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OCUPAR UN LUGAR EN EL MUNDO.

Economía providencial: de la economía de la posesión a la economía de la renuncia

A inicios del siglo XXI la capacidad humana de crear riqueza es admirable; como nunca antes tenemos ante
nosotros una cantidad inmensa y variada de bienes.

Podríamos decir que todo, o casi todo, lo que necesitamos está a nuestro alcance.

Pero,…

¿Qué es lo que verdaderamente necesitamos?;

¿Cuáles los efectos ambientales y naturales de nuestro exitoso afán por tener más y más?;

¿Por qué pese al gran desarrollo tecnológico y a los espectaculares aumentos en la productividad del trabajo, la
mayor parte de la población del mundo no tiene acceso a lo que necesita para subsistir adecuadamente?

¿Por qué tan a menudo los que más tienen materialmente no alcanzan una vida plena y significativa para sí
mismos y para los demás?

Sean bienvenidos a la exploración del mundo de la “Economía Providencial”.

“LA GRAN CONTRADICCIÓN”

En las últimas décadas el ser humano ha avanzado en el campo científico y tecnológico mucho más y más
rápidamente que durante los últimos dos mil años. Este avance es conocido la “tercera revolución industrial”.

Esta comprende:

Una “Revolución Tecnológica” cuyos más destacados componentes son:

La Microelectrónica,

La Informática,

La Biotecnología,

Los Nuevos Materiales y Fuentes de Energía;

Una organización de la producción y de los intercambios que apoyada en las nuevas tecnologías de comunicación
acelera y extiende las interrelaciones económicas, políticas y sociales.

La economía y sociedad del “CONOCIMIENTO” que coloca al conocimiento, en su constante y cada vez acelerada
dinámica como factor decisivo en la producción.

Todo esto ha facilitado la extensión y profundización de lo que se conoce como “GLOBALIZACIÓN”.

La “tercera revolución industrial” y la “globalización han llevado a que el ser humano tenga un creciente poder de
acción efectivo sobre su entorno y sobre sí mismo.

Una capacidad que, sin embargo, se acompaña de un ejercicio del poder económico, político, cultural y militar
concentrado en pocas manos control colectivo, sin responsabilidad social, …basada en un estado de conciencia de
tener más, de ganar más, de poseer más, …. Ignorando los efectos negativos que este afán posesivo ocasiona en
el individuo, en la sociedad, en la economía, en el medio ambiente.

Atestiguamos un proceso de creciente concentración del poder, con individuos, grupos y países muy poderosos
pero poco responsables socialmente y con una ética que no logra sobrepasar la del interés exclusivo por intereses
particulares y muy limitados.

Nuestro estado de conciencia como humanidad ha quedado rezagada respecto de nuestra capacidad de
creación… y destrucción.

A inicios siglo 21 ocurre lo que muchos estudiosos del tema han denominado un “mal desarrollo.”

Es decir, un desarrollo de los países, las economías y las sociedades que si bien ha significado un avance
considerable en la creación de condiciones materiales para la vida humana, a su vez ha provocado una
agudización de las tensiones y desigualdades económicas, políticas, sociales, y está poniendo en riesgo la
posibilidad de la continuidad de la vida en nuestro planeta, nuestra “casa común”.

Por esto hoy en día la humanidad está atenazada por una “GRAN CONTRADICCIÓN”:

1) Por un lado -un “Gran desarrollo productivo” que ha dado lugar a una “abundancia de mercancías”

2) Por otro lado:

- Desigualdad en el acceso a los frutos del desarrollo productivo,

- Exclusión de grandes grupos humanos

- Deterioro de muchas condiciones individuales, sociales y naturales de existencia.

Este “gran desarrollo productivo con abundancia de mercancías”, como nunca antes en la historia humana crea
condiciones para que las personas puedan vivir con mayor plenitud en interdependencia consciente con su medio
social, humano, natural, planetario y cósmico…,

Sin embargo lo que se observa es:

Que continúa y se acentúa la concentración de riqueza y poder, con sobre acumulación de riqueza y recursos
económicos en pocas manos, masificación de la pobreza en el mundo y subalimentación de millones de personas.

Por ejemplo, en los últimos dos años se ve que:

* El 15% más rico de la población del planeta recibe el 76% del ingreso mundial, mientras el 36% más pobre (2,4
billones de personas) recibe tan solo el 5% del ingreso mundial.

* De las aproximadamente 6.600 millones de personas que viven en el planeta, poco más de la mitad (el 54%,
unos 3.300 millones) son consideradas pobres por sobrevivir con menos de 2.50 dólares diarios.

