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Juan D. Perón
LA
COMUNIDAD
ORGANIZADA
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Juan D. Perón La Comunidad Organizada
INDICE
LA VIGENCIA HISTORICA DE LA COMUNIDAD ORGANIZADA ......................................................................... 3
“El subsuelo de la Patria sublevado...” ................................................................................................. 3
La cultura nacional y popular ............................................................................................................... 6
El Congreso Nacional de Filosofía ......................................................................................................... 8
La conferencia de clausura ................................................................................................................. 10
La Comunidad Organizada ................................................................................................................. 11
La vigencia histórica de la Comunidad Organizada ............................................................................ 13
Las Sesiones del Primer Congreso Nacional de Filosofía Mendoza - Argentina - Marzo-Abril 1949 ..... 16
Conferencia del Excmo. Señor Presidente de la Nación General Juan Domingo Perón ......................... 35
LA COMUNIDAD ORGANIZADA .................................................................................................................... 37
I - El hombre y la sociedad se enfrentan con la más profunda crisis de valores que registra su evolución
.......................................................................................................................................................... 37
II - El hombre puede desafiar cualquier mudanza si se halla armado de una sólida verdad ................ 38
III - Si la crisis medieval condujo al Renacimiento, la de hoy, con el hombre más libre y la conciencia
más capaz, puede llevar a un renacer más esplendoroso ................................................................... 39
IV -La preocupación teológica ............................................................................................................ 41
V - La formación del espíritu americano y las bases de la evolución ideológica universal .................... 43
VI - El reconocimiento de las esencias de la persona humana como base de la dignificación y del
bienestar del hombre ......................................................................................................................... 44
VII - La realización perfecta de la vida ................................................................................................ 45
VIII - Los valores morales han de compensar las euforias de las luchas y las conquistas y oponer un
muro infranqueable al desorden ........................................................................................................ 46
IX - El amor entre los hombres habría conseguido mejores frutos en menos tiempo del que ha costado
a la humanidad la siembra del rencor ................................................................................................ 47
X - El grado ético alcanzado por un pueblo imprime rumbo al progreso, crea el orden y asegura el uso
feliz de la libertad .............................................................................................................................. 49
XI - El sentido último de la ética consiste en la corrección del egoísmo ............................................... 50
XII - La humanidad y el yo. Las inquietudes de la masa....................................................................... 51
XIII - Superación de la lucha de clases por la colaboración social y la dignificación humana ............... 53
XIV - Revisión de las jerarquías ........................................................................................................... 54
XV - Espíritu y materia: dos polos de la filosofía ................................................................................. 56
XVI - Cuerpo y alma: el «cosmos» del «hombre» ................................................................................ 56
XVII - ¿La felicidad que el hombre anhela pertenecerá al reino de lo material o lograrán las
aspiraciones anímicas del hombre el camino de perfección? .............................................................. 60
XVIII - El hombre como portador de valores máximos y célula del «bien general» .............................. 64
XIX - Hay que devolver al hombre la fe en su misión ........................................................................... 65
XX - La comunidad organizada, sentido de la norma .......................................................................... 67
XXI - La terrible anulación del hombre por el Estado y el problema del pensamiento democrático del
futuro ................................................................................................................................................ 75
XXII - Sentido de proporción. Anhelo de armonía. Necesidad de equilibrio.......................................... 79
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LA VIGENCIA HISTORICA DE LA
COMUNIDAD ORGANIZADA
Por Ernesto Ríos
A Nicolás Raúl,
celebrando las travesuras
que debe estar gastándole a los ángeles.
In Memoriam.
1Borradores de Raúl Scalabrini Ortiz, citado por Norberto Galasso, Vida de Scalabrini Ortiz,
Ediciones del Mar Dulce, Bs. As., 1970, p. 406
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4 Arturo Enrique Sampay, “La constitución como objeto de ciencia”, en Constitución y Pueblo,
Cuenca ediciones, Buenos Aires, 1973, p. 60-62; Las constituciones de la Argentina (1810-1972)
Recopilación, notas y estudio preliminar de Arturo Enrique Sampay, EUDEBA, Buenos Aires,
1975, p. 2; “Legitimidad de la Constitución ”, en La Constitución Democrática.. ., p. 61
5Lo “facúndico” como expresión del genio nativo fue desarrollado por el maestro cordobés Saúl
Taborda.
