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K.S.

GIRTAB

LOS 12
FILOS
TERCERA PARTE :

EL ÚLTIMO FILO
REVOLUCIÓN
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Este libro es una obra de ficción y cualquier parecido con personas,


vivas o muertas, o lugares, eventos o locales es pura coincidencia.
Los personajes son producto de la imaginación del autor y se utilizan
de manera ficticia

Los 12 FILOS Tercera Parte


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TABLA DE CONTENIDOS

INDICE
EL ÚLTIMO FILO / REVOLUCIÓN

Capítulo 1 La niña de la casa


Capítulo 2 Sentimientos
Capítulo 3 FILO número doce: Lilith
Capítulo 4 Fin de la búsqueda
Capítulo 5 El comunicado de la Ciudadela
Capítulo 6 Posición en el conflicto de La Legión y
El Círculo
Capítulo 7 La fiesta
Capítulo 8 Un nuevo Bérserker
Capítulo 9 El torneo
Capítulo 10 Antes de la batalla
Capítulo 11 La batalla final
Capítulo 12 Desenlace y reencuentro
Capítulo 13 El fin de una leyenda
Capítulo 14 Nuevo FILO número dos: Heimdall
Capítulo 15 Conclusiones y partida
Epílogo
Apéndice
CAPÍTULO 1
LA NIÑA DE LA CASA

Argento Riazor estaba postrado ante la cama de su esposa,


después de una larga enfermedad finalmente había fallecido, en su
implacable contienda contra la muerte había sido vencida, pero Lady
Riazor no fue la única que perdió la batalla, su esposo la acompañó
en el suplicio y en la derrota, había buscado por todos los medios de
curarla, hizo traer a los mejores especialistas del mundo, tenía la
vana esperanza de salvarla junto con la criatura que llevaba dentro,
pero al final no hubo nada más que hacer, su esposa murió al dar a
luz a su tercer hijo, ninguno sobrevivió.
El Tesorero del Distrito Comercial estaba deshecho, esperaba
con ilusión a ese tercer hijo. Su primer vástago, un varón, fue
sacrificado en un hecho lamentable, la muerte de su primogénito
acompañaba a ese poderoso hombre en todo momento, su corazón
jamás se recuperó de esa pérdida, después nació su sagundo bebé,
una hermosa niña a quien pusiéron Christina, pero la esperanza del
patriarca del Clan Riazor era tener un heredero varón, alguien que
continuara su linaje.
El segundo embarazo de su esposa fue de alto riesgo y estuvo
a un paso de la muerte, Argento Riazor la trató con todos los
cuidados y finalmente un año y meses después resultó nuevamente
embarazada, los pronósticos eran optimistas y resulto que esperaba a
un varón, pero al final de su embarazo todo se complicó y ambos
perdieron la vida.
Christina tenía dos años cuando su madre murió junto con su
hermano menor, su padre por el dolor de la pérdida la desatendió por
completo, a partir de entonces ella siempre se sintió muy sola...
La residencia principal de Christina estaba en el Distrito
Comercial, aunque su padre viajaba mucho ella se quedaba en casa al
cuidado del ama de llaves, Maggie, su vida era tranquila, no tenía
muchas amigas porque casi no salía de su hogar, pero a los tres años
de edad su vida cambió, a su casa llegaron un hombre y su pequeño
hijo, un niño de su edad que era muy tímido y se ocultaba detrás de
los pantalones de su padre.
- Señor Sargás, le presento a mi hija y heredera de todo lo que
tengo, se llama Christina.
El hombre se agachó para saludar a Christina.
- Hola princesa, mi nombre es Mirkos Sargás y estoy aquí para
servirte.
Argento Riazor le señaló al pequeño que estaba detrás de
Mirkos.
- Mira Christina, ese niño es su hijo, se llama Lesath
Crossifixio y vino para ser educado aquí, espero que lo hagas
sentir como en su casa.
Christina esbozó una sonrisa, le gustó el niño, pensó que con
él en la residencia ya no estaría tan sola.
- ¡Hola Lesath!
El niño apenas la observaba de reojo, tenía la mirada baja,
sintió un extraño escalofrío cuando esa niña le habló, pensó que era
la criatura más bella que jamás había visto, sintió pena, no estaba
acostumbrado a tratar con otros infantes, con voz apenas audible le
responió:
- Me llamo Cross.
Su padre lo golpeó.
- ¡Cállate niño! Que te llamé como quiera.
La niña le seguía sonriendo.
- Me gusta el nombre de Cross, entonces llámame Chris.
El infante en un principio se quedó callado, pero sintió la
mirada hostil de su padre, en cambio, él seguía con la mirada en el
suelo.
- Hola Chris.
- ¿Cuántos años tienes? – preguntó la niña.
- Tres.
Christina tomó la mano del pequeño Cross.
- ¡Yo también! Vamos a ser buenos amigos.
Cross no respondió, agarró su maleta y siguió a su padre, pero
por alguna razón por primera vez en su vida se sintió feliz, fue un
sentimiento que le agradó. Por su parte, Christina estaba contenta,
por fin había en la casa alguien con quien jugar, ese niño era callado
pero se veía simpático.
Después de dos semanas Christina estaba decepcionada,
Cross no jugaba con ella, todo el día se la pasaba con tutores
estudiando y aprendiendo técnicas de combate, su padre le había
prohibido terminantemente que lo interrumpiera en sus lecciones. Un
día vio a Cross comiendo viendo el lago de su casa.
- ¿Es bonito verdad?
Cross tardó en contestar, la niña lo intimidaba.
- Si, mucho.
- ¿Quieres jugar conmigo?
Cross jugaba con su comida, evitaba ver a Christina, pensaba
que si la veía mucho ella se enfadaría y nunca más le volvería a
hablar.
- No se si pueda.
- Ahora no estas entrenando ni estudiando... ¿verdad?
- No, me dan una hora para comer.
- ¡Entonces en esa hora puedes hacer lo que quieras!
- No se…
- Yo soy la dueña de esta casa y digo que en tu hora de comida
puedes hacer lo que quieras.
Cross se rindió, no podía negarle nada a esa niña, daba lo
mismo que le pidiera jugar juntos o que se enterrara un cuchillo, él
sin pensarlo lo haría.
- Bueno, entonces si quiero jugar contigo.
Al final de ese día Christina estaba muy emocionada, Cross
era muy divertido y no le daba miedo nada, pero lástima que su
tiempo para jugar fue muy corto, lo llamaron cuando estaban en lo
mejor, pero al día siguiente lo buscaría a la hora de la comida y
continuarían su juego en donde se quedaron, se fue a dormir feliz. Al
día siguiente fue a buscar a Cross, cuando este la vio se iluminó su
rostro.
- ¿Vamos a jugar otra vez?
- Si, continuaremos en donde nos quedamos.
Se hizo costumbre la hora de la comida, Christina realmente
disfrutaba jugar con Cross, él siempre estaba dispuesto a hacer lo que
fuera, no como los otros niños que conocía que eran odiosos, de
hecho, prefería jugar con Cross que con sus amigas.
Pasó un año y Christina no sólo comía con Cross, también
entrenaba con él en las tardes, el profesor Tokugawa se lo permitía
siempre y cuando no lo distrajera, Cross se había vuelto su mejor
amigo en todo el mundo, le diría a su papá que no lo hiciera trabajar
tanto y lo dejara jugar más con ella. Al buscar a su padre se encontró
con su guardaespaldas particular.
- Hola Lothar. ¿Está mi papa en su estudio?
- Si princesa.
- Gracias, entonces voy a hablar con él.
- Ahora está ocupado, pero si quieres yo te llamo cuando se
desocupe.
- Está bien, es que quiero pedirle que no haga trabajar tanto a
Cross, quiero que le de más tiempo libre para jugar conmigo.
Lothar cargó a la niña y la llevó al jardín.
- Mira princesa… ¿puedes guardar un secreto?
- Si. ¡Cuéntame!
- Aunque Cross no es un sirviente y tu papá lo trata como uno
más de la familia, no lo es, ese niño fue traído aquí para ser
entrenado, si le pides a tu papá lo que me dijiste te prohibirá
que juegues con él y no quieres eso... ¿verdad?
- No, yo no quiero que me prohíban jugar con Cross.
- Entonces mejor no digas nada y que todo siga igual. ¿Está
bien?
- Si Lothar.
Christina estaba decepcionada, pero Lothar nunca le había
mentido, ya había tenido razón una vez que le dijo que no
desobedeciera a su padre y lo hizo, el resultado fue que su papá la
castigó por un mes, sabía que su padre enojado era capaz de
prohibirle jugar con Cross, por ahora no le diría nada, pero buscaría
el momento adecuado.
Todo siguió igual, Christina continuaba jugando con Cross en
las comidas y entrenaba con él en las tardes, su padre estaba viajando
mucho y no se había presentado la oportunidad de hablar con él, sus
esperanzas de comentarle sus pretensiones se diluyeron a los seis
años, fecha en que se volvió a casar su padre, estaban presentes los
hijos de las familias más influyentes de todo Boleria, Christina quería
presentarle a sus amigos a Cross.
- Papá... ¿puedo invitar a Cross a la fiesta?
- No hija, él esta entrenando.
- Pero es domingo.
- Sabes que entrena todos los días.
- Pero es sólo esta vez.
- No Christina.
- Entonces ya no quiero ir a la fiesta, odio a Janette y a sus
hijos.
- Mira hija, vas a ir a la fiesta y vas a atender a los niños de los
invitados. ¿Entendiste? Y ya no quiero que juegues con
Cross, lo distraes de sus obligaciones.
Al escuchar a su padre, Christina vio el error que había
