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[Historia del Siglo XX] Resumen de la materia (1ra parte)

 1-                                     Primera Guerra Mundial: Bloques, causas,


participación de Estados Unidos y Rusia, Tratado de Versalles y su impacto
en Alemania.

La primera guerra mundial es una guerra entre estados rivales, que se materializo
en enfrentamientos en el orden de lo territorial, de lo económico y de lo político. El
asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría en manos de los
serbios fue sola la excusa, la gota que rebalso el vaso para desencadenar tal
conflicto bélico, que comenzó en 1914, duro cuatro años y conllevo más
problemas de los que ya existían.

Los verdaderos factores de la guerra comienzan a verse con el nacimiento del


capitalismo liberal en el siglo XVIII, en el contexto de una doble revolución: La
Revolución Francesa bajo el lema de libertad fraternidad e igualdad aportaría al
escenario internacional una nueva cosmovisión de mundo, materializada en
políticas liberales. Y la Revolución Industrial aportó lo que este nuevo sistema
económico de capitalismo liberal necesitaba, bajo la teoría que produciendo más y
que con la circulación del dinero se obtenían recursos que serían invertidos en las
industrias. Este nuevo sistema entonces trajo como consecuencia la Revolución
Industrial. Se logra así una modernización que significó la creación de un mundo
unido, las transformaciones en los transportes y las comunicaciones y las nuevas
innovaciones tecnológicas (ferrocarril, tren, barco a vapor, teléfono, telégrafo, y
toda la industria armamentística –la cual se pondría al servicio de la guerra-)
favorecieron las necesidades de este modelo de expandirse y transformarse
(como lo logró) en un sistema mundial. Esto significo un naciente mundo
integrado, pero también dividido desde lo que alcanzo cada país en su desarrollo
económico industrial. Un ejemplo de esta división se ve en la división internacional
del trabajo, de alguna forma demostró esa división entre los que tenían un buen
desarrollo industrial que exportaban productos manufacturados y los que no lo
habían logrado exportaban materias primas.  Los avances logrados por Europa
suponían un dominio y una superioridad de la raza blanca que tendrían la divina
misión de civilizar a los pueblos atrasados: en el mundo se diferenciarían aquellas
naciones ricas o pobres, política y militarmente fuertes o débiles. Se consolidaba
entonces la teoría del darwinismo social, que exponía que las especies-naciones-
más capaces, las que logren adaptarse a los cambios serían las que sobrevivirían.

Asimismo todo estado fuerte que quisiera sobrevivir y alcanzar un dominio total
sobre otras potencias tenía la necesidad de construir una legitimidad al estado, y
la fuerza mas poderosa que mantuvo unidas a las naciones fue el nacionalismo.
Esta corriente nacionalista surgida del romanticismo del s xx, que a diferencia del
s xix –siglo de la iluminación progreso indefinido y ciencia- pone el foco en lo
irracional, promoviendo los sentimientos, en este caso de los estados y a través de
circuitos institucionales como fue (y sigue siendo) la escuela: se crean una especie
de tradiciones, mitos que se expresan en símbolos (escarapela, bandera) y ritos
(la oración a la bandera todos los días) que permiten conformar una unidad,
fomentar un sentimiento patriótico entre aquellos que comparten un mismo origen
étnico, una misma lengua y los mismos ideales.

Este espíritu nacionalista se vinculo además con los imperios coloniales. Las
colonias se vinculan con la idea de grandeza nacional, competitividad y
supervivencia de los más aptos, simbolizan el poderío nacional. El imperialismo se
basa en relaciones de agresión y dominación entre pueblos y estados. En la
modernidad son formas de extensión del poder de unas naciones sobre otras. Se
originan con las revolución industrial  y el naciente capitalismo industrial y
financiero, y puede tomar distintas formas: dominio territorial/político, económico, y
cultural. Sobre los imperios europeos se desarrolla una expansión política y
territorial pero en el marco de los mismos era importante la expansión económica
(como Inglaterra sobre África o sobre América latina) Estos dos tipos de
expansiones irán acompañados de una cultura que legitime el imperialismo: con la
excusa de civilizarlos se crea este tipo de relaciones (etnocentrismo).

A consecuencia del desarrollo capitalista las potencias entraran en rivalidades, no


solo económicamente también política y militarmente. La primera guerra mundial
fue una querrá entre estados nacionales codiciosos, que pretendían enriquecerse
más y más, una guerra de egos: el que ganara demostraría al mundo su poder.

En este clima de competencias Nace entonces un sistema de alianza y se pone en


curso la “paz armada” que rige hasta 1914 cuando empieza la 1º Guerra Mundial.
Alianzas estratégicas, ofensivas/defensivas y de acuerdos económicos. La 3º
Entente, formada por Rusia Gran Bretaña y Francia y la 3º alianza formada por
Alemana, Austria-Hungría e Italia.
Finalmente cuando el 28 de junio de 1914 el archiduque es asesinado, se rebalso
el vaso  y se desencadenaron las declaraciones de guerra. Cuando Servia asesina
al archiduque, Austria-Hungría le declara la guerra a Servia (aliado de Rusia).
Rusia le declara la guerra a Austria-Hungría (aliado de Alemania), Alemania le
declara la guerra a Rusia y a Servia (aliado de Francia), Francia le declara la
guerra a Alemania. Los británicos recién entrarían cuando los alemanes invadieron
Bélgica.

En los inicios del conflicto, nadie esperaba una guerra que se extendería durante
más de cuatro años, se suponía que duraría tan solo 6 meses y duro más de 4
años. Esta guerra de posiciones tomo todas las fuerzas, terrestre, naval y aérea.
No obstante, también participaron los civiles entre los que hubo una guerra de
nervios) y los medios de comunicación que sirvieron para pasarse información
entre los bandos. Se caracterizó por un sistema de trincheras (agujeros en la
tierra). Los ejércitos se atrincheraron a lo largo de cientos y cientos de kilómetros.
Entre trincheras enemigas había una distancia aproximada de entre 10 y 40
metros de tras de cada trincheras había cuatro mas (la de avance, la de
retaguardia, la de dormitorios y abastecimiento de alimentos, y por último la de
abastecimientos bélicos). En el nivel tecnológico, el enfrentamiento entre grandes
potencias industriales hizo que las industrias se pongan al servicio de lo bélico:
invención de nuevas armas, las granadas, los lanzallamas, los tanques, el gas.

La Triple Entente iba perdiendo, Alemania ganaba territorio. Pero ocurrieron dos
hechos fundamentales que definirían la guerra en 1917: la salida de Rusia y la
entrada de EEUU. La participación de estos hizo que cambiaran los resultados. En
Rusia comenzaba la Revolución Bolchevique, tenía que librar su propia guerra, por
lo cual se retira. Por otra parte EEUU, que quería entrar, pero necesitaba una
excusa para ello. La excusa: explotó un barco donde murieron estadounidenses, el
sentimiento nacional había sido herido por lo que el pueblo y el congreso de EEUU
aprobó la entrada en el conflicto mundial.

El abandono de la guerra por parte de la Rusia revolucionaria permitió a Alemania


concentrar todas sus fuerzas en el frente occidental. Sin embargo, la llegada de
las tropas norteamericanas desequilibró definitivamente la balanza en favor de la
Entente. La Guerra terminaría en 1918 con victoria de la Entente (EEUU, Gran
bretaña, Francia e Italia quien había abandonado la 3º alianza y se había unido a
la 3º Entente).

El 18 de enero de 1919, los representantes de los países vencedores se reunieron


en la Conferencia de París, el presidente estadounidense Wilson, el Premier
británico Lloyd George, el primer ministro francés Clemenceau y Orlando, el jefe
del ejecutivo italiano para diseñar los tratados de paz. El más duró fue el Tratado
de Versalles, firmado con Alemania, querían castigarla por causar la guerra
obligándola a firmar el “diktak“, la paz impuesta. El objetivo era arruinar a
Alemania. Incluía en sus puntos devolver todas las posesiones territoriales
tomadas, cerca de 42.000 km2; reducción del ejército, le dejaran solo cien mil
soldados para defender la soberanía alemana; económicamente aparecen las
reparaciones de guerra, como culpable de ocasionar la guerra le confiscan el PBI
por 30 años. Parecería que Alemania quedaría en la pobreza más absoluta. Como
si fuera poco, le imponen cambiar el sistema político: deben cambiar el orden
político la monarquía pasa a ser una republica.

El ser declarada "responsable del conflicto", las pérdidas territoriales y las


enormes reparaciones de guerra a las que se vio obligada fueron las cláusulas
especialmente inaceptables para los alemanes. Este tratado significó el fermento
de lo que después será el nazismo y por lo tanto lo que provocará una nueva
guerra mundial, la segunda, en 1939.  

2-                                     Revolución bolchevique: Antecedentes de 1905 al


gobierno provisional. Revolución de Octubre. Comunismo de guerra y guerra
civil. NET de Lenin y la colectivización de Stalin.

El Imperio Ruso tenía como sistema político una monarquía en manos del zaar
Nicolás II. La sociedad estaba totalmente polarizada: Una pequeña aristocracia,
una mínima clase media compuesta por industriales y campesinos ricos y la gran
mayoría de la población pobres. En este contexto nacerían 3 partidos políticos. El
KDT, que apoyaba una monarquía constitucional a través de un parlamento; el
Socialismo Revolucionario, de signo anarquista por lo tanto no aceptaban ningún
tipo de estado; y el Socialismo Democrático Ruso, que tenia dos corrientes. 1º
Mencheviques grupo minoritario que planteaba un sistema republicano donde el
poder lo tuviese la burguesía 2º Bolcheviques, la mayoría, que creía que el poder
debería ser manejado por el pueblo. Los representantes de esta última corriente
eran Lenin, Trosky y Stalin, quienes se debieron exiliar por disputas políticas.

La revolución Rusa es puntualmente en el año 1917. Pero las cusas de fondo


comienzan mucho antes, en 1905, comienzan las manifestaciones contra el zaar,
el pueblo será apoyado por las fuerzas armadas. Debido a esto el zaar debió
acceder a algunas peticiones. Se crean a través del manifiesto octubrista dos
organismos: La duma: Un consejo asesor compuesto por la elite e intelectuales
Mencheviques. Era la organización más cercana al zaar, por lo tanto era la más
valida; y los Soviet: La célula más importante de la revolución, formado por los
bolcheviques.

En febrero de 1917, se dará lo que se conoció como la "revolución de febrero" que


culminó con la caída de Nicolás II y la formación de un "gobierno provisional", fue
una revolución popular, espontánea y prácticamente pacífica, provocada por las
huelgas, movilizaciones y amotinamientos civiles y militares que se produjeron a
finales de febrero en Petrogrado (capital rusa). El zaar abdica a favor de su
hermano Miguel y este renuncia. Asume el gobierno la Duma con su líder
Kerensky, un gobierno provisional que dirigirá los destinos de Rusia 8 meses.
Durante su mandato el líder menchevique tomó medidas demagógicas en un
intento de ganar apoyo popular que se volverá en contra. Fue una revolución con
una dirección política plural y heterogénea, a cuyo frente se colocaron hombres
como Kerensky y miembros del "gobierno provisional" de significación liberal,
conservadora o socialista moderada, unidos por la idea de establecer en Rusia un
régimen constitucional y democrático. Así, el programa que el "gobierno
provisional" hizo público tras su formación incluía la amnistía para todos los presos
políticos, el reconocimiento de los derechos de expresión, reunión y huelga, la
disolución de la policía zarista y la abolición de todo tipo de privilegio o distinción
en razón de religión o nacionalidad, y anunciaba la convocatoria de una asamblea
constituyente por sufragio universal y elecciones democráticas para la formación
de nuevos consejos municipales. La "revolución de febrero" fue, sin embargo, un
fracaso. En octubre de 1917, tras varios meses de progresiva radicalización del
proceso revolucionario, el partido bolchevique -nacido en 1903 por una disidencia
del Partido Social Demócrata Ruso tomó el poder y "desvió" la revolución hacia la
dictadura y el totalitarismo. El gobierno provisional de Kerensky, fue derribado por
el golpe de estado bolchevique de 25 de octubre de 1917. Dos circunstancias
contribuyeron al rápido agotamiento del gobierno provisional: la continuidad de
Rusia en la guerra, y la situación de vacío de poder. Sin duda, la decisión del
gobierno provisional y luego de Kerensky de continuar en la guerra decepcionó las
expectativas populares, desacreditó al régimen de febrero y contribuyó
decisivamente, por tanto, a impedir la estabilización de la revolución democrática.

