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Unidad I

Tema N° 1

CONCEPTO Y UBICACIÓN DEL DERECHO CIVIL


(Resumen y anotaciones de las clases y libros de Germán Rojas
González; José Luis Aguilar Gorrondona; Francisco Hung Vaillant)

Concepto de Derecho
            El vocablo “Derecho” tiene diversas acepciones o definiciones,
atendiendo al punto de vista con que se le observe. En ese sentido se
tiene:
Derecho, en sentido objetivo, lo que es igual al Derecho Objetivo, es
un conjunto de normas de conducta[1] de determinada o cierta clase,
las cuales deben ser observadas por todos aquellos sometidos a las
mismas. Es la norma en sí[2].
Derecho, en sentido subjetivo, es decir, el Derecho Subjetivo; este
alude a las facultades o atribuciones que tiene un sujeto. Como señala
De Ruggiero, citado por Hung[3], el derecho subjetivo se entiende
como la facultad reconocida por la ley a la persona y que le permite
realizar determinados actos.
Derecho como ciencia, entendida como la disciplina que estudia el
conjunto de normas al que se ha llamado Derecho Objetivo.
Derecho como justicia, punto de vista a través del cual las acciones
tomadas, con base en el Derecho Subjetivo, son justas o injustas,
Derecho como Tasa; pago o arancel que se debe efectuar por un
servicio; así, se tienen “derechos aduaneros”, “derechos de registro”,
entre otros.

Principales Divisiones del Derecho Objetivo


            El Derecho Objetivo, por su parte, puede dividirse en Derecho
Natural y Derecho Positivo.
            Se está frente al Derecho Natural cuando el conjunto de
normas jurídicas se derivan de la naturaleza misma de las cosas, en
especial, de la naturaleza humana. Es decir, alude a principios
superiores que se derivan de la razón y sirven de inspiración para la
formación de las leyes escritas[4].
            Por otro lado, se encuentra al Derecho Positivo cuando el
cuerpo legal ha sido dictado por el órgano del Poder Público
competente y han sido agrupadas las normas en un solo texto para su
observancia.
            Este Derecho Positivo, a su vez, se subdivide en Derecho
Público y en Derecho Privado. Lejos de la discusión doctrinaria sobre
la diferenciación entre ellas, el Derecho Público es el conjunto de
normas que regulan el comportamiento del Estado, investido siempre
de autoridad, y de éste con los administrados, mientras que el
Derecho Privado regula las relaciones de los particulares entre sí y de
éstos con el Estado, siempre que éste, dentro de esta relación, no
actúe como poder político en ejercicio de la autoridad.
            Ubicados en este contexto, se evidencia que el Derecho Civil,
junto al Derecho Mercantil, forma parte del Derecho Privado.

Concepto y Ubicación del Derecho Civil


            El Derecho Civil, como toda ciencia, forma parte del mundo de
la cultura, es decir, del mundo del “deber ser”. Ubicados en este
contexto, se evidencia que el Derecho Civil, junto al Derecho
Mercantil, forma parte del Derecho Privado.
El Derecho Civil puede considerarse como el conjunto de normas e
instituciones destinadas a la protección y defensa de la persona y de
los fines que son propios de ésta. Consta de las siguientes grandes
ramas: Derecho de la persona – capacidad, estados civiles, derechos
de la personalidad, nacimiento, muerte y domicilio, entre otras
materias. Derecho de obligaciones y contratos – teoría general de las
obligaciones, contratos en particular y responsabilidad civil. Derechos
reales – posesión, propiedad. Derecho de familias y Derechos
Sucesorales.

Contenido del Derecho Civil


            El Derecho Civil abarca, según Aguilar[5], abarca las siguientes
importantes instituciones:
La persona en sí misma.
La familia y
El patrimonio.
De allí, de las instituciones contenidas por el Derecho Civil, surgen sus
cinco principales ramas, a saber:
El Derecho de Personas (Personas), el cual estudia lo relativo a la
personalidad jurídica como la propia persona.
El Derecho de Cosas, Bienes y Derechos Reales, que estudia la
relación que existe entre las personas con las cosas jurídicamente
relevantes.
El Derecho de las Obligaciones (Obligaciones), referidos a los
derechos de crédito o personales patrimoniales.
Derecho de Familia, que trata los estados familiares y las relaciones
personales y patrimoniales que derivan de los mismos.
Derecho de Sucesiones (Sucesiones) o Derecho Hereditario. Este
derecho estudia el destino del patrimonio de una persona al momento
de fallecer.
Codificación y Recopilación del Derecho Civil
            En determinados momentos, los pueblos sienten la necesidad
de agrupar y ordenar sus normas jurídicas vigentes o las normas de
una de las ramas de su Derecho. Esto obedece a varias razones:
Necesidad de facilitar el conocimiento del Derecho cuando éste se
encuentra contenido en una multitud de normas dispersas.
Para sustituir gran cantidad de normas casuísticas por una que
recopilara principios generales.
Al deseo de introducir cambios radicales derivados a los cambios
sociales.
Para unificar varias legislaciones imperantes en un Estado como
deseo de unificación política.
Esa agrupación y ordenamiento de normas jurídicas puede ser
realizada mediante una recolección y acumulación cronológica de
normas (recopilación) o puede ser realizada fundiendo las diferentes
normas en un sistema jurídico con forma de ley general y sistemática
(codificación).
La Recopilación consiste en la acumulación, sin alterar, de textos de
diversas épocas, sin unidad interna entre ellos, referidos a una
pluralidad de supuestos y situaciones y las cuales conservan,
individualmente, tanto su valor como su eficacia.
Por el contrario, la Codificación implica un sistema orgánico de reglas
coordinadas entre sí y con vocación de generalidad y plenitud,
agrupadas por instituciones y redactadas en forma breve y concisa
pero, sobre todo, escritas todas en una misma época y para una
misma obra.
Durante el nacimiento de la nueva República estuvieron vigentes en
Venezuela todas las leyes españolas “en todo en cuanto no se
opusieran al nuevo Estado”[6] y fue en 1862 cuando, inspirado por el
Código de Andrés Bello, las leyes españolas y el Código Civil francés,
Julián Viso redactó el primer Código Civil Venezolano, el cual tuvo una
vida muy efímera, puesto que siendo promulgado el 28 de octubre de
1862 para que entrara en vigencia el 1º de enero de 1863 (vigencia
que fue aplazada hasta el 14 de abril del mismo año), fue derogado
por el Decreto de Juan Crisóstomo Falcón el 8 de agosto de 1863.
Muchas reformas y redacciones posteriores fueron presentadas, hasta
llegar al Código Civil de 1942, que fue reformado parcialmente en
1982 y es el que se encuentra actualmente vigente.
En resumen, el actual Código Civil tiene como modelo inmediato el
Código Civil Italiano de 1865 y, a través de él, el Código Civil Francés
de 1804, circunstancias éstas que deben ser tomadas en
consideración cuando se investigue la doctrina y jurisprudencia
extranjera con vistas a la interpretación del Derecho Civil.

Fuentes formales en el Derecho Civil venezolano vigente


            Es una realidad que el Derecho escrito no resuelve la totalidad
de los casos que pueden presentarse en la vida cotidiana. De otra
parte, los jueces están en la obligación de resolver los conflictos de
intereses que le sean sometidos a su decisión y no pueden eludir tal
deber bajo el pretexto de silencio, contradicción o deficiencia de la ley
o de oscuridad y ambigüedad de sus términos.
            Para resolver los casos concretos que se le presentan, el
intérprete debe acudir a las fuentes formales directas del derecho. De
tal manera que la disposición que rige la materia en el Derecho Civil
está establecida en el artículo 4 del Código Civil, dispositivo que
apunta a la ley “como única fuente formal directa del Derecho”. Así
pues, conforme a la disposición señalada, cuando exista un vacío
legal, se deben aplicar, analógicamente, otras disposiciones que
regulen casos semejantes, debiendo, en su defecto, aplicar los
principios y máximas generales del Derecho.
            Respecto de la costumbre y la equidad, como fuentes del
Derecho, de conformidad con el Código Civil Venezolano, ambas solo
podrán usarse cuando exista una disposición expresa que remita a
ellas, por lo que éstas, junto a la jurisprudencia y la doctrina, deben ser
consideradas como fuentes formales indirectas.

Personas. Concepto y Clasificación


            De entre las innumerables definiciones aportadas por la
doctrina sobre las personas en el Derecho Civil, se puede determinar
que “persona” es todo ente susceptible de tener derechos y
obligaciones dentro de una relación jurídica.
            Las personas en Derecho, es decir, las personas jurídicas en
sentido amplio, atendiendo a Aguilar[7], se clasifican en:
Personas naturales, individuales, físicas, simples o concretas, que son
los individuos de la especie humana y solo ellos. Y
Personas jurídicas en sentido estricto, colectivas, morales, complejas o
abstractas, que son todos los entes o instituciones aptas para ser
titulares de derechos y deberes y que no son individuos de la especie
humana. Estas se subdividen en personas jurídicas de Derecho
Público y de Derecho Privado.
a)    El Código Civil Venezolano, en su artículo 19, ordinales 1º y 2º,
enumera como personas de Derecho Público a:
a.    La Nación: Entendida en el sentido de Estado – persona jurídica,
en el plano privado y patrimonial, mas no como Estado – poder.
b.    Las entidades que componen el Estado: En particular los Estado o
Regiones y los Municipios. Estos niveles político – territoriales son
llamados también Corporaciones Territoriales.
c.    Las Iglesias de cualquier culto. En este sentido, la Iglesia Católica,
por ser reconocida la personalidad jurídica internacional de la Santa
Sede, es reconocida como persona jurídica de carácter público, así
como todas sus instituciones. Los cultos no católicos, para tener tal
carácter, deben ser reconocidos por el Estado Nacional.
d.    Las Universidades: Esto basado en las Universidades Autónomas
Nacionales vigentes y existentes para 1942, sin embargo, las
Universidades privadas reconocidas por la Ley de Universidades de
1953 tienen una dudosa personalidad jurídica de Derecho Público.
e.    Los demás seres o cuerpos morales de carácter público, como es
el caso de los Institutos Autónomos.
b)    Las Personas de Derecho Privado
a.    Las personas de tipo fundacional. Caracterizadas por ser un
conjunto de bienes exclusiva y permanentemente a la consecución de
un bien. No tienen integrantes, solo tienen bienes, de allí que se les
llame universitas bonorum (universalidad de bienes).
b.    Las personas de tipo asociativo o asociaciones en sentido amplio.
Caracterizadas por un grupo de personas que persiguen un fin común
para cuya consecución destinan determinados bienes de manera
exclusiva y permanente. Se clasifican en:
                                          i.    Corporaciones: Instituciones creadas o
reconocidas por ley especial y que persiguen intereses colectivos por
encima de los individuales.
                                        ii.    Asociaciones propiamente dichas:
Personas de derecho privado cuyos integrantes no persiguen un fin de
lucro para ellos mismos.
                                       iii.    Sociedades: Personas de derecho
privado cuyos miembros persiguen un fin lucrativo para ellos mismos

