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domingo, 15 de marzo de 2020

Firmes, luchando y sin intimidaciones


Texto: Filipenses 1,27-30

Introducción

Pablo escribió esta carta desde una prisión en Roma, posiblemente entre el año
60-61 d.C; y es enviada a la iglesia de filipos, por manos de uno de los miembros de
esta iglesia, llamado Epafrodito.

El apóstol Pablo, en estos versículos (27-30) exhorta a los filipenses a permanecer


firmes, unidos, y sin temor, y a considerar como un privilegio el ser dignos de sufrir por
Cristo.

Profesión & Conducta (v27a)


“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea
que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo
espíritu...”
A. “Solamente que os comportéis…”

Las palabras que el apóstol Pablo escribe aquí son un candado para el creyente ¿En
que sentido? La seguridad de la salvación no es una licencia para pecar. Dios nos ha
salvado para Su gloria y nos ha dado libertad para que hagamos lo que agrada a Él.

El creyente no ha recibido de parte de Dios libertad para continuar en una vida de


pecado, tal contradicción es condenada por la Escritura (cf. Juan 1,5-10). El creyente
ha sido libre para hacer la voluntad de Dios.

Cuando hablamos de ‘comportamiento’ estamos señalando a la ‘manera de vivir’,


‘estilo de vida’. Pablo al escribirle a los filipenses, ‘solamente que os comprasteis
como es digno del evangelio de Cristo’, está interesado en recordarles que ellos deben
vivir y comportarse como ciudadanos del Reino de Dios.

Con estás palabras entendemos que es un mandamiento del Señor para el cristiano
practicar un estilo de vida acorde a un ciudadano del cielo. Este ‘comportamiento’
tiene que ser en todo tiempo (gr. πολιτεύεσθε1 ). Este interés de Pablo es a razón, de la
gran preocupación que para él, era el testimonio público de los creyentes como una
influencia para la extensión del evangelio.

1Que os comportéis. Viejo verbo proveniente de politës, ciudadano, y esto de polis, ciudad, ser un ciudadano,
dirigir los asuntos de un estado, vivir como un ciudadano. A.T Robertson.

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Amados hermanos: es lamentable cuando el mal comportamiento de un cristiano
contribuye a que halla personas en nuestra comunidad que repudien el evangelio.

B. “…como es digno del evangelio de Cristo…”


El comportamiento del cristiano podemos compararlo a los frutos de un árbol. Así
como el árbol es conocido por sus frutos, así el que dice ser cristiano es conocido por
su comportamiento. Pablo escribe: su comportamiento sea “…como es digno del
evangelio de Cristo…” Con estas palabras quiere decir que nuestro vivir diario, como
creyentes en Jesucristo, debe ser tal, que posea el mismo valor, la misma fuerza, la
misma influencia, el mismo peso que el evangelio de Cristo.

Piensa en un momento en la compra de una parada de ropa. Llegas a casa y te das


cuenta que lo que has comprado no cuesta lo que pagaste, su costo es mucho menos
de lo que te cobraron. Te sentirías ofendido. Así también sería una ofensa al evangelio
de Cristo si un cristiano no vive de acuerdo con el valor ético y moral del evangelio que
dice haber recibido.

C. “… del evangelio de Cristo…”


¿Qué es el evangelio de Cristo? Es la buena noticia de que hay perdón de pecados
y vida eterna por medio de la fe en Jesús. El evangelio es poder de Dios para salvación
(cf. Romanos 1,16-17) a todo aquel que cree. Una vida cambiada o transformada por
el poder del evangelio manifiesta que el evangelio ha hecho su obra poderosa.

D. “…para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis
firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio…”
Pablo exhorta a los filipenses a permanecer leales al Señor, esté él presente o no.
La iglesia debe estar arraigada en Cristo, confiada en él, amándole, esperando en él,
aferrada a la doctrina de Cristo. En la iglesia debe existir ‘unidad de propósito’. Los
creyentes deben mantenerse de pie ante su enemigo, no cederle ni un milímetro de
territorio. La lucha que la iglesia tiene es por el pensamiento de las personas. La
palabra de Dios fue entregada a la iglesia en calidad de depositaría de la verdad. Es la
iglesia la que tiene que velar por la verdad, trasmitirla fielmente de una generación a
otra generación y defenderla contra todas las fuerzas de la irreligiosidad (cf. 1 Timoteo
1:3,4) La iglesia tiene la obligación de predicar la Palabra para que los pecadores se
arrepientan y los creyentes sean edificados.

Esto es lo que Pablo espera saber de los filipenses, que unidos combaten juntos,
defendiendo la verdad. Amados hermanos: Cuando en una iglesia local el trabajo

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depende de la presencia de una sola persona, puede decirse que esa congregación
necesita crecer en madurez cristiana.

Amados hermanos, estemos seguros que tendremos oposición, el Diablo no se


quedará con brazos cruzados, el actuará, y usará todas las armas que estén a su
alcance para estorbar a la iglesia. Por eso el apóstol Pablo escribe lo siguiente: v28a
“...y en nada intimidados por los que se oponen...” Y aquí entramos a la segunda
escena de esta predicación.

En nada intimidados por los que se oponen. v28a


“y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de
perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios.”

