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La REVOLUCIÓN DE LA FRATERNIDAD

In Lak’ech

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Se crea un enlace cósmico de ti, de mí, de nosotros.

Los seres humanos no somos la especie más fuerte del planeta, no somos los más veloces,
los más inteligentes, pero la ventaja que tenemos es nuestra habilidad para cooperar,
para ayudar a los demás, nos identificamos con los demás, estamos programados para la
compasión, el heroísmo, amar, eso nos hace más fuertes, veloces e inteligentes por eso
sobrevivimos, por eso vivimos. Si una especie quiere sobrevivir, debe probar que lo
merece.

Dentro de nosotros tenemos una semilla social, empática. Porque nuestra propia
supervivencia depende de dicha habilidad como especie. ¡De ahí es donde venimos!

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LA REVOLUCIÓN DE LA FRATERNIDAD
IN LAK’ECH-HALA KEN
“Yo Soy Otro Tu-Tu eres Otro Yo”

No importa donde nacimos, no importa donde vivimos, lo que importa es cómo


organizarnos para poder vivir juntos con nuestras diferencias.

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“LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD”, decía la consigna que abrió las puertas a la


modernidad, según la historiografía clásica. La Revolución francesa marca el inicio de la
Edad Contemporánea al sentar las bases de la democracia moderna. Abrió nuevos
horizontes políticos basados en los principios de la soberanía popular LIBERTAD E
IGUALDAD.

Pero ¿dónde ha quedado la FRATERNIDAD en la construcción de nuestro mundo? ¿Es


hoy un término en progresivo desuso? Puede que lo sea, pero lo cierto es que, pese a ello,
el amor al prójimo va a ser el gran protagonista de los próximos años. Al fin y al cabo, en
los laboratorios se ha constatado que la fraternidad es la llave de la felicidad: la gestión
de las emociones en la EDUCACIÓN. Ahora sabemos que el bienestar individual y social se
construye con la suma comunitaria y no con la resta competitiva, que el altruismo es el
camino más recto para llegar a la felicidad, que se puede hacer crecer el amor compasivo
a través de la práctica voluntaria. En definitiva, que la REVOLUCIÓN DE LA FRATERNIDAD
está en nuestras manos y ya es imparable.

Los ideales de la revolución francesa, libertad, igualdad, fraternidad, el primero ya fue


recogido por el capitalismo y el liberalismo económico, dando como resultado el actual
mundo pleno de desigualdades monstruosas fuente de innumerables problemas y
conflictos, el segundo fue la bandera esgrimida por los movimientos de izquierda que
desembocaron en los regímenes comunistas que terminaron asfixiando la libertad
individual convirtiéndose en sistemas totalitarios ¿qué pasa pues con el tercero?, la
FRATERNIDAD ha sido desde el principio el patito feo, el ideal más apartado y despreciado
mientras que la libertad y la igualdad, conveniente e interesadamente magnificados según
la tendencia política, se convertían en los incuestionables protagonistas.

El “modelo económico liberal”, se considera “agotado” pese a haber sido muy útil en la
Europa que transitó desde el absolutismo a la democracia. Choca con tres barreras: Física,
pues el derroche de recursos tropieza con los límites del planeta; política, porque el Tercer
Mundo ya no acepta la explotación; y psicológica, pues el desalmado sistema reduce al
hombre a mero productor-consumidor.

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Solamente una nueva corriente ideológica y reformadora basada en la fraternidad
humana puede tener futuro o al menos intentar traernos un futuro mejor. La evolución
humana sigue su curso y lleva precisamente ese rumbo, la aparición y evolución del
neocortex, esa relativamente nueva construcción cerebral que nos diferencia de los
animales menos evolucionados corre paralela a la evolución social que podemos apreciar
si evitamos cegarnos con el pesimismo y aparente sinsentido del mundo actual.

La revolución de la fraternidad no es un asunto sencillo, incluye muchos aspectos, un


cambio de mentalidad (que la actual crisis podría favorecer), un trabajo interior individual,
y por supuesto un cambio en la educación no es algo que se produzca de la noche a la
mañana y sin esfuerzo pero lo importante es percibir que se están dando los pasos en esa
dirección.

