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Instituto Superior Pedro Francisco Bonó

Nombre: José Avelar


Asignatura: Historia de filosofía contemporánea
Profesor: Julián Álvarez
Fecha:20/03/20

Capítulo V: La alienación
en El marxismo, tomo I de Gregorio de Yurre1

El pensamiento de Marx es un pensamiento crítico. En dicho pensamiento se encuentra el


concepto de alienación que es fundamental para entender la obra de Marx. Para Marx la
alienación es un elemento general que corroe las instituciones y al ser humano, que trastorna la
esencia humana, estableciendo una brecha entre la existencia y esencia; misma que es para
Marx comunista, es decir, que encierra una comunidad con la naturaleza y con los demás
hombres. La alienación instaura una ruptura de esta doble comunidad: ruptura del hombre con la
naturaleza y con la especia. El mediador de esta doble comunidad es el trabajo socialmente
organizado. Pero la alienación del trabajo traer consigo la escisión de la sociedad en partes
antagónicas, y las riquezas de la naturaleza no están al servicio de la sociedad y de todo hombre,
sino tan solo al servicio de minorías que se benefician del trabajo alienado o explotado.
El trabajo alienado hace alienados para el hombre, primero, la naturaleza; segundo, a sí
mismo, su propia función activa, su actividad vital; así, aliena al hombre la especie (Gattung);
tal trabajo hace para él de la vida de la especie, el medio de la vida individual.
Marx retomará el concepto de alienación de la tradición filosófica de Hegel y Feuerbach. En
Hegel, en efecto, nace la alienación como término filosófico. En Hegel encontramos dos
principales términos que es usado en virtual sinonimia: Entausserung (alienación) y
Entfremdung (Extrañación). La alienación designaría la negación o renuncia de sí. En cambio,
la extrañación añadiría el aspecto de que el yo se hace extraño a sí mismo. 2 Mientras que el
significado del verbo latino alienare de donde deriva el sustantivo de alienación significa
vender (Para Marx la venta es la praxis de la alienación). Los términos Entausserung y
Entfremdung son traducidos de diferente manera por algunos escritores, pero es frecuente el que
los traductores utilicen para ambos términos alemanes el mismo término de alienación.
El concepto de alienación tiene sus antecedentes en la positividad Hegeliana y en la crítica a
religión de Feuerbach. En la positividad descubre Hegel un proceso en el que la propia
autenticidad del yo se va dislocando y transmutando en un ser-otro bajo la acción de esa presión
que proviene del núcleo objetivo, que somete el hombre a una ley o a una decisión o modo de
ser exterior a sí mismo. Ya sea a la religión o el estado. Feuerbach, discípulo de Hegel y crítico
de su sistema, traslada el principio de la alienación, del plano del espíritu manifestado en la
alienación positiva del hombre a la religión y el Estado, a la vida del hombre. La alienación que
denuncia Feuerbach es la religiosa. Este es el tema de su obra Esencia del cristianismo. Según
ella, el hombre crea a Dios, traspasando a él los atributos de la naturaleza humana. Dios no es
más que el hombre alienado, el ser creado por el hombre, y compuesto de los atributos humanos
que la inconsciencia ha trasladado a Dios.

1
Gregorio R. de Yurre (1913-1989); jesuita español, hizo sus estudios de Humanidades y Filosofía en el
Seminario de Vitoria. En 1931 ingresó en la universidad Gregoriana de Roma, donde cursó en la
Facultades de filosofía y Teología. Profesor de Filosofía Social y de Ética, primero en la Facultad
Teológica de Vitoria. Sus principales publicaciones son: La justicia en la guerra y en la paz (1949));
Teología de los sistemas sociales (1955); Filosofía social (1966); Ética (1969), y la trilogía, del estudio
de los sistemas sociales: El liberalismo (1952); Totalitarismo y egolatría (1962), y El marxismo (1976).
2
Para profundizar más en dicho término en Hegel ver: M. ALONSO. Alienación, historia de una palabra,
Mexico D.F, UNAM, 1988, p. 19.
La alienación denuncia una escisión o dualismo, de donde se sigue un antagonismo y oposición
entre esos dos términos antagónicos, de los cuales el uno oprime al otro. La alienación
religiosa denunciada por Feuerbach influyó en el pensamiento de Marx. No en el sentido de que
sea la alienación principal, sino en cuanto fue modelo para el análisis de las otras alienaciones,
que son para Marx las principales: el socio-político y económico.
1. En su tesis doctoral, Marx expuso la filosofía de Epicuro bajo el ideal hegeliano de la
unidad y comunidad. En cambio, la concepción atomista centra su atención en la
individualidad aislada (como el átomo). Esto supone una mentalidad dominada por la
individualidad, por la privatización de la vida. Lucrecio, poeta griego, recoge este
espíritu de Epicuro y presenta héroes que encarnan este espíritu individualista y
desencadenan la guerra de todos contra todos (bellum omnium contra omnes). La idea
de Marx es que la filosofía de Epicuro implica una contradicción o escisión en el
fundamento de la misma naturaleza entre la esencia del átomo, comunitaria como la de
todo ser de la naturaleza, y su existencia aislada. El dualismo y la escisión es una
alienación de la esencia, ya que la naturaleza es unidad, y los hombres forman entre sí
y con la naturaleza unidad. Por ello, en la Ideología alemana Marx afirmará que el
verdadero socialista parte de la premisa de que debe cesar la escisión entre la vida y la
felicidad. Ya que en la naturaleza no existe escisión; y puesto que el hombre es también
un cuerpo de la naturaleza y posee las propiedades generales del cuerpo, para él
tampoco debería existir esta escisión.

