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Antología
del
Curso
de
Habilidades
didácticas
Primera
Edición:
Marzo
2015
Última
Actualización:
Marzo
2015
Instituto
de
Capacitación
para
el
trabajo
del
Estado
de
Hidalgo
Circuito
Ex
Hacienda
la
Concepción,
Lote
17,
Edificio
“C”,
San
Juan
Tilcuautla,
C.P.
42060,
San
Agustín
Tlaxiaca,
Hgo.
Campus
Virtual
ICATHI
http://ecampus.icathi.edu.mx/moodle/
©
Todos
los
contenidos
son
propiedad
exclusiva
de
su
autor.
CONTENIDO
UNIDAD
2
.............................................................................................................................
28
Habilidades
didácticas
.........................................................................................................
28
2.1
Desarrollo
de
habilidades
didácticas
.......................................................................
29
2.1.1
La
voz
del
docente
.................................................................................................
29
2.1.2
Escuchar
activamente
............................................................................................
31
2.1
3
Ubicación
en
el
aula
...............................................................................................
34
2.1.4
Interacción
visual
...................................................................................................
35
2.1.5
Interpretar
señales
no
verbales
.............................................................................
35
2.1.6
Sonreir
apropiadamente
........................................................................................
36
2.1.7
No
hablar
a
las
pizarras
..........................................................................................
37
2.1.8
Ser
ordenado
en
sus
explicaciones
........................................................................
38
2.1.9
Completar
con
organizadores
gráficos
..................................................................
39
2.1.10
Utilizar
presentaciones
electrónicas
....................................................................
40
2.1.11
Intercalar
"informaciones
funcionales"
...............................................................
41
2.1.12
Activar
"esquemas
inclusores"
.............................................................................
42
2.1.13
Hacer
preguntas
...................................................................................................
43
2.1.14
Utilizar
los
silencios
..............................................................................................
44
2.1.15
Afrontar
quejas
....................................................................................................
45
2.1.16
Criticar
..................................................................................................................
47
2.1.17
Recibir
críticas
.......................................................................................................
48
2.1.18
Negociar
acuerdos
................................................................................................
49
2.1.19
Dar
instrucciones
claras
y
precisas
.......................................................................
51
2.1.20
Mantener
la
atención
...........................................................................................
52
2.1.21
Administrar
el
tiempo
...........................................................................................
53
BIBLIOGRAFÍA
..................................................................................................................
55
UNIDAD
2
Habilidades
didácticas
Objetivo
de
la
Unidad
Al
finalizar
la
unidad,
el
alumno
será
capaz
de
desarrollar
las
habilidades
didácticas
que
aplicará
en
la
impartición
de
cursos,
con
la
finalidad
de
elevar
la
calidad
del
proceso
enseñanza
-‐
aprendizaje.
Introducción
A
partir
de
los
años
sesenta
el
concepto
“docencia”
comenzó
a
crecer
semánticamente,
primero
fue
“presencial"
y
"no
presencial
o
a
distancia"
y,
desde
1990
“docencia
virtual”,
“docencia
on
line”
o
“docencia
a
través
de
Internet”,
como
parte
de
la
“docencia
no
presencial”
o
“docencia
a
distancia”.
Sin
duda,
el
concepto
seguirá
creciendo
y
diversificándose.
Por
ello
parece
necesario
concretar
y
acotar
las
habilidades
que
están
en
la
base
de
las
actividades
instruccionales
(clases
teóricas,
seminarios,
clases
prácticas,
laboratorios,
etc.)
de
lo
que
antes
era
simplemente
docencia
y
ahora
“docencia
presencial”.
En
general,
se
entiende
por
habilidad
didáctica
a
una
secuencia
breve
de
conductas
del
profesor
con
un
objetivo
concreto
y
con
algún
principio
psicológico
subyacente
que
la
orienta,
guía
y
da
sentido,
que
están
en
la
base
de
cualquier
actividad
instruccional
del
docente,
independientemente
del
tipo
de
clase
(clases
teóricas,
seminarios,
clases
prácticas,
laboratorios,
etc.)
y/o
método
de
enseñanza
(Aprendizaje
Basado
en
Problemas
ABP,
trabajo
por
proyectos,
etcétera)
y
que
ayudan
directa
o
indirectamente
a
que
los
alumnos
aprendan
antes,
más
y
mejor.
Son
un
tipo
de
ayuda
muy
concreto
para
aprender
con
alto
poder
motivador
(Sterling,
2009).
Estas
conductas,
al
ser
de
uso
muy
frecuente
en
la
docencia
presencial,
es
menester
que
el
profesor
las
automatice,
lo
que
hace
necesario
incluirlas
en
su
formación
psicopedagógica.
Muchos
investigadores
son
pésimos
docentes
porque
sienten
la
enseñanza
como
un
robo
de
horas
a
sus
tareas
de
investigación,
pero
la
excelencia
investigadora
no
puede
ser
una
excusa
para
la
mediocridad
docente.
La
sociedad
demanda
ahora
y
siempre
buenos
investigadores
pero
simultáneamente
buenos
docentes.
28
2.1 Desarrollo
de
habilidades
didácticas
Las
habilidades
didácticas
son
instrumentos
eficaces
para
la
docencia
motivadora.
La
experiencia
del
profesorado
y
los
informes
del
alumnado
señalan
su
alto
poder
motivador.
Dichas
habilidades
se
automatizan
fácilmente
con
la
práctica
consciente.
Los
componentes
de
una
habilidad
didáctica
son
(Román,
Carbonero,
Martín-‐Antón
y
De
Frutos,
2010;
Fernández-‐García,
2008;
Chanko,
2006).
v Objetivo
específico,
generalmente,
muy
concreto.
v Secuencia
corta
de
conductas
del
profesor;
secuencia
breve
de
pasos
fácilmente
operacionalizables.
v Disponen
de
teoría
psicológica
subyacente
que
orienta
y
guía
el
porqué
y
el
para
qué
de
su
implementación.
El
o
los
principios
psicológicos
subyacentes
generalmente
procedentes
del
paradigma
constructivista.
v Están
en
la
base
de
varios
métodos
o
estrategias
de
enseñanza.
v Utilizables
en
distintos
tipos
de
actividades
docentes
presenciales.
v Potencian
las
ayudas
del
profesor
durante
el
proceso
de
enseñanza-‐aprendizaje.
v Son
fácilmente
comprensibles,
aplicables
y
automatizables
mediante
la
práctica
reflexiva.
v Disponen
de
evidencia
empírica
-‐experimental
y/o
experiencial-‐
que
avalan
su
eficacia.
A
continuación
se
describen
habilidades
didácticas,
que
han
sido
contrastadas
con
profesores
considerados
muy
hábiles
(con
buenas
prácticas
docentes)
por
sus
alumnos.
La
voz
de
profesores
y
maestros
es
considerada
como
el
principal medio
de
enseñanza y
como
tal
debe
cumplir
con
algunos
requisitos
para
alcanzar
la
mayor
eficacia
en
su
empleo.
Recomendaciones para el uso de la voz en clases.
