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Efesios 2:1-3 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos

y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este


mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en
los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro
tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
William McDonald: Esto no es una interrupción del capítulo 1 sino que más bien
contemplamos el inmenso poder de Dios al resucitar a Cristo del sepulcro y coronarle
de gloria y de honra. Ahora vemos cómo aquel mismo poder ha obrado en nuestras
propias vidas, levantándonos de la muerte y sentándonos con Cristo en los lugares
celestiales.

Este pasaje se asemeja al primer capítulo de Génesis. En cada uno de ellos tenemos:
(1) una escena de desolación, caos y ruina (Gén_1:2 a; Efe_2:1-3);
(2) la introducción de poder divino (Gén_1:2 b; Efe_2:4);
(3) la creación de nueva vida (Gén_1:3-31; Efe_2:5-22).
Y él os dio vida: συζωοποιέω: suzoopoiéo: reanimar o vivificar conjuntamente; dar
vida. Se usa en 2:5 y Col 2:13 para hablar de la vida espiritual con Cristo impartida a los
creyentes en el momento de su conversion.

Este “él” de quien habla es Cristo, pues como hemos dicho, este capítulo 2 es la
continuidad del capítulo 1. La Biblia describe a Jesús como la Vida (Jn 14:6); el Autor
de la Vida (Hch 3:15); En Cristo estaba la Vida (Jn 1:4).
Juan 3:15-16, 36; 4:14; 5:21, 24, 26 son algunos de los versos que hablan de la Vida
que ofrece Jesús a los que en Él creen.
Sólo Aquel que es considerado como la Vida, puede otorgar vida a los que a Él se
acercan.
Parte de la autoridad que Cristo recibió al resucitar (Mt 28:18) fue el dar Vida. De
hecho, Juan 3:36 dice claramente que el que cree en el Hijo tiene vida Eterna pero el
que rehusa creer en Él no verá la vida.
Entendemos entonces que no es suficiente creer en Dios, sino que es necesario creer en
el Hijo, en Cristo. Los receptores de esta carta eran tanto judíos como gentiles. Los
gentiles no tenían ningún conocimiento de Dios, pero sí los judíos y no obstante,
necesitaron conocer a Cristo para tener vida.
cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados:
Muertos: Nekros: se usa para hablar de la muerte del cuerpo (Sgo 2:26); para hablar de
la condición espiritual de los inconversos (Mt 8:22; Jn 5:25; Ef 2:1; Ef 2:5, 14; Flp 3:11;
Col 2:13 y Lc 15:24); También para hablar de una Iglesia en decadencia (Ap 3:11); Para
hablar de cual es nuestra condición en cuanto al pecado (Ro 6:11); se habla de la muerte
del pecado sin la ley (Ro 7:8); de las obras muertas (He 6:1); y de la fe muerta sin obras
(Sgo 2:17, 26).

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Esta es la condición anterior a recibir vida. Nadie puede recibir vida si primero no está
muerto. Evidentemente está hablando de la muerte espiritual, de esa desconexión de
Dios que a su vez produce muerte (Ro 3:23; 6:23).

En nuestra condición de muertos espiritualmente, no podemos comunicarnos con Dios,


no podemos sentirlo, experimentarlo. Y como todo lo que está muerto, experimentamos
el proceso de descomposición donde poco a poco vamos deteriorándonos física,
emocional y espiritualmente a diferencia de cuando tenemos Vida espiritual que sólo
nos deterioramos físicamente (2 Co 4:16).

En vuestros delitos: paráptoma: desliz, lapso o desviación, error intencional o


transgresión voluntaria, ofensa, pecado, falta, defección, delito.

Es una palabra relacionada con Heb 6:6 “recayeron” una caída al lado, una desviación
de la rectitud y la verdad, una infracción. Hacer alusión a la caída de Adán como un
desliz.

Y pecados: jamartia: errar el blanco. Da a entender corrupción innata y alejamiento de


Dios, enajenación de la mente de la regal de la verdad, exhibidos en across de pecado.

McDonald aclara esta diferencia entre delitos y pecados: Los pecados son cualquier
forma de mala acción, tanto si se cometen de manera consciente como inconsciente, y
aquellos pensamientos o acciones que no alcanzan a la perfección de Dios. Por delitos
se denotan aquellos pecados que se cometen en abierta violación de una ley conocida.
En un sentido más amplio pueden también incluirse todos los pasos en falso o errores.

