: Quienes ejercieron de
facto el poder del Estado, para concretar sus propósitos de disciplinamiento social y
llevar a cabo la transformación de la economía, debieron acallar las voces de la
protesta popular a través de la represión ejercida a lo largo y ancho del territorio
nacional. A estos fines, contaron con el aporte valioso de la jerarquía eclesiástica,
como así también de la anuencia de la prensa lograda merced a la apropiación del
papel como forma de seleccionar a quienes debían proveer de esa materia prima en la
medida de su adhesión al régimen. Con este marco, fue posible propiciar la apertura
de los mercados a la competencia extranjera en perjuicio de la industria nacional. De
igual modo, en desmedro de la producción se favoreció la especulación financiera.
9
“Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores,
después... a sus simpatizantes, enseguida... a aquellos que permanecen indiferentes, y
finalmente mataremos a los tímidos”, frase del General Ibérico Saint Jean. Gobernador
de la Provincia de Buenos Aires. Mayo de 1977.
social antagónica a la clase social capitalista y dominante y es por eso
que el objetivo deviene en es su eliminación física (como también la
destrucción simbólica de ciertos ideales, los lazos de solidaridad de
clase, etc.), ya que la existencia de la clase social oprimida, organizada
en perspectiva de poner en riesgo intereses capitalistas o directamente el
sistema en sí puede modificar radicalmente ese estado de cosas 10. Esto
es posible siempre en un marco en donde el cambio social
pueda resultar posible, en distintos grados, pero lo que
importa es que se halle en un horizonte no utópico.
CRIMINALIZACIÓN PRIMARIA
LEYES PENALES
“Las persecuciones de hoy traerán las bombas de mañana, que traerán
otras Persecuciones, y la sangre renueva el terror que hace verter más
sangre”.
Esta idea es la que nos permite poder empezar a delinear con trazos
gruesos los fundamentos para caracterizar al derecho penal vigente
comomenos el motivo por el que estamos ante un derecho penal
de represión clasista, esto también implica admitir que la construcción del
derecho penal obedece más aque implica mas una motivación
ideológica/política que responde a intereses de la clase social dominante
que entonces nada tiene que ver con su edificación teórica sobre
argumentos dogmaticos ycon aires científicos que procuran
justificarargumentar la pena mediante construcciones teóricas de esa
índole.
Esta norma es complementada por la ley 7029 del año 1910 por cuanto
prohíbe explícitamente la entrada de los extranjeros que hayan sufrido
condenas o estén condenados por delitos comunes y los “anarquistas y
demás personas que profesan o preconizan el ataque por cualquier
13
http://archivohistorico.educ.ar
medio de fuerza o violencia contra los funcionarios públicos o los
gobiernos en general o contra las instituciones de la sociedad…”. Esta
clase de prohibición es en realidad una condena a ciertas ideas políticas
que no eran del agrado de los gobiernos argentinos que detentaban el
poder por aquel entonces. Expresamente la ley también establece que
queda prohibida toda divulgación o propagación de las ideas
anarquistas. La consecuencia de la persecución estatal sobre los grupos
anarquistas y socialistas del siglo XX marca una clara expresión de que
la legislación obedece a impulsos ideológicos, y que es durante los
comienzos de ese siglo que la legislación tiene un enfoque claramente
orientado a la contención de las ideologías que llegaban desde Europa
y que planteaban un modelo social y económico que entraba en pugna
con los delineamientos que la clase dominante había hecho del Estado
argentino. Nuevamente el liberalismo penal con su concepto de acción
como límite al poder punitivo fracasa en imponer su programa ya que en
esta normativa lo que en definitiva se penaba era la mera portación de
ideas.
La clase dominante que ejercía el poder económico y político en aquel
entonces era la oligarquía agroexportadora que fundaba su poder en
las grandes propiedades de la tierra y cuya inmigración europea con
ideas de vanguardiaavanzadas cuestionaba esta dominación, ya que
conforme a la incipiente teoría capitalista de la división internacional
del trabajo y a las ventajas comparativas, a la Argentina solo le
quedaba la opción de ser el “granero del mundo”.
En esta etapa de persecución penal el Estado se había dotado de
instituciones públicas que pudieranpueden complementar los objetivos
de aquellas normas, por ejemplo en el seno de la policía de la Ciudad
de Buenos Aires se había creado en 1906 la Orden Social, perteneciente
a la sección de investigaciones para control exclusivo del anarquismo y
en 1910 nacía Orden Publico, una oficina con una notable cantidad de
datos e informaciones surgidas del espionaje en reuniones de
anarquistas y comunistas14.