• Cuando
se
habla
en
la
clase,
el
ritmo
o
velocidad
del
habla
debe
ser
más
lento
que
en
la
conversación
normal,
de
lo
contrario
los
estudiantes
sólo
entenderán
las
primeras
y
las
últimas
palabras.
29
• Utilizar
pausas
al
hablar.
Existe
un
número
“mágico”
que
es
7+-‐2
palabras.
O
sea,
en
cada
emisión
de
voz
usted
debe
pronunciar
entre
5
y
9
palabras.
Por
supuesto
que
no
va
a
estar
contando
las
palabras
cuando
habla.
Para
entrenarse
se
hace
un
ejercicio
sencillo:
se
toma
un
párrafo
cualquiera
de
un
libro,
periódico
o
revista,
se
divide
con
líneas
verticales
de
acuerdo
a
esa
norma
y
se
lee
varias
veces
hasta
que
el
cerebro
se
habitúa
a
ese
ritmo.
Con
relación
a
esta
medida
también
hay
que
tener
en
cuenta
que
no
se
puede
dejar
una
o
varias
palabras
aisladas
o
carentes
de
sentido
solo
porque
no
caigan
en
este
rango.
• La
entonación
de
la
voz
en
el
aula
tiene
que
ser
más
pronunciada
que
en
la
conversación
normal.
Por
ejemplo:
si
se
hace
una
pregunta
hay
que
recalcar
la
entonación
ascendente
al
final
para
que
pueda
ser
entendida.
Los
cambios
de
tono
al
hablar
(más
agudo
o
más
bajo)
dan
interés
a
lo
que
se
dice
y
evitan
la
monotonía.
• Utilizar
la
mímica
al
hablar,
la
expresión
del
rostro
y
los
gestos
corporales
ayudan
a
transmitir
los
conocimientos.
Los
desplazamientos
discretos
en
el
aula
contribuyen
a
mejorar
la
atención.
• Practicar
la
correcta
dicción
(pronunciación)
de
las
palabras
en
voz
alta,
óigase
a
usted
mismo.
Sobre
todo
de
aquellas
palabras
nuevas
o
en
idiomas
extranjeros.
Si
no
conoce
la
pronunciación
correcta
de
una
palabra
en
otro
idioma,
dígala
en
Español,
pero
evite
las
mezclas
que
muchas
veces
son
desafortunadas.
Tenga
presente
que
muchos
vicios
de
dicción
se
adquieren
durante
la
infancia
y
son
muy
difíciles
de
erradicar.
• Evitar
la
repetición
de
términos
como
“entienden”,
“entonces”,
“bien”,
etc.
También
sonidos
como
“eeee”
y
otros
que
dispersan
la
atención
de
los
oyentes.
Este
tipo
de
error
de
dicción
conocido
como
“muletilla”
es
difícil
de
erradicar
y
la
mayoría
de
las
veces
el
hablante
lo
repite
sin
darse
cuenta.
El
arrastre
del
final
de
algunas
palabras
seguidas
de
pausas
muy
largas
dan
idea
de
inseguridad.
• Observar
a
los
estudiantes
cuando
habla,
por
ellos
se
dará
cuenta
si
su
mensaje
es
entendido
o
no,
si
muestran
interés
en
lo
que
les
dice
o
solo
desean
que
termine
la
clase
para
que
se
vaya.
• Es
importante
mencionar
que
la
inseguridad,
el
temor,
la
cólera,
la
tristeza
y
otras
emociones
se
transmiten
por
la
voz.
A
continuación
se
sugieren
algunas
medidas
para
el
cuidado
de
la
voz,
en
sentido
general,
aunque
cada
persona
de
acuerdo
a
sus
particularidades
necesitará
enfatizar
unas
u
otras.
• Utilizar
una
intensidad
para
hablar
que
le
resulte
cómoda,
no
gritar.
Hablar
de
manera
que
lo
puedan
escuchar
los
últimos
alumnos
del
aula,
pero
no
tan
alto
que
los
aturda.
Para
aumentar
la
potencia
de
la
voz
debe
acostumbrarse
a
contraer
el
abdomen
cuando
habla
para
impulsar
el
aire
con
mayor
fuerza.
30
• Evitar
cualquier
cosa
que
pueda
ser
irritante
antes
de
su
clase
como
fumar,
ingerir
bebidas
alcohólicas,
líquidos
muy
calientes
o
comidas
muy
condimentadas
o
calientes.
• No
hablar
nunca
mientras
borra
la
pizarra
o
escribe
en
ella.
El
polvo
de
la
tiza
es
altamente
irritante
para
sus
órganos
fonatorios.
Mantener
la
boca
cerrada.
• Descansar
la
voz
entre
turnos
de
clase
o
al
terminar
su
sesión
de
trabajo.
• No
hablar
innecesariamente
durante
turnos
muy
largos.
Planificar
sus
intervenciones,
hacer
que
los
estudiantes
trabajen
independientemente.
• No
competir
con
los
ruidos
externos,
como
el
paso
de
un
camión
o
una
motocicleta.
Esperar
a
que
disminuyan
o
acercarse
a
los
estudiantes.
Si
los
alumnos
hacen
mucho
ruido
entonces
hablar
más
bajo,
se
comprobará
que
es
más
efectivo
que
gritar
más
que
ellos.
• Tratar
de
ingerir
bebidas
ligeras
o
agua
fresca
entre
turnos
de
clase,
que
lubriquen
y
alivien
la
laringe
(no
excesivamente
frías).
• Dar
clases
en
locales
con
aire
acondicionado
donde
la
temperatura
sea
muy
fría
puede
ser
irritante
para
su
voz.
Protegerse
también
para
hablar,
de
ventanas
y
puertas
por
donde
entren
fuertes
corrientes
de
aire
o
polvo.
• Ante
cualquier
disfonía
(ronquera)
persistente,
dolor
u
otros
síntomas
inusuales
de
sus
órganos
fonatorios
acudir
al
médico
enseguida.
Se
puede
practicar
en
casa
o
en
un
aula
vacía
para
efectuar
los
cambios
que
se
consideren
necesarios
en
estos
componentes
de
la
voz.
Evitar
hablar
de
forma
monótona,
porque
al
hacerlo
se
transmitirá
a
los
alumnos
que
no
se
siente
motivado
por
el
tema
de
la
conversación.
Tampoco
se
debe
hablar
en
voz
demasiado
alta
o
demasiado
baja
ni
con
excesiva
rapidez.
Todos
estos
elementos
utilizados
conjuntamente
mejorarán
las
habilidades
para
la
enseñanza.
La
escucha
activa
consiste
en
una
forma
de
comunicación
que
demuestra
al
hablante
que
el
oyente
le
ha
entendido.
Se
refiere
a
la
habilidad
de
escuchar
no
sólo
lo
que
la
persona
está
expresando
directamente,
sino
también
los
sentimientos,
ideas
o
pensamientos
que
subyacen
a
lo
que
se
está
diciendo
31
Uno
de
los
principios
más
importantes
y
difíciles
de
todo
el
proceso
comunicativo
es
el
saber
escuchar,
puesto
que
pasamos
más
tiempo
pendientes
de
lo
que
nosotros
decimos
que
de
lo
que
realmente
queremos
con
nuestras
comunicaciones,
y
es
que
la
otra
persona
nos
escuche,
pero
también
que
nos
responda,
y
para
ello
debemos
estar
atentos
a
sus
emisiones
y
no
sólo
a
las
nuestras.
