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UNIVERSIDAD DE OVIEDO

FUENTES Y TEORÍA DEL ARTE


MODERNO Y CONTEMPORÁNEO
PROF. NATALIA TIELVE

ALUMNO: ANGEL A. RODRÍGUEZ MARTÍN


“DESPUÉS DEL FIN DEL ARTE”, DE ARTHUR C. DANTO
Introducción ....................................................................................................pág. 1
Conceptos básicos ...........................................................................................pág. 3
Greenberg, el visionario ..................................................................................pág. 6
Otras críticas, otras políticas, otras artes .........................................................pág. 8
Fuentes y Teoría del Arte Moderno y Contemporáneo
(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

INTRODUCCIÓN

Arthur Coleman Danto (Michigan, 1924-New York, 2013) falleció hace poco más de un
año, tras ejercer durante treinta años como Profesor Titular de Filosofía en la Universidad
de Columbia y ser autor de libros tan importantes y polémicos como “El fin del arte”
(1984), “La transfiguración del lugar común”, “La Madonna del futuro”, “Más allá de
la caja Brillo: las artes visuales desde una perspectiva poshistórica” o “El abuso de la
belleza”. Durante dos décadas fue crítico de arte de The Nation y obtuvo reconocimientos
de instituciones como The Guggenheim Fellowships o la Fundación Fulbright, entre
otras, siendo también Presidente de la Asociación Filosófica Americana y la Sociedad
Americana de Estética.

“Después del fin del arte” (subtitulado “El


arte contemporáneo y el linde de la historia”)
fue publicado por primera vez en 1997 (en
España dos años después) a partir de las
conferencias pronunciadas por Danto en la
National Gallery de Washington, bajo los
auspicios de la Fundación A. W. Mellon.
Como él mismo señala en el prefacio, sus
intereses son «especulativos y filosóficos, y
también prácticos, dado que entregué una parte
sustancial de mi vida profesional totalmente a
la crítica de arte». Así, el carácter pedagógico
de aquellas sesiones, dirigidas a un público no
especializado, se resuelve en estas páginas con
textos rítmicos y ligeros, sin demasiados
excesos argumentales, evitando los detalles y apostando por la incorporación de curiosos
ejemplos y de anécdotas explicativas, que permiten desarrollar la lectura en varias fases.
Consta de once capítulos donde, junto a las citadas conferencias, se incorporan otros

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Fuentes y Teoría del Arte Moderno y Contemporáneo
(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

textos, como el debate que Danto tuvo en las páginas de The Journal of Aesthetics and
Art Criticism en 1996, con algunos de sus colegas, y profesores de filosofía, como David
Carrier y Kathleen Higgins.

Las tesis de Danto asumen la historia del arte como una disciplina de carácter progresivo,
donde coincide con filósofos como Walter Benjamin 1, entre otros. Al perder interés la
pintura histórica y academicista, tras la aparición del cine y las imágenes en movimiento,
las vanguardias históricas del siglo XX redefinieron las disciplinas tradicionales
incorporando nuevos registros que señalaban el fin del arte entendido como se había hasta
entonces. Ya en la segunda mitad de los años sesenta, con la definitiva incorporación de
la filosofía a la crítica y a la historiografía artística, Danto advierte ese nuevo punto de
inflexión que da título a este libro. Explica, con su peculiar estilo, cómo fue ese fin del
arte: «Tenía que ver con una investigación intelectual colectiva de los artistas interesados
en el significado del sentido del arte. Eso quiere decir que todas las posibilidades quedan
abiertas (…). Eso es lo bueno», declaraba en una de las últimas entrevistas que se
publicaron en nuestro país2. El marco interpretativo de Danto ha sido definido por muchos
profesionales del sector como una especie de teoría institucional del arte, un concepto
que hoy sigue ejerciendo muchas influencias, con seguidores y también con detractores,
como veremos más adelante.

1
BENJAMIN, Walter, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, México, Itaca, 2008.
2
JARQUE, F., «La belleza no es tan importante para el arte», en El País, Madrid, 2 de abril de 2005.