* Dos de cada 10 personas en el mundo (1,4 billones de personas) son indigentes, es decir personas
extremadamente pobres que apenas sobreviven con menos de 1,25 $us. al día.

* La población hambrienta en el mundo llega a poco más de 1.000 millones de personas. Es decir 1 de cada 7
personas padece de hambre en el mundo.
En el tiempo la brecha de riqueza entre países ricos y pobres se ha incrementado. El año 1820 era de 3 a 1,

pasa a 11 a 1 el año 1913,

a 35 a 1 en el año 1950,

a 44 a 1 en 1973

… y para el año 1992 a 72 a 1.

Por otro lado, las condiciones de vida mejoran desigualmente y surgen nuevos problemas que deterioran la
calidad de vida. La mayor parte de la población mundial no tiene acceso al agua potable, saneamiento básico,
salud, educación.

Veamos algunos datos:

* El 80% de la población mundial (es decir, más de 5 mil millones de personas) no tiene acceso a agua potable.

* Cerca un billón de personas, el 15% de la población mundial, comenzó el siglo 21 sin saber leer ni escribir.

* 1 de cada dos niños en el mundo (un billón de niños) viven en la pobreza.

* 640 millones de niños no tienen vivienda adecuada;

* 400 millones no tienen acceso a agua potable;

* 270 millones no tienen acceso a servicios de salud;

* 101 millones de niños murieron antes de los 5 años de edad el año 2003.

* Un 28 por ciento de los niños en países en desarrollo tiene peso debajo del normal.

Además,

* surgen nuevas enfermedades y padecimientos físicos mientras las enfermedades tradicionales de la pobreza no
fueron aún superadas.

* hay un crecimiento desenfrenado de actividades económicas especulativas y delictivas con negativos efectos
sociales y personales.

* ocurre una acelerada destrucción de “nexos vitales de valores” de sociedades tradicionales que orientaban la
conducta y daban valores que daban sentido a la existencia.

* Se rompen sistemas de solidaridades basadas en redes de parentesco o étnicas. Los pobres son empujados a los
“circuitos monetarios competitivos” donde les va mal.

Esto ocasiona:

* Inseguridad, marginalidad social, conflictos, violencia.

* Desequilibrios sicológicos y biosomáticos: tensiones, enfermedades.

La paradoja es que cada año se comercializan armas en el mundo por valor de aproximadamente 60 mil millones
de dólares:
- Los principales compradores: países en desarrollo.
- Los principales vendedores: países desarrollados.

Con estos recursos se podría aliviar la pobreza de más de 3.000 mil millones de personas.

Por otro lado, se agudiza el deterioro de la biosfera:

* La capa de ozono ha sufrido daños de consideración,

* aumenta el calentamiento global inducido por el dióxido de carbono,

* hay declinación de la biodiversidad por mutación del hábitat,

* Los suelos se erosionan y empobrecen,

* desaparecen bosques y aumentan los desiertos,

* aumenta la contaminación de las aguas.

El clima está cambiando – el calentamiento global y la variabilidad climática se han acentuado, provocando
rápidos cambios en los ecosistemas que hacen difícil a muchas de las especies adaptarse a las nuevas condiciones.
Y es la intervención humana la que parece ser la principal causa de estos cambios.

Los países desarrollados donde habita no más del 20% de la población mundial son responsables de casi el 60% de
la emisión de carbono.

Además ocurre un problema muy extendido e inquietante: la Enajenación agudizada.

Las personas sufren una creciente pérdida de identidad y carencia de sentido para la vida, crisis de valores.

Su expresión es variada: neurosis; depresión, ansiedad, sufrimiento emocional y psíquico.

Finalmente, hay una crisis ética.

Muchas conductas humanas están orientadas a la obtención personal de beneficios, ventajas, ingresos,


aprovechando el poder económico y político, así como los recursos a los que se tiene acceso y que han sido
confiados a una persona por la sociedad.

Muchas de estas prácticas se han facilitado con el desarrollo y la extensión los mecanismos financieros en escala
planetaria. Recordemos que la crisis financiera reciente tiene entre sus causas las de carácter ético.

Todo esto revela que algo anda mal en la manera cómo nos relacionamos entre nosotros en la sociedad y la
economía, así como en nuestra relación con el medio ambiente y la naturaleza de los que somos parte.

Este “MAL DESARROLLO” se basa y nutre de un estado de conciencia DE SEPARATIVIDAD Y LA POSESIÓN que tiene
como base la ilusoria creencia de que uno está separado del universo y de la vida.