Continuar la guerra tuvo muy graves consecuencias políticas. Petrogrado y Moscú


volvieron a ser escenario de manifestaciones y disturbios protagonizados por
trabajadores y soldados tan pronto como el "gobierno provisional" hizo pública (el
12 de marzo) su decisión de continuar la guerra junto a los aliados y cumplir así
todas las obligaciones internacionales contraídas por el régimen caído. La falta de
gobiernos fuertes y decididos, la situación de vacío de poder en que Rusia quedó
desde febrero de 1917 fue, tan determinante como la continuidad en la guerra en
el proceso que llevó al triunfo de los bolcheviques en octubre. Las disposiciones
del "gobierno provisional" -disolución de la policía y de los gobiernos civiles
regionales- dejaron a la revolución de febrero sin el aparato coercitivo esencial a la
gobernación del Estado. El retraso en la convocatoria de elecciones constituyentes
y en la elección de nuevos consejos municipales desmanteló la administración. El
vacío de poder propició la aparición de "soviets", asambleas de obreros y soldados
más o menos espontáneos y más o menos representativos que ejercían de hecho
el poder local. El Soviet de Petrogrado, se constituyó casi al mismo tiempo en que
se formó el "gobierno provisional" y ejerció en todo momento como un poder
alternativo a éste.

Los bolcheviques, y especialmente Lenin, que había regresado del exilio en abril
de 1917 en el tren blindado que le facilitaron los alemanes, entendieron muy bien
la potencialidad revolucionaria de aquella forma de contrapoder popular. Las tesis
de abril en las que Lenin definió la política del partido y que incluían, entre otros
puntos las ideas que la guerra mundial es imperialista, entre las potencias
europeas por lograr un dominio económico de Europa, y Rusia no estaba entre
esas potencias, por lo cual debía salir de la guerra. Por otro lado la actual
revolución burguesa (la de los mencheviques) debe ceder paso a la revolución
proletaria, planteaba la lucha, la guerra entre mencheviques y bolcheviques.
Asimismo el nuevo régimen debe ser una republica de los soviets, plantea un
sistema de gobierno republicano para el cual Rusia todavía no estaba lista. La
creación de empresas colectivas de campesinos y de empresas estatales. Plantea
una economía dirigida donde el estado intervenga. Nacionalización de la banca
Intervención de la soviet en la producción distribución de los ingresos nuevo
nombre al partido (Partido Comunista Ruso)

En esas circunstancias, la dirección del partido bolchevique optó por la


organización de un movimiento insurreccional para la toma del poder que se
consolidó el día 25 de octubre de 1917. Los soviets, inspirados y dirigidos cada
vez más por el Partido Bolchevique, bajo el destacado papel estratégico de Lenin,
y la importante acción organizadora de Trotsky, encabezando el Comité Militar
Revolucionario, tomaron el poder mediante una insurrección popular armada,
arrebatándolo al gobierno provisional dirigido por Kerensky, y disolviendo el
aparato gubernamental del anterior Estado constitucional burgués, junto con sus
instituciones: la gendarmería, las Fuerzas Armadas de Rusia, la propiedad privada
sobre los principales medios de producción y servicios y más tarde la Asamblea
Constituyente. Éstos fueron sustituidos a su vez por el Estado obrero, bajo el
control o dictadura del proletariado y la democracia soviética, el control obrero de
la producción, la redistribución de la tierra a los campesinos, tras la expropiación a
los terratenientes y capitalistas, la Guardia Roja y el Ejército Rojo, organizado éste
y dirigido por Trotsky. Cuando Lenin comienza a gobernar debe ir cumplir sus
promesas. Rusia pasó a ser llamada Republica Socialista Rusa de los Soviets. Se
convocaría a una asamblea para armar la constitución pero como la oposición no
lo permitiría la asamblea se anula y se instala otro tipo de gobierno: La dictadura
del proletariado. Se crea una estructura piramidal de poder: Presidente Lenin.
Secretario general del partido Ruso: Stalin y Presidente del Soviet de Petrogrado y
Comisario de las Fuerzas Armadas: Trosky. Existían además comisariatos que
formaban la base de la pirámide.

Entre 1918 y 1921 Lenin tendrá que sortear más de un problema. Entre ellos La
guerra Civil y El comunismo de guerra.

La Guerra Civil Rusa, estalló en 1918 tras un breve periodo después de la


Revolución de Octubre. Los contendientes eran denominados, por un lado, los
“rojos”, comunistas y revolucionarios, y, por el otro, los “blancos”, fuerzas
contrarrevolucionarias, formado por viejas capas de la población que veían perder
sus privilegios o posición social, o se veían beneficiados por el anterior sistema,
asimismo los blancos recibían el apoyo de potencias extranjeras tales como el
Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón, Polonia ó Turquía, que
intervinieron activamente en la contienda mediante el envío de material, recursos,
aparato logístico ó numerosos contingentes de tropas. Esta guerra civil duro cerca
de 4 años durante el trascurso de la misma sera asesinada toda la familia real. Los
mencheviques querían el poder mientras que a los aliados no les hacia gracia la
idea que el comunismo se progpague haba detenerlos. Pero finalmente en 1922
triunfa el ejército rojo.

El comunismo de guerra fue aplicar sus tesis, que sobre todo las economicas no
funcionarian. La reforma agraria, donde confiscaron las tierra a campesinos ricos y
haria una repartición entre los pobre. El problema estuvo en que estos ultimos no
sabían como trabajar sino era obedeciendo ordeners, provoco esto una hambruna
generalizada que provocara mas de 5 millones de muertes en Rusia. Lennin debia
recomponer la situación con una nueva politica economica, la NET. Devolvio todas
las tierras expropiadas, permitio la comercializacion directa sin la intervención del
estado, permitio las inversiones y demas medidas semicapitalistas. Por estas
razones lo tildan de traidos los Bolcheviches mas ortodoxos. En 1923 Intentara
propagar la ideología a regiones aledañas. Y conformara la union de la republica
socialista sovietica (URSS) . En 1925 Lennin muere y comienza la lucha entre
Stalin (buscacaba consolidar el comunismo primero en Rusia y luego extenderse)
y Trsky (extender la revolucion y el comunismo para asi fortalecerse)  por tomar el
poder, enfrentamiento que duraria cinco años.

Finalmente en 1929 comienza a gobernar Stalin, y lo deja en 1953 cuando muere.


Va a realizar los planes quinquenales (proyectos economicos que durarian cinco
años. Entre los que se incluian. La colectivizacion del campo, industrias que
mecanicen el campo, quimica y siderurgica, transporte y comunicación y
amamentistica. La colectivizacion del campo fue especial. Vuelve la expropiación
de los campos . Se dividio en dos partes. 1º Koljos. Granjas cooperativas, les
daban la tierra a los campesinos y eran ellos los que corrian el riesgo: si les iba
bien repartian las ganancias entre ellos en partes iguales, si les iba mal no
tendrian nada. Pero el estado no se entrometería ni se haria cargo.  2º Sobjos.
Eran las tierras del estado, ganancias del estado y los que trabajasen alli eran
empleados del estado

Este plan fue un éxito economico, tan asi que en los años 30 no fuerieron la crisis
mundial en rusia.

3-                                     Los dorados 20: Características. Crisis del 29 y New


Deal
 

La Primera Guerra Mundial había favorecido a los Estados Unidos de una manera
espectacular, económicamente era la mayor potencia mundial, convirtiéndolo en el
principal proveedor de materias primas y productos alimenticios e industriales.
También era el principal acreedor del mundo, y su influencia en Europa era
fundamental.

La guerra había traído también un importante crecimiento industrial que se calcula


en un 15%, siendo los sectores más favorecidos aquellos relacionados con la
industria bélica. La agricultura también se había beneficiado y las necesidades
europeas de comerciar, convirtieron a la flota americana en la segunda marina
mercante del mundo.

La prosperidad y el crecimiento que se inició en los primeros años de la década de


1920 fueron mucho más profundos y estables en los Estados Unidos. En esta
época se consolidaron sectores industriales nuevos como la industria eléctrica, la
química y la petroquímica, la aeronáutica, la automotriz, el cine y la radiofonía.

Como consecuencia de este desarrollo industrial sin precedentes, el sistema


energético se renovó, sobre todo a partir del incremento del consumo de
petróleo y electricidad. La industria se hizo más eficiente al incorporarse el
Taylorismo y el Fordismo como nuevas modalidades de producir y organizar
el trabajo, y la producción en serie se impuso. También se desarrollaron
nuevas actividades relacionadas indirectamente con las nuevas industrias,
como la construcción de carreteras, de aeropuertos, de viviendas de fin de
semana, etc.

La agricultura, por el contrario, no vivió un crecimiento similar, pues los precios


agrícolas se mantuvieron por debajo de los precios industriales, generando un
desequilibrio desfavorable al sector primario. Ante esto, muchos campesinos
vendieron sus tierras por debajo del valor real y se fueron a las ciudades.

La sociedad de esta epoca sufrio cambios trasedentales. El dinero se utilizo para


muchas cosas, se dio en EE.UU una fiebre consumista, producto de diversos
factores. En primer lugar las fabricas comenzaron a producir mucho mas. Por otra
parte, la tecnología que hasta ese momento había estado al servicio de la guerra y
el transporte, se pone al servicio de la mecanización del hogar para ayudar a la
mujer. La mujer ocupaba un puesto de mínima trascendencia (obreras amas de
casa) la guerra mundial hizo que entraran al mundo con mucha importancia, la
vida del hogar se transformo, ahora no tenian tiempo. Se comenzaron a fabricar
electrodomesticos, departamentos, muebles. La idea era más comodidad en
menos espacio. Asimismo la mujer debia ser vestida.

Por otra parte los jóvenes se plantean vivir y disfrutar del momento ante la
expectativa de una nueva guerra. Estaban en contra del sistema americano de la
moralidad la iglesia y y del deber ser que imponía el estado se produjo un choque
generazional 

Asimismo, hubo dos procesos que estallaron en esta epoca. El racismo y la ley
seca. La ley seca fue una enmienda 18 a la constitución. Determino la prohibición
de producir distribuir y vender alcohol se creia que era la razon que volvía loca a la
gente. Pero al comenzar a fabricarse clandestinamente esta ley duro muy poco.
Luego el rascismo comenzo a nacer en el alma del norteamericano, asi como la
superioridad. El estilo de vida americano fue defendido, la idea era sacar a todo el
que molestaba (extranjeros negros etc) La xenofobia y el racismo se manifesto en
una institución el kkk, organización que constaba de la afiliación de un millon de
estadounidenses entre ellos hombres ricos de la iglesia profesionales blanco y
poderosos. La masificacion del kkk daba mas poder que individualemtene.
Mediante rituales y ceremonias, amataban a los “no norteamericanos”, quemaban
sus casas, sus iglesias. Esta organización cae, hasta que los negros comienzan a
reclamar sus derechos en la decada de los 60

Sin embargo, la prosperidad indefinida y el optimismo se extendían por todas


partes. Eran los años dorados del consumismo y de la exaltación
nacionalista. Se creía alcanzada la meta de ser una sociedad opulenta.

El clima de confianza se tradujo en la compra de acciones de las empresas


industriales por parte de un gran número de la población, siendo la Bolsa de
Nueva York el centro de la economía mundial, a dónde llegaban capitales de todos
los puntos del planeta.

A pesar de esto, como la economía mundial estaba en desequilibrio con respecto


a los Estados Unidos, no se pudo generar una demanda suficiente que pudiese
sustentar la expansión industrial. Esto dio lugar a que ya en 1925, se comenzase a
acumular stock de diversos productos, dando lugar a la caída de los precios, al
desempleo y a la pérdida de la capacidad adquisitiva de la población.
Hacia fines de la década, la compra de acciones de manera desenfrenada creció
en un 90%. La especulación financiera hacía ganar dinero rápidamente, siendo el
valor de las acciones ficticios, ya que estaban por encima de su valor real. (La
gente sacaba créditos en los bancos y ponía ese mismo dinero en la bolsa, a un
interés más alto de lo que pagaba)

A medida que la prosperidad aumentaba, los empresarios buscaron nuevas


negocios para invertir sus ganancias. Prestaban dinero a Alemania y a otros
países e instalaban sus industrias en el extranjero (la Argentina y Brasil, entre
otros). También invertían en maquinarias que permitían aumentar la producción.
Desde que advirtieron que tendrían dificultades para vender tanta mercadería,
comenzaron a invertir en bienes de lujo, como joyas o yates, y en negocios
especulativos. La compra de acciones en la bolsa se fue transformando en uno los
más rentables. Muchas veces, para comprar acciones, los empresarios pedían
créditos a los bancos. Debido a que la ganancia de las acciones podía llegar a un
50% anual y el interés que debían pagar por los créditos bancarios era del 12%,
los beneficios que obtenían eran enormes.  A fines de la década, la prosperidad,
que antes estaba basada en el desarrollo industrial, pasó a depender de la
especulación.

En 1928, algunos síntomas hacían prever que la economía estaba en peligro. Los
ingresos de la población no habían subido tanto como para que el consumo
siguiera creciendo. Los almacenes estaban llenos de mercaderías que no podían
ser vendidas y muchas fábricas comenzaron a despedir a sus trabajadores. Sin
embargo, en la bolsa seguía la fiesta especulativa. Los precios que se vendían las
acciones no reflejaban la situación económica real de las empresas. Aunque el
crecimiento de muchas de ellas se había detenido, sus acciones seguían subiendo
porque había una gran demanda de los especuladores. Nadie pudo o quiso darse
cuenta de la gravedad de la situación. Cuando en octubre de 1929 la Bolsa de
Nueva York quebró, la crisis fue inevitable y se extendió al sistema bancario, a la
industria, el comercio y al agro estadounidenses. Sus consecuencias se sintieron
también en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra Mundial.