cometido, Lothar se lo había advertido, lo único que le quedó fue
suplicar.
- No, perdóname papá, ya no lo vuelvo a hacer, ya no te voy a
pedir nada, solo déjame jugar con Cross.
- He dicho que no.
- Desde que se murió mi mamá siempre estoy aquí encerrada,
no tengo a nadie con quien jugar, sólo Cross y es un ratito,
por favor, no me quites eso.
- Ahora jugarás con los hijos de tu nueva madre, Janette.
- ¡No! ¡Ella no es mi madre! Sólo es tu esposa, además, no
soporto a sus hijos, Thitus es un abusivo y Meirelle me odia,
no quiero que regresen a la casa, Craig me caía bien pero
dicen sus hermanos que se perdió, por favor, déjame jugar
con Cross.
El llanto de Christina era realmente sentimental, Argento
Riazor tuvo que ceder.
- Está bien, pero recuerda: no lo molestes mientras entrena...
¿entendiste?
- Si papi, gracias, te quiero mucho.
Riazor abrazó a su hija y la cargó de regreso a la mansión, ese
mismo día por la noche Christina se escapó a ver a Cross.
- ¿Estas dormido?
- No, muchas felicidades Chris.
- ¿Te acordaste?
- ¡Claro que sí! ¡Es tu cumpleaños! ¿Cómo se me iba a olvidar?
- Por la boda se les olvidó a casi todos, hasta a mi padre, menos
a Bastián, a Lothar y a Maggie. Son los únicos que me
quieren. Y claro, tú también. Perdóname por no comer
contigo.
- No te preocupes, era la boda de tu papá y tenías que estar en
tu fiesta.
- La fiesta estuvo aburrida, si tú no estás no es lo mismo, pero
te traje un pedazo de pastel.
- Gracias. ¿Lo compartimos?
- No, yo ya comí mucho, ese es para ti solito.
- Que rico, oye Chris, yo también te tengo un regalo…
- ¿En serio? ¿Que es? ¡Dámelo ya!
- Espera a que me termine mi pastel.
- No. ¡Dámelo ya!
- Bueno, es muy sencillo y no está bien hecho, pero lo hice
para ti.
Cross le dio una cadena de oro con tres pequeños cilindros de
metal que corrían alrededor de la misma, cada uno tenía un número,
I, II y III.
- Dice mi padre que esta cadena era de mi mamá, como no
tengo nada es mi pertenencia más valiosa y quiero que tú la
tengas, los cilindros yo los hice, son tres porque representan
los tres años que llevo de conocerte.
- ¡Que bonita! Es el mejor regalo que me han hecho en toda mi
vida, te prometo que va a ser mi tesoro más valioso y siempre
lo voy a guardar.
- Señorita Christina. ¿Que hace aquí?
Cross vio la cara de terror de Christina.
- Mirkos, sólo le traje un poco de pastel a Cross…
- Vamos con su padre, no debería estar aquí.
Chistina empezó a llorar.
- No, por favor Mirkos, con mi papa no, me va a castigar…
- Lo siento, pero no tengo otra opción.
Cross tomó a su padre del brazo con firmeza, debido a su
entrenamiento tenia una fuerza más allá de lo normal, estaba
lastimando a Mirkos.
- Por favor padre, déjala ir, es su cumpleaños, yo le rogué que
me trajera pastel, es mi culpa.
Al escuchar esto Christina iba a decir algo, no iba a permitir
que Cross se echara la culpa por algo que ella hizo.
- No, Mirkos yo…
- Vete Christina, yo hablo con mi padre.
- Está bien, gracias Mirkos, buenas noches.
Cuando Christina se fue, Mirkos se libró del apretón de Cross
y lo golpeó con el puño cerrado en el rostro.
- Idiota. ¿No te das cuenta que nos pueden correr por eso?
- ¿Por qué? Ella es la hija del dueño y puede hacer lo que
quiera.
- No seas imbécil, porque es la hija del dueño no puede
relacionarse contigo, aunque no hagas trabajo de sirviente así
es como te ven en esa casa, como gente de segunda, sólo te
están entrenando para que en un futuro les sirvas, que no se te
olvide.
- No padre.
- Ahora ya sabes que hacer.
Cross se quitó la camisa y puso las manos contra la pared, su
padre lo azotaba con un fuete, ya no lo golpeaba con los puños
porque a Cross no le hacía nada, sus maestros lo maltrataban más,
pero había aprendido que su amistad con Christina no estaba
permitida, de ahora en adelante sería mas cuidadoso.
Mientras Mirkos castigaba con saña a su hijo, pensó en lo que
iba a hacer, tenía la intención de hablar con Argento Riazor al día
siguiente, pero tuvo una mejor idea, Christina era la hija del patrón,
quizá algún día le serviría la amistad con Cross, decidió callar.
Cuando Christina llegó a su habitación estaba realmente
espantada, tomó el regalo de Cross y lo guardó, se acostó pero no
pudo dormir. Al día siguiente fue a comer con Cross como siempre.
- ¿Cómo te fue? – preguntó Christina.
- ¡Bien, pero que carita tienes!
- Es que no pude dormir.
- No te preocupes, mi padre no dirá nada.
- ¿En serio?
- Si, en serio.
- Que bien… ¿a que vamos a jugar?
- Hoy no vamos a jugar, nos vamos a recostar a ver el lago y tú
vas a descansar.
- Me parece bien.
Christina jugaba con una pequeña cicatriz que tenía en el
brazo, Cross le preguntó:
- ¿Todavía te duele?
- No, ya no.
La cicatriz era producto de una pelea con Meirelle, un año
antes de la boda, Janette Azzán se había ido a vivir con Riazor a su
casa del Distrito Comercial con sus hijos, a Meirelle le gustaba
Cross, pero él sólo hablaba con Christina, eso enfurecía a la hija de
Janette quien siempre molestaba a Cross ante la mirada divertida de
su madre, Cross jamás se defendía ni contestaba a sus insultos,
simplemente la ignoraba, situación que enfurecía más a la niña,
generalmente lo hacía cuando no estaba Christina, ella siempre
defendía a Cross y su padrastro era muy estricto en lo tocante a
molestar a su discípulo.
En una ocasión Meirelle golpeó a Cross con una piedra y éste
sangró, Christina la vio y la golpeó en el rostro, entonces Meirelle la
atacó, la hija de Janette tenía la sangre, fuerza y educación de un
guerrero, lastimó a Christina, Cross quiso intervenir pero el
guardaespaldas de Janette se lo impidió, un enorme guerrero con un
casco de gladiador que le cubría la mitad de la cara.
Lothar llegó a tiempo para contener a Meirelle y golpear al
guardaespaldas de Janette, al enterarse Riazor de la agresión envió a
su hijastra a estudiar a la capital del país, antes, ya había enviado a
Thitus al Cinturón del edificio principal de la Ciudadela y aún no
encontraban a Craig. De golpe se habían librado de esos niños que
eran su pesadilla.
- Me acuerdo cuando te golpeó Meirelle, te abrió todo el brazo.
- Yo casi no recuerdo nada, mejor, lo bueno es que ya no vive
aquí. Me alegro que Mirkos no dijera nada de lo de ayer, si
mi papá se hubiera enterado me habría prohibido volver a
hablarte y yo no quiero que eso suceda.
- No te preocupes, eso nunca va a pasar, yo no lo permitiré.
A partir de ese momento ambos supieron que debían ser más
cuidadosos con su amistad, pero al fin y al cabo eran sólo unos niños,
en una ocasión estaban muy entretenidos en un juego cuando
escucharon el sonido en los altavoces que utilizaban los maestros
para llamar a Cross a clases.
- Ya me voy, mañana seguimos.
- Espera Cross, no te vayas, vamos a jugar otro rato.
- Pero es que ya me están llamando…
- Sólo un ratito.
Cross observó a Christina, no podía negarse a algo que ella le
pidiéra.
- Está bien.
El ratito se convirtió en tres horas de juego, Cross perdió la
noción del tiempo, cuando regresó, su profesor ya lo estaba
esperando.
- ¿Por que la tardanza?
- Perdón, es que no escuché la campana.
- ¿Y por eso te extraviaste tres horas? ¿Donde estabas?
Cross no lo podía creer, el tiempo había volado, él pensaba
que no habían sido más de veinte minutos pero habían sido tres
horas.
- Me quedé dormido.
- No debes faltar a tus entrenamientos muchacho, no sólo
pones en peligro tu estancia y la de tu padre aquí, también
peligra el empleo de todos tus maestros.
- No, yo… lo siento maestro, acepto el castigo que me
imponga, no tengo disculpa, le aseguro que no volverá a
suceder.
- Está bien, vamos a entrenar.
- ¡Eso no! – Quien hablaba era la señora de la casa –. Aquí no
se tolera la indisciplina.
- Lady Janette. – El profesor la saludó –. El chico aprendió su
lección, ahora debe entrenar.
- Con razón es un desobligado, sus maestros no tienen
disciplina.
- Usted no va a decirme como entrenar a mi estudiante,
cualquier reclamación que me la haga Lord Riazor, él es
quien me paga.
- Cuidado con como me habla profesor, soy mujer pero tengo
quien me defienda. – Su guardaespaldas dio un paso al frente.
El maestro no temía al protector de Lady Janette, pero no
podía retarlo, ella era la esposa de su empleador.
- Si la ofendí le ruego me disculpe, ahora me retiraré con mi
alumno.
- El joven Lesath no irá a ninguna parte, faltó a sus
entrenamientos por jugar con mi hija, ahora tendrá que
responder por su falta ante mi esposo.
Al escuchar eso Cross sintió miedo de que por su culpa fueran
a castigar a Christina, jamás pensó en lo que le sucedería a él, corrió
hacia Lady Janette y la tomó por el vestido.
- ¡No, por favor!
Cross no pudo decir más, el guardaespaldas de Lady Janette
lo golpeó en la cabeza, perdió el sentido.

