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El verdadero peligro
El peligro está en la visión de vida a la que nuestros hijos están expuestos; es el contenido, el mensaje y la
cosmovisión lo que debemos evaluar. Las preguntas que debemos plantearnos son: ¿Qué están
consumiendo nuestros hijos? ¿A qué valores, metas e ideales están siendo expuestos?
La vida de Billie Eilish es solo un ejemplo entre muchos otros que nuestra juventud está siguiendo. En esta
lista podemos añadir a Taylor Swift, Bad Bunny, a Cardi B, Ozuna, Maluma, Drake, etc. Las letras de sus
canciones tienen un gran poder para persuadir acerca de una manera de pensar. La música es un medio
para cultivar una mentalidad determinada, es un medio de expresión de valores e ideales, desarrolla una
visión de vida.
Escuela Dominical
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Los cantantes, actores, youtubers e influencers están llenando el vacío que dejan los padres. Quienes por el
descuido y la pasividad delegan la instrucción de los hijos a esta sociedad corrupta y depravada. Pero
además de todo, recordemos que los adolescentes son los más vulnerables y susceptibles a las influencias.
La adolescencia trae sus propios retos, sobre todo porque en ella aflora la necesidad de una identidad. Por
eso, más que advertir acerca de ciertos cantantes y canciones, quiero que recordemos nuestra meta y
responsabilidad como padres ¿De qué sirve que le prohíbas escuchar a tus hijos cierta música, si no enseñas
la Escritura de una manera dedicada y constante? ¿De qué vale advertirles acerca de ciertos cantantes si no
encarnas el evangelio frente a ellos?
ya definida que ellos tenían en Dios. Los hijos debían saber quiénes eran, quién era Dios, cómo Él los había
liberado y cómo debían vivir como pueblo redimido. En otras palabras, ellos debían ayudar a sus pequeños
hijos a interpretar la realidad.
Ellos tenían que explicarles y enseñarles a entender el mundo de Dios. Esa es la misma necesidad de
nuestros hijos hoy. Ciertamente, no tenemos el poder para salvar a nuestros hijos, pero sí tenemos el
mandato de exponerlos a la verdad de Dios, a instruirlos en el camino correcto, y cultivar una cosmovisión
bíblica. Nosotros tenemos la obligación de instruirlos. Dios tiene la prerrogativa de salvar. ¿Has tomado
tiempo para compartir a tus hijos el evangelio?
No descuidemos tan noble y urgente labor. Seamos diligentes en pastorear el corazón de nuestros hijos. No
descuidemos nuestras devociones con ellos. Vivamos para Dios de una manera comprometida y sirvamos
con fervor para que ellos perciban cómo es una vida consagrada a Dios. Procuremos ganarnos su confianza.
Cultivemos una atmósfera de respeto y afecto que sirva para abonar sus corazones para el evangelio. Que
fomentemos el amor y la compasión para que la corrección, la disciplina y la instrucción sean como semillas
sembradas en terreno fértil. Que Dios nos ayude a ser diligentes, valientes y comprometidos con el
bienestar espiritual de nuestros hijos y para cultivar en ellos una visión cristiana de la vida.