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De devoción a grandeza: Comparación entre “Virgen del Carmen” de

Antonio Acero de la Cruz y “El Niño Cuervo” de José Miguel Figueroa


Ivonne Caicedo1
Universidad Autónoma de Colombia

Resumen: _

Con el presente trabajo se busca hacer una comparación entre las obras de
“Virgen del Carmen” de Antonio Acero de la Cruz y “El Niño Cuervo” de José
Miguel Figueroa, tomando como base para ello el retrato, buscando observar su
relación entre las dos y como aun perduran algunos elementos de la Colonia
dentro de las obras del siglo XIX, siendo la temporalidad de las obras
previamente mencionadas. La primera siendo de la Colonia y la segunda del siglo
XIX

Palabras Clave:

Colonia, Siglo XIX, arte, Indígena, Niño Cuervo.

Introducción

El arte es un mensaje. Partamos de esta premisa para empezar a desarrollar este


trabajo. A partir de los cambios sociales que se han dado durante nuestros siglos
de existencia, este mensaje fue mutado. Desde la Magia que trasmitían las
pinturas rupestres, el mensaje de devoción y el cristianismo de la Edad Media,
hasta la confusión que signo la guerra dentro de los alemanes y su posterior
creación de la corriente artística como lo es el Dadaísmo, solo por mencionar
alguno ejemplo de mensaje. Muchas veces, no solo los cambios sociales, sino los
hechos acaecidos daban al artista herramientas de inspiración para poder plasmar
en el lienzo la idea a trasmitir.

Precisamente desde este punto partimos para el siguiente escrito, ¿Qué tipo de
mensaje sigue vigente en el siglo XIX que venia del arte colonial? Para ello se
hará la comparación de dos obras que se encuentran en el Museo del Arte de la
1
Estudiante de Historia, quinto semestre Universidad Autónoma de Colombia. Trabajo presentado a la
clase de Historia del Arte colonial y Republicano al Profesor Ricardo Rivadeneira.
Republica. La primera del periodo Colonial “Virgen del Carmen” de Antonio
Acero de la Cruz y para el siglo “El Niño Cuervo” de José Miguel Figueroa.

Para la comparación no se puede utilizar el tema que se plasma dentro del


contexto de la obra, sino que se busca hacer la relación entre ellas a partir de la
idea del retrato, respetando sus respectivas temporalidades, pero teniendo
presente aparecer plasmado en la pintura, ya sea como un penitente, en el caso de
la primera o como un retrato propiamente dicho como en el segundo.

El trabajo se dividirá en tres partes en las cuales está la explicación de la cada


una de las obras, teniendo en cuenta el contexto en donde fueron pintadas para
luego proseguir con la relación que hay entre ellas como las diferencias que
pueden observarse y leerse a partir del análisis de las mismas. Esto para general
discusión con el lector para buscar su reflexión respecto a la pregunta inicial
intentado ser claro en las ideas y asertivo en los comentarios.

Santa María, llena eres de gracia, el indígena está contigo.


Durante el siglo XV Europa está pasando por grandes cambios históricos,
económicos y culturales que van ligados a una gran cantidad de factores.
Factores que hace que su historia cambie de rumbo. Está dejando los linderos de
la edad media para adentrarse al tiempo de la edad moderna:

Edad moderna, como todo concepto histórico es vitalicio y espiritual, pero


dentro de las mensuraciones sensibles y astronómicas con las que se
acostumbra a datar vulgarmente sus acontecimientos en la historia,
comienza con 1493, fecha de la caída de Constantinopla o con el 1492,
descubrimiento de América.2
Y por supuesto, España no es la excepción a la regla de grandes trasformaciones,
producto de la expulsión de los moros en 1942. Las navegaciones colombinas
trajeron varias preguntas a la corte de los reyes católicos, especialmente por los
nuevos habitantes que habitaban en el nuevo continente. Mientras que el resto de
Europa se volcaba al rechazo de la iglesia católica gracias a las tesis de Lutero,
2
Joaquín Iriarte, Pensares e historiadores. I casa de Austria (1500-1700). Editorial Razón y Fe. S.A.
Primera edición, Madrid, 1960, pág. 24.
España se volvió férrea abanderada de la religión católica y esto fue impuesto en
las nuevas colonias que había descubierto lejos del viejo continente:

El renacimiento tuvo en España características peculiares, significando más


bien un Neo-cristianismo que no el neo-paganismo que impero en otros
estados europeos. Se vuelve a Santo Tomas, con gran auge en la teología, y
esto repercute en la elaboración de un nuevo derecho. Se acentúa el estudio
del derecho romano y canónico con menosprecio del propio derecho
nacional.3
Para cuando llegaron los españoles a América, “Ya hemos dicho que es España,
al tiempo de producirse los descubrimientos colombinos, no existía una
verdadera unidad nacional.”4 Tanto para los recién llegados como para los
pobladores fue una sorpresa encontrarse en esta situación donde el cambio era
notable. Pues llegaba una cultura distinta con maneras y concepciones del mundo
diferentes. Los españoles llegaron a América a imponer su propia cultura y los
indígenas, a su vez dieron una visión y aportaron a ello que traían los españoles
del viejo continente: “España traslado a América sus instituciones y sus
concepciones del mundo, destruyo las instituciones indígenas mas no pudo
destruir sus imaginarios; los interpretó, los asimiló a sus categorías mentales a
través de las autoridades eclesiásticas y laicas en el marco del patronato
español”5

Además de los cambios de estructuras, también hubo un intercambio fenotípico y


genotípico. A medida que los siglos pasaban, los criollos y los mestizos
empezaron a tomar un punto de importancia dentro de la jerarquía española, y la
aculturización era cada vez más fuerte. Los indígenas ladinos aprendían cada vez
más y más trucos de parte de los españoles y se buscaba ascender en esa jerarquía
social. Hacerse participe de la elite de esas jerarquías significaba tener calidad
blanca, no ser un manchado de la tierra y demostrar su pureza de sangre.

3
, José María Ots Capdequi, España en América. Universidad Nacional de Colombia. Primera edición,
Bogotá, 1948, Pág. 28.
4
Ibid., Pág. 32.

5
Diana Ceballos, Hechicería y brujería e inquisición en el Nuevo Reino de Granada. Editorial
Universidad Nacional de Colombia, segunda edición, Bogotá. 1995. pág 11.
Como he sugerido previamente, la aculturización de creencias permitió que varios
indígenas no solo se sintieran identificados con la religión, sino que se, sino que
además se volvieran devotos a los santos, gracias a la implementación de
instituciones como las cofradías6, en donde los indígenas eran participes para
adorar a uno de los santos a la que la comunidad quisiera ser consagrada, además
de la evangelización que se hizo dentro del Nuevo Reino de Granada.

Antonio Acero de la Cruz. Virgen del Carmen. Óleo sobre


lienzo.1636. 174 x 113,3 cm. Colección de Arte, Banco de la
Republica.

Para ello se recurrió a la utilización de elementos pictóricos, puesta y tal como


menciona Santiago Sebastián: “Las representaciones visuales actuaban como
-instrucciones- para el espectador, narraban asuntos de manera clara, buscan
motivar la imaginación y se convertían en estímulos visuales para la meditación

6
María Lucia Sotomayor. Cofradías, Caciques y Mayordomos. Reconstrucción social y reorganización
política en los pueblos de indios, siglo XVIII. Primera edición. Bogotá: Instituto Colombiano de
Antropología e Historia. 2004. Pag 38.
de la Escritura o la vida de los santos” 7 la pintura mostraba un mensaje y los
indígenas ladinos querían hacer parte de ese mensaje. Esto mismo dio paso para
que esta primera obra fuese analizada.
Dentro de la obra se pueden observar varias cosas. El análisis echo por el museo
de la esta obra cita:

Recibe este nombre porque se aparece en el Monte Carmelo. La relación entre


la Virgen del Carmen y las ánimas del purgatorio está dada por el escapulario.
Según la tradición, si un creyente está a punto de morir y ha portado el
escapulario durante su vida, la virgen intercede para que su alma salga del
purgatorio el sábado siguiente a la muerte de la persona. Esta creencia ha sido
respaldada por los papas, por eso la iconografía de la Virgen del Carmen la
presenta siempre cargando el escapulario. Es una de las devociones más
fuertes de Colombia y sigue siendo una de las fiestas patronales más
importantes, por ser la Virgen protectora de los conductores. El pintor Antonio
Acero de la Cruz (c. 1600-1669) nació en Santa fe de Bogotá y es conocido
como uno de los más destacados pintores coloniales y también como uno de
los primeros pintores criollos del que se tenga noticia. En los documentos de la
época, su nombre figura sin el uso del ''don'' que antecede el nombre de
algunos de sus contemporáneos, por lo que puede inferirse que carecía de
abolengo. Es conocida su práctica de hacer retiros espirituales antes de realizar
sus obras, convencido de que debía hacer la pintura lo más santa posible.8

Ahora bien, en este cuadro podemos ver a la virgen María con el niño Jesús en
brazos, lo cual nos dice que es la virgen del Carmen, en su derecha se
encuentras 4 querubines rodeados de nueves y en la izquierda se encuentran
otros cuatro. El niño Jesús tiene en sus manos tiene en sus manos un libro, el
cual pueden ser las escrituras. La virgen está rodeada de nubes y la
luminiscencia nos dice que ella, a diferencia de las personas de abajo están en
el cielo, su actitud es piadosa hacia aquellos que parecen sufrir las torturas del
purgatorio.

En la parte inferior hay 4 penitentes, de manera frontal. De primero de derecha


izquierda sale una leyenda de su boca pero que no se alcanza a leer de manera
correcta,

7
Santiago Sebastián, El baroco iberoamericano, mensaje iconográfico. Ediciones encuentro. Bogotá.
1990. P 351.
8
Banco de la Republica. Una mirada a la colección. Tomado de: http://www.banrepcultural.org/una-
mirada-a-la-coleccion/obra.php?i=6#
la cuarta de derecha a izquierda también tiene una leyenda que parece decir
“Soy salva” pero la calidad de la imagen no permite distinguir con claridad el
contenido de
las mismas. Notamos que alrededor de los penitentes hay fuego. En la mano
de la virgen hay un escapulario, este elemento se utilizaba como una manera
por la cual la virgen podía interceder por las almas del purgatorio.

Entre los ponientes hay uno de ellos que parece que esta fuera del encuadre.
Según se presume, este personaje fue el que mando a hacer el cuadro al artista,
pero lo que realmente llama la atención es que probablemente es un indígena
el cual pidió que se le retratara junto a la virgen como una manera de salvarse
del fuego eterno y entrar al reino de los cielos.

Este detalle tiene una gran importancia por la


temporalidad del cuadro, pues para ese momento
ya había una idea de la cristiandad más arraigada
dentro del pueblo Neogranadino. Dentro de la
obra es notable observar como hay una gran
cantidad de detalles para entender la riqueza de la
representación visual9, y esto se puede dar ya que: “(…) la riqueza de la
narrativa visual era posible porque desde los tiempos de Hipócrates ya se
había establecido una compleja relación de los fenotipos del rostro como
manifestación del alma.” Esto es importante notar porque permite entender no
solo el sentido de devoción hacia la virgen sino los gestos y expresiones que
permite visualizar la intención del autor y de retratado, buscar la salvación y el
perdón por medio de una obra pictórica. -

La inocencia retratada

Era 1800 cuando el Virreinato de la Nueva Grana había empezado a general


grandes cambios. La llegada de una casa dinástica nueva, la cual había traído
una serie de refio4rmas a la economía poniendo en orden los impuestos, que a
la larga significo un aumento en los mismos, la llegada de una elite ilustrada,
varios habiéndose educado en Europa, y varios sucesos que buscaba un
cambio para el país.
A medida que el tiempo se fue pasado, el arte también fue mutado, pues en
este punto ya no era solamente las obras de temática devocional la que
llegaban a las casas, sino la idea de poder pintar a grandes próceres y mártires
de la patria, retratos de familias prestantes que se podían dar el lujo de poder
obtener pinturas y conservar parte de su linaje en las mismas.