- ¿Christina?
Christina abrió los ojos lentamente, estaba adormilada, sonrió
cuando vió quien la despertaba.
- Hola Lothar. ¿Que paso? ¿Por que estás tan serio?
- Tu padre quiere verte, ven conmigo. – Christina siguió a
Lothar, mientras caminaban el guardaespaldas le advirtió –:
Por favor, si estimas y quieres seguir jugando con Cross, veas
lo que veas no digas nada. Acepta tu castigo y cúmplelo.
¿Ok?
Christina, sintió un miedo profundo.
- ¿Que pasó?
- Creo que lo sabes, pero tu padre te lo dirá.
Cuando Christina llegó al patio con Lothar sintió que el
corazón se le salía, Cross con la mitad del rostro hinchado estaba de
pie junto al lago con la cabeza agachada. Argento Riazor le habló a
su hija:
- Christina, quiero que veas esto.
La hija de Riazor guardó silencio, el dueño de la casa le habló
con autoridad a su pequeño amigo.
- Cross, has defraudado mi confianza, yo te he dado cuanto
tienes y tú me pagas con desprecio hacia lo que te ofrezco,
eso no lo puedo perdonar, tú y tu padre tomen sus
pertenencias y váyanse de mi casa.
Cross seguía con la cabeza agachada, así le respondió a su
mentor:
- Disculpe señor Riazor, no pretendía insultarle, ni mi padre ni
la señorita Christina tienen que ver con mi comportamiento,
si quiere que me vaya así lo haré, pero déjeme irme yo solo,
si me da una nueva oportunidad aceptaré mi castigo y le
aseguro que no lo volveré a decepcionar.
Argento Riazor tenía la mirada severa, con paso solemne se
paseó entre los maestros de su protegido y les preguntó:
- Profesores... ¿que tal es Cross en sus estudios?
- Poco más que un genio – respondió uno de ellos –, sería un
verdadero desperdicio el dejarlo ir, terminará muerto o como
un delincuente, sería una lástima teniendo tanto potencial.
- ¿Y en sus ejercicios de combate?
- El niño es una máquina – contestó el profesor Tokugawa –,
soporta rutinas de ejercicios que no aguantaría un adolescente
acostumbrado a ejercitarse, tiene mucho futuro.
Argento Riazor se detuvo enfrente de Cross.
- Yo no doy segundas oportunidades, pero al parecer tus
profesores que fueron los ofendidos si la dan, espero que la
aproveches.
- Si señor, gracias maestros.
El muchacho notó que su profesor de lucha no se encontraba
entre sus maestros, temió que por su culpa lo hubieran corrido pero
no dijo nada, su situación en ese momento era crítica. Cross se
disponía a retirarse cuando Lady Janette intervino.
- Argento... ¿lo dejarás irse así como así?
- Sus maestros que fueron los ofendidos lo han perdonado, él
dijo que no volvería a suceder, yo le creo.
- Pero debe saber que contigo no se juega. Sólo así aprenderá
su lección.
- ¿Que sugiéres?
- Nada drástico. Sólo unos azotes, así tu hija aprenderá a
obedecerte también.
- ¡No – gritó Christina –. No le pegues. Por favor papá...
Lady Janette observó a su esposo.
- Eres muy blando con ella, por eso hace lo que quiere.
Argento Riazor era una persona a la que no le gustaba que se
cuestionara su autoridad, le habló directamente a Cross.
- Se te dará un castigo de veinte azotes.
- Si señor.
Unos sirvientes le quitaron la camisa a Cross y lo amarraron a
un poste, Christina no soportó ver así a su amigo y empezó a llorar.
Riazor le habló a su guardaespaldas:
- Lothar... ¿puedes por favor?
- De ninguna manera.
- ¿Que?
- Yo no voy a azotar a un niño y menos a este chico.
- Pero que demonios…
Cross se encontraba nervioso y estresado, estaba seguro que
habían despedido a su maestro de lucha, no quería que el señor
Riazor corriera también a Lothar por su culpa.
- Por favor Lothar, castígame, me lo merezco, es mejor que
estar en la calle, ayúdame y azótame, yo aguanto…
- Lo siento Cross, pero no lo haré.
- Entonces Cross se irá – dijo con una sonrisa burlona la esposa
del dueño de la residencia.
- No se preocupe Lady Janette, yo me llevo al niño – le
respondió Lothar..
Argento Riazor vio con furia a su esposa, después le habló a
su protector.
- Espera Lothar, me disculpo contigo, yo sé que no eres mi
empleado, alguien más lo hará.
- Lo azotará Tellus, mi guardaespaldas. – Lady Janette sonreía
triunfante, ver a Lothar azotar a Cross era bueno, pero que lo
hiciera Tellus era todavía mejor.
- ¡No! – gritó Lothar –. El no… yo lo haré.
Argento Riazor mostraba señales de estar cansado, quería
salir de eso lo antes posible.
- Lo siento Lothar, esto no es un juego, adelante Tellus.
El guardaespaldas de Lady Janette se encargó de dar los
azotes, Christina se puso a gritar desde el primero que recibió Cross.
- Uno.
- Noooo ¡Ya no le pegues! ¡Déjalo!
- Dos, tres, cuatro…
- ¡Que lo dejes te digo! ¡Pégame a mí, ya no le peguen a él! ¡Es
un niño!
- Cinco, seis, siete, ocho…
- ¡Te odio, te odio, ya déjalo!
- Nueve, diez, once, doce…
Lothar le gritó a Maggie.
- ¡Ya vio suficiente, llévate a la niña!
Maggie se levantó de inmediato, ni siquiera volteó a ver a su
patrón, tomó a Christina y se la llevó, la niña estaba sufriendo una
crisis nerviosa.
- ¡No! – gritó Lady Janette, se puso enfrente del ama de llaves
impidiéndole avanzar –. Por eso la niña es muy blanda, la
consienten demasiado, que vea.
Christina seguía implorando, aunque por el llanto apenas se le
entendía.
- Por favor, que lo deje Maggie, dile que ya no le pegue, que lo
deje en paz, que me peguen a mi, yo tuve la culpa.
- Señor, la niña se ve mal. – El ama de llaves suplicaba con
lágrimas en los ojos.
- Está bien Maggie, llévatela.
Janette se opuso
- Pero Argento…
El señor de la casa le gritó furioso a su esposa. Estaba
arrepentido del castigo, se había dejado manipular por ella y ahora no
podía echarse para atrás, el castigo debía cumplirse.
- ¡Cállate! ¡Jamás te atrevas a cuestionar mis órdenes! Llévate
a mi hija Maggie.
El ama de llaves se metió a la residencuia principal a toda
prisa con la hija del patrón, sufría tanto como ella el castigo de Cross,
lo quería como si fuera su hijo. Afuera, Tellus continuaba con el
castigo.
- Trece, catorce, quince, dieciséis...
Lothar le había susurrado a Cross que en cuanto ya no
aguantara el dolor abandonara su cuerpo y se desmayara, le había
enseñado esa técnica cuando lo curaban por sus heridas de combate,
pero Cross aguantaba, se resistía a ceder, todavía cuando Christina lo
vio a los ojos antes de que entrar a la casa él le sonrió.
- Diecisiete, dieciocho…
Tellus se estaba ensañando, no pudo evitar hacer una mueca
de satisfacción, Lothar estaba en el límite, se llevó la mano a la
espada y encendió su energía elemental, Argento Riazor le puso una
mano en el hombro.
- Tranquilo Lothar.
- Diecinueve y veinte.
- Ya basta Tellus. – Argento Riazor observó satisfecho que
increíblemente a pesar de la brutalidad de los azotes, Cross
seguía consciente –. Bien muchacho, aguantaste como un
hombre, no te preocupes, no te quedará marca. –
Inmediatamente buscó con la mirada a su chofer –. Bastián,
llévalo al hospital. Y tú Lothar, tranquilízate, ve a algún lugar
y tómate un trago.
- Ningún trago Lord Riazor, ese cabrón se ensañó con el
muchacho.
- Así hago yo las cosas – le respondió el señor de la casa.
- Y yo las hago de manera distinta pero consigo el mismo
resultado, te recomiendo que le busques un nuevo
guardaespaldas a tu esposa, porque este hijo de puta no va a
amanecer vivo…
Tellus volteó amenazante, aceptaba el reto de Lothar, tenían
cuentas pendientes, Lady Janette intervino.
- ¿Qué sucede aquí Argento? Él sólo hizo lo que le ordenaste,
calma a tu perro o Tellus lo matará.
- Que así sea – respondió Lothar –. Sé lo que es ese esbirro, si
yo gano no pasa nada, si pierdo muero, además, tengo
curiosidad, dicen que cuando muere la sombra el zombi
sufre…
- Eso es un insulto Argento, si tú no me defiendes lo haré yo
misma…
- Ya, tranquilos todos, que Tellus y Lothar arreglen su
problema, tú no intervendrás. ¿De acuerdo?
Janette sonrió.
- Lothar no es rival para Tellus.
- Adelante Lothar, terminen rápido con esto y cuidado con
dañar mi casa.
Los guerreros se trasladaron a la zona de entrenamiento, Lady
Janette estaba segura de la victoria de su guardaespaldas pero Riazor
sabía que se equivocaba, aunque ciertamente Tellus era más
poderoso que Lothar, éste pertenecía a la élite más exclusiva de los
guerreros de Arcadia, era un estratega nato, sabía como aprovechar
sus habilidades al máximo y como sacar ventaja de ellas ante rivales
más fuertes, en su vida había vencido a muchos tipos que se
consideraban mejores, la pelea estaba pareja.
La batalla comenzó, Lothar utilizaba su espada y Tellus un
báculo, el combate era de viento contra tierra, después de media hora
de combate la pelea seguía pareja, se notaba la superioridad del poder
de Tellus, pero no lo imponía como era debido, Lothar era mejor
guerrero, ambos decidieron utilizar su técnica más poderosa, Tellus
lanzó una colisión de tierra que destrozaría a Lothar, el
guardaespaldas de Riazor por su parte lanzó el siguiente nivel de su
viento cortante, su técnica más poderosa y definitiva.
Los poderes de ambos guerreros chocaron como dos trenes,
sin embargo, contra la técnica de Lothar no había defensa alguna, era
la fusión de dos fuerzas elementales, viento y metal, acabó con la
técnica de Tellus arrasando también con el guerrero, el
guardaespaldas de Lady Janette se cubrió pero no le bastó, la furia de
Lothar era demasiada, los cortes al cuerpo del guerrero de tierra se
contaban por miles, estos fueron mortales, el verdugo perdió cuando
uno de los cortes le rebanó la garganta, al final, sólo quedó una masa
amorfa en lo que antes fue un cuerpo.
Después de derrotar a Tellus, Lothar se retiró sin decir
palabra alguna, Riazor le preguntó:
- ¿A donde vas Lothar?
- Primero a ver a tu hija, después con Cross.
Cuando Lothar pasó al lado de Lady Janette ésta sangraba por
los ojos, la nariz y la boca. En su rostro se notaba que el dolor era
insoportable. Lothar le preguntó en tono burlón:
- ¿Dolió? Eso pasa cuando se practica la brujería.
- Te juro que pagarás con tu vida por eso. – Lady Janette
apenas podía hablar por el dolor físico que sentía, en
comparación con eso lo de Cross había sido una caricia,
cuando el vencedor se fue le reclamó a su esposo –. ¿Estás
satisfecho ahora?
- Te dije que Lothar era otro nivel de guerrero pero no me
hiciste caso, contra combatientes de su tipo tu magia no
funciona, tú te lo buscaste.
Cuando Lothar llegó con Christina, la niña ya había sido
sedada, pero se negaba a dormir.
- ¿Como esta Cross?
- Va a estar bien, pero me pidió que te dijera que descansaras,
si tú no duermes bien él no va a estar tranquilo y Cross
necesita reposo.
- Está bien, dormiré.
- Buenas noches princesa.
Al ver a Lothar marcharse Chistina empezó a llorar otra vez.
- ¿Le puedes decir que lo siento? No quiero que me odie, todo
fue mi culpa…
- No te preocupes, él nunca podría odiarte, ahora duerme.
- ¿Me pasas esa cajita?
- Aquí la tienes.
Christina sacó la cadena que le dio Cross, la abrazó y se
durmió.

