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ACUERDO

ESCOLAR

DE

CONVIVENCIA
PRESENTACIÓN DEL DIRECTOR

“Toda comunidad necesita pautas para una buena convivencia. La escuela como comunidad
educativa requiere que todos sus integrantes se sientan comprometidos para cumplirlas y
hacerlas cumplir”.

Atendiendo a lo prescripto por Resolución Ministerial 149/10 basada en la Ley Nacional de


Educación Nº 26206, en la Ley Nº 26061 de Protección Integran de los Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes, la Ley Provincial de Educación Nº 9870 y la Resolución 93/09 del Consejo Federal
de Educación, la Dirección del establecimiento asume ante todos los miembros de la comunidad
educativa, la responsabilidad de generar y sostener acuerdos institucionales. Tales acuerdos surgen
del intercambio de propuestas elaboradas por docentes, padres y estudiantes partiendo de la premisa
de que la comunidad educativa, con su complejidad, impone la necesidad de organizar de forma
coherente las relaciones de interacción entre autoridades, docentes, administrativos, auxiliares,
estudiantes y familias.

En este contexto, las normas de convivencia median como marco para regular los comportamientos
deseables, a la vez que señalan la necesidad de reencauzar aquellos comportamientos no deseables.

El establecimiento cuenta con un consejo escolar formado por el Equipo Directivo, representantes
de los docentes, estudiantes en representación del alumnado y familias. Este cuerpo, que renovará
sus autoridades cada dos años, tiene funciones consultivas y tiende a democratizar las decisiones en
el ámbito de la institución.

Existen situaciones que incumben específicamente a la convivencia y tienen que ver con los valores
que la escuela busca proteger. En estos casos, el Consejo Escolar asume el rol de CONSEJO
ESCOLAR DE CONVIVENCIA y sus integrantes se ocupan de delinear acuerdos en esa materia.

La Dirección del I.P.E.M. comunica que se ha generado un Acuerdo Escolar de Convivencia


(A.E.C.) teniendo como criterio el que sea flexible, que atienda a las necesidades de la institución y
sus mandatos históricos y que origine una apropiación de las normas y un compromiso con los
valores en que ellas se sustentan.

El A.E.C. se comprende como un momento importante en la vida de la escuela que surge de un


proceso de comunicación entre las partes y se mantiene abierto a nuevos aportes.
RELATO DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN DEL PRIMER A.E.C.

En nuestra Institución, existía un “Reglamento de convivencia” que se había realizado muchos


años atrás. Al tomar conocimiento de las etapas a realizar para el Acuerdo Escolar de Convivencia,
lo primero que se realizó fue una convocatoria para formar la comisión, se abrió la inscripción en la
sala de profesores para que los interesados en participar pudieran anotarse.

Una vez conformada la comisión, de la que participaron voluntaria y democráticamente un total de


siete profesores, dos preceptoras, las dos integrantes del gabinete psicopedagógico, coordinador de
curso y el equipo directivo del establecimiento, se llevaron adelante reuniones con una frecuencia
semanal y ya avanzado el proceso, cada dos semanas. Primeramente se reflexionó sobre las
modificaciones que se podían realizar al Reglamento de Convivencia, se sugirieron algunos
cambios como por ejemplo la redacción, dado la arbitrariedad del mismo, y se propuso anexar las
responsabilidades referidas a los profesores y el resto del personal ya que sólo se encontraban
explicitadas las de los padres y estudiantes.

Posteriormente se realizó una encuesta (ver a Anexo) y se sumaron algunos cambios a ser
consultados a los grupos. Se encuestó primeramente al Personal (en un taller docente) con una
totalidad de 47 encuestas de manera anónima. Luego, se encuestaron a los estudiantes (se le solicitó
la colaboración a los docentes de Ciudadanía y Participación y, en otros casos lo administró el
Coordinador de Curso) en base a la utilización de consensos y criterios democráticos, realizando la
encuesta a 22 cursos.

La modalidad realizada fue la sugerida por el Ministerio de Educación (Elaboración de Acuerdos


Escolares de Convivencia): a cada ítem propuesto tenían que señalar: Acuerdo-No Acuerdo-
Cambios Sugeridos.

Por último, se realizaron encuestas a padres, una muestra al azar, por lo que se realizó en ambos
turnos (CBU y CE). Los preceptores que son parte de la Comisión fueron quienes les entregaban la
encuesta a los padres que asistían a la Institución por distintos motivos. Y a diferencia de los otros
grupos de análisis se realizó una nota en cada una donde se explicitaban los fines y la
confidencialidad o anonimato de la misma. Respecto a los alumnos y docentes dichos criterios se
manifestaron en forma oral.