Escuchar
requiere
un
esfuerzo
superior
al
que
se
hace
al
hablar
y
también
del
que
se
ejerce
al
escuchar
sin
interpretar
lo
que
se
oye.
Para
llegar
a
entender
a
una
persona
se
precisa
cierta
empatía,
es
decir,
saber
ponerse
en
el
lugar
de
la
otra
persona,
la
que
nos
está
hablando,
transmitiendo
un
mensaje
que
desea
que
entendamos
y
al
que
necesita
que
demos
respuesta.
Existen
algunos
obstáculos
que
impiden
que
escuchemos
con
eficiencia:
§ Atención
dividida:
El
tratar
de
hacer
demasiadas
cosas
al
mismo
tiempo
nos
coloca
y
coloca
a
la
otra
parte
en
una
posición
inadecuada
e
incómoda.
Ej:
cuando
estamos
escribiendo
en
pizarrón
y
a
la
vez
hablando
con
los
alumnos,
aunque
pretendamos
hacer
ambas
cosas
al
mismo
tiempo
alguna
no
será
realizada
de
forma
óptima.
§ Atención
a
nosotros
mismos:
Comprometemos
nuestra
capacidad
de
escuchar
a
la
otra
parte.
Ej:
cuando
estamos
intentando
escuchar
activamente,
a
veces
nos
fijamos
en
nosotros
mismos,
enviándonos
mensajes
internos
de
lo
bien
o
mal
que
estamos
escuchando
al
otro,
cuando
en
realidad
estamos
más
centrados
en
cómo
lo
hacemos
que
en
escuchar
en
sí
a
la
otra
persona.
§ Pretender
que
escuchamos:
cuando
en
realidad
no
es
así.
Ej:
cuando
estamos
frente
a
otra
persona
y
le
mandamos
señales
de
que
le
estamos
escuchando,
aunque
internamente
estamos
pensando
en
otros
problemas
que
tenemos,
pretendemos
escuchar,
pero
no
lo
estamos
haciendo.
A
continuación
se
enlistan
algunas
actitudes
que
pueden
permitir
mejorar
nuestra
escucha
activa,
en
el
aula
escolar.
§ No
interrumpir
cuando
el
alumno
está
hablando.
§ Comprender
que
no
somos
los
únicos
que
hablamos,
esto
se
traduce
en
dejar
hablar
a
los
demás
sin
anticiparnos
a
lo
que
nos
van
a
decir.
§ Consideración
y
amabilidad
hacía
las
personas
con
quienes
uno
habla,
esta
consideración
podemos
demostrarla
con
hechos
como:
valorar
lo
que
dicen,
prestarles
atención
etc.
32
§ Voluntad
de
hacer
que
la
escucha
sea
parte
activa
del
proceso
de
comunicación,
ser
conscientes
de
que
debemos
escuchar
y
mostrar
al
alumno
que
queremos
escucharlo,
con
mensajes
no
verbales
como
asentimientos
de
cabeza,
mirada
centrada
en
la
persona
que
habla,
etcétera.
§ Aprender
a
escuchar
"entre
líneas”,
en
algunos
mensajes
que
escuchamos
es
igual
de
importante
lo
que
dicen
que
lo
que
no
dicen,
debemos
estar
atentos
a
ver
lo
que
se
dice
entre
líneas
en
una
conversación.
§ Cuando
el
alumno
tiene
un
problema,
hay
que
escucharlo
con
mayor
interés.
Es
el
momento
de
aplicar
la
escucha
activa,
necesita
ser
escuchado
y
comprendido.
Se
puede
mostrar
al
alumno
que
estamos
escuchando
activamente
de
diferentes
formas:
§ Eco:
Repetición
textual
de
lo
dicho
por
la
otra
persona.
Es
una
auténtica
regla
de
oro,
sobre
todo
si
la
otra
persona
está
alterada,
aunque
utilizado
en
exceso
puede
hacer
pensar
a
la
otra
persona
que
la
estamos
imitando.
§ Reformulación:
Expresar
con
nuestras
propias
palabras
lo
que
hemos
comprendido
del
mensaje.
§ Reflejo
de
sentimientos:
Expresamos
solamente
el
sentimiento
que
hemos
percibido
en
el
otro.
§ Abre
puertas:
Sería
una
invitación
a
seguir
hablando,
se
puede
realizar
a
través
de
señales
no
verbales
como
expresión
facial,
mirada
atenta,
postura
corporal
inclinada
hacia
la
persona
a
la
que
atendemos…
o
también
con
mensajes
verbales
como
“¿…?”,
“Explícame
más
de
eso”,
“Me
decías
que…”,
“¿Podrías
aclarármelo
un
poco
más?”
Ventajas
que
la
escucha
activa
tiene,
tanto
sobre
la
persona
que
escucha
como
sobre
la
que
se
siente
escuchada:
1. Se
crea
un
clima
de
confianza
que
facilita
la
comprensión
mutua.
2. Se
puede
comunicar
aceptación
e
incrementar
la
motivación
del
alumno.
3. Se
reduce
la
tensión,
las
diferencias
de
criterios.
4. Se
aprende
del
otro.
5. Se
facilita
la
reducción
de
conflictos.
6. Se
toman
mejores
decisiones.
7. Se
aprende
a
trabajar
mejor.
8. Se
gana
tiempo
para
pensar.
9. Se
estimula
la
cooperación
del
alumno.
33
Como
hemos
visto,
las
habilidades
de
comunicación
son
esenciales
para
la
construcción
de
relaciones
y
saber
trabajar
con
otros.
Desafortunadamente,
algunos
estudiantes
de
hoy
día
luchan
con
uno
de
los
aspectos
más
importantes
de
la
comunicación:
saber
escuchar.
En
esta
era
tecnológica,
los
maestros
deben
definir
y
modelar
la
forma
de
escuchar
activamente.
Por
lo
anterior,
el
docente
es
un
modelo
a
seguir
para
sus
alumnos,
por
lo
que
debe
escuchar
activamente
cuando
se
comunica
con
ellos,
haciendo
contacto
visual
y
asintiendo
con
la
cabeza
afirmativamente
para
hacerles
saber
que
presta
atención
a
lo
que
dicen.
Responder
con
afirmaciones
como
"entiendo",
"bien"
o
"continúa".
Cuando
el
estudiante
termine
de
hablar,
resumir
brevemente
lo
que
ha
dicho
y,
luego,
responder
y
dar
su
opinión.
La
aplicación
de
esta
habilidad
hará
que
los
alumnos
se
sientan
atendidos,
importantes
y
que
se
les
escucha
con
atención.
Los
alumnos
necesitan
ser
escuchados
si
no,
no
hay
comunicación
En
la
formación,
el
receptor
es
el
alumno;
éste
muchas
veces,
con
sus
preguntas,
respuestas
y
forma
de
actuar
envía
mensajes
al
formador
(emisor).