PRISIÓN PREVENTIVA.
16
Plenario Diaz Bessone, año 2008, voto del Dr R. Pedro David.
juicio, o en cualquier momento de las diligencias procesales
y, en su caso, para la ejecución del fallo.
4. Toda persona que sea privada de libertad en virtud de
detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un
tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad posible sobre
la legalidad de su prisión y ordene su libertad si la prisión
fuera ilegal.
5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa,
tendrá el derecho efectivo a obtener reparación”.
Según dicha norma la regla debe ser la libertad de las
personas, mientras que la prisión preventiva debe ser de
aplicación excepcional, en las Reglas Mínimas de aplicación
de medidas no privativas de la libertad llamadas “reglas de
Tokio” también se configura a la prisión preventiva como de
aplicación excepcional, sin embargo no quedan dudas de que
solo podrá decretársela en procura de proteger la realización
del proceso penal. Establecida de esta manera la norma, y
acudiendo a la abstracción sin diferenciar las condiciones
sociales y económicas de los imputados (o para ser más
precisos: la abstracción que iguala las clases sociales solo en
el ámbito formal tiene en su germen la desigualdad de aplicar
la misma norma a personas de condiciones materiales de vida
desiguales y antagónicas en cuanto a que la supervivencia de
una clase social implica la explotación de la otra) propone un
modelo de proceso penal en la cual su realización está
jerárquicamente por encima de la libertad de las personas,
aun en una etapa procesal donde no hay una sentencia de
culpabilidad. Por supuesto que la normativa interna de los
Estados impone distintos requisitos para la aplicación de la
prisión preventiva, pero lo establecido en el mencionado Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, pacto con
jerarquía constitucional, termina configurando un
determinado modelo programático del proceso penal. Por lo
tanto es desde la propia legislación internacional donde la
realización del proceso se torna inevitable por cuanto el
ejercicio punitivo de los estados implica que debe llevarse a
cabo aun en detrimento de un derecho elemental como es la
libertad de los individuos.
No es de menor importancia el análisis que nos lleva a pensar
que ante la incapacidad del estado para empezar y finalizar
un procedimiento penal deba recurrir a la limitación de la
libertad de las personas para lograr su cometido. La pugna
entre el derecho a la libertad durante el proceso penal y la
obligación asumida para sí por el propio estado de perseguir
penalmente con eficacia a los sujetos, termina con zanjarse
con la restricción de la libertad para esos mismos.
En primer lugar toda declamación que otorgue derechos o garantías
constitucionales a los individuos termina siendo una ficción del derecho
por cuanto no se aplican o ejercen concretamente en la realidad de los
hechos. Pero un nivel más evidente de contradicción en las propias
normas se halla cuando su propia técnica legislativa se apoya sobre
conceptos falaces. Una de esas falacias es la ya mencionada abstracción
de clase que realiza. Detrás del velo de la igualdad ante el derecho
penal, se encuentra el ejercicio de poder que discrimina y aplica el
poder punitivo según su propio interés coyuntural, la composición
carcelaria y la criminalización de la protesta social 17 son ejemplos
concretos de esto. En esta primera descripción se empieza a vislumbrar
la contradicción interna de un derecho penal que se aplica en dos vías
diferentes, y se empieza a poner en evidencia las características del
castigo en este tipo de sociedades.
17
http://www.exdesaparecidos.org.ar/aedd/example2.php. LUCHAR ES UN DERECHO Informe
sobre la Criminalización de la Protesta y la Represión durante los gobiernos de los Kirchner.-
Esta concepcion deslegitima notoriamente la idea de un
derecho penal liberal que sanciona acciones típicas,
antijurídicas y culpables ya que los fundamentos de la
persecución penal no podemos entonces buscarlos
cerradamente dentro de la doctrina jurídica, sino que por el
contrario, hay que ir a ese orden social y económico superior
para entender la dinámica de la cuestión penal. Los mismos
fundamentos de un derecho penal que garantiza al individuo una
defensa justa ante el poder punitivo solo puedenpuede existir dentro
de un marco teórico formal, que se halla en las antípodas del “ser”, o
sea, de la realidad material de los hechos concretos.
Cierta construcción doctrinariaLos conflictos sociales más o
menos de magnitud son los que tienen virtualidad suficiente
para erosionar la legitimidad de la clase política y la
legislación como así también a las instituciones públicas en
general. Sin embargo los cuestionamientos al estado y a sus
instituciones pueden provenir de conflictos sociales directos
con el aparato estatal o sus representantes (un ejemplo de
esto son las medidas de acción directa) o bien cuando se usa
el delito y su persecución y sanción como excusa para
aumentar el poder punitivo del estado que termina siendo
ejercido con mucho rigor para solucionar esos conflictos
sociales que pueden ser el preludio de la lucha de clases.