Los temas de la encuesta fueron: las normas actuales, cambios que se sugieren y la incorporación de
nuevas normas o sanciones.
Luego de las encuestas a los tres grupos: estudiantes, docentes y padres; se inicio el análisis
e interpretación de resultados de preguntas cerradas (acuerdo/no acuerdo) y abiertas que
fueron ubicadas dentro de categorías temáticas para ser analizadas: las de mayor consenso,
mayor cuestionamiento, las sugerencias más reiteradas y destacadas; y las diferencias de
apreciación.
De acuerdo al análisis realizado se presentó el primer borrador de Acuerdo de Convivencia
Escolar; que implicó, de acuerdo a los resultados obtenidos varias modificaciones en las
normas, cambios en la redacción; y la incorporación de nuevas normas y sanciones.
Además de los valores que nos caracterizan como escuela y otros que consideramos
importante adquirir.

Lo anteriormente enunciado fue expresado primeramente como borrador del primer


Acuerdo Escolar de Convivencia y entregado oportunamente a Dirección. Desde allí se
realizaron algunas sugerencias y/o modificaciones y una vez efectuadas las mismas; se
procedió a difundirlo.

Esto último se realizó primeramente a docentes (en una reunión de personal y se dejó una
copia en la Sala de Profesores para que pueda ser leído o consultado) y se le solicitó
colaboración a docentes de Ciudadanía y Participación para transmitir el Acuerdo a los
estudiantes. Por último, a los padres se informará en el inicio de año lectivo 2011, donde se
anexará al cuaderno de comunicaciones (como se realiza todos los años).

Este primer acuerdo surgido y elaborado entre los años 2011 y 2012 fue enviado vía
Inspección Regional al Ministerio de Educación. El mismo fue revisado y surgieron puntos
a ser reformados.

De lo elaborado en años anteriores y la revisión de los puntos observados surge este nuevo
Acuerdo Escolar de Convivencia.

REVISIÓN 2018- 2019 DEL A.E.C.

A partir de la posibilidad de revisión de los Acuerdos Escolares de Convivencia que pueden


hacerse luego de tres años de vigencia de los mismos, se comenzó a trabajar durante el año
2018 sobre ellos.
Los cambios que se van produciendo en los modos de relacionarnos socialmente, los
avances de la tecnología que nos atraviesan a todos, las nuevas culturas juveniles que se
transforman al ritmo de estos avances ligados a los cambios que propone la aplicación del
Nuevo Régimen Académico hacen que resulte indispensable la necesidad de reformular los
mismos.

Al igual que durante la elaboración de los originales, se trabajó con la participación de toda
la comunidad educativa.

Se realizaron reuniones donde se expuso la necesidad de su reformulación y se receptaron


propuestas y/o sugerencias en relación a qué aspectos eran pasibles de ser modificados.

En base a las propuestas recibidas, en primera instancia se debatieron y acordaron algunas


reformulaciones a la normativa del anterior Acuerdo. Los resultados de estas
modificaciones quedan expresados en este nuevo A.E.C.

FUNDAMENTACIÓN

“Convivir es hacer y pensar con el otro y no a pesar del otro, y esto implica poder aceptar
distintos puntos de vista, opiniones y formas de vida aunque no estemos de acuerdo con
ellas, reconocer la singularidad de cada persona y respetarla.” La convivencia en la
Escuela. Recursos y orientaciones para el trabajo en el aula.
Ministerio de Educación. 2010.

Hacer de la convivencia una tarea común supone que entre todos se puedan construir acuerdos

respecto de aquello que es importante tener en cuenta a la hora de poder convivir en armonía,

respetando los derechos de todos.

Desde el punto de vista ético, la educación fue concebida como un proceso de imposición de

saberes relacionados con lo permitido y lo prohibido, con lo bueno y lo malo, a la vez que promovía

una forma de convivencia determinada, basada fundamentalmente en la aceptación de lo impuesto.

Sin embargo, hoy es necesario educar a los estudiantes para formar personalidades que puedan

resolver sus conflictos de forma dialogante y autónoma. Esto significa que estén equipados con

conocimientos y principios que les permitan hacerse cargo de forma racional de sus propias
decisiones y no recibir imposiciones heterónomas, además que sean capaces de saber argumentar

con sus propias razones, escuchar y tolerar las diferencias, buscar apoyos de consensos racionales y

proyectos comunes.