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(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

CONCEPTOS BÁSICOS

Bajo el afán didáctico que plantea en el libro, Danto explica en los primeros capítulos la
manera en la que diversos términos han evolucionado especialmente a partir del
Renacimiento (con la nueva definición de arte y artista) para continuar explorando la
historia y llegar a los postulados recientes (los años noventa del siglo XX, cuando Dante
impartió las conferencias y redactó estas páginas) donde, con frecuencia, se imponen las
tesis conceptuales sobre los intereses visuales. Así, la estética y la filosofía son los campos
de estudio que más interesan al autor, que también era un apasionado de la Filosofía de
la Historia y la Psicología.

El primer capítulo (“Introducción: moderno, posmoderno y contemporáneo”) trata de


contextualizar esos conceptos básicos, mientras el segundo (“Tres décadas después del
fin del arte”) da un paso más allá, repasando sus propias tesis de 1984 (cuando publicó
el primer libro dedicado a analizar este fin del arte) y, ya en el tercero (“Narrativas
maestras y principios críticos”), plantea reflexiones sobre los grandes analistas e
historiadores que sentaron las bases del pensamiento artístico precedente, centrándose
fundamentalmente en Giorgio Vasari, Ernst Gombrich, Daniel-Henry Kahnweiler y
Rober Fry. Se resalta sobremanera la importancia de los textos de Clement Greenberg
para repensar la tradición y marcar ese punto de inflexión, en torno a 1964.

Según Danto, el arte moderno se desarrolló entre las dos últimas décadas del siglo XIX y
las seis primeras del XX, demostrando nuevos niveles cognoscitivos por parte de artistas,
críticos y público respecto del arte anterior, de carácter más académico. Las nuevas
estrategias, estilos y acciones que defendieron los grandes maestros de ese largo periodo,
desde el impresionismo hasta los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra
Mundial, recogen un sinfín de matices y diferencias. Por tanto, el siguiente estadio del
arte (el contemporáneo) surgiría en los años cincuenta, donde Danto considera muy útiles
las citadas tesis de Greenberg, sobre todo en sus textos sobre “La pintura moderna” 3,
que tomarían como modelo de pensamiento a filósofos como Hegel y Kant, entre otros..

3
GREENBERG, Clement, La pintura moderna y otros ensayos, Madrid, Siruela, 2006.

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(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

Con esas similitudes, la contemporaneidad se diferenciaría de la modernidad sin hacer


alegatos contra el arte del pasado, pues éste ya habría sido superado. A partir de esa
década (hasta el auge del arte pop, de los artistas warholianos, de los medios de masas,
del comienzo de la globalización…) nacerían otros términos considerados post-
históricos, que asumen el arte en su totalidad, con la interdisciplinaridad como bandera.

En el capítulo 3 Danto habla, entre otros, de Vasari, autor de fuentes tan significativas
para el arte como sus famosas “Vidas” 4 y nos explica el peso de este «primer gran relato
del arte» que supuso la magna obra del gran historiador del XVI, con su conquista de la
representación real, que en aquel amplio compendio de ensayos es especialmente rica
respecto a los pintores renacentistas. Danto también cita en esas líneas a Heinrich
Wölfflin 5 y aporta algunas contundentes reflexiones del crítico suizo sobre la originalidad
en el arte («Aún el talento más original no puede adelantarse más allá de ciertos límites
fijado para él por la fecha de su nacimiento») para centrarse, posteriormente, en los textos
de Ernst Gombrich, autor de una de las mejores “Historias del Arte” de todos los tiempos,
que en otro de sus conocidísimos libros 6 repasa aquellos viejos ideales sobre la búsqueda
de la realidad e incide en los nuevos componentes manuales y perceptivos de los artistas
modernos, tras violar las reglas del relato vasariano. Gombrich parte de la historia del arte
como una metodología casi científica, interesándose por la evolución del conocimiento
por parte del artista (recordemos que «no existe, realmente, el Arte. Tan sólo hay artistas»
es una de las citas míticas de Gombrich) pero eso implicaría un proceso histórico de
carácter narrativo, en línea con Vasari y, por tanto, es un modelo de estudio o relato donde
el británico no ha superado al italiano.