Ser
un
buen
formador
no
significa
sólo
“emitir”
mensajes
correctos
(según
los
principios
de
comunicación
verbal
y
no
verbal)
sino
que
implica
de
manera
muy
importante
la
tarea
de
escuchar
al
alumno.
Solo
si
escuchamos
lo
que
el
alumno
dice
podremos
adecuar
nuestro
mensaje
como
formadores
a
sus
necesidades.
34
Es
de
suma
importancia
mantener
el
contacto
visual
con
todos
los
estudiantes
y
no
sólo
con
aquellos
que
parecen
prestar
atención.
35
Cuando
se
observa
a
un
alumno,
o
a
un
grupo,
moviéndose
en
exceso
en
el
asiento,
mirando
hacia
lo
que
están
haciendo
los
compañeros,
haciendo
ruido
con
los
materiales
de
trabajo
u
otro
tipo
de
conducta
disruptiva
(que
produce
ruptura
brusca),
los
principios
de
la
docencia
motivadora
exigen
que
el
profesor
tome
la
iniciativa.
Son
señales
no
verbales
que
pueden
interpretarse,
en
la
mayoría
de
los
casos,
como
indicador
de
que
ese
estudiante
no
es
capaz
de
seguir
lo
explicado
(o
la
tarea
que
se
esté
realizando)
o
que
no
entiende
la
información,
actividad
o
tarea
que
se
le
acaba
de
exponer;
o
que
no
está
interesado
en
ello.
En
nuestra
vida
cotidiana,
constantemente
estamos
enviando
mensajes
no
verbales
a
otras
personas
(muecas,
señales
con
brazos,
manos,
dedos,
direcciones
de
pies,
miradas),
que
en
sí
mismos
emiten
mensajes
de
gran
poder
comunicativo.
En
el
aula
esto
sucede
constantemente
y
el
profesor
debe
saber
interpretarlas.
Objetivos
específicos
a)
Facilitar
la
comunicación
con
los
estudiantes.
b)
Hacer
sentir
mejor
a
aquellos
alumnos
que
no
son
lo
suficientemente
asertivos
como
para
preguntar
en
clase
o
a
aquellos,
que
cuando
tienen
que
hacerlo,
les
provoca
un
aumento
excesivo
su
nivel
de
ansiedad
y,
por
lo
general,
no
lo
hacen
adecuadamente
(Knapp&Daly,
2002;
Babad,
Avni-‐
Babbad&Rosenthal,
2004;
Ospina
y
González-‐Agudelo,
2009).
¿Cómo
actuar
ante
las
señales
no
verbales
enviadas
por
los
estudiantes?
a)
Observación
repetida
de
señales
no
verbales
en
uno
o
más
alumnos.
b)
Detener
la
explicación.
c)
Preguntar
al
alumno
o
alumnos
que
es
lo
que
no
se
entiende.
d)
Actuar
en
función
de
la
respuesta
del
estudiante:
si
es
algo
que
no
se
entiende,
por
ejemplo,
utilizar
la
habilidad
didáctica
de
los
niveles
de
abstracción
(Román
et.
al.
2010),
en
el
supuesto
que
sea
algo
que
no
se
ha
entendido;
si
es
otra
la
respuesta,
actuar
en
consecuencia.
36
clase
y
que
se
siente
a
gusto
y
relajado.
Pero
se
debe
tener
cuidado
de
no
excederte
con
la
sonrisa,
ya
que
las
consecuencias
de
hacerlo
podrían
ser
negativas.
Un
profesor
debe
mostrar
una
expresión
receptiva
y
abierta.
Manteniendo
los
ojos
bien
abiertos,
los
labios
ligeramente
separados
y
estableciendo
un
contacto
visual
directo,
los
alumnos
sabrán
que
son
aceptadas
de
buen
grado
sus
ideas
y
preguntas.
Esta
habilidad
docente
básica
hace
referencia
a
otro
de
los
comportamientos
del
buen
profesor
según
encuestas
a
alumnado:
ser
simpático,
optimista,
alegre.
Comportamientos
todos
los
que
pueden
manifestarse
–entre
otras
formas
y
de
alguna
manera-‐
a
través
de
la
sonrisa
(García-‐Monteagudo,
2007).
Hace
sentir
bien
a
los
estudiantes,
y
lo
que
es
más
importante,
a
los
propios
profesores.
Objetivos
específicos
a)
Reforzar
el
comportamiento
y
las
intervenciones
positivas
del
alumnado
durante
las
explicaciones,
con
la
intención
de
que
este
tipo
de
intervenciones
sean
frecuentes
en
las
clases
(se
necesitan
alumnos
con
iniciativa
y
buena
comunicación
oral).
b)
Hacer
sentirse
bien
al
estudiante
en
el
aula,
lo
que
crea
un
buen
clima
de
clase
que
a
su
vez
facilita
condicionamientos
clásicos
positivos
entre
materia,
profesor,
alumno
y
asistencia.
¿Cómo
sonreír
ante
los
alumnos?
a)
Tras
la
intervención
del
estudiante
dirigirse
a
él
con
una
sonrisa,
con
cierta
demostración
de
alegría.
b)
Mantenerla
durante
todo
el
tiempo
que
dure
su
intervención
y
lo
que
dure
nuestra
respuesta.
c)
Continuar
la
tarea
que
se
esté
realizando
con
un
equilibrio
adecuado
entre
seriedad
y
alegría
(demostrable
con
una
sonrisa
adecuada).
37
Es
importante
controles
este
comportamiento
hasta
volverlo
automático,
porque
la
tendencia
natural
impulsa
a
hablar
a
las
pizarras.
Objetivos
específicos
a)
Facilitar
la
comunicación
verbal
y
no
verbal.
b)
Hacer
que
los
estudiantes
oigan
lo
que
estamos
escribiendo
en
la
pizarra.
c)
Obviar
comportamientos
disruptivos
del
alumnado
al
no
escuchar
lo
que
el
profesor
está
diciendo
ya
que,
en
realidad,
está
hablando
a
la
pizarra
o
a
la
presentación
electrónica.
Recomendaciones
a)
Al
acudir
a
la
pizarra
cuando
sea
necesario
para
hacer
alguna
anotación
verbal
o
algún
organizador
gráfico,
hacerlo
en
silencio;
de
nada
sirve
hablar
a
la
pizarra;
ella
no
nos
va
a
entender.
c)
Terminada
la
escritura
o
el
gráfico,
explicarlo,
pero
mirando
a
los
estudiantes.
Recordemos
que
la
información
tiene
un
soporte
oral
y
también
gestual
y
ambos
están
cargados
de
afectividad.
La
eficacia
comunicativa
de
estos
tres
elementos
se
pierde
si
hablamos
mirando
a
la
pizarra
(Bernad,
1991;
Provitera-‐McGlynn,
2007;
Ediger,
2009).
38
fácilmente
observable
o
inferible
(Sánchez,
1993;
García
Madruga,
2006;
Román,
2005).