2. La alienación política. El orden político o Estado encarna la alienación política.


Manifestada en dos versiones distintas:

2.1. El Estado en donde se salvaguarda la esencia comunitaria humana, pero de forma


ficticia, ya que deja intacta a la sociedad civil, desgarrada en sus antagonismos egoístas.

Marx parte de la idea que la sociedad real en la que vive y actúa el hombre no es una
comunidad humana; en ella reina la lucha de todos contra todos. El individualismo y el
egoísmo han destruido la comunidad y el bien común. La expresión de ambas es la
propiedad privada, elemento fundamental de la sociedad civil. Para Marx la esencia
humana que es comunitaria, no se realiza en el individuo, sino en la comunidad
humana. Por ende, el hombre traspasa de manera ideal la esencia humana al orden
político del Estado, que representa el bien común. Para Marx donde el Estado político
ha alcanzado su verdadero perfeccionamiento, el hombre lleva una doble vida: La vida
en la comunidad política, en la que es considerado como esencia común; y la vida en la
sociedad civil, en la que actúa como hombre privado.

La emancipación política es un progreso, es decir, conquista de libertades democráticas


frente a poderes absolutos. Pero la emancipación política no es una emancipación
humana, porque encierra la alienación humana: en el plano real de la sociedad civil
subiste el individualismo, el egoísmo, la lucha de todos contra todos, la reducción del
hombre a la categoría de medio. Solamente en el plano del Estado se habla de bien
común. El hombre real existe solamente en la forma de individuo egoísta, el hombre
verdadero es reconocido solamente en la forma de ciudadano abstracto. La
emancipación humana supone la reconquista de su esencia, alienada en el Estado; es
decir, supone la supresión del Estado y la creación de una sociedad real comunitaria en
la que se ha suprimido la escisión entre el interés particular y el interés común. En otras
palabras, la emancipación política exige la creación de la comunidad social.
2.2. El Estado como instrumento de opresión creado por la clase dominante contra la clase
dominada.

En esta concepción, el Estado es un instrumento de opresión creado por la clase


dominante contra la clase dominada. La esencia del Estado es el mantenimiento de la
opresión de la clase que se ha apropiado de los medios de producción. El Estado es
creado por los egoísmos de la sociedad civil, desgarrada por los egoísmos individuales
de las clases dominante. Si la sociedad civil es guerra egoísta del hombre contra el
hombre, el Estado es el aparato violento para mantener y ganar esa guerra en beneficio
de la clase dominante. Para Marx el Estado no es más que una superestructura. El
Estado es fruto de los antagonismos existentes en el seno de la sociedad civil; se
escisiones y luchas, y su poder ha sido creado para mantener el predominio de la clase
dominante: La burguesía. La naturaleza del Estado es esencialmente clasista, su misión
no es realizar el bien común, sino el bien privado de tal clase.