Unidad I. Tema N° 2. INICIO Y EXTINCIÓN DE LA PERSONALIDAD


JURÍDICA DEL SER HUMANO
Derecho Civil I. Personas y Familia
Prof. Francisco de Jongh Sarmiento
Unidad I
Tema N° 2
INICIO Y EXTINCIÓN DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DEL SER
HUMANO
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de Germán Rojas
González; José Luis Aguilar Gorrondona; Francisco Hung Vaillant;
Arturo Valencia Zea y Álvaro Ortiz Monsalve)

Noción de Personalidad
            De acuerdo con el artículo 16 del Código Civil Venezolano,
“Todos los individuos de la especie humana son personas naturales” y,
de este enunciado se desprende que solo los seres humanos son
personas naturales[1].
            El comienzo del ser, el inicio de la persona, desde el punto de
vista jurídico, marca el inicio de la personalidad del individuo de la
especie humana.
            El problema básico en la determinación del momento de inicio
de esa personalidad jurídica del ser humano radica en la prueba del
hecho correspondiente que traería, como consecuencia, una serie de
efectos jurídicos inherentes a esa personalidad.

Teorías acerca del comienzo de la personalidad jurídica del ser


humano
1.            Teoría de la Concepción: La teoría en comento plantea que
la vida humana independiente se inicia desde el momento en que es
concebida y, por tanto, la personalidad jurídica del ser humano
comienza en dicho momento. Sin embargo, resulta un tanto difícil
determinar el momento exacto de la concepción, así como probar la
misma. Estos inconvenientes han conducido a no adoptar dicha
posición[2].
2.            Teoría de la Vitalidad: Teoría que solo exige, para el
nacimiento de la personalidad, que el feto nazca vivo. Es decir, indica
el comienzo de la personalidad del ser humano en el mismo momento
en el cual la persona nace, pero vivo, un momento siquiera[3].
3.            Teoría de la Viabilidad: Requiere esta teoría, no solo que el
feto nazca vivo, sino también viable, es decir, apto para vivir fuera del
seno materno, como persona autónoma e independiente, por lo que es
necesario determinar si el nacido vivo era apto para vivir.
4.            Teoría de la Figura Humana: Alguna vez en la historia se
sostuvo que para reconocer la personalidad jurídica del ser humano,
éste debía haber nacido con figura humana, no deforme. Esta postura,
en la actualidad, como es lógico pensar, no se encuentra en vigencia,
ya que la condición morfológica del nacido no determina la
personalidad jurídica del mismo[4].
5.            Teoría Ecléctica: Esta postura doctrinaria combina las teorías
de la concepción y del nacimiento. Sostienen los europeos que la
personalidad del ser humano comienza con su nacimiento pero,
cuando se trate de sus intereses, el no nacido, es decir, el
concebido (conceptus o nasciturus), se tendrá como nacido[5].

Posición del Derecho Venezolano


            Conforme al artículo 17 del Código Civil Venezolano vigente, la
personalidad del ser humano comienza con el nacimiento.
            En efecto, la segunda disposición del referido artículo
establece que para que el feto “… sea reputado como persona, basta
que haya nacido vivo.” Esto hace pensar que no solo es necesario el
hecho natural del nacimiento, es menester que ese nacimiento sea
acompañado por la vida.
            No obstante, el Derecho Civil Venezolano, adoptando, también,
la teoría ecléctica, toma en cuenta al concebido (conceptus o
nasciturus) y al por concebir (concepturus), cuando se trate de su bien.

El Nacimiento y su prueba
            Nacimiento es la separación del feto respecto del cuerpo de la
madre, aún cuando sea prematuro y/o se empleen para ello cualquier
medio (parto natural o parto cesáreo).
            La opinión dominante es que, para considerar al niño como
nacido, basta que éste haya salido totalmente del seno materno,
incluso cuando no se haya cortado el cordón umbilical.
            Modernamente las pruebas médico – legales más frecuentes
para determinar si un niño, actualmente fallecido, nació vivo, son las
llamadas docimasias, procedimientos mediante los cuales se verifica si
existe o no aire en la cavidad pulmonar[6], en caso positivo, ello
confirma que el infante respiró, sobrevivió y, en consecuencia, fue
persona[7], es decir, verificar mediante un procedimiento médico si el
niño llegó a respirar.
            Sin embargo, el medio legal por excelencia para probar el
nacimiento de un ser humano es la partida de nacimiento y, en su
defecto, la sentencia supletoria correspondiente, emitida por un
tribunal.

Protección de los No Nacidos


            Ahora bien, si al ser humano se le otorga y se le reconoce la
personalidad jurídica desde el momento de su nacimiento, ¿Qué
sucede con los concebidos o por nacer? Inclusive, ¿Qué sucede con
los no concebidos?
            La primera disposición del artículo 17 consagra la protección
de la persona por nacer cuando ya está concebida. Dicha protección
legal consiste en considerarlo como nacido cuando se trate de su bien,
expresión que debe interpretarse en el sentido de tenerlo por nacido
en todo aquello que le favorezca.
            Para ello, surgen varias teorías que tienden a estudiar la
situación jurídica del feto entre la concepción y el nacimiento, a saber:
1.            Teoría de la Ficción: Para Savigny, la ley reconoce
personalidad al feto a sabiendas de que no es persona, con el fin de
proteger intereses eventuales que le parecen dignos de protección,
pero hace cesar esa ficción cando se tiene la certeza de que dichos
intereses no se verificarán, lo que ocurre cuando el feto nace muerto.
2.            Teorías que no reconocen personalidad al feto: Sostienen, de
otra parte, que el feto no es persona, aunque difieren en sus
explicaciones[8], a saber:
Algunos consideran que, entre la concepción y el nacimiento, los
derechos que hubieran pertenecido al nacido fallecido quedan sin
titular. Si el feto nace vivo los adquiere, caso contrario, lo adquiere la
persona a quien hubieran correspondido en caso de no existir el
concebido. Se critica la posición, puesto que no hay derechos sin
sujetos.
Otros sostienen que en el período indicado los derechos de referencia
tienen sujeto indeterminado. No difiere en nada con la posición
anterior.
Para otros, en el período  indicado, los derechos de referencias se
atribuyen al feto bajo la condición suspensiva de que nazca vivo. Se
reconoce la personalidad del feto, aunque sea bajo condición.
Otro grupo sostiene que los derechos se atribuyen a la persona a
quien hubieran correspondido en caso de no haber feto, bajo la
condición de que el feto nazca muerto. Resulta lo mismo que la
anterior.
3.            Teorías que reconocen personalidad al feto: Sostienen que
entre la concepción y el nacimiento, el feto tiene personalidad jurídica,
sólo que su capacidad se encuentra limitada.

Situación de los No Concebidos o Por Concebir (Concepturus)


            El Derecho también toma en cuenta a la persona por concebir,
aunque a efectos muy limitados.
1.            Los hijos por nacer de una persona determinada pueden
recibir donaciones, aunque todavía no se hayan concebido. Para
aceptar la donación, los hijos no concebidos serán representados por
el padre o la madre indicados por el donante, según el caso.
Salvo que el donante disponga otra cosa, la administración de los
bienes donados al “por concebir” la ejercerá él y, en su defecto, sus
herederos, quienes pueden ser obligados a prestar caución.
2.            Pueden, también, recibir por testamento los hijos de una
persona determinada que viva en el momento de la muerte del
testador, aunque no estén aún concebidos.
3.            Puede constituirse hogar a favor de los descendientes
inmediatos, por nacer, de una persona determinada.

La Concepción
            La concepción, desde el punto de vista biológico, es la unión
de las células, con contenido genético, del hombre y la mujer, que
tienen como resultado la fecundación de una nueva “célula cigoto”
autónoma e independiente.
            Para el mundo del derecho, existe una serie de supuestos para
los cuales importa la determinación del momento en el cual ocurre la
concepción. Básicamente, interesa fijar dicho momento para conocer
la oportunidad en la cual inicia la protección del feto, así como para
otros efectos jurídicos, entre los cuales se destaca la determinación de
la paternidad[9].
            Debido a la necesidad de probar el momento de la concepción,
y vista la dificultad de demostrar científicamente el momento exacto de
la misma, el derecho recurre al sistema de presunciones, partiendo de
un hecho cierto constituido, en este caso, por el nacimiento de la
persona, logrando, así, establecer un lapso durante el cual pudo
haberse producido la concepción.
            Entre la concepción y el nacimiento de un ser humano
transcurre un tiempo determinado. Es común saber que el embarazo
dura un máximo de 9 meses o 40 semanas, por lo que el Código Civil
Venezolano, en su artículo 213, presume que la concepción tuvo lugar
en los primeros 121 días de los 300 que preceden al nacimiento. Es
decir, el legislador consideró que el tiempo máximo de duración del
embarazo es de 300 días y, como tiempo mínimo, 180 días[10].
            Para aplicar la regla del cálculo de la concepción, se procede
de la siguiente manera: se toma la fecha del nacimiento, se cuentan,
hacia atrás, 300 días; determinado ese día 300 antes del nacimiento,
se cuentan hacia adelante 121 días. El interesado podrá ubicar, a su
conveniencia, la fecha de la concepción en cualquiera de esos
primeros 121 días.