Esto concuerda con la clase de recptores de Pablo pues algunos como hemos dicho eran
judíos conocedores de esa ley que estaban infringiendo y por lo tanto se les consideraba
como delito, y otros eran gentiles, ausentes de la Ley de Dios y por lo tanto hacedores
de toda clase de acción pecaminosa.

Es como si dijéramos que antes de conocer a Cristo éramos pecadores o estábamos en


pecado y después de conocer a Cristo nuestros pecados son borrados, pero una vez que
tenemos el conocimiento de la Verdad y volvemos a pecar, nos convertimos en
delincuentes, infractores de la Verdad o de sus Mandamientos.

Ambas cosas, tanto el pecado como los delitos producen muerte espiritual que genera en
muerte física y emocional, según Pablo.

Vuestros: Es importante analizar esta palabra pues denota algo importante. No son los
pecados o delitos de otros, ni siquiera los de Adán los que nos producen muerte, sino los
nuestros, aquellos que voluntariamente cometemos.

En los cuales anduvisteis en otro tiempo: Andar: Peripateo: se traduce con el verbo ir
en Mr 16:12; o ibas en Jn 21:12. Caminar, ocupar, encaminar, hacer, ir, conducir,
proceder.

En otro tiempo indica pasado, cuando estábamos muertos, cuando estábamos sin
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conocimiento de Dios y de Cristo, sin vida. Habla como algo que formó parte de nuestra
vida, de nuestro andar pero que tiene que haber quedado allí, en nuestro pasado (1 Co
6:11).
Siguiendo la corriente de este mundo:

Siguiendo: Según la RAE, significa ir después o detrás de alguien; ir en busca de


alguien o algo, caminar hacia él o ello, proseguir o continuar en lo empezado.

Aquí Pablo nos está mostrando varias cosas: 1) Por el hecho de estar muertos por el
pecado, no tenemos voluntad propia y por lo tanto como todo lo que está sin vida, es
arrastrado por la corriente del aire, del agua o de cualquier otra influencia. 2) Aquellos
que ya tuvieron un conocimiento de Dios o de la Verdad, acaban delinquiendo o
cometiendo delitos que los matan¸ recayendo por seguir la corriente de este mundo.

Esta es una advertencia para aquellos cristianos que quieren seguir la corriente del
mundo, de sus modas, hábitos, maneras de pensar, tal y como indica en 1 Jn 2:15 y
también se convierte en una evidencia para dejar de seguir este mundo lo cual acabará
en recaer de la verdad, infringir, delinquir contra Dios lo cual produce muerte,
separación.

Literalmente, según Pablo inspirado por el Espíritu Santo, seguir la corriente del mundo
produce pecados y delitos que acaban en muerte espiritual.

McArthur se refiere al orden del mundo que corresponde a los valores y parámetros de
la humanidad aparte de Dios y de Cristo.

McDonald añade que se habían conformado al espíritu de este siglo. Se habían dado a
los pecados de sus tiempos. El mundo tiene un molde en el que pone a sus devotos. Es
un molde de engaño, inmoralidad, impiedad, egoísmo, violencia y rebelión. Es un
molde de depravación.

Es lo que hallamos en Gálatas como obras de la carne. Uno no tiene que hacer nada,
simplemente dejarse llevar y producirá aquellas obras que caracterizan al mundo
enumeradas en Gal 5:19

Mundo: Este mismo mundo que al seguirlo nos lleva al pecado y al delito provocando
la muerte y separación espiritual es el mismo mundo del cual nos advierte Juan de no
amarlo (1 Jn 2:15); es el mismo mundo en el cuál sufriríamos aflicción (Jn 16:33) es
interesante que sea el mismo auto quien escribe ambos textos. Hace referencia al mismo
mundo mostrado por Satanás y con el cual tentó a Jesús en Mt 4:8; el mismo mundo
descrito como en oscuridad y por el cual somos llamados a ser luz (Mt 5:14); es el
mismo mundo con el cual Jesús hace una similitud entre ganarlo y perder el alma (Mt
16:26); es el mismo mundo que no conoció a Jesús (Jn 1:10).