Así tenemos varias alienaciones. A) Alienación social, puesta de manifiesto en una


sociedad desgarrada en clases antagónicas, de las que una domina y explota a la otra. La
esencia humana se escinde en dos, y una parte es extraña y dominadora de la otra para
explotarla. La naturaleza comunitaria del hombre y su esencia humana es desgarrada en
seres humanos que siendo de una misma comunidad humana, en la realidad se oponen
unos a otros como seres extraños y opuestos. B) Alienación política, por cuanto el
Estado es el reflejo y la encarnación de esa alienación social y el instrumento que
mantiene esa alienación (superestructura). Tal situación política no es la causa, sino el
efecto de una alienación más profunda, que es la que se encuentra en el corazón de la
sociedad civil, la tierra en la que pone sus pies el hombre real: c) La alienación de la
autoridad y de la soberanía, en donde la comunidad humana no permite la formación
del Estado corno entidad distinta y superior al pueblo que se adueña del poder y se
reviste de la soberanía. En tal caso, el pueblo queda situado sometido a la voluntad del
gobernante. En lugar de una organización jerárquica y vertical, la auténtica comunidad
humana exige una organización horizontal e igualitaria, en la que el pueblo mismo tiene
en sus propias manos la decisión de su propia comunidad y destino. Esto exige la
supresión del Estado.

3. Alienación económica. -En los primeros artículos periodísticos en el diario Rheinische


Zeitung, Marx comenzó a percibir la existencia de una conexión entre los fenómenos
sociopolíticos y los intereses económicos. Esto le condujo al estudio de los problemas
complejos de la economía capitalista. Dentro de este mundo, Marx denuncia la
existencia de la alienación económica de diversas maneras:

En su forma universal. Los economistas liberales clásicos concibieron el mundo de la


economía como un orden natural, objetivo, independiente de las intenciones humanas,
gobernado por leyes propias de naturaleza providencial. Por lo que, los gobiernos deben
de mantener su acción política al margen del ámbito económico. Para el joven Marx, tal
economía es la encarnación de la positividad de Hegel. La alienación económica, en la
que un poder objetivo, extraño al hombre, se impone a éste de manera categórica, y el
hombre queda subordinado y sometido a sus contingencias. Tal alienación es
incomprensible y de carácter universal porque afecta a todos los hombres, Estados y
gobiernos. Incluyendo al capitalista que es víctima de los ciclos y crisis, de la
competencia y contingencia del mercado.
Para Marx la libre competencia impone a los capitalistas las leyes inmanentes de la
producción capitalista como leyes coercitivas externas. El desarrollo de la producción
necesita un aumento continuo del capital que a su vez lleva inexorablemente a una
explotación del trabajo. Las leyes del mercado están formadas por estos fundamentales
eslabones: competencia-acumulación progresiva del capital-explotación del trabajo.
Existe una gran diferencia entre la alienación del proletario y la que afecta a la
burguesía: Ambas representan la misma auto alienación humana. Sin embargo, la
burguesía se siente bien en esta auto alienación, y se afirma a sí misma, y tiene
conocimiento de la alienación como su propio poder, y posee en ella la apariencia de
una existencia humana; el proletariado se siente aniquilada en la alienación, descubre
en ella su impotencia y la realidad de su existencia inhumana. Por ello, la burguesía es
conservadora, mientras el proletario, en general, es revolucionario.

3.1. Alienación del trabajo. - Dentro de esa alienación universal del mundo económico,
Marx centra su atención en la parte principal de la alienación económica que es la
alienación del trabajo, tema central de los Manuscritos de 1844. Aunque la alienación
económica afecta a toda la sociedad, con todo, la víctima principal es el trabajo y la
clase trabajadora. Dicha clase es la que tiene el aspecto universal de esta alienación
parcial: es una universalidad de misión o destino, puesto que es ella que tiene la misión
de suprimir todas las clases, incluso al proletariado mismo en cuanto clase. Tiene la
misión de suprimir toda alienación. La razón es que lleva sobre sus espaldas la
alienación más fundamental y radical, de la que dependen todas las demás: la alienación
económica, y, dentro de la alienación económica, la parte principal de tal alienación: El
trabajo. Pero también sufre por las fuerzas que la provocan. El capitalista es esclavo del
capital y del lucro, el obrero, que es víctima también de la competencia, está sometido
particularmente a la ley de la venta de su trabajo, de donde se sigue la explotación y
pérdida de su misma personalidad en cuanto tal. A través de esta venta, el capital
consigue la explotación del trabajo.