El jueves 24 de octubre de 1929, se produjo el crash de la bolsa de Wall Street.


Más de 13.000.000 de títulos que cotizaban en baja no encontraron compradores
y ocasionaron la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales, habían
comprado las acciones con créditos que ya no podrían pagar.
Esto llevó a que la gente entrara en pánico, y quienes poseían dinero en cuentas
bancarias corrieron a retirarlo. Los bancos no eran capaces de hacer frente a tal
magnitud de reintegros, y además, como en los Estados Unidos se había tratado
de hacer frente al descenso de la demanda con una expansión del crédito a los
ciudadanos comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables. Ante esto,
se negaron a dar nuevos créditos y a refinanciar las deudas existentes, pero sin
embargo, aproximadamente 600 bancos americanos quebraron.

A partir de ese momento se inició un período de contracción económica mundial,


conocido como la "GRAN DEPRESIÓN".

Extensión de la crisis: Las conexiones existentes en la economía internacional,


pero sobre todo la dependencia que de los Estados Unidos tenía la economía
europea, hicieron que la Gran Depresión, se extendiera por todo el mundo.

La caída de los precios en América afectó a las industrias de otras partes del
mundo que tenían precios superiores a los estadounidenses y que al no poder
competir, vieron drásticamente reducidas sus exportaciones. Al mismo tiempo, la
disminución de la demanda norteamericana, (y por ende, de sus importaciones),
frenó las exportaciones de muchos países, con lo que disminuyó el comercio
mundial.

Los Estados Unidos también trataron de repatriar capitales que habían invertido en
diferentes países. Esto tuvo una especial repercusión en Alemania, que tenía
cuantiosos créditos tomados a Norteamérica, pues ese país había sido
prácticamente obligado a endeudarse para hacer frente a las reparaciones de
guerra estipuladas en el Tratado de Versalles, las que debían ser pagadas en
efectivo. La crisis afectó también a Austria, Gran Bretaña, Francia, América Latina,
el Sudeste Asiático, Australia, y muchos más, ya que salvo en la Unión Soviética,
sus consecuencias repercutieron de una u otra manera en todo el planeta.

La crisis había llevado a replantear el rol del Estado en la economía de una


nación. En marzo de 1933 asumió como presidente de los Estados Unidos,
Franklin Roosevelt, quien se fijó como principal objetivo reconstruir la economía de
su país. Para esto desarrolló un plan conocido como "New Deal", que consistía en
la regulación de la economía favoreciendo las inversiones, el crédito y el consumo,
lo que permitiría reducir el desempleo. El gasto público debía orientarse a la
seguridad social y a la educación.
El modelo estaba inspirado en las ideas del economista Keynes quien sostenía los
principios del liberalismo clásico, pero proponía la intervención del Estado en
aquellos casos en que se viera perjudicado. Creía que una redistribución de los
ingresos y el aumento de la tasa de empleo, reactivaría la economía. Nació así la
teoría keynesiana.

Las medidas adoptadas por Roosevelt fueron: Vacaciones bancarias: llos bancos
debian cerrar una semana y crear proyectos que ofrezcan seguridad y tranquilidad
para que la población vuelva a depositar dinero 2 ley de ajuste agrícola (AAA) el
grano debia escacear para que los precios subieran (a mayor demanda y menos
oferta los precios suben  el hombre de campo ebia tener solo ¼ de sus tierras
produciendo, otroo ¼ para el ganado, otro ¼ en berbecho (descanso) y ell otro ¼
quemarlo. 3 obras publicas: se crean dos instituciones WPA: administración de
obras publicas y TVA autoridad en el valle de tenesy. 4º Nira: afectaba a los
industriales: los empresarios debian incorporar trabajadores y rebajar el sueldo a
los que estaban empleados. Con la ayuda del sindicalismo los obreros aceptaron.
5ley de seguro social: para los jóvenes de 25 a 30 años es un seguro de
desempleo, se les dio un sueldo basico que se renueva cada tres meses, pero se
debe demostrar que el sujeto trato de conseguir trabajo 6 cuerpo de conservación
civil (CCC) para jóvenes de 18 a 25 años, una especie de planes trabajar, debian
conservar la via publica.

Este plan estuvo desde el 32 hasta el 37. En 5 años eeuu se recupero. Y ya para
el 40 se convierte en una potencia.

4-                                     Fascismo: características del fascismo y gobierno de


Mussolini.

Tras acabar en Europa la I Guerra Mundial la economía, que se había orientado


exclusivamente hacia la producción de armamento, debe reorientarse hacia la
producción habitual y la esa reconversión en industria productiva es traumática ya
que exige el cierre de muchas fábricas y el despido de obreros, esto generará
malestar social y reactivará la lucha obrera.

Ante el descontento generalizado y el miedo a que triunfe una revolución obrera


no tardarán en aparecer asociaciones políticas de extrema derecha que combaten
los movimientos obreros: en 1919 aparecen los fasci di combatimento el embrión
del Partido Fascista italiano, y en 1920 el Partido Nacional Socialista alemán, más
conocido como Partido Nazi.

Por si fuera poco la crisis financiera de 1929 hace que se regrese a la crisis
económica tras unos años relativamente buenos, la crisis incidirá con fuerza en los
países europeos, y, sobre todo, en Alemania. Alemania encuentra su economía
hipotecada ya que tiene que seguir pagando las altas indemnizaciones de guerra;
la extensión del paro y la violencia social hace que muchos se decanten por el
Partido Nazi que promete paz, orden y trabajo, autarquía y militarismo para acabar
con la humillación de la derrota en la I Guerra Mundial.

La paz no contenta a todos. En el caso alemán se ha producido una gran


humillación y la aplicación del Tratado de Versalles deja al país moralmente
hundido. Por si fuera poco los franceses, al no poder pagar parte de la
indemnización de guerra Alemania, llegan a ocupar la cuenca del Ruhr, una rica
zona carbonífera, para cobrarse la deuda, esto supone herir todavía más el orgullo
alemán y que el deseo de revancha contra los franceses esté latente en gran parte
del pueblo alemán, de ese deseo se alimentará el Partido Nazi.

En Italia, aunque se sitúa en el bando de los vencedores, la paz es una victoria


mutilada. Las pérdidas materiales y humanas (un millón de víctimas) no son
recompensadas con una generosa entrega de territorios, solamente recibe
pequeñas compensaciones territoriales: el Trentino al norte, Istria y el puerto de
Trieste en el Adriático y las islas del Dodecaneso en el Egeo, pero no toda la costa
de Dalmacia que le habían prometido los aliados en el Tratado de Londres de
1915. El país se encuentra engañado y humillado por los grandes, este
sentimiento será capitalizado por D´Anunzio para conquistar Fiume en Yugoslavia,
aunque tuvo que ser devuelto posteriormente.

Los principios ideológicos del fascismo. Antes de nada hemos de decir que desde
el punto de vista ideológico no encontramos un movimientos coherente y
articulado sino un conglomerado de ideas a veces contradictorias que serían
expuestas de manera anárquica por sus líderes. En 1924 Hitler escribe la primera
parte de Mein Kampf (Mi Lucha) y la segunda parte entre 1925 y 1927, en esta
obra presenta una cierta organización de sus ideas, que son expuestas de una
manera más sistemática que las
del fascismo italiano. La doctrina del fascismo italiano aparece formulada de
manera improvisada, y, a veces contradictoria, por Mussolini ya entre 1932 y 1934
y en algunos casos parece conciliar el agua y el fuego.

1. Un Estado totalitario. Los regímenes totalitarios van a dar más importancia al


Estado que a la nación, ya que consideran que el Estado es la expresión del
sentimiento de la nación. El Estado debe ser todopoderoso y controlar todos los
aspectos de la vida, y el individuo debe estar sometido y subordinado a las
directrices del Estado. Se da, por tanto, más importancia a la colectividad,
encarnada por el Estado, que a los derechos del individuo que dejan de tener
importancia frente a los del colectivo. El Estado totalitario, al recibir todos los
poderes, puede actuar libremente para eliminar a la oposición y a los disidentes y
para encuadrar a los ciudadanos en organizaciones corporativas o profesionales
sometidas a ese Estado. El Estado también fomenta el militarismo y la disciplina
en las distintas organizaciones en las que encuadra a sus ciudadanos.

En el caso alemán se propondrá además la supremacía de la raza aria sobre


todas las demás a las que considera inferiores, en especial a la judía.

2. El papel del líder y el culto a la personalidad. Al frente del Estado se encuentra


un líder carismático que encarna al partido único y a la nación. A ese líder se le
rinde un culto casi religioso y la propaganda se encarga de que su fotografía esté
por todos los rincones del país y presida los actos más importantes, tanto públicos
como privados. A veces se le representa como el salvador de la patria humillada y
otras como el padre de la nación. Ese culto a la personalidad del líder va a ser
obsesivo, incluso a la hora de saludar se saluda con el nombre del líder. Un hecho
importante es que por primera vez se utilizan los medios de comunicación de
masas para extender las ideas y la “adoración” del líder. La aparición ante sus
seguidores del führer en Alemania o del duce en Italia será estudiada al detalle,
desde la hora a la que se produce hasta la estética teatral que reviste su
actuación. A los ciudadanos y militantes se les exigirá una fe ciega en su caudillo.

3. El odio a la democracia. En un régimen de fuerza, lógicamente, la democracia


está proscrita. Se la considera el peor de los males, entre otras cosas porque al
confrontarse libremente las ideas se produce la división de la nación y se enfrenta
la sociedad. Por ello hay que acabar con la democracia y todo lo que huela a
democracia: libertades individuales (reunión, expresión...), elecciones,
pluripartidismo... En ese sentido se llega a un régimen de partido único que
controla todos los resortes del Estado. Un hecho fundamental es que se predica la
desigualdad entre los hombres, se subraya que siempre hay superiores e
inferiores. En ese orden de cosas se contraponen el hombre a la mujer (la mujer
es inferior y, según Hitler, su papel se reduce a las tres K: kinder, kirche y küche o
niños, iglesia y cocina), militar a civil, miembro del partido al que no lo es... de la
misma forma se predica el racismo y la supremacía de la raza aria en el caso
alemán. Las élites o minorías elegidas tendrán una gran importancia, serán los
llamados a gobernar, lejos queda la masa que la única función que tiene es
obedecer.

A pesar del odio a la democracia podemos decir que Hitler llegó al poder en 1933
dentro del sistema democrático.

4. Odio hacia los movimientos obreros. Van a ser unos enemigos declarados de
comunistas y socialistas y a ellos les van a declarar una guerra sin cuartel, los
primeros actos de estos partidos son reventar huelgas y matar a líderes obreros,
este hecho hace que se ganen el apoyo de patronos y burgueses en general.
Frente al internacionalismo obrero (comunismo/socialismo) ellos crean un
socialismo de carácter nacional, es una pirueta mental y un invento demagógico
para pretender ver que también ellos defienden al obrero. Para atraer a los
obreros hacen alguna declaración anticapitalista y promesas como acabar con el
paro, promesa que cumplirán en parte desarrollando la industria de guerra. En lo
económico son partidarios de la autarquía de la no dependencia del exterior, de
que cada país se baste por sí mismo.

5. Un nacionalismo exacerbado. Todos los aspectos de la vida están inspirados


por este espíritu ultra nacionalista que hunde sus raíces en el nacionalismo
extremista del siglo XIX. La exaltación de la patria y su grandeza les lleva a
desembocar en un fuerte imperialismo que reclama territorios considerados como
propios: Alemania hablará de un espacio vital en el que colocar sus excedentes de
población, Italia intentará imitar la grandeza del Imperio Romano. A la larga este
expansionismo agresivo desembocará en la II Guerra Mundial.

6. Desde el punto de vista intelectual. Se caracterizan por un ataque frontal a todo


aquello que signifique cultura, intelectualidad o racionalismo. Frente al
racionalismo imponen el instinto y la fuerza como principios. Será frecuente la
purga de páginas en los libros de Historia, la quema de libros considerados en
general como peligrosos... La intolerancia frente a los contrarios y el dogmatismo
en la exposición de sus principios serán una constante.

Los grupos sociales que apoyarán estos movimientos serán muy heterogéneos y
variarán según la etapa. En general podemos ver a: 1. Excombatientes, son
gentes desclasadas que una vez que ha terminado la guerra no se adaptan a la
vida pacífica y van a ingresar en las organizaciones paramilitares fascistas (fasci di
combatimento, S.A., S.S...) 2. Jóvenes nacionalistas, dentro de la juventud
encontrarán a muchos descontentos frustrados por los resultados de la Guerra y
decepcionados con las democracias. Su carácter violento y belicoso será
encauzado por estas organizaciones para actuar de forma violenta contra
manifestaciones obreras, contra el gobierno... 3. Clases medias amenazadas por
la crisis económica, ven en las promesas de estos movimientos un futuro
prometedor. 4. Parados, serán atraídos por los movimientos fascistas ante la
promesa de puestos de trabajo, promesa que, van a cumplir en gran medida. 5. El
apoyo del gran capital será muy importante para financiar estos movimientos,
muchos patronos ven en ellos un gran apoyo contra el peligro de revolución
comunista y no tendrán reparos en subvencionar todo tipo de actividades
fascistas. Junto a estos se encuentran también los grandes terratenientes que
sufren la misma amenaza por parte de los campesinos entre los que se extiende la
propaganda anarquista. 6. El papel de la burocracia y el ejército será importante
en el triunfo de estos movimientos, su tolerancia primero y su colaboración
después les darán un gran apoyo.