1) Esta ilusión de “separatividad” ha hecho posible el surgimiento y desarrollo del “EGO”: el sentido ilusorio de ser
por separación entre “YO y todo lo demás”.

2) En este estado de conciencia, el YO se define por separación y carece de contenido en sí mismo. Entonces el
sentido de ser pasa a definirse a partir de todo lo que “puedo hacer mío”, poseer.
- Entonces mientras más poseo más soy. Los objetos, los demás, el medio ambiente, la naturaleza aparecen como
un objeto que se puede poseer: tener más, usar más, consumir más para ser MÁS.

- Todo se convierte entonces en “COSAS” que no valen por sí mismas, sino que sólo valen para el afán de tener
más, consumir más, poseer más, para SER MÁS.

- Por tanto las personas, los animales, las plantas, el entorno ambiental, el planeta y su contenido son
considerados como ”cosas”, que se pueden comprar y vender, usar y desechar.

- En las economías de mercado, en las que uno puede comprar esas “cosas”, las relaciones se mercadizan por
completo. Si para ser más tengo que tener más, y si para tener más debo comprar más, el consumo se convierte
en condición imprescindible para SER.

Este ESTADO DE CONCIENCIA DE SEPARATIVIDAD Y POSESIÓN, y su expresión egoísta, egocéntrica y egotista, es


posiblemente el más formidable escollo que la humanidad debe trascender para construir una economía y una
sociedad que deje atrás el “mal desarrollo”.

EL ESTADO DE CONCIENCIA DE SEPARATIVIDAD Y POSESIÓN EN LA ECONOMÍA

En el campo de la Economía, el estado de CONCIENCIA DE SEPARATIVIDAD Y POSESIÓN lleva a que la atención de


nuestras necesidades sufra una distorsión. Veamos en qué consiste ella.

Nuestra existencia como seres humanos conlleva un conjunto de necesidades, de distinto tipo, que deben ser
adecuadamente satisfechas en su justa medida.

La satisfacción de las necesidades se realiza mediante los denominados “satisfactores” que son los medios que
nos procuramos para atender nuestras necesidades; algunas de nuestras necesidades requieren de satisfactores
materiales (por ejemplo, alimentos), otras de servicios (atención médica) o de condiciones no materiales (un
entorno afectivo estable), pero en todos los casos la satisfacción de las necesidades requiere la utilización de
recursos, tiempo, energía.

En los seres humanos, las necesidades que surgen de nuestro ser biológico, mental, social y espiritual (las
NECESIDADES REALES) pasan por nuestra conciencia donde se convierten en “deseos” (las NECESIDADES
SENTIDAS que son las que nos indican con qué satisfactores y con cuantos han de atenderse nuestras
necesidades.

Mientras las necesidades humanas REALES son limitadas y básicamente las mismas para todas las personas, su
manifestación, LOS DESEOS, se hallan condicionados por la manera cómo el ser humano se relaciona consigo
mismo, con los demás, con la naturaleza.

Así, por ejemplo, las necesidades de sobrevivencia del cuerpo se expresan a través de la apetencia de alimento -el
satisfactor- cuya cantidad, tipo y calidad, (cuánta comida, qué comida, con qué características nutricionales y
gustativas), dependen de nuestro contexto natural, cultural, social, y de la manera cómo establecemos nuestras
relaciones y participamos de ellas, es decir dependen de nuestro estado de conciencia.

Las apetencias podrían expresar las necesidades con simplicidad y hacer que sean atendidas en su justa medida.

Sin embargo a menudo complican y deforman las necesidades convirtiéndolas en deseos. Una vez que los deseos
se desatan pueden convertirse en fuerzas incontrolables que enajenan al ser humano, dirigiendo sus elecciones,
decisiones y acciones.
Puesto que como se explicó antes, el “tener – poseer” nos permite SER, dominados por los deseos de poseer nos
embarcamos en una persecución interminable; un correr tras “pseudo satisfactores” que se prolonga sin límites y
que va devorando nuestro tiempo, nuestra energía, nuestros mejores esfuerzos y que lejos de brindarnos
bienestar nos condena a una permanente sensación de carencia existencial.

Es a esta persecución interminable-que el antropólogo Sahlins llamó la “eterna tragedia del consumo”:

Una alocada carrera tras la ilusión de SER EN POSEER y que ocasiona muchos de los profundos desequilibrios
sociales, ambientales psicológicos y espirituales que caracterizan al ser humano de nuestra época. Pobreza,
exclusión, deterioro ambiental, frustración, angustia, carencia de sentido para la vida.