La doctrina imperante en el tema carcelario está basado encomo
lo es la criminología crítica, en donde bien se ilustra que el nacimiento
de la cárcel moderna es también un producto del iluminismo burgués.
Así como se necesitó en el apogeo del mercantilismo de un modo de
contención para las masas campesinas que se arrojaban a la ciudad en
busca de encontrar sus medios de subsistencia, también con el
advenimiento del capitalismo la cárcel se fue perfeccionando en su
función de moldearequilibrar y disciplinar a la incipiente clase
trabajadora, clase que fue conflictiva para los intereses del nuevo
Estado de corte capitalista.
Esta función controladora de clase de la prisión como
institución se ve exacerbada como característica cuando
estamos en presencia de la prisión preventiva. No es menor
esta cuestión ya que uno de los pilares formales-jurídicos que
justifica la pena de privación de la libertad cruje y se vuelve
más endeble porque en la aplicación de le prisión preventiva
ya no se puede recurrir a la pena como fundamento de su
aplicación.
Uno de los elementos formales-jurídicos que le permiten al sistema
penal legitimar su poder punitivo y la institución carcelaria es cuando
estamos en presencia de un juicio (en el sentido amplio del término)
conforme a derecho y que concluye con una sentencia legal que haya
sido dictada según las normas de procedimiento. O sea que, una
sentencia judicial de culpabilidad que cumpla con los requisitos del
proceso penal, le permite al sistema legitimarse a sí mismo. El estricto
o inclusive el aparente cumplimiento de la ley (en este caso la ley penal,
y la Constitución Nacional) es un fuerte componente legitimador del
sistema político, esta idea proviene desde los inicios mismos de la
organización política que dividió a las funciones del estado en tres
poderes teóricamente independientes entre sí. Debido a la que en el
actual reforma del Código Procesal Penal de la Nación sistema penal el
juez ha perdido ciertas potestades que detentaba en el es el amo y señor
del proceso, el llamado “proceso penal inquisitivo reformado” que se
desplegaba sobre todoesto es notable cuando estamos en la etapa
de instrucción de un proceso penal, en la actualidad la proclamación de
un sistema penal acusatorio, con mayor potestades al fiscal, la oralidad de
diversas etapas del procedimiento, y otras reformas, en nada modifica
ciertas cuestiones que se erigen como pilares del sistema de castigos
capitalista, en este sentido en la búsqueda dedonde lo que se busca es
la verdad material de los hechos y, la sentencia del juicio que
determina el encarcelamiento como pena sigue dotando dede una
persona está dotada de toda la legitimidad que el sistema necesita
para evitar cuestionamientos que pongan en peligro su propia
existencia. Porque en definitiva la sentencia está provista de un aura
luminosa que se apoya en el razonamiento lógico de los jueces, de la
aplicación del derecho y de la pretendida objetividad de los mismos.
Como bien lo establece uno de los principios del derecho penal vigente:
“nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario”, lo que
establece esa culpabilidad no es más que una sentencia. Se podrá
rebatir esta idea diciendo que hay remedios procesales (los recursos)
que permiten impugnar una sentencia, que otro órgano superior revisa
la decisión de otro inferior, y que esta posibilidad es una garantía
constitucional que opera en procura de evitar sentencias arbitrarias.
Sin embargo, todas estas herramientas que otorga el sistema no
implican cuestionar al derecho penal en su conjunto o al poder
punitivo, sino que operan en un nivel superior de legitimación,
relegitimando, procurando que el propio sistema pueda corregirse a sí
mismo. La sentencia se erige como el último acto de legitimación, siendo
una verdad obvia la cantidad de fallos injustos axiológicamente hablando, y
otros ni siquiera ajustados a derecho.
El catalogo de delitosPero el problema radica en que la prisión
preventiva no es el resultado de una sentencia, como
consecuencia de esto tampoco puede ser una pena, entonces:
¿para qué sirve la aplicación de la prisión preventiva?