Danto habla también de otras fuentes, como los textos del crítico, pintor y diseñador
británico Robert Fry, al que también rinde tributo en los primeros capítulos del libro. Le
atribuye sus «esfuerzos por contar un nuevo tipo de relato en reconocimiento, podría
decirse, de un nuevo tipo de realidad». En efecto, en los catálogos de las exposiciones de
los postimpresionistas en las galerías Grafton de Londres, en la primera década del siglo
XX, Fry notaba que aquellos artistas (Cézanne, Gauguin, Van Gogh…) ya no buscan

4
VASARI, Giorgio, Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde
Cimabue a nuestros tiempos, Madrid, Cátedra, 2002.
5
WÖLFFLIN, Heinrich, Conceptos Fundamentales de la Historia del Arte, Barcelona, Espasa, 2011.
6
GOMBRICH, Ernst, Arte e ilusión. Estudio sobre la psicología de la representación pictórica, Madrid,
Debate, 1998.

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(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

imitar las formas, sino crearlas. Por tanto ya no imitan la vida, sino que buscan un
equivalente a la vida. De alguna manera, Danto percibe ahí un primer punto de inflexión,
un nuevo relato para contar la historia. Con esas premisas nos habla también de la
aparición del término abstracción (hoy aún se considera, en términos muy discutibles,
que Kandinsky había inventado el abstracto en 1910) que se popularizó de manera
exponencial, de ahí en adelante.

El último relato que Danto considera


maestro, aunque sin llegar a la
importancia del que aportará
Greenberg, sería el del conocido
galerista Kahnweiler, que en 1915
escribió sus famosos ensayos acerca
de sus galerías y sus pintores
definiendo al cubismo como la
nueva forma de expresión, la
revolución del arte moderno, el
«nuevo estilo en las bellas artes» 7 .
De alguna manera, para Danto el
nuevo arte habría arribado en
aquellos días «por sustracción»,
como indican las tesis de Fry y Kahnweiler, restando el carácter de mímesis a las nuevas
formas de hacer arte, o distorsionándolas con nuevos registros. Al fin del arte, no
obstante, le faltaban aún años para alcanzar esa aportación de plena conciencia filosófica
que alberga la visión de Greenberg, al que Danto dedica un capítulo entero.

7
KAHNWEILER, Daniel Henry, Mis galerías y mis pintores, Madrid, Árdora, 1991.

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(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

GREENBERG, EL VISIONARIO

El cuarto capítulo (“El modernismo y la crítica del arte puro: la visión histórica de
Clement Greenberg”) no se ciñe únicamente a las aportaciones de este influyente crítico
de arte estadounidense, promotor del expresionismo abstracto norteamericano y adalid,
entre otros, de Pollock, Newman y Clyford Still, sino que incide también en los diversos
debates que suscitaron otros teóricos, como Alois Riegl en sus ensayos sobre el
ornamento y la pintura como desarrollo interno de la representación. Pero, según Danto,
Greenberg es quien «hace moderno el arte» porque habría sabido ver cómo sus
direcciones internas y sus nuevas prácticas debían determinar lo que era peculiar a ella (y
solamente a ella), ya que entonces las hibridaciones multidisciplinares de nuestros días
todavía no eran tan intensas. «De esta manera» -señala Danto en alusión a Greenberg-
«cada arte podría ser considerado puro y encontrar en esa pureza la garantía de sus
calidades tanto como su independencia. Pureza significa autodefinición». La historia del
arte moderno como historia de purgación genérica, quitando del arte cualquier cosa ajena
a lo esencial.