- ¿Donde estoy?
Cross recién se estaba despertando y no ubicaba el lugar en el
que estaba. Lothar no se había despegado de su lado.
- En el hospital amigo, llevas una semana aquí.
- ¿Una semana?
- Si, las lesiones eran graves y tuviste que pasar por cirugía, te
hicieron varias operaciones.
- ¿Y Chris?
- Ella está bien, pero lo que hiciste es muy peligroso, debes
cortar esa amistad.
- Eso es imposible, prefiero que me maten a latigazos a dejar
de jugar con Chris.
- No digas eso.
- Pero es cierto, falté a clases por jugar con Chris, el castigo
valió la pena.
- Cross, quiero que me jures que eso no se va a volver a repetir.
- No te preocupes maestro, hasta yo sé que a la próxima me
lanzan a la calle y no me puedo arriesgar a eso.
- Eres algo especial muchacho.
Cross sonrió, en ese momento Argento Riazor estaba
entrando en la habitación del hospital.
- ¿Como estás Cross?
- Bien señor Riazor.
- Espero que no estés molesto conmigo.
- Claro que no, me lo merecía, le prometo que no volveré a
faltar a ninguna clase.
- Así me gusta muchacho, que seas responsable.
- Al contrario, gracias por la oportunidad.
- Bueno, ya tuviste tus vacaciones, mañana te dan de alta y
regresarás a los entrenamientos.
- Si señor.
- Y en cuanto al profesor de lucha ahora tendrás a otro, Tellus
mató al maestro Ruble.
- ¿Qué? ¿El profesor de lucha está muerto?
- Así es, murió defendiéndote, Tellus se excedió en eso y en tu
castigo, pero no te preocupes, Lothar le dio su merecido…
Cross volteó a ver a Lothar sorprendido.
- Así es Cross – continuó Argento Riazor –, Lothar destrozó a
Tellus por lo que te hizo, lo cortó parte por parte.
El niño notó que su maestro estaba apretando los puños.
- Me alegro, el maestro de lucha no merecía morir, todo fue mi
culpa, además, si alguien se atreviera a ponerle una mano
encima a Lothar yo también lo destazaría miembro por
miembro.
Lothar sonrió, en serio quería a ese niño.
- Gracias Cross, pero lo que hice no estuvo bien.
- Lo sé maestro, pero cuando lastiman a las personas que
queremos no podemos contenernos, todos deben saber lo que
les espera si se atreven a lastimar a nuestra gente.
Riazor ya se había salido, Lothar pensó que no había logrado
su objetivo, abrazó al muchacho y pensó que Tokugawa tenía mucha
influencia en ese chico.
- A propósito Lothar… ¿A que te referías cuando te negaste a
azotarme? Lady Janette dijo que me correría y tú le
respondiste que me llevarías contigo.
- A eso muchacho, de ninguna manera te dejaría en la calle,
tengo mucho dinero y te llevaría conmigo, mi familia es tan
rica y poderosa como los Riazor, pero no te preocupes, eres
más valioso para Argento de lo que te imaginas, él nunca te
correría, hasta los azotes fueron una prueba.
- ¿Y Christina? ¿Fue castigada?
- Ya lo verás cuando regreses…
Cuando Cross regresó a sus entrenamientos Christina ya no
estaba, le dijeron que se había ido de viaje con su padre. Argento
Riazor se había llevado a su hija al extranjero, tenía que resolver
unos asuntos y pensó que sería bueno alejarla un tiempo de Cross y
de Janette, los acompañó un tutor para que no perdiera sus clases.
Lady Janette se molestó y se fue a la casa de su familia al estado de
Riazor.
Cuando se la llevaron, Christina hizo toda una escena, no se
quería ir, pero al final tuvo que aceptar su situación, estuvieron fuera
de Boleria por once meses, después, fueron a Levit en donde estarían
un año.
- Papá. ¿Cuando vamos a regresar a casa?
- Por fin me hablas, ya llevabas un año sin dirigirme la palabra.
- Si quieres no lo hago.
- No, está bien hija, es muy duro para mi soportar tu silencio,
pero lo respeto.
- Es que lo que hiciste no es justo.
- Ya me disculpé por eso Christina, tú también debes respetar
mis decisiones.
- Está bien. ¿Cuando regresamos?
- ¿Por qué quieres regresar? ¿Acaso no te has divertido?
- No es eso – Christina mintió –. Por supuesto que me he
divertido, pero extraño Arcadia.
- Yo también hija, pero me acaban de nombrar emisario en el
estado de Levit y tendremos que estar un año por allá, pero no
te preocupes, tendrás a muchos amigos para jugar.
Christina calló, había aprendido a no mostrar sus inquietudes
a su padre y menos si se trataba de Cross, lo había extrañado mucho,
seguía en contacto con Maggie y hacía que ella le contara todos los
días que hacía Cross.
- Ayy niña, ya te dije que hace de lo siempre, entrenar y
estudiar. ¿No te aburres que siempre te digo lo mismo?
- No, no me aburro, quiero que me des más detalles, si le creció
el cabello, como se ve, si los maestros no lo lastiman, si se lo
pasa bien.
- ¡Christina! Yo no tengo tiempo para esas cosas, no puedo
estar atrás de Cross todo el tiempo, te diré sólo lo que veo y si
no te gusta lo siento.
- Está bien Maggie, no te enojes, ya me voy, sólo dile a Cross
que lo extraño y que espero regresar pronto.
- Si niña.
Maggie nunca le dijo nada a Cross, había visto sufrir mucho a
ese muchacho cuando Christina se fue y no quería darle falsas
esperanzas, ahora se veía tranquilo, ya había aceptado que su amiga
se había ido…
El año que estuvieron en Levit, se le hizo una eternidad a
Christina, se habían establecido como huéspedes en un castillo
perteneciente a uno de los hombres mas poderosos de ese estado:
Neil Rush, quien era el Comandante Supremo de las fuerzas militares
de Levit, tenía ocho hijos, Christina no soportaba a ninguno, las tres
niñas le tenían envidia porque era mas bonita que ellas y todos le
prestaban más atención a ella, los niños, como todos los demás que
conocía eran unos cretinos, a su vez los hijos del anfitrión tampoco
soportaban a Christina, era demasiado traviesa y frecuentemente los
metía en problemas, al final siempre los castigaban a ellos porque
nadie les creía que esa “niñita tan linda” hiciera tales travesuras, pero
lo que en realidad no soportaban era que todo el tiempo se la pasara
hablando de ese tal Cross.
A finales del año en Levit sucedió un hecho lamentable que
marcaría la vida de Christina para siempre, los Riazor fueron
invitados a cazar a los bosques del estado, eran famosos en esa época
por las distintas especies que podían atrapar, era una fiesta que se
celebraba entre los nobles, cada año en esa temporada pasaban una
semana cazando en el bosque en una gigantesca cabaña de campo del
Comandante Supremo. Todos los niños tenían una casita
acondicionada para ellos, había un bérserker de tiempo completo
vigilando que siempre estuvieran en zona segura.
Hacia el final de la semana un chico les estaba contando una
leyenda a todos los demás:
- Dicen que en el lago del bosque vive un monstruo que si lo
ves a los ojos y no te acobardas te concede un deseo…
- Eso no es cierto – dijo Jaan, hijo del Comandante Supremo de
las fuerzas de Levit.
- Si lo es, pero nadie se atreve a ir, dicen que el monstruo es
enorme y da mucho miedo.
- Pues yo no lo creo.
Jaan contaba con dieciséis años de edad, era el primogénito y
atormentaba siempre a Christina, por lo que esta aprovechó la
situación.
- Si no crees que sea cierto... ¿por que no vas y lo compruebas?
- No tengo porque hacerlo.
- Si tienes miedo no tienes más que decirlo y todos sabremos
que eres una niñita.
- Yo no soy una niñita.
- Entonces pruébalo y ve al lago.
Jaan, estaba furioso, esa mocosa lo estaba haciendo ver como
un cobarde y él había caído en su trampa.
- Podría ir pero el bérserker de la entrada, no nos va a permitir
salir.
- Yo se cómo burlarlo.
- No es cierto.
- ¿Que te parece si te digo como lo burlas? En caso de que lo
logres vas al lago y nos traes una de las flores que crecen ahí,
así sabremos si realmente fuiste o no. ¿Te parece bien,
miedosito?
Jaan estaba atrapado, todos los demás niños estaban al
pendiente de su reacción, de hecho, por supuesto que tenía miedo,
pero su odio hacia Christina era mayor y lo estaba ridiculizando
enfrente de todos…
- Está bien, iré, pero no voy a traer ninguna flor, alguien tiene
que ir conmigo para asegurarse de que sí llegué al lago.
¿Quien viene?
- Todos guardaron silencio.
- En vista de que nadie se ofrece... ¿que te parece si vienes tú
Christina? Al fin y al cabo sabes burlar al bérserker y te voy a
necesitar para regresar aquí.
Ante la sorpresa de Jaan, la niña aceptó de inmediato y en
total calma.
- Está bien, te acompaño.
Todos estaban sorprendidos, una chiquilla se acercó a
Christina.
- ¿No te da miedo?
- No, y te aseguro que ese cobarde no va a llegar al lago.
Todos se echaron a reír, las demás niñas estaban
incontrolables, decían que su representante era más valiente que
ellos, Jaan se estaba controlando para no golpear a Christina, pero ya
estaba fraguando un plan…
- Esta bien, manos a la obra, Frank, tu vienes con nosotros.
- ¿Pero yo por qué?
- Por si hay que pelear con el monstruo alguien tiene que
proteger a Christina y traerla a salvo.
Todos se quedaron callados, estaban equivocados, Jaan si era
valiente y no temía enfrentarse al monstruo, además, dejaría
protegida a Christina si había problemas…
Frank era hermano de Jaan, tenía un año menos que él y
estaba realmente asustado, no quería ir, pero le temía más a su
hermano mayor, el monstruo era una posibilidad, la paliza que le
daría Jaan si no lo acompañaba era segura.
- No seas así Jaan, yo no quiero ir – le dijo a su hermano al
oído para que nadie más lo escuchara y lo consideraran un
cobarde.
- Cállate, tengo un plan.
- ¿Cual?
- No vamos a ir al río, iremos a otro lado y ahí nos desharemos
de esa molesta niña.
- Pero… ¿y su papá?
- ¿Que puede hacer su papá? Nadie es más poderoso que
nuestro padre, es el Comandante Supremo, todos le temen,
diremos que fue un accidente, además, todos están de testigos
que la de la idea fue Christina, nosotros sólo la acompañamos
para asegurarnos de que estaba bien.
Frank sonrió, estaba de acuerdo con la idea, odiaba a
Christina por otras razones, desde que llegó le encantó esa niña, era
muy bonita y la llenó de atenciones, pero ella lo despreció en todo
momento, ahora pagaría por tratarlo así.
Salieron por la parte trasera de la casa, Christina ya era toda
una experta para escabullirse, Cross le había enseñado para que
pudiera ir a verlo sin que se dieran cuenta, si podía engañar a Lothar
y a su madrastra que no haría con ese bérserker, el escape fue todo un
éxito, en el fondo ambos chicos esperaban ser sorprendidos por el
guardián y que los regresaran a la casa, nada pasaría, dirían que era
un juego, pero esa condenada niña era astuta, ni modo, ella misma
había sellado su destino. Los tres niños empezaron a caminar por el
bosque.
- Esperen, este es el camino al lago.
- No, ese es peligroso de noche, hay muchos animales salvajes,
iremos por aquí.
- Pero ayer nos fuimos…
- Ya te dije que por ahí es peligroso, yo vengo aquí todos los
años, síguenos y no te pongas necia.
Christina, los siguió pero tenía un mal presentimiento,
después de unos minutos de camino, ya no quiso seguir andando.
- Nos estamos alejando del lago.
- No es cierto, ya te dije que este camino es más seguro.
En ese momento su sexto sentido le dijo a Christina que su
vida corría peligro.
- Ya no quiero ir, regresemos.
- ¿Que? ¿Te da miedo? – le preguntó burlonamente Jaan.
- El lago no, ustedes si.
- ¿Quien es la miedosita ahora?
- Soy yo, regresemos.
- No niñita, no vamos a regresar.
- Entonces regresaré yo sola.
- De ninguna manera... ¡Frank detenla!
Cristina no pudo escapar, empezó a gritar pero nadie la
escuchaba, Jaan sacó un cuchillo.
- Te voy a cortar como un animal. – En eso, el rostro de Jaan se
llenó de terror, no creía lo que estaba viendo… – ¡Frank,
suéltala y huye, ten cuidado!