Si seguimos con este razonamiento, seria aun mucho más
lógico ver en el encarcelamiento sin sentencia de culpabilidad
(esto es materialmente la prisión preventiva) y entonces sin
haber llegado a la “verdad” material de los hechos, un
elemento de poder brutal de control social, ya que los
propios resortes que el sistema otorga como legitimante, o sea
las sentencias judiciales acorde a derecho dando por
finalizado un juicio, están ausentes en el encarcelamiento
preventivo. Es de esta manera como el sistema penal estatal
deja de tener mayores posibilidades de justificarse. Por lo
tanto si la pena privativa de la libertad resulta una
institución fuertemente cuestionada por su función de
control social, por la imposibilidad de cumplir con los fines
propuestos, por las condiciones inhumanas de las cárceles y
por ser una institución represora de clase que se ha creado
para mantener un determinado orden social y económico y a
pesar que el sistema intenta dotarla de legitimidad por ser el
castigo emanado de una sentencia legal y conforme a derecho
( en los casos donde no se llegue a esa sentencia con
ilegalidades), cuanto más observar esa función en el
encarcelamiento preventivo que no tiene la misma
legitimación formal por parte del propio sistema.
Los delitos imputados muestran la selectividad en la persecución
penal, como también los delitos que efectivamente reciben una
condena. Esta selectividad no es un proceso al azar, sino que es la
lógica consecuencia de un disciplinamiento que utiliza el poder
punitivo para cumplir con los objetivos de la clase dominante. Esta
arbitrariedad en la persecución penal es doctrinariamente sustentada
por los orígenes ideológicos que tuvo la criminología en Argentina. Es
claro que el positivismo criminológico de la mano de José Ingenieros
ha sido fundamental en la construcción de esa selectividad.
Por ejemplo en una publicación de la revista “Criminología Moderna”
en 1904 se revela que de 1.186 detenidos en el ámbito federal, había
422 presos sin condena18.
Es claro que la doctrina no le adjudica un carácter
sancionador o de castigo a la prisión preventiva, justamente
porque dogmáticamente estamos en presencia de un instituto
cautelar, sin embargo esta medida cautelar tiene
características puras y exclusivas de un castigo (pena), o sea,
una determinada cuota de dolor graduable según el hecho
cometido, que se aplica en el transcurso de un proceso penal.
Se confunde materialmente los objetivos de una condena de
prisión con la aplicación de la prisión preventiva, siendo esta
última en verdad similar en sus concepciones a la primera.
Ya que al ser una misma clase de pena, la privación de la
libertad, sus efectos de prisionizacion son similares
independientemente del estadio procesal en que nos
encontremos. El agravante en la temática que estamos
analizando es que en la prisión preventiva aun no hay una
sentencia de culpabilidad que permita al sistema legitimarla.
Pero más allá de esta confusión que el sistema se encarga de
reproducir, hay que mencionar que el aparato represivo del
estado que la aplica, legitimándose en el derecho penal, tiene
18
http://new.pensamientopenal.com.ar/sites/default/files/2012/07/ejecucion08.pdf.
una continuidad estructural con la última dictadura cívico-
militar. Dentro de esta estructura represiva en general, se
halla inmersa la prisión preventiva y sus fundamentos. El
plan sistemático de exterminio durante la dictadura cívico-militar,
implicó una organización de las fuerzas Armadas que trabajaran en
conjunto para esos fines. El esquema de un procedimiento penal,
aunque clandestino, estaba presenta en el operar de las fuerzas
Armadas, “…procedimientos clandestinos operaron como verdaderos
juicios ilegítimos, donde se procedía a la identificación de personas, se
las arrestaba, se las conducía a un lugar de detención, se las interrogaba
generalmente mediante la imposición de tormentos, se evaluaban sus
dichos, se confrontaban las declaraciones con las de otras personas en la
misma situación, y finalmente se producía una decisión (sentencia) que
podía consistir en la libertad de la persona, en su eliminación física o en
la derivación a un centro de detención previsto por el sistema
legalizado…”19. Es evidente entonces que el esquema de un
procedimiento penal en el sistema capitalista permanece conen sus
métodos en diferentes regímenes políticos y aun en la ilegalidad, y es
precisamente porque el fin del sistema penal no se modifica en estos
diferentes estadios políticos.
19
20
Michel Foucault, “Vigilar y castigar”, Ed. Siglo XXI editores, edición del año 2002, pág. 45 y 46.
LA CARCEL
GARANTIAS PENALES
EL CASTIGO.-
Genocidio y castigo.
GENOCIDIO Y CASTIGO.-
21
http://www.pts.org.ar/Cuando-surgieron-y-que-son-los-frentes-populares.-
utilizaba una serie de mecanismos brutales e inhumanos con un solo
objetivo, que era la destrucción de la identidad personal de cada uno de
los sujetos que pasaba por ahí y la expansión de esta destrucción de
identidad personal y estructura de dominación al resto del país. En el
fondo, estamos juzgando un delito mayorista con un código minorista.
