Está en la página 1de 36

“Año de la Universalización de la Salud”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

LAS RESOLUCIONES JUDICIALES

Presentado por:
MENDOZA TANCHIVA, DAYANA MICHELLE
RIVERA TUANAMA, CINTYA ELIANA
SANTAMARIA SAHUANAY, ELVA RUTH

Docente: Dra. GONZALES SANTOS, GLORIA

Curso: Derecho Procesal Civil II

Pucallpa – Perú

2020
LAS RESOLUCIONES
UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI JUDICIALES
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Dedicatoria:

A nuestros padres, las personas más


importantes de nuestra existencia, los pilares
de nuestra vida y razón de superación.

Por su infinito amor.

Quienes han sabido formarnos con buenos


valores y principios, lo cual nos ayudó a salir
adelante buscando siempre el mejor camino y
encarar las adversidades sin perder nunca la
dignidad ni desfallecer en el intento.

pág. 2
Un agradecimiento importante y sincero a nuestra
tutora de curso, su esfuerzo y dedicación.

Sus conocimientos, sus orientaciones, su manera


de trabajar, su persistencia, su paciencia y su
motivación han sido fundamentales para nuestra
formación. Ha inculcado en nosotros un sentido de
seriedad, responsabilidad y rigor académico sin los
cuales no podríamos tener una formación
completa.

A su manera, ha sido capaz de ganarse nuestra


admiración, así como sentirnos en deuda con el
por todo lo recibido durante el periodo de
investigación y realización de este proyecto.

pág. 3
INDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………..………………………………………….05

1.1. Clases de Resoluciones Judiciales………………………………………………………………..06


1.1.1. Los Decretos…………………………………………………………………………………….06
1.1.2. Los Autos…………………………………………………………………………………………07
1.1.3. La Sentencia…………………………………………………………………………………….08
1.2. Efectos de las Resoluciones Judiciales…………………………………………………………10

1.2.1. Efectos de las Resoluciones Judiciales……………………………………………….10


1.2.1.1. Etapa Postulatoria………………………………………………………………..10
1.2.1.2. Etapa Probatoria………………………………………………………………….14
1.2.1.3. Etapa Decisoria…………………………………………………………………….17
1.2.1.4. Etapa impugnatoria……………………………………………………………...19
1.2.1.5. Etapa ejecutoria…………………………………………………………………...20
1.3. Principio de Preclusió n y Eficacia……………………………………………………………….25
1.3.1. Principio de Preclusió n……………………………………………………………………..25
1.3.2. Principio de Eficacia………………………………………………………………………….28

CONCLUSIÓN…………………………………………………………………………………………...…..29

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………………………………..30

pág. 4
INTRODUCCIÓN
Las resoluciones judiciales producen los efectos de: acció n y excepció n de cosa
juzgada y el desasimiento del juez o tribunal.

Las resoluciones judiciales son actos procesales, y por los que se resuelve por el
ó rgano jurisdiccional las pretensiones y pedimentos de las partes, mediante una
declaració n de voluntad del Estado encarnado en ese organismo. Lo declarado no
es el querer del juez, sino la voluntad de la ley, la sentencia que es la manifestació n
de má s relieve de las resoluciones judiciales es aplicació n de la ley en el caso
concreto, dentro de los límites que se determinan por las pretensiones de las
partes. De aquí que cuando el Juez falla tenga que razonar antes de considerar,
realizar un juicio ló gico, necesario para determinar si las pretensiones deducidas
corresponden al derecho objetivo. El fallo es pues, la conclusió n de un
razonamiento. Las premisas y el esquema ló gico de ese razonamiento, recogidos en
el Considerando o cuerpo de la resolució n, constituyen su motivació n, en nuestra
realidad jurídica el considerando y motivació n es una misma cosa así lo es para la
doctrina y el derecho comparado.

Concepto de sentencia: es la decisió n del juez sobre lo que ha sido sometido a su


conocimiento.

¿Có mo se estructura la Sentencia? Segú n Calamandrei: para llegar a la formulació n


de las dos premisas que constituyen en la sentencia el silogismo final, el juez debe
llevar a cabo una serie de silogismos instrumentales en los que aquellas premisas
representan la conclusió n”. El silogismo fue propuesto por el filó sofo Aristó teles
que planteaba que la ley seria la premisa mayor, los hechos (el caso concreto)
serían la premisa menor, y la decisió n del juez la conclusió n.

pág. 5
CAPITULO I
RESOLUCIONES JUDICIALES
En sentido general, una resolució n es el acto procesal proveniente de un tribunal,
mediante el cual resuelve las peticiones de las partes, o autoriza u ordena el
cumplimiento de determinadas medidas.

Son las decisiones, determinaciones o disposiciones que adoptan los jueces desde
la interposició n de la demanda hasta poner fin al proceso, cautelando los distintos
actos procesales que realizan las partes y el ó rgano jurisdiccional. En uso de la
potestad que le confieren los poderes de la jurisdicció n, el juez declara la voluntad
de la ley resolviendo conflictos de intereses con fuerza obligatoria.

Es un dictamen que emite un tribunal para ordenar el cumplimiento de una


medida o para resolver una petició n de alguna de las partes intervinientes en un
litigio. En el marco de un proceso judicial, una resolució n puede funcionar como
una acció n de desarrollo, una orden o una conclusió n.

Para que una resolució n judicial sea vá lida, debe respetar


ciertos requisitos y cuestiones formales. Por lo general, se debe incluir en la
resolució n el lugar y la fecha de emisió n, los nombres y las firmas de los jueces que
la emiten y un desarrollo sobre la decisió n.

Las resoluciones judiciales pueden clasificarse de diferentes maneras de acuerdo a


la instancia en la que se pronuncian, a la materia que tratan o a su naturaleza.
Dentro del proceso, doctrinariamente, se le considera, ya sea, un acto de
desarrollo, de ordenació n, de impulso, de conclusió n, de decisió n o mixto de entre
los tipos anteriores.

Resoluciones son actos jurídicos que resuelven situaciones que se dan en el


decurso del proceso, hasta su conclusió n, que tienen como contenido la decisió n
del ó rgano jurisdiccional, encaminada a producir una consecuencia jurídica.

Gold Schmidt las define como “Las declaraciones de la voluntad emitidas por el
juez con el fin de determinar lo que estima como justo”.

1.1. Clases de Resoluciones Judiciales

1.1.1. Los Decretos

En principio, son actos procesales de simple trá mite, mediante los cuales el Juez
impulsa el desarrollo del proceso, y como señ ala la ley no requieren de
fundamentació n, no son apelables y solo procede contra ellos el Recurso de
Reposició n ante el Juez o Sala que conoce el proceso.

pág. 6
Existe consenso en la doctrina al señ alar que son resoluciones de simple trá mite,
porque no inciden sobre ninguna cuestió n de fondo de la controversia sino
meramente formalidades propias para impulsar el proceso. Son resoluciones
de cará cter breve e interlocutorio, mediante el cual se impulsa el proceso
aplicando apenas la norma procesal y sobre todo no requieren de reflexió n por
parte del juez ya que no son fundamentadas.

El Juez puede expedir un decreto, pero dentro de una audiencia, es decir dentro de
la redacció n de acta judicial, la misma que contendrá el nú mero correlativo que le
corresponde. Por excelencia el decreto debe ser redactado por el Secretario
judicial, pero fuera de una audiencia para impulsar el trá mite de la secuela del
proceso, lo que quiere decir, que éste decreto no requiere la firma del Juez.

En conclusió n los Especialista Legales expiden decretos de simple trá mite en los
casos autorizados por ley.

 ¿Cuál es el plazo para emitir el Decreto?

Dos días há biles de decepcionado el escrito o ingresado por Mesa de Parte.


Si un escrito, el documento se presenta dentro de la secuela de una
audiencia esta será proveída en ese mismo acto procesal.
 Conocimiento : 2 días
 Abreviado: 2 días
 Sumarísimo: 2 días
 Ú nico: 2 días

1.1.2. Los Autos

Los autos son resoluciones que tienen por funció n resolver incidentes, incidencias


o cuestiones que requieran fundamentació n y motivació n por mandato de la ley.

Son resoluciones judiciales que afectan no solamente a la cuestió n procesal, sino


también a cuestiones de fondo que surgen durante el proceso y que es
indispensable resolver antes de llegar a la sentencia y precisamente para estar
condiciones de pronunciarla. Podemos conceptuarlos como resoluciones a través
de las cuales se resuelven incidencias en el proceso y requieren de
fundamentació n.

Los autos dentro de la sustanciació n de la relació n jurídica procesal en cuanto a


su valor se denominan autos simples y resolutivos.

 Los autos simples, son aquellas resoluciones que admiten o rechazan


resolviendo algú n trá mite o entredicho de los Justiciables dentro de la
secuela del proceso sin poner fin a la controversia demandada.
 Los autos resolutivos, son aquellos que cobran importancia porque ponen
fin a una cuestió n incidental o de fondo que se promueve antes de la
sentencia o que repercute en esta.

pág. 7
 El auto tiene diversas significaciones:
a) Resolució n Judicial que resuelve cuestiones incidentales o previas
b) Conjunto de actuaciones o piezas de un pleito o de una causa.
Se considera autos las resoluciones judiciales que deciden cualquier
punto planteado por las partes, por terceros o de oficio, en el curso
de un procedimiento judicial

 ¿Cuántas partes tiene un Auto?


Tiene dos (2) partes:
 La parte Considerativa y
 La Decisoria.

 ¿Qué Medio Impugnatorio que procede contra el Auto?


El Recurso de Apelació n de Auto,

 ¿Cuál es el plazo para interponer el recurso de apelación de auto?


Existen dos plazos:
 Si el auto es emitido fuera de la audiencia: 3 días há biles.
 Si el auto es emitido dentro de la audiencia: Se interpone en el
mismo acto en forma verbal u oral.

 ¿La decisión de qué actos procesales se debe de realizar mediante


auto?
 Se resuelven la admisibilidad, inadmisibilidad o improcedencia de
una demanda o reconvenció n.
 El Saneamiento procesal y Saneamiento Probatorio.
 La Interrupció n o suspensió n de un proceso,
 Las formas especiales de conclusió n de un proceso, es decir una
conciliació n, transacció n judicial, abandono, desistimiento. En el caso
de Allanamiento y Reconocimiento se dictan mediante sentencia.
 La concesió n o rechazo de los medios probatorios,
 Las demá s resoluciones que requieran motivació n para su
pronunciamiento.

1.1.3. La Sentencia

Mediante la sentencia el juez pone fin a la instancia o al proceso, pronunciá ndose


en decisió n expresa, precisa y motivada sobre la cuestió n controvertida,
declarando el derecho de las partes o excepcionalmente sobre la validez de la
relació n procesal.

pág. 8
La sentencia es el acto por el cual el juez cumple la obligació n jurisdiccional
derivada de la acció n y el derecho de contradicció n, de resolver sobre las
pretensiones del demandante y las excepciones de mérito o fondo del demandado.

La sentencia só lo pone fin a la instancia, cuando se interpone recurso de apelació n


por una de las partes y pone fin al proceso. Cuando la decisió n final no es
susceptible de apelació n, es cuando la sentencia ha quedado consentida.