En definitiva, la escuela actualmente debe propiciar nuevos estilos de convivencia que posibiliten la

construcción de una sociedad democrática, con uno de los principios básicos y fundantes: la

ciudadanía participativa.

Por lo expuesto anteriormente, el I.P.E.M fija dos fines educativos como bases fundamentales:

enseñar a convivir y formar ciudadanos. Para lograrlos, es necesario desarrollar actitudes para la

convivencia democrática: respeto, confianza, participación, honestidad, responsabilidad,

solidaridad, orden, libertar, entre otros.

La escuela se encuentra trabajando en la formación de una nueva ciudadanía, independiente,

reflexiva y solidaria procurando organizarse en torno a pautas compartidas. Por ello, se hace

necesario construir normas nuevas que garanticen la vigencia de los derechos para asumir sus

obligaciones.

Creemos en la participación como imprescindible en la construcción y sostenimiento de los AEC.

Aquel que participa, pertenece, se apropia, ejerce ciudadanía, se compromete e incentiva la

participación de los demás.

La libertad en principio es nada menos que el derecho que tenemos de hacer o dejar de hacer lo que

deseemos, sin embargo, existen límites; la libertad que ejercemos no debe atentar contra la libertad

que ejercen los otros. De esta manera se hace posible la convivencia.

Practicar la solidaridad, esto es ayudar a quien o quienes lo necesitan y reconocer los problemas de

los demás como si fueran míos, es un valor que nos enaltece como personas, “visibiliza” al otro

como semejante, favorece la empatía y propicia la inclusión.

El conflicto existe, es un aspecto inherente a la existencia humana. Abordar la resolución de

conflictos de un modo constructivo y cooperativo es lo que propiciamos, a partir de mostrar razones

y argumentos. La superación del conflicto no puede ser violenta ni unilateral.


Todos debemos acatar y honrar los Derechos Humanos, estos son aquellos de los que todos

gozamos por el solo hecho de ser personas, sin ningún tipo de discriminación social, económica,

jurídica, política o ideológica.

Ser responsable es tener conciencia de las obligaciones propias y actuar cumpliendo con ellas por

convicción. Una conducta responsable es premiada con el respeto de quienes nos rodean, a la vez

que constituye una satisfacción personal.

Se considera la honestidad como un valor esperable de un sujeto honrado, que cumple con su

palabra y obligaciones y obra con justicia respecto a sus actos y conductas

El patrimonio natural y cultural pertenece a nosotros y a las futuras generaciones, por lo que

debemos darle la importancia y conservación que merecen, es nuestro deseo que podamos vivir

cada día en la escuela en un clima de armonía, confianza, respeto entre todos y alegría.

En un clima pluralista y atendiendo a la legislación vigente, el I.P.E.M. conforma un Acuerdo

Escolar de Convivencia, para el que se convoca a toda la comunidad educativa.

Con la participación de todos, se analizan las relaciones que se dan entre la comunidad educativa; el

propósito es pensar cuáles son los comportamientos deseables y cuáles no dentro de una escuela.

Los principios que se enuncian y los valores que se destacan como deseables, adquieren fuerza

normativa para ser respetados por todos. Ellos surgen de la cultura escolar y contribuyen a la

identidad del establecimiento educativo.

El Acuerdo Escolar de Convivencia se entiende, entonces, como un marco normativo y

procedimental que atraviesa los contenidos y aprendizajes permitiendo orientar la vida de la escuela

atendiendo a los requerimientos de la sociedad actual.

Fines Educativos de la escuela


La escuela secundaria es el lugar donde los adolescentes y jóvenes van a adquirir herramientas y

saberes que les permitan integrarse y desarrollarse plenamente en la sociedad.

Uno de los propósitos principales de la educación en el nivel secundario, será la formación en el

ejercicio pleno e informado de la ciudadanía; para esto es necesario trabajar fuertemente en el

desarrollo del pensamiento crítico y autónomo y en la capacidad de generar vínculos con los demás.
También se constituye como uno de los fines de la escuela secundaria la preparación para el mundo

del trabajo y la formación para la continuación de los estudios para lo cual resulta indispensable la

transmisión de conocimientos y competencias de carácter relevante de acuerdo a la especialidad

cursada por cada estudiante.