De las “Necesidades Reales” a las “Necesidades Sentidas”

Esta situación nos urge a simplificar nuestras NECESIDADES SENTIDAS de manera que expresen con propiedad
nuestras NECESIDADES REALES y no las deformen como deseos.

¿Cómo hacerlo?

SIMPLIFICAR las apetencias es un deliberado esfuerzo de reducción de hacer que las NECESIDADES SENTIDAS
expresen adecuadamente las NECESIDADES REALES.

Esta SIMPLIFICACIÓN es un trabajo individual que cada quien puede realizar consigo mismo.

La SIMPLIFICACIÓN ha sido propuesta por distintas personas como una posibilidad real y efectiva para encarar las
dificultades que la humanidad enfrenta hoy en el campo económico, social, político, ambiental.

- El Dalai Lama, jefe de los budistas tibetanos habla de “contención” –como la forma de simplificar los deseos.
- Mohandas Gandhi en sus experiencias económicas para hacer de la India un país independiente y combatir la
pobreza, proponía “moderación” en el uso de los recursos.
- Alexander Solzhenitsyn al observar en Rusia los pobres resultados del socialismo primero, y del capitalismo
después, no encontró otra salida para superar los problemas económicos y ambientales en su país que la
práctica de la “autolimitación”.

Desde una tradición más universal y antigua que ha sido desarrollada y trabajada para hacer posible el
desenvolvimiento de la humanidad en su conjunto y de cada uno de los seres humanos, la “contención”, la
“moderación”, la “autolimitación” ya mencionadas, forman parte de la universal Idea de la Renuncia.

La Idea de la Renuncia, como idea fuerza del desenvolvimiento humano y su posterior aplicación al campo de la
economía fue propuesta, elaborada y enseñada por Santiago Bovisio (fundador de Cafh) y desarrollada
posteriormente por Jorge Waxemberg y Jose Luis Kutscherauer.

La Idea de la Renuncia no es sino la comprensión humana de la Ley de la Renuncia:

- El devenir, el incesante cambio y transformación, son la manera cómo ocurren la evolución del universo y de
la vida. Nada se puede detener. Nada perdura. Nada es inmutable.
- Renuncia es la manera cómo el devenir ocurre en la vida de los seres humanos. Puesto que todo cambia,
todo nace, se desarrolla y muere, nada se puede detener, retener, poseer: vivir es renunciar en forma
continua.
- Renuncia es reconocer y aceptar la temporalidad de la vida. Por esto la Renuncia es una Ley Universal de la
existencia.
Vivir el devenir es no-posesión. No-posesión es renunciar.

La Renuncia tiene implicaciones individuales, ecológicas y sociales:

En lo individual, la Renuncia nos permite discernir cuanto tomar, de qué y para qué. La Renuncia, al ayudarnos a
cambiar las relaciones con nosotros mismos, con el entorno natural y social, y con todos los seres humanos,
expande nuestra forma de pensar, sentir y relacionarnos; no sólo nos centra en nosotros mismos, sino que
además el tiempo y la energía que ya no se gastan en la persecución de los deseos se potencian para ayudarnos a
descubrir el significado y el sentido de nuestra vida. En fin, hace florecer lo mejor de cada quién mediante su
desenvolvimiento integral como ser humano.

En términos ambientales, la Renuncia nos ayuda a desarrollar creciente reverencia, respeto y responsabilidad por
nuestros pensamientos, sentimientos y acciones respecto a nuestro planeta y todo lo que contiene. Ello implica
incluir en nuestra conciencia las consecuencias de nuestras acciones en los recursos que utilizamos y en todos los
seres que, directa o indirectamente, están conectados con nosotros por compartir nuestro ámbito natural.

En términos sociales, la Renuncia es condición fundamental para superar las carencias de quienes no pueden
atender sus necesidades más básicas. Aprender a discernir cuanto tomar, de qué y para qué es el primer paso
para descubrir que lo que uno toma de más, pues verdaderamente no necesita, deja a otros en carencia; no sería
difícil superar la pobreza en el mundo si simplificando nuestros deseos hiciéramos que nuestras apetencias
reflejen nuestras reales necesidades, de modo que todos pudiéramos atenderlas adecuadamente y en su justa
medida.

La Renuncia aplicada al campo de la Economía da lugar a la “Economía Providencial.”

En el campo de la Economía, Renuncia no significa privación ni desatención de las necesidades. Renuncia significa
cambiar la manera cómo cada uno se relaciona con sus necesidades, atendiéndolas en su justa medida; no más,
no menos.

