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Cuando pensamos acerca de un llamado de Dios, muchas veces interpretamos que podría ser una
voz audible, un sueño o una aparición de Dios para así confirmarnos que es o cual podría ser la
voluntad de Dios. Y no pongo en duda su poder de hacer cualquiera de las antes mencionadas,
pero debemos recordar que Dios no se contradice y ya tenemos su palabra en las escrituras, así
que debemos tener cuidado que es lo que queremos escuchar.
El llamado de hacia salvación es un acto de gracia de Dios, en la cual El lleva a las personas a ser
discípulos de Jesús y miembros de su iglesia.
Conclusión: para los que practicamos el llamado de Dios como una forma de vivir hemos de sufrir
porque al mundo no le gusta lo que proviene de Dios, pero debemos recordar que a través del
sufrimiento nos forma más conforme al carácter he imagen de nuestro Cristo y de antemano nos
prepara para nuestro glorioso futuro, aunque no lo hemos ganado, testificamos que Dios ya nos
dio esa nueva forma de vida.
2. El llamado a Misiones
El llamado a salvación incluye también el llamado a las misiones, para cada una de las personas
que ya respondieron al llamado de Dios para ser discípulo de Jesús también tiene el mismo
llamado para hacer nuevos discípulos para Jesús.
Hermanos, ustedes tienen el Espíritu de Cristo en ustedes, y el Espíritu de Cristo esta apasionado
por la gloria de Dios en todas las naciones. Entonces ¡porque nosotros no deberíamos también
estar apasionados por la gloria de Dios en todas las naciones?
3. El llamado a un lugar.
Cristo llama a sus discípulos a un lugar en específico en el cual exaltaran a Cristo en las
misiones.
El
llamados a la salvación, la misión, la
estación y el servicio deberían traernos
esperanza en medio de pruebas y
problemas, dudas y desaliento, presión y
persecución.