“Esto es como la metamorfosis de los insectos. Usted coge un gusano de seda y lo ve


moviendo el cuerpo con dificultad, se lía el hilo a la cabeza, se convierte en un capullo y
luego en una mariposa. ¿Qué ha pasado? Pues que al mismo tiempo que desaparecía el
cuerpo de gusano se estaba construyendo y manejando el sistema mariposa: los jóvenes
tienen que construir el sistema mariposa. Y no lo pueden construir con las reglas de los
que son gusano”. José Luis Sampedro

“La libertad vuela como las cometas. Vuela porque está atada. Usted coja una cometa y
láncela, no vuela. Pero átele una cuerda y entonces resistirá al viento y subirá. Cuál es la
cuerda de la cometa de la libertad: la igualdad y la fraternidad. Es decir, la libertad
responsable frente a los demás”. Paloma Rosado

Solo cooperando, construyendo entre todos un mundo más justo, podemos hacer volar
nuestra cometa de la libertad, y añadiría que también de la felicidad. No nos quedemos
con las ganas de actuar, hagámoslo cada día en la medida de nuestras posibilidades,
siempre mayores de lo que somos capaces de imaginar; solo así viviremos plenamente.

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Los seres humanos no somos la especie más fuerte del planeta, no somos los más veloces,
los más inteligentes, pero la ventaja que tenemos es nuestra habilidad para cooperar,
para ayudar a los demás, estamos programados para la compasión, altruismo, empatía,
eso nos hace más fuertes, veloces e inteligentes por eso sobrevivimos, por eso vivimos.

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¿Quién somos? ¿De dónde venimos? ¿Qué esperamos? Muchos se sienten confusos tan
solo. El suelo tiembla, y no saben por qué y de qué. Esta su situación es angustia, y si se
hace más determinada, miedo, el ser humano ha entrado en un proceso muy complicado
y muy peligroso, porque antes tenía confianza, sobre todo había palabras que
confeccionaban una promesa, cualquier voz que la gente honrada veía como solución.

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Se trata de aprender la solidaridad. Su labor no ceja, está enamorada en el triunfo, no en
el fracaso; situada sobre el miedo, no es pasiva como este, ni está encerrada porque
reconoce al otro como sujeto en todas las circunstancias. El afecto de ella sale de sí, da
amplitud a los hombres en lugar de angostarlos, se crea un enlace de ti, de mí, de
nosotros.

Durante el día una persona promedio dice 2, 250 palabras a 7.4 individuos. Pero pueden
ser palabras para herir o para sanar.

En la actualidad, la incertidumbre es la principal amenaza. Lo inesperado o desconocido


puede volverse miedo y éste, parálisis. Es importante procesar correctamente los
elementos que conducen a lo incierto, para tener respuestas apropiadas que nos alejen
de lo indeseable y adverso y conduzcan a la oportunidad.

El problema de un cambio, como el que se está generando ante nuestros ojos, vertiginoso
y arrollador, es que puede echar por tierra mucho de lo bueno y positivo que hemos
construido.

La crisis de civilización está dejando mucho dolor. Hay que intentar con empatía, con
altruismo, con compasión, desmontar todo el dolor, pero hay cosas en que están yendo
a mejor y el ser humano, como especie, en algunos aspectos está dando grandes pasos
de avance. Hay valores que deben prevalecer.

Ante esta problemática la resolución de nuestros conflictos exige el contar con un ideario
social y con el conocimiento del mismo. En momentos como los que estamos viviendo, es
importante volver una costumbre el reconocimiento de la fraternidad que une a todos los
hombres en un destino común. La solidaridad y el esfuerzo compartido debe ser una
autentica mística social.

Hoy en día, nuestra cultura ya no gobierna nuestra organización social, la cual a su vez, ya
no gobierna la actividad técnica y económica. Producto de la crisis de civilización:
cultura y economía, mundo instrumental y mundo simbólico se separan: ¡lo que importa
son los demás!

Hoy en día, se ha debilitado el tejido social, se han relajado las normas, así como las
reglas no escritas de convivencia que existen bajo formas de control que corrigen las
conductas desviadas y mantienen a la sociedad unida y cohesionada: ¡lo que importa
son los demás!

Hoy en día, las imágenes que vemos a diario por los medios parece indicarnos que
somos violentos por naturaleza, David Bas afirma que para nuestros antepasados lejanos
asesinar era una manera efectiva de solucionar los conflictos y de aumentar las
posibilidades de supervivencia, si bien los impulsos violentos de nuestros antepasados
aún se mantienen, en el presente, nuestro entorno a cambiado mucho, y matar ya no es
una estrategia ventajosa: ¡lo que importa son los demás!