El fascismo italiano fue, como el comunismo ruso, resultado a la vez de la I Guerra


Mundial y del propio contexto histórico nacional. Este último había visto, de una
parte, la cristalización desde la década de 1910 de un nuevo nacionalismo italiano
- -, un nacionalismo autoritario y antiliberal que aspiraba a la creación de un nuevo
orden político basado en un Estado fuerte y en la afirmación de la idea de nación;
y de otra parte, el descrédito político del régimen liberal.

Las consecuencias de la I Guerra Mundial fueron igualmente decisivas. Primero, la


guerra creó un clima de intensa exaltación nacionalista, reforzado en la posguerra
por la decepción que en Italia produjo el tratado de Versalles -una mutilación
inaceptable de las reivindicaciones irredentistas. La guerra provocó, en segundo
lugar, una grave crisis económica -gigantesco endeudamiento del Estado,
inflación, desempleo, inestabilidad monetaria- y una amplia agitación laboral. En
tercer lugar, la guerra rompió el viejo equilibrio político de la Italia liberal.
Nació oficialmente el 23 de marzo de 1919, en la asamblea que, convocada por
Benito Mussolini (1883-1945), se celebró en un local de la plaza San Sepolcro de
Milán. Se crearon allí los "Fascios italianos de combate" ("fasci italiani di
combattimento"), un heterogéneo movimiento en el que confluían hombres
vinculados a asociaciones de ex-combatientes al sindicalismo revolucionario y al
futurismo, con la idea de formar una organización nacional que, al margen del
ámbito constitucional, defendiese los valores e ideales nacionalistas de los
combatientes.

Falto, pues, de un verdadero cuerpo doctrinal, el fascismo se definió, en principio,


por su negatividad y, ante todo, por el recurso sistemático a la agitación y a la
violencia callejera, y a un estilo para-militar de actuación -marchas, banderas, uso
de uniformes y camisas negras, exaltación del líder, adopción del saludo romano,
eslóganes y gritos rituales-, como forma de acción política y de movilización de
efectivos y masas. Fue, así, un movimiento anti-liberal, anti-democrático y anti-
parlamentario, autoritario, ultranacionalista y violento, que usó una oratoria
confusa y oportunistamente revolucionaria, que combinó hábilmente la
exacerbación patriótica, el anticomunismo y el populismo sindicalista y anti-
capitalista.

El fascismo italiano fue el resultado de una situación excepcional y única: nació


como respuesta a los problemas que la I Guerra Mundial y la posguerra crearon
en Italia. Su elite dirigente la formaron ex-combatientes, antiguos sindicalistas
revolucionarios y medianías intelectuales, esto es, pequeño burgueses, pero sobre
todo inadaptados y desarraigados. Su base social la integraban elementos de
todas las clases sociales, pero preferentemente de la pequeña burguesía urbana y
rural y con un alto componente de jóvenes.

El ascenso del fascismo a partir de 1920 se debió a su capacidad para postularse


como única solución nueva y fuerte ante la crisis política y social que Italia vivía
desde el final de la guerra y para afirmarse como alternativa de orden a un
régimen liberal y parlamentario desacreditado y en decadencia, ante la amenaza
de revolución social que pareció cernirse sobre el país.

Benito Mussolini, cuyo gobierno fue ratificado por el Parlamento, tardó aún en
crear un régimen verdaderamente fascista. Ello se debió, primero, a que el
fascismo carecía de ideas y programas claros, coherentes y bien estructurados; y
segundo, a que su llegada al poder había exigido evidentes compromisos
políticos. La "primera etapa" de gobierno fascista, de octubre de 1922 a enero de
1925, fue así una "etapa de transición", en la que la vida pública (Parlamento,
partidos, sindicatos, prensa) siguió funcionando bajo una cierta apariencia de
normalidad constitucional. Mussolini siguió en ese tiempo una política económica
liberal o por lo menos, no intervencionista y definida por la voluntad de favorecer el
libre juego de la iniciativa privada, lo que en la práctica significó privatizaciones
(teléfonos, seguros), incentivos fiscales a la inversión (los impuestos sobre los
beneficios de guerra fueron reducidos), drásticas reducciones de los gastos del
Estado (por ejemplo, los militares) y estímulos a las exportaciones.

Con todo, Mussolini tomó antes de 1925 iniciativas políticas significativas. En


diciembre de 1922, creó el Gran Consejo Fascista, como órgano consultivo
paralelo al Parlamento. En enero de 1923, procedió a legalizar la Milicia fascista
-creada en el congreso del partido de 1921-, verdadero ejército del partido
(uniformado y jerarquizado), colocándola bajo el control del citado Gran Consejo y
encargándole la defensa del Estado, lo que le convertía de hecho en un ejército
paralelo (y en efecto, unidades de la Milicia, que tendría oficiales propios y que
llegaría a los 800.000 hombres en 1939 combatirían en Etiopía, en España y en la
II Guerra Mundial). Mussolini, por tanto, daba pasos hacia la fascistización de las
instituciones, el control del Parlamento y el partido único.

El giro definitivo hacia la dictadura y la creación de un sistema totalitario vino


inmediatamente después. La oposición se retiró del Parlamento, como forma de
presionar al Rey. Desde 1925, Mussolini y sus colaboradores procedieron a la
creación de un régimen verdaderamente fascista, esto es, de una dictadura
totalitaria del partido. "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el
Estado": el mismo Mussolini resumiría así la significación de la nueva y definitiva
etapa de su régimen. El Estado encarnaba la colectividad nacional. Su soberanía y
su unidad frente a partidos, Parlamento, sindicatos e instituciones privadas
resultaban imprescriptibles.

El régimen fascista italiano se concretó, como ha quedado dicho, primero, en una


dictadura fundada en la concentración del poder en el líder máximo del partido y
de la Nación, en la eliminación violenta y represiva de la oposición y en la
supresión de todas las libertades políticas fundamentales; segundo, en una amplia
obra de encuadramiento e indoctrinación de la sociedad a través de la
propaganda, de la acción cultural, de las movilizaciones ritualizadas de la
población y de la integración de ésta en organismos estatales creados a aquel
efecto; tercero, en una política económica y social basada en el decidido
intervencionismo del Estado en la actividad económica, en una política social
protectora y asistencial y en la integración de empresarios y trabajadores en
organismos unitarios (corporaciones) controlados por el Estado; cuarto, en una
política exterior ultra-nacionalista y agresiva, encaminada a afianzar el prestigio
internacional de Italia y a reforzar su posición imperial

El 25 de octubre de 1936, Hitler y Mussolini proclamaron la creación del "Eje


Berlín-Roma". Italia quedó desde ese momento dentro de la órbita de Alemania.
Pronto se vería, además, que la suya era una posición de subordinación y
dependencia. El resultado último de todo ello fue la entrada de Italia en la II Guerra
Mundial. Esa decisión fue la tumba del fascismo. Tras tres años de derrotas
ininterrumpidas, Mussolini fue cesado por el Gran Consejo Fascista en julio de
1943 y arrestado. Liberado por un comando alemán y puesto por los alemanes al
frente de una República fascista del norte de Italia, Mussolini, que en 1932 había
dicho a Ludwig que terminaría por ser el hombre más grande del siglo, acabó sus
días a finales de abril de 1945, tras ser ejecutado por partisanos italianos, colgado
por los pies, junto a su última amante y a otros quince jerarcas fascistas, del techo
de un garaje en una plaza de Milán.

El diseño económico fascista se completó con grandes inversiones públicas en


obras de infraestructura y con la creación de un gran sector público tras la
constitución en 1933 del IRI (Instituto para la Reconstrucción Italiana), que hizo del
Estado en muy pocos años el principal inversor industrial. Las inversiones se
concentraron en la construcción de pantanos -elemento sustancial para la
electrificación del país y para la renovación de la agricultura- y en el trazado de
autovías. Milán y Turín, Florencia y el mar, Roma y la costa, quedaron unidos por
grandes autopistas, únicas en Europa. El fascismo electrificó la red ferroviaria
prácticamente en su totalidad. La producción italiana de energía eléctrica,
dominada por la empresa Edison, pasó de 4,54 millones de kilovatios-hora en
1924 a 15,5 millones en 1939 (cinco veces más, por ejemplo, que la de España).
La producción de acero, a favor de las grandes obras del Estado y del
proteccionismo arancelario, subió de 1 millón de toneladas en 1923 a 2,2 millones
en 1939.

El régimen fascista hizo del IRI la pieza fundamental del Estado corporativo y lo
presentó como uno de los grandes logros de la dictadura. Lo que el IRI hizo fue
nacionalizar, mediante la compra de acciones, muchas de las grandes empresas
industriales y proceder luego, merced a la intervención del Estado, a
modernizarlas y hacerlas eficaces y competitivas. En 1939, el IRI controlaba tres
de las grandes siderurgias del país -entre ellas, los altos hornos de Terni-, algunos
de los mejores astilleros (como los Arnaldo), la telefónica, la distribución de la
gasolina -para lo que se creó la AGIP, Agencia Italiana de Petróleos, con grandes
refinerías en Bari y Livorno-, las principales empresas de electricidad, las más
importantes líneas marítimas -cuya flota se renovó con barcos de gran lujo como
el Rex- y las incipientes líneas aéreas.

El Estado controlaba así los centros neurálgicos de la economía nacional. Italia


parecía a punto de conseguir un altísimo grado de independencia económica, uno
de los viejos sueños del nacionalismo italiano que el fascismo veía, además, como
condición esencial para la realización de la política internacional imperial y de
prestigio que ambicionaba para su país (y a lo que se encaminaba la política de
construcción de armamentos y material de guerra impulsada por el gobierno).

En Italia existía había una monarquía parlamentaria, el rey era Víctor Manuel III y
el primer ministro era el Socialista Facta. Los tres partidos que existían era el
partido socialista Italiano, el partido comunista italianos y el partido popular. Todo
el pueblo italiano estaba en una situación critica. Al terminar la Guerra Mundial
Italia se encuentra en una situación económica crítica. Cierran las fábricas de
armas, suben los precios, el Estado se halla endeudado con Estados Unidos e
Inglaterra, por empréstitos. Paro, hambre, huelgas, delinean la coyuntura difícil.
Tropas de obreros efectúan expediciones a tiendas de comestibles. En las
elecciones de 1919 consiguen mayoría los socialistas.

Cuando aparece Mussolini creará el partido fascista, tendrá como objetivo hacer
de Italia nuevamente el “Reconstruir Imperio Romano”. En el año 1922 Mussolini
anuncia la “Marcha sobre Roma”. Los acontecimientos se precipitaron. Miles de
camisas negras se reúnen en Nápoles; unos días después ocupan los edificios
públicos de la Italia central y los centros de comunicaciones del Norte. El gobierno
quiso proclamar el estado de excepción el 28 de octubre, pero el rey se negó a
firmar el decreto, para evitar derramamiento de sangre. Dimite el gabinete y el rey
pide a Mussolini que forme gobierno, el 30 de octubre. Victor Manuel II nombrara a
Mussolini conductor de Italia, este de autoproclamara Il Duche. El parlamente le
aprueba una ley de amplios poderes y de esta forma legalizan la dictadura y se
comenzaran a perseguir y ejecutar a comunistas y socialistas.
Mussolini va a demostrar una astucia extraordinaria para hacer evolucionar el
sistema parlamentario italiano hacia un modelo de dictadura personal. La práctica
constitucional exigía el voto favorable de la Cámara, pero constituyendo los
fascistas una minoría de una treintena de diputados, resultaba imprescindible el
apoyo de la derecha. En conjunto se pueden distinguir dos fases en el proceso de
sustitución de las estructuras democráticas; hasta enero de 1925 se cubre una
etapa de dictadura solapada, desde esta fecha, de dictadura abierta.

El primer paso es la consecución de la ley de plenos poderes, a la que solamente


se oponen socialistas y comunistas. Dotado de atribuciones que ningún jefe de
gobierno anterior había tenido, mientras se recrudecen las violencias de las
bandas fascistas Mussolini se consagra a la creación de órganos paralelos a los
del Estado, como el Gran Consejo del Fascismo, que puede tomar decisiones
políticas y reduce al gobierno a un simple papel administrativo; de manera similar
la Milicia para la seguridad del Estado suplanta a la Guardia Real —disuelta en
enero de 1923—, y los comisarios políticos (“prefectos volantes”), reclutados entre
los “ras”, restan toda autoridad a los prefectos provinciales. En un año Mussolini
dispone de un Estado fascista paralelo. Aunque populares y liberales se apartan
recelosos y sus periódicos comienzan a criticar a Mussolini, votan muchos de sus
diputados la nueva ley electoral —ley Acerbo—, que prevé una sobre
representación de la lista más votada (los 2/3 de asientos de la Cámara). Se trata
de un suicidio parlamentario, solamente explicable por la capacidad de convicción
del líder fascista, que ofrece a algunos partidos presentarse con una lista conjunta.