No
obstante,
pueden
usarse
otros
criterios
de
ordenamiento.
Objetivos
específicos
a)
Ayudar
a
relacionar
la
información
nueva
con
la
almacenada
en
la
memoria
semántica
–o
de
la
información
nueva
entre
sí-‐
en
la
mayoría
de
los
estudiantes.
Se
dice
que
los
estudiantes
con
altas
capacidades
o
los
alumnos
expertos
en
un
tema
disfrutan
más
en
una
clase
con
un
profesor
desordenado,
pero
no
quiere
decir
que
no
disfruten
si
el
profesor
es
ordenado
en
sus
explicaciones.
Es
decir
si
utiliza
una
secuenciación
de
la
presentación
de
la
información
según
algún
criterio
subyacente
descubrible
por
los
estudiantes.
b)
Tranquilizar
al
alumnado,
no
elevar,
por
el
desorden,
más
de
lo
necesario
el
nivel
de
ansiedad.
¿Cómo
aplicar
(identificar)
esta
habilidad?
a)
Decidir
un
criterio
de
presentación
de
la
información
durante
la
preparación
de
la
clase.
b)
Seguirle
la
mayor
parte
del
tiempo
posible.
c)
Si
se
detectan
señales
no
verbales
relacionadas
con
la
comprensión
de
las
explicaciones,
preguntarse
si,
en
parte,
pueden
deberse
a
no
ser
ordenados
en
la
presentación
de
la
información.
39
Normalmente
cuando
se
pone
la
información
a
disposición
del
alumnado
se
hace
en
soportes
verbales
(orales
o
escritos
en
las
diapositivas
del
PowerPoint)
siguiendo
un
orden
o
secuencia
(ordenados).
Pero
si
requiere
facilitar
más
el
aprendizaje
deben
presentarse
gráficos
o
figuras
más
o
menos
idosincrásicos
hechos
en
el
momento
en
la
pizarra
o
llevados
hechos
en
las
diapositivas
del
PowerPoint.
Normalmente
resumen
y
hacen
más
comprensible
la
información
oral.
La
refuerzan.
Activan
más
zonas
cerebrales,
o
asambleas
neuronales,
al
tener
que
procesar
otros
tipos
de
símbolos
o
formas
de
representación
de
la
información
en
la
memoria
(niveles
de
procesamiento).
Los
organizadores
gráficos
sirven
para:
ilustrar
y
explicar
las
relaciones
entre
los
contenidos
del
aprendizaje;
ayudar
a
percibir
visualmente
ideas
abstractas;
asistir
a
los
estudiantes
que
tienen
vocabulario
restringido;
ayudar
a
organizar
la
información;
utilizarlos
mejora
la
memoria
de
trabajo
del
alumnado.
Objetivos
específicos
a)
Completar
-‐y
profundizar-‐
el
procesamiento
verbal,
analítico
y
secuencial
de
la
información
nueva,
con
un
procesamiento
icónico,
estructural
y
global.
b)
Ayudar
a
relacionar,
en
la
mayoría
de
los
estudiantes,
la
información
nueva
con
la
almacenada
en
la
memoria
semántica
y/o
de
la
información
nueva
entre
sí
(Fuentes,
2006;
Bellanca,
2007;
Cowden,
Cianca,
Hahn,
Brown,
Ciminelli,
Huang,
&
Vermette,
2009).
¿Cómo
utilizar
los
organizadores
gráficos?
a)
Terminar
de
explicar
una
parte
integrada
de
informaciones.
b)
Presentar
o
hacer
el
organizador
gráfico
que
lo
resume
o
que
lo
hace
más
comprensible.
c)
Continuar
con
la
explicación
(volver
al
primer
paso
y
así
sucesivamente).
40
PowerPoint
y
las
presentaciones
de
diapositivas
captan
y
mantienen
la
atención
de
los
alumnos
mediante
el
uso
de
videos,
gráficos
y
música.
Debido
a
que
los
estudiantes
de
hoy
en
día
están
tan
avanzados
a
nivel
tecnológico,
las
herramientas
que
implican
el
uso
de
tecnología
como
las
presentaciones
de
diapositivas,
incrementan
la
participación
e
interacción
de
los
alumnos.
Es
importante
mencionar
que
si
se
utiliza
una
presentación
electrónica,
se
debe
procurar
que
sea
solo
el
resumen
de
los
puntos
a
desarrollar,
con
pocas
diapositivas
y
texto
en
cada
una
de
ellas.
No
se
debe
escribir
todo
lo
que
se
pretende
que
los
alumnos
aprendan
para
que
no
pierdan
la
atención.
41
¿Cómo
intercalar
informaciones
funcionales?
a)
Explicar
con
metodología
convencional,
o
con
metodologías
innovadoras,
la
temática
que
corresponda.
b)
Se
pueden
utilizar
frases
como
:
“A
propósito:
esto
que
acabamos
de
trabajar
puede
ser
utilizado
en…
O
sirve
para….
O
está
en
la
base
de
aquel
experimento…”,
es
decir
puede
usarse
cualquiera
frase
que
sea
útil
para
enlazar
la
teoría
explicada
con
sus
aplicaciones
prácticas
en
cualquier
ámbito
de
la
actividad
humana
(personal,
social,
profesional
o
académico).
O
bien,
preguntar
a
los
alumnos
dónde
creen
ellos
que
puede
ser
utilizado
este
conocimiento
y
tener
iniciativa
(Sanz
de
Acedo
(2010).
c)
Seguir
con
la
explicación
teórico-‐conceptual
o
tecnológico-‐instrumental
que
se
esté
trabajando
y
volver
a
introducir
una
información
funcional
cuando
proceda.
42
Objetivos
específicos
a)
Ayudar
a
traer
a
la
memoria
de
trabajo
aquellos
esquemas
de
conocimiento
almacenados
en
la
memoria
a
largo
plazo
para
que
lo
puedan
relacionar
con
la
información
nueva.
b)
Ayudar
a
relacionar
la
información
nueva
con
la
almacenada
en
la
memoria
semántica
(conocimientos
previos
o
esquemas
inclusores).
¿Cómo
activar
esquemas
inclusores?
a)
Utilizar
organizadores
previos:
dos
o
tres
frases
que
resuman
las
ideas
fundamentales
del
tema
que
se
vaya
a
trabajar.
b)
Repetirlas
varias
veces
con
las
mismas
o
parecidas
palabras.
c)
Comenzar
la
diferenciación
progresiva
de
cada
una
de
las
ideas
presentadas;
al
ser
tan
generales
y
al
haberlas
repetido
varias
veces
estarán
en
la
memoria
de
trabajo
de
los
estudiantes
y,
con
ellas,
comenzarán
a
asociar
la
nueva
información
(motivación
intrínseca).
