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La inconclusa se escuchaba a lo largo nada más,

Cuatro con ella acompañaban cada una más letal,

Se escuchaba el silencio; todo afinaba en un la,

Todo comienza con Salieri Anunciando el final,

Con trompetas dies irae invadía aquel momento,

Donde El tiempo detenía sólo, terminando la primera.

Mozart entra en la segunda y una tuba sola está,

Explicando la agonía que mí vida vio pasar,

Un cuarteto entra ahora ingemisco canta ya,

Verdi mira atentamente; como el trágico en sus tres,

Uno muere otro vive; así el tercero vio caer.

Rutter llega con dulzura alumbrando oscuridad,

Lux aeternam, violoncelos con Sopranos y el final.

Ha llegado! He aceptado la derrota,

Ya el cuarto ha terminado; sólo tú puedes sacarme,

Yo no puedo estoy muy solo; eras tú alumbra todo,

Donde siempre camine; ven tú luz y guíame,

Porque tú eres mi amor, Y espero que me saques,

De dolor que yo merezco por rechazos que te di.