En las elecciones de 1924 los fascistas obtienen cinco de los siete millones de
votos, pero la resistencia antifascista aumenta por las irregularidades del proceso
electoral.

Mussolini lo tenía todo contra él; la Iglesia y el partido populista de Dom Sturzo, los
liberales, los socialistas, la corte, la diplomacia, los universitarios. Intentan
persuadir al rey para que despida al dictador; pero el monarca teme el regreso a la
anarquía anterior, sólo para poder contemplar después otro tipo anarquía.

Con toda la autoridad del Estado y del partido en un solo hombre, el Duce, se
declara la ilegalidad de los restantes partidos políticos y la obligatoriedad de su
programa para todos los funcionarios del Estado. La educación se somete a un
control riguroso. Se organizan numerosas manifestaciones para demostrar la
adhesión de las masas al Duce, en torno al cual se suscita un culto desmedido; se
le canta como estadista genial, como la encarnación heroica de la nación. Su
palacio de la plaza Venecia se convierte en su cuartel general; de su despacho
salen nombramientos, ceses, condenas; algunos funcionarios se suicidan al ser
convocados.

Durante la gestion del gobierno, económicamente, el fascismo apoya a la empresa


privada pero con una intervención estatal.

El corporativismo se inspira en los gremios o corporaciones medievales, en los


que, se afirmaba, se habían armonizado los intereses de patronos y trabajadores.
De la misma manera el Estado corporativo suprimiría la lucha de clases,
constituyendo al Estado en árbitro de las disputas dentro de unas instituciones
comunes. El Estado se reserva la última disposición.

5-                                     Nazismo: República de Weimar. Ascenso de Hitler al


poder. Doctrina Nazi y gobierno de Hitler.

La vida política y económica alemana se vio gravemente afectada a causa de las


condiciones que imponía el Tratado de Versalles: Reducción del ejercito y del
territorio, reparaciones de guerra y la imposición de un nuevo sistema político: la
república. Causa de ello, nacieron nuevas fuerzas políticas: El Zentrum Católico,
Partido Obrero Nacional Socialista Alemán (PONSA) y el Partido Social
Demócrata (que tenia dos corrientes una moderados y otra de independientes) y el
Partido Comunista Alemán. La república de Weimar estuvo marcada por diversos
problemas políticos que eran expresión de la crisis que se inició tras el desastre
nacional causado por la guerra; la inestabilidad se manifestaba en gobiernos
débiles que no solucionaban los graves problemas de descenso de mano de obra,
escasez, proceso de inflación y déficit público. La izquierda revolucionaria, que
exigía la toma del poder, se enfrentó a la izquierda parlamentaria, mientras la
derecha y las clases medias se adhirieron a posturas nacionalistas de repulsa
hacia el Tratado de Versalles y temerosas de una revolución social.

En este contesto nacerá el Partido Nacional socialista o el Parido Nazi, que tuvo
su origen en el Partido Obrero Alemán. Cuando Adolf Hitler se unió a él en ese
mismo año se convirtió en el líder. Durante la primer asamblea del Partido Obrero
Alemán, celebrado en Munich el 24 de febrero de 1920, Hitler leyó el programa del
partido, se combinaban desmesuradas demandas nacionalistas y doctrinas
racistas y antisemitas.

Poco después, el Partido Obrero Alemán pasó a denominarse Partido Nacional


Socialista Alemán del Trabajo. Sus miembros estaban convencidos del valor de la
violencia como medio para alcanzar sus fines, por lo que no tardaron en crear las
sección de asalto o SA, una fuerza que se encargó de proteger las reuniones del
partido, provocar disturbios en las reuniones de los demócratas liberales,
socialistas, comunistas y sindicalistas, y perseguir a los judíos, sobre todo a los
comerciantes. Hitler fue elegido presidente con poderes ilimitados del partido en
1921. Ese mismo año, el movimiento adoptó como emblema una bandera con
fondo rojo en cuyo centro había un círculo blanco con una cruz esvástica negra.
Proclamaron su desprecio por la democracia e hicieron campaña en favor de un
régimen dictatorial.

En 1923, Hitler, con 600 soldados de asalto, se dirigió a una cervecería de Munich
donde declaró la formación de un nuevo gobierno nacional. Pero al fracasar este
Golpe de estado en Munich Hitler resultó condenado a cinco años de prisión y el
partido fue ilegalizado. Hitler fue puesto en libertad antes de un año. El partido
nazi se hallaba prácticamente disuelto, debido en gran medida a que la mejora de
las condiciones políticas del país había generado una atmósfera más propicia para
las organizaciones políticas moderadas.

Durante los años siguientes, Hitler consiguió reorganizar el partido con la ayuda de
un reducido número de colaboradores leales. Se autoproclamó Führer (‘jefe’) del
partido en 1926 y organizó un cuerpo armado de unidades defensivas, las Schutz-
Staffel o SS, para vigilar y controlar al partido y a su rama paramilitar, las SA.

A medida que se agravaba la depresión, la situación se mostraba cada vez más


propicia para una rebelión. Por lo que el régimen fue contando con más apoyo. En
las elecciones al Reichstag (Parlamento alemán) de 1930 los nazis obtuvieron casi
6,5 millones de votos (más del 18% de los votos totales emitidos), lo que suponía
un gran ascenso en comparación con los 800.000 votos (aproximadamente un
2,5%) obtenidos en 1928. Los 107 escaños alcanzados en estas elecciones les
convirtieron en el segundo partido del Reichstag, después del Partido
Socialdemócrata Alemán (SPD), que ganó 143 escaños. El KPD, con 4,6 millones
de votos, también logró un considerable avance con la obtención de 77 escaños.

El partido nazi rentabilizó al máximo el agravamiento de la depresión económica


(conocida internacionalmente como la Gran Depresión) entre 1929 y 1932. Los
esfuerzos desesperados del canciller Heinrich Brüning por salvar la república
democrática mediante decretos de emergencia no consiguieron frenar el creciente
desempleo. Por el contrario, la ineficacia de su administración socavó la escasa fe
de la población alemana en la democracia parlamentaria. Así pues, Hitler obtuvo
un elevado número de votos en las elecciones presidenciales de 1932, aunque la
victoria final fue para Paul von Hindenburg.

En las elecciones al Reichstag celebradas en julio de 1932, el NSDAP recibió 13,7


millones de votos y consiguió 230 escaños de un total de 670. Se había convertido
en el partido más fuerte, aunque no contaban aún con mayoría, y el presidente
Hindenburg ofreció a los nacionalsocialistas ingresar en un gobierno de coalición.
Hitler rechazó esta propuesta y reclamó gobernar en solitario. Se disolvió el
Reichstag y el NSDAP obtuvo únicamente 11,7 millones de votos (196 escaños)
en las elecciones que se convocaron en noviembre para elegir una nueva
asamblea.

El SPD y el KPD obtuvieron en total más de 13 millones de votos, lo que les


reportó 221 escaños; sin embargo, puesto que estos grupos eran rivales, los
nazis, a pesar de su retroceso electoral, continuaron siendo la fuerza mayoritaria
en el Reichstag. Hitler volvió a negarse a participar en un gobierno de coalición y
la asamblea legislativa alemana se disolvió por segunda vez. Hindenburg
finalmente nombró a Hitler canciller el 30 de enero de 1933, aconsejado por Franz
von Papen. A partir de este momento se inició la creación del Estado
nacionalsocialista.

A finales de febrero, cuando estaba a punto de concluir la campaña de las nuevas


elecciones al Reichstag, el edificio que albergaba al parlamento fue destruido por
un incendio y se sospechó que este acto había sido provocado. Los nazis culparon
a los comunistas y utilizaron este incidente como un pretexto para reprimir a los
miembros del KPD con una brutal violencia; la misma suerte corrió posteriormente
el SPD. Ningún partido ofreció una resistencia organizada. Finalmente, todas las
demás agrupaciones políticas fueron ilegalizadas, se consideró un delito la
formación de nuevos partidos, y los nacionalsocialistas pasaron a ser la única
organización política legal.

Por la Ley de Poderes Especiales del 23 de marzo de 1933, todas las facultades
legislativas del Reichstag fueron transferidas al gabinete. Este decreto otorgó a
Hitler poderes dictatoriales por un periodo de cuatro años y representó el final de
la República de Weimar. El 1 diciembre de 1933 se aprobó una ley por la cual el
partido nazi quedaba indisolublemente ligado al Estado.

Desde ese momento, el partido se convirtió en el principal instrumento del control


totalitario del Estado y de la sociedad alemana. Los nazis leales no tardaron en
ocupar la mayoría de los altos cargos del gobierno a escala nacional, regional y
local. Los miembros del partido de sangre alemana pura, mayores de dieciocho
años, juraron lealtad al Führer y, de acuerdo con la legislación del recién instituido
III Reich, sólo debían responder de sus acciones ante tribunales especiales del
partido.

En principio, la pertenencia a esta agrupación era voluntaria; millones de


ciudadanos deseaban afiliarse, pero muchos otros fueron obligados a ingresar en
ella contra su voluntad. Era preciso ser miembro del partido para ocupar un puesto
en la administración pública. Se estima que el número de afiliados llegó a alcanzar
los 7 millones en el momento de mayor auge.

La principal organización auxiliar del partido nazi eran las SA, designadas
oficialmente como garantes de la revolución nacionalsocialista y vanguardia del
nacionalsocialismo. Obtuvieron por la fuerza grandes cantidades de dinero de los
trabajadores y campesinos alemanes a través de sus recaudaciones anuales de
las contribuciones de invierno para los pobres; se encargaron de la formación de
los miembros del partido menores de diecisiete años; organizaron un pogromo
contra los judíos en 1938; adoctrinaron a los oficiales asignados a las fuerzas
terrestres del Ejército alemán y dirigieron a las fuerzas de defensa nacional del
Reich durante la II Guerra Mundial.

Otra importante formación del partido eran las SS, que organizaron divisiones
especiales de combate para apoyar al Ejército regular en los momentos críticos de
la contienda. Este cuerpo, junto con el Sicherheitsdienst (Servicio de Seguridad o
SD), la oficina de espionaje del partido y del Reich, controló el partido nazi durante
los últimos años de la guerra. El SD se encargó del funcionamiento de los campos
de concentración, creados para retener a las víctimas del terrorismo nazi, y
desempeñó un importante papel durante la etapa del conflicto bélico al permitir a
Hitler controlar a las Fuerzas Armadas desde el Estado Mayor. Otra sección
importante del partido eran las Hitler Jugend (Juventudes Hitlerianas), que
formaban a jóvenes entre los 14 y los 17 años de edad para convertirlos en
miembros de las SA, las SS o del partido. La Auslandorganisation (Organización
para Asuntos Exteriores) se ocupaba de la propaganda nazi y creó, financió y
dirigió las agrupaciones nacionalsocialistas de Alemania y de la población
alemana residente en el extranjero.

La reorganización de la sociedad alemana Hitler comenzó a crear un Estado


nacionalsocialista eliminando la oposición de las clases trabajadoras y de todos
los demócratas. El juicio del incendio del Reichstag sirvió como pretexto no sólo
para suprimir al KPD y al SPD, sino para abrogar todos los derechos
constitucionales y civiles y crear campos de concentración para confinar a las
víctimas del terror nacionalsocialista.

La Gestapo La Geheime Staatspolizei (Policía Secreta del Estado), conocida como


Gestapo, fue fundada en 1933 para reprimir la oposición al régimen de Hitler.
Cuando se incorporó al aparato del Estado en 1936, se la declaró exenta de
someterse a las restricciones que imponía la ley, y sólo debía responder de sus
actos ante su jefe, Heinrich Himmler, y ante el propio Hitler.

Centralización y coordinación Desde 1933 hasta 1935, la estructura democrática


de Alemania fue sustituida por la de un Estado completamente centralizado. La
autonomía de la que anteriormente habían disfrutado las autoridades provinciales
quedó abolida; estos gobiernos regionales quedaron transformados en
instrumentos de la administración central y fueron estrictamente controlados. El
Reichstag desempeñaba un papel meramente formal, una vez desposeído de su
carácter legislativo.

A través de un proceso de coordinación (Gleichschaltung), todas las


organizaciones empresariales, sindicales y agrícolas, así como la educación y la
cultura, quedaron supeditadas a la dirección del partido. Las doctrinas
nacionalsocialistas se infiltraron incluso en la Iglesia protestante. Se promulgó una
legislación especial por la cual quedaron excluidos los judíos de la protección de la
ley.