Al día siguiente cuando el bérserker encargado de la pequeña


cabaña fue a despertar a los niños los miró extrañado.
- Niños, ya despierten, en una hora es el paseo en bote. –Todos
los niños estaban serios y tenían aspecto de no haber dormido
–. ¿Que sucede aquí? – Los niños le contaron lo que había
sucedido, el bérserker se preocupó, estaba en graves
problemas –. ¡Maldición! Esperen aquí.
El bérserker, salió corriendo, sabía que su vida dependía del
bienestar de esos infantes, para colmo no eran cualquier niño, se
trataba de los hijos del Comandante Supremo y la otra niña era la hija
del emisario de Arcadia. ¡Esto podría desatar un conflicto entre los
estados! Llamó a todas las fuerzas militares y les explicó la situación,
inmediatamente se pusieron en movilización.
- ¿Que es lo que sucede Capitán?
- Hay tres niños perdidos Comandante Supremo.
- Que mal, búsquelos inmediatamente, esa es la prioridad.
- Si señor, ya tengo movilizadas a todas las fuerzas.
- Hay que avisar a los padres. ¿Quienes son los chicos?
El Capitán tragó saliva.
- Sus hijos mayores y la hija del emisario.
El rostro del Comandante Supremo cambió de color, tomó al
capitán de las solapas.
- ¿Mis hijos? ¿La hija del emisario? ¡Es usted un imbécil! Esto
puede ocasionar una guerra. Usted era el responsable de esas
criaturas Capitán, considérese despedido y despojado de su
rango, y más le vale por su vida que los niños estén bien.
- Si señor.
El alboroto no se podía ocultar, Argento Riazor se dio cuenta
y buscó a Neil Rush.
- ¿Que pasa Comandante?
- No le voy a mentir Lord Riazor, su hija y dos de mis hijos
están desaparecidos.
- ¿Que sucedió?
- Al parecer ayer en un juego se retaron mutuamente para ir al
lago, se fueron aproximadamente a las diez de la noche, no
han regresado.
- Lothar.
- Estoy en eso.
El guardaespaldas de Riazor se fue de inmediato a buscar a
Christina.
- Comandante... ¿quienes de sus hijos son los que salieron con
mi niña?
- Los dos mayores Lord Riazor, conocen este bosque como la
palma de su mano, su hija está segura con ellos.
- Así lo espero Comandante, le recuerdo que mi hija tiene ocho
años de edad, no está como para andar jugando a “retarse”
con muchachos que le doblan la edad.
- Después hablamos de eso, lo importante ahora es
localizarlos…
Lothar salió por su cuenta, era un experto rastreador, varios
soldados lo siguieron, el guardia de Riazor era una leyenda, hasta en
otros Estados conocían su fama y fue él precisamente quien encontró
a los chicos, estaban ambos tirados con sus cuerpos completamente
destrozados, Lothar estaba preocupado, pero el hecho de que
Christina no estuviera ahí le daba una esperanza.
- Cubran esos cuerpos y regresen.
- Si señor.
Los soldados hicieron lo que Lothar les indicó, ahora se
sentían estúpidos por haberlo seguido, su fama le precedía, estaban
seguros de que él los encontraría, los soldados pensaban regresar
triunfantes con los niños… pero estaban muertos. ¡Y de que manera!
Conocían el carácter de su Comandante Supremo, esperaban no ser el
receptáculo de su furia, envolvieron los cuerpos y muy lentamente se
encaminaron al campamento.
Lothar estaba desesperado, estaba peinando la zona pero no
podía pensar con claridad, ya no recordaba si había pasado por
determinados lugares, su búsqueda era infructuosa, sin saber que
hacer empezó a llamar a gritos a la menor.
- ¡Christina!
Después de varios minutos de gritar finalmente obtuvo una
respuesta.
- ¡Aquí estoy!
El guerrero volteó, a su espalda estaba Christina totalmente
cubierta de sangre. La abrazó.
- ¿Estás bien? ¿No estás herida?
- No lo sé.
Lothar la revisó, en ese momento parecía estar bien, pero no
recordaba nada de lo sucedido, cuando llegaron al campamento la
escena era terrible, el Comandante Supremo y Argento Riazor
estaban a punto de llegar a los golpes.
- ¡Papá!
Argento Riazor volteó, vio a Christina y corrió hacia ella, la
cargó mientras preguntaba por su estado de salúd.
- ¿Como esta mi hija Lothar?
- Bien, aunque no recuerda nada…
- ¡Arréstenlos!
Era el Comandante Supremo quien hablaba, no entendía por
qué sus hijos estaban destrozados y esa niña seguía viva y al parecer
ilesa. Lothar se preparó para el combate, sabía que de esa no saldría,
pero su objetivo no era salir vivo, era crear una ruta de escape para su
cliente y su hija. Argento Riazor estaba totalmente tranquilo, con voz
pausada pero enérgica encaró a Neil Rush.
- Espere Comandante, no sea tonto, la decisión que tome aquí
no sólo le va a afectar a usted, puede terminar en la
aniquilación total de su Estado, no se deje llevar por sus
instintos, piense con la razón, aquí hay varios bérserkers a su
servicio, pero todos han sido entrenados y han salido de
nuestra academia militar, le sugiero que no ponga a prueba
sus prioridades de fidelidad, lo vamos a acompañar al edificio
de gobierno, ahí estaremos mientras se realizan las
investigaciones pertinentes, pero no iremos como prisioneros
y tampoco vamos a ser despojados de nuestras armas, ni mi
guardia particular, ni yo. ¿Entendido?
Neil Rush apretó los puños, quería destrozar al emisario de
Arcadia, a su hija y hasta a su guardaespaldas ahí mismo, pero
como todos en Boleria, le temía a Argento Riazor, sabía de sobra
cuan largo era su brazo, no le quedó de otra que aceptar lo que le
estaba imponiendo.
- Entendido. Soldados, escolten a nuestros visitantes al palacio
de gobierno, yo los alcanzo después, tengo un asunto
pendiente.
Una vez que se retiró el Emisario de Arcadia y sus
acompañantes, el Comandante Supremo fue a ver al bérserker
encargado del cuidado de los niños, estaba atado y de rodillas en el
centro del campo.
- Esto es tu responsabilidad.
- Lo sé Comandante Supremo y acepto mi castigo, sólo le pido
que por favor mis hijos no vean mi ejecución.
- Está equivocado Capitán, su muerte no va a calmar mi dolor,
sólo un dolor igual puede emparejar las cosas.
El Capitán inmediatamente supo a que se refería, volteó a ver
a sus hijos, eran tres, tenían tres, seis y ocho años de edad; los había
llevado al campamento para que se divirtieran, pasaba muy poco
tiempo con ellos.
- No, a ellos no... ¡que alguien me ayude! – suplicaba el
bérserker.
- Observa maldito, sufre lo que yo estoy sufriendo.
Llevaron a los niños a una jaula.
- No, por favor, así no, ellos no tienen ninguna culpa.
- Así murieron mis hijos, así morirán los tuyos.
El Capitán trató de atacar pero fue sometido con ganchos de
metal que traspasaron sus brazos y lo inutilizaron, una niña vestida
con atuendo militar que manejaba energía pura inhibió su poder
elemental. El encargado de vigilar la cabaña de los niños vio a sus
hijos por última vez, los tres estaban llorando y gritándole que los
ayudara, soltaron a los perros salvajes, estaban entrenados para
despellejar a sus víctimas, los usaban para auxiliarlos a cazar,
destrozaron a los niños.
El bérserker fue obligado a ver como los perros salvajes
mutilaban y devoraban a sus hijos, después, el Comandante Supremo
ordenó que los soldados se divirtieran con la esposa y la botaran en
lo profundo del bosque, al bérserker lo torturarían pero no lo
matarían, si se les pasaba la mano los verdugos ocuparían su lugar, el
Comandante Supremo iba a mantener vivo a ese desgraciado para
que sufriera lo más posible.