Lamentablemente, el dispositivo no está en juicio en esta sala”.22
Estas palabras son en verdad una manera, incompleta por cierto pero
certera, de introducir el debate en cuestión referido a este punto. El
castigo tal como está configurado en la sociedad burguesa de nuestro
tiempo tiene una función social que le impidió y le impide juzgar
verdaderamente, hacer justicia mejor dicho, a los autores, participes y
cómplices del genocidio perpetrado en nuestro país durante la última
dictadura cívico militar.
22
Testimonio del sobreviviente Martin Gras el día 8 de agosto del año 2013 en el
marco del juicio sobre los delitos ocurridos en la ESMA.
George Rusche y Otto Kirchheimer bien explican una base
fundamental del análisis a efectuarse: “… cada sistema de producción
tiende al descubrimiento de métodos punitivos que corresponden a sus
relaciones productivas. Resulta por consiguiente, necesario investigar el
origen y el destino de los sistemas penales, el uso o la elusión de castigos
específicos y la intensidad de las prácticas penales en su determinación
por las fuerzas sociales, sobre todo en lo que respecta a la influencia
económica y fiscal”.23 También hay que mencionar que esta idea
implica en forma más o menos concreta que el diseño punitivo no es
producto de hechos al azar, sino que tiene una orientación consciente,
esto opera como un contra punto con lo planteado por Foucault en
cuanto explica que “…no existe un sujeto o un grupo que sea el
responsable de esa estrategia sino que, a partir de efectos diferentes a los
fines iniciales y de la utilización de esos efectos, se construye un
determinado número de estrategias”24, aunque luego el mismo autor
relativiza esta opinión admitiendo ciertas estrategias conscientes
poniendo como ejemplo la utilización de la prisión por parte de la
policía.
23
“Pena y estructura social”, Ed Temis, pág. 3.
24
“¿A qué llamamos castigar?, entrevista realizada en 1983, publicada por la
Revue de l’ Univesité de Bruxelles, 1984.
culpabilidad y en la responsabilidad individual. Estas dos atribuciones
de imputación por un hecho concreto lo que hace en realidad es
“encapsular” ese hecho, o sea descontextualizarlo de un marco de
realidad histórico-social que hace de estructura de una determinada
sociedad. La culpabilidad tiene su génesis en la idea cristiana de
pecado y perdón, contraponiéndose a otras formas históricas de
atribución como lo fue en la antigüedad la responsabilidad colectiva
entre los miembros de un mismo clan. La atribución de culpabilidad
individual no permite visualizar la conflictiva social que es en
definitiva el fundamento de toda conducta individual, ya que no es
posible concebir aisladamente los hechos de individuos que son
producto de una determinada sociedad en un momento histórico dado.
Esto es precisamente un punto nodal en los juicios de lesa humanidad:
la responsabilidad penal individual de algunos emblemáticos
represores que son sentados en el banquillo y eventualmente
condenados, aunque hay absoluciones también y esto agrava el
panorama, no permite salir del marco de los hechos que plantea la
sentencia. No solo la baja cantidad de condenados implica crear un
sentimiento de impunidad, sino que además el mismo procedimiento
penal basado en la culpabilidad y la atribución de factores de
imputación individual crea un escenario ficticio en donde la condena
penal da por terminado elun conflicto originario: la lucha deentre
clases antagónicas durante la última dictadura cívico-militar pero que
sigue existiendo en la actualidad con distintos actores y en otro contexto
político.. Un ejemplo de esto que se quiere decir radica en pensar por
ejemplo que luego de los juicios de NúrembergNuremberg el racismo,
el genocidio, los crímenes de masasmasa desaparecerían de la
comunidad internacional o que desaparecerían las causas por las que se
originan estos crimines, pues no, la historia ha demostrado que la
culpabilidad individual no puede modificar estructuras de poder que
han sido las herramientas para los delitos que se juzgan.
26
Los datos de la composición social de las victimas dan cuenta que hay un
componente clasista en la persecución y no que fue un ataque indiscriminado sin
ningún parámetro ideologico-politico. Según datos de la CONADEP (Comisión Nacional
sobre la desaparición de personas: Nunca Más): Obreros 30,2%, Estudiantes 21 %,
Empleados 17,9%, Docentes 5,7%, Autónomos y otros 5%, Profesionales 10,7%, Amas
de casa 3,8%, Periodistas 1,6%, Actores y artistas 1,3%, Religiosos 0,3% Personal
subalterno de las Fuerzas de Seguridad 2, 5%.
