Justo en la semana en que el IRA comienza a efectivizar el esperado desarme,
a los gobernantes del País Vasco se les ocurre organizar una comisión parlamentaria que trate el tema del derecho a la autodeterminación. ¿Problemas con el calibrado de la muñeca política? Es una posibilidad, aunque sería más dable pensar que el momento elegido no ha sido de ningún modo casual, ahora que los ojos europeos se vuelcan en busca de una señal de ETA que devuelva la confianza a los inversores, como suele decirse. Lo cierto es que el gobierno vasco, dirigido por el moderado Partido Nacionalista Vasco, está haciendo uso de la mayoría absoluta conseguida en las últimas elecciones autonómicas. Una herramienta, la del rodillo parlamentario, que puede ser objeto de valoración pero que en cualquier caso es la misma que el gobierno central utiliza para sacar adelante leyes de lo más controvertidas. La susodicha comisión parlamentaria tiene como uno de sus objetivos principales plantear la superación del techo autonómico contemplado en la Constitución. Un supuesto al que se oponen el Partido Popular y el Partido Socialista, imbuidos en uno de esos matrimonios de hecho que a la larga no traen sino pérdida de votos. El derecho a la autodeterminación es una antigua reivindicación del nacionalismo vasco, que ve en el futuro referéndum popular una de las cotas más altas de maniobrabilidad política frente al Estado español. Independientemente de los buenos o malos puertos a los que pueda llegar la comisión, es de esperar que la maniobra reporte al gobierno vasco suculentos dividendos políticos, toda vez que invade reivindicaciones históricamente mantenidas por ETA y sus sucesivos sellos políticos. Cierto es que ETA plantea su objetivo de máxima en términos de independencia y no de autodeterminación. Pero tanto unos como otros saben que, dado que difícilmente se produzca la revolución popular independentista, el derecho a la autodeterminación es un escalón que tanto etapistas como no etapistas deberán pisar. La solución no es fácil ni está cerca de alcanzarse, pero el Partido Nacionalista Vasco se adelanta en el marcador con un gol de media cancha. Por lo pronto, y aunque a regañadientes, PP y PSOE participarán de la comisión parlamentaria. Torpedearán, pero sólo serán centros a la olla.