6 vide Alberto González Arzac, “Vida, pasión y muerte del artículo 40°”, en Todo es Historia, n°
31, noviembre de 1969
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10 “Fraguada para servir los intereses de un partido dentro del país, llenó la misión a que se la
destinaba; fue el antecedente y la justificación de la acción política de nuestras oligarquías
gobernantes, o sea el partido de la ‘civilización’. No se trataba de ser independientes, fuertes y
dignos; se trataba de ser civilizados. No se trataba de hacernos, en cualquier forma, dueños de
nuestro destino, sino de seguir dócilmente las huellas de Europa. No de imponernos, sino de
someternos. No de ser heroicos, sino de ser ricos. No de ser una gran nación, sino una colonia
próspera. No de crear una cultura propia, sino de copiar la ajena. No de poseer nuestras
industrias, nuestro comercio, nuestros navíos, sino de entregarlo todo al extranjero y fundar, en
cambio, muchas escuelas primarias donde se enseñara, precisamente, que había que recurrir a
ese expediente para suplir nuestra propia incapacidad. Y muchas Universidades, donde se
profesara como dogma que el capital es intangible y que el Estado (sobre todo el argentino) es
‘mal administrador’ (...) Se exaltó al prócer de levita frente al caudillo de lanza; al ‘civilizador’
frente al ‘bárbaro’. Y todo esto se tradujo a la larga en la veneración del abogado como tipo
representativo, y en la dominación efectiva de quienes contrataban al abogado.”
Ernesto Palacio, La historia falsificada, A. Peña Lillo editor, Buenos Aires, 1960, pp. 40-41 (los
subrayados son nuestros)
11“Hay fuerza en el pueblo argentino, como en todo pueblo, pero tal fuerza está detenida por la
pantalla que forman ‘ La Nación ’, ‘la sociedad’, ‘los amigos’ y ‘Sur’, que no sirven a una causa
orgánica sino a la literatura en general”. Drieu La Rochelle a Victoria Ocampo, publicado en
Sur les écrivanes, Gallimard, 1964; citado en carta de Arturo Jauretche a Victoria Ocampo de 24
de marzo de 1971; en Norberto Galasso, Dos Argentinas. Arturo Jauretche – Victoria Ocampo.
Correspondencia inédita. Sus vidas –sus ideas, Homo Sapiens ediciones, Rosario, 1996, p.131
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12La nómina de los distintos miembros y sus categorías ha sido tomada directamente de las
Actas..., pp. 23-41
13La nómina de los distintos miembros y sus categorías ha sido tomada directamente de las
Actas..., pp. 23-41
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La conferencia de clausura
La sesión de clausura del Congreso de Filosofía, como lo adelantara
el Decreto de nacionalización respectivo, estuvo a cargo del
Presidente de la Nación , que viajó a la ciudad de Mendoza
acompañado de su esposa y del Gabinete en pleno, en palpable
demostración de la importancia que se le daba desde el seno del
gobierno a tamaño acontecimiento intelectual.
En el Teatro “Independencia” de la ciudad cuyana, el 09 de abril de
1949, luego de los discursos del Dr. Alberto Wagner de Reyna 14 en
representación de los miembros extranjeros, y del Rector de la
Universidad Nacional de Cuyo y Presidente del Comité Ejecutivo Dr.
Irineo Fernando Cruz, 15 el General Perón clausuró las
deliberaciones del Congreso con una conferencia 16 que la posteridad
conociera como “La Comunidad Organizada”, 17 y que se reedita
completa 18 y en versión facsimilar por primera vez en este
volumen.
Mucho se ha discutido sobre la autoría de esta conferencia, sin
llegarse hasta hoy a una certeza acerca de sus realizadores.
14“Palabras del Profesor Alberto Wagner de Reyna, de la Universidad Católica del Perú, en
representación de los miembros extranjeros”, en Actas..., pp 127-128
15“Palabras del señor Rector de la Universidad Nacional de Cuyo y Presidente del Comité
Ejecutivo del Congreso Dr. I. Fernando Cruz”, en Actas..., pp. 129-130
16“Conferencia del Excmo. Señor Presidente de la Nación , General Juan D. Perón”, en Actas...,
pp. 131-174
17 En 1952 la Subsecretaría de Informaciones publicó la conferencia con el título “ La
Comunidad Organizada ”, tal como se la conoce hasta hoy. El 29 de noviembre de 1951, bajo el
pseudónimo “Descartes”, el Gral. Perón había publicado un editorial en el diario Democracia,
tiulado “Una Comunidad Organizada”.