Una semana después, en el Edificio de Gobierno del Estado


de Levit. Argento Riazor, el Comandante Supremo de las fuerzas
armadas y el Gobernador de Levit, conversaban acerca de lo
sucedido.
- Tranquilos señores, lleguemos a un acuerdo – instaba el
Gobernador.
- ¿Cual acuerdo? Perdí a dos de mis hijos, a mi primogénito
entre ellos porque su hija los retó a salir en la noche.
- Sus hijos eran lo suficientemente grandecitos para dejarse
llevar por lo que decía una pequeña niña. ¿No cree
Comandante?
- Si, pero esa “pequeña niña” no tiene nada de inocente, violó
la seguridad de la vigilancia para que escaparan, exijo una
satisfacción.
- En eso tiene razón el señor Neil Rush emisario, aunque los
hijos del Comandante fueron al bosque por su voluntad, lo
hicieron bajo coerción psicológica de su hija, todos los niños
lo corroboraron y fue ella quien los sacó de la casa infantil
burlando la seguridad de un bérserker salido de su academia y
recomendado por ustedes para nuestro servicio.
- ¿Y que tipo de satisfacción pretende Comandante?
- Perdí a dos hijos, merezco por lo menos ser resarcido con
uno, lo que pretendo es que me de la mano de su hija en
matrimonio para quien ahora es mi hijo mayor, con eso
uniríamos nuestros lazos y yo estaría ganando una hija.
- Eso es imposible.
- No veo otra salida Lord Riazor, quiero evitar de cualquier
forma un conflicto.
- Miren señores, voy a hablar claro, Arcadia está preparada
para la guerra, si eso es lo que quieren barreremos con todo el
estado.
- Cálmese Lord Riazor – le pidió el Gobernador –. Le recuerdo
quienes son los verdaderos gobernantes de este estado: la
familia Yaotl, yo sólo soy un provisional, ellos pesan tanto
como los Riazor o quizá más…
- No, escúchenme bien ustedes, en éste momento Michel Yaotl
padre no gobierna éste lugar. Está enfermo y su hijo tiene
otras preocupaciones. Además, él fue expulsado por los De
Grieff de Arcadia, ese es un secreto a voces, ya no tienen
tanto poder como antaño. ¿Por qué? No lo sé ni me interesa.
Eso sin contar el hecho de que ninguna de las cuatro grandes
familias puede ir en contra de las resoluciones que se toman
en Arcadia o en Ishtar. Yo a pesar de sólo tener un puesto
administrativo en mi estado tengo más influencia que ustedes
en la Capital y no olviden que también tengo influencia en el
estado de Riazor, mi pueblo natal que es gobernado por mi
hermano, quien por cierto adora a su ahijada. Ishtar no hará
nada, dependen de Arcadia para la protección del país,
créanme que cuando digo aniquilación total es que ni las
bacterias van a sobrevivir…
Esta vez habló el Comandante Supremo, con voz
conciliadora.
- Está bien Lord Riazor, ya estableció su punto y lo acepto,
olvide la satisfacción, en algo tiene razón y es que mis hijos
eran mayores y debieron actuar con más prudencia, eso lo sé,
pero el dolor me ciega, lo del enlace matrimonial se lo iba a
proponer de todas formas antes de que pasara esta desgracia,
uniría a nuestros pueblos y nuestros nietos nos harían olvidar
esta desgracia, no me de una respuesta ahora, tómese el
tiempo que considere necesario, yo sabré esperar.
- Siendo así las cosas agradezco su consideración y su muestra
de amistad, le prometo que pensaré seriamente en su
proposición y aprovecho esta oportunidad para darle mí mas
sentido pésame por lo sucedido a sus hijos.
- Le agradezco sus palabras, aunque no lo pareciere en su
momento estoy feliz de que en esta desgracia su hija haya
salvado la vida, el dolor que siento no se lo deseo a nadie…
Ambos hombres se estrecharon la mano y Argento Riazor se
retiró, le comunicaría a Christina que por fin irían a casa. Ya a solas
el Gobernador de Levit platicaba con Neil Rush.
- Me sorprende su cambio Comandante Supremo. ¿Cree que
Riazor cumplirá?
- No me cabe duda Gobernador, ese cabrón sólo blufeaba con
lo del exterminio, pero lo realmente cierto es que los Riazor y
los Yaotl son aliados históricos y tienen pactos sagrados de
apoyo, si tomamos en cuenta que Argento Riazor es
actualmente el Patriarca de su familia las cabezas que
rodarían en este conflicto son las nuestras. Pero lo que ese
infeliz no sabe es que también tenemos una fuerza armada de
respeto, nuestra fuerza militar es tan grande como la de ellos
y ya tenemos nuestra propia academia militar, todo en
secreto, pero necesitamos a la chica, algún día será la
heredera de los Riazor y entonces seremos el estado más
poderoso del país, trasladaremos la Capital a Levit, la muerte
de mis dos hijos no será en vano, sus nombres serán
recordados como los que hicieron posible el surgimiento del
estado más fuerte de Boleria.

Dos días después Argento Ruazor regresaba en avión al


estado de Arcadia, utilizaba el avión particular de su familia, bebía
despreocupadamente mientras platicaba con su guardaespaldas.
- ¿Como está Christina?
- Dormida, aun está muy afectada. ¿Que fue lo que sucedió
allá, Lord Riazor? El Comandante Supremo estaba decidido a
tomar venganza con nosotros, pero cuando nos fuimos
parecía su mejor amigo…
- Política Lothar, todo no es más que política, a propósito,
gracias por traer a mi hija de vuelta sana y salva.
- Es mi deber protegerlos.
- Lo sé, pero de todos modos lo agradezco.
Argento Riazor ya no confiaba en Lothar cuando se trataba de
Cross o de Christina, prefirió omitirle a su hombre de confianza el
trato ofrecido por el Comandante Supremo. Por supuesto que no
confiaba en Rush, todavía sonreía cuando pensaba en las palabras de
ese hombre: “el dolor que siento no se lo deseo a nadie”, imbécil,
todo mundo supo cómo castigó al bérserker a cargo de los niños. Ese
hombre realmente era cruel, pero había unas cosas que debía
considerar, hasta no valorarlas tomaría su decisión.
CAPÍTULO 2
SENTIMIENTOS

Cuando Christina llegó a la residencia Riazor de vuelta del


Estado de Levit, fue un miércoles por la mañana, Cross estaba
estudiando y la vio pasar, había crecido y se veía preciosa, con el
libro de estudios enfrente de su rostro la siguió con la mirada,
seguramente ya lo había olvidado, de repente Christina giró su rostro
hacia él y le sonrió, Cross sintió que su corazón se aceleraba, después
volteó y vio al maestro Tokugawa saludando, se había hecho falsas
ilusiones, no le había sonreído a él, lo había hecho a su maestro.
A la hora de la comida Cross se apresuro a ir a comer al lago,
no lo había hecho desde que Christina se había ido, posiblemente se
daría una vuelta para saludarlo, pero no llegó, Cross se fue
desilusionado a seguir con su rutina, al término de la misma estaba
terriblemente adolorido, ese día había estado desconcentrado y sus
profesores le habían dado una paliza, no le importó, llegó a su
habitación, se despojo de su playera y observó que ya no tenía
bálsamo para las heridas, pensó descansar así pero estaba demasiado
magullado para dormir, necesitaba aliviar sus músculos, decidió ir a
pedirle más ungüento al ama de llaves.
- ¿Maggie?
- ¿Que pasó Cross?
- ¿Tendrás más ungüento? Ya se me acabó el que me diste.
- No, pero ahora te lo preparo y te lo llevo, mira nada más
como estás mi niño, ahorita yo te ayudo a untártelo.
- Gracias.
Cross regresó a su habitación, se puso a repasar sus estudios
en lo que llegaba Maggie, pero no tenía cabeza para nada, sólo
pensaba en la hija de Riazor, en cuanto llegara el ama de llaves le
pediría que le contara todo lo que sabía, aunque Christina ya lo
hubiera olvidado el no lo haría, le interesaba todo lo que estuviera
relacionado con ella, todo el tiempo le preguntaba por Chris, sin
embargo, Maggie siempre respondía que no sabía, pero ahora sin
duda algo debía de saber, estuvo toda la tarde con su única amiga.
Cross estaba inmerso en sus pensamientos cuando tocaron a
la puerta.
- Pásale Maggie. ¿Me puedes untar tu bálsamo en la espalda?
Es donde más me duele. – En cuanto el joven aprendiz de
guerrero sintió que le untaban el bálsamo, inmediatamente
sacó a relucir el tema del arribo de su amiga –. Maggie... por
fin llegó Chris.
- Lo sé.
En cuanto escuchó esa voz, Cross supo inmediatamente que
no era Maggie, volteó de inmediato. Habló con un susurro:
- Chris…
- Hola Cross. ¿Como has estado?
- Bien.
- ¿Y que me cuentas? ¿Que has hecho?
- Nada.
- ¿Que no te alegras de verme?
- Si.
- ¿Y entonces?
Cross se quedó mudo, sólo podía hablar con monosílabas, no
podía creer lo que veía, Christina sí se acordaba de el, lo veía
sonriente.
- ¿Ni siquiera me vas a dar un abrazo después de dos años?
Cross abrazó a su amiga, la única que había tenido, lo hizo
tímidamente, apenas si la tocó, en cambio Christina lo abrazó
fuertemente, Cross sintió que nunca en su vida había sido más feliz
que en ese momento.
- Creí que te habías olvidado de mí.
- Eso nunca, siempre te mandaba saludos con Maggie.
- No me dijo nada.
- ¿Nada? ¡Voy a hablar muy seriamente con ella!
- Déjalo, sus motivos tendría, lo importante es que estás aquí.
- Si, y ya no me voy a ir.
A partir de ese momento Cross y Christina retomaron su
amistad, fue como si nunca se hubiera ido, aunque sí había cambiado,
ahora se veía más distinguida, se veía diferente, más madura, pero
con él actuaba como si aún tuvieran seis años. Christina iba a la
escuela más prestigiada y exclusiva del Distrito Comercial, pero
siempre llegaba sin falta a casa para comer con Cross, había hecho
muchos amigos en la escuela, algunos por beneficio propio toda vez
que les convenía ser amigos de “una Riazor”, otros por simpatía y
algunos más porque les gustaba Christina, ahora era la chica más
popular de su escuela, era muy simpática y bastante educada, pero
sobre todo, era la más bella, rechazaba todo tipo de invitaciones de
los chicos con cortesía, nunca realizaba ninguna actividad fuera de
los horarios escolares, siempre se iba directo a su casa.
- Vamos Chris. ¿Por que nunca nos quieres acompañar de
compras o al cine?
- Lo siento, es que tengo obligaciones en casa.
- ¡Pero si eres una Riazor! ¡Tienes sirvientes para todo!
- Así es, pero mi padre es muy estricto. ¡Nos vemos!
Y siempre llegaba a comer con Cross, pero ahora ya no
jugaban, se la pasaban platicando, Christina le contaba sus aventuras
en el extranjero a Cross quien se maravillaba con lo que escuchaba,
también desde que llegó le dijo que ahora sería ella la que se
ocuparía de curarle sus heridas de entrenamiento, al principio Cross
se negó, pero Christina insistió, al final el muchacho cedió, no podía
negarle nada, cuando su amiga le platicó lo de la muerte de los chicos
de Levit, Cross se enfureció.
- ¿Por que no dijiste nada?
- Porque la situación ya estaba muy tensa, ese hombre me veía
con mucho odio y estábamos en sus dominios. ¡Creí que nos
iban a matar!
- Entonces esos desgraciados te estaban atacando…
- Si.
- Pero... ¿como es posible que no recuerdes nada más?
- No lo sé, únicamente llega a mi memoria la cara de terror de
Jaan y cómo le decía a su hermano que corriera, después sólo
recuerdo que estaba tirada hecha un ovillo en el bosque y toda
cubierta de sangre, escuché la voz de Lothar y fui a su
encuentro.
- Yo creo que ese animal se concentró en los chicos y mientras
tanto tú lograste escapar, el miedo y la adrenalina te hicieron
olvidar esa escena.
- ¿Porque lo dices?
- Hay veces en el entrenamiento que me golpean tan duro que
pierdo el conocimiento y después me dicen que pelee como
un tigre, al parecer en situaciones desesperadas tu instinto de
conservación te salva.
- Si, debe de ser eso – pensó Christina, se recostó en el hombro
de Cross y cambió el tema de la conversación.

