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Introducción.
- Hay una verdad que no podemos perder de vista y es que todo el tiempo
estamos siendo discipulados. Todo el tiempo estamos siendo enseñados, la
gran pregunta es a quién le dimos el poder de que nos enseñe. Y no tan solo
eso, sino que también todo el tiempo nuestro discipulado está siendo puesto
a prueba, lo que es relevante en la medida que entiendo que discipulado no es
algo a saber, sino una vida de la cual comemos.
- Decepción del liderazgo o persona que “le enseñó”, se siente estafado por
seguir una mentira.
o Vergüenza, porque a pesar de que sabe que está mal, que vive mal, no
puede avanzar mas allá ni cambiar porque se volvió insensible a la voz
de Dios. Por lo mismo, jamás se atreverá a confesar sus conflictos
internos.
Todas estas doctrinas, aunque se vistan de piedad, son contrarias a la enseñanza del
Señor.
b. La sana doctrina, enseñada por el Señor y trasmitida por los apóstoles, proviene
de Dios. Así lo afirmó Jesús cuando dijo: «Mi doctrina no es mía, sino de aquel que
me envió» (Juan 7:16). Esta enseñanza jamás puede causar divisiones.
3. CRECIENDO EN GRACIA.
a. Hemos sufrido mucho debido a las doctrinas humanas. Tal como lo hemos
venido viendo estas semanas, hemos levantado ideas humanas, religiones como
verdaderos ídolos donde hemos depositado nuestra confianza y seguridad. En
este sentido, debemos reconocer que hemos hecho lo mismo con la doctrina
humana y la demoniaca. Hemos encontrado seguridad en la cueva de la
comodidad y tranquilidad en medio de la vergüenza y de la culpa.
b. Evidentemente, la Revelación real nunca traerá culpa, sino que es “la bondad de
Dios” la que nos guía a arrepentimiento. (Romanos 2:4) La revelación real
siempre traerá libertad, una necesidad por buscar a Dios, por conocerlo a Él.
c. ¿Cómo saber que una doctrina es sana? Esto lo hablamos hace algunas semanas:
Debemos remitirnos a la Palabra de Dios, a la confirmación por parte de nuestras
autoridades, traerá confirmación a tu espíritu de tu identidad en Cristo pero sin
duda la más significativa será el fruto que producirá: Nunca lo del Espíritu nos
llevará al Pecado ni menos cerrará nuestros oídos para seguir “ciegamente” la
voz humana y dejando de oír la voz de Dios.
Judas 1:3-4 NTV “Queridos amigos, con gran anhelo tenía pensado escribirles
acerca de la salvación que compartimos. Sin embargo, ahora me doy cuenta de
que debo escribirles sobre otro tema para animarlos a que defiendan la fe que
Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo. Les digo esto,
porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias
diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral.
La condena de tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado
a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.”
CONCLUSIONES.