27
Ley 16.896 dictada en 1966 permitía a las fuerzas de seguridad para hacer
allanamientos y detener personas hasta por 10 días antes de ponerlas a disposición de
un juez, ley 20.642 del año 1974 endureciendo el CP para criminalizar y aumentar la
punición a distintos grupos políticos, ley 20840 del mismo año llamada “ley
antisubversiva”, también en noviembre de ese mismo año, se dictan: Decreto n° 1.368,
mediante el cual se implementa el estado de sitio en todo el territorio nacional por
tiempo indeterminado, Decretos n° 807, de abril de 1.975; n° 642, de febrero de 1.976
y n° 1078, de marzo de 1.976, reglamentaron el trámite de la opción para salir del país
durante el estado de sitio, en 1975 de dicta el decreto n°261 en el mes de febrero el
cual instigaba a las fuerzas armada a “aniquilar los elementos subversivos” (fallo
“SIMON”).
halla mencionada en números fallos, citamos lo que se dijo al respecto
en “VIDELA Jorge Rafael y otros, p.ss.aa Imposición de tormentos
agravados, Homicidio calificado, Imposición de tormentos seguidos de
muerte, Encubrimiento”, (Expte. N° 172/09)”: “…las leyes 23.492 y
23.521, en tanto impedían llevar adelante las investigaciones necesarias
para identificar a los autores y partícipes de graves delitos perpetrados
durante el gobierno de facto (1976-1983) y aplicarles las sanciones
penales correspondientes, resultaban claramente violatorias de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, y del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos…”.
Hay otros elementos para señalar en el mismo sentido de lo que se ha
dicho hasta acá, no obstante la idea de hacer apenas una aproximación
implica no agotar la discusión en este breve trabajo.
Estos métodos de terror eran parte de las acciones que junto a otras
iban a terminar configurando el genocidio en Argentina. O sea que
estas detenciones ilegales devenidas en secuestros eran la más cabal
demostración de un poder punitivo ejercido en forma oculta que alel
derecho penal formal muchas veces le es funcional, y esto es evidente
con la legislación que solo dota de legalidad a una inflación penal con
una racionalidad sustentada en el control social de clase.
28
“La cuestión criminal”. Eugenio Raúl Zaffaroni, suplemento especial diario Página/12.
Núremberg fueron creadas en ese sentido, dando un marco legal al
genocidio que terminaría cometiendo el Estado Nazi. Otro ejemplo de
aplicación del terror estatal en forma de procedimiento penal, y al amparo
de legislación represiva, lo constituye la represión estalinista con los
llamados “procesos de Moscú” como paradigma. Estos procesos
desarrollados en tres fases durante los años 1936, 1937 y 1938 fueron una
puesta en escena de toda una acumulación histórica del poder punitivo:
torturas a los imputados para lograr su confesión “espontánea”, instrucción
escrita y secreta de espaldas al pueblo soviético, nula posibilidad real de
defensa de los acusados debido a todo el peso del Estado policial
estalinista, y la nota más obvia era la persecución política de la disidencia a
Stalin, usando el poder punitivo como falacia de justicia. La casta
burocrática que se erigía dentro de las entrañas de ese Estado tuvo en el
poder punitivo una formidable herramienta de poder para reprimir y
disciplinar toda disidencia política. Al respecto como bien señala Andrea
Robles: “… para Trotsky, el punto de partida para entender los actos de
Stalin era la existencia de la nueva capa social privilegiada, ávida de
poder, que luchaba en defensa de sus posiciones, temía a las masas y
destilaba un odio mortal a toda oposición. La situación de esta burocracia
en una sociedad que se llamaba a sí misma socialista, no era sólo
contradictoria, sino falsa”29. “Mientras más brutal es la situación de
contraste entre la Revolución de Octubre, que pone al desnudo la
mentira social, y la situación actual, más la casta de advenedizos está
obligada a ocultar las plagas sociales, más debe crecer la mentira y el
embuste thermidorianos. No se trata, pues de la culpabilidad individual,
sino de la situación viciosa de todo un grupo social para el cual el
embuste se ha convertido en una función política vital (…) Es así como
Stalin, que antes fue un revolucionario, se ha convertido en el jefe de
29
http://www.ceipleontrotsky.org/La-era-de-los-procesos-de-Moscu-parte-1.
una casta thermidoriana”30dentro de las leyes vigentes que
habían sido ordenadas por el Fuhrer. Las llamadas leyes de
Nuremberg fueron creadas en ese sentido, dando un marco
legal al genocidio que terminaría cometiendo el estado nazi.