EL CUERPO NORMATIVO

I. Trabajo y convivencia institucional (relación con los otros)

• Defendemos la idea de una escuela como ámbito de encuentro, por lo que se hace necesario que

en ella se viva un clima de confianza y respeto. Tales valores deben alimentar el trato interpersonal

cotidiano. Por lo tanto, será objeto de sanción la agresión física o verbal, así como toda forma de

violencia o maltrato en la resolución de las situaciones conflictivas que pudieran presentarse. Del

mismo modo, serán motivo de tratamiento y reflexión las alusiones burlonas sobre capacidades,

nacionalidad, género o aspecto de las personas, que podrían derivar en formas de discriminación.

• Proponemos el desarrollo de ciudadanía como actitud para la vida democrática. En este sentido, es

central construir una responsabilidad solidaria entendida como capacidad para hacerse cargo de los

propios actos, teniendo en cuenta cómo ellos podrían afectar a los demás. Se trata de propender

tanto al bien individual como al bien colectivo. Por ello, serán objeto de llamados de atención el

incumplimiento sin aviso de tareas previamente pactadas y también, aquellas acciones o

comentarios que obstaculicen la concreción de proyectos colectivos y de cada uno de los miembros

de la comunidad escolar.
• Sostenemos que, para realizar el proceso educativo, se requieren espacios y recursos materiales

adecuados. En base a esto, el aseo, el orden, la pulcritud y el cuidado para la conservación de los

mismos, son considerados valores esenciales. Por ello, serán conductas pasibles de sanción aquellas

que intencionalmente atenten contra el patrimonio de la escuela o dañen las instalaciones, el

material de trabajo y los espacios escolares, ocasionando su inutilización total o parcial.

• Alentamos la construcción de un ámbito que garantice el bienestar y la salud de las personas y en

el que, la higiene personal y el decoro en la presentación, sean comprendidos como muestra de

respeto hacia uno mismo y los demás. “Por ello, serán objeto de sanción la venta y el consumo de

sustancias adictivas, como así también el descuido, la falta de higiene o el uso de vestimentas que

no se ajusten a la sobriedad que exige el desarrollo de la actividad educativa”

• Consideramos que los Símbolos Nacionales son la exteriorización representativa de todo lo que

constituye, caracteriza y define a la Nación y la identifican como tal en el contexto mundial. Por lo

tanto, serán objeto de sanción, los comportamientos inadecuados que falten el respeto a los mismos.

II. Materiales e infraestructura (cuidado de las cosas)

En el I.P.E.M. valoramos las cosas como medios para la concreción de un fin determinado, esto es,

para la educación de nuestros estudiantes en un clima de orden y limpieza que facilite el

aprendizaje. Por ello, consideramos de suma importancia el cuidado de las mismas, tanto las

personales como las comunitarias. De esta forma, entendemos que este cuidado tiene que ver con la

propiedad de todos los miembros de la institución, pero, además, con el respeto por los objetos de

los espacios públicos de nuestra ciudad. Es así que propiciamos el respeto por los bienes tanto

muebles como inmuebles y somos conscientes de que las cosas materiales son productos del

esfuerzo de todos en conjunto. Alentamos el uso responsable de los materiales que tengan por fin la

educación, propiciando su utilización democrática. Asimismo, estimulamos la adquisición de

nuevos materiales y la reposición de aquellos dañados o extraviados, pues, es responsabilidad

personal y compartida el cuidado de nuestro espacio escolar y sus objetos materiales.

En resumen, en el I.P.E.M. pretendemos defender y enseñar los siguientes valores:


• El orden, limpieza y cuidado

• El respeto por los bienes muebles e inmuebles

• El cuidado del medio ambiente.

Por ello, la escuela no aceptará, ya que atentan contra la buena convivencia y actúan en perjuicio de

la enseñanza y el aprendizaje, situaciones tales como:

• Descuidar el orden y la limpieza del espacio educativo personal y comunitario

• Utilizar de manera inadecuada, dañar o extraviar los bienes muebles e inmuebles del

establecimiento, como así también los de cualquiera de sus miembros o mostrar desidia en el

cuidado de los materiales de trabajo, propios y ajenos.

• Ingresar cualquier tipo de material que no tenga por objeto los procesos de enseñanza y

aprendizaje.