Y
si
se
está
trabajando
orientada
por
la
teoría
genética
del
aprendizaje
entonces:
a)
Visionado,
audición
o
manipulación
de
algún
material
relacionado
con
la
temática
que
se
va
a
trabajar.
b)
Tras
retirar
el
material,
activación
de
esquemas,
preguntar
a
los
alumnos
sobre
lo
que
han
visto,
oído
o
manipulado,
o
sobre
experiencias
relacionadas
con
ello
(si
se
toma
nota
de
lo
que
los
alumnos
van
diciendo,
se
podrán
conocer
sus
conocimientos
previos
específicos,
generales
y
erróneos)
y
además
activarlos,
ya
que
los
tienen
en
estos
momentos
en
la
memoria
de
trabajo.
c)
A
continuación,
el
profesor
relacionará
lo
que
explica
(que
puede
ser
significativa
y
funcional,
elementos
que
la
hacen
altamente
motivadora)
con
lo
que
ha
oído.
43
El
docente
debe
abordar
los
errores
no
como
fracasos,
sino
como
ocasiones
para
enriquecer
el
proceso
de
aprendizaje,
evitando
penalizar
los
errores
de
los
estudiantes,
utilizándolos
como
ocasiones
de
aprendizaje,
estimulándolos
a
fundamentar
sus
respuestas
y
a
analizar
las
de
los
demás
estudiantes.
Es
importante
promover
la
utilización
de
un
lenguaje
oral
y
escrito
gradualmente
más
preciso
y
pertinente.
El
profesor
debe
crear
oportunidades
sistemáticas
para
que
los
alumnos
socialicen
sus
aprendizajes
y
productos
a
través
de
diversas
formas
de
expresión
oral
y
escrita.
Aunque
se
haga
una
exposición,
es
importante
propiciar
el
diálogo
con
los
estudiantes:
el
profesor
no
debe
hablar
todo
el
tiempo.
Si,
por
ejemplo,
la
clase
es
de
matemáticas,
es
preferible
que
se
resuelva
el
problema
junto
con
los
estudiantes
y
no
que
se
lleve
solucionado,
porque
de
esta
forma
se
da
tiempo
a
que
ellos
procesen
la
información
y
hagan
preguntas
si
no
entienden.
La
velocidad
de
procesamiento
cerebral
de
información
que
entra
por
los
sentidos
es
limitada.
Se
mide
en
milisegundos
(ms:
10-‐3
segundos);
en
microsegundos
(μs:
10-‐6
segundos)
o
en
nanosegundos
(ns:
10-‐9
segundos).
Las
investigaciones
de
laboratorio
(Gagné,
1991)
muestran
que
si
explicamos
a
más
de
120
palabras
por
minuto
-‐como
media-‐
con
abundantes
términos
técnicos
en
el
lenguaje,
el
cerebro
no
dispone
de
tiempo
suficiente
ni
para
relacionarlos
con
el
conocimiento
previo,
ni
para
relacionar
los
conceptos
entre
sí.
44
Cuando
los
alumnos
estén
distraídos
o
platicando,
es
recomendable
dejar
de
hablar
y
esperar
a
que
escuchen.
No
sirve
de
nada
hablar
más
alto.
Así,
cuando
se
hace
una
pausa,
ellos
mismos
piden
a
sus
compañeros
que
presten
atención.
1. Objetivos
específicos:
a)
Dar
tiempo
a
los
alumnos
para
que
procesen
la
información.
b)
Hacer
que
descansen
los
mecanismos
atencionales
de
los
estudiantes
(Penna&Mocci,
2005;
Nakane,
2007;
Long,
2008;
Ollin,
2008;
Reda,
2009).
¿Cuándo
utilizar
los
silencios?
a)
Tras
la
exposición
de
cada
concepto
o
principio
relevante.
b)
Silencio
de
cuatro
o
cinco
segundos.
c)
Continuar
con
la
explicación.
Los
tres
pasos
anteriores
se
han
de
repetir
cuantas
veces
sea
necesario
a
juicio
del
profesor
que,
al
dominar
la
materia
que
explica,
debe
saber
las
dificultades
de
comprensión
de
los
conceptos
o
principios
que
explica.
45
También
es
una
oportunidad
para
que
el
alumno
se
sienta
escuchado
y
útil,
para
mostrarle
nuestro
interés
por
su
bienestar.
Veamos
a
través
de
los
siguientes
pasos,
cómo
debemos
proceder
ante
las
quejas
o
reclamos,
y
cómo
se
puede
convertir
el
problema
en
una
verdadera
oportunidad:
1.
Afrontar
el
problema
El
primer
paso
para
manejar
las
quejas
y
reclamos,
es
afrontar
el
problema
y
atender
la
queja
o
reclamo
tan
pronto
como
nos
sea
posible.
En
caso
de
que
sea
el
docente
quien
haya
cometido
algún
error,
no
se
debe
esperar
a
que
el
alumno
se
los
haga
saber,
sino
que
se
debe
anticipar
a
su
queja
o
reclamo,
acercándose
o
comunicándose
con
él,
y
afrontar
el
problema.
2.
Escuchar
atentamente
En
segundo
lugar
se
debe
escuchar
atentamente
la
queja
o
reclamo
del
alumno,
y
hacer
las
preguntas
que
sean
necesarias
para
asegurarse
de
haber
comprendido
bien
el
problema.
Ello
permitirá,
además
de
poder
entender
el
problema,
poder
demostrar
interés
por
su
situación,
lo
que
a
su
vez
ayudará
a
apaciguarlo.
Por
el
contrario,
si
al
contar
su
queja
o
reclamo,
se
está
distraído,
por
ejemplo,
mirando
hacia
otro
lado
mientras
él
nos
habla,
ello
podría
molestarlo
aún
más,
y
empeorar
la
situación.
3.
Ofrecer
disculpas
Una
vez
entendido
el
problema
se
recomienda
ofrecer
disculpas,
lo
que
permitirá
hacerle
saber
al
alumno
que
se
ha
comprendido
el
motivo
de
su
queja
o
reclamo,
lo
que
también
ayudará
a
apaciguarlo.
En
caso
de
que
el
problema
haya
sido
sólo
un
malentendido,
se
recomienda
simplemente
podemos
dar
explicaciones
del
caso.
4.
Resolver
el
problema
El
siguiente
paso
es
resolver
el
problema
tan
pronto
como
nos
sea
posible.El
docente
puede
tomar
la
iniciativa,
u
optar
por
preguntar
al
alumno
cómo
es
que
quisiera
que
se
resuelva
el
problema.
46
En
caso
de
que
se
trate
de
un
problema
que
no
se
puede
resolver
inmediatamente,
se
puede
prometer
que
se
va
a
solucionar
lo
más
pronto
posible,
empezar
inmediatamente
con
las
gestiones
del
caso
y
hacer
seguimiento.
Es
importante
mencionar
que
todas
las
quejas
y
reclamos
no
siempre
serán
válidas,
se
debe
en
lo
posible
tratar
de
satisfacer
las
solicitudes
del
alumno,
pero
en
ocasiones
se
le
tendrá
que
hacer
saber
serenamente,
que
esta
vez
no
tiene
la
razón.
2.1.16
Criticar
Si
se
quiere
desarrollar
una
habilidad
es
necesario
practicarla:
para
aprender
a
escribir
es
forzoso
redactar;
para
aprender
a
resolver
problemas,
se
deben
llevar
a
cabo
muchos
ejercicios;
para
aprender
a
ser
crítico,
es
preciso
que
el
estudiante
practique
la
argumentación.
