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Una cierta nostalgia por algo

¿Dónde habrá quedado


la caja que nos falta
del inventario que no hicimos?
¿En el camión? ¿En una esquina retirada y
oscura
del placard que en una última inspección
dimos por vacío?
Cambiamos el color de las paredes. Imponemos
nuestra lógica de muebles y clavos;
lámparas que, como en una exhibición,
graduamos a la atmósfera que la obra,
nuestra obra adaptada al ambiente
de esporádico relevo, demanda.
Pero cómo nos cuesta olvidar
la caja extraviada. ¿Qué era
lo que había en su interior?
¿Algo que una vez decidimos
apartar de nuestra vista intentando
apartar así de nuestra mente? ¿Algo
de lo que no conseguíamos
desapegarnos?
Tras la logística de desplazamiento
queda cierta nostalgia por algo
que una vez consideramos
de importancia relativa.

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