Nuevos planteamientos de la Concepción


            Son tres las principales teorías modernas sobre el momento en
que se inicia la existencia humana o persona en Derecho:
1.            La primera teoría sostiene que el inicio se produce en el
momento de la fecundación que, a su vez, comprende tres etapas: la
invasión de la corona radiante, la penetración de la zona pelúcida y la
fusión de las membranas celulares del espermatozoide y del ovocito.
2.            Otra corriente considera que el inicio en cuestión ocurre entre
las 18 o 20 horas siguientes a la penetración, momento en el cual se
transmite la información genética entre el óvulo y el espermatozoide.
3.            La existencia del ser humano ocurre cuando el óvulo se
anida en el útero, proceso que se cumple entre el 6º y el 15º día de la
fecundación.

Extinción o fin de la personalidad del ser humano. La muerte


            La muerte, en todo el sentido biológico del término, es la única
causa de extinción de la personalidad del ser humano. Es decir, el ser
humano muerto no es sujeto de derecho[11].
            Se toma en cuenta, generalmente, la cesación de las funciones
vitales notables para que se considere la muerte de una persona y el
medio legal, por excelencia, para probar tal situación es la partida de
defunción correspondiente o la sentencia supletoria emitida por un
tribunal, en caso de no existir la primera de ellas.
            Al carecer de una prueba real o directa de la muerte, se
utilizan, como pruebas indirectas o presunciones, los llamados
sistemas de premoriencia y conmoriencia.
1.            Sistema de Premoriencia: De acuerdo con este sistema, se
determina, cuando no existe un orden de muertes, que sobrevive el
más fuerte, tomando como base para ello criterios objetivos como el
sexo o la edad[12].
2.            Sistema de Conmoriencia: Como crítica, razonable por
demás, a la presunción establecida en el sistema de premoriencia, la
mayoría de las legislaciones modernas, incluyendo la venezolana,
consideran que al establecerse el orden de muerte de varias personas
llamadas a sucederse recíprocamente, se presume que todas
fallecieron al mismo tiempo (Art. 994 C.C.V.).

Efectos de la Muerte
1.            Las personas pueden, mediante testamento, disponer de su
patrimonio regulando con bastante margen de autonomía la situación
jurídica posterior a su muerte.
2.            Los derechos, deberes y relaciones extrapatrimoniales, en
principio, quedan extinguidos y no son transmitidos a los herederos del
fallecido.
3.            Los derechos, deberes y relaciones patrimoniales se
transmiten a los herederos, conforme a las normas del derecho
Sucesoral.

La No Presencia
            La persona que no se encuentra dentro de los límites de la
República, pero cuya existencia no está en dudas y dicha persona sea
demandada o sea necesario practicar alguna diligencia para la cual
sea insoslayable su notificación, se le nombrará un defensor, siempre
que se trate de sus derechos e intereses y cuando no exista uno
prenombrado o previamente apoderado (Art. 417 C.C.V.)

La Ausencia
            La Ausencia es la condición de la persona física cuya
existencia es incierta, debido a determinados hechos o circunstancias
especiales. En tal sentido, existen fases o etapas del ausente:
1.            La Presunción de Ausencia: El supuesto de hecho consiste
en que la persona haya desaparecido de su último domicilio o
residencia y que no se tengan noticias de la persona. No es necesario
el transcurso de un plazo determinado. (Art. 419 C.C.V.).
Para que proceda esta fase no es necesario el transcurso del tiempo
determinado, basta que haya desaparecido y sea necesario proceder
a realizar algún acto vinculado con sus relaciones jurídicas o con la
protección de sus bienes.
En caso de que el ausente no hubiere dejado apoderado, el Juez
procederá a nombrarle representante, prefiriendo, salvo circunstancias
especiales, al cónyuge del ausente.
2.            La Ausencia declarada Judicialmente (Declaración de
Ausencia): En caso de que la ausencia se prolongue en el tiempo (2 o
3 años. Art. 421 C.C.V.), se abre la posibilidad de pasar a la segunda
fase de la ausencia. En esta segunda etapa, se pretende equilibrar los
intereses del ausente con los intereses de todos aquellos que tuvieran
un derecho en caso de muerte del ausente.
Una vez solicitada la declaración de ausencia y acordada por un
tribunal, surgirán efectos, básicamente de contenido patrimonial. En tal
sentido, el tribunal, a solicitud de parte legitimada, procederá a poner
en manos de determinadas personas los bienes, provisoriamente, del
ausente.
Previa la entrega provisional de los bienes del ausente, se deberá
elaborar un inventario de los mismos con intervención judicial. En el
mismo se describirán los bienes, el estado en que se encuentran y el
valor estimado.
Esta posesión se realizará de manera provisional, puesto que, en caso
de que el ausente vuelva o de señales de existencia, deberán ser
restituidos al mismo, con las rentas e intereses que de esos bienes se
hayan derivado (Art. 431 C.C.V.).
3.            La Presunción de muerte: La declaración judicial de
presunción de muerte contempla dos supuestos (Art. 434 C.C.V.):
Haber transcurrido 10 años de la declaración judicial de ausencia, sin
que se hubiera tenido noticias del ausente.
Haber transcurrido 100 años desde el nacimiento de la persona
ausente y sin tener noticias de su existencia. No requiere este
supuesto una previa declaración de ausencia.
Declarada la presunción de muerte, el Juez acordará la posesión
definitiva de los bienes del presunto muerto en manos de sus
herederos, cesando todas las garantías que se hubiese impuesto
sobre los mismos. Con esta posesión definitiva se abre la posibilidad
de partición y libre disposición de los mismos (Art. 435 C.C.V.)

La Presunción de muerte por accidente


Si una persona se ha encontrado en un naufragio, incendio, terremoto,
guerra u otro siniestro semejante, y a raíz de éste no se ha tenido
noticia de su existencia, se presume que ha muerto. Esta presunción
será declarada por el Juez de Primera Instancia del domicilio, a
petición de cualquier presunto heredero abintestato o testamentario, o
de quienquiera que tenga acciones eventuales que dependan de la
muerte de aquella persona, previa la comprobación de los hechos (Art.
438 C.C.V.)
Solicitada la presunción de muerte por accidente, se publicará por la
prensa durante tres meses, con intervalos de quince días por lo
menos. Pasado dicho período se procederá a la evacuación de las
pruebas y a la declaración consiguiente, ordenando la posesión
provisional de los bienes por un tiempo de 3 años y, vencido el lapso,
surtirá los mismos efectos de la Declaración Judicial de Muerte.

Unidad I
Tema N° 3
EL ESTADO CIVIL
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de José Luis Aguilar
Gorrondona; Francisco Hung Vaillant; Arturo Valencia Zea y Álvaro
Ortiz Monsalve)

Antecedentes del Estado Civil


            La noción del estado de las personas data o tiene sus orígenes
en el Derecho romano y era el presupuesto para el ejercicio de la
personalidad y, por tanto, de la capacidad jurídica de las personas.
            En la referida época, según Aguilar[1], existían tres clases de
estados, a saber: el estado de libertad (status libertatis), el estado de
ciudadanía (status civitatis) y el estado de familia (status familiae).
Conforme a estos estados, los individuos era, respectivamente, libres
o esclavos, ciudadanos o extranjeros, sui juris o alieni juris, por lo que
se requería una privilegiada ubicación dentro de los tres estados para
el pleno ejercicio de la capacidad.
            Una vez abolida la esclavitud; una vez reconocidos los
derechos civiles de los extranjeros y eliminada la idea de la
dependencia familiar para el ejercicio de la personalidad y
consecuente capacidad, la postura del Derecho romano ha perdido
vigencia en la adaptación del derecho civil al derecho moderno.

Concepto del Estado Civil


            En el vocablo común, al hablarse del estado civil se hace
referencia a un estado o condición que alude a una cualidad
netamente familiar. Esta posición tan cotidiana es la que toma en
consideración el derecho civil venezolano, ya que el no existir la
esclavitud y al no existir diferencias en cuanto a los derechos civiles de
los extranjeros y la posición del ciudadano frente al Estado, se debe
atender, exclusivamente, al estado o posición de la persona frente a la
familia. En ese sentido, cuando se habla de estado civil se dice que se
es soltero, casado, viudo o divorciado.
            En un sentido amplio, una sección de la doctrina tradicional
considera a los estados civiles como condiciones personales que
influyen en la determinación de efectos jurídicos, lo que significa que el
estado civil de una persona es el conjunto de condiciones o cualidades
que son tomadas en consideración por la ley para atribuirle
consecuencias o efectos jurídicos.
            Este concepto amplio, de acuerdo con Hung Vaillant, citando a
Aguilar[2], considera que el estado civil es el conjunto de condiciones
o cualidades de una persona que producen consecuencias jurídicas y
que hacen referencia o toman en cuenta la posición de la persona
dentro de una comunidad política, a su posición dentro de una familia
y a la persona considerada en sí misma.
            Es por ello que, de esta concepción amplia del estado civil, se
desprenden varios elementos que lo componen, a saber:
1.            Estado Político (Status Civitatis): Consiste en el conjunto
de condiciones de la persona en relación a una comunidad política
determinada. Del estado político se destacan dos estados: la
nacionalidad y la ciudadanía.
2.            Estado Familiar (Status Familiae): Consiste en el conjunto
de condiciones o cualidades, que producen consecuencias jurídicas,
relativas a la posición del individuo dentro de un núcleo familiar
determinado. Por tanto, el estado familiar comprende una serie de
estados relativos al matrimonio y al parentesco.
3.            Estado Personal (Status Personae): Consiste en el
conjunto de relaciones relativas a la persona considerada en sí misma.
Las principales condiciones que influyen en el estado personal con las
siguientes:
a)           El hecho de ser individuo de la especie humana, condición de
la cual deriva la personalidad y sus consecuentes derechos.
b)           La realidad de tener una identidad.
c)            El establecimiento de sedes jurídicas, como el domicilio o la
residencia.
d)           La regulación de la capacidad jurídica, es decir, ser capaz de
tener derechos y contraer obligaciones.

Características del Estado Civil


1.            Toda persona tiene un Estado Civil, es decir, se puede
afirmar si una persona es hombre o mujer, si es soltero o casado, si es
niño, adolescente o adulto. Situaciones que son determinables
plenamente y no pueden permanecer en suspenso[3].
2.            El Estado Civil es único e indivisible. En ese sentido, una
persona solo puede tener un estado civil, por lo que son absolutas, es
decir, valen frente a todos y tendrá determinados efectos jurídicos en
los actos en que se actúe, dependiendo de su condición.
3.            El Estado Civil se encuentra fuera del comercio. Su origen,
modificación o extinción no dependen, en principio, de la voluntad de
los interesados. Por ser el Estado Civil un derecho de la personalidad
es, a su vez, irrenunciable, intransmisible e imprescriptible.