III. Presentación personal (cuidado de sí mismo)

En el I.P.E.M. sostenemos que la vida es un proyecto que realiza el hombre a lo largo de su

existencia, en su camino de crecimiento personal y comunitario. Como la vida está ligada al cuerpo,

apreciamos su respeto y cuidado como expresión de nuestro ser en el mundo. Por esto, una

adecuada presentación personal es parte importante a la hora de manifestar el cuidado de sí.

La presentación personal es un signo de respeto y consideración hacia uno mismo y al prójimo, por

lo tanto, la Institución considera que todos sus miembros deben presentarse en el colegio con una

adecuada higiene personal y correctamente vestidos.

Entendemos que, en el caso de uso del uniforme es una forma de expresión simbólica de la igualdad

entre los miembros a la vez que manifiesta el sentido de pertenencia a la escuela construyendo una

identidad personal y comunitaria, incluyendo al alumno en la Institución y a la comunidad

educativa. A la vez, la igualdad manifestada a través de una vestimenta austera evitaría situaciones

de ostentación y discriminación. De ahí que, en lo que respecta al cuidado de sí, entendemos como

valores fundamentales:

• El respeto por la vida.


• El respeto y cuidado del cuerpo.

• La adecuada presentación e higiene personal.

• La identidad personal e institucional y la austeridad.

En esta línea consideramos inapropiados, por atentar contra la formación integral de la


persona, los siguientes casos:

• Poner en riesgo la integridad física personal.

• La falta de higiene personal y toda acción que no se encuadre dentro de modales


adecuados de convivencia para una institución escolar.

IV. Uso de los tiempos

Los tiempos educativos mantienen una relación de índole pedagógica con la organización
temporal de contenidos, habilidades, actitudes y aprendizajes en general. Por ello
valoramos positivamente la presencia activa y comprometida de los miembros de la
comunidad educativa en todas las instancias planificadas. En consecuencia, el I.P.E.M. ha
estructurado su plan de estudio considerando la gradualidad de los contenidos y
aprovechando al máximo los distintos momentos educativos para una correcta y completa
formación académica y personal de nuestros estudiantes.

El uso de los tiempos individuales puede favorecer o dificultar el aprovechamiento del


tiempo de trabajo colectivo, afectando los procesos y resultados educativos. Por esto es
indispensable el uso responsable de los tiempos propios y el respeto por los ajenos.

En relación con el uso de los tiempos, entonces, sostenemos que los siguientes valores dan
sentido y orientan las prácticas escolares:

• Asistencia y puntualidad.

• Responsabilidad en el uso de los tiempos propios y respeto por los ajenos.

• Respeto de los distintos momentos educativos.

Por atentar contra los tiempos pedagógicos previstos para un desarrollo integral del proceso
educativo, no se aceptarán las siguientes acciones:
• La impuntualidad

• El no ingreso al aula correspondiente para participar de cualquiera de las clases diarias,


sin que medie la expresa autorización de alguna autoridad.

• La ausencia y/o retiro anticipado de actividades obligatorias, previstas y comunicadas,


propias de proyectos, sin causa justificada.

Sanciones

Las normas son inseparables de las sanciones, por lo que, si hay transgresión a las normas,
lo esperable es que haya sanción. En esta escuela acordamos, entonces, que las sanciones se
aplican ante faltas leves, graves y muy graves.

• Consideramos faltas leves a aquellas que no repercuten significativamente en la relación


con los demás, aunque la dificultan en alguna medida, al mismo tiempo que impiden el
normal desarrollo de la vida institucional y su fin propio, la educación. Ejemplos de estas
faltas son: La interrupción injustificada de una clase; la falta de aseo e higiene personal; la
falta de puntualidad en el ingreso a clase; la asistencia a clase sin el material escolar
necesario de manera injustificada; el uso de accesorios y vestimentas no acordes con el
uniforme escolar; la falta de trabajo en el aula; la introducción y uso de cualquier objeto
que no tenga como fin el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, tales como revistas,
reproductores de música, etc., entre otras faltas.

• Valoramos como faltas graves a aquellos actos y actitudes que ponen en riesgo la propia
seguridad y la de los demás a la vez que obstaculizan directamente el fin educativo de la
institución. Por ejemplo: la reincidencia en las faltas leves; cualquier acto de indisciplina,
individual o colectivo, que impida el normal desarrollo de las actividades de la institución;
arrojar objetos en el curso; ausentarse de una hora de clase sin autorización y cualquier otra
falta de igual gravedad que no constituya una falta muy grave.