Sirve también como tercer filtro para que el juez pueda pronunciarse sobre la
validez de la relació n procesal, declará ndola improcedente, sino se hubiese
cumplido con algú n presupuesto procesal.

Segú n Juan Monroy Gá lvez, afirman que: "La sentencia es el acto jurídico procesal
má s importante que realiza el Juez. A través de ella, el Juez resuelve el conflicto de
intereses e incertidumbre con relevancia jurídica aplicando el derecho que
corresponde al caso concreto, incluso en atenció n a la instancia en que se expida, la
sentencia puede ser la que ponga fin al proceso si su decisió n es sobre el fondo.

Toda sentencia es una decisió n y el resultado de un razonamiento o juicio del juez,


en el cual existen las premisas y la conclusió n. Pero al mismo tiempo contiene un
mandato, pues tiene fuerza impositiva, ya que vincula y obliga. Por lo tanto, el
instrumento para convertir la regla general contenida en la ley en
mandato concreto para el caso determinado. Pero no es por sí misma un mandato,
ya que se limita a aplicar el que contiene la ley.

De otro lado las sentencias no ejecutables, son aquellas que no contienen ninguna
condena y a su vez, pueden ser, declarativas o constitutivas, las declarativas, son el
pronunciamiento judicial que se limita a establecer sobre una cuestió n de hecho o
de derecho, pero sin producir efecto disolutivo.

Es un acto jurídico procesal, mediante el cual se pone fin a la instancia o al proceso.


Resuelve el conflicto de intereses o elimina la incertidumbre jurídica.

 ¿Cuál es el plazo para emitir la sentencia?


Varía segú n la vía procedimental,
 Conocimiento: 50 días,
 Abreviado: 25 días,
 Sumarísimo: En el mismo acto de la audiencia Ú nica o en el plazo
má ximo de 10 días de vencido la audiencia.

 ¿Cuántas partes de la Sentencia?


Tiene tres partes:
 La parte Expositiva
Tiene por finalidad la individualizació n de los sujetos del proceso, las
pretensiones y el objeto sobre el cual debe recaer el
pronunciamiento.

pág. 9
Contiene el resumen de las pretensiones del demandante y del
demandado, así como las principales incidencias del proceso, como
el saneamiento, el acto de la conciliació n la fijació n de puntos
controvertidos, la realizació n del saneamiento probatorio y la
audiencia de pruebas en un breve resumen si ella se hubiere llevado
a cabo.

Ello implica que solamente encontremos los principales actos


procesales realizados durante el desarrollo del proceso, mas no
actos meramente incidentales que no influyen o tienen importancia
en el mismo; así, como ejemplo, no encontraremos el escrito de una
de las partes solicitando variació n de domicilio procesal o cambio de
abogado u una nulidad o rectificació n de resolució n.

 La parte Considerativa
Está constituida por la invocació n de los fundamentos de hecho y
derecho, así como la evaluació n de la prueba actuada en el proceso.
En esta parte encontramos los fundamentos o motivaciones que el
juez adopta y que constituyen el sustento de su decisió n.
Así evaluará los hechos alegados y probados por el demandante y el
demandado, analizando aquellos que son relevantes en el proceso.
El juez mencionará las normas de esta que sean pertinentes para
resolver las pretensiones propuestas, basá ndose, algunos casos, en la
argumentació n jurídica adecuada que hayan presentado estas y que
le permiten utilizarlo como elemento de si decisió n.

 La parte Resolutiva.
Finalmente, el fallo que viene a ser el convencimiento al que el juez
ha arribado luego del aná lisis de lo actuado en el proceso que se
expresa en la decisió n en la que se declara el derecho alegado por las
partes, precisando en su caso el plazo en el cual deben cumplir con el
mandato salvo sea impugnado, por lo que los efectos de esta se
suspenden.
Accesoriamente encontramos otras decisiones que puede tomar en
juez en la sentencia como lo es el pronunciamiento respecto de las
costas y costos a la parte vencida. Asimismo, el pago de multas y de
los intereses legales que pudiera general en su caso algunas
materias.
Finalmente, el complemento de la decisió n o el que permite su
ejecució n como lo es disponer oficiar a alguna dependencia para que
ejecute su fallo.
1.2. Efectos de las Resoluciones Judiciales

pág. 10
1.2.1. Efectos de las Resoluciones Judiciales

1.2.1.1. Etapa Postulatoria

¿Qué es la Etapa Postulatoria? Segú n Rosenberg, los actos de postulació n son aquellos
actos de las partes que pretenden del tribunal o de un ó rgano jurisdiccional, una
resolució n determinada y suministran el material para su fundamento.

En esta etapa procesal las partes plantean sus pretensiones y sus medios de defensa.

Etimología de la palabra postulatoria

La postulació n es una etapa fundamental del proceso que deriva del latín postulatio, que
significa pedir, solicitar, pretender o suplicar.

Es entendida como la acció n de postular justicia para que se atienda ciertas pretensiones o
para que se determinen ciertas medidas en su caso. Abarca desde la demanda hasta el
saneamiento-audiencia y, en su caso, el juzgamiento anticipado del proceso.

Postulació n es un vocablo sumamente antiguo que en el proceso extraordinario de los


comienzos tenía como finalidad recabar la autorizació n del magistrado para citar al
demandado y que posteriormente significó el trá mite por el cual el actor daba a conocer su
pretensió n al magistrado y, en consecuencia, solicitaba la fó rmula de la acció n en
presencia de su adversario o su abogado

Concepto

Es la primera etapa del proceso civil, es un ciclo OBLIGATORIO y necesario por la que
tienen que iniciar o pasar indefectiblemente todo proceso judicial, es la fase en donde las
partes litigantes, van a presentar al juzgado todas sus pretensiones, los medios
probatorios, temas necesarios que van a ser materia de argumentació n, prueba,
persuasió n, fundamentació n de sus pedidos.

La etapa postulatoria, es aquellas en la que los contendientes presentan al Ó rganos


jurisdiccional los temas que van a ser materia de argumentació n, prueba y persuasió n
durante el proceso, sea porque se quiere el amparo de la pretensió n o porque se busca su
rechazo a través de la defensa.

Demanda

 Calificació n de la demanda.
 Contestació n
 Rebeldía.
 Saneamiento Procesal.
 Conciliació n.
 Fijació n de puntos controvertidos.
 Saneamiento Probatorio.

 Objetivos de la etapa postulatoria

pág. 11
Guiados en los objetivos que señ ala nuestro compatriota, el jurista Juan Monroy
Gá lvez, se estima los de:

a) Proponer pretensiones y defensas.- El primer objetivo es el momento


para que las partes justiciables hacen ingresar, presentan ante el Ó rgano
Jurisdiccional: Juez sus peticiones (demanda), defensas (cuestiones
probatorias, defensas de forma, previas de fondo, contrademanda, etc.),
amparadas con medios probatorios los mismos que son ofrecidas,
admitidas, actuadas y valoradas durante el séquito del proceso las mismas
que al final mediante resolució n final (sentencia) pueden ser favorecidas o
negadas. Reitero el primer objetivo es que las partes procesales en el
escrito en que se dirigen al Juez declaren todos sus pedidos respaldados
con medios probatorios, porque es el ú nica oportunidad o momento en que
podrá n ser OFRECIDOS y a la vez ser ADMITIDO por el Juzgador. Ya no se
piense como en el anterior Có digo de Procedimientos Civiles de 1912
derogado, en el que se podía ofrecer medios probatorios en cualquier
momento y dilatando el proceso innecesariamente teniendo como
conclusió n proceso judiciales que nunca terminaban.

b) Exigencia preliminar del cumplimiento de los requisitos para la


validez de la relación procesal.- El segundo objetivo es, que las
pretensiones puestas a debate sean REVISADAS, EXAMINADAS por el Juez,
a éste acto se le denomina CALIFICACIÓ N DE LOS ACTOS PROCESALES, que
constituye en un primer filtro o control de los requisitos de FORMA y
FONDO, también llamados de (admisibilidad y procedibilidad) de la
demanda, es decir la calificació n del cumplimiento de los presupuestos
procesales y las condiciones de la acció n. Ahora, si se cumplen con ambos
requisitos la demanda o contestació n será calificada positivamente, es
decir se admitirá a trá mite; si no los cumple será calificada negativamente,
es decir, que puede ser declarada Inadmisible o Improcedente. Como
consecuencia de lo manifestado, si ambas partes han cumplido con los
requisitos legales y el juez los ha admitido a trá mite entonces se ha
originado una RELACIÓ N JURÍDICA PROCESAL VALIDA.

c) Sanear la relación procesal por acto del juez o exigencia de las


partes.- El tercer objetivo, es la tarea del Juez de volver a revisar,
REEXAMINAR, REEVALUAR los presupuestos procesales y las condiciones
de la acció n tanto de la demanda como de la contestació n y de la
reconvenció n si lo hubiera, si estas se mantienen vigentes entonces, el Juez
declarará la validez de la relació n jurídica procesal vá lida por consiguiente
saneado el proceso, esto puede ser por decisió n propia del Juez aplicando
el principio de impulso procesal o a pedido de las partes aplicando el
principio de celeridad procesal.

d) Provocar la Conciliación. - El cuarto objetivo, es deber del Juez motivar a


las partes procesales en conflicto a la conciliació n de sus pretensiones, con
fó rmulas conciliatorias equitativas, justas que beneficien a ambas partes

pág. 12
por igual, bajo sanció n de nulidad de los actuados procesales, excepto en
casos donde por su naturaleza de derechos indisponibles esté prohibida su
aplicació n. En el 2008 ha salido publicado en el diario Oficial El Peruano,
que la Conciliació n Procesal se ha derogado, por ende el Juez dentro del
séquito del proceso judicial en trá mite ya no podrá imponer la conciliació n
en forma obligatoria, sino que só lo será o se aplicará si ambas partes
procesales lo solicitan por escrito; en el fondo lo que se propende con esta
ley es que la partes materiales concilien sus pretensiones antes de iniciar el
proceso ante los Centro de Conciliaciones, es decir, extraproceso.

e) Precisar los puntos controvertidos, el quinto objetivo: Es la fijació n de


los puntos controvertidos, éste acto jurídico procesal no es acto ú nico que
solo lo realiza el juez, sino que, también se realiza con la intervenció n
activa de las partes justiciables y abogados presentes; y la forma má s
comú n es confrontando la demanda y la contestació n a la demanda; se fijan
cuá les son los hechos en litigio respecto de los cuales las partes van a
contender; si en determinados hechos las partes se han puesto de acuerdo,
es decir, existe uniformidad de reconocimiento ya no existe controversia.

f) Juzgar anticipadamente el proceso. - El sexto objetivo: Cuando el Juez


considere que la cuestió n debatida o puesta a su conocimiento es una
pretensió n que será resuelta de pleno o puro derecho, porque la ley así lo
ordena.

g) Crear las condiciones de desarrollo normal del proceso. - Este es un


objetivo fundamental de la Postulació n del proceso, porque una vez
superadas todas las instituciones reguladas en su interior, el proceso habrá
quedado saneado en su aspecto formal, dejando expedita la continuació n
de su trá mite respecto de la alegació n del contenido de la pretensió n o de
la defensa, cumpliendo así lo que consideramos es su funció n má s
importante.