Unidad II
Tema N° 4
LA PRUEBA DEL ESTADO CIVIL
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de José Luis Aguilar
Gorrondona y Francisco Hung Vaillant)

La Posesión de Estado
            La prueba, por excelencia, de los estados civiles es el acta del
Registro Civil, a falta de ésta, el derecho proporciona la facilidad de
probar el estado civil  personal mediante la demostración de la
posesión del estado que se desea probar[1]. La Posesión de Estado,
como medio probatorio, existe desde el inicio de lo que se conoce
como Derecho, es decir, desde el Derecho romano, por lo que desde
tiempos remotos, la “posesión de estado” se evidencia mediante la
existencia de tres elementos determinados por la conjunción de
hechos, a saber: el nombre (nomen), el trato (tractatus) y la
reputación (fama), por lo que la unión de esos elementos, nombre,
trato y fama, deben ser demostrados por el interesado en el estado
civil que desea probar, para lograr concluir que goza de la posesión de
dicho estado.
            Estos elementos se encuentran consagrados en el artículo 214
del Código Civil, artículo que hace referencia a la posesión de estado
de hijo pero que, analógicamente, la doctrina y la jurisprudencia
extienden a los demás estados, tal y como se verá en el transcurso del
presente apartado.
            El referido artículo señala lo siguiente:
Artículo 214.- La posesión de estado de hijo se establece por la
existencia suficiente de hechos que indiquen normalmente las
relaciones de filiación y parentesco de un individuo con las personas
que se señalan como sus progenitores y la familia a la que dice
pertenecer. 
Los principales entre estos hechos son: 
- Que la persona haya usado el apellido de quien pretende tener por
padre o madre. 
- Que éstos le hayan dispensado el trato de hijo, y él, a su vez, los
haya tratado como padre y madre. 
- Que haya sido reconocido como hijo de tales personas por la familia
o la sociedad.
Se desprende, claramente, de este artículo, la presencia de estos tres
elementos:
a)    Que la persona que alega posesión de estado haya usado el
apellido de quien pretende tener por padre o madre (nombre).
b)    Que el padre, la madre o ambos, según sea el caso, le hayan
dispensado a quien alega la posesión de estado, el trato de hijo y éste,
a su vez, los haya tratado como padre o madre (trato).
c)    Quien alega la posesión de estado haya sido reconocido como
hijo de tales personas por la familia o la sociedad (fama).

Función que desempeña la posesión del estado del cónyuge


Previamente se señaló que esta fórmula legal dispuesta para la
posesión de estado de “hijo” se aplica analógicamente a la posesión
de estado cónyuge, esto en virtud de que el derecho positivo no
señala los hechos que constituyen esa posesión.
Por lo que, con relación al estado de cónyuge, la posesión de estado
tiene las siguientes funciones:
a)    El artículo 114 del Código Civil Venezolano señala que “No puede
invocarse la nulidad del acta de la celebración del matrimonio por
irregularidades de forma cuando existe la posesión de estado.”
Conforme a la citada disposición, la posesión de estado convalida las
irregularidades relativas a la forma que se hayan producido en la
celebración del matrimonio.
b)    La única prueba para la reclamación de los efectos del matrimonio
es el acta certificada, salvo en los casos previstos en los artículos 211
y 458 del Código Civil (Art. 113 C.C.V.), es decir, cuando se presuma
la existencia de un concubinato o cuando se pierden o destruyen los
asientos registrales.
c)    Cuando haya indicios de que por dolo o culpa del funcionario
respectivo, no se ha inscrito el acta de matrimonio en el registro
destinado a este objeto, los cónyuges pueden pedir que se declare la
existencia de matrimonio, según las reglas establecidas en el artículo
458, siempre que concurran las circunstancias siguientes:
1° Que se presente prueba auténtica de la publicación o fijación del
cartel de matrimonio, salvo los casos previstos en los artículos 70, 96 y
101.
2º Que exista prueba plena de posesión de estado conforme.

Función que desempeña la posesión del estado de hijo


a)    La posesión de estado constituye una de las pruebas tanto de la
maternidad como de la paternidad[2]. Los doctrinarios son partidarios
al señalar que el derecho civil admite la posesión de estado de hijo
como prueba de la filiación materna o paterna.
Así, el artículo 210 del Código Civil dispone, en su único aparte, que
“Queda establecida la paternidad cuando se prueba la posesión de
estado de hijo o se demuestre la cohabitación del padre y de la madre
durante el período de la concepción y la identidad del hijo con el
concebido en dicho período…”
b)    El artículo 233, ejusdem, faculta a los órganos jurisdiccionales
para que, de acuerdo a los medios probatorios aportados, se
establezca judicialmente la filiación.
c)    Puede, perfectamente, reconocerse a un hijo muerto, sin
embargo, esto no es causal para que quien lo reconozca goce de
todos los beneficios como heredero. A tal efecto, debe probarse que el
hijo, en vida, gozó de la posesión de estado de hijo.
d)    Existiendo discrepancias entre la partida de nacimiento y la
posesión de estado, ésta prevalecerá y podrá reclamarse la condición
de hijo según la posesión de estado que se alega (Art. 230 C.C.V.)
e)    Por último, la posesión de estado otorga el ejercicio de la patria
potestad a aquellos padres que aleguen tal estado.

Acciones de Estado
Las acciones de estado constituyen el poder jurídico que tienen las
personas jurídicas naturales para que, procesalmente y mediante la
correspondiente sentencia, se resuelva sobre su pretensión de hacer
declarar, modificar, alterar o destruir un estado civil determinado.

Características de las Acciones de Estado


1. Las acciones de estado son indisponibles. De esto se deriva que
de la simple voluntad de la persona, en principio, no se pueden
constituir, modificar, alterar, extinguir, reglamentar o transmitir
estados civiles.
2. Permiten la intervención del Ministerio Público para evitar
fraudes derivados de los estados civiles reclamados.
3. Son imprescriptibles. En razón de que interesan al orden público.
4. Deben ser intentadas por personas legitimadas para ello, no por
cualquier interesado.
Clasificación de las Acciones de Estado
            La acción y su ejercicio pertenecen, esencialmente, al ámbito
procesal y, por tal motivo, la clasificación de las mismas debe atender
al mismo punto de vista.
            Pero, además, la clasificación debe atender también a los fines
que se buscan en la sentencia judicial que se reclama, pues es en sí
misma, la que permitirá establecer efectos jurídicos en los estados
civiles correspondientes en cada procedimiento.
            Dicho esto, se distinguen los siguientes tipos de acciones de
estado:
1. Acciones mero declarativas: Con ella solo se pretende obtener
una declaración del Juez, la cual, teniendo eficacia en sí misma,
no necesita ningún otro efecto diferente.
2. Acciones constitutivas: Se proponen obtener una sentencia
que, al mismo tiempo de declarar hechos previstos en la ley,
generan la constitución, modificación o extinción de un estado
civil.
Efectos de las sentencias dictadas en el ejercicio de las acciones
de estado
            El dispositivo técnico legal 506 del sustantivo civil señala que
todas aquellas sentencias que constituyan, modifiquen, alteren o
extingan algún estado civil, deberán insertarse en los libros
correspondientes de dicho estado, por lo que el Juez de la causa
oficiará a las oficinas registrales respectivas, de manera que se realice
lo conducente.
            Las sentencias definitivamente firmes recaídas en los juicios
sobre estado civil y capacidad de las personas y los decretos de
adopción una vez insertados en los registros respectivos, producirán
los efectos siguientes:
1.  Las sentencias constitutivas de un nuevo estado y las de
supresión de estado o capacidad, como disolución o nulidad del
matrimonio, separación de cuerpos, interdicción, inhabilitación,
extinción de la patria potestad, los decretos de adopción, etc.,
producen inmediatamente efectos absolutos para las partes y
para los terceros o extraños al procedimiento.
2. Las sentencias declarativas, en que se reconozca o se niegue la
filiación o sobre reclamación o negación de estado y cualquiera
otra que no sea de las mencionadas en el número anterior,
producirán inmediatamente los mismos efectos absolutos que
aquéllas; pero dentro del año siguiente a su publicación podrán
los interesados que no intervinieron en el juicio, demandar a
todos los que fueron parte en él, sin excepción alguna, para que
se declare la falsedad del estado o de la filiación reconocidos en
el fallo impugnado. No tendrán este recurso los herederos ni los
causahabientes de las partes en el primer juicio ni los que no
intervinieron en él a pesar de haber tenido conocimiento
oportuno de la instauración del procedimiento.
Todo esto significa que los efectos que surgen de las sentencias se
producirán una vez insertadas en las oficinas de registros civiles
respectivas.
Unidad II
Tema N° 5
EL REGISTRO CIVIL
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de José Luis Aguilar
Gorrondona y Francisco Hung Vaillant)

            La determinación de un estado civil en la persona natural


otorga a la misma una serie de efectos jurídicos, efectos importantes
para el mundo del derecho y para ser respetados a cabalidad por el
Estado y los demás particulares.
            En el tema anterior se señaló que la prueba por excelencia
para probar la existencia de un estado civil es el acta o partida
correspondiente, mediante las cuales se demuestran el nacimiento, el
matrimonio, el concubinato, el divorcio o la defunción, según sea el
caso, motivo por el cual se crea o surge la institución del Registro Civil,
para poder asentar todos los actos relativos e inherentes a la
personalidad y, de esa manera, preconstituir la prueba documental de
esos actos personales.
            Una definición, recogida de la obra de Francisco Hung
Vaillant[1], que permite entender esta institución jurídica sería que el
Registro Civil es la figura jurídica que tiene como objetivo hacer
constar actos y hechos relativos a las personas físicas (naturales) que
tienen consecuencias en la capacidad jurídica de dichas personas.

