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Todas las clases montadas por el Centro de Formación no pretenden coartar el Espíritu, sino que son una ayuda

para que el formador tenga los lineamientos para desarrollar el tema, pero este debe ser nutrido por el
predicador. El formador debe orar y preparar la clase.

Sugerimos que los primeros 5 minutos de clase se destinen para pedir a algún misionero que realice un resumen
de lo visto en la clase anterior (un misionero diferente cada semana), esto con el fin de estar constantemente
evaluando la claridad que los misioneros tienen de los temas vistos.

Los 10 minutos siguientes socializar la lectura del capítulo 3 (Nueva concepción de la alianza) del libro “Roma,
dulce hogar” de Scott y Kimberly Hahn.

Recomendación para el formador: Leer con anterioridad las citas bíblicas relacionadas y hacer un breve recuento
al momento de dar la clase, se puede recomendar a los misioneros leer posteriormente las citas bíblicas
completas.

Uno de los puntos principales de discordia entre Lutero y la Iglesia Católica fue si la salvación se logra por medio
de la fe o de las obras.

Para facilitar la comprensión de este tema es necesario definir algunos términos:

Justificación: Proceso por el cual el alma es regenerada en la Gracia. Esto no puede lograrse por medios o
esfuerzo del hombre, ni por cumplimiento de la ley, pues es don gratuito de Dios.

Gracia: Es el don sobrenatural infundido por Dios en el alma que nos hace hijos de Dios y herederos del Cielo.

Complementar con Catecismo 1987 y 1995

Concilio de Trento (año 1534): “Si alguno dijere que el hombre puede justificarse delante de Dios por las obras
que se realizan por las fuerzas de su humana naturaleza o por la doctrina de la ley, sin La Gracia Divina por Cristo
Jesús, SEA ANATEMA (maldito)” (Canon 1).

Redención: Es el proceso por el cual Jesús nos compra, a precio de Sangre, de las garras del diablo y nos trae a la
vida Trinitaria de Dios. Acto gratuito de Dios al hombre y solo Él la pudo efectuar.

Dakenid Serna
02/01/2015
Salvación: Es el proceso por el cual yo acojo la redención. Es pura misericordia de Dios, no hay hombre por santo
y justo que sea, que pueda por sus méritos u obras redimirse. Esta redención sólo pudo ser hecha por el mismo
Dios.

Nuestros hermanos de otras iglesias, que aún persisten en las controversias doctrinales, nos bombardean
continuamente con el versículo de San Pablo donde dice: “Las obras no sirven”.

Expliquemos esto: Cuando San Pablo afirma que las obras no sirven para nada, se está refiriendo -como
Romanos 3, 27-28- A LAS OBRAS DE LA LEY JUDIA. Los judíos pensaban que ellos eran agradables a Dios y
obtenían su favor por las cosas que hacían y que les indicaba la ley, tal como los baños rituales, el lavado de
objetos, etc.

San Pablo, el apóstol que escribió en 1 Corintios 13 el hermoso Himno a la Caridad, no puede menospreciar las
obras que nacen de la conversión: "Aunque tenga Fe como para mover montañas, si me falta la Caridad, no soy
nada" (1 Cor 13,2).

Ahora bien, la Iglesia ha proclamado por siglos que la salvación es don de Cristo y se obtiene por Fe, pero que
una vez Justificada el alma, el hombre puede acrecentar la santidad por las obras o perderla por la falta de las
mismas. Esto es sencillo, si leemos:

GÁLATAS 5, 4: Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Habéis caído en
desgracia.

El hombre puede perder la gracia si se rige sólo por la Ley, pero también puede perder su salvación si esta fe no
va acompañada de buenas obras. Veamos:

MATEO 25,31-46: 31 Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él,
entonces se sentará sobre el trono de su gloria. 32 Y serán reunidas delante de Él todas las gentes: y
apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a
su derecha, y los cabritos a la izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: "Venid,
benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo; 35
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui huésped y me
recogisteis, 36 desnudo, y me cubristeis; enfermo y me visitasteis; estuve en la cárcel y vinisteis a mí". 37
Entonces los justos le responderán, diciendo: "Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o
sediento, y te dimos de beber? 38 Y ¿cuándo te vimos huésped y te recogimos, o desnudo y te cubrimos?
39
O ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a ti?" 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: "En
verdad os digo que cuando lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeños a mí lo hicisteis".