 La demanda

Es el acto jurídico procesal, mediante el cual el demandante o justiciable se dirige


ante el Ó rgano Jurisdiccional a fin de solicitar la tutela jurisdiccional para que se le
solucione un conflicto de intereses o se le elimine una incertidumbre jurídica y a
través del Juez se le conmine, obligue al demandado para que cumpla su obligació n
frente al demandante.

La demanda es el acto jurídico procesal de iniciació n que consiste en la


materializació n objetiva de la acció n ya sea en forma escrita u oral.Al ejercicio de la
acció n que se traduce en una petició n concreta dirigida al Juez, a efecto de que se
produzca el proceso se llama DEMANDA. La demanda, es el medio procesal
mediante el cual el sujeto actor o el demandante interpone su pretensió n, donde
pide al ó rgano jurisdiccional tutela jurídica para que se resuelva un conflicto o una

pág. 13
incertidumbre jurídica. La demanda es el acto jurídico procesal que da inicio el
proceso, que viabiliza el derecho de acció n y contiene la pretensió n.

Juan Monroy Gálvez, manifiesta que el derecho de acció n es el medio que permite
esta transformació n de pretensió n material a procesal. Sin embargo, este medio
por ser abstracto, necesita de una expresió n concreta, de allí que se instrumente a
través de un acto jurídico procesal llamado demanda, que es una declaració n de
voluntad a través de la cual el pretensor expresa su pedido de tutela jurídica al
Estado y, a su vez, manifiesta su exigencia al pretendido.

Mario Alzamora Valdez, la demanda es el acto jurídico con el que se inicia el


proceso.

Montero Aroca, Dice la demanda es el acto iniciador del proceso, que está en íntima
relació n con el concepto de acció n o derecho a la jurisdicció n, esto es, con el
derecho fundamental a obtener tutela jurídica efectiva llegá ndose a dos
conclusiones:

a) El derecho de acció n de la parte, ejercitado en la demanda, se dirige frente


al Tribunal (o al Estado) actuando jurisdiccionalmente.
b) En sentido amplio, como sinó nimo de "petitum", como el acto técnico
iniciador del proceso, completá ndose con un concepto necesario actual,
referido a la "pretensió n", pues la demanda se debe considerar como un
acto continente; por medio de ella se interpone la o las pretensiones que
son su contenido.

 Caracteres de la Demanda

a) Es un acto Jurídico procesal; es un acto porque supone realizar algo, una


acció n, un hecho o simplemente hacer un pedido en un escrito; es jurídico
porque ese accionar, pedido debe estar amparado o realizado dentro del
margen legal permitido; es procesal, porque que el acto jurídico se
manifiesta dentro de un proceso judicial en trá mite.
b) Es acto de Iniciació n Procesal, porque solo con la demanda se da inicio a un
proceso, provocando la actividad del ó rgano jurisdiccional. No hay otra
institució n procesal con la que se pueda iniciar un proceso judicial. pueden
realizarse antes de la iniciació n de un proceso las pruebas anticipadas
mediante un proceso no contencioso, una medida cautelar antes de
proceso, el pedido de auxilio judicial, etc. Pero éstos de ninguna manera
inician un proceso judicial.

Importante:

Todo proceso se inicia a impulso de parte, es decir que solo las partes
justiciables dan inicio al proceso, en mérito al aforismo jurídico "nemo jure
sine actore" (no hay juicio sin actor).

pág. 14
1.2.1.2. Etapa Probatoria

Es la fase del proceso en la cual las partes tienen la oportunidad de acreditar su dicho ante
el juez, correspondiéndole al actor hacerlo respecto a los hechos constitutivos de su acció n
y al demandado en relació n con sus defensas y excepciones.

Es en esta etapa donde acreditan las pruebas que se pretende demostrar de acuerdo a la
pretensió n, que se le plantea al juez, del mismo modo también hace valer su defensa y
excepciones el demandado. las partes demuestran tienen que demostrar de una manera
fehaciente que las pruebas presentadas tienen la finalidad de crear certeza en el juez,
puesto de este modo el juez impartirá justicia, de acuerdo a la pretensió n y de acuerdo con
los medios probatorios presentados; puesto que estos pueden ser típicos (documento,
testigos, declaració n de parte, pericias e inspecció n judicial) y atípicos.

Por lo general siempre encontramos definiciones que tienden a señ alar que su finalidad es
la demostració n o comprobació n de los hechos afirmados por las partes en los actos
postulatorios del proceso, buscando producir convencimiento en el juez sobre los hechos,
de manera que pueda así sustentar su decisió n final. Se advierte dos aspectos muy
importantes relativos a quienes intervienen en el proceso: de un lado, las partes que
tienen la facultad y el deber de poner en consideració n del juez todo aquel material que
sustenten sus hechos alegados en los actos postulatorios del proceso; y de otro lado, al
juez, quien se encuentra en la obligació n de sustentar su decisió n en esos medios de
prueba que han propuesto las partes en el proceso y han sido actuados por este, ademá s
de aquellos medios de prueba que de oficio haya incorporado al iter procesal.

La prueba y los medios probatorios, constituyen aspectos que debemos definir bien para
no tratarlos como si fueran lo mismo. De un lado, ya hemos hecho referencia al derecho
probatorio como la ciencia del derecho procesal que estudia la prueba. De otro lado, la
prueba es concebida como el conjunto de razones que conducen al magistrado a adquirir
certeza sobre los hechos propuestos por las partes en los actos postulatorios; y,
finalmente, los medios probatorios constituyen los instrumentos del que hacen uso las
partes o dispone el magistrado para lograr convencimiento a la decisió n del juez.
Asimismo los medios probatorios constituyen un derecho bá sico de los justiciables
producir la prueba relacionada con los hechos que configuran su pretensió n o su defensa.
Segú n este derecho, las partes o un tercero legitimado en un proceso o procedimiento,
tienen el derecho a producir la prueba necesaria con la finalidad de acreditar los hechos
que configuran su pretensió n o defensa. Así, por ejemplo, el artículo 188° del Có digo
Procesal Civil establece que los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los
hechos expuestos por las partes, producir certeza en el juez respecto de los puntos
controvertidos y fundamentar sus decisiones. Se trata de un derecho complejo que está
compuesto por el derecho a ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios, a
que estos sean admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure la producció n o
conservació n de la prueba a partir de la actuació n anticipada de los medios probatorios y
que estos sean valorados de manera adecuada y con la motivació n debida, con el fin de
darle el mérito probatorio que tenga en la sentencia. La valoració n de la prueba debe estar
debidamente motivada por escrito, con la finalidad de que el justiciable pueda comprobar
si dicho mérito ha sido adecuadamente realizado

 Finalidad

pág. 15
En doctrina advertimos que el derecho a probar de las partes, tiene por finalidad
producir en el juez el conocimiento sobre la existencia o inexistencia de los hechos
afirmados por estas en los actos postulatorios del proceso. Por ello, no solamente
constituye un derecho sino también un deber de quien afirma un hecho, que este
sea debidamente sustentado o corroborado mediante los medios probatorios
regulados por la norma procesal, sin afectar los principios procesales y
constitucionales que la garantizan. Pon tanto, tiene como finalidad que las partes
demuestren mediante los medios de prueba que dispongan y que sean ú tiles para
el juicio, que el Juez las utilice y pueda dar un juicio jurídico sobre cuál de las dos
partes tiene la razó n conforme al derecho.

Para Juan MORALES respecto de la finalidad de la prueba judicial, señ ala que se
reconoce tres posiciones: a) establecer la verdad, b) lograr la convicció n del juez, y
c) alcanzar la fijació n formal de los hechos procesales.

Conforme lo señ ala el artículo 188° del Có digo Procesal Civil: “Los medios
probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes,
producir certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar
sus decisiones.” Por lo que consideramos, al igual que el autor citado
anteriormente, que esta constituye una posició n híbrida por cuanto se recoge las
tres teorías. Má s debe tenerse en cuenta que la valoració n de los medios
probatorios aportados por las partes en el proceso y admitidos en la audiencia
correspondiente deben destinarse a despejar la incertidumbre jurídica, en tal
sentido la fijació n de puntos controvertidos tiene entre sus objetivos determinar
qué puntos van a ser materia de prueba.

Para nuestra jurisprudencia nacional: “El derecho a la prueba tiene por finalidad
lograr el convencimiento del ó rgano jurisdiccional, si éste no valora o toma en
consideració n los citados resultados probatorios, está frustrando el aludido
derecho, convirtiéndose así en garantía ilusoria y meramente ritualista” (Cas. N°
2558-2001, Puno. Publicado en el diario oficial El Peruano, 01-04-2004, p. 8580).

Para DEVIS ECHANDIA , “Suele hablarse con mayor frecuencia, de que es prueba
judicial todo medio que sirve para conocer cualquier cosa o hecho, con lo cual se
incluyen los hechos, objetos, y también actividades como la inspecció n judicial, el
dictamen de peritos, la declaració n de un tercero, la confesió n, esto es, la totalidad
de los medios que pueden servir de conducta para que se llegue al juez el
conocimiento de la cuestió n debatida o plateada sin litigio en cada proceso”.

En consecuencia, los medios probatorios vienen a constituir aquellos instrumentos


de los que se valen las partes en el proceso a través de los cuales se derivan o
genera la prueba, debiendo destacar que para el citado autor existen dos tipos de
prueba, la prueba extra judicial y la judicial, esta ú ltima seria aquella incorporada y
desarrollada en el proceso judicial y la otra simplemente aquella que no obra en el
proceso.

pág. 16
La prueba busca la demostració n de los hechos propuestos por las partes en el
proceso. Es la materializació n o comprobació n de la existencia de un acto que llega
a conocimiento del juez y que de esta manera contraste lo afirmado por los sujetos
procesales para en su caso, darle o no la razó n en su decisió n.

Consiste en saber cuá les son las formas que la ley establece y deben respetar las
partes para que la prueba producida se considere vá lida. Al respecto COUTURE
precisa que: “En este sentido, el problema del procedimiento probatorio queda
dividido en dos campos; en uno se halla el conjunto de formas y de reglas comunes
a todas las pruebas; en el otro, de cará cter especial, se señ ala el mecanismo de
cada uno de los medios de prueba. Así, todo lo relativo al ofrecimiento de la
prueba, a la oportunidad para solicitarla y para recibirla, a la oportunidad para
solicitarla y para recibirla, a las formas de verificació n comunes a todos los medios
de prueba, etc., constituye el tema general del procedimiento probatorio. Por otro
lado, el funcionamiento de cada medio de prueba, instrumentos, testigos,
confesió n, inspecció n, etc., constituye el aspecto particular del problema.”

El procedimiento de la prueba no es sino una manifestació n particular del


contradictorio y esta se realiza en la audiencia de pruebas que es fijada por el juez,
la misma que es oral, pero queda materializada en el acta correspondiente. Para
ello se tiene en cuenta algunas características esenciales que será n desarrolladas
oportunamente en este trabajo como lo son la unidad de audiencia, la inmediació n,
la contradicció n, la publicidad y el orden prá ctico.