Orígenes del Registro Civil


            La opinión generalizada apunta que los orígenes del Registro
Civil se remontan a la época, al derecho romano, afirmando que desde
el año 164 d.C. el gobierno de Marco Aurelio obligó a los ciudadanos
romanos a inscribir a sus hijos en el registro público, esto con la
finalidad de la recaudación de impuestos[2].
            Posteriormente, la Iglesia católica se dedicó a la tarea de llevar
los registros referidos a los nacimientos – a través de los bautizos –,
los matrimonios y las defunciones; registros estos que permitían y
brindaban validez probatoria del estado civil de las personas.
            En Francia surgen dos textos legislativos dictados por
Francisco I (1539) y Enrique III (1579). En ellos se brindaba
únicamente validez probatoria a los registros llevados por los párrocos
católicos, exceptuando a los que se llevaban en las sedes de otros
cultos religiosos, situación que duró hasta que el rey Luis XVI (1787)
permitió el ejercicio de registro civil por los cultos protestantes, al igual
que los católicos, otorgándose, de igual manera, la validez probatoria
a los mismos.
            Fue esta la causa que permitió emprender el camino hacia la
secularización de los registros civiles, la cual fue confirmada por la
Constitución francesa de 1792 y, posteriormente, recogida por el
Código Napoleónico, lo que dio origen al conocido registro civil laico o
secularizado[3].

Características del Registro Civil


1.            El Registro Civil es completo, en el sentido de que
comprende todos los actos y hechos que se refieren a las personas.
2.            Es un registro centralizado, es decir, tiene una organización
que permite almacenar, en un folio o expediente único, la totalidad de
la información referente a una persona.
3.            Debe ser público. Esto permite el fácil acceso de todos los
interesados a los libros en que se encuentran asentadas las actas del
estado civil de las personas.

Críticas al sistema de Registro Civil venezolano


En Venezuela, el registro civil presenta una serie de insuficiencias que
dificultan el conocimiento pleno de los hechos y actos que afectan
directamente a los estados civiles de las personas, a saber:
1.            El Registro Civil en Venezuela solo se limita a asentar las
actas relativas a los nacimientos, matrimonios y defunciones, dejando
de lado otros hechos que están ordenados por el legislador y, sin
embargo, no se inscriben.
2.            El Registro Civil resulta disperso, en el sentido de que las
actas relativas a las personas no se encuentran en una sola oficina,
mucho menos en un único expediente, teniendo que recurrirse al
sistema de notas marginales para hacer referencia a la ubicación de
otras actas.
3.            Situación diferente a lo que sucede en otros países, se salva
en Venezuela el hecho de que la publicidad es eficiente y permite el
acceso fácil y directo de todos los interesados a las actas que se
encuentran insertas en una oficina de Registro Civil.

Régimen Legal vigente


            La nueva Ley Orgánica de Registro Civil[4] tiene por objeto
regular la competencia, formación, organización, funcionamiento,
centralización de la información, supervisión y control del Registro Civil
(Art. 1).
            Tiene las finalidades siguientes:
1. Asegurar los derechos humanos a la identidad biológica y la
identificación de todas las personas.
2. Garantizar el derecho constitucional de las personas a ser inscritas
en el Registro Civil.
3. Crear un Sistema Nacional de Registro Civil automatizado.
4. Brindar información que permita planificar políticas públicas que
faciliten el desarrollo de la Nación.

Actos sometidos a Registro Civil


Según el artículo 3 de la Ley Orgánica de Registro Civil deben
inscribirse en el Registro Civil los actos y hechos jurídicos que se
mencionan a continuación:
1. El nacimiento.
2. La constitución y disolución del vínculo matrimonial
3. El reconocimiento, constitución y disolución de las uniones estables
de hecho.
4. La separación de cuerpos.
5. La filiación.
6. La adopción.
7. La interdicción e inhabilitación.
8. La designación de tutores o tutoras, curadores o curadoras y
consejos de tutela.
9. Los actos relativos a la adquisición, opción, renuncia, pérdida y
recuperación de la nacionalidad venezolana y nulidad de
naturalización,
10. El estado civil de las personas de los pueblos y comunidades
indígenas. Nombres y apellidos, lugar de nacimiento, lugar donde
reside, según las costumbres y tradiciones ancestrales.
11. La defunción, presunción y la declaración de ausencia, y la
presunción de muerte.
12. La residencia.
13. Las rectificaciones e inserciones de actas del estado civil.
14. La condición de emigrante temporal y permanente, pérdida y
revocación de la misma.
15. Los demás actos y hechos jurídicos, relativos al estado civil de las
personas previstos en las demás leyes, reglamentos y resoluciones
dictadas por el Consejo Nacional Electoral.
Principios que rigen el Registro Civil
1.            Principio de publicidad: Artículo 6. El Registro Civil es
público. El Estado, a través de sus órganos y entes competentes,
garantizará el acceso a las personas para obtener la información en él
contenida, así como certificaciones y copias de las actas del estado
civil, con las limitaciones que establezca la ley.
2.            Principio de eficacia administrativa: Artículo 7. Los
procedimientos y trámites administrativos del Registro Civil deben
guardar en todo momento simplicidad, uniformidad, celeridad,
pertinencia, utilidad, eficiencia y ser de fácil comprensión, con el fin de
garantizar la eficaz prestación del servicio.
3.            Principio de la información: Artículo 8. Los órganos
encargados de la actividad del Registro Civil informarán a las personas
de manera oportuna y veraz, en un lapso no mayor de tres días, sobre
el estado de sus trámites y suministrarán la información que a solicitud
de los demás órganos y entes públicos les sea requerida, con las
excepciones que se establezcan en las leyes, reglamentos y
resoluciones sobre la materia.
4.            Principio de accesibilidad: Artículo 9. Las actividades,
funciones y procesos del Registro Civil serán de fácil acceso a todas
las personas en los ámbitos nacional, municipal, parroquial y cualquier
otra forma de organización político-territorial que se creare.
5.            Principio de unicidad: Artículo 10. Cada asiento en el
Registro Civil corresponde a una persona y tiene características
propias de su identidad. Sólo debe existir un expediente civil por
persona.
6.            Principio de fe pública: Artículo 11. Los registradores o las
registradoras civiles confieren fe pública a todas las actuaciones,
declaraciones y certificaciones, que con tal carácter autoricen,
otorgándole eficacia y pleno valor probatorio.
7.            Principio de primacía: Artículo 12. Los datos contenidos en
el Registro Civil prevalecerán con relación a la información contenida
en otros registros. A tal efecto, las actas del Registro Civil constituyen
plena prueba del estado civil de las personas. 
8.            Mecanismos tecnológicos: Artículo 13. El Registro Civil
utilizará tecnologías apropiadas para la realización de sus procesos,
manteniendo la integridad de la información, garantizando la seguridad
física, lógica y jurídica, así como la confiabilidad e inalterabilidad de
sus datos, de conformidad con lo previsto en esta Ley, los
reglamentos, resoluciones dictados por el Consejo Nacional Electoral y
demás normativas vigentes. 
9.            Principio de igualdad y no discriminación: Artículo 14. Los
registradores o las registradoras civiles prestarán el servicio a toda la
población sin distinción o discriminación alguna. Para los pueblos y
comunidades indígenas se respetará su identidad cultural, atendiendo
a sus costumbres y tradiciones ancestrales. 
10.         Principio de interpretación y aplicación
preferente: Artículo 15. En caso de dudas en la interpretación y
aplicación de esta Ley se preferirá aquella que beneficie la protección
de los derechos humanos de las personas.

Sistema Nacional de Registro Civil


            El Consejo Nacional Electoral, órgano rector, a través de la
Comisión de Registro Civil y Electoral, crea el Sistema Nacional de
Registro Civil.
            Este sistema estará constituido por ciertos órganos del Poder
Público que, de manera coordinada, ejecutan actividades que
garantizan el adecuado registro, control y archivo de los hechos y
actos que afectan el estado civil, en el ámbito de las competencias que
les son propias.
            Son integrantes del Sistema Nacional de Registro Civil:
1. El Consejo Nacional Electoral.
2. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Relaciones Interiores y Justicia.
3. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Relaciones Exteriores.
4. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Salud.
5. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Pueblos y Comunidades Indígenas.
            El Consejo Nacional Electoral ejercerá la rectoría del Sistema
Nacional de Registro Civil, a cuyo efecto dictará las normas
administrativas relativas a su funcionamiento y organización, de
conformidad con lo dispuesto en la Ley, su Reglamento y
resoluciones.
            Son órganos de gestión del Sistema Nacional de Registro Civil:
1. Los registradores y las registradoras civiles.
2. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Relaciones Exteriores, a través de las representaciones consulares y
diplomáticas de la República Bolivariana de Venezuela.
            Son órganos cooperadores del Sistema Nacional de Registro
Civil:
1. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Relaciones Interiores y Justicia, a través del órgano responsable del
Sistema Nacional de Identificación y del Sistema Nacional de
Registros y Notarías.
2. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Salud, a través del personal autorizado para la emisión de los
certificados de nacimiento y defunción.
3. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
Pueblos y Comunidades Indígenas.

Organización del Registro Civil


La organización, dirección, actualización, funcionamiento, supervisión
y formación del Registro Civil es competencia exclusiva del Consejo
Nacional Electoral, por órgano del la Comisión de Registro Civil y
Electoral.
La inscripción en el Registro Civil de los actos y hechos a que se
refiere la presente Ley, corresponderá a los registradores o las
registradoras civiles, sin perjuicio de aquellos funcionarios o
funcionarías que por su actividad les corresponda cumplir de forma
accidental o especial con la función registral, conforme a lo dispuesto
en la Ley, reglamentos y resoluciones sobre la materia.
Los hechos y actos que ocurran fuera del territorio de la República
Bolivariana de Venezuela serán inscritos en el Registro Civil, por los
funcionarios o las funcionarías de las oficinas consulares o secciones
consulares de las embajadas de la República Bolivariana de
Venezuela.
Para garantizar el correcto funcionamiento del Registro Civil, el
Consejo Nacional Electoral dispondrá de una oficina de Registro Civil
municipal, así como de unidades de Registro Civil en parroquias,
establecimientos de salud públicos o privados y en cementerios.