Pasaron dos años, la amistad entre Cross y Chris se hizo más


estrecha, Janette Azzán también volvió a la residencia, pero se
evitaba con Christina, Argento Riazor había dejado muy en claro que
no se metiera con su hija, los hijos mayores de Janette también
dejaron de ir, en vacaciones era su madre quien los visitaba y los
llevaba de viaje. Ahora todo era más sencillo para los jóvenes
amigos, sin embargo, el Tesorero del Distrito Comercial no veía con
buenos ojos la relación de su hija y su pupilo.
- Ven Christina.
- Dime papá.
- ¿Porque nunca haces actividades con tus amigos fuera de la
escuela?
- Porque no me divierten, los trato correctamente en la escuela,
pero no tengo ganas de convivir con ellos fuera de ella, todo
su mundo gira con respecto a lo que tienen y a lo ricos que
son, me aburren.
- Pero las relaciones sociales son buenas.
- Lo sé y puedes constatar que soy la más popular de la
escuela, pero no pienso convivir con nadie fuera de ella.
- Aunque no lo creas yo era igual que tú, pero el próximo mes
cumples diez años y vamos a hacer una gran fiesta, invita a
todos tus amigos.
- Ayy no, papá.
- Ya lo he decidido, la fiesta será inolvidable.
- Está bien, gracias.

El día de la fiesta Christina usó la cadena que le había


regalado Cross, ahora ya contaba con siete cilindros, le había dado el
séptimo un día antes.
Todas sus amigas llegaron y enseguida la abordaron, estaban
intrigadas con ese chico del que siempre hablaba Christina.
- Vamos Chris, muéstranos a tu galán.
- Ya les dije que no es mi galán, sólo es mi amigo.
- Es que es muy raro que alguien como tú haga amistad con la
servidumbre.
- En primer lugar eso no tiene nada de malo, las personas son
personas, no importa su status social y en segundo lugar no es
un sirviente, esta aquí para estudiar.
Una chica en tono malicioso le preguntó:
- ¿Y porque no va a la escuela contigo?
Christina sonrió
- Porque es un genio que necesita de clases especiales, tiene
nuestra edad pero su nivel académico es muy alto, está a
punto de terminar sus estudios superiores, aparte de que es el
campeón de todo el Distrito en técnicas de combate, síganme,
les voy a mostrar todos sus trofeos.
Las niñas se quedaron boquiabiertas, el salón de trofeos
parecía una tienda, había más de los que pudieran contar.
- Bueno Chris, por favor, ya no nos dejes con la duda y
preséntalo, quizá es ineligente y atlético, pero yo creo que es
un adefesio…
- Sólo por decir eso se los voy a presentar… pero rápido, mi
papá se enfada si lo distraigo de sus estudios.
Las chicas siguieron a Christina con una risa de complicidad.
Encontraron a Cross en la parte lateral de la casa, estudiaba al aire
libre.
- Hola maestro, hola Cross.
- Hola Christina. – El profesor la saludó –. Felicidades, linda
fiesta, hola chicas.
Cross se quedó callado sólo se limitó a sonreírles.
- Les estaba mostrando la casa a mis amigas maestro, perdone
la interrupción.
- No te preocupes, síganse divirtiendo, mucho gusto chicas.
- A propósito maestro… ¿en que grado iría Cross si estuviera
en la escuela?
- Estaría a punto de iniciar una maestría, este muchacho no
tarda en darme clases a mí...
Todas las chicas sonrieron y se despidieron de Cross.
- Adiós Cross, gusto en conocerte.
- Igualmente, felicidades Chris.
- Gracias.
Una vez que se alejaron las chicas no dejaban en paz a su
anfitriona.
- Es guapísimo Chris, si yo lo tuviera en mi casa tampoco
saldría mucho.
- ¡Ya sé! ¡Invítalo a la fiesta!
- Ya lo hice, pero debe continuar con sus estudios y los
entrenamientos, termina muy agotado.
- ¿Y cuando es que convives con el?
- A veces comemos juntos...
- ¿A veces? Creo que te quedaste corta amiga.
Christina se puso roja de vergüenza.
- Ya déjenme en paz, mejor vamos a la casa que los chicos ya
deben haber llegado.
- Bueno vamos, aunque comparados con tu geniecito ahora me
parecen unos simios.
Todas rieron y se fueron a la casa principal a divertirse. La
fiesta se había llevado a cabo normalmente, hasta que un chico
mayor le habló a Christina.
- Oye Chris, que gran fiesta.
- Gracias.
- ¿Me puedes dar un minuto?
- Claro, dime.
- ¿Podemos ir a otro lugar? Aquí hace mucho ruido.
- Está bien, vamos a la vuelta de la casa.
Ambos caminaron hasta llegar al costado de la casa principal.
- Christina, creo que ya lo sabes, me gustas…
- No lo sabía Alfred y te agradezco que me lo digas, pero por el
momento así estoy bien.
- ¿Pero no te gustaría ser mi novia? Soy el chico más popular
de la escuela, el más atractivo y el mejor deportista también,
todo mundo cree que hacemos una buena pareja.
- No me interesa lo que piense todo mundo, no estoy interesada
y además, mi padre dice que estoy muy chica para tener
novio.
- Pero ya hable con Lord Riazor, me enseñaron a ser un
caballero y primero pedí su permiso para cortejarte, el aceptó,
tengo catorce años y ya trabajo con mi padre.
- Si mi padre aceptó entonces sal con él, porque yo no estoy
interesada.
- ¿Por que me rechazas?
- Porque no quiero tener novio.
- ¿Pero al menos te atraigo?
Christina ya se estaba molestando.
- Mira Alfred, no me gustas, no me atraes, no me interesas, ni
siquiera me agradas y sinceramente ya me estás hartando, no
voy a salir contigo ni hoy ni nunca... ¿entendiste?
Regresemos a mi casa.
Alfred se enfadó con la respuesta de Christina, lo estaba
humillando.
- Espera zorra.
- ¿Que?
- ¿Por que andas con tu carita sonriente por todos lados si vas a
rechazar a quien se te acerca?
- Déjame bruto, me lastimas.
Cross lo había visto todo, su habitación daba a ese costado de
la casa, Christina lo había invitado para que se diera una vuelta una
vez que hubieran terminado sus actividades pero él se negó, no
estaba acostumbrado a estar entre tanta gente, bajó en segundos y se
plantó detrás de Alfred.
- Déjala imbécil o te parto en dos.
Alfred volteó y vio a Cross, era más pequeño que él, eso le
dio confianza.
- Desparece niño, te puedo lastimar.
- Última advertencia.
- Ya te recuerdo, eres el niño que llega a las competencias gana
y se va, déjame decirte que yo también gano mis
competencias bebito y soy más grande que tú, así es que
desaparécete.
- Te lo advertí.
Cross atacó a Alfred y no lo hizo como en los torneos, lo hizo
como en los entrenamientos, con sus maestros, hombres curtidos,
especialistas en sus disciplinas que con trabajo lo podían controlar
cuando se enfurecía, la primer reacción de Alfred fue golpearlo en el
rostro, Cross ni siquiera se molestó en esquivarlo, recibió el impacto,
apenas lo sintió, después golpeó a Alfred en la caja torácica,
inmediatamente doblegó a su rival quien perdió el equilibrio y cayó
de rodillas, acto seguido, Cross lo golpeó en el rostro tirándole cinco
dientes, Alfred ya estaba tendido en el suelo y convulsionándose,
Cross con una mano lo levantó por el cuello a la altura de su hombro,
el otro chico ni siquiera se movió, era peso muerto, lo estaban
ahorcando, Alfred ya ni siquiera se defendía, sólo sentía cómo se le
escapaba la vida.
- ¡Cross detente!
Era Lothar quien le gritaba, Cross no le hizo caso, el
bérserker tuvo que golpearlo en las costillas para que soltara a
Alfred.
En cuanto empezó la pelea Christina corrió a su casa a buscar
a Lothar, temía por Cross, por que fuera a cometer una locura y
matara a Alfred, no estaba muy equivocada.
- ¿Como está el chico? – Argento Riazor también había llegado
a la parte lateral de su casa y miraba preocupado a Alfred.
- Está bien, dentro de lo que cabe, llegamos a tiempo – le
respondió Lothar..
- Dile a Bastián que lo lleve al hospital, ven Cross, quiero
hablar contigo.
- Si señor.
- ¿Que te sucede? ¿Estás loco acaso? Pudiste haber matado a
ese chico, no se te entrena para eso.
- Ese chico como usted lo llama atacó a Christina, le advertí
que parara y se fuera, no me hizo caso, si el entrenamiento no
me sirve para proteger a las personas que me brindaron un
techo y comida, sinceramente no sé que hago aquí.
- Esta bien Cross, no conocía los detalles, tu obligación por
sobre todo es cuidar a los Riazor, bien hecho, a partir de aquí
yo me encargo, ve a tu habitación.
- Si señor.
Cristina contempló la escena, nadie más en la fiesta se dio
cuenta del incidente, hasta el otro día…