La temática de las pinturas se iban dirigiendo a otros rumbos pues: “Por


primera vez en la historia del país los pintores, tanto aficionados como
profesionales, comenzaron a dirigir su mirada y sus creaciones al ambiente
que los rodeaba, a los lugares, las personas y las cosas que realmente
veían.”10 La necesidad de poder no solo retirar elementos de devoción o de
índole cristiana llevo a la diversifican de temas, elementos que antes no se
9
La riqueza de la representación visual de los cuerpos dependía en buena manera de la posibilidad de
cruzar las tipologías de calidades del cuerpo con una o varias acciones y afectos.

10
Efraín Sánchez. La imagen de la nación en el siglo XIX. Pintores de lo cotidiano y lo extraordinario.
Credencial historia No. 312. Tomado de: http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-
historia/numero-312/la-imagen-de-la-nacion-en-el-siglo-xix-pintores-lo-cotidiano-lo-extraordinario
habían visto en la colonia, como es la utilización de paisajes y el retrato, ya no
esta vez solo de los santos, monjas sino de aquellos que pudieran costear dicho
trabajo.

Gracias a esto, se pueden observar retratos de hijos de la elite colombiana, o


de los mismos padres de la patria en posiciones heroicas y valerosidad que se
volvieron famosas entre el pueblo, pues al igual que en la colonia y el tiempo
de la historia humana también transmitían un mensaje. Aunque esta vez era
diferente al mensaje colonial, esta vez ya no era solo la vida ejemplar que
debían llevar los santos, sino que el arte empezó a mutar para ser mucho más
cercano a la idea del individuo como individuo y con como ser pecador. La
idea de las familias retratas entro en auge y gracias a este tipo de retratos
tenemos el segundo cuadro a analizar

José Miguel Figueroa. Retrato del niño


Cuervo. Óleo sobre tela. 1800. Colección de
Arte, Banco de la Republica.

Dentro de la información que pone el museo para los visitantes se puede leer
lo siguiente:
En el taller de Pedro José Figueroa (c.1770-1836) se formaron sus hijos, José
Celestino, José Miguel y José Santos, además de su amigo Luis García Hevia. La
curiosa serie de retratos de los niños Cuervo está conformada por seis pinturas, en la
que se combina la influencia quiteña con la bogotana. El padre de los niños, Rufino
Cuervo Barreto, como encargado de negocios durante la guerra de los Supremos
hasta 1842, se estableció en Quito, mientras su esposa María Francisca Urisarri,
prefirió permanecer en Bogotá. Es posible que el padre haya traído pintado uno de
los cuadros, sin el rostro, para que lo completaran, ya que sus hijos permanecían en
Bogotá. Los colores alegres y la presencia de la naturaleza en la obra son evidencia
de la escuela quiteña. Ese primer retrato sirvió de modelo a los pintores bogotanos,
quienes matizaron el color. Los seis retratos corresponden a seis de sus siete hijos,
Antonio María (1827-murió niño), Luis María (1829-1885), Ángel María (1831-
1896), Antonio Basilio (1834-1893), Carlos Nicolás (1840-murió joven) y Rufino
José (1844-1911).
El presente retrato es el único que está firmado por el pintor bogotano José Miguel
Figueroa. Las continuidades en el género del retrato entre el periodo colonial y el
siglo XIX son apreciables en esta obra y permiten identificar los cánones de los
talleres coloniales en donde la figura se presenta simple y está situada sobre
fondos neutros para resaltar los colores encarnados.11

En la siguiente obra, tal y como lo describe el texto previamente citado vemos


uno de los hijos de Rufino Cuervo, de primera mano y por el color del vestido,
se podría presumir que es una niña, pero en realidad era un hombre. Esto
sucede porque en el cuadro se busca expresar la idea de la pasión de cristo,
este elemento se representa con el color rojo, pero como este color es
demasiado para el retrato de un niño se opta por el color rosa. En el suelo se
puede observar un tapete de flores, y en la mano derecha del niño hay un
periquito de color verde.