30
León Trotsky, Los crímenes de Stalin, p. 275.
económico, y dentro de esa finalidad macro las detenciones ilegales e
ilegitimas fueron el primer eslabón de esa mecánica estatal (junto a las
torturas, maltratos, esclavitud, violaciones, abusos sexuales, y distintas
clases de otras humillaciones y crímenes). Con esto se quiere decir que
la implementación del castigo y muerte de los individuos/ victimas
obedece a la lógica del uso del poder punitivo para el castigo de un
sector social que amenazaba intereses antagónicos a los que
detentaban la clase dominante. Si estas acciones represivas tampoco
son la consecuencia de actos que quebrantan el orden jurídico, más
allá de que los medios de comunicación fueron cómplices en divulgar la
idea de que se estaban combatiendo a “delincuentes subversivos”31,”,
entonces quiere decir que esa represión es una respuesta ideológica
política a un conflicto o lucha del mismo tenor.
32
Citada en la mencionada sentencia que condenó a Etchecolatz en el año 2006.
la oscuridad, y ejercido en forma clandestina, también tiene su
aplicación en la actualidad. Las penas ilegales, pero vigentes muestran
que detrás de la legalidad hay un mecanismo penal paralelo que opera
como un hilo conductor conceptual y concretamente material entre
aquella represión desde el terrorismo de Estado (en donde están
incluidas las detenciones de personas) y la ejercida en vigencia de la
democracia.
33
Sentencia del juicio contra Etchecolatz.
jurisdiccional sobre las mismas (elemento esté relacionado con su
ilegalidad), la discrecionalidad, las condiciones inhumanas de
detención, las torturas e interrogatorios que se les aplicaban a los
“detenidos”, la total ausencia de un índice de culpabilidad, esto es de
proporcionalidad entre la medida aplicada y el supuesto delito de que
se trate y la total falta de certidumbre sobre los plazos de esa
detención, como así también todo un sistema de inteligencia que operaba
en la clandestinidad, la infiltración de agentes militares en los círculos
militantes o activistas era de una notable importancia a efectos de elegir a
las víctimas de lo que serían luego los secuestros.. Todos estos son los
elementos que a grandes rasgos permiten caracterizar el modo en que
el Estadoestado aplicó el poder punitivo en ese momento.
Cierto es que las fuerzas armadas han tenido desde sus orígenes un
objetivo tanto social como político que se distanciaopaca bastante de
sus objetivos estrictamente militares, tal es como lo explica Rouquiè
“…en la Argentina la conscripción es el antídoto contra el
cosmopolitismo. A falta de la posesión de la tierra que retiene, el hijo de
inmigrantes se arraigará a través de la escuela y del ejercito, encargados
de inculcarle el apego patriótico a los valores nacionales. El servicio
militar por la remoción social y por la disciplina, neutraliza los virus de
disolución social que vinieron del viejo mundo…”34.
35
http://archivohistorico.educ.ar/sites/default/files/VI_03.pdf.-
persecución penal más brutal y evidente que puede ser a mayor escala
que la que se realiza en los marcos del ordenamiento jurídico.
36
http://www.gordillo.com/pdf_tomo6/02/anexo_diana.pdf.-
37
Alain Rouquie en “poder militar y sociedad política en la Argentina”, I hasta 1943, Editorial Emecè,
año 1984, paginas 223, 226.-
En este punto el concentrado poder económico que junto a la
maquinaria estatal fue llevando a cabo uno a uno los golpes de estado,
la CSJN ha sido fiel servil de los mismos otorgando un marco teórico a
la imposición de la fuerza represiva. Esta situación deja en evidencia
dos ideas, una es que no es verdad que las decisiones judiciales, o fallos,
se basen solamente en derecho, sino que por el contrario se falla
ideológicamente y luego tratantrata de fundamentarsefundarse, si esto
aun es posible, normativamenteen derecho aquellos fallos, y la otra es
que uno de los pilares del sistema político-económico que nos rige, esto
es el sistema capitalista y sus instituciones, necesita algo más que su
propia legalidad, ya que procura un orden jurídico al margen de esa
institucionalidad, porque en ese margen permanece oculto su
verdadero carácter.
La Pena
40
Requerimiento de elevación a Juicio, fiscal Taiano. Causa “ESMA unificada”.
más que un concepto normativo alejado de concepciones naturistas o
biológicas.
El castigo capitalista.-
41
Louis Althusser “ideología y aparatos ideologicos del estado”. Freud y Lacan, Nueva visión,
Buenos Aires, 1988. Pag 1. perio.unlp.edu.ar/teorias2/textos/m3/althusser.pdf.
la actualidad. Esta misma continuidad estructural está concretamente
expresada en la doble normatividad, similar a la descripta en vigencia
de la dictadura militar, y en especial en la aplicación de la pena
privativa de la libertad. Hay que insistir en la idea de que el poder
punitivo paralelo es ejercido como consecuencia de las normas del
poder punitivo formal. La descripción permitepermiten contextualizar
la crisis del sistema penal, juntos a sus características más ocultas y de
esa manera aproximarnos aun más a la idea central del presente
ensayo referida al castigo en esta sociedad capitalista.