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Hoy en día, un gobierno no puede funcionar sencillamente mediante el uso de la fuerza
bruta, tienen que existir ciertos valores comunes o sentidos de comunidad, de modo que
las personas no se maten aunque no haya un policía detrás de ellas vigilándolas: IN
LAK’ECH-HALA KEN ¡Lo que importa son los demás!

No importa donde nacimos, no importa donde vivimos, lo que importa es como


organizarnos para vivir juntos con nuestras diferencias.

En un mundo de trivialidades, en donde la imagen domina la era de los medios de


comunicación; donde las redes sociales son vehículo del rumor y la desinformación al
servicio del anonimato; donde hay más datos que significado; donde hay más información
que conocimiento, impera el “ruido” en la comunicación entre gobierno y gobernados y
los ciudadanos entre sí. Esta disonancia estimula la creencia de que en la “realidad
virtual” nuestras propuestas transformarán algo, sin embargo, la proposición solo se
concretara si trasciende lo virtual, si pasa al mundo de los hechos, de los significados.

La Historia –Geografía en el Tiempo- reclama la presencia de comunidades como espacios


socialmente equitativos, solidarios y participativos que promuevan en libertad la calidad
de vida de sus habitantes, una forma innovadora e interactiva del “vivir juntos con
nuestras diferencias”, aquí y ahora.

Llego la hora de considerar el gobierno no tanto como un problema de poder, sino más
bien, como un problema de conducción y la conducción es un problema de comunicación.

Llego la hora de instituir a la comunicación como una función social que mantenga el
nexo entre el pueblo y su gobierno. Se trata justamente de comunicar, de ser
comunicantes para integrar opiniones conjuntas. Esto es, dialogo permanente.

Llego la hora de reconstruir la concepción de la vida social aceptando la idea de una


sociedad multicultural que reconozca la pluralidad de intereses, opiniones y valores, y
que este paradigma se convierta, a su vez, en una fuerza de integración de la cultura y de
la economía.

Llego la hora de Insertar a la capacitación en el proceso integral de educación para que


mujeres y hombres, en común esfuerzo, no solo sean actores sino que participen,
debidamente capacitados, como autores en la construcción de su mundo de vida.

Llego la hora de mantener abierta nuestra comprensión de nuestro proceso histórico en


construcción, para enriquecerla y corregirla; de interpretar lo anterior no como falso o
inútil, sino cómo ampliarlo mediante cambios, continuación y nueva etapa; de superar la
conservación del proceso de búsqueda de fines.

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¿Nos estamos encaminando hacia una situación donde las emociones se controlan
mejor?, ¿hemos aprendido a gestionar nuestras emociones y entonces seremos, somos,
cada vez menos violentos o somos iguales que nuestros antepasados?

Nuestras emociones no han cambiado demasiado. La gente sigue teniendo fantasías


violentas donde matan a los que no les gustan. A la gente le siguen gustando las formas de
entretenimiento violentas como los videojuegos, que tienen más éxito que nunca, si bien
es cierto que los índices de violencia hayan ido disminuyendo porque tenemos cada vez
más autocontrol, es decir, ponemos en práctica nuestra capacidad de no actuar bajo
nuestros impulsos violentos.

Entonces, la gestión de las emociones, aprender a gestionar las propias emociones


podría ser un buen camino para enfrentarse al futuro. Hay experimentos que ponen de
manifiesto que a medida que las personas pierden autocontrol, son más propensas a las
fantasías violentas, a castigar a los demás con violencia, en cambio, si refuerzan su
autocontrol, son mucho menos proclives a reaccionar de forma violenta.

Vamos a necesitar vivir de una forma distinta para poder formar parte de estos cambios.
Estamos atrapados en trabajos que no nos gustan, sujetos a reglas con las que no
comulgamos. El mundo se halla en una etapa de adolescencia, pero continuamos
empleando sistemas que no reflejan lo que somos. El sistema financiero se basa en unos
valores que no conectan con la mayoría de nosotros. El sistema educativo va por
derroteros muy distintos del rumbo que sigue el mundo en general. El sistema judicial es
demasiado lento y se basa mucho más en reglas que en valores.

Si no estamos preparados para imaginar un mundo mejor, condenamos al mundo a ser


peor. Lo que puede ayudar es darse cuenta de que la vida es una elección, que todos
podemos imaginarnos un mundo mejor, y que podemos intentar mejorarlo a través de
acciones educativas que conformen ese viaje hacia adelante, en vez de estar
quejándonos del status quo.