Dakenid Serna
02/01/2015
41
Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: "¡Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y para sus ángeles!, 42 Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed,
y no me disteis de beber, 43 fui huésped y no me recogisteis, desnudo y no me cubristeis; enfermo y en la
cárcel y no me visitasteis". 44 Entonces también ellos le responderán diciendo: "Señor ¿cuándo te vimos
hambriento o sediento o huésped o desnudo o enfermo o en la cárcel y no te servimos?". 45 Entonces les
responderá diciendo: "En verdad os digo que cuando no lo hicisteis a uno de estos pequeños, dejasteis
de hacérmelo a mí". 46 E irán estos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.

En este capítulo, vemos que el Señor habló claro respecto al fin y al juicio de cómo el hombre será juzgado por
sus obras, las cuales -como dice el Apóstol Santiago- son el índice de su Fe, pues una Fe sin obras es Fe muerta.

Es curioso este Evangelio, donde Jesús reconoce a sus herederos, no por lo que sintieron o dijeron, sino por lo
que hicieron. Cuando das frutos de buenas obras te asemejas a Dios y este se reconoce en ti y ve el fruto de su
Redención actuando en tu vida. En este Evangelio, inclusive, hay hombres que son llamados al Reino sin saber
que las obras que hacían eran para el mismo Señor… Misterio de la Redención y de la Gracia…

Veamos otro texto bíblico que nos pueda dar luz respecto a éste tema:

MATEO 16,24-27: 24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a
sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, y quien pierda su vida
por mi causa, la hallará. 26 Pues ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su propia
alma? ¿Qué podrá dar en rescate de sí mismo? 27 Sepan que el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su
Padre con sus ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

En este Capítulo, Jesús afirma que va a pagar a cada cual según sus obras. Es muy sencillo explicarlo: desde el
momento en que el hombre acepta a Jesús como salvador por la fe, esta le da la salvación; pero ha sido una
decisión del hombre aceptarla. La salvación estaba ahí, pues se mereció por el sacrificio de Cristo en la cruz, pero
la aceptación de ésta, es un movimiento libre de la voluntad del hombre o sea una obra; y si el hombre puede
perder la salvación por el pecado (que es obra del hombre), también puede acrecentar ésta por obras buenas,
no para que se gloríe el hombre, sino para que esta fe fructifique, pues dice Jesús «por sus obras los
conoceréis».

Ahora, veamos lo siguiente:

MATEO 19,16-23: 16 Un joven se le acercó y le dijo: "Maestro, ¿Qué debo hacer para ganar la Vida
Eterna?" 17 Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? Uno solo es el bueno. Pero si quieres
entrar en la vida, Cumple los mandamientos". 18 El joven le dijo: "¿Cuáles?" Jesús respondió: "No
matarás, no adulterarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, 19 honrarás a tu padre y a tu madre

Dakenid Serna
02/01/2015
y amarás a tu prójimo como a ti mismo". 20 El joven, le dijo: "Todo esto lo he guardado, ¿qué más
me falta?" 21 Jesús le dijo: "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y
tendrás un tesoro en el cielo. Después ven y sígueme". 22 Y oyendo el joven estas palabras, se fue
triste, porque tenía muchas posesiones. 23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "En verdad os digo,
que un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos".

El joven rico era un hombre que creía y vivía de acuerdo a la Ley de Dios; pero le faltaba fe para realizar una
obra: darlo todo a los pobres, y Jesús le dice que si hace esto tendrá un tesoro en el cielo –ojo, no en la tierra,
luego Jesús dice que es difícil para un rico entrar al cielo -o sea salvarse- porque casi siempre va acompañado de
la avaricia.

En el siguiente pasaje, es el Apóstol Pablo el que habla de la importancia de las Obras:

ROMANOS 2,5-6: 5 Si tu corazón se endurece y te niegas a cambiar, te estás preparando para ti mismo
un gran castigo para el día del juicio, cuando Dios se presente como justo Juez. 6 Él pagará a cada uno de
acuerdo con sus obras.

