Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2 curso de interpretación
No creo en el arte por el arte y tampoco pienso que sea una conclusión que
pueda ayudar al actor. La reflexión sería “vamos a llenarnos de barro para
hacer un ramo, pero traeremos flores a casa”. El actor ,al fin y al cabo, es
artista. Es artista del cuerpo, de la voz, de imágenes y de palabras, y como
tal también crea, es consciente de lo que hace y en base a la obra y junto al
director da forma a cierta estética (o antiestética) que acompaña al resultado
conjunto (un código común podría llamarlo, siendo simbólico, surrealista,
naturalista, metafórico…).
No hay lienzo más allá del escenario y el cuerpo, ni hay partitura ni cincel
que no sean palabras. El resultado es siempre efímero. Por mucho que se
intente revivir el proceso no hay dos funciones iguales. Dada la época en la
que vivimos donde todo es alcanzable y repetible, más que perjudicial lo
plantearía como parte del gran encanto.
La tercera función que creo importante sería la del recuerdo. Plantear que el
teatro es memoria, ya sea pasada, colectiva, individual o especulativa y
futura.
Y con “pureza del actor” no hablo del individuo en sí, sino de la sinceridad
de éste al encarnar a otra persona.