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EL SENTIR DE LA SOLEDAD

El estereotipo es una frase o varias palabras que han dado una idea de lo que es o

debería ser alguien o algo, en este caso la mujer. A lo largo de los años en la literatura se han

presentado distintos estereotipos femeninos, por solo mencionar algunos ejemplos están

como nos menciona Díaz (2005): las villanas, las cuales usualmente son brujas o madrastras

poco atractivas y malhumoradas; la madre víctima y altruista que se sacrifica por su familia,

Quién es prácticamente ignorada en la historia; y no podía faltar la damisela o sirvienta dulce

y linda que espera un milagro para acabar con la dura vida que tiene. Pero, luego tenemos al

contraejemplo de estos significados: María Iribarne, el personaje propuesto por Ernesto

Sábato en ​El Túnel​.

Ernesto Sábato como explica “Escritores.org” (2013), nació en la ciudad de Rojas,

Argentina en el año de 1911. Sábato en realidad empezó su carrera enfocado en la ciencia y

las matemáticas, incluso se le había otorgado una beca para que estudiara en los Laboratorios

Curie en París, la cual acepta, pero abandonó París antes del estallido de la Segunda Guerra

Mundial. Tras haber trabajado como profesor, en 1943 una crisis existencial lo motiva a

convertirse en escritor, así dos años más tarde publica ​Uno y el universo​, su primer libro. En

1948, publica ​El túnel,​ justo después de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, algo

que ciertamente se ve reflejado en la obra. Recibió Doctorado honoris-causa de parte de

distintas universidades. Lamentablemente muere en el año 2011, dos meses antes de cumplir

cien años.

En pleno siglo XX, cuando las mujeres estaban en el proceso de cambiar los

estereotipos, Sábato nos transporta a la historia de Juan Pablo Castel, un pintor, que durante

una exposición conoce a María Iribarne, quien le llama la atención desde el momento que

nota que ella se fija en el detalle en su obra que nadie más notó. Los escenarios que Castel
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crea con María se convierten en una obsesión que empeoran después de volverla a encontrar,

tras esto los misterios, los problemas y la incertidumbre lo llevan al asesinato de María, quien

es un personaje lejano de lo que se espera en una mujer. Así, la tesis a comprobar en este

ensayo es que en esta novela ​del escritor argentino Ernesto Sábato (1911-2011), se demuestra

mediante el personaje de María Iribarne la representación de una mujer que quebrantaba los

estereotipos femeninos del siglo XX en América Latina.

Entender al estereotipo y la idea que está preestablecida para las mujeres es esencial

para la comprensión del por qué María no encaja en ellos, y para explicarlos se recurre a la

idea explicada por la Universidad de Palermo (2016):

Tradicionalmente la figura femenina fue considerada como un ser sensible que

condicionó su accionar en el amor que siente por sus seres queridos (...) Ese

sentimiento de amor, llevó a la mujer a limitar sus actividades y construir un modelo

femenino dependiente y subordinado a la figura masculina, delimitando sus

actividades en el interior del hogar. (pp. 6-7)

Es así como se puede notar que era común pensar que una mujer debe condicionarse al amor

y al servir en el hogar, estereotipo en el que María no encaja al ser descrita como una mujer

que no permite que sus sentimientos por otras personas se involucren en las acciones que ella

realiza. Esto es sumamente evidente cuando en un suceso María involucra a dos personas que

ella quiere, su esposo ciego y Juan Pablo, en una situación molesta para ambos, la novela

narra:

Cuando pregunté por la señorita María Iribarne me dijo que esa misma mañana había

salido para el campo. Me quedé frío.

–¿Para el campo? –pregunté.

–Sí señor. ¿Usted es el señor Castel?


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–Sí, soy Castel.

–Dejó una carta para usted, acá. Que perdone, pero no tenía su dirección.

(...)

Vi a un hombre en el extremo opuesto de la salita: era alto, flaco, tenía una hermosa

cabeza. (...)

–¿Usted es Castel, no? –me dijo con cordialidad, extendiéndome la mano.