Es muy interesante este capítulo, entre otras cosas, por los comentarios sobre la
intolerancia y el dogmatismo que Danto advierte en Greenberg, y que éste había escrito
antes de publicar “La pintura moderna”. «Ahí», nos advierte Danto «se demuestra que
una obra de arte no debe significar, sino ser». Estamos, pues, ante el citado paradigma
filosófico, el estímulo capaz de constatar lo que verdaderamente interesa a las tesis de
este compendio de ensayos dantianos que estamos analizando. Pues si la realidad ya no
tiene sentido, como afirmaba Greenberg, entonces el arte puede tenerlo, aunque sea de
otro modo. Y si la pintura moderna había tenido que concentrarse (en las décadas cuarenta
y cincuenta del siglo XX) en algo que no se comparte con ninguna otra forma artística,
estaríamos ante las pinturas más representativas de ese nuevo estado de pintar. Según
Greenberg, el arte moderno usó el arte para llamar la atención sobre el arte. Pero el dilema
entre las obras de arte y los objetos reales no pudo seguir defendiéndose tras el
advenimiento del pop y los mass-media (años sesenta, siglo XX), al menos en términos

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(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

visuales. A Greenberg, de alguna manera, esa nueva cultura le pareció una catástrofe,
entre otras cosas, porque se oponía a los artistas que defendía diariamente, esos los
grandes popes del expresionismo abstracto.

La preocupación obsesiva de la denominada abstracción


formalista haría que cada disciplina se atrincherase,
empeñada en definir su singularidad y su identidad, o sea,
en señalar su esencia. El propio Danto lo denuncia de algún
modo, como hará con más fuerza en otro de sus conocidos
libros8 donde entiende que el urinario de Duchamp y la caja
de Brillo de Warhol eran la misma cosa, sólo que cada cual
como representación estético-conceptual de un tiempo y
lugar concretos. Sobre esta discusión versarán también otros capítulos de “Después del
fin del arte”, especialmente el titulado “Arte pop y futuros pasados”, Para Danto, esa
transición (la acontecida desde el relato de Vasari hasta el nuevo relato visionario de
Greenberg) ejemplifica cómo las obras de arte
se transfiguran en su dimensión de uso, en su
significado, trascendiendo de la semántica a
la sintaxis. El crítico de arte, en esa
encrucijada, debe buscar su nuevo
posicionamiento. Y, aunque el propio
Greenberg perdió perspectiva, Danto le
perdona («No va en descrédito de Greenberg el hecho de que él no haya visto el pop
marcando un gran cambio histórico») mientras denuncia su «estética materialista», que
sería una de las sendas falsas tomadas a partir de entonces. «De algún modo, la idea del
arte puro apareció con la idea del pintor puro», concluye Danto acerca de este asunto.
«Hoy esto es una opción, no un imperativo. El pluralismo del presente mundo del arte
definiría al artista ideal como pluralista».

8
DANTO, Arthur C., Más allá de la caja Brillo. Las artes visuales desde las perspectivas posthistóricas,
Madrid, Akal, 2003.

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(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

OTRA CRÍTICAS, OTRAS POLÍTICAS, OTRAS ARTES

Una vez sintetizada, en la medida de lo posible, esa crucial importancia que tuvieron para
Danto los años sesenta del siglo XX, donde establece el límite o la clave para demostrar
las tesis de sus estudios sobre el fin del arte, el profesor estadounidense entra en las fases
más polémicas de su libro, que ocupan casi por entero la segunda mitad del volumen,
capítulos 5 al 10, ambos inclusive. Son esos ensayos, dedicados a la nueva crítica de arte,
el final de las purezas pictóricas, las nuevas políticas socio-culturales y los museos-
espectáculo, los que más oposición han concitado frente a los distintos ámbitos
académicos, históricos y periodísticos, que aún perduran en foros y debates.