Uno de los grandes descubrimientos de las últimas décadas es que se pueden educar las
emociones y el comportamiento. Es posible desarrollar lo que llaman habilidades para la
vida, el aprendizaje social y emocional. Estamos impidiendo que los niños y jóvenes
tengan un desarrollo óptimo cuando les privamos del aprendizaje social y emocional. Un
niño que conoce y sabe gestionar sus emociones so solo tendrá mejores resultados
académicos, si no que estará más preparado para el mundo laboral.

Tres grandes errores caracterizan la educación que reciben hoy nuestros hijos y los nietos:

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El primero es no tener en cuenta dos de las enseñanzas más importantes de la
neurociencia, que la razón no sirve para nada sin las emociones y que el cerebro es un
órgano muy sofisticado difícil de comprender pero enormemente plástico.

El segundo, es no aceptar que los maestros han de lidiar con la diversidad cultural que
existe actualmente en las aulas pero también con lo que tienen en común todos los
alumnos las emociones, las rabias, los celos, el menosprecio.

El tercero es la jerarquización de las asignaturas que arrastramos de siglos pasados, hoy


en día es perjudicial colocar en el último eslabón detrás de las matemáticas, la lengua y
las humanidades las materias creativas y artísticas que complementan y optimizan las
habilidades cognitivas e intelectuales

Para corregir estos errores lo más eficaz es introducir en las aulas el aprendizaje social y
emocional. Mediante programas probados científicamente, es posible desarrollar lo que
llaman habilidades para la vida: una seria de destrezas en el ámbito social, emocional y
ético, IN LAK’ECH-HALA KEN: “Yo soy Otro Tu-Tu eres Otro Yo”.

El desarrollo de toda sociedad implica ajustes, modificaciones en sus costumbres y


formas de convivencia, preparar, educar para que todos puedan tener las mismas
oportunidades y fortalecer su identidad cultural.

Cambios en la familia; rectificación de instituciones y normas de vida, una diferente


relación entre los gobernados y el gobierno y una nueva forma de participación en la
solución de los problemas comunes. No hay mejor lugar que la escuela para ayudarnos a
descubrirnos, a conocernos, a entender cómo lidiar los unos con los otros.

La educación como la carta para ganarle a la tradición autoritaria -explotación colonial


prolongada- el dominar mediante la ignorancia, explotar gracias al silencio, apartar con el
auxilio de la distancia a seres humanos vistos por los caciques regionales como fieles
servidores.

La educación para todos a fin de terminar con los “dos méxicos”, el primero llega a tener
niveles de desarrollo cercanos a los del Primer Mundo y tasas de crecimiento como los de
las economías emergentes exitosas, el segundo está claramente anclado en el
subdesarrollo, los dos conviven en un mismo territorio. El propósito es lograr no dejar
fuera a nadie: “educar significa incluir, integrar, darle las armas de la ciudadanía y los
fueros de la identidad a los mexicanos de todas las clases, regiones y ocupaciones”. José
Vasconcelos.

La educación como motor de la transformación social. La educación es un programa de


todos, de la sociedad, el objetivo: La educación como eje fundamental y primera y más
alta prioridad para el desarrollo económico, social y cultural: evolucionar de individuo a
sujeto actor con proyecto de vida.

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La educación para conservar y perfeccionar la continuidad de la cultura, la única
constante de nuestra historia frente a la fragmentación de la política y las crisis de la
economía.

La educación es la base de la productividad en las economías desarrolladas. Las industrias


que ocupan actualmente el lugar central de la vida económica son las productoras y
distribuidoras de conocimiento e información, más que de productos materiales. La
norma de la productividad no es ya el volumen sino el valor del producto. La calidad, a su
vez, se funda en la información, y la información en la educación.

Todos están de acuerdo en que la naturaleza de la modernización en el Siglo XXI


dependerá, ante todo, del factor educativo. La Educación como base de conocimiento; el
conocimiento como base de información; la información como base de desarrollo.

No hay perfeccionamiento humano posible sin educación, que es ante todo un Derecho
Social.

Si todos participamos en la tarea del desarrollo económico, político, social y cultural, si no


dejamos en el camino a ningún miembro de la sociedad y cada cual realiza su aporte-
podremos mirar con esperanza hacia el porvenir. IN LAK’ECH-HALA KEN: crear un enlace
cósmico de ti, de mí, de nosotros, ¡la fraternidad como cambio solidario!

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