Nuestro Có digo Procesal Civil, establece claramente el procedimiento que se debe


tomar en cuenta para la realizació n de la aportació n de las pruebas la actuació n de
cada una de ellas y la valoració n por parte del juez

Por tanto, el objeto de la prueba es el hecho que debe verificarse y sobre el cual el
juez emite un pronunciamiento. Es demostrar la verdad de los hechos propuestos
por las partes al momento de interponer la demanda (por parte del demandante) y
al momento de contestar la misma (por parte del demandado). Es todo aquello
susceptible de demostració n por las partes ante el juez, sobre la verdad o
existencia de un hecho, materia de las pretensiones propuestas, pudiendo ser estos
pasados, presentes o futuros.

1.2.1.3. Etapa Decisoria

Es la Tercera etapa del proceso civil, en donde el juzgador, va a valorar los medios
probatorios, resuelve los puntos controvertidos, resuelve el conflicto de interés o elimina
la incertidumbre jurídica, aplicando el derecho que corresponde al caso concreto.

El valorar es apreciar los medios de prueba en el proceso, mediante una técnica adecuada
o prevista a efecto de alcanzar la certeza y convicció n respecto a los hechos postulatorios o
controvertidos.

El Apreciar supone examinar, graduar y juzgar respecto a la eficacia de los medios de


prueba vinculados a los hechos probatorios o controvertidos a efecto de determinar su
relació n con las categorías de certeza y convicció n.

pág. 17
La etapa decisoria está integrada por los Alegatos y la Sentencia.

Importante: Nuestro ordenamiento procesal civil prescribe que todos los medios
probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta utilizando su apreciació n
razonada: Por lo que debemos comprender que, ningú n medio probatorio debe ser
examinado en forma aislada o exclusiva, sino en su conjunto como una sola unidad y en
ese acto el juez deberá aplicar la apreciació n razonada de las pruebas. Entendemos que es
la que se hace en base de ciencia, como expresió n excelsa de la razó n ló gica en cada caso
particular, con sujeció n a la expresió n cotidiana en el tiempo, lugar, idiosincrasia,
costumbre y cultura. Desde el punto de vista de la doctrina dicha valoració n corresponde a
la sana crítica, por lo que dicha valorizació n también corresponde a los medios atípicos.

En el marco de la etapa decisoria, encontramos como parte final del proceso a los alegatos.

 Alegatos

Es la exposició n oral o escrita del abogado, sintetizando la actuació n y el mérito


probatorio de los medios de prueba, las razones y hechos controvertidos que
acreditan a favor del patrocinado o defendido, impugnando las de su adversario.

¿Cuál es el plazo para emitir los alegatos?

5 días de finalizado la audiencia de pruebas o declarado expedito el proceso para


sentenciar.

Caracteres:

a) Son actos jurídicos procesales,


b) Son acto escritos u orales,
c) Son facultativos, es decir no tienen apercibimiento en caso de
incumplimiento, no son obligatorios;
d) No son determinantes, pues el Juez los puede o no tener en cuenta.
e) No está sujeta a formalidad alguna.
f) Mecá nica Procesal

Vencido o finalizado la audiencia de pruebas el Juez en el mismo acto concede el


uso de la palabra a los abogados defensores a fin de que expresen oralmente sus
alegatos; éstos si lo ven por conveniente lo realizan en forma oral, sino lo desean se
reservan su derecho a realizarlo por escrito.

 Sentencia

Es la resolució n mediante el cual el Juez pone fin a la instancia o al proceso, en


definitiva, pronunciá ndose en decisió n expresa, precisa y motivado sobre la
cuestió n controvertida declarando el derecho de las partes o excepcionalmente
sobre la validez de la relació n procesal.

pág. 18
La sentencia, es un acto ló gico y volitivo que realiza el ó rgano jurisdiccional, que va
a expresarse sobre relaciones jurídicas o estados jurídicos o de derecho, sobre
determinadas condiciones jurídicas. La sentencia es el acto por el cual el Juez
cumple la obligació n jurisdiccional derivada de la acció n y del derecho de
contradicció n, de resolver sobre las pretensiones del demandante y las
excepciones de mérito o fondo del demandado.

¿Cuál es el plazo para emitir sentencia?

Varía segú n la vía procedimental: Conocimiento: 50, Abreviado: 25, Sumarísimo:


En la Audiencia Ú nica o excepcionalmente en el plazo má ximo de 10 días.

¿Qué debe contener una sentencia?

Está n establecidas en el artículo 122 del C.P.C.

a) Lugar y fecha en que se emite la sentencia,


b) Nú mero de Orden que le corresponde.
c) Los Vistos, que está n establecidos por la parte expositiva,
d) Los Considerandos, parte considerativa.
e) La parte Resolutiva o el fallo que resuelve el conflicto de intereses o la
incertidumbre jurídica.
f) Plazo para su cumplimiento,
g) Pronunciamiento sobre las Costas y Costos del proceso.
h) Firma del Juez y del secretario.

Dos tesis se han formulado sobre la naturaleza de la sentencia: una sostiene que es
un juicio ló gico y otra que es un acto de voluntad. En realidad, las dos tesis
contemplan aspectos diversos de la sentencia y lejos de excluirse se
complementan, Pero no se trata de un acto de voluntad del Juez, sino del Estado a
través de aquél. Nosotros consideramos la sentencia como un mandato y juicio
ló gico del juez para la declaració n de la voluntad del Estado, contenida en la norma
legal que aplica en el caso concreto. El Juez no crea derecho, sino que lo declara o
reconoce, de acuerdo con los hechos de donde se origina y con la forma legal que lo
regula, o la costumbre cuando es aplicable.

¿Cuántas PARTES Tiene La Sentencia?

Toda sentencia tiene tres (3) partes:

 La Expositiva,
 La Considerativa, y
 Resolutiva o fallo.

1.2.1.4. Etapa impugnatoria

Es la Cuarta etapa del proceso civil, en donde los medios impugnatorios pueden
formularse por quien se considere agraviado en actos procesales o resoluciones, en todo o
parte de ellas, para que dé un nuevo examen, se subsane el vicio o error alegado.

pág. 19
Fundamento de la Etapa Impugnatoria

Radica que el Juez como persona humana es susceptible de error o equivocarse en sus
decisiones y para tal existen los medios impugnatorios para que otro magistrado las
revise.

¿Qué son los Medios Impugnatorios?

"Podemos definir a este instituto procesal como el instrumento que la ley concede a las
partes o terceros legitimados para que soliciten al juez que, él mismo u otro de jerarquía
superior, realicen un nuevo examen de un acto procesal, o de todo el proceso, a fin de que
anule o revoque éste, total o parcialmente.

Las Clases de Medios Impugnatorios son DOS:

 Los Remedios Impugnatorios

Son medios impugnatorios que proceden en contra de acto procesales NO


contenidos en resoluciones. Acto procesal impugnatorio, en cuya virtud la parte
justiciable que se considera agraviada por algú n acto judicial que no sea
resolució n, pide su reforma o su anulació n total o parcial, sea por el mismo juez o
tribunal superior.

Casos: Nulidad de una notificació n, cuando se hay realizado sin las formalidades
de ley; la nulidad de una audiencia, cuando se haya realizado sin la intervenció n
del secretario judicial quien da fe de la realizació n de los actos procesales. Etc

 Los Recursos Impugnatorios

Son medios impugnatorios que proceden en contra de acto procesales contenidos


en resoluciones. Acto procesal en cuya virtud la parte que se considera agraviada
por alguna resolució n judicial, pide su reforma o su anulació n total o parcial, sea
por el mismo juez o tribunal superior.

Se interpone contra resoluciones judiciales a fin de que sea revocada o anulada.


Cabe la apelació n parcial de un acto procesal.

Entre las clases de recursos se encuentran:

 Reposició n
 Apelació n
 Casació n
 Queja

1.2.1.5. Etapa ejecutoria

Antecedentes

pág. 20
La Ejecució n de sentencia ha sido concebida inicialmente como una etapa del proceso. El
Có digo de Procedimientos Civiles de 1912 consideraba a la Etapa Ejecutiva como la ú ltima
que tenía que discurrir después de la sentencia –que culminaba la Etapa Resolutiva- de
modo que el cumplimiento de lo resuelto en el fallo debía ser ventilado en el mismo
proceso, con cierta ló gica secuencial.

Ese mismo esquema lo adaptaron los Decretos Supremos 07-71-TR y 03-80-TR, que
fueron los primeros cuerpos legales orgá nicos que se ocuparon de regular el Proceso
Laboral, sometiéndose incluso a la aplicació n supletoria del Có digo de Procedimientos
Civiles antes mencionado, de tal manera que no había que formar un cuaderno aparte, ni
dar mayores explicaciones que el hecho de encontrarse con la sentencia consentida o
ejecutoriada.

Posteriormente, con la promulgació n del Có digo Procesal Civil de 1993 se introduce el


diseñ o de un grupo de procesos independientes destinados al cumplimiento de
obligaciones radicadas en un Título dentro del cual se consideró como una de sus
modalidades a la sentencia judicial, equipará ndola a otras formas como: letras de cambio,
escrituras pú blicas, resoluciones administrativas, etc. De acuerdo a la procedencia de los
Títulos se establecen tres variedades de procesos: el Ejecutivo, el de Ejecució n de
resoluciones y el de Ejecució n de garantías, segú n si el título tenía autonomía formal o,
surgía de la conclusió n de un proceso previo o, estaba cubierto con una garantía real.

La Ley Procesal de Trabajo 26636 trata de adoptar el sistema del Có digo Procesal Civil,
aunque lo hace imperfectamente por adecuarlo a las instituciones laborales que tenía que
manejar, es así que separa dos grupos de Títulos, los Ejecutivos por un lado y, por el otro
los de ejecució n, pero no hace lo mismo con el proceso, el cual lo regula en forma simple
como Proceso de Ejecució n, sin darle un trá mite especial, obligando a que se aplique
supletoriamente el Có digo Procesal Civil de manera confusa. Lo que si queda claro es que
la ejecució n de una sentencia debe hacerse en un nuevo proceso, aunque en el mismo
Juzgado, de manera que se modifica el esquema tradicional que se venía aplicando, sin
embargo, de lo cual la costumbre ha ido forjando una retracció n de esta norma, tratando
de volver a la anterior, que ha sido recogida por la nueva Ley.

En el añ o 2008 se promulga el Decreto Legislativo 1069 que modifica el Có digo Procesal


Civil, sustituyendo entre otros, todo el Titulo V que se refería al Proceso de Ejecució n,
cambiá ndole la fisonomía a este proceso que, de ser mú ltiple lo convierte en UNICO y lo
simplifica con la intenció n de mejorar la administració n de justicia en materia comercial.
La relevancia de esta norma para nuestro aná lisis radica en su adscripció n casi total en el
texto de la nueva Ley Procesal de Trabajo, de manera que sirve de explicació n para la
modificació n del Proceso Ejecutivo en el á mbito laboral, como veremos má s adelante.