Conforme al príncipe de la potestad del aire: McDonald: Habían seguido el ejemplo


del diablo, el príncipe de la potestad del aire. Habían sido dirigidos por el principal
gobernante de los malos espíritus, cuyo ámbito está en la atmósfera. Habían dado una

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obediencia bien dispuesta al dios de este siglo. Esto explica por qué los inconversos a
menudo se rebajan a unas formas de conducta inferiores a las de los animales.

Conforme: gr: Katá: abajo (en lugar y tiempo). En relación a esto significa estar de
bajo de o a la manera de. Así que lo que vendría a decir es que quienes se dejan llevar
por la corriente de este mundo, en realidad están siendo influenciados bajo la potestad o
autoridad de Satanás o están andando a la manera de Satanás (o terminarán haciéndolo).

Príncipe: Es un título referido a Satanás indicando dos cosas: Que tiene autoridad, pero
que está por debajo del Rey. Es el mismo título usado por los Fariseos para referirse al
príncipe de los demonios (Mt 9:34); También en Mt 12:24 es relacionado como
Belzebú: dios de las moscas, príncipe de los demonios, Satanás. Es el título que Juan da
al príncipe de este mundo (Jn 12:31; 14:30; 16:11); es una palabra relacionada con Ef
6:12 hablando de esos principados con los cuales luchamos.

De la potestad del aire: La palabra potestad viene del gr exousía, privilegio, fuerza,
capacidad, competencia, libertad, maestría o símbolo de control. Es la misma palabra de
Ef 6:12 refiriéndose a las potestades. Satanás es un Principado que está por encima de
las potestades o es el Príncipe de las potestades.

Del aire: está refiriéndose a la atmósfera. Mr 4:4 habla de que una parte de la semilla
cayó en el camino y vinieron las aves del cielo y comieron la semilla. Estas aves
representan a Satanás que vienen del cielo o del aire, de la atmosfera o como dice Ef
6:12 en regiones celestes, palabra que del gr se traduce como epouránios: sobre el
cielo.

El gr. aer denotaba los cielos más bajos, los más cercanos a la tierra y muchas veces se
consideraba que eran el lugar donde habitaban los seres espirituales de maldad.

El espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia:

Opera: energéo: ser activo, eficiente:- obrar, operar. Es la misma palabra usada para
describir el Poder de Dios o del Espíritu Santo que levantó a Jesús de los muertos.

Así que básicamente lo que está diciendo es que este espíritu de las tinieblas, este
Principe de las potestades, opera sobre aquellos que desobedecen a Dios en un sentido,
en la misma manera que el poder de Dios opera sobre aquellos que creen en Cristo. De
manera eficiente o activa.

Desobediencia: apeídseia: incredulidad (obstinada y rebelde):- desobediencia. Viene


del verbo: apeidsés: impersuadible, contumaz:- rebelde, desobediente.

Está hablando no solo de aquellos que desobedecen a los Mandamientos de Dios, sino a
aquellos que de manera obstinada y rebelde se consideran incredulous, impersuadibles.

Pablo describe quién es el Príncipe de las potestades y aclara que aquellos que quieren
seguir las corrientes de este mundo se ponen bajo su autoridad, bajo su gobierno. Esto
hace que terminen delinquiendo contra los Mandamientos de Dios produciendo muerte.

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Pero ahora para que no haya duda, aclara que este Principe de las tinieblas, es un
espíritu que opera de manera eficiente y activa sobre aquellos que viven en
desobediencia por no creerle a Dios.

Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo:


Entre los cuales: entre estos hijos de desobediencia, entre estas personas que siguen o
se dejan arrastrar por la corriente del mundo, entre estas personas que están muertas
espiritualmente por haber desobedecido, por no haber creído, por haber infringido los
Mandamientos del Señor.

También todos nosotros: Esto nos habla del pecado universal. De que todos por
naturaleza estamos muertos espiritualmente y separados de Dios (Rom 3:23). Ninguno
nació siendo bueno. Nadie está exento del pecado y por lo tanto de la necesidad de
recibir vida por medio de Cristo.
Podemos escandalizarnos del pecado de otros, pero no somos mejores. La diferenciar no
la hacemos nosotros, la hace Cristo en nosotros.

Vivimos en otro tiempo: Vivir viene de un verbo gr anastréfo: voltear, regresar,


ocuparse, permanecer, volcarse.
Así que básicamente lo que está diciendo es que cuando estábamos sin Cristo, todos y
cada uno de nosotros vivíamos practicando el pecado, volcados en el pecado
permaneciendo en él.