Hacer
críticas
puede
ser
lo
que
impulse
un
proyecto
o
lo
que
mejore
un
resultado.
Sin
embargo,
se
debe
realizar
estas
críticas
con
sumo
cuidado,
ya
que
pueden
ser
fácilmente
confundidas
con
ofensas.
Hay
ciertas
cosas
que
se
deben
tener
en
cuenta
a
la
hora
de
hacer
críticas.
Por
ejemplo,
la
primera
es
recordar
que
se
está
haciendo
una
crítica
constructiva,
y
no
una
destructiva.
Es
decir,
no
se
debe
criticar
solo
para
señalar
los
errores
de
los
alumnos,
sino
para
procurar
mejoras
en
los
resultados
de
su
labor,
o
en
su
rendimiento
o
actitud.
Por
ello,
se
debe
ser
sumamente
sensibles
y
respetuosos,
tener
un
trato
amable
y
cordial,
y
expresarse
de
la
manera
adecuada
al
emitir
una
crítica
a
un
alumno.
Recomendaciones
al
realizar
crítica
constructiva
• Cuando
se
brinde
una
crítica
constructiva
hay
que
reconocer
la
labor
del
alumno,
haciéndole
saber
que
no
todo
lo
que
hace
está
mal,
quizás
incluso
señalar
algunas
de
sus
virtudes.
• Cuando
se
brinde
una
crítica
a
un
alumno,
procurar
no
jugar
la
carta
del
rango
superior.
Esto
será
muy
sencillo,
al
emitir
la
crítica
hay
que
explicar
adecuada
y
claramente
el
por
qué
de
la
misma,
y
ofrecer
una
solución
al
conflicto
en
cuestión,
evitando
la
actitud
de
"porque
yo
lo
digo".
47
• El
derecho
a
réplica:
una
cosa
muy
importante
para
recordar
a
la
hora
de
realizar
críticas
constructivas:
la
persona
que
las
recibe
tiene
siempre
derecho
a
una
réplica,
o
a
explicarse
por
sus
actos.
Esto
es
muy
valioso
también
cuando
se
esté
recibiendo
una
crítica:
la
humildad,
el
respeto
y
la
proactividad,
quedarán
demostradas
y
evidenciadas,
según
la
manera
en
la
que
aceptes,
niegues,
o
respondas
a
esa
crítica.
48
¿Por
qué
no
preguntar
abiertamente
a
compañeros
y
alumnos
su
opinión
sobre
nuestro
trabajo?
Tal
vez
nos
llevemos
más
de
una
sorpresa.
Tal
vez
escuchemos
muchas
sugerencias
que
nos
motiven
y
mejoren
nuestra
práctica
docente.
Tal
vez
nos
sienten
mal
algunos
comentarios,
pero
seguro
que
valdrá
la
pena
si
se
logra
salir
de
lo
ordinario.
49
Ser
asertivo
significa
decir
lo
que
se
piensa,
siente,
quiere
u
opina
sin
perjudicar
el
derecho
de
los
demás
a
ser
tratado
con
respeto
de
manera
franca,
honesta
y
no
amenazadora
respetando
los
propios
derechos
personales.
También
se
puede
describir
la
asertividad
como
la
destreza
que
regula
el
manejo
y
comunicación
de
los
sentimientos,
opiniones
y
puntos
de
vista
de
una
persona
en
relación
con
los
demás.
Por
un
lado
la
asertividad
tiene
relación
con
ciertas
técnicas,
pero
se
relaciona
también
con
la
autoestima
y
autoconcepto
personal,
para
ser
capaces
de
conocer
y
defender
los
propios
derechos
y
puntos
de
vista.
Comportarse
asertivamente
significa:
ü Utilizar
un
lenguaje
no
verbal
adecuado:
o Mantener
contacto
ocular
con
el
interlocutor
o Mantener
una
posición
erguida
con
el
cuerpo
o Hablar
de
forma
clara
y
firme
o Evitar
las
lamentaciones,
los
tonos
y
las
amenazas
o Utilizar
los
gestos
y
expresiones
del
rostro
para
dar
más
énfasis
a
las
palabras.
ü Expresar
firmeza
en
el
mantenimiento
de
las
posiciones
ü Respetar
los
derechos
del
otro
ü Pactar
o
llegar
a
acuerdos
ü Ser
firme
con
el
tema
y
respetuoso
con
las
personas
ü Tomar
decisiones
propias
ü Tener
confianza
en
uno
mismo
ü Hablar
en
primera
persona
ü Hacer
y
recibir
críticas
ü Empatar
con
las
necesidades
del
otro
aunque
manteniendo
las
propias
Un
mensaje
en
primera
persona
puede
ser
muy
útil
a
la
hora
de
ayudar
a
resolver
el
problema
ya
que
contienen
información
sobre:
ü Qué
situación
afecta
ü Que
sentimiento
produce
esa
situación
ü Porque
afecta
de
esa
manera
ü Que
necesita
50
Los
mensajes
en
primera
persona
reducen
las
posibilidades
de
malos
entendidos,
disminuyen
la
temperatura
emocional
del
conflicto
y,
junto
a
otras
herramientas,
son
útiles
para
evitar
la
escalada
del
problema.
Utilizando
esta
herramienta
situamos
los
hechos
del
conflicto
en
su
sitio
de
forma
que
cuando
algo
me
causa
un
problema,
lo
cuento
en
primera
persona
y
no
lo
pongo
en
otra
persona.
Por
lo
tanto,
no
se
habla
de
cómo
es
o
no
es
tal
persona
con
quien
tenemos
un
conflicto,
sino
de
nosotros
y
cómo
nos
afecta
lo
que
hace
la
otra
persona.
Para
que
la
negociación
del
conflicto
finalice
con
un
acuerdo
por
ambas
partes
los
implicados
deben
desear
llegar
a
su
término,
las
partes
deben
confiar
la
una
en
la
otra
y
deben
admitir
las
decisiones
tomadas.
Es
importante
por
tanto,
escuchar
activamente
en
la
resolución
de
conflictos.
Conseguimos
así
empatar
y
comprender
a
la
parte
contraria
y
llegar
a
un
entendimiento
por
ambas
partes.
De
los
conflictos
también
podemos
aprender
y
convertirlos
en
elementos
favorecedores
del
aprendizaje.
Esta
idea
potenciará
en
el
alumnado
actitudes
positivas
que
dejará
de
ver
los
conflictos
como
una
situación
que
amenaza
el
proceso
de
enseñanza
-‐-‐
aprendizaje
y
la
propia
relación
entre
el
alumnado.
51
ü Dar
instrucciones
simples.
Hay
que
transmitir
todo
lo
que
se
tiene
que
decir
de
la
manera
más
concisa
y
clara
posible.
De
esta
manera,
se
evitarán
largas
oraciones
subordinadas
y
estructuras
complejas.
No
olvidar
mencionar
el
objetivo
de
la
actividad,
la
dinámica,
el
tipo
de
interacción
y
el
tiempo
necesario
para
realizarla.
