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Artista: Greg Dulli

Disco: Random Desire


Año: 2020
Sello: Royal Cream/BMG

Hay un momento de la vida en que el deseo de volar con alas propias es más fuerte
que cualquier cosa y, con más de treinta años de carrera a cuestas, le llegó el turno
a Greg Dulli. Como muchos compañeros de generación que han emprendido el viaje
en solitario, el primer disco solista representa una travesía en la mente del músico,
un paso trascendental en su historia que permite ver de qué está hecho. Y es obvio
que esto suscita la atención de fanáticos y medios que quieren atestiguar las
habilidades de Dulli dominando la mayor parte de los instrumentos, pero también
acompañándose de ilustres colaboradores como sus colegas en The Afghan Whigs
Jon Skibic y Rick G. Nelson, además de Mathias Schneeberger de The Twilight
Singers, Stephen Patt en la steel guitar y el baterista de Queens of the Stone Age y
Mars Volta Jon Theodore, intervenciones que sin duda complementan la
caleidoscópica aventura de esta leyenda del rock alternativo.

A diferencia de los residuos de “Blackberry Belle” (2003) de The Twilight Singers


que terminaron en “Amber Headlights” (2005), este no es un disco de descartes. Por
más que el largo tenga algunas ideas que encajarían bien en cualquiera de los
proyectos de Dulli, “Random Desire” (2020) es más un punto de unión en el que sus
personalidades confluyen sin ataduras a través de caminos nocturnos. La herencia
de los Whigs actuales ronda en ‘Sempre’ y ‘The Tide’, con ese pulso ascendente de
su acalorada interpretación vocal y guitarras eléctricas de alto calibre que alcanzan
cuotas de alta luminosidad en ‘Pantomima’, una de las canciones más vibrantes del
registro, pero que mantiene al artista en terrenos conocidos.

El instante en que Dulli sale de esa zona de confort, es cuando vemos el real
carácter de “Random Desire” (2020), una conversación más cercana entre el músico
y su receptor, a media luz y cuidando todos los detalles, siendo ‘Lockless’ la más
atrevida en el uso de bases electrónicas y sintetizadores. Para alcanzar los mayores
niveles de intimidad, confía primordialmente en otros dos elementos que dominan
sin contrapeso: la guitarra acústica y el piano. La primera es la reina y señora en
cortes como ‘Marry Me’ y ‘A Ghost’, en las que las cuerdas mantienen el temple de
composiciones delicadas mientras la voz de Dulli cita a referentes como Elvis
Costello o Nick Cave, respectivamente. Por su parte, el piano pasa por distintos
estados según el momento, es sigiloso en ‘It Falls Apart’, titilante en ‘Scorpio’,
enérgico en ‘Black Moon’ y reflexivo en ‘Slow Pan’, protagonista absoluto en
paisajes de belleza incandescente que manifiestan cómo Dulli trabaja en pos de
administrar siempre la dosis correcta de emocionalidad para impregnarse en el alma
del auditor.

Pensado para ser la continuación del excelente “In Spades” (2017) de The Afghan
Whigs, idea que no llegó a puerto debido a que los otros componentes de la banda
no estaban disponibles, Greg Dulli nos encanta con treinta y seis minutos de música
que transcurren de la forma más honesta posible y nos hacen comprender por qué
goza de tanto respeto entre los fieles a su obra, ya que es dueño de un sonido
propio que, a pesar de ser la cabeza visible de sus proyectos, logra ejercer una
distinción sin repetir ninguna de sus fórmulas probadas. Es un disco sofisticado e
inteligente, que lo muestra empoderado de su genio, desenvolviendo su musicalidad
de manera cómoda y sin titubeos, pero que requiere varias escuchas para descubrir
algo especial en sus rincones y apreciar su preciosa densidad que seduce en cada
vuelta gracias a sus envolventes y misteriosas melodías. “Random Desire” es el
destino actuando en la vida de Dulli, un deseo aleatorio convertido en una dulce
realidad.

Pablo Cerda

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