La palabra ‘intimidados’ no la encontraremos en alguna otra parte del Nuevo


Testamento más que aquí. Esta palabra era usada para describir a un caballo que
asustado reparaba y derribaba al jinete. Los cristianos en el tiempo de Pablo
enfrentaban el rechazo, apaleamientos, prisiones, pobreza extrema, decomiso de sus
bienes, la muerte. Otros enfrentaban a personas que se les oponían en menor manera:
Familiares, amigos y vecinos que se burlaban de ellos y los rechazaban. Pero, no
importaba si la oposición era fuerte o pequeña, ellos no debían intimidarse. Así la
iglesia no debe intimidarse por la oposición que enfrenta: La iglesia sufrirá oposición a
mayor y a menor escala, pero esto no deja de ser oposición. El creyente enfrentará la
oposición que viene de su propia familia. Recordamos que esta oposición no tiene
nada que ver con nuestra persona, la oposición es contra el evangelio.

Los que se oponen al evangelio de Cristo, de esa manera están demostrando o dando
indicio de que van a la perdición. ¿Por qué? porque ellos están rechazando el único
medio que Dios ha dispuesto para la salvación del Hombre: El evangelio. Cuando una
persona se opone al evangelio lo que esta haciendo es rechazándolo. Y eso es una
señal, una prueba, de que Dios les ha abandonado a una mente reprobada.

Esta oposición según el pasaje bíblico, no solamente es señal de perdición para los
que se oponen, sino también es una prueba que testifica a favor de los creyentes.

La oposición que sufren los creyentes por la causa de Cristo prueba que le pertenecen
a Él. Iglesia no debes desanimarte por la oposición que sufres por la causa de Cristo.
Lejos de ser un motivo para desanimarte, debe ser un motivo de confianza y gozo
porque muestra que eres salvo.

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Pablo escribe a los Colosenses:

Colosenses 1.24 “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi
carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia..."

Aquí entramos a la tercera y última escena de nuestra predicación:

Entendiendo que padecer por la causa de Cristo es una gracia


que viene de Dios. v29-30
 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino
también que padezcáis por él, 30  teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y
ahora oís que hay en mí.

La palabra ‘conceder’ en el griego es la palabra ‘ἐχαρίσθη’. Este vocablo proviene de


la maravillosa palabra que nosotros conocemos como ‘Gracia’. El verso 29 entonces
esta diciendo que no solo creer en Cristo es una manifestación de la Gracia de Dios
para con nosotros, sino que también el padecer por Cristo es una manifestación de la
gracia de Dios para con nosotros.

Por tanto, sufrir por la causa de Cristo es una gracia que Dios derrama sobre algunos
de sus Hijos. Cuando un cristiano enfrenta la oposición, la burla. Con sus compañeros
de trabajo, en su casa, con sus compañeros de clases, de seguro va sufrir pruebas.
Pero, aquellos a quien Dios a salvado, y en Su gracia les ha dado el privilegio de creer
en su Hijo Jesúcristo, también han recibido el privilegio de sufrir por la causa de Cristo.

Siendo Claros:
Dios te ha concedido que conjuntamente con el privilegio de creer en Cristo, Dios
también te concede el privilegio de sufrir por Él.

Pablo le recordó a Timoteo:


2 Timoteo 3.12 “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús
padecerán persecución...”

Los Filipenses conocieron a Pablo cuando estaba pasando por grandes sufrimientos.
Azotado, enfermo, perseguido, encarcelado, humillado y despreciado. Entonces Pablo
les enseño con su ejemplo lo que significa regocijarse en medio de los sufrimientos. A
los Filipenses nadie les contó del regocijo de Pablo en medio de sus luchas, ellos
vieron con sus propios ojos el ejemplo de Pablo.

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Ya Pablo había estado preso en otra ocasión y los Filipenses habían sido testigos de
esto; por eso él escribe: “...teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora
oís que hay en mí.”

Pablo compara ambas experiencias en la prisión y las llama “...el mismo conflicto...”.
La palabra conflicto en griego es la palabra que nosotros usamos para referirnos a una
persona que lucha entre la vida y la muerte: Agonía (Esta agonizando) Con esto,
aprendemos de la Escritura que la vida cristiana es semejante a una batalla interna.

Pensemos en un partido de Fut-bol. Es la final del mundial, ambos equipos están


disputando el campeonato del mundo. Y los noventa minutos de partido quedan
empatados, se van al tiempo extra. Están exhaustos, y los calambres en sus piernas
empiezan a manifestarse. Hay un dolor agonizante en sus piernas. Así el servir a
Cristo. Hay una constante lucha en la vida del creyente. Una lucha por mantener la
unidad de la iglesia, una lucha encontrar de los que se oponen al evangelio, una lucha
entre el valor y el temor al ver la oposición, una lucha al verse padecer por la causa de
Cristo.

Nuestra esperanza es que un día llegara el final de esta lucha. Cristo regresará y se
manifestará a mundo como Rey victorioso y todos los que le hemos seguido nos
regocijaremos de ese triunfo por toda la eternidad.

Para nuestra espiritualidad


Comportarse como es digno del evangelio de Cristo es un mandamiento de Cristo. La
iglesia se comporta dignamente del evangelio cuando se mantiene firme manteniendo
su unidad, cuando unida combate contra todo aquello que se opone al evangelio, y
cuando reconoce que padecer por la causa de Cristo es una manifestación de la
gracia de Dios en nosotros.

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