• Juzgamos como faltas muy graves a aquellas acciones que atenten explícita y
directamente contra la integridad física, psicológica o moral de cualquier miembro de la
institución, contra la identidad de las personas, contra la propiedad de los integrantes de la
institución o de la institución misma. Podemos nombrar los siguientes ejemplos: la
reiteración de las faltas graves; la violencia y la agresión de cualquier tipo y a cualquier
persona de la comunidad educativa; la discriminación por cualquier medio; la rotura de los
bienes de la institución; la falsificación de documentación oficial de la institución;
ausentarse del colegio sin la debida autorización; la sustracción y/o destrucción de
propiedad ajena; la introducción y uso de objetos o sustancias perjudiciales para la salud e
integridad propia y de los demás, entre otras.

Puesto que la sanción busca restaurar un equilibrio perdido por la transgresión a la norma,
para su aplicación tendremos en cuenta los siguientes criterios:

• la gradualidad, es decir, para la aplicación de una sanción se deberán tener en cuenta los
procesos previos de advertencia;

• la proporcionalidad, esto es, se deberá procurar siempre que la sanción tenga relación
con la transgresión;

• todo proceso de análisis de una situación pasible de sanción buscará poner en contexto la
falta; en otras palabras, en cada caso se establecerá qué sanción corresponde a cada norma
transgredida, en qué situación se desatendió la normativa, a quién/es afecta y cuál es la
historia escolar del sujeto que incurrió en la falta.

Como escuela comprometida en la formación de valores para la convivencia democrática,


la sanción deberá reafirmar el carácter educativo de la norma, impidiendo la impunidad e
incorporando, a la vez, el valor reparador de la sanción. Asimismo, todos aquellos hechos
que atenten contra la integridad y dignidad de las personas constituirán límites
innegociables e inaceptables por esta institución.

Se considerarán las siguientes modalidades de sanción:

a) Sanciones de advertencia: pretenden llamar la atención sobre el hecho ocurrido o


hacerlo notar, con la finalidad de que el sujeto tome conciencia de la importancia de no
transgredir la normativa acordada y reflexione sobre el comportamiento que desoyó tal
normativa. También tienen como objetivo aconsejar, enseñar y, sobre todo, prevenir. Este
tipo de sanción puede vehiculizarse a través de apercibimientos orales, actas por
comportamiento u otras formas, siempre que tal acción vaya acompañada de diálogo y
reflexión sobre la falta cometida.
b) Sanciones reparadoras: tienen la finalidad de que se internalice la responsabilidad de las
acciones y, además, desagraviar a la persona ofendida, restablecer lazos de cordialidad y
respeto o satisfacer las demandas del bien común, incluso de orden material o físico. La
devolución de un bien ajeno o perteneciente a la comunidad, la compra y reparación de
material dañado, el pedido de disculpas, la exposición de la reflexión personal sobre un
valor desatendido, etc. son algunas formas de esta modalidad sancionatoria.

c) Sanciones basadas en contratos: valorizan el sentido del compromiso y la palabra dada,


a la vez que remarcan la validez de la reciprocidad en el cumplimiento de las normas y la
correlación entre deber y derecho. Esta modalidad se concretiza en actas acuerdo o
promesas escritas de reparación y cambios de comportamiento.

d) Sanciones experienciales: su valor está en la experiencia de sentir, conocer o presenciar


situaciones que ayuden a internalizar el valor de la vida en comunidad basado en el
cumplimiento de los acuerdos. Tienen sentido reparatorio y de aprendizaje. Los trabajos
comunitarios, las tareas de investigación sobre temáticas relacionadas con el valor no
tenido en cuenta al cometer la falta y la exposición-explicación a partir de lo investigado,
experiencias pedagógicas para favorecer el sentido comunitario y la empatía con los otros
suelen ser mecanismos sancionatorios que persiguen los objetivos enunciados.

e) Sanciones punitivas: esta modalidad de sanciones pretende hacer notar y reafirmar los
límites que se imponen a las acciones individuales en pos de una buena convivencia. Su
valor, entonces, está en la fuerte marca indicativa de lo que se considera inaceptable y
merece una acción correctiva. Son indicadoras de que las faltas no quedan impunes.
Siempre, este tipo de sanción, deberá enmarcarse en un ámbito de reflexión y aprendizaje.
Son ejemplos de este tipo los apercibimientos escritos y las suspensiones.

En todos los casos la decisión final la tendrá la dirección del instituto, previéndose la
intervención del Consejo Escolar de Convivencia en los casos para los que así se considere.