En síntesis, el autor consideraba que el arte muere como tal tras el agotamiento de los
citados relatos, cuyos epígonos básicos serían Vasari, por un lado y Greenberg por el otro,
Su defensa de Warhol como figura fundamental, aún fuera del Arte, viene a decir que
para juzgar las nuevas formas de expresión es más importante el filósofo que el
historiador. Si el grueso de las obras expuestas en museos, bienales y ferias son acciones
o meros objetos cotidianos cambiados de contexto, y por tanto no poseen una
fenomenología válida en función de sus contenidos o cualidades, entonces solamente la
filosofía podrá explicar su verdadera fenomenología. «Lo que es un hecho histórico
objetivo, por supuesto, es que las artes visuales comenzaron a desviarse hacia un tipo de
arte para el cual una práctica crítica guiada por la estética dejó de tener mucha
aplicabilidad», escribe Danto. «Un mundo pluralista del arte requiere una crítica pluralista
del arte (…) que tome cada obra en sus propios términos, en términos de sus causas, sus
significados, sus referencias y de cómo todo esto está materialmente encarnado y debe
ser entendido».

La fuerza de esta última sentencia no impidió, como decíamos, las críticas al crítico. Y
esas disputas aún continúan, casi veinte años después de la publicación de “Después del
fin del arte”. Tomás Llorens (exdirector del Instituto Valenciano de Arte Moderno y el
Museo Nacional-Centro de Arte Reina Sofía, entre otras cosas) denunciaba en un reciente

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(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

artículo9 ciertas metodologías de Danto que no comparte, cuando el profesor


norteamericano asume como propios ciertos calificativos acerca de la mímesis que
emplea en el libro y cuyas fuentes, en el fondo, son Platón y Aristóteles. Tampoco le
gustan a Llorens las similitudes de esta muerte artística dantiana con la conocida muerte
de la historia de Francis Fukuyama 10, escrita unos años antes, y achaca grandes falacias
a las tesis de Danto, entre ellas «que la negación de la belleza, como criterio de creación
artística, pueda constituir la gran aportación filosófica del siglo XX».

En similares términos se manifestó también el profesor y crítico Guillermo Solana 11, que
sustituyó en 2005 a Llorens como Conservador Jefe del Museo Thyssen-Bornemisza.
Como aquel, Solana entiende que muchas definiciones y conclusiones de Danto son
decepcionantes. «El anuncio sensacional que había atraído al lector se va rebajando hasta
quedarse en nada » -subraya- «El final del arte anunciando en el título se reduce enseguida
al final de la historia del arte, que a su vez resulta ser sólo final de los grandes relatos
(master narratives) en la historia del arte». También Francisco Calvo Serraller mete el
dedo en la llaga. «Casi todos los teóricos del arte han aceptado, con más o menos matices,
que arte es lo que llamamos arte, aunque Danto no se haya enterado», escribe. Este
conocido crítico, Catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de
Madrid, afirma no entender por qué, si el arte ha muerto y en su lugar reina la filosofía,
hay que seguir hablando de arte posthistórico, como hace Danto. «Lo que realmente
subyace, por tanto, en el discurso de Danto, es que ahora ya no hace falta entender de arte
para juzgar algo que no se sabe muy bien qué es».

Otros especialistas, formados en el ámbito de la Filosofía, suelen ser más moderados, por
razones obvias. Pero algunos, como Fernando Castro Flórez, crítico y Profesor Titular de
Estética y Teoría de las Artes en la Universidad Autónoma de Madrid, también advierten
incongruencias en los textos de Danto, cuando éste alude a las obras más conocidas de
Warhol y escribe cosas como «la calidez, la nutrición, la disciplina y la previsibilidad son
valores profundos que las latas apiladas de sopas Campbell ejemplifican. El estropajo

9
LLORENS, Tomás, «Warhol, Danto y la muerte del arte», en El País, Madrid, 12 de julio de 2014.
10
FUKUYAMA, Francis, El fin de la historia y el último hombre, Barcelona, Planeta, 1992.
11
SOLANA, Guillermo, «¿Ha concluido la historia del arte?», en Revista de Libros, nº 36, Madrid, 1999.

