Estamos en un tiempo de crisis, nos enfrentamos a un
consumidor exigente, lleno de información, de necesidades no solo de entretenimiento sino de conocimiento, pero también a un consumidor que está expuesto a diversidad de sensaciones diarias, un cliente que busca su bienestar con el plus de algo que conecte directamente con su personalidad o sentimientos, con las ideas claras ya no depende únicamente de un diseño o una estrategia, sino que va más allá. De ésta idea para mi surge el diseño emocional. La primera vez que escuché este concepto fue del libro Emotional Design escrito por Donald Norman y era aplicado al diseño industrial o de productos, yo estudiaba comunicación social en una universidad en sucre y aun cuando no conocía nada de diseño, me cuestionaba y hasta reía al descubrir que un vino sabe mejor en elegantes copas de vidrio que en baso, que hasta da hasta la sensación de que las cosas funcionan o saben mejor si te emocionan, de manera que en realidad ninguno de nosotros utiliza algo si no crea un lazo afectivo con la marca o el producto. En el libro Emotional design se afirmaba que el principal objetivo del diseño emocional es hacer nuestra vida más placentera, en mantener estrecha comunicación con las personas a las que dirigimos lo que hacemos, entender sus necesidades y generar soluciones o respuesta a lo que desean. Pasamos de diseñar cosas prácticas (funcionan bien, se entienden bien) a productos y servicios que se disfruten, que reporten placer y hasta diversión. Como habrán escuchado infinidad de veces, la comida entra por los ojos, y bueno, en general todo entra por los ojos, pasa por el corazón y luego, si queremos lo pasamos al cerebro, para los compradores compulsivos como yo que compro cosas que muchas veces no necesito: una buena imagen despierta ese deseo irracional que hará que quieras comprar ese producto y tendrás la sensación de que lo necesitas, es exactamente el marketing emocional, nos muestra lo que “ queremos o necesitamos” y lo hace de manera que no nos sintamos culpables de obtenerlo, por el contrario lo deseamos y nos sentimos satisfechos, felices, emocionados y sin ningún remordimiento, pues conecta con la sensación que buscamos al obtener el producto, por eso es tan importante la primera imagen , pues es la que provocará nuestra reacción involuntaria.