A continuación, se definen los criterios de gradualidad en la aplicación de las sanciones:

• Llamados de atención: consisten en una charla con el estudiante con la descripción de la


falta cometida. El objetivo es lograr que el alumno reconozca que ha incurrido en una
trasgresión al orden acordado.
• Comunicación a los padres: de forma telefónica o escrita, se citará a los padres, quienes
deberán asistir al establecimiento dentro de las 24 horas, para dialogar sobre la situación
disciplinaria de su hijo.

• En caso de persistir la falta, el equipo directivo citará al estudiante junto a sus padres para
acordar la realización de un trabajo escolar que tenga carácter de reparación. Se firmará un
acta en el que constará la decisión tomada.

• Actos de reparación: como su nombre lo indica, persiguen el objetivo de resarcir,


desagraviar, enmendar, corregir o rectificar una conducta determinada.

• Suspensión: como última instancia, la suspensión consiste en separar transitoriamente al


estudiante de la escuela - por un lapso no mayor a X (x) días -, y constituye una medida
adoptada a los efectos de que reflexione sobre sus actos y sobre lo que la escuela espera de
él. La aplicación de esta sanción será puesta en conocimiento de los padres y consignada en
un acta.

Consejo Escolar de Convivencia

Funciones

Entendemos al Consejo Escolar de Convivencia como un grupo conformado por distintos


miembros de la Institución que tiene a su cargo las siguientes funciones:

• Analizar los casos de incumplimiento del Acuerdo Escolar de Convivencia y su marco


normativo.

• Sugerir las sanciones disciplinarias pertinentes de acuerdo a las proposiciones del


presente Acuerdo.

• Proponer a la Dirección la aplicación de medidas tendientes a mejorar la convivencia a


fin de crear contextos óptimos para la enseñanza y el aprendizaje.

• Mediar en situaciones conflictivas entre los distintos miembros de la Comunidad


Educativa.
• Proponer un encuentro con cualquier miembro de la Comunidad Educativa con el que
haya surgido algún problema, a fin de evaluar la situación, consultar, debatir, proponer y
negociar vías de solución con el único fin de mediar entre las partes involucradas.

• Informar a la Dirección cuando tome conocimiento de problemas entre un docente y uno o


varios alumnos. En este caso, si lo considera conveniente y a criterio del equipo directivo,
el Consejo podrá mediar para la solución del conflicto.

• Revisar el Acuerdo Escolar de Convivencia vigente cada tres años y proponer la revisión
o elaboración de futuros acuerdos.

• Sugerir la intervención o asesoramiento de personas especializadas si las situaciones o


hechos así lo requiriesen.

Integrantes y Períodos

El Consejo de Convivencia estará conformado por 20 (veinte)integrantes, a saber:

• Un miembro del equipo directivo

• Cinco profesores

• Un preceptor

• Un integrante del gabinete psicopedagógico/coordinador de curso

• Seis padres

• Seis estudiantes.

Los docentes (profesores, preceptor e integrante del gabinete psicopedagógico) durarán en


su función un (1) año y podrán ser reelegidos. El primer período será de aceptación
obligatoria, mientras que para el inmediatamente subsiguiente el profesor podrá optar por
continuar o no.

Los padres y los estudiantes durarán en sus funciones 1(un) año. Estos últimos perderán el
derecho a pertenecer al Consejo Escolar de Convivencia cuando sean sancionados por faltas
graves y/o muy graves durante el período de sus funciones.
Un miembro del equipo directivo será Presidente del Consejo Escolar de Convivencia, y
entre el resto de sus miembros se nombrará un secretario que tendrá a su cargo la redacción
de las actas.

El equipo directivo convocará al consejo cuando exista un hecho grave o muy grave que
amerite una sanción previa notificación por escrito. La frecuencia de convocatoria del
Consejo Escolar de Convivencia, no podrá ser menor de cuatro veces por año.

En tanto la institución aspira a construirse en una escuela abierta a la comunidad y con un


espíritu democrático que fortalezca los valores de la persona y facilite la comunicación
entre sus actores, se piensan diversas estrategias intrainstitucionales para propiciar las
buenas relaciones, informando acerca de las actividades, iniciativas y proyectos que se
llevan a cabo. A tal fin, se implementan diferentes canales e instancias de comunicación:

 Carpeta de comunicados del personal.

 Libro de Actas de reuniones de departamentos.

 Carpeta de información general de Sala de Profesores.