¿Cuándo se produce la ejecución de una sentencia?

La ejecució n de sentencia se produce cuando la resolució n ha quedado firme ya sea


consentida o ejecutoriada, es decir que existe cosa Juzgada o acto procesal que se
homologue como tal, el cual puede hacerse cumplir indefectiblemente con el auxilio de la
fuerza pú blica, su petició n es al juez o a la sala Superior que conoció el proceso. La
resolució n judicial a ejecutarse puede ser una Sentencia, auto de conciliació n o transacció n
estos dos ú ltimos debidamente aprobados por el Juez, demá s debe haber quedado
consentida o ejecutoriada.

pág. 21
¿Cómo se produce la ejecución de una sentencia mediante la DEMANDA de sentencia
consentida?

Es el acto procesal de abstenció n u omisió n, de las partes justiciables, es el derecho de no


impugnar o contradecir a la sentencia en el plazo que tenían para hacerlo, dejar pasar el
plazo por estar conformes con la Resolució n final. El fundamento, lo encontramos en que
la sentencia, está probada o arreglada conforme a ley, no está incursa en errores de hecho
o de derecho, no existe 22 agravio, desproporció n para ninguna de las partes, má s al
contrario ha sido dictada en forma equitativa y justa.

 Naturaleza del Proceso de Ejecución

El Proceso de Ejecució n es diferente al Proceso de Cognició n, representado por los


Procesos Ordinario y Abreviado, tanto por su contenido como por su estructura y
finalidad, ya que aquel no parte del conflicto de derechos, que es atendido má s
bien por este ú ltimo, el que lo resuelve en forma declarativa o constitutiva a través
de una sentencia.

El proceso de ejecució n no tiene por finalidad resolver un conflicto, por lo que en


su interior no existe debate posicional, ni actuació n probatoria, ni expedició n de
una sentencia, sino por el contrario se inicia con la acreditació n de un derecho
reconocido o declarado a través de un Título que se encuentre pendiente de
cumplimiento. Carnelutti señ alaba que “el proceso de conocimiento declarativo es
de pretensió n discutida, mientras que el proceso de ejecució n es de pretensió n
insatisfecha” lo que permite afirmar que este proceso ejecutivo “no persigue que se
declare la existencia o certeza de la obligació n, sino el cumplimiento de la misma”
como lo sostiene Elvito Rodríguez Domínguez.

El inicio del proceso está en el Titulo que se califica debidamente, para luego
expedirse un Mandato de ejecució n que no permite la discusió n del origen del
derecho, sino ú nicamente la argumentació n sobre la exigibilidad de la obligació n
que contiene dicho título, la misma que en caso no tener fundamento adecuado,
induce al Juez a emplear todos los medios imperativos, forzosos, coactivos o
coercitivos que la Ley franquea para lograr el cumplimiento de la obligació n de
parte del deudor u ofensor. Ello determina que sea un proceso breve, expeditivo y
conminatorio que no admite mayor debate entre las partes, prohibiéndose los
artículos de nulidad y la concesió n de medios impugnatorios con efecto
suspensivo, hasta que no se haya dado cumplimiento a la obligació n ejecutada.

Pese a que la naturaleza de este proceso es especial, se discute todavía su


AUTONOMÍA, por cuanto uno de los principales títulos de ejecució n son las
sentencias expedidas en los procesos de conocimiento, como hemos analizado en
el punto anterior. Sin embargo, el Có digo Procesal Civil de 1993 y el subsecuente
Decreto Legislativo 1069, le reconocen plena autonomía y lo consideran como uno
má s de los modelos procesales, que debe tramitarse en forma independiente del
proceso de cognició n que origine la sentencia, si esta es el título ejecutivo que se
busca dar cumplimiento.

La ejecució n de sentencia es una de las funciones que los ó rganos jurisdiccionales


desarrollan en el ejercicio de la potestad jurisdiccional y se lleva a cabo cuando la

pág. 22
obligació n impuesta en la sentencia no se cumple voluntariamente por el que haya
sido condenado.

En el proceso civil, la ejecució n de sentencia es una actividad sustitutiva.


Ú nicamente despliega sus efectos cuando el condenado en la sentencia no cumple
voluntariamente la obligació n que se le ha impuesto. De ahí que el ó rgano
jurisdiccional no pueda actuar de oficio sino a instancia de parte, la cual deberá
instar la ejecució n mediante la presentació n de la correspondiente demanda
ejecutiva ante el juez competente (el que conoció del proceso en primera
instancia). En concreto, dicha demanda hay que presentarla en el plazo de cinco
añ os siguientes a la firmeza de la sentencia; en caso contrario, la acció n ejecutiva
caducará . Ahora bien, también hay que tener en cuenta que el tribunal no
despachará ejecució n de la sentencia dentro de los veinte días siguientes a la
notificació n de la misma al condenado, con lo que se viene a conceder a éste un
plazo de cortesía para que cumpla voluntariamente.

Teniendo en cuenta el contenido de la sentencia cuya ejecució n se pretende, en el


proceso civil se distingue entre la ejecució n de sentencias de condena dineraria y
las ejecuciones no dinerarias (ejecució n por deberes de entregar cosas, ejecució n
por obligaciones de hacer o no hacer y ejecució n para el cumplimiento de condenas
a liquidar dañ os y perjuicios, frutos, rentas y la rendició n de cuentas).

Por supuesto, en el proceso penal también se puede hablar de un proceso penal de


ejecució n en el que se atribuye un papel relevante no só lo al Juez o Tribunal
sentenciador, sino también a los Jueces de Vigilancia Penitenciaria. Ademá s, en el
caso de la ejecució n de penas privativas de libertad, no podemos olvidar el
relevante papel que al respecto tiene la Administració n Penitenciaria.

 Mandato De Ejecución

El Juez al recibir la demanda tiene que calificarla, verificando que se hayan


cumplido los requisitos formales y de fondo que señ ala la Ley y, especialmente si el
Titulo de ejecució n reú ne las características de autenticidad que debe tener,
porque de lo contrario puede declararla Inadmisible o Improcedente, segú n sea el
requisito que no se haya cumplido.

En caso de haberse cumplido o subsanado todos los requisitos, se dicta el Mandato


de ejecució n que debe contener los siguientes elementos:

a) Orden de cumplimiento: Disposició n coercitiva del Juez dirigida al


ejecutado, de cará cter intimatoria, señ alá ndole el ineludible camino de
cumplir con la obligació n. El requerimiento tiene que ser contundente, con
la Autoridad que posee el magistrado, investido de poder por la Nació n.

b) Obligación identificada: El mandato tiene que describir la obligació n de


manera clara, con las características que la Ley exige: i) certeza, es decir su
origen debe ser cierto y verosímil, ii) exigibilidad, que la obligació n sea de
cargo del ejecutado y que esté vigente, sin haber sido extinguida de alguna
forma y, por otra parte, iii) individualizació n, que este detallada en cuanto
a su calidad o cantidad, sobre todo si es una obligació n econó mica deberá

pág. 23
estar liquidada en forma pormenorizada antes de expedirse el mandato,
por lo que si se trata de un derecho liquidable deberá hacerse previamente
las operaciones necesarias para cuantificarlo. En el caso que sean
obligaciones de hacer o no hacer, deben señ alarse los actos que tiene que
practicar el ejecutado que conduzcan a restituir el derecho que ha sido
vulnerado, bien sea por acció n u omisió n.

c) Apercibimiento: La consecuencia que se genera en caso de


incumplimiento del mandato, la advertencia que se hace al ejecutado si no
cumple voluntariamente con la obligació n ejecutada, que representa el
poder o fuerza que tiene el Juez para materializar el cumplimiento contra la
voluntad del deudor. Esta puede tener las variables que genere el tipo de
obligació n que este en conflicto: i) Ejecució n Forzada, cuando es una
obligació n de dar suma de dinero, ii) Multa, tratá ndose de obligaciones de
hacer o no hacer o, iii) Denuncia penal cuando no funciona la anterior.

d) Iliquidez de la obligación: En caso de que esta sea econó mica, cuando no


se haya liquidado debidamente, o cuando sea de carácter liquidable y no
existan los elementos suficientes para hacer el cá lculo que determine su
monto, enunciá ndose solamente el concepto de pago de sobretiempos del
ú ltimo periodo.

e) Nulidad formal del título: Cuando el acto jurídico que lo contiene este
afecto de alguna causal o defecto que lo invalida, tal el caso que se haya
emitido en forma incompleta, es decir sin firmas de los funcionarios
responsables o que el acreedor que haya intervenido en un documento de
origen particular, este privado del ejercicio de sus derechos civiles o, le
falte algú n requisito de acuerdo a las disposiciones de la ley de la materia.

f) La extinción de la obligación exigida: es decir, que ésta haya concluido o


desparecido por alguna de las formas que se establecen en el Có digo Civil
como son el pago, la compensació n, novació n, condonació n, consolidació n,
transacció n, caducidad o prescripció n.

Medidas de Ejecución

Son aquellas que se adoptan, como eje central del proceso, para conminar al
ejecutado al cumplimiento de sus obligaciones y hacerlas efectivas y que la
ejecució n no sea un mero instrumento ilusorio que nunca va a cumplirse, por lo
que estas varían de acuerdo al tipo de obligació n que se ejecuta y, son las
siguientes:

Ejecución Forzada, cuando es una obligació n de dar suma de dinero, está dirigida
contra el patrimonio del deudor, consistente en bienes inmuebles, muebles,
vehículos, naves, cuentas bancarias, rentas, negocios, acciones y todo aquello
sujeto a propiedad por parte de este, que pueden afectarse con gravá menes que
terminan con la realizació n de los bienes, esto es el remate, venta o retenció n que
permitan su licuació n en dinero, para satisfacer la deuda cobrada. Esta medida se

pág. 24
adopta a iniciativa del ejecutante cuando señ ala los bienes que pueden ser
afectados, pero si este acreedor desconoce la existencia de bienes de propiedad del
deudor, podrá pedir al Juez que lo requiera en un término perentorio para que
señ ale los bienes libres que posea o, por lo menos, bienes parcialmente gravados
cuyo saldo de cobertura resulte cuantitativamente suficiente para igualar el valor
de la ejecució n. En caso en que el ejecutado no cumpla con este mandato, se puede
declarar su insolvencia y por lo tanto, su disolució n y liquidació n si se trata de una
persona jurídica.

Multa, tratá ndose de obligaciones de hacer o no hacer que motiven un


incumplimiento injustificado, el Juez puede imponer una sanció n econó mica al
ejecutado, que sirva para amedrentarlo, cuyo monto no está regulado por la Ley,
por lo que habrá que remitirse a la Ley Orgá nica del Poder Judicial que en su
artículo 9º establece esa facultad de imponer multas y, el Có digo Procesal Civil en
su artículo 110 señ ala los pará metros para ellas: “no menor de cinco ni mayor de
20 Unidades de Referencia Procesal” –que en los añ os 2010 y 2011 representan de
S/. 1,800.00 a 7,200.00- y, si se mantiene en estado de incumplimiento, la Ley
permite aplicarle nuevas multas sucesivas, acumulativas y crecientes en 30% hasta
que cumpla el mandato.