Este cuadro causa curiosidad por que a pesar que estamos hablando del siglo
XIX aún hay una influencia importante de la escuela quiteña dentro de la obra
y la percepción de la idea devocionarios, aunque en este caso ya se pueden
introducir otros elementos, como la idea del retrato familiar, o un niño que no
es el divino niño.

Relaciones

11
Banco de la Republica. Una mirada a la colección. Tomado de:
http://www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-republica/obra/retrato-del-ni%C3%B1o-
cuervo
Dentro de las dos obras podemos ver un elemento marcado, el retrato, aunque
en contextos distintos, mientras que en la colonia era una manera de mostrar
devoción e incluso pedir por la salvación de sus almas, en la obra del siglo
XIX se puede observar la transición del mensaje como el poder adquisitivo
para poder hacer una obra de un niño se pintara

Pero tengamos en cuenta que en la colonia también se debía tener un poder


adquisitivo para poder acceder al trabajo de una artista para que este hiciera
una obra. Los dos trabajan de maneras distintas la idea de seguir los preceptos
del catolicismo. El de “la virgen del Carmen” derecha la idea del buen
cristiano en toda su narrativa, pero el “Retrato del niño cuervo lo hace de
manera sutil gracias a elemento tan delicado como el color del traje del niño o
la ulizac9on de las flores, que, aunque realmente es naturaleza si tiene cierto
parecido a elementos coloniales como las flores de las Monjas coronadas.

Por otro lado, y respetando los hechos acaecidos, los motivos de los retratos
dentro de las obras tienen mensajes distintos, mientras en uno se busca mostrar
y se pide por la salvación del alma a partir de una imagen que pudiese ser
observada y por ende buscaba obtener rezos, en el cuadro del siglo XIX hay
una idea de poder adquisitivo a partir de la ilustración de pinturas.

Es interesante observar como el arte, a pesar de los cambios en el tiempo y el


cambio de sus mensajes siempre buscan trasmitir algo, los mensajes permiten
entender al observador no solo el cuadro sino el contexto social y político en el
que se mueve la obra e incluso el autor, pues dependiendo de la temporalidad
en que se encuentre buscara pintar uno u otro elemento.

Bibliografía

Joaquín Iriarte, Pensares e historiadores. I casa de Austria (1500-1700).


Editorial Razón y Fe. S.A. Primera edición, Madrid, 1960, pág. 24.
José María Ots Capdequi, España en América. Universidad Nacional de
Colombia. Primera edición, Bogotá, 1948, Pág. 28.

Diana Ceballos, Hechicería y brujería e inquisición en el Nuevo Reino de


Granada. Editorial Universidad Nacional de Colombia, segunda edición, Bogotá.
1995. pág 11.

María Lucia Sotomayor. Cofradías, Caciques y Mayordomos.


Reconstrucción social y reorganización política en los pueblos de indios, siglo
XVIII. Primera edición. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
2004. Pag 38.

Santiago Sebastián, El baroco iberoamericano, mensaje iconográfico.


Ediciones encuentro. Bogotá. 1990. P 351.

Banco de la Republica. Una mirada a la colección. Tomado de:


http://www.banrepcultural.org/una-mirada-a-la-coleccion/obra.php?i=6#

Efraín Sánchez. La imagen de la nación en el siglo XIX. Pintores de lo


cotidiano y lo extraordinario. Credencial historia No. 312. Tomado de:
http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-
312/la-imagen-de-la-nacion-en-el-siglo-xix-pintores-lo-cotidiano-lo-
extraordinario

Banco de la Republica. Una mirada a la colección. Tomado de:


http://www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-
republica/obra/retrato-del-ni%C3%B1o-cuervo

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