Los Registradores Civiles


            Son funcionarios de libre nombramiento y remoción, adscritos y
al servicio del Consejo Nacional Electoral, quienes velarán por el
estricto cumplimiento de las disposiciones de éste y por los principios
rectores del Registro Civil.
            Los registradores o las registradoras civiles en las oficinas
municipales y unidades parroquiales, deberán cumplir con los
requisitos siguientes:
1. Mayor de veinticinco años de edad.
2. Ser venezolano o venezolana por nacimiento y no poseer otra
nacionalidad.
3. Haber obtenido título universitario o haber sido funcionario o
funcionaría del Registro Civil, durante un periodo no menor de tres
años, realizando funciones inherentes a la actividad registral.
4. De reconocida solvencia moral.

El Expediente Civil Único


            El Expediente Civil Único es el instrumento donde, de forma
sistemática, se compilará la totalidad de actos y hechos que se
encuentren inscritos en el Registro Civil, de cada uno de los
venezolanos o las venezolanas, así como de extranjeros o extranjeras
que residan en el país. A tal efecto, el Consejo Nacional Electoral
dictará las normas mediante las cuales se regulará su funcionamiento
(Art. 54 LORC)
            El Expediente Civil Único se inicia con el registro de:
1. Acta de nacimiento, en los casos establecidos en los numerales 1 y
2 del artículo 32[5] de la Constitución de la República.
2. Acta de nacimiento emitida por autoridad extranjera competente,
legalizada o apostillada por las autoridades venezolanas en el país de
origen, manifestación de voluntad de querer ser venezolano o
venezolana, y declaración de su residencia en el territorio nacional, en
los casos establecidos en los numerales 3 y 4 del artículo 32 de la
Constitución de la República.
3. Carta de naturaleza.
4. Certificado de naturalización, en los casos establecidos en los
numerales 2 y 3 del artículo 33[6] de la Constitución de la República.
5. Declaración de la residencia, en caso de extranjeros o extranjeras.
            El Expediente Civil Único se cierra con el registro del acta de
defunción o transcurridos ciento treinta años desde su nacimiento.
Finalizado el expediente será remitida copia certificada por el Consejo
Nacional Electoral al Archivo General de la Nación, para que forme
parte de nuestro acervo histórico.
Número Único de Identidad
            A toda persona inscrita en el Registro Civil se le asignará un
código individual denominado número único de identidad. Todos los
medios de identificación reconocidos por el Estado venezolano
adecuarán y contendrán el número único de identidad (Art. 57 LORC)

Los Libros y Actas del Registro Civil


            El número, contenido y las especificaciones técnicas de los
libros del Registro Civil se establecerán mediante resolución que a tal
efecto dicte el Consejo Nacional Electoral.
Los libros podrán ser creados con la utilización del sistema
automatizado y excepcionalmente en forma manual.
El artículo 446 del Código Civil dispone que son tres, y por duplicado,
los libros en los cuales se asentarán los hechos y actos susceptibles
de registro civil: Nacimientos, Matrimonios y Defunciones.
Las actas, por su parte, son los instrumentos donde constan
materialmente los actos a que se contraen las inscripciones en el
Registro Civil.
Todas las actas deben contener las características siguientes;
1. Número de acta.
2. Identificación del funcionario o funcionaria que las autorizó, deben
contener entre otros, nombres, apellidos, número único de identidad,
el carácter que actúa e instrumento administrativo que lo facultad,
indicando el número de la resolución, medio de publicación y fecha.
3. Día, mes y año en que se levantó el acta o se inscriba el hecho o
acto que se registra.
4. Hora, día, mes y año en que acaeció o se celebró el hecho o acto
que se registra.
5. Lugar donde acaeció el hecho, así como las circunstancias
correspondientes a la clase de cada acto.
6. Nombres, apellidos, número único de identidad, nacionalidad, edad,
profesión y residencia de las personas que figuren en el acta,
cualquiera sea su carácter.
7. Determinación y enunciación de los recaudos presentados.
8. Características específicas y circunstancias especiales de cada
acto.
9. Impresiones dactilares.
10. Firmas de quienes intervengan en los actos y hechos susceptibles
de registro. Si no saben o no pueden escribir lo harán dos firmantes a
ruego, dejando constancia de esta situación.
11. Identificación del indígena, pueblo o comunidad a la que pertenece
y de las personas que figuren en el acta.

De las Actas de Nacimiento


Todas las actas de nacimiento, además de las características
generales, deben contener:
1. Día, mes, año, hora e identificación del establecimiento de salud
público o privado, casa o lugar en que acaeció el nacimiento.
2. Identificación del certificado médico de nacimiento, número, fecha y
autoridad que lo expide.
3. Numero único de identidad del presentado o presentada.
4. Nombres y apellidos del presentado o presentada.
5. Sexo.
6. Circunstancias especiales del nacimiento, en el caso de que
existan.
7. La expresión "hijo de" o "hija de".
8. Nombres, apellidos, número único de identidad, nacionalidad, edad,
profesión y residencia del padre y de la madre; nombres, apellidos,
número único de identidad, nacionalidad, edad, profesión y residencia
de las personas que comparezcan al acto, ya sean declarantes o
testigos.
9. En los casos de pueblos y comunidades indígenas, el lugar donde
residen según sus costumbres y tradiciones ancestrales.
10. Firmas del registrador o registradora civil, declarantes y testigos.
Toda acta de nacimiento expresará los datos de identidad de los
progenitores biológicos, omitiendo el estado civil de los mismos.

De las Actas de Reconocimiento


  Las actas de reconocimiento, además de las características
generales, deben contener:
1. Declaración expresa del padre o de la madre que efectúa el
reconocimiento.
2. Identificación del hijo reconocido o hija reconocida.
3. Impresiones dactilares del padre o la madre que efectúa el
reconocimiento.
4. Identificación completa de las personas presentes en el acto, ya
sean declarantes o testigos.
5. Firmas del registrador o registradora civil, declarantes y testigos.

De las Actas de Matrimonio


Todas las actas de matrimonio, además de las características
generales, deben contener:
1. Identificación completa de los contrayentes.
2. Identificación completa de las personas cuyo consentimiento fuere
necesario.
3. Identificación completa de los hijos e hijas que se hayan reconocido
en el acto y el número único de identidad, así como número, año y
oficina de las respectivas inscripciones de nacimiento.
4. Identificación del poder especial si el matrimonio se celebra por
medio de apoderado o apoderada.
5. Datos registrales del documento de capitulaciones matrimoniales, si
los hubiere.
6. Datos de la autorización judicial para contraer matrimonio, en los
casos de adolescentes.
7. Aceptación expresa de cada uno de los contrayentes.
8. Circunstancias especiales del acto.
9. Firma del funcionario o funcionaria que celebre el acto, los
contrayentes, los testigos y las personas cuyo consentimiento haya
sido necesario, si se prestare verbalmente.
En caso de personas con discapacidad auditiva o visual, su aceptación
se hará constar por escrito. Si éstos no pudieren hacerlo, se formulará
la aceptación a través de la lengua de serias venezolanas.

De las Uniones Estables de Hecho


Las actas de las uniones estables de hecho, además de las
características generales, deberán contener
1. Identificación completa de las personas que declaran la unión
estable de hecho.
2. Identificación completa de los hijos y las hijas, número, año y oficina
de las respectivas inscripciones de nacimiento, si estuvieren inscritos.
3. Identificación completa de los hijos y las hijas que se hayan
reconocido en el acto; el número, ano y oficina de las respectivas
actas de nacimiento, si estuvieren inscritos.
4. Identificación del poder especial si la unión estable de hecho se
inscribe por medio de apoderado o apoderada.
5. Manifestación expresa de las personas de mantener la unión
estable de hecho,
6. Indicación de la fecha a partir de la cual se inició la unión estable de
hecho.
7. Mención expresa tic; estado civil de las personas que declaran la
unión estable de hecho, que en ningún caso podrán ser casadas, ni
mantener registrada otra unión estable de hecho.
8. Autorización de los padres o representantes, en los casos de
adolescentes.
9. La firma del registrador o registradora civil, las personas que
declaran la unión estable de hecho y los testigos.

De las Defunciones. Certificado y Acta


El certificado de defunción es el instrumento indispensable para
efectuar la declaración y promover su inscripción en el Registro Civil,
el cual será expedido por el Ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de Salud y suscrito por personal médico, de
conformidad con la ley (Art. 128 LORC)
El certificado de defunción, para los efectos del Registro Civil, debe
contener.
1. Fecha y número del certificado de defunción.
2. Nombres, apellidos, número único de identidad y dalos del registro
sanitario del personal médico que lo suscribe.
3. Número de pasaporte, en el caso de ser extranjero o extranjera
quien certifique la defunción, con los correspondientes datos del
registro sanitario.
4. Denominación y ubicación de la dependencia de salud.
5. Fecha, hora y lugar del deceso.
6. Identificación completa de la persona fallecida.
7. Causas del fallecimiento.
8. Firma del médico o médica.
Las actas de defunción, además de las características generales,
deben contener:
1. Número, fecha y el personal médico que suscribe el certificado de
defunción.
2. Identificación completa del fallecido o fallecida.
3. Lugar y hora del fallecimiento.
4. El término "fallecido" o "fallecida".
5. Identificación del cónyuge o persona con la que mantuvo unión
estable de hecho, sobreviviente o premuerto.
6. Identificación de los ascendientes.
7. Identificación de todos los hijos y las hijas que hubiere tenido, con
especificación de los fallecidos o fallecidas y de los que vivieren, y
entre éstos los que sean niños, niñas o adolescentes.
8. Identificación completa de las personas presentes en el acto, bien
sea como declarantes o como testigos.
9. Firmas del registrador o registradora civil, declarantes y testigos.