1.3. Principio de Preclusión y Eficacia

1.3.1. Principio de Preclusión

Cabe definir la preclusió n como la extinció n en el seno de un concreto proceso de los


poderes jurídico-procesales no ejercitados por los sujetos que intervienen o pueden
intervenir en ese proceso. En esta definició n hay cinco ideas fundamentales. En primer
lugar, la preclusió n entrañ a, en esencia, una “extinció n”. En segundo lugar, la preclusió n es
siempre una extinció n “en el seno de un concreto proceso”: la clave para poder conceptuar
un fenó meno como de “preclusió n” (y, así, distinguirlo de otras figuras jurídicas, como la
caducidad o la prescripció n) radica en el lugar en el que se produce la extinció n, a saber:
en un concreto proceso. En tercer lugar, la extinció n que la preclusió n supone afecta
solamente a los “poderes jurídicoprocesales”, es decir, a los derechos, facultades y
potestades de los que disfrutan los sujetos que intervienen o pueden intervenir en un
proceso que se refiere a las “oportunidades” como el objeto de la preclusió n que regula);
en consecuencia, la preclusió n no opera sobre los deberes que la ley imponga a esos.
mismos sujetos, só lo opera sobre sus poderes. En cuarto lugar, los poderes jurídicos que
son objeto de la preclusió n deben guardar una relació n estrecha (“un profundo enlace”,
como dice cierta jurisprudencia) con la acció n afirmada que sirve de objeto al proceso
concreto en el que se produce la extinció n. Y, en quinto lugar, es inherente a la preclusió n
la idea de “no ejercicio”:3 desde un punto de vista semá ntico, “preclusió n” significa
“cierre” (“-clusió n”) “delante” (“pre-”), lo que indica que la preclusió n se produce cuando,
existiendo la posibilidad de ejercitar un poder jurídico (de aprovechar una “oportunidad”),
delante del interesado se produce alguna circunstancia que le cierra esa posibilidad; de
este modo, la preclusió n siempre tiene lugar respecto de los poderes que no se han
ejercitado.

La preclusió n es un principio especial del derecho procesal, que no se puede entender sin
antes haber estudiado las etapas de todo proceso, por lo tanto, dejamos constancia que en

pág. 25
el proceso civil la doctrina mayoritaria ha dejado claramente establecido que existen las
siguientes etapas: postulatoria, probatoria, decisoria, impugnatoria y ejecutoria, las cuales
no son tan nítidas en la prá ctica procesal, sin embargo, en teoría esto es aceptado en forma
pacífica, a tal punto que no se puede ignorar las indicadas.

En cuanto a las etapas podemos afirmar que el camino procesal tiene como característica
que concluida una etapa no se puede retornar a la etapa anterior, por ejemplo, concluida la
etapa postulatoria no se puede retornar a dicha etapa procesal, aun cuando el juez u otro
ó rgano jurisdiccional advierta que existe un problema que no puede salvarse.

Sin embargo, la jurisprudencia no tiene en cuenta el referido, es decir, deja de lado otras
fuentes del derecho, lo cual hemos advertido en la ciudad de Moyobamba, por lo tanto, se
hace necesario la difusió n de dicho principio procesal, a efecto de no causar problemas a
los litigantes, ni tampoco a los abogados.

Todo juez debe conocer este principio procesal, por lo tanto, si el proceso está saneado es
claro que no se puede volver a la etapa de calificar la demanda, sin embargo, en dicha
ciudad la sala civil se pronunció en sentido contrario con lo cual se originó o provocó o dio
origen a una serie de problemas, sin embargo, consideramos que se ha solucionado este
problema porque los jueces superiores ahora son titulares.

Igualmente todo abogado debe conocer este importante principio procesal, el cual
encuentra consagració n legislativa en forma má s clara, contundente y expresa en el
derecho positivo españ ol, y para ser má s exacto nos estamos refiriendo a la ley de
enjuiciamiento civil españ ola del añ o 2000, norma que consagra este principio en forma
má s clara, por lo tanto, si efectuamos un estudio microcomparativo es claro y evidente que
el derecho españ ol se encuentra má s desarrollado que el derecho peruano en lo referido al
derecho positivo aplicable al principio procesal materia de estudio.

El artículo 136 de la ley de enjuiciamiento civil españ ola


del 2000, la cual se encuentra vigente establece lo
siguiente:

"Artículo 136. Preclusión.

Transcurrido el plazo o pasado el término señalado para la


realización de un acto procesal de parte se producirá la
preclusión y se perderá la oportunidad de realizar el acto de
que se trate. El Secretario Judicial dejará constancia del
transcurso del plazo por medio de diligencia y acordará lo
que proceda o dará cuenta al tribunal a fin de que dicte la
resolución que corresponda".

La doctrina nacional y extranjera ha brindado varias definiciones sobre este importante


principio procesal, el cual también puede ser tomado en cuenta revisando la doctrina no
só lo de los ú ltimos añ os, sino también se debe tener en cuenta a los tratadistas
considerados como clá sicos del derecho procesal civil.

El principio procesal de preclusió n es conocido por algunos otros autores, con otro
nombre como es por cierto el de eventualidad, denominació n que es poco conocida en el

pág. 26
derecho peruano, y en todo caso algunos abogados consideran que se trata de dos
principios diferentes que merecen un estudio separado.

El tema estudiado no ha merecido un estudio acucioso en el derecho peruano, por lo tanto,


se justifica investigar sobre este importante tema procesal, y en todo caso se debe publicar
trabajos que traten sobre este principio procesal, el cual no só lo se aplica en sede procesal
civil, sino también en otros escenarios.

Se debe revisar la jurisprudencia nacional y extranjera sobre este principio a efecto de


conocer el criterio o forma de pensamiento de las cortes, motivo por el cual se citan
diversas ejecutorias que son de los ú ltimos añ os, y esperamos que sean del agrado de
todos, con lo cual se busca alcanzar una difusió n adecuada de temas importantes en el
estudio del derecho procesal.

Este principio no só lo se aplica en sede judicial, sino también a otros procesos, dentro de
los cuales podemos citar el caso de los procesos administrativos, lo cual puede ser
corroborado con jurisprudencia actual y de esta forma se puede determinar que el
derecho es bastante amplio y no se limita al estudio del derecho procesal civil, sino que
existen otras ramas del derecho procesal, dentro de las cuales podemos citar el caso del
derecho procesal administrativo, procesal registral, procesal notarial, procesal tributario,
procesal aduanero, entre otras.

El có digo procesal civil peruano de 1993 es deficiente en lo referido al principio procesal


de preclusió n, porque no existe en dicho cuerpo legislativo ninguna norma que lo regule
en forma expresa pero aplicable a todos los casos, para que pueda ser tenido en cuenta por
parte de los estudiosos, que só lo efectú an una revisió n muy superficial, por razó n de
tiempo, o porque el estudio se realiza en el extranjero para hacer derecho comparado, por
ejemplo para estudiar la circulació n del derecho procesal europeo al derecho procesal
peruano, en los ú ltimos siglos, supuesto en el cual los có digos estarían limitando el trabajo
de los comparatistas, brindando herramientas legales poco serias no só lo para los estudios
comparativos, sino en general para todos los estudios de derecho comparado, el cual no
só lo se limita a estudios de comparació n, sino que se debe tener en cuenta todas sus
instituciones, dentro de las cuales se pueden tomar en cuenta a la circulació n, fusió n,
escisió n, transformació n, recepció n, transplante, entre otras tantas.

También hemos consultado diversos diccionarios jurídicos, pero existe poca informació n,
lo cual dificulta nuestra labor investigadora, sin embargo, en los ú ltimos añ os han
aparecido nuevos diccionarios jurídicos que puede facilitar el estudio y aplicació n de este
importante principio procesal, que estudiamos en la presente sede. Todo esto permite
segú n nuestro criterio un conocimiento má s amplio del principio procesal estudiado.

En el derecho procesal peruano este principio ha sido poco estudiado por que en el
derecho peruano abundan los abogados positivistas, los cuales rinden culto a la ley, sin
criticarla, y en este sentido se ocasiona que el conocimiento no avance, porque só lo con la
permanente crítica es claro y evidente que se consigue la renovació n del conocimiento
jurídico.

Es decir, consideramos que el có digo procesal civil peruano de 1993 debe ser modificado
expresamente a efecto de consagrar en su título preliminar el principio procesal materia
de estudio, con lo cual se obtendría una herramienta legislativa, má s acorde a estos

pág. 27
tiempos, principio que ha sido tenido en cuenta en la jurisprudencia que revisaremos a
continuació n, con lo cual se acredita que el conocimiento jurídico ha aumentado o dicho de
otra forma se ha incrementado en los ú ltimos añ os.

De acuerdo con Eduardo Pallares, distingue dos especies de preclusió n: estricta y amplia.

 Preclusión en Sentido Estricto: “La pérdida de cualquier facultad o derecho


procesal, para los que se fijó por la ley o por el juez, un término, y dentro del cual
no se ejercitaron. Si la apelació n no se interpone dentro de cinco días, tratá ndose
de impugnar una sentencia, queda precluido el derecho de hacerlo; si dentro del
tercer día no se objeta un documento presentado por la contraria, precluye el
derecho de objetarlo, y se tiene por admitido el documento como vá lido.”

 Preclusión en Sentido Amplio: “La situació n procesal por virtud de la cual,


terminado un periodo del proceso no pueden ejercitarse en los periodos
posteriores, las facultades que debieron realizarse en aquél, ni tampoco cumplirse
las cargas y obligaciones procesales correlativas. Por ejemplo, en el primer periodo
del juicio, hay que contestar la demanda, fijarse definitivamente los puntos
controvertidos, ofrecer las pruebas, presentar los documentos fundatorios de la
acció n y de la personalidad de las partes. Terminado dicho periodo, ya no es lícito
hacerlo, salvo las excepciones previstas de manera expresa en la ley. Otro tanto
puede decirse del periodo de pruebas y del fijado para alegar en los juicios
escritos.