Veamos en Lucas 19,8-9 cómo Zaqueo, al convertirse, entregó la mitad de sus bienes a los pobres y Jesús
exclamó «Hoy ha entrado la salvación a esta casa», o sea, Zaqueo fue salvo porque su Fe la demostró con las
obras.
8
Zaqueo puesto de pie, dijo al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le
haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más". 9 Y Jesús le dijo: "Hoy ha venido la
salvación a esta casa, pues también este hombre es hijo de Abraham".

 Veamos la gran importancia que se le da en el Apocalipsis y en la segunda carta de Pablo a los Corintios a las
obras, en el juicio:

APOCALIPSIS 20, 12-13: 12 Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los
libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, es decir, cada uno según sus obras. 13 Y el mar dio los muertos
que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos, y fue hecho juicio
de cada uno según sus obras.

2 CORINTIOS 5, 8-10: 8 Por eso nos viene incluso el deseo de salir de este cuerpo para ir a vivir con el
Señor. 9 Pero al final, sea que conservemos esta casa o la perdamos, lo que nos importa es agradar al
Señor, 10 pues todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo
que ha merecido en la vida presente por sus obras buenas o malas.

Dakenid Serna
02/01/2015
 Según vemos en 2 Corintios y Apocalipsis 20 el juicio de Dios va a ser sobre las obras que el hombre ha hecho.

Muchos hermanos protestantes dirán que Pablo en muchas ocasiones dice que la salvación viene por fe y no por
obras, para que el hombre no se envanezca, y es cierto, puesto que la Palabra de Dios no se puede contradecir.
En esto la Iglesia ha sido clara: la salvación viene de Dios por el sacrificio de su Hijo Jesucristo en la cruz y es dada
al hombre por fe, aún sin merecerlo; pero esta fe si es sincera se transforma en obras hacia los demás, es decir,
se convierte en caridad sin la cual nada es perfecto. Por estas obras nos va a juzgar el Señor cuando venga con
gloria, pues como dice su palabra «no todo el que dice: Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos» (Mt
7,21).

Finalmente, veamos lo que dice el apóstol Santiago en su carta. 

 SANTIAGO 2, 14-26: 14 Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no tiene obras ¿de qué le sirve? ¿Acaso
lo salvará esa fe? 15 Si un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse ni qué comer 16 y ustedes
le dicen: "Que les vaya bien, caliéntense y aliméntense, sin darles lo necesario para el cuerpo ¿De qué
les sirve?" 17 Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, está muerta. 18 Y sería fácil decirle a uno:
"Tú tienes fe, pero yo tengo obras: muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las
obras. 19 ¿Tú crees que hay un sólo Dios? Pues muy bien, también los demonios lo creen, y tiemblan. 20
¿Será necesario demostrarte, si no lo sabes todavía, que la fe sin obras no tiene sentido? 21 Abraham
nuestro padre, ¿no fue reconocido justo por sus obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 Ya
ves que la fe acompañaba a sus obras, y por las obras su fe llegó a la madurez. 23 Esto es lo que recuerda
la Escritura: Abraham creyó en Dios, y por eso fue reconocido justo, y fue llamado amigo de Dios. 24
Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través de las obras y no sólo con la fe. 25 Lo
mismo pasó con Rajab, la prostituta: fue admitida entre los justos por sus obras, por haber dado
hospedaje a los espías y porque los hizo partir por otro camino. 26 Porque así como un cuerpo sin espíritu
está muerto, así también la fe que no produce obras está muerta.

El Apóstol Santiago nos aclara la función de la Fe y las obras: Fe sin obras no existe pues es Fe muerta. Las obras
son testimonio de la Fe, y así pues «todo árbol sin frutos será cortado y echado al fuego». Queda claro que
Cristo Justifica y salva, pero también juzga al hombre por la Fe a través de sus obras, porque los demonios creen
y tiemblan y no por esto son salvos.

“Los que hacen profesión de pertenecer a Cristo se distinguen por sus obras, obrando según lo que hablan y
dándose a conocer por lo que hacen sin hablar”. San Ignacio de Antioquia.

Dakenid Serna
02/01/2015
Realizar una ficha bibliográfica con el resumen y las citas bíblicas más importantes del tema las obras y la
salvación. Leer el capítulo 4 (Enseñar y vivir la alianza en una familia) del libro “Roma, dulce hogar” de Scott y
Kimberly Hahn.

Dakenid Serna
02/01/2015

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