Unidad II
Tema N° 6
IDENTIFICACIÓN, SEDE JURÍDICA Y CAPACIDAD DE LAS
PERSONAS NATURALES
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de José Luis Aguilar,
Francisco Hung Vaillant, Mary Sol Graterón Garrido)
Identidad. Nombre civil de las personas naturales
            Identidad es el conjunto de características o elementos propios
de una persona que lo individualizan respecto de las otras personas o
dentro de una comunidad.
            Para expresar o conocer la identidad de las personas,
aparecen los llamados datos de identidad, de los cuales resalta, como
principal, el nombre civil de las personas, aun cuando existan los
seudónimos o sobrenombres[1]. Pero, como a veces resulta imposible
individualizar a una persona con el solo nombre civil – como resulta en
los casos de homonimia – se utilizarán otros datos como el domicilio,
profesión, edad y estado civil.
            Ha de entenderse por nombre civil de las personas naturales,
al nombre, oral o gráfico, que, de acuerdo al derecho positivo,
corresponde designar a determinadas personas.
            Es decir, el conjunto de palabras que se utilizan para
individualizar a una persona, respecto de otras.
            El nombre de las personas físicas lo conforman dos elementos,
el nombre de pila que lo individualiza dentro de un núcleo familiar y, en
segundo lugar, el nombre patronímico, que lo constituye el nombre
familiar, es decir, el apellido.
            Sin embargo, la doctrina suele identificar los elementos desde
dos puntos de vista, a saber:
1.            Los elementos esenciales: Constituidos por el nombre
patronímico y el nombre de pila.
2.            Los elementos accidentales: Agregados que se utilizan para
evitar la homonimia (p.ej. Junior).
3.            El seudónimo, el sobrenombre, los títulos, grados,
distinciones, dignidades eclesiásticas, militares o académicas y las
clasificaciones nobiliarias. Estos agregados no forman parte del
nombre civil, pero ayudarían a individualizar a determinadas personas.
El seudónimo es la palabra o conjunto de palabras que adopta,
lícitamente, una persona para designarse, sustituyendo el nombre civil.
Pueden usarse tanto para ocultar el nombre, como es el caso de los
nombres artísticos o de guerra, como para ocultar el nombre y la
identidad (criptónimos).
Como se dijo, son lícitos, por lo que se diferencian de la usurpación y
del nombre falso.
Por su parte, el sobrenombre es un agregado que se integra al
nombre, aunque a veces pueda usarse separadamente, como si fuera
el nombre de pila.
Su importancia jurídica es muy escasa.
Determinación del nombre propio
            El artículo 16 de la Ley para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes establece que la determinación del nombre civil es un
derecho para estos sujetos de derecho especiales, por lo que en la
nueva Ley Orgánica de Registro Civil se dispone que deben señalarse
el nombre y apellido del presentado (Art. 93, numeral 4). Sin embargo,
nada señala la ley sobre quién determina o da el nombre de pila al
niño recién nacido.[2]
            A tal efecto, los artículos 466 y 469 del Código Civil
Venezolano presentan tres situaciones:
-              La determinación del nombre de pila la hace, en principio, el
presentante al levantarse la correspondiente acta. Si este no es el
padre o madre en ejercicio de la patria potestad, hará saber el nombre
de pila que éstos hayan escogido.
-              De omitirse el nombre de pila por parte del presentante, el
mismo será impuesto por el funcionario ante quien se levante la
partida de nacimiento.
-              En caso de recién nacidos hallados o dejados en
instituciones públicas o privadas, se le impondrá el nombre que se les
haya dado, mas no se expresa quien lo asigna. Esta norma pudiera
tener una posible solución, puesto que del análisis del artículo 98[3] de
la Ley Orgánica de Registro Civil se señala que son los registradores
civiles los competentes para imponer el nombre a los niños hallados.
Determinación del apellido
            La determinación del apellido radica en la filiación y en la
descendencia que se tiene respecto de sus padres, razón por la cual
debe atenderse a las circunstancias del nacimiento, para lo cual
importará si los hijos nacidos se encuentran dentro del matrimonio,
fuera de este o por vía de consecuencia en razón de la adopción.
            En ese sentido, para los hijos nacidos dentro del matrimonio, el
Código Civil Venezolano, en su artículo 235, dispone que “El primer
apellido del padre y de la madre forman, en ese orden, los apellidos de
los hijos”, sin embargo, continúa el artículo diciendo lo siguiente “El
hijo concebido y nacido fuera del matrimonio cuya filiación haya sido
establecida en relación con ambos progenitores, tomará los apellidos
de éstos en el mismo orden que los hijos concebidos o nacidos
durante el matrimonio.”
            Cuando nace un hijo fuera del matrimonio y la filiación está
establecida solo respecto a uno de ellos, el artículo 238, ejusdem,
señala que “… el hijo tiene derecho a llevar los apellidos de éste, si el
progenitor tuviere un solo apellido, el hijo tendrá derecho a repetirlo.”
            Los hijos cuya filiación no esté establecida, figurarán en las
partidas de nacimiento con dos apellidos que escogerá el funcionario
del estado civil, quien, al hacerlo, cuidará de no lesionar intereses
legítimos de terceros. Si la filiación es establecida posteriormente
respecto de uno de ambos progenitores, se aplicarán las disposiciones
anteriores (Art. 239 C.C.V.)
            En caso de adopción, el artículo 502 de la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes señala que la
determinación del apellido de un niño o adolescente adoptado tomará
en consideración las mismas reglas respecto a la filiación.
Adición del apellido
            Para la legislación venezolana, el único caso en que se permite
la adición del apellido es el de la mujer casada. Sin embargo, el
matrimonio no hace que la mujer adquiera, de inmediato, el apellido de
su cónyuge.
            Esta adición, antes del año 1959 no era obligatoria, pero su
inobservancia denotaba una injuria grave contra el marido,
constituyéndose en una causal para el divorcio. Para el año 1959 pasó
a ser obligatorio realizar la adición de los apellidos del marido.
            La reforma de 1982 modificó tal situación a través del artículo
137 del Código Civil, el cual señala que la mujer “podrá” usar el
apellido del marido. Significa que esta obligación pasó a ser una
facultad, sin que sea una falta grave contra el cónyuge.
            Esta adición se conserva aún en la viudez, salvo que adquiera
nuevas nupcias, pero se pierde tal derecho cuando hay divorcio o
anulación del matrimonio,
Cambio del nombre y del apellido
            Salvo los casos de rectificación de partidas permitidos por la
ley, la legislación venezolana solo permitía el cambio de nombre de
pila cuando se trataba de una adopción, siempre que fuera soltero y
menor de edad, salvo que se tratara de un extranjero, cuyas leyes
nacionales permitieran tal situación. En la actualidad, la Ley Orgánica
de Registro Civil permite el cambio de nombre, por una sola vez, ante
el registrador civil cuando este sea infamante, la someta al escarnio
público, atente contra su integridad moral, honor y reputación, o no se
corresponda con su género, afectando así el libre desenvolvimiento de
su personalidad (Art. 145 LORC).
            En el caso del apellido, se aplica o admite el cambio del
apellido por vía de consecuencia, por lo que se reconoce el cambio del
apellido cuando:
1.            Al establecerse la filiación voluntaria o por la vía judicial.
2.            Al adoptarse un hijo.
3.            Al desconocerse un hijo nacido o concebido durante el
matrimonio.
4.            Al impugnarse o anularse el reconocimiento de un hijo.
5.            Al extinguirse la adopción.