En los deseos de nuestra carne: Deseo se traduce como epidsumía: un deseo por lo
prohibido, la codicia, la concupiscencia, tal y como le ocurrió a Adán y Eva o Acán.

Este texto tiene relación con Gal 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis
los deseos de la carne. (Sarx)
Sin Cristo vivíamos de esta manera, en pecados, delitos, siguiendo la corriente del
mundo, bajo la autoridad de Satanás, el príncipe de los demonios, muertos
espiritualmente, separados de Dios, considerados como desobedientes e incrédulos
influenciados por espíritus que nada tienen que ver con Dios, y andando en los deseos
de la carne que son contrarios al Espiritu y que según Ro 8:5 y Gal 5:17-21 producen
muerte y condenación.

Haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos: Lo que básicamente está


diciendo es que aquellos que no han recibido la Vida de Cristo, continúan en esta
condición, como esclavos del pecado, de la carne, de satanás. Aquellos que no han
recibido la Vida que Cristo ofrece, no son hijos de Dios sino más bien hijos de satanás
que es a lo que se refiere con hijos de desobediencia.
Aquellos que no han recibido la Vida que Cristo ofrece andan y viven para satisfacer
sus malos deseos, deseos de obtener o hacer aquello que está prohibido, que es malo.
Viven sin voluntad propia para decidir. Viven bajo la voluntad y la decision de sus
propios deseos corruptos y bajo la voluntad de sus propios pensamientos malvados.

Por esta razón el mismo apóstol que escribe a los Efesios, también escribe a los
Romanos en el cap 12:2 diciéndoles, que no se conformen a este mundo, que no se
dejen llevar, arrastrar por la corriente de este mundo lo cual les llevaría a la muerte y
la esclavitud del pecado. Por lo contrario, les anima a renovar sus pensamientos, a no

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conformarse al modo de pensar de aquellos que viven en el pecado, sino a comenzar a
pensar de acuerdo a la Voluntad de Dios, a su Palabra lo cual en lugar de muerte
produce transformación de vida.
Es lo que vienen diciendo Pro 23:7 que el hombre es o se convierte en lo que piensa.

Aquí vemos un contraste enter el verdadero hijo/a de Dios y el hijo de satanás: Uno es
es influenciado por sus pensamientos malvados haciendo que se convierta cada vez más
en un desobediente, incrédulo, hijo de satanás y esclavo del pecado. El creyente en
cambio al recibir a Cristo obtiene la mente de Cristo (1 Co 2:16).

Y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás:

Se describe a aquellos que no han recibido la Vida de Cristo como hijos de


desobediencia influenciados directamente por Satanás y como consecuencia, hijos de
ira. Y esto es por naturaleza. Palabra que viene del gr fúsis y significa crecimiento,
expansión, germinación. Indica algo que crece en nosotros. Éramos hijos de ira por el
mismo pecado que ha ido creciendo en nosostros.
McDonald: Esto significa que tenían una predisposición natural a la ira, malicia,
amargura y ardor temperamental. Y compartían esto con el resto de la humanidad.
Naturalmente, es también cierto que están bajo la ira de Dios. Están designados para
muerte y juicio. Observemos que los tres enemigos se mencionan en los versículos
Efe_2:2 y Efe_2:3: el mundo (v. Efe_2:2), el diablo (v. Efe_2:2) y la carne (v.
Efe_2:3).
Hay que destacar los verbos pasados: cuando estabais muertos; en los cuales
anduvisteis; todos nosotros vivimos en otro tiempo; éramos por naturaleza.
Esto nos indica varias cosas:
1) Que esta era nuestra condición sin Cristo, sin la Vida que Cristo ofrece y por lo
tanto separarnos de Cristo nos llevaría directamente a esta condición de muerte y
condenación.
2) Que estas conductas, este estilo de vida formó parte de nuestro pasado y por lo
tanto de ninguna manera (si es que verdaderamente hemos recibido a Cristo)
podemos volver a practicar, vivir o andar en ello. Estas conductas son propias de
personas que no han recibido a Cristo, que están muertas, separadas de Dios,
arrastrados por el mundo, influenciados por espíritus, sometidos al Principe de
los demonios, personas consideradas como incrédulas, desobedientes, esclavos
de los malos deseos y de los pensamientos corruptos y por lo tanto expuestos a
la ira de Dios.

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