1.3.2. Principio de Eficacia

Nos referimos a este principio siempre que queremos explicar la “capacidad de lograr el
efecto que se desea o se espera” de algo. Pero ¿cuá l es el resultado que esperamos del
proceso?, ¿que deseamos de él? Carnelutti nos dice que el proceso, como método para la
aplicació n del derecho, debe tener una cualidad interior (justicia) y otra exterior (certeza).
Y sigue exponiendo que “si el derecho no es cierto, los interesados no saben, y si no es
justo, no sienten lo que es necesario para obedecer”. Vélez Mariconde responde al
interrogante planteado afirmando que la averiguació n de la verdad es el fin inmediato de
la funció n judicial. Sin embargo, consideramos que lo que la sociedad espera del proceso
es que brinde un remedio a las disputas que en ella se generan. Lo que las partes desean es
que, segú n lo que ellas han traído al pleito, se encuentre una solució n que ponga fin al
litigio y ello traiga aparejado la paz buscada. Recordemos que el fin de los ciudadanos de
delegar en el Estado dicha funció n es una de los objetivos de la comunidad, segú n la
conocida doctrina pactista. Así las cosas, debemos recordar que estamos en presencia de
un principio procesal; de ello derivan dos cuestiones importantes. Por un lado, la eficacia
no admite contrariedad: podremos tener un proceso oral o escrito, con inmediació n o sin
ella, pero no puede haber un proceso si él no conduce al logro de la pretendida paz. Por el
otro, basta con que el método de debate sea ineficaz para echar por tierra lo conseguido
por otras bases procesales. Es decir, aun cuando nos encontremos con un tercero
imparcial, imparcial e independiente y partes en igualdad de condiciones y tratamiento
para litigar, etc.; no estaremos ante un proceso sino ante un mero procedimiento si éste es
ineficaz. Si bien parece que só lo estamos repasando conceptos, es imperioso
redimensionar el valor innato de la eficacia procesal para no soslayar, quizá s por olvido, su
verdadero mérito. Si no diseñ amos una serie procedimental que sea idó nea para lograr lo

pág. 28
explicado, desde el mismo proceso provocamos el fracaso del método; desvirtuamos su fin
y la sociedad no encontrará una solució n para su convivencia en armonía. En la bú squeda
de esa armonía la eficacia nos enlaza, necesariamente, con las nociones de conflicto y
litigio. Las partes acuden al juez para que, teniendo en cuenta lo que han afirmado y
negado (litigio) de eso que pudo haber ocurrido en el plano de la realidad (conflicto), él les
proporcione una solució n segú n lo confirmado y alegado por las mismas. He aquí la
expresió n cabal del principio que estamos estudiando. Si se le otorga la solució n buscada
mediante una serie apta para que se debata con reglas claras hablaremos de eficacia del
proceso; caso contrario, de ineficacia. La comparació n de lo declarado en la sentencia con
lo pretendido por las partes nos servirá de parámetro para efectuar dicha estimació n.

CAPITULO II
LA PRUEBA
Uno de los temas má s trascendentales del proceso, qué duda cabe, es el derecho
probatorio, la ciencia que estudia la prueba en sus diversos aspectos y que no se limita al
conocimiento de la prueba de carácter judicial, sino que abarca también a la extraprocesal.
Desde otro punto de vista es concebido también como la actividad procesal destinada a
convencer al magistrado respecto de las afirmaciones expresadas por las partes en los
autos postulatorios en relació n con los hechos que sustentan sus respectivas pretensiones.

Por lo general siempre encontramos definiciones que tienden a señ alar que su finalidad es
la demostració n o comprobació n de los hechos afirmados por las partes en los actos
postulatorios del proceso, buscando producir convencimiento en el juez sobre los hechos,
de manera que pueda así sustentar su decisió n final. Se advierte dos aspectos muy
importantes relativos a quienes intervienen en el proceso: de un lado, las partes que
tienen la facultad y el deber de poner en consideració n del juez todo aquel material que
sustenten sus hechos alegados en los actos postulatorios del proceso; y de otro lado, al
juez, quien se encuentra en la obligació n de sustentar su decisió n en esos medios de
prueba que han propuesto las partes en el proceso y han sido actuados por este, ademá s
de aquellos medios de prueba que de oficio haya incorporado al iter procesal.

El derecho probatorio, la prueba y los medios probatorios, constituyen aspectos que


debemos definir bien para no tratarlos como si fueran lo mismo. De un lado, ya hemos
hecho referencia al derecho probatorio como la ciencia del derecho procesal que estudia la
prueba. De otro lado, la prueba es concebida como el conjunto de razones que conducen al
magistrado a adquirir certeza sobre los hechos propuestos por las partes en los actos
postulatorios; y, finalmente, los medios probatorios constituyen los instrumentos del que

pág. 29
hacen uso las partes o dispone el magistrado para lograr convencimiento a la decisió n del
juez.

De manera breve desarrollaremos algunos aspectos referidos a la prueba, su finalidad,


concepto, objeto, carga, procedimiento, valoració n y los medios de prueba.

2. 1. Derecho probatorio

Conforme lo ha señ alado el Tribunal Constitucional peruano, “El derecho a probar es uno
de los componentes elementales del derecho a la tutela procesal efectiva, pues, como ya lo
ha señ alado este Tribunal en la sentencia recaída en el expediente N.° 010-2002-AI/TC,
constituye un elemento implícito de tal derecho. Por ello, es necesario que su protecció n
sea realizada a través de los procesos constitucionales.”

Constituye un derecho bá sico de los justiciables producir la prueba relacionada con los
hechos que configuran su pretensió n o su defensa. Segú n este derecho, las partes o un
tercero legitimado en un proceso o procedimiento, tienen el derecho a producir la prueba
necesaria con la finalidad de acreditar los hechos que configuran su pretensió n o defensa.
Así, por ejemplo, el artículo 188° del Có digo Procesal Civil establece que los medios
probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir
certeza en el juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones. Se
trata de un derecho complejo que está compuesto por el derecho a ofrecer medios
probatorios que se consideren necesarios, a que estos sean admitidos, adecuadamente
actuados, que se asegure la producció n o conservació n de la prueba a partir de la
actuació n anticipada de los medios probatorios y que estos sean valorados de manera
adecuada y con la motivació n debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en
la sentencia. La valoració n de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con
la finalidad de que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido adecuadamente
realizado.

2.2. Finalidad

En doctrina advertimos que el derecho a probar de las partes, tiene por finalidad producir
en el juez el conocimiento sobre la existencia o inexistencia de los hechos afirmados por
estas en los actos postulatorios del proceso. Por ello, no solamente constituye un derecho
sino también un deber de quien afirma un hecho, que este sea debidamente sustentado o
corroborado mediante los medios probatorios regulados por la norma procesal, sin afectar
los principios procesales y constitucionales que la garantizan.

Para Juan MORALES respecto de la finalidad de la prueba judicial, señ ala que se reconoce
tres posiciones: a) establecer la verdad, b) lograr la convicció n del juez, y c) alcanzar la
fijació n formal de los hechos procesales.

Conforme lo señ ala el artículo 188° del Có digo Procesal Civil: “Los medios probatorios
tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el
Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones.” Por lo que
consideramos, al igual que el autor citado anteriormente, que esta constituye una posició n
híbrida por cuanto se recoge las tres teorías. Má s debe tenerse en cuenta que la valoració n
de los medios probatorios aportados por las partes en el proceso y admitidos en la
audiencia correspondiente deben destinarse a despejar la incertidumbre jurídica, en tal

pág. 30
sentido la fijació n de puntos controvertidos tiene entre sus objetivos determinar qué
puntos van a ser materia de prueba.

Para nuestra jurisprudencia nacional: “El derecho a la prueba tiene por finalidad lograr el
convencimiento del ó rgano jurisdiccional, si éste no valora o toma en consideració n los
citados resultados probatorios, está frustrando el aludido derecho, convirtiéndose así en
garantía ilusoria y meramente ritualista” (Cas. N° 2558-2001, Puno. Publicado en el diario
oficial El Peruano, 01-04-2004, p. 8580).

Para COUTURE el aná lisis sistemá tico de la prueba comprende los siguientes aspectos:

1. Concepto de la prueba (¿Qué es la prueba?)


2. Objeto de la prueba (¿Qué se prueba?)
3. Carga de la prueba (¿Quién prueba?)
4. Valoració n de la prueba (¿Qué valor tiene la prueba producida?)
5. Medios de prueba (¿Con qué se prueba?)

En tal sentido, trataremos de desarrollar estos aspectos, muy importantes para el


conocimiento del tema propuesto.

2.3. Concepto de la prueba (¿Qué es la prueba?)

“Probar es verificar, confirmar, demostrar, etc. Es este un concepto suficiente acotado


desde un dato tuitivo.”

Para DEVIS ECHANDIA[6], “Suele hablarse con mayor frecuencia, de que es prueba judicial
todo medio que sirve para conocer cualquier cosa o hecho, con lo cual se incluyen los
hechos, objetos, y también actividades como la inspecció n judicial, el dictamen de peritos,
la declaració n de un tercero, la confesió n, esto es, la totalidad de los medios que pueden
servir de conducta para que se llegue al juez el conocimiento de la cuestió n debatida o
plateada sin litigio en cada proceso”.

En consecuencia, los medios probatorios vienen a constituir aquellos instrumentos de los


que se valen las partes en el proceso a través de los cuales se derivan o genera la prueba,
debiendo destacar que para el citado autor existen dos tipos de prueba, la prueba extra
judicial y la judicial, esta ú ltima seria aquella incorporada y desarrollada en el proceso
judicial y la otra simplemente aquella que no obra en el proceso.

La prueba busca la demostració n de los hechos propuestos por las partes en el proceso. Es
la materializació n o comprobació n de la existencia de un acto que llega a conocimiento del
juez y que de esta manera contraste lo afirmado por los sujetos procesales para en su caso,
darle o no la razó n en su decisió n.

2.4. Objeto de la prueba (¿Qué se prueba?)

El objeto de la prueba es el hecho que debe verificarse y sobre el cual el juez emite un
pronunciamiento. Es demostrar la verdad de los hechos propuestos por las partes al
momento de interponer la demanda (por parte del demandante) y al momento de
contestar la misma (por parte del demandado). Es todo aquello susceptible de
demostració n por las partes ante el juez, sobre la verdad o existencia de un hecho, materia
de las pretensiones propuestas, pudiendo ser estos pasados, presentes o futuros.

pág. 31
2.5. Carga de la prueba (¿Quién prueba?)

Estamos acostumbrados a enfrentar casos en que las partes actú an sus medios de prueba
y las afirmaciones sobre los hechos quedan acreditados. En estos casos, los jueces
resuelven la controversia en uno u otro sentido sin ningú n problema.

Sin embargo, ¿Qué ocurre cuando luego de agotarse toda la actividad probatoria, los jueces
consideren que aú n los hechos no han quedado lo suficientemente acreditados? ¿Pueden
dejar de resolver o de todas maneras deberá n emitir una sentencia?

La solució n a todas estas interrogantes la encontramos en una institució n que no ha sido


valorada en su real importancia, nos referimos a la carga de la prueba.

Esta institució n, muchas veces ignorada en las clases de derecho procesal o estudiada muy
someramente, cumple un papel importante para que los jueces puedan enfrentar la
insuficiencia probatoria y salir victoriosos con un adecuado pronunciamiento.

2.5.1. Breves apuntes sobre la carga de la prueba

Podemos entender a la carga de la prueba como una regla de juicio accesoria que le
permitirá a los jueces resolver aquellas controversias cuando, luego de agotarse toda la
actividad probatoria, consideren que ninguna de las afirmaciones sobre un hecho
realizadas por las partes ha quedado acreditada.

Atendiendo a la regla de la carga de la prueba que regirá en el caso, el juez podrá declarar
fundada la demanda si las consecuencias de la improbanza del hecho recaían sobre el
demandado o infundada en caso estas consecuencias hayan recaído sobre el demandante.

Tradicionalmente, la doctrina ha considerado que la carga de la prueba tiene dos


dimensiones, una objetiva y una subjetiva.