–Sí, señor Iribarne –respondí, (...)

–No me llamo Iribarne y no me diga señor. Soy Allende, marido de María.

(...)

Sacó una carta de un bolsillo y me la alcanzó.

(...)

Saqué la carta; decía una sola frase: ‘Yo también pienso en usted. María’ (Sábato,

2016, pp. 51-54)

Es así como se hace notorio, que contradictorio a lo que se pensaría, María no antepone sus

sentimientos al realizar las cosas, algo que era común dentro del estereotipo de la mujer.

Para entender cómo es la personalidad de María y cómo se desarrolla a través de la

novela, se consulta a Rosado en su texto “En busca de lo absoluto” (2000) donde analiza ​El

Túnel​, aquí menciona que: “María (...) ​creyó​ identificarse con Castel, pero se equivocó

porque no buscaba un Absoluto a través del amor, sino la permanencia de su soledad e

independencia” (p. 132) De esta manera queda claro que la personalidad de María está

determinada por la necesidad de estar cerca de alguien, pero sin estar atada a una relación.

María buscaba ciegamente percibir algún sentimiento sin que alguien esté tras de ella

interrogándola. Esto se demuestra en la siguiente descripción de María sobre la pintura de

Juan Pablo: “Cuando vi aquella mujer solitaria de tu ventana sentí que eras como como yo y
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que también buscabas ciegamente a alguien, una especie de interlocutor mudo.” (Sábato,

2004, p. 116). La personalidad de María es entonces la de una mujer independiente, que

busca sentimientos, pero que al mismo tiempo gusta de no estar comprometida con nada ni

nadie, otra razón por la cual ella no pudo estar con un solo hombre.

En la relación tormentosa de ambos personajes, María y Castel, el túnel juega un

papel importante ya que aquí es donde se compara a los personajes y permite ver la relación

de ambos, esto nuevamente es comprobado en “En busca de lo absoluto” (2000):

“Castel no desea comunión, sino ​fusión,​ en la que sin embargo sea él quien imponga

las reglas. No acepta a María como alguien fuera de sí, como un prójimo: quiere

asimilarla y alojarla en su propia realidad, convertirla en otro ‘túnel’ ” (Rosado, 2000,

p. 159)

Esto hace evidente el que en el relato los personajes sean vistos a través de túneles y como

normalmente desde el punto de vista de Castel, alguien “como él” debe estar en un túnel

paralelo al suyo, pero Castel no toma a consideración que María no es como él esperaba. En

la obra se demuestra cuando Castel nos narra:

En todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío (...) Y en uno de esos

trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído

ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía

al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles (...). (Sábato,

2004, p. 151)

Aquí, queda claro que opuesto a lo que Castel cree desde un principio, María no es como él

cree, María es un personaje impredecible y para nada como Juan Pablo llegó a imaginar en

todos sus escenarios. Iribarne es alguien que no pertenece al encierro de una relación y es por
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eso que ella no se encuentra en un “túnel”, ella se encuentra en el exterior, o visto por Castel

en un mundo libre.

De esta manera se concluye que a pesar de que una mujer debía ser alguien que

antepusiera sus sentimientos a sus acciones y cuidara de los suyos, Sábato nos muestra a un

personaje que se aleja de esto, presentando a María Iribarne, alguien quien muestra

sentimientos amorosos hacia al menos dos personas distintas y aun así no deja que esto la

detenga de ser independiente y no estar propiamente comprometida con ellos, su actitud

después de todo era así. María era una mujer que disfrutaba de sus distintos encuentros

amorosos, pero disfrutaba más de su independencia y no estar ligada con alguien que le

estuviera interrogando, como Juan Pablo lo hacía. El no encajar en los estereotipos está

relacionado con la personalidad de María que directamente está ligado al mensaje de la

historia sobre el túnel, mostrándonos una vez más que por la misma actitud de ella, María no

vivía en un túnel, sino en el mundo exterior donde ella obtenía lo que quería: libertad e

independencia.

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