En Marx existen dos explicaciones diferentes de la alienación del trabajo:

La primera es más bien de carácter antropológico, vinculada a la propiedad privada. En


su primera forma tenemos una explicación calcada de la alienación religiosa. Como el
fiel traspasa a Dios su propia esencia, y crea así a Dios, como otro ser distinto y
superior, al que queda sometido el hombre, así el trabajador traspasa su trabajo al
objeto, que se convierte en otro, en capital, el cual no sólo es otro, sino también un
superior que le domina y explota. La esencia de la personalidad está formada por la
suma de actos racionales, y esta actividad racional es la que despliega el hombre en su
vida profesional,
en el trabajo. Al margen de esta actividad solamente quedan las actividades animales de
comer, dormir, etc. El capital no es más que la encarnación del trabajo, pero del trabajo
alienado. Una vez que el trabajador ha producido, es decir, traspasado al objeto su
propio trabajo (que es decir la propia personalidad o suma de actos racionales), el
producto pasa a manos del capitalista y se convierte en capital. Esta alienación es la
pérdida de todo el trabajo, de la personalidad misma del trabajador.

La otra es de carácter económico, vinculada al capital y a la plusvalía. Marx abandona


la primera explicación y la sustituye por otra económica. Porque, aunque el obrero
entrega al capitalista el producto del trabajo, el capitalista entrega al obrero un salario
como pago de su trabajo. Entonces la alienación ya no consiste en la entrega de todo el
producto, ni del valor de todo el trabajo, sino, de una parte, llamada plusvalía, que
encierra la teoría de la explotación o alienación del trabajo.

Las consecuencias de la alienación. -La idea de la alienación constituye la espina dorsal del
pensamiento de Marx. La alienación aparece como el gran mal de la historia humana que
impide la realización del hombre y de su reinado. De otra parte, es el motor de la historia; el
movimiento dialéctico se funda en la oposición, esta antítesis encierra la alienación de lo que
niega. Sin tal antítesis no se alcanza la superación o síntesis. Como obstáculo para la realización
del hombre encierra estas dificultades:
a) El dominio de la naturaleza y la esclavitud del hombre. Marx rechaza todo idealismo,
en su lugar pone la materia. Todo devenir de la materia está sometido al determinismo y
a las leyes ciegas, que carecen de toda vinculación con una idea dominante o con un
plan consciente. Pero cuando la naturaleza entra en círculo del hombre y es dominada
por éste, surge la teleología. Es el plan del hombre y la idea humana la que va
inoculando la finalidad a la naturaleza conquistada y puesta al servicio del hombre. La
finalidad es dirigir las fuerzas naturales para el desarrollo y realización de las fuerzas
sociales. Así, solo queda el destino humano que depende de la realización del hombre, y
esta realización exige una fundamental inversión de términos: el hombre, que aparece
como un objeto de la naturaleza exterior y sometido a sus leyes, por medio del trabajo
va dejando su condición de objeto y se va convirtiendo en un sujeto que se enfrenta con
la naturaleza por medio del conocimiento y del dominio de ésta.

La alienación destruye el reino del hombre e instaura el reino de las cosas sobre el
hombre. El fruto del trabajo del hombre forma una segunda naturaleza, que debería
estar sometida a su propio creador. Mas toda esta segunda naturaleza continúa teniendo
unas características similares a la primera, o naturaleza exterior: es un objeto no
dominado, forma lo que Hegel llamó positividad: un conjunto de leyes externas que
dominan al hombre y lo esclavizan. Aunque el hombre es el creador, sufre, sin
embargo, su condición de criatura. Para Marx esta segunda naturaleza es un proceso no
humanizado, en el que subsiste la hostilidad del objeto exterior. Hostilidad que se pone
de manifiesto en la subordinación del hombre al proceso de producción.
La realización del hombre exige que deje de ser objeto y se convierta en un sujeto dominador de
toda naturaleza, de todo objeto, eliminando la hostilidad y positividad de los objetos e
instituciones que brotan de sus manos.

b) La reificación del hombre. Por tal se entiende la conversión del hombre en cosa (res),
en un objeto del mercado que se compra se vende. Es el mundo de venalidad.

En la sociedad feudal, el siervo no era libre, y no podía disponer de su persona. Con la


disolución de tal sociedad surge el ser humano libre, el individualismo. Esta libertad
sirve para que el hombre disponga de sí mismo y pueda ofrecerse en el mercado como
objeto que se compra y se vende a un determinado precio. Esta venalidad o reducción
del hombre a mercancía, a cosa de mercado, trae como consecuencia la cosificación de
las mismas relaciones humanas, que se transfiguran y transforman en mercancías.