18La conferencia fue publicada completa por primera vez en las Actas...; la edición de la
Subsecretaría de Informaciones de 1952 –y las restantes, que en ella se basaron- emite
deliberadamente su introducción (Actas...; 131-132) Este volumen edita por primera vez la
conferencia completa en forma separada de las Actas...
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Perón, al saludar a los miembros del Congreso, estableció
prístinamente los límites de la conferencia que iba a pronunciar: “No
tendría jamás — dijo — la pretensión de hacer filosofía pura frente a
los maestros del mundo en tal disciplina científica...”; “He querido
ofrecer (...) una idea sintética de base filosófica, sobre lo que
representa sociológicamente nuestra tercera posición”. “El
movimiento nacional argentino — agregó — , que llamamos
justicialismo en su concepción integral, tiene una doctrina nacional
que encarna los grandes principios teóricos que os hablaré enseguida
y constituye a la vez la escala de realizaciones, hoy ya felizmente
cumplidas en la comunidad argentina”. 20
De esta forma, y claramente, quedaba expuesto el alcance de la
disertación; el intento de presentar a esa pieza como una original
summa filosófica, a la sazón una nueva “República” que
compendiaba todas las verdades de la magna ciencia, no fue
19Norberto Galasso, Yo fui el confesor de Eva Perón (Padre Hernán Benítez), Homo Sapiens
ediciones, Rosario, 1999, pp. 47-48
20 Actas..., pp. 131-132
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22 Ernesto Palacio, Catilina, contra la oligarquía, 1ª. edición, Rosso, Buenos Aires, 1935, pp.
177-178
23Carlos A. Disandro, “El humanismo político del justicialismo”, en Peronismo y Ética, Centro
Justicialista de Estudios Geopolíticos “Eva Perón”, Buenos Aires, 1984, p. 51
24vide Francisco José Figuerola, Teoría de la democracia social. Humanismo. Etica.
Participación. Solidarismo. Planificación, Depalma, Buenos Aires, 1986, pp. 140 y ss.
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25 Oscar Salvador Martini, Hacia una Argentina Humanista, El Ateneo, Buenos Aires, 1951;
Eduardo Astesano, Filosofía histórica de la Comunidad Organizada , Ediciones Temática,
Buenos Aires, 1984; Carlos A. Disandro, Peronismo y Ética, Centro Justicialista de Estudios
Geopolíticos “Eva Perón”, Buenos Aires, 1984; Oscar Juan Carlos Denovi, Pensamiento nacional
y revolución, Edición del autor, Bs. As., 1989; Ismael Pedro Brea, Nuestro Pensamiento. Hacia
una Comunidad Organizada, Boletines de H.U.C.O., Villa Gobernador Gálvez, 1995
26 Oscar Salvador Martini, op. cit., p. 297 (los subrayados son nuestros)
27Juan Carlos Lando, La primera guerra del siglo XXI, inédito. (Agradecemos al distinguido
abogado y politólogo la deferencia de la lectura de los borradores de ese trabajo, en preparación
para su próxima edición)
28 Actas..., pp. 172-173
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necesaria y fundamental para gozar del “bien del allende”; y por eso
repugna por igual del individualismo liberal como del colectivismo
marxista, “formas materialistas” que “no poseen condiciones de
redención (pues) están ausentes de ellas el milagro del amor, el
estímulo de la esperanza y la perfección de la justicia”. 29
Ante la democracia liberal individualista, cuya “única alternativa
sigue siendo colocar, de tanto en tanto, una boleta en una caja con
nombres de personas a las que no se conoce ni se ha visto nunca y
cuya actuación escapará para siempre al contralor de los votantes”, 30
propugna una democracia social, basada en una representatividad
real, donde la comunidad se ve reflejada en sus clases dirigentes.
Y ante el denominado “nuevo orden mundialista” — que responde a
los intereses de los poderosos de la tierra, y no es orden, en rigor —
reafirma una tercera posición, con su planteo filosófico, político y
ético.
La vigencia histórica de “La Comunidad Organizada” es patente.
Corresponde a los hombres y mujeres del movimiento nacional,
alejados de las premisas de los “profetas del odio” como de los
resabios de la mentalidad del “hombre jurídico”, 31 cumplir esa
“obligación y deber sacros” que apuntara Castellani, 32 y que consiste
en recrear los principios y aportar las soluciones concretas para
hacer de esta Argentina el país que el destino de su pueblo exige y
merece: una Patria justa, libre, soberana...