Características del nombre civil


            La doctrina general, de acuerdo con Hung[4], es conforme en
aceptar que el nombre civil posee las características de
ser necesario, indisponible, imprescriptible, absoluto y extrapatrimoni
al.
-              Es necesario en el sentido de que toda persona debe tener y
utilizar, al menos, un nombre y un apellido.
-              Se considera indisponible puesto que la mera voluntad de la
persona no puede constituir, modificar, trasmitir ni extinguir su propio
nombre.
-              Conforme al criterio doctrinario, el nombre es imprescriptible,
es decir, ni se adquiere ni se pierde por el transcurso del tiempo.
-              Es absoluto, en cuanto a que es oponible frente a todos e
impone la obligación de abstenerse a su uso indebido.
-              Es extrapatrimonial en el sentido de que no es susceptible de
valoración económica, lo que no significa que no tenga como
consecuencia la indemnización por daños y perjuicios que se
ocasionaren por su uso indebido.
Protección legal del nombre
1.            El derecho de la personalidad que cada quien tiene sobre su
nombre civil le confiere la facultad de usar dicho nombre con
exclusividad, por lo que tiene dos acciones para su protección:
a. La acción de reclamación del nombre, por medio de la cual
se busca que el juez declare el reconocimiento y la no
perturbación del mismo.
b. La acción de impugnación del nombre, la cual tiene por
objetivo la prohibición del uso indebido del nombre por
parte de otra persona.
2.            Independientemente de esas dos acciones, existen las
acciones de reclamación e impugnación del apellido, derivadas del
derecho familiar y con la misma finalidad que las del nombre civil.
3.            Asimismo, existen acciones patrimoniales para obtener la
indemnización o reparación por los daños y perjuicios causados por el
uso indebido del nombre.
4.            Existen, por último, acciones penales por la usurpación de la
identidad.
Las sedes jurídicas
            La doctrina tradicional entiende por sede jurídica a aquellos
lugares en los que el derecho considera localizada a una persona
para  los efectos jurídicos consecuentes de un supuesto de hecho.
            Es decir, es el lugar específico donde la persona tiene el
asiento de sus negocios y relaciones jurídicas, patrimoniales o no, sin
que sea necesaria la permanencia de la misma en el determinado
lugar. Esto daría pie a entender la existencia de situaciones en las que
la sede jurídica y el lugar donde la persona tiene su asentamiento
puedan o no ser las mismas[5].
Clases de sedes jurídicas
            Con lo señalado previamente, se puede clasificar en tres tipos,
a saber, el domicilio, la residencia y la habitación, siendo ésta última la
menos estable de las tres y por la que empezará el desarrollo del
presente apartado, para luego abordar el domicilio, el cual, para el
mundo jurídico, denota una mayor importancia en el mundo práctico.
1. La Habitación
La habitación, morada o paradero es el lugar donde, por un momento
dado, se ubica una persona. Constituye la sede jurídica menos
estable, pues es considerada como una sede temporal y tiene
importancia práctica, especialmente en materia procesal, al
considerarse como domicilio o residencia a falta de estos o cuando el
posible demandado haya renunciado a su domicilio.
2. La Residencia
Por su parte, la residencia es el sitio donde, habitualmente, vive una
persona, lo que no implica que siempre sea el asiento de sus intereses
y negocios.
Esta clase de sede jurídica tiene cierta estabilidad, ya que, al ser
considerada como la vivienda habitual de una persona, no cambiaría
la misma por cualquier alejamiento que tenga de la misma.
Esta residencia hace las veces de domicilio de la persona cuando se
desconoce el mismo, lo que permite a un sector doctrinario señalar o
considerar la función alternativa del domicilio y la residencia (Art. 31
C.C.V.), aunque el artículo 139 de la Ley de Registro Civil utiliza los
términos como sinónimos.
3. El Domicilio
El origen etimológico de la palabra domicilio proviene del vocablo
latino domus, que es el lugar donde se tiene la casa, sin embargo, el
Código Civil Venezolano, en su artículo 27, señala que “el domicilio de
una persona se halla en el lugar donde tiene el asiento principal de
sus negocios e intereses.”
Esta definición técnica que aporta la legislación venezolana permite
entender que cada persona tiene solo un domicilio, siendo este el
lugar en el que, a pesar de existir diversos negocios e intereses, se
encuentre el conjunto de negocios e intereses de diversas especies.
Clases de domicilio
1. Por sus efectos
-              Domicilio General: Es aquel que la ley considera como
domicilio para todos los efectos, respecto de los cuales no haya una
norma especial que establezca otro distinto.
-              Domicilio Especial: Es el lugar que la ley considera como
domicilio para uno o más efectos singularmente determinados.
2. Por su determinación
-              Domicilio Voluntario: Aquel cuya determinación depende
del lugar que haya escogido la persona.
-              Domicilio Legal: Su determinación la hace directamente la
ley.
Adicional esta clasificación general, ha de conocerse también otras
especies de domicilios que, si bien se desprenden del domicilio
voluntario, poseen un nombre específico y atiende a una circunstancia
especial.
-              Domicilio Conyugal: Es el lugar establecido de común
acuerdo por los cónyuges, en el cual ambos disfrutan de autoridad
propia y consideración iguales.
-              Domicilio Procesal: Aquel lugar en que la persona,
generalmente el abogado en ejercicio, señala dentro de un
procedimiento para recibir las notificaciones y demás actuaciones
judiciales o administrativas.
Importancia práctica del domicilio
Interesa examinar la importancia jurídica de la determinación del
domicilio o residencia de una persona para los siguientes fines:
1.            Competencia territorial de los tribunales: Corresponde a
los tribunales conocer las acciones que se intenten contra una persona
en el domicilio de éstas (Art. 40 C.P.C.). Asimismo, la residencia
habitual de los niños y adolescentes determinará la competencia
territorial de los tribunales que formen parte del Circuito de Protección.
2.            Actos y operaciones de la vida civil: El domicilio también
determina la apertura de la sucesión mortis causa, siendo competente
las autoridades del lugar donde tenía su domicilio el causante (Art. 933
C.C.V.). También importa el domicilio de los contrayentes para la
elección del lugar donde se desee celebrar el matrimonio (Art. 66
C.C.V.)
3.            Ejercicio de ciertos derechos: El ejercicio de los derechos
inherentes a la personalidad es independiente del domicilio, puesto
que los mismos no se encuentran sometidos a limitaciones
territoriales, sin embargo, aquí se considera como excepción el
llamado domicilio electoral, que determina el lugar donde la persona –
ciudadano – tendrá el ejercicio de su derecho político al sufragio.
4.            Medidas de publicidad: Toda disminución de la capacidad
implica que dicho hecho sea publicado para conocimiento de terceros
interesados, por lo que el tribunal que conozca la causa deberá hacer
público el procedimiento que cursa por ante el mismo (interdicción,
inhabilitación, separación de cuerpos y bienes, entre otros) en el
domicilio de la persona afectada.
5.            Intereses económicos: Los procedimientos de liquidación y
partición de bienes que interesen a varias personas, se llevarán a
cabo en el domicilio en que se estableció la comunidad que ha de
liquidarse.
La Capacidad
En el tema 1 se señaló que “persona es todo ente susceptible de tener
derechos y obligaciones dentro de una relación jurídica”[6], sin
embargo, esa aptitud para ser titular de derechos y obligaciones se
desarrolla en dos expresiones: la capacidad jurídica y la capacidad de
obrar, razón por la cual no debe confundirse con la personalidad[7]
La personalidad es una condición que el Derecho le otorga a un
individuo, mientras que la capacidad es una consecuencia de esa
personalidad, que permite que dicha persona pueda ejercer sus
derechos y contraer deberes. Es decir, la capacidad es la medida de
las aptitudes de las personas en relación con sus derechos y deberes.
Clasificación de la Capacidad
La doctrina  jurídica tradicional considera que la capacidad se clasifica
en dos tipos, la capacidad jurídica, legal o de goce y, por otro lado, la
capacidad de ejercicio, disfrute o de obra. A esta clasificación bipartita
la doctrina francesa otorga la capacidad delictual[8].
No obstante, a efectos de la legislación venezolana, la posición
alemana es la más aceptada, la cual divide la clasificación en dos
vertientes: a) la Capacidad jurídica o legal y b) la Capacidad de obrar,
la cual se subdivide, a su vez, en la capacidad negocial, la capacidad
delictual y la capacidad procesal.
1.            Capacidad de Goce, legal o jurídica: Medida de la aptitud
para ser titular de derechos y obligaciones (Capacidad propiamente
dicha).
2.            Capacidad de Obrar o de ejercicio: Medida de la aptitud
para producir plenos efectos jurídicos mediante actos de la propia
voluntad.
a. Capacidad Negocial o de ejercicio: Medida de la aptitud
para realizar, en nombre propio, negocios jurídicos válidos.
b. Capacidad de Delictual o de imputación: Medida de la
aptitud para quedar obligado por los propios hechos ilícitos.
c. Capacidad Procesal: Medida de la aptitud para realizar
actos procesales válidos.
Principios que rigen la Capacidad
·                    Es imposible que una persona carezca totalmente de
la capacidad jurídica: Es decir, no se concibe que exista un individuo
de la especie humana que no sea titular de derechos y obligaciones.
·                    La capacidad de obrar presupone la capacidad de
goce: Solo podrá producir plenos efectos sobre negocios jurídicos las
personas que gocen de plena capacidad jurídica. Esto es, presupone
la titularidad de un derecho.
·                    La capacidad de goce no presupone la capacidad de
obrar: Es posible que se adquieran derechos y obligaciones sin tener
la voluntad de obtenerlos (sucesión hereditaria).
·                    Las normas que rigen la capacidad jurídica y la
capacidad de obrar son, sustancialmente, diferentes: Se destaca
que:
o Si bien no puede haber incapacidades generales de goce,
existen incapacidades generales de obrar.
o Es mayor el número de personas afectadas por las
incapacidades de obrar que por las incapacidades
jurídicas.
o Mientras la incapacidad de goce no puede remediarse, las
de obrar pueden ser subsanadas.
·                    Las normas que rigen la capacidad negocial son
diferentes a als que rigen la capacidad delictual: Las primeras se
refieren a la posibilidad de realizar actos jurídicos válidos y las otras a
la posibilidad de quedar obligados por hechos ilícitos cometidos.
·                    La capacidad es la regla y la incapacidad es la
excepción: (Art. 1144 C.C.V.). Consecuencias:
o No hay incapacidad son ley que la establezca.
o Las leyes que establecen incapacidades son de
interpretación restrictiva.
o Quien afirma la incapacidad tiene la carga de probarla.
Incapacidades de Goce
Esbozada la noción de la capacidad de goce y son condición de ser la
regla general, es importante señalar cuáles son las excepciones a la
misma, es decir, cuáles son las incapacidades de goce establecidas
por la legislación venezolana.
1.            Incapacidades para suceder ab-intestato
a. Los que al momento de la apertura de la sucesión no estén
todavía concebidos (Art. 809 C.C.V.)
b. Los que no hayan nacido vivos (Art. 809 C.C.V.)
c. Determinadas personas que hayan sido calificadas como
indignas para suceder (Art. 810 C.C.V.)[9], salvo que haya
sido rehabilitada (Art. 811 C.C.V.)[10].
2.            Incapacidades para recibir por testamento
a. Los mismos incapaces para recibir ab-intestato (Art. 840
C.C.V.), salvo el caso del concepturus de una persona
determinada.
b. También son incapaces:
                                          i.    Las Iglesias de cualquier credo.
                                        ii.    Los llamados Institutos de manos
muertas (puesto que no pueden enajenar sus bienes inmuebles).
                                       iii.    Los ordenados in sacris y ministros de
cualquier culto, salvo que se trate de su cónyuge, padres, hijos o
parientes dentro del 4º grado de consanguinidad del testador.
3.            Incapacidades para tener derecho a los alimentos
a. El que fuere mala conducta notoria respecto del obligado
(Art. 299 C.C.V.)
b. Quienes cometan determinados hechos señalados por la
ley (Art. 300 C.C.V.)
4.         Incapacidades para recibir donaciones: Son incapaces  para
recibir donaciones aquellas incapaces para recibir por testamento (Art.
1436 C.C.V.)
5.            Incapacidades para adquirir bienes: Son incapaces para
adquirir bienes inmuebles los institutos de manos muertas, puesto que
por leyes o reglamentos de su constitución no pueden enajenarlos.
6.            Incapacidades en materia de ventas
a. Entre marido y mujer no se permite la compra – venta (Art.
1481 C.C.V.)
b. Los señalados en el artículo 1482 del Código Civil[11]
7.            Incapacidades por razón de la tutela: Los tutores y
protutores[12  son incapaces para comprar bienes del pupilo,
arrendarlos o hacerse cesionarios de créditos o derechos contra él y
para adquirir los bienes del mismo que hubieren enajenado.
Incapacidades de Obrar
1.            Son incapaces de obrar los niños, niñas y adolescentes y
aquellos que estén sometidos a interdicción o inhabilitación.
2.            Sin incapaces las personas privadas del discernimiento al
momento de cometer el hecho ilícito.
Regímenes de Incapaces
El hecho de que los niños, niñas y adolescentes, así como los
entredichos e inhabilitados estén privados de su capacidad de obrar
no implica que el derecho no regula un régimen para la administración
de sus bienes y derechos, es decir, la ley prevé un sistema para que
puedan realizar negocios jurídicos válidos. Estos regímenes se
reducen a dos categorías:
1. Regímenes de Representación: Mediante los cuales la persona
que interviene en el negocio jurídico sustituye al incapaz, y
realiza todos los actos en nombre y representación de éste.
2. Regímenes de Asistencia y Autorización: En los mismos, la
persona que interviene no sustituye al incapaz, sino que actúa
conjuntamente con él (asistencia) o aprueba o no los actos
jurídicos que se propone realizar el incapaz (autorización).

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