ü Ser
breves.
Con
este
principio
facilitamos
el
proceso
de
comprensión.
Repetir
y
alargar
innecesariamente
el
mensaje
sólo
entorpece
el
entendimiento
y
obstaculiza
el
mantenimiento
de
la
atención.
Emplear
más
minutos
de
los
necesarios
no
implica
mejorar
las
instrucciones,
ya
que
en
la
mayoría
de
los
casos
el
efecto
es
el
contrario.
ü Ejemplificar
y
aportar
modelos
que
faciliten
la
realización
de
la
tarea.
Para
muchos
estudiantes
es
más
fácil
entender
qué
se
les
pide
cuando
lo
pueden
ver
en
un
ejemplo
claro.
ü Comprobar
la
comprensión.
asegurarse
de
que
todo
el
grupo
sabe
lo
que
tiene
que
hacer.
Así
se
ahorra
tiempo
y
evita
el
riesgo
de
desorganización
en
el
aula.
Es
importante
reflexionar
sobre
sobre
la
importancia
que
tiene
para
todos
nosotros
recibir
unas
buenas
instrucciones
en
nuestra
vida
cotidiana:
explicar
direcciones,
directrices
en
reuniones
de
trabajo,
instrucciones
de
uso
de
electrodomésticos,
de
montaje
de
muebles,
de
plataformas
on
line,
juegos,
recetas,
etc.
Recordemos
cómo
nos
sentimos
(desorientados,
normalmente)
cuando
no
recibimos
unas
buenas
instrucciones.
52
2.1.21
Administrar
el
tiempo
Un
factor
estrechamente
ligado
a
los
aprendizajes
de
los
alumnos
y
alumnas
es
el
tiempo
que
dedica
el
profesor
a
las
actividades
de
enseñanza.
En
tal
sentido,
este
criterio
se
refiere
a
la
utilización
efectiva
del
tiempo
disponible,
evitando
perder
importantes
períodos
en
actividades
que
no
apuntan
directamente
al
aprendizaje
de
los
alumnos.
A
menudo,
un
alto
porcentaje
del
tiempo
de
la
clase
está
destinado
a
ordenar
a
los
alumnos,
a
que
éstos
se
apresten
para
trabajar,
busquen
y
preparen
sus
útiles,
el
profesor
«pase
la
lista»,
etcétera.
Estrategias
generales:
1.
Crear
rutinas
de
inicio
rápido
en
clase:
Conviene
planificar
la
forma
de
iniciar
las
clases
y
practicarla
hasta
hacer
de
ella
un
hábito
para
el
profesor
y
para
los
alumnos.
Es
necesario
habituarlos
desde
principios
de
curso
a
un
inicio
rápido,
posponiendo
las
rutinas
distractoras
(pasar
lista,
hacer
comentarios,..)
a
otros
momentos,
poniendo
especial
énfasis
en
cumplir
y
hacer
cumplir
todo
lo
referente
a
puntualidad,
preparación
previa
del
material
que
se
va
a
utilizar
y
consecución
de
un
clima
de
atención
generalizada
como
requisito
para
empezar.
2.
Empezar
con
actividades
incompatibles
con
la
distracción:
una
forma
de
acelerar
la
concentración
y
evitar
la
distracción
inter-‐clases
es
empezar
con
actividades
incompatibles
con
la
distracción
(preguntas
sobre
lo
tratado
el
día
anterior
o
interrogantes
que
provoquen
curiosidad
e
interés,
abrir
el
libro
por
la
página..).
3.
No
empezar
sin
la
atención
de
todos:
Hay
que
asegurar
la
atención
concentrada
de
todos
los
alumnos
sin
excepción
como
requisito
previo
imprescindible,
si
se
empieza
permitiendo
que
algunos
alumnos
prosigan
con
sus
distracciones,
se
estará
transmitiendo
la
idea
implícitamente
de
que
se
puede
continuar
charlando/estando
distraído
mientras
el
profesor
se
esfuerza
por
arrancar.
• Si
el
alumno
se
distrae
durante
las
explicaciones,
la
estrategia
a
utilizar
es
utilizar
todos
los
recursos
metodológicos
de
que
dispongamos:
• Podemos
apoyar
las
explicaciones
con
apoyos
visuales.
• Cambiar
la
entonación
de
la
voz.
• Plantear
al
alumno
preguntas
frecuentes
durante
las
explicaciones
y
ofrecer
una
retroalimentación
inmediata
de
sus
respuestas
con
la
intención
de
mantenerle
activo.
• Mantener
un
contacto
ocular
tan
frecuente
como
resulte
apropiado.
53
• Utilizar
claves
o
señales,
no
verbales,
previamente
acordadas
con
el
alumno,
para
redirigir
su
atención
sin
interrumpir
la
clase.
Por
ejemplo,
gestos
con
la
mano,
señalarse
los
ojos
para
indicar
"mira",
o
los
oídos
para
indicar
"escucha",
una
palmada
en
el
hombro,
etc.
• Controlar
los
distractores
y/o
estímulos
que
hay
en
el
aula
para
que
el
alumno
no
se
despiste
con
ellos.
Los
grupos
de
alumnos
que
muestran
aprendizajes
de
calidad,
revelan
una
planificación
consistente
del
tiempo
disponible
y
una
utilización
eficiente
del
mismo.
Por
otra
parte,
cabe
señalar
que
la
utilización
del
tiempo
debe
ser
flexible;
adaptando
los
períodos
dedicados
a
una
actividad,
a
las
necesidades
derivadas
del
ritmo
de
los
estudiantes
y
de
la
complejidad
que
presenta
un
determinado
contenido
o
el
interés
que
éste
despierte
en
los
alumnos
y
alumnas.
Utilizar
el
tiempo
disponible
para
la
enseñanza
en
función
de
los
objetivos
de
la
clase.
El
profesor
utiliza
su
tiempo
en
todas
las
actividades
que
implican
la
enseñanza,
en
función
de
los
objetivos
de
la
clase.
El
diseño
de
la
enseñanza
propuesto
por
el
profesor
es
adecuado
al
tiempo
de
clase
disponible.
Maximiza
el
tiempo
de
la
clase
por
medio
del
uso
de
rutinas
efectivas
y
transiciones
fluidas.
Es
decir,
la
clase
comienza
rápidamente
y
las
actividades
y
materiales
están
preparados
para
cada
momento
o
actividad.
Organizar
el
tiempo
de
acuerdo
con
las
necesidades
de
aprendizaje
de
sus
estudiantes.
El
profesor
utiliza
de
manera
flexible
el
tiempo
de
enseñanza
disponible,
en
función
del
nivel
de
comprensión
de
los
estudiantes
frente
a
los
temas
abordados.
Se
muestra
flexible
frente
a
requerimientos
de
los
estudiantes
durante
la
clase
(preguntas,
opiniones)
asignando
espacios
a
éstas
demandas,
así
como
al
tiempo
que
requieren
las
actividades
a
los
estudiantes
para
lograr
los
objetivos
de
aprendizaje.
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