La economía y la purga de 1934 El desempleo fue el problema más transcendente


al que tuvo que hacer frente Hitler al asumir el poder. La industria alemana
producía en esos momentos aproximadamente a un 58% de su capacidad. Se
estima que el número de desempleados de Alemania oscilaba entre los 6 y los 7
millones. Miles de ellos eran miembros del partido que esperaban que Hitler
aplicara las promesas anticapitalistas expuestas en la propaganda nazi, acabara
con los monopolios y asociaciones de industriales y reactivara la industria
mediante la creación de un gran número de pequeñas empresas. Los miembros
del partido reclamaban una segunda revolución. Las SA, dirigidas por Ernst Röhm,
asumieron el control del Reichswehr (Fuerzas Armadas alemanas) como parte del
nuevo programa. Hitler tuvo que elegir entre un régimen nacionalsocialista
sustentado por las masas o una alianza con los industriales del país y el Estado
Mayor del Reichswehr, y eligió esta última opción.

El 30 de junio de 1934, en la posteriormente denominada Noche de los cuchillos


largos, el Führer ordenó a las SS eliminar a diversos miembros de las SA, un
grupo que podía instigar una rebelión en el Ejército, en opinión de Hitler. Fueron
asesinados varios líderes de las SA y del partido, entre ellos Röhm y más de 500
de sus seguidores, muchos de los cuales no eran contrarios a la política de Hitler.
También se incluyó en la purga a otros enemigos del régimen, como el general
Kurt von Schleicher, y a algunos monárquicos que defendían la restauración de la
dinastía Hohenzollern.

El nuevo orden La supresión de los partidos de la oposición y las cruentas


depuraciones de los contrarios al nuevo régimen no consiguieron resolver el
problema del desempleo. Para ello era necesario que Hitler reactivara la economía
alemana. Su solución fue crear un nuevo orden, cuyas premisas principales eran
las siguientes: el aprovechamiento pleno y rentable de la industria alemana sólo
podría alcanzarse restableciendo la posición preeminente del país en la economía,
industria y finanzas mundiales; era preciso recuperar el acceso a las materias
primas de las que Alemania había sido privada tras la I Guerra Mundial y controlar
otros recursos necesarios; debía construirse una flota mercante adecuada y
modernos sistemas de transporte ferroviario, aéreo y motorizado; así mismo había
que reestructurar el sector industrial para obtener la mayor productividad y
rentabilidad posible.

Todo ello requería la supresión de las restricciones económicas y políticas


impuestas por el Tratado de Versalles, lo que provocaría una guerra. Por tanto,
era preciso reorganizar la economía a partir del modelo de una economía de
guerra. Alemania debía alcanzar una completa autosuficiencia en lo referente a las
materias primas estratégicas, creando sustitutos sintéticos de aquellos materiales
de los que carecía y que no podrían adquirirse en el extranjero. El suministro de
alimentos quedaba asegurado a través del desarrollo controlado de la agricultura.
En segundo lugar, había que eliminar los obstáculos que impidieran la ejecución
de este plan, esto es, imposibilitar la lucha de los trabajadores para mejorar sus
condiciones anulando la acción de los sindicatos y sus organizaciones filiales.

Los sindicatos El nuevo orden supuso la ilegalización de los sindicatos y las


cooperativas y la confiscación de sus posesiones y recursos financieros, la
supresión de las negociaciones colectivas entre trabajadores y empresarios, la
prohibición de las huelgas y los cierres patronales, y la exigencia a los
trabajadores alemanes de pertenecer de forma obligatoria al Deutsche Arbeitsfront
(Frente Alemán del Trabajo o DAF), una organización sindical nacionalsocialista
controlada por el Estado. Los salarios fueron fijados por el Ministerio de Economía
Nacional.

Los funcionarios del gobierno, denominados síndicos laborales, designados por el


Ministerio de Economía Nacional, se encargaron de todos los asuntos relativos a
los salarios, la jornada y las condiciones laborales.

Las asociaciones comerciales de empresarios e industriales de la República de


Weimar fueron transformadas en organismos controlados por el Estado, a los que
los patrones debían estar afiliados obligatoriamente. La supervisión de estos
organismos quedó bajo la jurisdicción del Ministerio de Economía Nacional, al que
se le habían conferido poderes para reconocer a las organizaciones comerciales
como las únicas representantes de los respectivos sectores de la industria, crear
nuevas asociaciones, disolver o fusionar las existentes y designar y convocar a los
líderes de estas entidades.

El Ministerio de Economía Nacional favoreció la expansión de las asociaciones de


fabricantes e integró en cárteles a industrias enteras gracias a sus nuevas
atribuciones y al margen de acción que permitía la legislación. Asimismo, se
coordinó la actividad de los bancos, se respetó el derecho a la propiedad privada y
se reprivatizaron empresas que habían sido nacionalizadas anteriormente. El
régimen de Hitler consiguió eliminar la competencia por medio de estas medidas.

Por último, el nuevo orden implantó el dominio económico de cuatro bancos y un


número relativamente reducido de grandes grupos de empresas, entre los que se
encontraba el gran imperio de fábricas de armamento y de acero de la familia
Krupp y la I. G. Farben, que producía colorantes, caucho sintético y petróleo, y
controlaba a casi 400 empresas. Algunas de estas fábricas empleaban como
mano de obra forzosa a miles de prisioneros de guerra y a ciudadanos de los
países que iban siendo conquistados. Los cárteles también suministraron
materiales para el exterminio sistemático y científico realizado por el régimen
nacionalsocialista de millones de judíos, polacos, rusos y otros pueblos o grupos.

Las trágicas repercusiones del nazismo La creación del nuevo orden permitió a los
nacionalsocialistas resolver el desempleo, proporcionar un nivel de vida aceptable
a los trabajadores y campesinos alemanes, enriquecer al grupo de la elite del
Estado, la industria y las finanzas y crear una espectacular maquinaria de guerra.

A medida que se erigía el nuevo orden en Alemania, los nazis avanzaban política
y diplomáticamente en la creación de la Gran Alemania. La política exterior de
Hitler representó un oscuro capítulo de la historia cuyos acontecimientos más
relevantes fueron la remilitarización de Renania (1936); la formación del Eje
Roma-Berlín (1936), la intervención en la Guerra Civil española (1936-1939) en
apoyo de las tropas de Francisco Franco; la Anschluss (‘unión’) de Austria (1938);
la desintegración del Estado checoslovaco, tras ocupar los Sudetes, región con
numerosa población alemana (1939); la negociación de un pacto de no agresión
con la Unión Soviética (el denominado Pacto Germano-soviético) que contenía un
acuerdo secreto para el reparto de Polonia y, como consecuencia de esta
cláusula, la invasión del territorio polaco el 1 de septiembre de 1939, acción que
dio inicio a la II Guerra Mundial.

 Hitler se jactaba de que el nacionalsocialismo había resuelto los problemas de la


sociedad alemana y perduraría durante miles de años. El nacionalsocialismo
solucionó algunos conflictos ante los que la República de Weimar se mostró
impotente y transformó a la débil república en un Estado industrial y políticamente
poderoso. Pero esta reconstrucción condujo a la II Guerra Mundial, el
enfrentamiento bélico más cruento y destructivo de la historia de la humanidad, del
que Alemania salió derrotada, dividida y empobrecida. También hay que añadir al
precio de esta empresa el sufrimiento del pueblo alemán durante el gobierno de
Hitler y después de su muerte. El aspecto más trágico del nacionalsocialismo fue
el asesinato sistemático de 6 millones de judíos europeos.

Doctrina Nazi:  El nacismo es un regimen revolucionario el cual exalta la


lucha, revaloriza las tradiciones y crea una sociedad limpia de impurezas
basada en el hombre nuevo. Las caracterisiticas son: Exaltar la figura del
jefe único, valoraci´´on de ritors y tradiciones germanas, utilizaciones de
propagandas masivas y de símbolos propios del nazismo, presion del estado
sobre las instituciones, accion represiva contra la oposición, defensor del
VOlk (pueblo) anchsluss (anexion de austria) Lebensrbum o espacio vital
Anexar a los arios al 3º Reich

6-                                     Guerra Civil Española. Dictadura de Primo de Rivera.


Elecciones de 1931. Bieño reformista. Elecciones de 1936. Características de
la guerra.

Alfonso XII gobernaba España desde 1902, pero su gobierno comenzaba a caer
en descrédito por la pérdida de territorios. Se conformaron entonces las cortes
españolas, tipos de gobiernos regionales que se hicieron muy poderosos, por lo
cual se fueron haciendo más importantes los partidos políticos. Las nuevas
fuerzas políticas eran la Forange (brazo ejecutor de la derecha), La Unión General
de Trabajo y la Confederación General de Trabajo (de la izquierda obrera).

Alfonso XIII nombrara en 1923 a Antonio Primo de Rivera como gobernador de


España en nombre del rey, personaje que se transformara en el dictador español
de 1923 a 1931. Con el apoyo de las fuerzas conservadoras en general, Primo de
Rivera encabezó un Directorio Militar que concentró en él todos los poderes del
Estado. En un primer momento persiguió a los anarquistas y a los comunistas,
eliminó los partidos políticos, creó un partido único, la Unión Patriótica (1924),
reforzó el proteccionismo estatal en favor de la industria nacional, fomentó la
construcción de grandes obras públicas. Hasta que los primeros apoyos se
comenzaron a volver en contra y con la crisis mundial de 1929 donde España se
vio muy afectada, Primo de Rivera debe renunciar.  La oposición republicana se
había organizado mediante el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930). En las
elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931, los partidos
republicanos obtuvieron una gran mayoría; ante esos resultados, el rey Alfonso
XIII decidió abdicar y partió para el exilio. La República había triunfado a través de
una vía pacífica y democrática.
Se crea la Republica española y comenzara el bieño reformista: La República fue
proclamada el 14 de abril, tras lo cual se instaló un gobierno provisional que
convocó a elecciones para las Cortes Constituyentes. Dichos comicios, celebrados
el 28 de junio siguiente, dieron mayoría a la coalición Republicana Socialista, ya
representada en el gobierno provisional que continuó en funciones. La nueva
Constitución fue aprobada el 9 de diciembre de 1931, fecha en que también fue
nombrado Niceto Alcalá Zamora como presidente de la República (jefe de Estado)
y días después fue designado Manuel Azaña en calidad de presidente de gobierno
(jefe de gobierno).

Durante los primeros dos años de la Segunda República, el llamado Bienio


reformista (noviembre de 1931 a noviembre de 1933), el gobierno buscó la
transformación económica, social y política de España, a través de las siguientes
medidas:

a)  La promulgación de una serie de decretos tendientes a corregir los abusos que
los propietarios agrícolas solían realizar en las contrataciones, y la creación del
Instituto de Reforma Agraria destinado a expropiar, sin indemnización, las tierras
de la alta nobleza. b)  La separación de la Iglesia y el Estado que incluía la
disolución de las órdenes religiosas, entre ellas la de los jesuitas cuyas
propiedades serían confiscadas; a las demás órdenes se les prohibía ejercer la
industria, el comercio o la enseñanza, y los sacerdotes quedaban sometidos al
pago de impuestos como todos los ciudadanos. c)  La reforma en la estructura del
ejército, compuesto hasta entonces por un número desproporcionado de jefes y
oficiales. La reforma implicaba la reducción de las regiones militares de 16 a 8, y la
abolición del Tribunal Supremo del Ejército y de la Armada, cuyas atribuciones
pasaron a los tribunales ordinarios. Asimismo se anunció una revisión en la
política de ascensos por méritos de campaña, establecida durante la anterior
dictadura. d)  La promulgación del Estatuto de Autonomía de Cataluña, que
facultaba a la región para constituir un gobierno que llevaría el nombre de una
antigua institución de origen medieval, la Diputación del General o Gen eralitat. El
gobierno catalán tendría competencias legislativas y ejecutivas en hacienda,
economía enseñanza, cultura, sanidad, transporte, comunicaciones y obras
públicas. En manos del gobierno central quedaban los asuntos exteriores, la
defensa y el control de fronteras.

La aplicación de las reformas encontró serios obstáculos de parte de las fuerzas


conservadoras y del ejército. Los grupos de derecha decidieron organizarse en
contra de las medidas gubernamentales y en marzo de 1933 formaron la
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), la renovación española
y el partido del centro católico.

Los partidos de derecha aprovecharon el descontento hacia las reformas del


gobierno de Azaña y obtuvieron mayoría en las elecciones generales de
noviembre de 1933, en las que por primera vez votaban las mujeres. El CEDA
obtuvo el mayor número de escaños en las Cortes y el gobierno quedó en manos
del Partido Radical Republicano, liderado por Alejandro Lenoux. Comenzaba así el
llamado Bienio Negro de la Segunda República (noviembre de 1933 a diciembre
de 1935), durante el cual el gobierno tampoco pudo resolver los graves problemas
del país y se limitó a intentar regresar a la situación existente antes de 1931.

El gobierno de Lerroux tampoco pudo sostenerse; dañado por un escándalo de


corrupción, perdió credibilidad y fue destituido. El presidente de la República
constituyó entonces un gobierno de tendencia central, y en enero de 1936 se
disolvían las Cortes y se convocaban nuevas elecciones para el 16 de febrero.