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Fuentes y Teoría del Arte Moderno y Contemporáneo
(Trabajo práctico: “Después del fin del arte”) Ángel A. Rodríguez Martín

Brillo emblematiza nuestra lucha contra la sociedad y el triunfo de lo doméstico». Para


Castro Flórez, Danto cae con frecuencia, en estos ensayos, en el simbolismo traumático
y banal. «Los fetiches glaciares de Warhol rechazan, a pesar del post-relato laberíntico y,
en no pocas ocasiones, caótico de Danto, el simbolismo de esa cotidianidad higienizada
y vigorizante»12.

En cualquier caso, Danto siguió defendiendo las tesis de “Después del fin del arte”
hasta el fin de sus días, como se puede comprobar en sus últimas entrevistas publicadas,
algunas ya aludidas al comienzo de este trabajo. Así, mantuvo ese espíritu militante,
sin desdeñar ciertas dosis de ironía. Lo trágico y lo cómico confluyen en sus propias
conclusiones, dentro del libro que nos ocupa. Algunas se perciben claramente a lo largo
del último capítulo (“Modalidades de la Historia: posibilidad y comedia”) cuando,
explicando cómo se emplearon o aprovecharon creativamente las formas expresivas
del pasado, pone de ejemplo a artistas que fracasaron en su intento de imitar a los
grandes maestros. Para Danto, solamente se podría pintar como aquellos si uno fuese
capaz de hacerlo desde la perspectiva «de la mención, más que del uso», y desde el
«espíritu de la burla». Esos modos de «tragedia y comedia artística definen el fin del
arte», sentencia Danto, que vuelve otra vez a Hegel para soñar la historia del arte como
una «verdadera épica» que acaso podría terminarse con un final feliz si se resolviese
como hizo Dante en la “Divina Comedia”. Danto concluye, pues, citando a Dante, en
un juego casi semántico. Pero esa es otra historia.

12
CASTRO FLÓREZ, Fernando, Mierda y catástrofe. Síndromes culturales del arte contemporáneo,
Madrid, Fórcola, 2014, p. 60.

10
BIBLIOGRAFÍA

BAYER, R., Historia de la Estética, Fondo de Cultura Económica, 1993.

BENJAMIN, Walter, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, México, Itaca, 2008

BONET, J. M.: Diccionario de las vanguardias en España 1907-1936, Alianza, Madrid, 1995.

BOZAL, V.: Arte del siglo XX en España, Espasa-Calpe (2 vols), Madrid, 1995.

CALVO SERRALLER, F.: Enciclopedia del arte español del siglo XX, Mondadori, Madrid, 1995.

CASTRO FLÓREZ, Fernando, Mierda y catástrofe. Síndromes culturales del arte contemporáneo,
Madrid, Fórcola, 2014, p. 60.

DANTO, Arthur C., La transfiguración del lugar común: Una filosofía del arte, Paidós, 2002.
—La Madonna del futuro: Ensayos en un mundo del arte plural, Paidós, 2003
—Más allá de la caja Brillo: Las artes visuales desde las perspectivas posthistóricas, Madrid, Akal,
2003.
—El abuso de la belleza: la estética y el concepto del arte, Madrid, Paidós, 2005.
—¿Qué es el arte?, Madrid, Paidós, 2013.

FUKUYAMA, Francis, El fin de la historia y el último hombre, Barcelona, Planeta, 1992.

GREENBERG, Clement, La pintura moderna y otros ensayos, Madrid, Siruela, 2006

GOMBRICH, E.: La Historia del Arte, Debate, Madrid, 1997.


—Arte e ilusión. Estudio sobre la psicología de la representación pictórica, Madrid, Debate, 1998

KAHNWEILER, Daniel Henry, Mis galerías y mis pintores, Madrid, Árdora, 1991

SOLANA, Guillermo, «¿Ha concluido la historia del arte?», en Revista de Libros, nº 36, Madrid, 1999.

VASARI, Giorgio, Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde
Cimabue a nuestros tiempos, Madrid, Cátedra, 2002.

WÖLFFLIN, Heinrich, Conceptos Fundamentales de la Historia del Arte, Barcelona, Espasa, 2011.

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