Walter Bulacio:
Solo en referencia a los motivos que dan como inicio los hechos que
culminaría con la desaparición de Miguel Bru, hay algunos tópicos
breves para señalar;
42
http://www.ambru.org.ar/?page=miguelbru
-Detenciones en ese mismo marco ilegal, que por el principio penal
de “in dubio pro reo”, el artículo 18 de la CN y demás
garantías penales, podemos inferir que esas detenciones
también fueron ilegales.
“Lo importante del fallo es que está diciendo que se puede demostrar la
tortura sin necesidad de la pericia sobre el cuerpo. En el caso Bulacio –el
chico muerto tras ser detenido en una comisaría–, por ejemplo, estaba el
cuerpo pero en un estado tal que no se pudo utilizar como prueba”, dijo
por aquel entonces la abogada de CORREPI María del Carmen Verdù 43.
Al respecto también Gustavo Bobbio, profesor de Derecho Penal y
Procesal en la UBA, ha dicho que; “El fallo deja probado que la
autoridad es responsable de la persona que tiene bajo custodia; en este
caso, desde que ingresó detenida hasta que la sacaron del lugar y no se
supo más nada de ella. La pura lógica indica que es probable que esa
persona esté muerta y que es la autoridad la que debe responder por
ella”44.
43
http://www.pagina12.com.ar/1999/99-05/99-05-19/pag19.htm.-
44
http://www.pagina12.com.ar/1999/99-05/99-05-19/pag19.htm.-
El caso Bru no fue el primero, pero abrió varios caminos sin retorno.
Como nunca antes, el trágico y aún indescifrable final de Miguel dejó al
desnudo la perversa connivencia entre sectores de los ámbitos judicial,
policial y político. Reveló una metodología de acción policial fundada en
el abuso de poder y la impunidad heredadas de las viejas prácticas de la
dictadura. Convertida en la temible “Bonaerense”, la Policía de la
provincia de Buenos Aires, era capaz de abusos, corruptelas y delitos
cobijados por un contexto de impunidad que hallaba garantías en la
política y también en los tribunales. En 1999 el fallo judicial que
condenó a los autores sentó un precedente inusual: los policías fueron
declarados culpables sin que el cuerpo fuera hallado. Otra
consecuenciagran señal del caso Bru fue aportar significativamente a
la incorporación en las agendas mediáticas –gracias a un compromiso
ostensible de muchos periodistas- de este tipo de hechos y hacerlo desde
una nueva perspectiva: la de las víctimas de la violencia institucional. El
entramado social que rodeaba a Miguel tuvo una incidencia
determinante en ello. Se trataba de gente vinculada con la universidad y
con movidas artísticas de vanguardia contracultural. La reacción de
estos grupos, sumada a la actitud y persistencia inquebrantable de la
madre, Rosa Schonfeld, que, apuntalada por la militancia de los amigos
y compañeros de Miguel, se convirtió en referente insoslayable de la
lucha contra la violencia institucional y en una comunicadora
formidable que hasta aprendió a usar las herramientas que su hijo
hubiera usado en el periodismo para hacer conocer el crimen y develar
su trama. Repensar el sentido de aquel interrogante inicial, que ya lleva
20 años sin respuesta, marca un desafío ineludible para nuestra
democracia que no puede admitir, a 30 años de su restauración, la
perpetuación de la figura del desaparecido”. 45
45
http://blogs.lanacion.com.ar/cronicas-del-crimen/category/crimenes-historicos/.-
Julio López.
Luciano Arruga.
Silvia Suppo.
El castigo debe ser siempre entendido como castigo estatal, como violencia
real y simbólica (castigar el alma en términos de Foucault), abarcando tanto
la legalidad como la ilegalidad en su aplicación. Una postura del castigo
que solo abarque aquello en el marco de lo legal supondría un recorte
drástico del fenómeno dejando por tanto todo un entramado de acciones
(torturas, espionajes, persecución política, corrupción, homicidios,
complicidad policial con el delito, etc.) criminales del propio Estado. Es así
que mientras el castigo legal se justifica con la dogmática penal, el castigo
ilegal se legitima con ideología: doctrina de la seguridad nacional, guerra
contra la subversión, guerra contra el terrorismo, guerra contra la
delincuencia, ley y orden, control social, “mano dura”, etc.