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Biodiversidad y números de especies en peligro

El cambio climático global y la pérdida de la biodiversidad son dos de los problemas


ambientales más importantes que enfrenta la humanidad hoy día. La expansión e
intensificación de las actividades humanas desde mediados del siglo pasado han cambiado
radicalmente el funcionamiento en muchos ecosistemas en diversas regiones del mundo e,
incluso, han alterado los patrones de biodiversidad a nivel local y regional.
En algunos casos, estos cambios han provocado la extinción de muchas especies.
Estimaciones sugieren que la tasa actual de extinción de especies a nivel mundial podría
ser entre 10 y 1 000 veces mayor a la registrada con anterioridad a la presencia humana
(Pimm et al., 1995).

México forma parte del grupo de los 15 países megadiversos que concentran en conjunto
entre el 60 y 70% de la biodiversidad global (Mittermeier et al., 1997; UNEP 2010).
México se ubica como el
décimo segundo país con mayor
extensión de litorales y de
superficie marina del mundo
(Lara-Lara et al., 2008).

En cuanto a la diversidad de
especies, de acuerdo a la Unión
Internacional para la
Conservación de la Naturaleza
(IUCN, por sus siglas en inglés),
en el mundo se han descrito
poco más de 1.73 millones,
principalmente invertebrados
(Figura 4.1). Sin embargo, esta
cifra podría resultar pequeña en
virtud de que el conocimiento
de la biodiversidad global es
aún incompleto. Los cálculos
más conservadores estiman que
en el planeta podrían habitar
más de 100 millones de especies
(Mora et al., 2011).

Para México, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la


Biodiversidad (Conabio, 2015a), en 2014 se tenían registradas 27 322 especies de plantas
vasculares, 4 476 especies de hongos, 5 714 especies de vertebrados y 48 198 especies de
invertebrados. Esta diversidad coloca al país entre los primeros lugares del mundo en
riqueza para algunos grupos taxonómicos (Figura 4.2).
En el caso particular de la biodiversidad, la velocidad a la que los científicos han calculado
que el planeta está perdiendo sus especies rebasa ampliamente (entre 10 y 1 000 veces;
Pimm et al., 1995) las tasas de extinción observadas en el registro geológico en épocas
previas a la aparición humana. Es por ello que se reconoce que la biodiversidad podría estar
enfrentando en nuestros días la sexta crisis de extinción más grave de su historia (Barnosky
et al., 2011; Ceballos et al., 2015).

Se ha calculado que esta riqueza equivale a cerca del 10% de la biodiversidad global
(Martínez Meyer et al., 2014; Figura 4.3). Sin embargo, aún existen muchas áreas en el
territorio que no se han estudiado con detalle, como, por ejemplo, algunas zonas tropicales
o muchos ecosistemas marinos, particularmente los de mar profundo. Además, ciertos
grupos, como los invertebrados, hongos y criptógamas tampoco se han colectado ni
estudiado suficientemente (Smith-Ramírez, 2005), por no mencionar el caso de los
microorganismos. Aún dentro de los grupos relativamente bien conocidos, como los
moluscos y crustáceos, también hay órdenes y familias que no se conocen con profundidad
(Martínez-Meyer et al., 2014). Por esta razón se calcula que la cifra de especies descritas
para el país podría representar entre el 30 y 50% de la biodiversidad que realmente lo
habita (Martínez-Meyer et al., 2014)
Especies en riesgo
De acuerdo a la IUCN (2015), desde el año 1500 a la actualidad, el número de especies extintas en
el mundo por causas humanas asciende a 834, de las cuales, 102 corresponden a plantas y 732 a
especies de animales. En México, la NOM-059-SEMARNAT-2010 (que enlista a las especies y
subespecies de flora y fauna silvestres que se encuentran en alguna categoría de riesgo) incluye un
total de 49 especies probablemente extintas en el medio silvestre, 19 de ellas de aves, 13 de peces,
11 de mamíferos y seis de plantas.
En la Figura 4.15 se observa la distribución de las especies de cada grupo taxonómico de acuerdo a
las categorías de riesgo. (Semarnat. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México.
Compendio de Estadísticas Ambientales. Indicadores Clave, de Desempeño Ambiental y de
Crecimiento Verde. Edición 2015. Semarnat. México. 2016.).
Longevidad de los seres humanos en una zona
El Plan Nacional de Desarrollo 2013–2018, en el apartado “México incluyente”, menciona
que “se requiere atención especial en las personas adultas mayores de 65 años de edad (que
se incrementarán de 6.2% del total de la población en 2010 a 10.5% en 2030), de las cuales
casi la mitad están en situación de pobreza”.