Al mismo tiempo, los grupos y partidos de izquierda (republicanos, socialistas y


comunistas) se integraron n un bloque denominado Frente Popular. Esta
organización política obtuvo mayoría en las elecciones de febrero de 1936,
dejando  atrás a la coalición de derechas denominada Frente Nacional
Antirrevolucionario. Manuel Azaña volvió a ocupar la presidencia.

Pero el nuevo gobierno se encontraba en una situación difícil, pues continuamente


ocurrían incidentes desestabilizadores relacionados con la crisis europea y
mundial de los años treinta. Las huelgas estallaron por todas partes mientras se
multiplicaban la toma de tierra por parte de los campesinos y la violencia urbana
se manifestaba en enfrentamientos callejeros. En esas circunstancias, las Cortes
destituyeron a Alcalá Zamora y se eligió a Manad Azaña como presidente de la
República, y a Santiago Casares Quiroga como jefe de gobierno, quien trató de
administrar el país entre el temor a la subversión social de las izquierdas y el
miedo al golpe de Estado militar apoyado por las derechas que había comenzado
a gestarse. Finalmente, en Julio 1936 estalla la Guerra Civil.

La Guerra Civil Española fue un acontecimiento bélico nacional que, al participar


los factores ideológicos, políticos y económicos que convulsionaban el resto de
Europa en los años treinta, trascendió las fronteras de España y atrajo la
intervención de países extranjeros que aprovecharon el conflicto para convertir al
país en un campo de experimentación bélica, en los umbrales de la Segunda
Guerra Mundial.

En el ámbito interno, las fuertes tensiones sociales derivadas del atraso


económico del país y de la desigual distribución de la riqueza habían generado un
clima de insatisfacción de parte del pueblo hacia sus gobernantes quienes,
además de haberse mostrado incapaces de avanzar en la modernización del país
y elevar el nivel de vida de sus habitantes, ni siquiera habían podido alcanzar la
estabilidad necesaria para avanzar sin sobresaltos en la evolución de la vida
política. Así, las profundas divergencias políticas se sumaron al descontento social
y crearon una situación explosiva que desembocó en el estallido de una terrible
guerra civil que dividió y devastó España.

El bando sublevado representaba a las fuerzas de derecha y extrema derecha, es


decir, a la España rural católica tradicional de los grandes propietarios agrarios,
así como al gran capital conectado con numerosos intereses extranjeros. Mientras
que los pequeños propietarios campesinos reclutados en la Falange y los grupos
carlistas (los llamados “requetés”) constituían el apoyo popular de los rebeldes.
Los miembros de las clases medias favorecieron a uno u otro bando en función de
su ubicación geográfica. A pesar de que los sublevados se autodenominaron
“nacionales”, en referencia a su propósito de unificar al país bajo un gobierno
central que enalteciera la patria castellana, recibieron —desde los primeros
momentos y a lo largo del conflicto— el auxilio de tropas italianas y alemanas,
además de suministros de armamento y municiones. Por su parte, la ayuda
soviética y la oleada de simpatía que despertó la causa de la República en Europa
y América (en México particularmente) dieron paso a la formación de unidades de
voluntarios extranjeros de diversas nacionalidades, denominadas brigadas
internacionales, integradas por soldados veteranos de la Primera Guerra Mundial,
obreros, estudiantes o intelectuales que se trasladaron a España para luchar
contra el fascismo.

Pero mientras la intervención nazi—fascista en apoyo de los sublevados fue inme-


diata, las fuerzas republicanas que defendían al gobierno democrático de España
no pudieron contar con la ayuda de las potencias occidentales (Estados Unidos,
Francia y Gran Bretaña), que no parecían dispuestas a apoyar la República por
temor al establecimiento de un régimen comunista en España, decidieron adoptar
una política de “no intervención” y pidieron que ésta fuera secundada por las
demás naciones, actitud que resultó en beneficio de los rebeldes.
El alzamiento se propagó por diversas regiones y ocupó numerosas capitales de
provincia, pero no pudo tomar Madrid donde fue reprimido. Hacia los últimos días
del mes de julio, el país se había dividido en dos zonas mutuamente enemigas,
división que más o menos se acomodaba al resultado electoral de los últimos
comicios.

Una vez que el gobierno de las diversas localidades quedó en manos de los rebel-
des, se formó en Burgos una Junta de Defensa Nacional, que actuó como
dirección política y en la que Francisco Franco —nombrado Generalísimo del
Ejército después de la muerte del general Sanjurjo, jefe de la conspiración—
ocupó el mando con el cargo de jefe de gobierno del Estado, es decir, como
máxima autoridad política. En este proceso fue muy importante la unificación de la
Falange y las JONS en “una sola entidad política de carácter nacional”, cuyo jefe
supremo sería Franco. Este, para fortalecer su liderazgo, se hizo denominar
“caudillo”, versión castellana del apelativo Duce adoptado por Mussolini, mientras
los medios de propaganda comenzaban a difundir el lema “Una Patria, un Estado,
un Caudillo”, adaptación española de la frase hitleriana “Fin Reich, em VoJk, em
Fuhrer”. De esta manera, la concentración de poderes era total y se configuraba
un nuevo Estado de tipo autoritario, similar a los de Alemania e Italia.

A diferencia de la unificación política lograda por Franco en el bando rebelde, el


gobierno republicano padecía divisiones internas yuna situación de crisis
evidenciada en los cambios de jefatura efectuados durante el conflicto. Desde los
primeros días del alzamiento y conforme se sucedían las derrotas del ejército
republicano, la autor ridad central se debilitó y no pudo contener los
enfrentamientos entre anarquistas y comunistas que generaron divisiones intensas
y ocasionaron de la unidad política e incluso militar en el ámbito republicano, con
consecuencias para la causa del gobierno constitucional.

En la primavera de 1937, los republicanos obtuvieron algunas victorias y los


rebeldes decidieron centrar sus principales operaciones en la zona norte. El 26 de
abril, la Legión Cóndor de la aviación alemana ocasionó una brutal agresión contra
la población de la ciudad vasca de Guernica, donde Hitler inauguró el devastador
armamento que preparaba para hacer estallar una nueva Guerra Mundial. Para
octubre, las tropas rebeldes habían logrado dominar la zona norte con excepción
de la porción noreste (Cataluña) y ocupaban una franja de territorio que, por el
oeste, se extendía hasta el extremo sur de la Península Ibèrica, ademàs de
Marrueco español.
A finales de 1937, los republicanos obtuvieron una gran victoria en Teruel, pero
esta ciudad cayó en poder de los rebeldes en febrero del siguiente año. Entre
marzo y julio de 1938, se llevó a cabo la operación Aragón—Mediterráneo, que
constituyó un avance de las tropas "nacionales” hacia el mar y significó la partición
del territorio republicano en dos zonas desiguales. En los siguientes meses de
1938 se llevó a cabo la batalla del Soldado, Ebro, que resultó ser una campaña de
desgaste contra el ejército republicano, cuya derrota dejó despejada la ruta para
que los sublevados pudieran avanzar hacia Cataluña, lo que significaba
prácticamente el triunfo definitivo de las fuerzas rebeldes.

Ante la inminente derrota, en noviembre de 1938, Juan Negrín (jefe de gobierno


desde mayo de 1937) buscó una paz negociada y emitió una propuesta de con-
diciones mínimas: garantía de independencia española, derecho del pueblo a
escoger su propio gobierno y renuncia a las represalias. Sin embargo, estaba claro
que era inútil cualquier intento de negociar con Franco una paz con condiciones,
pues el caudillo pretendía la aniquilación total de la República.

El 28 de marzo, las tropas franquistas entraban en Madrid y tres días más tarde
caían las últimas plazas leales al gobierno republicano. La guerra se dio por
terminada el 1 de abril de 1939; la República se desmoronó y sus representantes
huyeron al extranjero, estableciendo un gobierno republicano en el exilio. Pero el
fin de la guerra civil no significó que España recuperara la paz. Al establecerse en
todo el país el gobierno de Franco, dio comienzo una etapa de atroces represalias
en contra de los vencidos; sólo quedaron a salvo de la represión los que
marcharon al exilio y de éstos particularmente los que marcharon a América
precedidos por los niños que durante la guerra habían sido enviados a México; los
exiliados que se dirigieron a Francia se salvaron sólo de forma momentánea hasta
que este país fue ocupado por los nazis.

Consecuencias.

En el aspecto político, el resultado fue el brusco cambio de un gobierno emanado


de las urnas electorales a otro surgido de las armas; es decir, el final de la
democracia para dar paso a una férrea dictadura que se prolongaría hasta la
muerte de Franco en 1975.

 
7-                                     Segunda Guerra Mundial: Conferencias y pactos
anteriores. Predominio del eje (41-43) y ofensiva aliada. Japón y Estados
Unidos. Final en el continente y en el Pacífico.

La segunda guerra Mundial estalla en 1939. De 1939 a 1941 se desarrolla


fundamentalmente en Europa y muestra una orientación favorable a las potencias
del Eje; y desde 1942 a 1945, la guerra adquiere dimensiones mundiales y
paulatinamente pasa a ser favorables a los países aliados encabezados por Gran
Bretaña, EE.UU. y URSS.

Previo al inicio de la guerra, habrá tratados conferencias y pactos. Entre ellos el


tratado de Rapallo, que se firma durante la celebración de la Conferencia de
Génova en 1922, las delegaciones: soviética y alemana, presididas por Chicherin
y Rathenau, se reunieron en búsqueda de un acuerdo que paliara el aislamiento
internacional de los dos grandes perdedores de la I guerra mundial. El Tratado de
Rapallo fue la consecuencia de estas negociaciones. Alemania reconoció de iure
al estado soviético, era el primer país que lo hacía, y ambos países acordaron
mutuamente cancelar todas las deudas prebélicas y renunciar a todas sus
reclamaciones de guerra. Alemania salió especialmente beneficiada por los
acuerdos comerciales. Además, el Tratado estableció, en cláusulas secretas, la
posibilidad de que Alemania produjera y perfeccionara en la URSS armas
prohibidas en el Tratado de Versalles.

Asimismo, El Pacto de Munich fue un acuerdo propuesto y firmado por Alemania,


Italia, Francia y Gran Bretaña en la ciudad alemana de Munich el 29 de septiembre
de 1938 con el objeto de poner fin al conflicto germano-checoslovaco. El acuerdo
resultante implicaba la aceptación por parte británica y francesa de las demandas
territoriales del dictador alemán Adolf Hitler, consistentes en la cesión de los
Sudetes, una región de Checoslovaquia limítrofe con Alemania en la que residía
una importante minoría de población alemana que, alegando la discriminación que
sufría por parte del gobierno checoslovaco, había iniciado un movimiento
separatista fomentado desde Berlín

    La cesión de los Sudetes ya había sido acordada por los signatarios del Pacto
en las negociaciones previas, que habían dado comienzo en agosto de 1938. Gran
Bretaña y Francia, que deseaban evitar una nueva guerra a cualquier precio,
cedieron ante Hitler a cambio de que éste se comprometiera a no exigir la
soberanía sobre más territorios europeos. El primer ministro británico, Arthur
Neville Chamberlain, confiaba en que estas concesiones alentarían a Alemania a
establecerse como una potencia pacífica dentro de Europa. El Pacto, firmado por
Chamberlain, el presidente del Consejo francés (primer ministro) Édouard
Daladier, Adolf Hitler y el jefe de gobierno y dictador italiano Benito Mussolini,
determinaba únicamente las condiciones bajo las cuales habría de realizarse la
cesión.

    Según este acuerdo, el 1 de octubre de 1938 era la fecha en la que debía
comenzar la evacuación checoslovaca de la región de los Sudetes. La ocupación
alemana de los cuatro distritos especificados se produciría en fases sucesivas
desde el 1 hasta el 7 de octubre. El destino de otros territorios con población
mayoritariamente alemana sería establecido por una comisión internacional
formada por delegados de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y
Checoslovaquia que también tendría que controlar el plebiscito que se celebraría
en otras zonas en disputa. Asimismo se decidió que si las peticiones de las
minorías húngaras y polacas no se hubieran satisfecho en tres meses, se
convocaría una nueva conferencia. Gran Bretaña y Francia añadieron una
cláusula adicional por la que se comprometían a garantizar el mantenimiento de
las nuevas fronteras de Checoslovaquia ante posibles agresiones, condición que
fue aceptada por el gobierno alemán.

    También Polonia y Hungría consiguieron gran parte del territorio checoslovaco
que ambicionaban. Al insistir en que la comisión internacional manejara los datos
del censo establecido en 1910 por el Imperio Austro-Húngaro en lugar de los del
censo checoslovaco de 1930, Alemania reclamó otras áreas pobladas
mayoritariamente por checos.