 Libro de Actas del Centro de Estudiantes.

 Reuniones de personal.

 Reuniones por departamentos.

 Reuniones mensuales de Consejo Escolar de Convivencia.

 Reuniones con delegados alumnos de cursos planteando demandas y/o necesidades


en el Centro de Estudiantes.

 Reuniones e informes de profesores delegados de cursos.

 Participación del Centro de Estudiantes en reuniones de consejo consultivo.

 Reuniones con padres de cada curso y división.

 Talleres de reflexión con padres, algunos con coordinadores profesionales.

 Implementación de encuestas y registro estadísticos de los datos recabando


información sobre opiniones y/o decisiones a tomar en los diferentes actores
institucionales (familia, alumnos, docentes, comunidad, etc.).
 Actividades, acciones o talleres de reflexión que ayuden a mejorar la relación
intrainstitucional en pos de optimizar y mejorar el trabajo en la función de cada
actor.

 Actividades de integración Alumno – Alumno; Alumno – Docente; Docente –


Docente, etc.

 Calendarización de los proyectos institucionales en los diferentes espacios.

 Reuniones del equipo directivo con representante de preceptoría, mantenimiento y


secretaría (personal de cargo), semanalmente/quincenalmente, para tratar diferentes
situaciones institucionales.

Elección de los integrantes del CEC

• Los docentes y el preceptor se designarán a través de elección directa en la primera


reunión del año por votación de los mismos docentes y preceptores del colegio. Se elegirá
un titular y un suplente.

• Los padres serán elegidos por sorteo entre aquellos que se postulen voluntariamente en la
reunión de padres que se realiza al comienzo de cada año lectivo, designando además a un
suplente por cada curso. Su participación no generará ningún tipo de relación de
dependencia laboral o económica y su trabajo será ad honorem.

• Los representantes estudiantiles serán elegidos por votación de sus compañeros de cada
curso.

• La asistencia de los integrantes a las reuniones del consejo serán de carácter obligatorio,
siendo necesarios para su funcionamiento la asistencia de al menos 15 (quince) de sus
miembros.

• En el caso de que no se alcance el número mínimo de integrantes para sesionar se


convocará a una nueva reunión dentro de los 4 días lectivos siguientes a la primera reunión
convocada. Si por alguna razón no se pudiera sesionar esta segunda vez las autoridades del
colegio podrán tomar una decisión independientemente del Consejo Escolar de
Convivencia.

Trámite de las sanciones disciplinarias


Los docentes podrán solicitar el tratamiento de presuntos casos de incumplimiento del presente
acuerdo y la aplicación de una sanción si correspondiere. El Consejo Escolar de Convivencia
sugerirá, a su criterio y en función de lo acordado en el presente documento, la sanción a aplicar y
la notificará a la Dirección que avalará o no dicha resolución.

Las sanciones serán apelables, pues se deciden con el convencimiento de que debe existir el derecho
a réplica. Se deberán apelar por escrito, ante la Dirección y constituyen jurisprudencia.

Compromiso docente
El I.P.E.M. es partícipe activo del trabajo en la comunidad. Los docentes renovamos el compromiso
de ser propulsores de la formación de ciudadanos comprometidos con los valores éticos y
democráticos de nuestra sociedad.

Respetuosos de la singularidad de cada miembro de la comunidad educativa en las expresiones de


su personalidad, creatividad, ideología y desempeño de su rol, asumimos el compromiso de cuidar
la integridad del estudiante y de respetar sus derechos. Este respeto por la individualidad y la
formación de la subjetividad se construye en la escucha atenta, que los docentes nos
comprometemos a propiciar y defender, en el marco de espacios de comunicación basados en el
diálogo que propicie el consenso, la negociación que garantice la correlación entre deber y derecho
y la mediación que proponga solución a los conflictos.

Todo ello será posible en un clima ameno de paz y cordialidad, construido a partir de la hospitalidad
y el cuidado del bien común que todos propiciaremos. Sólo de esta forma, docentes y estudiantes
entenderemos la escuela como un espacio seguro y de acompañamiento mutuo.

Nos comprometemos a ser defensores de los consensos establecidos en el presente AEC como
marco normativo de la institución; igualmente, asumimos la responsabilidad de monitorear el
cumplimiento de los acuerdos de convivencia y a evaluar el seguimiento y la adecuación de sus
postulados a los principios que surjan con el objetivo de mejorar el clima de trabajo y que
respondan a nuestra cultura institucional.

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