Del universo total de 1 146 pacientes en el Programa de Atención Domiciliaria, de ocho


hospitales del IMSS en el Distrito Federal, 997 son adultos mayores con enfermedad
crónica (AMEC). Se presentaron 96 defunciones en un periodo de cuatro meses, en los
cuales se llevó a cabo el levantamiento de la encuesta (figura 2–1). De 804 cuidadores
encuestados, 82.8% tenían carga, 4.7% síndrome de burnout y 74.8% presentaban de
depresión. La edad promedio fue de 53.9 14.3 años; 41.2% fueron varones y 58.8%
mujeres; 1% eran analfabetas y 14% no habían concluido la primaria. Del total de
cuidadores 92% de ellos cuidaban a un familiar directo. En cuanto al tiempo que llevaban
cuidando al adulto mayor, se reportó que 34.2% lo habían hecho entre uno y tres años y
14% durante más de seis años; 81.2% realizaban esa tarea entre seis y siete días a la semana
y 44.8% lo hacían de 17 a 24 h al día. Asimismo, se reportó que 79% contaban con red de
apoyo, 8.2% percibían algún pago o ayuda económica y 85% de los cuidadores vivían con
el adulto mayor.

De acuerdo con el censo de 2010,11 en México hay poco más de 10 millones de adultos
mayores de 60 años de edad o más, de los cuales cerca de 10 se encuentran en estado de
dependencia por cada 100 en edad económicamente productiva, es decir, de 15 a 59 años de
edad. Dicha razón de dependencia tiene una distribución en todo el país; sin embargo,
presenta mayor concentración en la zona centro y se espera que aumente a una razón de
25% para 2030.

Un índice interesante es el de disponibilidad de cuidadoras, el cual revela la relación que


hay entre el tamaño de la población envejecida y la población femenina de 45 a 59 años, ya
que se considera que las mujeres en estas edades son propicias para realizar trabajos de
cuidado en los adultos mayores; por tanto, se estima que hasta 2020 habrá 90 personas
envejecidas por cada 100 cuidadoras, lo cual manifiesta un panorama equilibrado para el
sector de adultos mayores que requieren cuidados; sin embargo, la situación cambiará a
partir de 2030, ya que habrá 127 personas envejecidas por cada 100 cuidadoras. El índice
de envejecimiento poblacional (relación existente entre el grupo de los adultos mayores y el
grupo de los menores de 15 años de edad) fue de 20.5% en 2000 y de 25% en 2005. Las
estimaciones apuntan a que en 2034 habrá la misma cantidad de niños que de adultos
mayores y en 2050 el país tendrá 166.5 adultos mayores por cada 100 niños. Los índices de
dependencia juvenil disminuirán progresivamente en las próximas cinco décadas, de 55.8%
en 2000 a 30.4% en 2050, mientras que el índice de dependencia de los adultos mayores
crecerá mucho más rápido, de 11.4% en 2000 hasta 50.6% en 2050.

Lo anterior significa que la población mexicana se convertirá en una sociedad con más
adultos mayores que población infantil y juvenil, y que habrá un incremento en la edad
promedio del conjunto del país; ésta sólo se incrementó en cinco años durante las tres
últimas décadas del siglo pasado (fue de 21.8 años en 1970 y 26.6 años en 2000), pero
crecerá más de 10 años durante las tres primeras décadas del siglo XXI, por lo que será de
37 años en 2030 y de 43 años en 2050. En cuanto al índice de sobreenvejecimiento, se
calcula que este indicador se elevará en las próximas décadas. Se estima que los adultos
mayores de 70 años de edad o más superarán al grupo de los adultos mayores de 60 a 69
años alrededor de 2040. Los estados de Zacatecas, Oaxaca y Michoacán presentaron en
2000 las tasas de dependencia demográfica más altas, mientras que Quintana Roo, Baja
California y el Estado de México presentaron las más bajas; en el primer caso, dichas tasas
se debieron fundamentalmente a las migraciones internacionales, mientras que las bajas
tasas de dependencia en el segundo grupo de estados se explican por las migraciones
internas de jóvenes y adultos (figura 3–3).
Entre las enfermedades crónicas más frecuentes en los adultos mayores usuarios de la UMF
No. 23 del IMSS se encontró que la hipertensión arterial tiene una prevalencia de 51.5%,
seguida de la diabetes mellitus (34.8%), el reumatismo/artritis (15.1%) y las enfermedades
cardiacas (13.3%), como se puede apreciar en la figura 4–1.[ CITATION Aca13 \l 2058 ]

Densidad de la población

En México, como en todo el mundo, la distribución de habitantes es desigual:


existen regiones donde se concentra mucha gente y otras en las que la
población es poca; las ciudades están más densamente pobladas que las
comunidades rurales.