    Los alemanes marcharon sobre Checoslovaquia en marzo de 1939 y la mayor


parte del país pasó a constituir el protectorado alemán de Bohemia-Moravia, con
lo cual quedó anulado el Pacto de Munich y Gran Bretaña comenzó a desconfiar
de las intenciones de Hitler. Ante esta situación, Gran Bretaña optó por garantizar
la integridad de las fronteras de Polonia. El 23 de agosto, la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas firmó un pacto de no agresión con Alemania (el llamado
Pacto Germano-soviético) con el fin de evitar una guerra y repartir las posibles
áreas de expansión soviética y alemana según sus propias esferas de influencia.
El 1 de septiembre, Hitler lanzó un ataque sobre Polonia confiando en que Gran
Bretaña y Francia no intervendrían; sin embargo, ambos países declararon
inmediatamente la guerra a Alemania, lo que marcó el comienzo de la II Guerra
Mundial.

    La política de apaciguamiento sostenida por los británicos y franceses, basada


en la satisfacción de las demandas del régimen nacionalsocialista alemán para
evitar un conflicto armado, no fue abandonada hasta que tuvo lugar la invasión de
Polonia de septiembre de 1939. El Pacto de Munich ha sido considerado el
símbolo por antonomasia de los peligros representados por una política
internacional transigente ante expansiones totalitarias. Esta política basada en
solucionar los conflictos por medios pacíficos y de compromiso en lugar de recurrir
a la guerra.  

Sin embargo, para comprender plenamente la postura del líder conservador


británico es necesario remontarse al Tratado de Versalles (1919). Muchos,
especialmente entre la opinión pública británica, consideraban que Alemania había
sido maltratada en la Conferencia de París. Las exorbitantes reparaciones de
guerra o la injusta aplicación del principio de las nacionalidades en Austria, Danzig
o los Sudetes, hacían que muchos fueran proclives a una revisión del Tratado. A
todo ello se le unía el vivo deseo de evitar de nuevo los horrores de la Gran
Guerra y la conciencia del relativo declive de un poder británico que debía hacer
frente a múltiples desafíos en todo el planeta.

La realidad estalló ante los ojos británicos en marzo de 1939 con la ocupación nazi
de Checoslovaquia. El apaciguamiento había llegado a su fin y Gran Bretaña y
Francia prometieron apoyar a Polonia en caso de ser atacada. El pacto germano-
soviético en agosto de 1939 abrió el camino al ataque alemán a Polonia y a la
guerra general.

En estas circuntancias, se firma el Pacto Antikomintern    (comité


internacional anticomunista) Tratado firmado por Alemania y Japón en el que se
declaraba la hostilidad de ambos países al comunismo y a la Internacional
Comunista. A él se unió un año más tarde la Italia de Mussolini. En 1939 lo hizo la
España de Franco. La firma del Pacto de no agresión germano-soviético supuso
de hecho la anulación de este pacto, aunque esto fue por poco tiempo: en 1941 la
Alemania hilteriana lanzó su ataque contra la URSS. Este pacto fue el primer paso
para la configuración del bando del Eje durante la segunda guerra mundial, bando
plenamente configurado con la firma del Pacto Tripartito el 2 de septiembre de
1940.
El Pacto de no agresión Germano-Soviético – 1938 La firma de los acuerdos de
Munich en septiembre de 1938, dejó a los soviéticos ante la perspectiva de
enfrentarse en solitario a la expansión nazi en Europa oriental. Stalin inició, por
consecuencia, una nueva orientación diplomática. Sustituyó a Maksim Litvinov,
judío y partidario de la seguridad colectiva, como ministro de exteriores,
sustituyéndolo por Molotov, quién inició inmediatamente negociaciones con Von
Ribbentrop, ministro nazi de asuntos exteriores. Aunque las negociaciones con los
occidentales continuaron, Stalin optó por el pacto con Hitler para conseguir el
tiempo necesario que le permitiera reconstruir su ejército, fuertemente debilitado
por las purgas de 1937. Para Hitler, el pacto le abría la posibilidad de invadir
Polonia y volverse posteriormente con Gran Bretaña y Francia.

El pacto, finalmente, fue firmado en Moscú por Ribbentrop y Molotov en presencia


de Stalin.

Por el pacto de no agresión, ambos países acordaron no atacarse, ni


independientemente ni en alianza con otros estados; no apoyar a otro tercer país
que pudiera atacar a la otra parte del pacto; continuar las consultas sobre los
temas de interés común; no unirse a ningún grupo de potencias que directa o
indirectamente pudiera amenazar a cualquiera de las partes firmantes; y a resolver
sus diferencias mediante la negociación. El pacto tendría una duración de 10
años.

A este tratado se le unió un protocolo secreto que dividía la Europa oriental en


zonas de influencia germana y soviética. Se acordó la partición de Polonia y se
dejó a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y la Besarabia en el área de influencia
soviética. Así cuando Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, las
tropas soviéticas entraron en el país, estableciéndose la mutua frontera en el río
Bug. En noviembre de 1939, la URSS atacó Finlandia y la forzó a ceder el istmo
de Karelia. Las repúblicas bálticas fueron también anexionadas por Stalin,
pasando a configurarse como repúblicas soviéticas en agosto de 1940.
Finalmente, el pacto de no agresión fue roto por Hitler el 22 de junio de 1941,
cuando las tropas nazis se lanzaron a la invasión de la URSS.

 En 1939 cuando Hitler Invada Polonia comienza la guerra, pero no le alcanzo y
llega a Francia en 1940 con las "guerra relámpago".  Con victoria de los
alemanes , se derrumba el ejercito frances  Francia quedó dividida en dos por una
línea que unía Ginebra en Suiza con la frontera franco-española de Hendaya. La
zona al norte y al oeste de este línea quedó bajo la ocupación militar francesa. Al
sur se estableció un gobierno colaboracionista presidido por el general Pétain. La
Francia de Vichy, así llamada por que el gobierno se asentó en esa pequeña
ciudad del centro del país, rompió relaciones con Gran Bretaña, desarmó su
ejército e inició una política pro-nazi y totalitaria.

La batalla de Inglaterra

Tras la derrota de Francia, el Reino Unido era la única potencia que aún plantaba
cara a Alemania. La superioridad naval británica impedía a Hitler un ataque directo
a la isla por lo que la aviación alemana, la "Luftwaffe", inició un plan de bombardeo
sistemático . El nuevo gobierno británico, presidido por Winston Churchill desde
mayo de 1940, supo hacer frente al ataque, y la aviación británica se impuso poco
a poco en los cielos europeos. La resistencia británica hizo que Hitler volviera sus
ojos hacia el sur de Europa.

En junio de 1941 las tropas del Eje controlaban Yugoslavia, Grecia, incluyendo la
isla de Creta. Hitler dominaba en aquel momento gran parte de Europa. Era el
momento de conseguir el "espacio vital" que el pueblo alemán necesitaba. Ese
espacio estaba en este, en los enormes territorios de la Unión Soviética. Se
desplza a Rusia rompiendo el pacto de no agresión y es tildado de traidor por
Stalin. El 21 de junio de 1941, sin declaración previa de guerra, el ejército alemán
inició la invasión de la Unión Soviética. La denominada "Operación Barbarroja" fue
en sus primeros momentos un rotundo éxito. El Ejército Rojo, diezmado por las
purgas de Stalin en los años precedentes, se mostró incapaz de resistir el ataque
alemán y se batió en retirada. Por el norte las tropas llegaron hasta Leningrado, la
actual San Petersburgo. Por el centro hasta las puertas de Moscú. Sin embargo,
ninguna de las dos ciudades cayó. A la heroica resistencia de la población rusa se
le unió su tradicional aliado: el "General Invierno". El invierno ruso de 1941-1942
fue uno de los más duros del siglo XX y las tropas alemanes no habían sido bien
equipadas para sobreponerse a él. Pese a todo, el avance alemán fue más
profundo en el sur y Ucrania fue rápidamente conquistada.

Las tropas alemanas llegaron a Stalingrado en agosto de 1942. Tras durísimos


combates las tropas de Von Paulus vieron como el ejército soviético, dirigido por
Zhukov, iniciaba una maniobra de cerco. Hitler se negó a permitir la retirada que
Von Paulus  de forma insistente le solicitaba. En diciembre de 1942 el VI Ejército
alemán quedó cercado. La batalla de Stalingrado supuso un cambio decisivo en la
guerra. A partir de esta primera derrota alemana, las tropas soviéticas inician un
contraataque que poco a poco les llevará hacia el corazón de Alemania.

Asimismo, era inevitable que el expansionismo japonés en Asia oriental y el


Pacífico terminara chocando con Estados Unidos. La expansión imperial nipona
iniciada en China iba claramente dirigida contra las posesiones europeas en Asia y
las Islas Filipinas en manos de los norteamericanos. Por otro lado, Roosevelt
había ido evolucionando desde una postura aislacionista a una creciente
implicación en el conflicto. En ese contexto, el ataque nipón a la base
norteamericana de Pearl Harbor en las islas Hawaii el 7 de diciembre de 1941
supuso la entrada de ambas potencias en el conflicto.

La guerra en Asia y el Pacífico se inicio con continuas victorias japonesas. Sin


embargo, el despliegue de la maquinaria industrial y bélica norteamericana no
tardó mucho tiempo en desequilibrar el conflicto en favor de los Aliados.

El viraje en favor de los Aliados

El año 1941 marcó un momento clave en el devenir de la guerra. La entrada en el


conflicto de Japón junto al Eje y de Estados Unidos y la Unión Soviética junto a los
Aliados cambió definitivamente el curso del conflicto. La resistencia soviética y la
maquinaria industrial y militar norteamericana hicieron que la balanza de la guerra
se inclinara a favor de los Aliados.

El avance soviético en el frente oriental El contraataque ruso iniciado tras


Stalingrado tuvo que hacer frente en julio de 1943 a la último ofensiva alemana.El
año 1944 estuvo jalonado de continuos éxitos del Ejército Rojo que llegó a las
antiguas fronteras de la URSS en la primavera de ese año.

A lo largo del otoño-invierno de 1944, los antiguos aliados del Eje: Finlandia,
Rumanía, Bulgaria, Hungría son ocupados por las tropas soviéticas. En
Yugoslavia y Albania, los guerrilleros comunistas dirigidos por Tito y Enver Hoxha,
respectivamente, liberan sus países de la ocupación germano-italiana y
establecen sistemas pro-soviéticos.

A lo largo de 1943 representantes de lo que se vino en denominar "La Gran


Alianza": Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña se encontraron en
diversas conferencias que fueron conformando la acción y la estrategia de los
Aliados. Estas conferencias los comentaremos pormenorizadamente más
adelante. Fruto de estas conversaciones fue el desembarco aliado en Normandía,
largamente demandado por la Unión Soviética. El día 6 de junio tropas
estadounideneses, británicas y canadienses desembarcaron en las playas de
Normandía y superaron la férrea resistencia alemana. Rápidamente las tropas
aliadas, bajo la dirección del general norteamericano Eisenhower, se dirigieron a
París que fue liberado el 25 de agosto. Diez días antes, tropas angloamericanas y
francesas habían desembarcado en Marsella. Los alemanes trataron de frenar el
empuje aliado en las Ardenas, en Bélgica, pero finalmente tuvieron que retroceder.
Atacada por el occidente, el sur y el este, el régimen de Hitler se aprestaba a librar
su última batalla. En febrero de 1945, Roosevelt, Stalin y Churchill se reunieron en
Yalta, donde, entre otras cuestiones, decidieron los pormenores del ataque final
sobre Alemania y su posterior reparto en zonas de ocupación. El ataque
anglonorteamericano por el oeste y soviético por el este derrumbó con facilidad la
fanatizada resistencia alemana. El 25 de abril tropas soviéticas y norteamericanas
se encontraban en Torgau, en el río Elba.

El 30 de abril, con las tropas soviéticas en los barrios de Berlín, Hitler se suicida
junto a su amante Eva Braun y Goebbels. El 2 de mayo Berlín capitula. El 7 de
mayo los alemanes firman la capitulación incondicional en el cuartel general de
Eisenhower, al día siguiente, la firma se produce en el cuartel general de Zhukov.
En julio, los Aliados celebraban su última gran conferencia en Potsdam, a las
afueras de Berlín.

La operación manhattan Japón  y el fin de la guerra En una durísima y cruenta


guerra los norteamericanos fueron avanzando isla a isla en su camino hacia el
archipiélago japonés. Mientras tanto se suceden los ataques aéreos sobre las
ciudades y los centros industriales de Japón. Tras la derrota alemana, en mayo de
1945, los norteamericanos se deciden a usar un arma terrible en la que han
estado investigando secretamente. El 6 de agosto de 1945, el avión "Enola Gay"
lanza una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima. El resultado es atroz:
100.000 muertos y miles de heridos por el efecto de una única bomba. El 8 de
agosto, la URSS declara la guerra a Japón y ocupa Manchuria y parte de Corea.
Al día siguiente, Estados Unidos lanza una segunda bomba atómica sobre la
ciudad de Nagasaki. El horror nuclear precipita la capitulación de Japón. Los
representantes del emperador japonés, Hiro-Hito, firman ante MacArthur la
rendición incondicional en el buque de guerra  Missouri, fondeado en aguas de la
bahía de Tokio.

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