 La dimensió n objetiva de la carga de la prueba es entendida como una regla de


juicio dirigida a los jueces y de aplicació n supletoria luego de haberse agotado toda
la actividad probatoria, sin que algunas afirmaciones sobre los hechos hayan
quedado lo suficientemente acreditadas.
 Por otro lado, la dimensió n subjetiva de la carga de la prueba está dirigida a las
partes y determinará cuá l de las partes tiene el deber de acreditar la afirmació n de
un hecho.

El profesor Taruffo explica estas dimensiones que componen la carga de la prueba de la


siguiente manera:

“(…) entenderemos como carga de la prueba subjetiva aquella orientada a determinar cuá l
de las partes debe aportar al tribunal las pruebas sobre un hecho específico en el curso del
proceso. Mientras que, carga de la prueba objetiva será el criterio que determina la
decisió n final cuando no se ha probado un hecho principal”.

Sin embargo, nosotros consideramos que hablar de una doble dimensió n de la carga de la
prueba no es apropiado, debiendo descartarse la dimensió n subjetiva de la carga de la
prueba por dos principales razones.

 En primer lugar, se confunde la carga de la prueba subjetiva con la carga de


aportar medios de prueba. Esta ú ltima figura puede entenderse como la facultad

pág. 32
de las partes de ofrecer los medios probatorios que consideren adecuados para
acreditar su afirmació n sobre un hecho. Esta es una institució n que no guarda
relació n con la carga de la prueba; por lo que, solo presta a confusió n hablar de una
carga de la prueba subjetiva en el sentido antes mencionado.
 En segundo lugar, la carga de la prueba subjetiva tiene como fundamento el deber
de las partes de acreditar sus afirmaciones a través de medios probatorios que
deben ofrecer al proceso; sin embargo, este “deber” queda superado si tenemos en
cuenta el principio de comunidad de los medios probatorios; a través del cual,
cualquier medio probatorio que sea incorporado por el proceso podrá ser utilizado
por la parte que no lo ofreció para acreditar su afirmació n.

Por ello, somos de la idea que se debe prescindir de hablar de una dimensió n subjetiva de
la carga de la prueba. En ese sentido, en esta entrada solo nos referiremos a la carga de la
prueba como una regla de juicio subsidiaria orientada a los jueces. Cabe precisar que no
descartamos que la manera en que se aplicará la carga de la prueba debe ser conocida por
las partes, pero no porque tengan el deber de ofrecer los medios de prueba sino porque de
esta manera sabrá n sobre quien recae las consecuencias de la improbanza de una
afirmació n.

2.5.2. La importancia de la carga de la prueba

Como hemos venido desarrollando, la carga de la prueba será una herramienta ú til para
los jueces en aquellos casos en que ya se agotó toda la actividad probatoria, pero
consideran que ninguna de las afirmaciones sobre un hecho alcanzó el grado de
confirmació n necesario para tenerla por probada.

A través de una adecuada aplicació n de la carga de la prueba, los jueces resolverá n la


controversia y de esta manera garantizará n el derecho de las partes a un pronunciamiento
sobre el fondo, una de las manifestaciones de la tutela jurisdiccional efectiva.

De este modo, la carga de la prueba evitará que los jueces dejen de resolver las
controversias cuando consideren que algunas afirmaciones sobre un hecho no quedaron
acreditadas, evitando de esta manera que puedan alegar el non liquet para no emitir una
sentencia.

Sin embargo, muchas veces la carga de la prueba no es entendida adecuadamente ni por


las partes ni mucho menos por los jueces. No faltan situaciones en que las partes para
intentar maquillar su insuficiencia probatoria solicitan que el juez aplique la carga de la
prueba con la finalidad de verse librado de la carga de aportar medios de prueba. También
ocurre que los jueces utilizan a la carga de la prueba como una premisa a partir de la cual
giran todo su razonamiento pudiendo afectar el resultado al cual pueden arribar.

Por estas razones consideramos que debe rescatarse la importancia de una adecuada
aplicació n de la carga de la prueba en su dimensió n objetiva para que de esta manera
tanto las partes como en especial los jueces, comprendan la real dimensió n de esta figura.
En ese sentido, consideramos que un buen punto de partida para comprender su real
dimensió n es una adecuada regulació n en nuestro ordenamiento; sin embargo, como
veremos en el punto siguiente, esto no se da.

2.5.3. Actual regulación de la carga de la prueba en nuestro ordenamiento

pág. 33
En nuestro Có digo Procesal Civil encontramos regulada a esta figura en el artículo 196° y
se encuentra enunciada de la siguiente: “Salvo disposició n legal diferente, la carga de
probar corresponde a quien afirma hechos que configuran su pretensió n, o a quien los
contradice alegando nuevos hechos”.

Consideramos que la actual regulació n de la carga de la prueba es insuficiente pues solo se


establece una regla de distribució n y se dejan de lado aspectos que deben ser establecidos
expresamente como establecer que es una regla dirigida a los jueces y de aplicació n
subsidiaria.

Justamente, las consecuencias de su insuficiente regulació n ya las advertimos


anteriormente cuando mencionamos que las partes solicitan al juez la aplicació n de la
carga de la prueba o esta es usada como una premisa a partir de la cual los jueces
construyen todo su razonamiento.

Lamentablemente, esta necesidad de dotar del contenido adecuado a esta figura en


nuestro ordenamiento tampoco ha sido contemplada en los Plenos Casatorios o
Jurisdiccionales pues un aná lisis de esta figura brilla por su ausencia.

2.5.4. A modo de conclusión: La necesidad de una adecuada regulación de la carga


de la prueba

A partir de lo expuesto en los pá rrafos anteriores, queda en evidencia la necesidad de


contar con una adecuada regulació n de la carga de la prueba que recoja todos los
elementos que consideramos son indispensables para su adecuada aplicació n.

Una adecuada regulació n de la carga de la prueba no solo deberá procurar contener una
regla de distribució n, sino que ademá s debe establecer expresamente que se trata de una
regla dirigida a los jueces y su aplicació n solo podrá limitarse a aquellos supuestos en que
ya se haya agotado toda la actividad probatoria y aun así los jueces consideren que haya
alguna afirmació n sobre un hecho que no quedó lo suficientemente acreditada.

Si bien su aplicació n solo podrá darse de manera subsidiaria, ello no obsta para que los
jueces puedan poner en conocimiento de las partes al inicio del proceso cuá l será la regla
de la carga de la prueba que regirá el proceso, de modo tal, que desde el inicio sepan sobre
cuá l de las partes recaerá n las consecuencias de la insuficiencia probatoria.

Afortunadamente, encontramos en el Anteproyecto de reforma del có digo procesal civil


una propuesta de regulació n de la carga de la prueba que rescata su adecuado contenido.
En los artículos 196° y 200° del Anteproyecto se dota de un adecuado contenido a la carga
de la prueba.

En el Anteproyecto, se ha establecido de manera expresa que la carga de la prueba se debe


establecer de manera subsidiaria luego de que se haya agotado toda la actividad
probatoria y su aplicació n deberá estar estrechamente vinculada con una adecuada
motivació n justificando la manera en que es aplicada en el caso concreto.

Asimismo, se dedica un especial desarrollo a la inversió n de la carga de la prueba, figura


que no hemos desarrollado en esta entrada pues sería necesario otro artículo para
abordar alguno de sus aspectos.

pág. 34
El Anteproyecto ha mostrado una especial preocupació n por rescatar y dotar de su
adecuado contenido a la figura de la carga de la prueba y asimismo ha desarrollado la
figura de la inversió n de la carga de la prueba atendiendo a las circunstancias del caso
concreto.

A diferencia de lo que considera un importante sector de la doctrina, consideramos que la


carga de la prueba como regla de juicio subsidiaria resulta fundamental para que los
jueces puedan resolver las controversias cuando se enfrenten un problema de
insuficiencia probatoria del que no puedan salir.

CONCLUSIÓN
 La importancia de afianzar los conceptos de cada institució n jurídica de índole
probatoria, diferenciando el derecho probatorio, la prueba y los medios
probatorios.

 La trascendencia que las partes tiene en el proceso de acreditar los hechos


propuestos en los actos postulatorios y que quien no sustenta difícilmente pueda
ser ampara su pretensió n

 La importancia de la valoració n probatoria y el nivel de razonamiento del juez para


llegar a aquella verdad real de los hechos alegados por las partes en el proceso. Es
de mera importancia, saber diferenciar entre proceso y procedimiento para poder
entender las etapas de un proceso, en este caso, civil.

 De acuerdo a Carnelutti no debe confundirse proceso con procedimiento, puesto


que el primero es considerado como continente y el otro como contenido;
explicá ndose así que una combinació n de procedimientos (los de primera y
segunda instancia, por ejemplo) pudiera concurrir a constituir un solo proceso.

 Es así que llegamos a la definició n de Etapas del proceso civil como una sucesió n
de actos procesales que se traducen en procedimientos civiles que se llevan a cabo
dentro el proceso basá ndose en normas procedimentales civiles. En cada caso, es
necesario evaluar si estamos en presencia de una controversia y en caso de no
existir no debemos fomentarla desde la posició n de parte o la de juez. No podemos
confundir a la eficacia del proceso con que aquel que haya tenido razó n en la
realidad sea el ganador del litigio. Un proceso es eficaz si les otorgo a las partes un
método de debate apto para que discutan entre pares la razó n de sus dichos y,

pág. 35
segú n el resultado obtenido, el juez declare al triunfador. Si las reglas que
determinan la valoració n de la prueba no son claras o se dirigen a buscar la verdad
se está afectando el principio procesal de eficacia trayendo aparejado la
vulneració n al debido proceso.

Referencias Bibliográficas __________________________


 Juan Monroy Gá lvez, Formació n del Proceso Civil Peruano, escritos
reunidos, editorial Comunidad, edició n 2003 Lima Perú
 David Romero Valero, y otros, en Derecho Procesal Civil, UNSAAC Cusco
Enero 2000.
 Balotario Desarrollado UNMSM 2001.
 Juan Monroy Gá lvez, La Formació n del Proceso Civil Peruano (Escritos
Reunidos), Comunidad, primera edició n mayo 2003.
 Citado por Pedro Sagá stegui Arteaga, Exégesis y Sistemá tica del Có digo
procesal Civil, Volumen II, Editora Jurídica Grijley, primera edició n 2004.
 Hernando Devis Echandía, Teoria General del proceso, Editorial
Universidad, Buenos Aires, 1997. RIOJA BERMUDEZ, Alexander (2016):
Compendio de derecho procesal Civil. Editorial ADRUS, p. 378.
 MORALES Godo Juan. “La prueba y el Có digo Procesal Civil Peruano”. En
Gaceta Jurídica. Tomo 87. Febrero, 2001, pp. 10-11.
 RAMOS Méndez, Francisco (1990): Derecho Procesal Civil. Tomo I. Bosch,
Barcelona, p. 256
 DEVIS ECHANDIA (1984): Compendio de pruebas judiciales. Tomo I.
Rubinzal-Culzoni. Santa Fe, p. 6
 GOZAINI, Alfredo (1997): La prueba en el Proceso Civil Peruano. Normas
Legales, Trujillo, p. 26.

pág. 36

También podría gustarte