29 Idem
30 Ángel A. Brovelli, “Los factores de poder en la concepción justicialista”, en Centro de Estudios
y Planificación (e. i.), Reflexiones sobre la Nación Argentina , Ediciones Temática, Buenos Aires,
1982, p. 65
31Héctor H. Hernández, “Radiografía del hombre jurídico: la carpa, el barro, el cielo...”, en
Camilo Tale (director), Persona, Sociedad Derecho. Temas actuales de Filosofía Jurídica y
Política, Ediciones El Copista, Córdoba, 1999, pp. 227-326
32“La inteligencia argentina tiene hoy una misión y un deber sacros: pensar la Patria ”. P.
Leonardo Castellani
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Sesión de Clausura
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Cena de despedida
Sesiones plenarias
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Sesiones particulares
I
Metafísica
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II
Situación actual de la filosofía
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III
Filosofía de la existencia
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IV
Lógica y Gnoseología
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V
Axiología y Ética
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VI
Psicología
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VII
Estética
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VIII
Epistemología y filosofía de la naturaleza
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IX
Filosofía de la historia, la cultura y la sociedad
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X
Filosofía de la educación
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XI
Filosofía del derecho y la política
XII
Historia de la filosofía
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XIII
Filosofía argentina y americana
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LA COMUNIDAD ORGANIZADA
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defensa ni, mucho menos, por la acción cultural necesaria para que
las posibilidades selectivas inherentes a todo acto verdaderamente
libre pudiesen ser objeto de conciencia. El fondo consciente que
presta contenido a la libertad, la autodeterminación popular,
sobreviene a muy larga distancia en el tiempo del prólogo político de
la cuestión. Cuando el ideal de humanidad empieza a abrirse paso,
cuando las crisis de los hechos produce la revolución de las ideas,
advertimos que los antiguos enunciados no ensamblan de un modo
perfecto con el signo de la evolución. Son esbozos, o reflejos
imperfectísimos, de un ideal mucho más antiguo: el griego.
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supremas por fuerzas inferiores, por esa «gana» que ayer integraba
el cuerpo de una teoría sumamente interesante y que hoy,
defraudada y desencantada, han convertido sus discípulos en la
«nausea». Nausea ante la moral, ante la herencia de la vida en
común, nausea ante las leyes y los procesos inexorables de la
Historia, nausea biológica.
Es hasta cierto punto poco comprensible que hayamos pasado con
tan peligrosa brevedad intelectual de la decepción del ser
insectificado a esa náusea con que, a espaldas de sagradas leyes, se
pretende orientar la comprensión de la existencia colectiva. Lo
sintomático de ese modo de pensar está en que no es una
abstracción, como tampoco lo era, pongo por ejemplo, el marxismo.
Este operaba sobre un descontento social. La náusea –como
entelequia– opera sobre el desencanto individual. Es la «angustia»
abstracta de Heidegger en el terreno práctico: corresponde a una
sociedad desmoralizada que ni siquiera busca una certidumbre para
reclinar la cabeza. No es por tanto la teoría lo deplorable, sino la
realidad, la deformación postrera de aquella «insectificación», sólo
que esta vez el individuo insectificado ha querido aislarse de la
catástrofe con una mueca cínica.
Reconozcamos que ésta era la consecuencia necesaria y obligada del
doloroso extravío de la escala de magnitudes. Armado con ella podía
el hombre enfrentarse no sólo con la áspera y poco piadosa vicisitud
de su existencia sino con la crisis que una evolución tan terminante
había de suscitar en su intimidad. Saberse ligado a reinos superiores
a las leyes materiales del contorno, le facilitaban una generosa
concentración de fuerzas para entrar con biológica alegría en un ciclo
en que todos los fenómenos parecen desbordarse. En una célebre
fábula de Goethe le acontece a un hombre desdichado verse
compelido a una elección extraordinaria. Melusina, reina de país de
los enanos, le invita a reducir su tamaño y compartir con ella su
elevada jerarquía. Le ofrece amor, poder, riquezas, sólo que en un
grado inferior: será rey, pero entre enanos. Trasladado al país donde
las briznas de hierbas son árboles gigantescos, este hombre, el más
mísero de los mortales, añora su forma anterior. Y la añora,
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camino, de esa «teoría», que iluminen ante las pupilas humanas los
parajes oscuros de su geografía.
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