“Ocupar un lugar en el mundo, no más, no menos. Tenga cada uno lo que necesita”.

Se llama “Economía” pues hace referencia a producir, conservar y multiplicar los recursos necesarios y útiles para
el desenvolvimiento de cada uno y de todos los seres humanos.

Se llama “Providencial” pues está dirigida proveer lo que requerimos para desenvolvernos individualmente y
como colectividad humana, teniendo en cuenta las necesidades de la humanidad hoy y las de las generaciones
venideras.

La naturaleza brinda todo lo necesario para la continuación de la vida en el planeta y para el desenvolvimiento de
cada ser humano y de la humanidad como organismo vivo en relación con su entorno natural, planetario…
cósmico.

En la tradición de distintos pueblos esta “providencia” se reconoce por la reverencia con que se trata a la “Madre
Tierra”, a la “Pachamama”, la que providencialmente nos brinda generosamente todo lo necesario para la vida.

Economía Providencial es:

Usar, reservar y multiplicar los recursos que la naturaleza y la sociedad nos brindan, para provecho de todos y
cada uno de los seres humanos, teniendo en cuenta el entorno social, cultural, humano y natural del que somos
parte.
Esto ocurre cuando cada uno ocupa sólo un lugar en la vida, cuando procura lo que necesita, no más, y da a los
demás el mismo derecho y las mismas posibilidades.

Esta manera de entender y vivir lo económico nos hace ver algunos aspectos de la nuestra relación con los
recursos naturales, los recursos humanos y los bienes materiales a nuestro alcance:

Con relación a los recursos naturales:

- Nuestro paso por la tierra ha de dejarla en mejores condiciones que aquellas en las que la encontramos.
- Los recursos que pueden renovarse han de ser renovados. Los recursos no renovables se utilizan con tanto
cuidado como lo demanda su carácter de irremplazables.

Con relación a los recursos humanos:

- Los seres humanos tenemos dos recursos esenciales e irreemplazables que debemos aprovechar de modo
adecuado: el tiempo y la energía.
- El tiempo y la energía son deben ser bien administrados pues son sinónimo de vida y no hay manera de
recuperarlos, tampoco de reemplazarlos y menos de transarlos.
- El tiempo y la energía son dones intrínsecos del ser humano a utilizarse para el bien de uno mismo, de todos
los seres humanos y del contexto más amplio (natural, humano, planetario, cósmico) del que somos parte.

Con relación a los bienes materiales:

Cada uno debe tener lo que necesita para desplegar sus posibilidades como ser humano.

* La relación con los bienes materiales tiene dos aspectos:

- En su aspecto interior, es no posesión. Cuando pretendemos poseer para siempre lo que es transitorio somos
presa de la ansiedad, el miedo, la insaciabilidad, el egoísmo, la agresión, etc. La no posesión nos libera
brindándonos serenidad, equilibrio, plenitud.

- En su aspecto exterior, es participación ecuánime de los bienes del mundo. Se respeta y ayuda a todo aquello
(modelos económicos, iniciativas y acciones tanto públicas como privadas, políticas económicas, etc.) que tratan
de mejorar la situación económica de la humanidad en su contexto natural.

La economía providencial como economía de la relación del individuo con todas sus necesidades y los recursos a
su alcance, está dirigida a establecer cómo se satisfacen las necesidades en su justa medida en el contexto social,
cultural, natural y cósmico del desenvolvimiento integral del ser humano. La economía providencial no adiciona
sino simplifica y se desarrolla con base en el esfuerzo consciente del individuo por armonizar con la ley
fundamental de la vida -el devenir- mediante la no-posesión, que se vive y concreta mediante la Renuncia.

"QUE CADA QUIEN OCUPE SU LUGAR EN EL MUNDO, NO MÁS, NO MENOS, en su entorno social, cultural, natural
y cósmico. Tenga cada uno lo que necesita.”

“… aunque todos los bienes del mundo estén al alcance de sus manos, quien renuncia no cambia por eso su modo
de vivir ni sus necesidades. No se vive de acuerdo con un presupuesto sino de acuerdo con lo que se necesita,…
por participación.” (J. Waxemberg)

"Al mundo entero -agregó nuestro Padre el Sol-, doy mi luz y mi resplandor; doy calor a los hombres cuando
tienen frío; hago que sus campos fructifiquen y que su ganado se multiplique; cada día que paso doy la vuelta al
mundo para estar más enterado de las necesidades del hombre y para satisfacer estas necesidades. Seguid mi
ejemplo." (Mito Inca. Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega, año 1556).

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