Esta sociedad venal e individualista se escinde en partes antagónicas y destruye la


comunidad humana. Por eso dice Marx que el trabajo alienado hace alienados para el
hombre, su propia función activa, su actividad vital; así aliena al hombre la especie
(Gattung); tal trabajo hace para él hombre, de la vida de la especie, el medio de la vida
individual. De esta manera se destruye la naturaleza comunitaria del hombre: la
comunidad con la naturaleza exterior, y la comunidad con los demás hombres, con la
especie.
El trabajo, socialmente considerado, es el gran mediador, destinado a crear ambas comunidades.
La alienación del trabajo es la destrucción de su acción mediadora y la creación de poderes
hostiles al hombre tanto en el seno de la naturaleza como en el seno de la sociedad. Separa a los
hombres en explotados y explotadores. Sin la supresión de la alienación no puede realizarse la
esencia humana, sino que subsistirá el abismo entre la esencia humana y su existencia. A la
humanidad alienada considera Marx como la prehistoria de la humanidad. A la transición del
mundo alienado al mundo desalienado, llama Engels, la transición del mundo animal al mundo
humano. Esta evolución supone la conquista del hombre perdido, convertido en mercancía, en
cosa sujeta al dominio de poderes extraños. Esta reconquista es el reino del hombre. Y ésta será
la sociedad comunista, en la que se supone cesará la alienación.
En la República Dominicana como en la mayoría de países capitalistas, la alienación de la que
es sujeta su población, implica en la cotidianidad vivir inmerso en la banalidad, lo efímero, el
aburrimiento y la frustración. El consumo que promueve el sistema económico capitalista,
donde el valor de la persona no se encuentra en sí misma, sino que es un producto de valor
agregado que puede ser comprado por un capital hace sufrir a todas las clases sociales, aunque,
por cierto, en forma distinta: la insatisfacción de las necesidades y los deseos, en las clases
populares; la tensión por aparentar y el temor por perder lo conquistado, en la clase media; el
hastío de la repetición de ceremonias rituales y del disfrute de bienes superfluos sin actividad
creadora, en las clases altas. Es por ello que el hombre dominicano, en general, vende su trabajo
o arriesga su capital para con ello reconocerse a sí mismo. Sin embargo, esto sólo será capaz en
una sociedad donde el trabajo sea medio para la autorrealización del hombre y sirva para la
construcción del bien común. Donde el trabajo no esté alienado y no exista la explotación del
hombre por el hombre.
A manera de conclusión decir que, la teoría de alienación es un concepto que se encuentra a lo
largo de la obra de Marx. Tal teoría fue perfeccionada y complementada sucesivamente en sus
obras. Marx se centra en el descubrimiento y estudio de las alienaciones prácticas existentes en
la realidad que afligen al hombre y a la sociedad para así redimirla. El concepto de alienación en
Marx se fundamenta en el pensamiento de Hegel y Feuerbach, sin embargo, ninguno de ellos
aplicó el principio de la alienación a los órdenes prácticos: el orden socio-político y económico.
Para Marx la alienación es un elemento general que corroe las instituciones y al ser humano;
escinde la esencia humana, crea un abismo entre la existencia y esencia que es comunista, es
decir, que encierra una comunidad con la naturaleza y con los demás hombres. La alienación
instaura una ruptura del hombre con la naturaleza y con la especia. Por lo tanto, para la
realización del humano como individuo y como especie debe de ser suprimida toda forma de
alienación.
Anexo1: orden de la alienación en Marx. Orden histórico: 1- La alienación religiosa, que mana del
pensamiento hegeliano; 2- La alienación filosófica, que resulta de la crítica del idealismo hegeliano; con
sus modelos de la alienación espiritual, sobre todo religiosa. 3- La alienación política y social que es fruto
de la crítica de Marx a los sistemas políticos. 4- La alienación económica. Orden ontológico o de su
relación causal real: 1- La alienación económica, la cual determina la alienación social; 2- La alienación
social, o escisión de la sociedad en clases antagónicas, provoca alienación política, o creación del Estado
al servicio de la clase dominante.3- Finalmente surgen las alienaciones espirituales y mentales.

Anexo2: Para descargar el libro de De Yurre ir a: https://ebiblioteca.org/?/ver/43199


Para descargar el libro de Alonso ir a: https://ebiblioteca.org/?/ver/47329
Un muy vídeo que explica la alienación ver: https://www.youtube.com/watch?v=jcXuUjGgbzQ
Referencia Bibliográficas:

 DE YURRE, GREGORIO. El marxismo. Vol. I, Madrid, Católica, 1976, pp. 56-77.


 ALONSO, MANUEL. Alienación, historia de una palabra, México D.F, UNAM, 1988, p.
19.

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