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El partido más largo

Alejandro Feijóo

Justo en la semana en que el IRA comienza a efectivizar el esperado desarme,


a los gobernantes del País Vasco se les ocurre organizar una comisión
parlamentaria que trate el tema del derecho a la autodeterminación.
¿Problemas con el calibrado de la muñeca política? Es una posibilidad, aunque
sería más dable pensar que el momento elegido no ha sido de ningún modo
casual, ahora que los ojos europeos se vuelcan en busca de una señal de ETA
que devuelva la confianza a los inversores, como suele decirse. Lo cierto es
que el gobierno vasco, dirigido por el moderado Partido Nacionalista Vasco,
está haciendo uso de la mayoría absoluta conseguida en las últimas elecciones
autonómicas. Una herramienta, la del rodillo parlamentario, que puede ser
objeto de valoración pero que en cualquier caso es la misma que el gobierno
central utiliza para sacar adelante leyes de lo más controvertidas. La susodicha
comisión parlamentaria tiene como uno de sus objetivos principales plantear la
superación del techo autonómico contemplado en la Constitución. Un supuesto
al que se oponen el Partido Popular y el Partido Socialista, imbuidos en uno de
esos matrimonios de hecho que a la larga no traen sino pérdida de votos. El
derecho a la autodeterminación es una antigua reivindicación del nacionalismo
vasco, que ve en el futuro referéndum popular una de las cotas más altas de
maniobrabilidad política frente al Estado español. Independientemente de los
buenos o malos puertos a los que pueda llegar la comisión, es de esperar que
la maniobra reporte al gobierno vasco suculentos dividendos políticos, toda vez
que invade reivindicaciones históricamente mantenidas por ETA y sus
sucesivos sellos políticos. Cierto es que ETA plantea su objetivo de máxima en
términos de independencia y no de autodeterminación. Pero tanto unos como
otros saben que, dado que difícilmente se produzca la revolución popular
independentista, el derecho a la autodeterminación es un escalón que tanto
etapistas como no etapistas deberán pisar. La solución no es fácil ni está cerca
de alcanzarse, pero el Partido Nacionalista Vasco se adelanta en el marcador
con un gol de media cancha. Por lo pronto, y aunque a regañadientes, PP y
PSOE participarán de la comisión parlamentaria. Torpedearán, pero sólo serán
centros a la olla.

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