La relación entre un espacio determinado y el número de personas que


lo habitan se llama densidad de población, la cual se obtiene dividiendo el
número de personas que viven en un lugar específico entre el número de
kilómetros cuadrados que mide ese territorio, a nivel nacional la densidad de
población es de 61 hab/km2. [ CITATION INE15 \l 2058 ]

Densidad de población por Entidad federativa y Periodo

1990 1995 2000 2005 2010 2015


Aguascalientes 129.0 166.0 179.1 202.1 211.0 233.7
Baja California 24.0 29.5 34.8 39.8 44.2 46.4
Baja California Sur 4.0 5.3 5.7 6.9 8.6 9.6
Campeche 10.0 11.3 12.1 13.2 14.3 15.6
Coahuila de Zaragoza 13.0 14.5 15.3 16.6 18.1 19.5
Colima 79.0 89.8 99.3 103.9 115.6 126.4
Chiapas 43.0 48.6 53.3 58.3 65.4 71.2
Chihuahua 10.0 11.4 12.4 13.2 13.8 14.4
Ciudad de México 5494.0 5487.4 5642.8 5718.6 5920.4 5967.3
Durango 11.0 11.8 11.8 12.3 13.2 14.2
Guanajuato 130.0 143.2 150.3 157.7 179.2 191.3
Guerrero 41.0 45.2 47.5 48.1 53.3 55.6
Hidalgo 90.0 103.0 108.2 113.5 128.0 137.3
Jalisco 66.0 76.4 79.9 85.4 93.5 99.8
México 457.0 552.4 611.5 654.0 679.0 724.2
Michoacán de Ocampo 59.0 66.5 68.0 67.7 74.2 78.2
Morelos 242.0 290.4 313.5 325.1 364.3 390.2
Nayarit 30.0 33.3 34.0 35.0 39.0 42.4
Nuevo León 48.0 55.3 59.2 64.9 72.5 79.8
Oaxaca 32.0 34.7 36.9 37.6 40.6 42.3
Puebla 122.0 136.0 148.6 157.6 168.5 179.8
Querétaro 89.0 104.4 115.9 131.9 156.2 174.4
Quintana Roo 10.0 17.9 22.3 29.0 29.6 33.6
San Luis Potosí 32.0 34.9 36.1 37.8 42.3 44.5
Sinaloa 38.0 42.9 43.5 44.7 48.2 51.7
Sonora 10.0 11.5 12.3 13.3 14.8 15.9
Tabasco 61.0 71.2 76.9 80.9 90.5 96.9
Tamaulipas 28.0 32.0 34.6 38.0 40.7 42.9
Tlaxcala 195.0 219.0 237.6 263.6 292.7 318.4
Veracruz de Ignacio de la Llave 86.0 93.9 96.0 98.7 106.4 113.0
Yucatán 35.0 36.0 38.1 41.7 49.5 53.1
Zacatecas 17.0 18.3 18.3 18.5 19.8 21.0
Unidad de medida:
Habitantes por kilómetro cuadrado.
Definición:
Cociente de la población total entre la superficie territorial.

Tasa de nacimiento
La estadística de nacimientos tiene como principal objetivo proporcionar elementos que
contribuyan al conocimiento de la fecundidad de una población, para ello esta información debe ser
de la cantidad y calidad suficiente para poder cuantificar el fenómeno y conocer su comportamiento
para explicarlo. Motivo por el cual es necesario que todos los nacimientos ocurridos sean
registrados oportunamente y que la información sobre el nacido vivo declarada por sus padres sea
veraz, para que después de un adecuado procesamiento de la información, se presente a los usuarios
en forma oportuna y accesible
Uno de los usos relevantes de las estadísticas vitales corresponde al análisis demográfico, y se le
puede considerar como requisito previo para la planificación del desarrollo económico y social de
un país. Estas estadísticas proporcionan información de la tasa y la tendencia del crecimiento
natural de la población y sobre la conducta de sus componentes, mediante su agregación a lo largo
del tiempo, sobre el tamaño de la población su estructura y distribución geográfica. También se
usan para obtener estimaciones del tamaño de la población y realizar proyecciones de población
Cabe señalar que los eventos demográficos están relacionados con factores económicos y sociales
que abarcan aspectos importantes en el proceso de desarrollo del país, como son la urbanización, la
educación, vivienda, ingreso, estructura familiar, trabajo, etcétera.
La información estadística sobre nacimientos aporta, además, datos sobre la edad en que las mujeres
están concibiendo, en que edades se concentran más los nacimientos, la oportunidad del registro, la
condición de salud en que se hace la comparecencia, el tamaño de la familia y la distribución de los
nacimientos según el tamaño de la localidad de residencia habitual de la madre; y por último, la
educación y nivel socioeconómico de los padres.
Bibliografía
Academia Mexicana de Cirugía, A. C. (2013). Longevidad y sus implicaciones. México D.F.,
Guerrero, México.

Geografía), I. (. (s.f.). Estadística de Nacimiento. Sintesis Metodológica, 63.

INEGI. (2015). https://www.inegi.org.mx/. Obtenido de


https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/pxwebv2/pxweb/es/Poblacion/Poblacion/Pobla
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INGEI. (30 de Septiembre de 2019). Registros Administrativos Estadísiticos Natalidad. Obtenido de


INEGI: https://www.inegi.org.mx/programas/natalidad/

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