A raíz de lo sucedido la noche anterior, Argento Riazor


decidió personalmente ir a dejar a Christina al Colegio, en cuanto
llegó fue abordado.
- ¿Señor Riazor?
- A sus órdenes.
Le hablaba un hombre obeso que venía flanqueado por dos
bérserkers.
- Soy Alexis Brunn, consejero financiero del Gobernador de
Arcadia y de otros tres estados de Boleria, soy el padre de
Alfred, mi hijo está en el hospital, lo que pasó me parece
inaceptable.
- Buenos días Consejero, ya nos hemos visto en otras
ocasiones, conozco a su familia y la respeto. Estoy de acuerdo
con usted, lo que hizo su hijo fue deleznable, de milagro esta
vivo, si viene a excusarse por él acepto sus disculpas, pero si
me entero que alguna vez su hijo se acerca a mi niña lo mato
a él y a toda su familia, a toda… ¿me entendió?
- Pero son sólo niños y un salvaje casi mata a mi hijo, y en su
casa, debería ser mejor anfitrión.
- Le repito Consejero, su hijo trato de propasarse con mi hija, y
efectivamente, en mi propia casa, esa falta de respeto no es
tolerable, Alfred tuvo suerte de que lo descubrió mi hijo que
es más pequeño, si hubiera sido yo o mi guardia personal ese
jovencito estaría muerto.
- Valientes palabras de alguien que viene sólo, mis bérserkers
hablan por mi.
Los bérserkers dieron un paso al frente, Riazor esbozó una
mueca de hartazgo, con el puño golpeó su auto.
- Lothar, creo que aquí te hablan.
El guardaespaldas bajó del auto observó a sus rivales y
sonrió.
- Así que usted es el responsable de la educación de ese
pequeño violador...
- Mi hijo no es ningún violador – respondió Alexis brunn
indignado.
- Para mi cualquier hombre sin importar su edad que pretenda
tocar a una mujer sin su consentimiento es un violador y la
pena es la muerte, el chico se salvó, pero no el responsable de
su educación.
El Consejero sintió un miedo de muerte, se resguardó tras sus
bérserkers.
- Caballeros, acaben con ese insolente.
Los bérserkers se vieron entre sí, conocían a Lothar y su
reputación, uno de ellos le habló a su protegido.
- Señor, nuestra obligación es protegerlo con nuestras vidas,
pero he de informarle que conozco al General Lothar, es un
Hobbs de primera línea, fui con él a la academia y ni mi
compañero ni yo juntos somos rivales para él, si quiere que
ataquemos así lo haremos, es nuestro deber; pero espero que
tenga hecho su testamento, porque de aquí no sale vivo…
Alexis Brunn se sentía acorralado, no sabía que hacer, Riazor
le ofreció una salida.
- Mire Consejero. ¿Por qué no dejamos este incidente de lado?
Ambos trabajamos para la administración de Arcadia, un
altercado entre nosotros podría derivar en una guerra entre
nuestras familias, lo que debilitaría a nuestro Estado y
posiblemente al país, eso es inadmisible, dejemos que se
enfríen las cosas y entonces hablamos, es mejor eso a que
ocurra una verdadera tragedia. ¿No cree?
- Si Señor Riazor, yo creo que es lo mejor.
Argento le ofreció una tarjeta a Alexis Brunn.
- Tome, pregunte por mi en el edificio de gobierno o en la
administración de la Ciudadela, verá que no soy una mala
persona, sólo un padre preocupado que protege a su única
hija.
Alexis Brunn tomó la tarjeta y se retiró, hizo sus
indagaciones y se presentó posteriormente a visitar a Riazor, le
presentó sus disculpas y prometió castigar severamente a su hijo por
su conducta inapropiada, también ofreció sus servicios de asesoría
financiera incondicionalmente, Riazor tiempo después le tomó la
palabra y le dio a administrar la fortuna Harrisson, Alexis Brunn se
negó a cobrar ni un centavo de comisión por administrar la herencia
de Michelle por diez años, misma que multiplicó.
Después del incidente con Alexis Brunn, Christina preguntó a
su padre:
- Oye papá.
- Dime hija.
- ¿Por qué le dijiste al señor Brunn que tu hijo fue el que
golpeó a Alfred?
- Porque quiero a Cross como a mi hijo princesa, no lo parece
pero él algún día se hará cargo de toda la fortuna Riazor y
debe estar preparado, aunque no lo creas cuando era niño yo
tuve el entrenamiento de Cross y de ninguna manera iba a
permitir que tú pasaras por eso.
A partir de la fiesta de Christina el movimiento en casa de los
Riazor se vio alterado, las amigas de Chris la visitaban “para comer
en el lago”, siempre llegaba alguna para importunarla mientras estaba
con Cross, él se divertía con las amigas, nunca había hablado con
otras personas de su edad aparte de Christina, por su parte, Lady
Janette estaba de plácemes, veía la incomodidad de Christina por las
visitas y trataba a sus amigas con cordialidad y confianza, las chicas
estaban felices en la residencia Riazor. Después de un tiempo,
Christina estaba al límite.
- Odio a Samantha. ¡Es una zorra! – Christina le estaba
poniendo su bálsamo a Cross.
- ¿Por que lo dices?
- No te hagas, es una lanzada y tú bien que le haces caso.
- Es tu amiga, ni modo de ignorarla.
- Ninguna de las que visitan la casa son mis amigas, sólo
vienen a verte a ti, únicamente platican contigo, a mi ni caso
me hacen. ¿Como te hablan? Ah, ya recuerdo... – Chris
empezó a repetir las frases que decían sus amigas con voz
burlona –. “Cross... ¿puedes cargarme?” “Cross... ¿cuando es
tu día libre para que salgamos?” “Cross... si tu y Chris sólo
son amigos. ¿Serías mi novio?” “Cross esto, Cross lo otro”,
las odio, ya sólo puedo estar contigo a solas en la noche.
- A mi no me importa.
- ¿Que? – Christina hizo una cara de enojo.
- Mientras tú estés conmigo en la comida poco me interesa que
haya otras personas, para mi lo importante es que estés tú.
- Así ni como enojarme... ¿verdad?
Christina abrazó a Cross, pensó que no importaba quien
viniera siempre y cuando él solo tuviera ojos para ella, de todas
formas era su culpa por haberlo presentado a sus amigas.

Al mes después del cumpleaños de Christina, Cross se


graduaba de sus clases académicas, Christina le había regalado un
anillo, pero no le dijo lo que significaba, su padre le había dicho que
deseaba hablar con Cross, había llegado con seis niños a la casa, al
parecer entrenarían con los maestros de la residencia, le dijo que le
tenía una sorpresa a Cross, por lo que ella decidió que esperaría para
verlo en la noche, después de todas las sorpresas del día esperaba
darle la mayor de todas: se le declararía, le diría que lo quiere y que
deseaba ser su novia, estaba segura que él sentía lo mismo pero era
muy tímido para decírselo, sin embargo, ya era hora de pasar al
siguiente nivel, se puso el vestido que sabía le gustaba a Cross, se
perfumó y arregló para él, esa noche le daría su primer beso y todo
sería perfecto, siempre soñó con que su primer beso se lo daría Cross.
Pero algo pasó, después de ver a su padre parecía otro, le dijo que se
convertiría en bérserker y de mala manera le gritó que quería
descansar.
Christina no entendía lo que pasaba, por qué ese cambio
repentino de Cross, pensó que era porque no le agradaba enseñar a
otros niños y prefirió esperar al otro día para hablar con él, pero el
siguiente día estuvo igual, no hubo oportunidad de hablar con su
amigo, estuvo muy serio y distante, en la noche le prohibió que
volviera a ir, le dijo que ya no la necesitaba, que al terminar sus
estudios los entrenamientos eran mas sencillos, Christina se sintió
lastimada, pensó que Cross sólo la veía como alguien que le servía
para curarlo, sus amigas aunque en menor medida seguían yendo a
verlo, con las otras chicas era muy amable y divertido, pero con ella
actuaba como si no existiera, comprendió que ella no le interesaba
más, ahora que conocía a otras niñas vio que eran más interesantes, al
fin y al cabo a ella la conocía demasiado bien y seguramente ya se
había aburrido… y como no, si llevaban muchos años comiendo
juntos todos los días, se había cansado de ella y ahora prefería a sus
amigas.
Christina decidió hablar con Cross, debía saber lo que ella
sentía antes que cualquiera de las zorras de sus amigas lo
conquistara, por lo menos él tenía que enterarse de sus sentimientos,
se lo diría en la comida… pero no pudo, fríamente le dijo que ya no
comerían juntos porque tenía que concentrarse más en los chicos
nuevos. Christina apenas si conocía a los niños que habían llegado a
entrenar, los gemelos la divertían, Michelle le era indiferente, se
comportaba como muchas de sus amigas y eso no le gustaba, Arlés y
Dorian sólo la saludaban, en cambio Elektra era la única con la que
hablaba, era una niña muy simpática y agradable, ella fue la que se le
acercó, fue esa vez que Cross la había rechazado para comer y ella se
quedó comiendo sola en el lago.
- Hola. ¿Porque estás triste?
- No estoy triste.
- Entonces... ¿porque lloras?
- Es que me acordé de algo que no me gusta.
- No es bueno acordarse de esas cosas.
- Si, ¿verdad? Mejor voy a pensar en cosas agradables.
- ¿Y porqué estas aquí solita?
- Porque nadie puede comer conmigo.
- Mira, a mi me gusta comer con mi novio Cross, pero te
prometo que cuando tú estés aquí yo voy a acompañarte.
El comentario de Elektra más que molestar a Christina le
divirtió.
- ¡Ahhh! ¿Tu novio es Cross?
- Si, pero él no lo sabe.
- Entonces ya somos dos.
- ¿También es tu novio?
- Si, pero él no me quiere.
- No importa, yo te lo presto, desde ahora somos las novias
invisibles de Cross.
- Me parece bien.
Desde ese día Christina y Elektra se hicieron buenas amigas,
cuando Elektra no dormía en el cuarto de Cross junto con los
gemelos, lo hacía con Christina, hasta que un día Michelle le reclamó
que nunca estaba con ella, entonces Elektra tuvo que repartirse en
tres lugares, aunque Michelle era déspota y mandona sabía que la
quería y que necesitaba una amiga, sólo que no podía juntarlas,
porque cuando lo hacía Christina siempre hacía llorar a Michelle.
También el carácter le cambió a Christina en la escuela, se
volvió más agresiva e intolerante, todo fue a partir de que una de las
chicas le dijo que la visitaría por la tarde.
- Oye Chris, al rato te veo, dile a Cross que esté presentable.
- No es necesario que vayas, voy a estar ocupada.
- Bueno, realmente no voy a verte a ti…
- ¡Ya te dije que no vayas! Y eso va para todas ustedes,
ninguna es bien recibida en mi casa y no quiero que se
vuelvan a aparecer por ahí, evítenme la pena de negarles la
entrada o de echarlas, Cross ya tiene otras actividades y no las
puede atender. ¿Entendido?
Sus amigas se quedaron sorprendidas, nunca la habían visto
así.
- Está bien Chris no te molestes, si no se puede no volvemos a
ir.
- Espero que les haya quedado claro.
Christina, dejó a sus amigas y se retiró sin despedirse.
Siguieron pasando los meses, por más que Christina quería quitarse
de la mente a Cross le era imposible, un día se enteró que estaba
tirado en el patio a media noche totalmente exhausto, ella lo fue a
curar, desde entonces Elektra le avisaba cuando Cross estaba
inconsciente por el entrenamiento y entre las dos lo curaban.
- Christina... ¿por qué sigues viniendo si cada que te vas
sufres?
- No lo sé Elektra, es sólo que no puedo dejarlo así.
- Pero Maggie puede hacerse cargo.
- Ya sé, pero es la única manera de estar aunque sea un rato
con él.
El peor momento para Christina fue en el séptimo mes
después de que llegaron los seis niños a su casa, cuando en una cena
su padre le dijo a Cross que en diez días se iría, ella trató de no
mostrar emoción alguna, no por Cross, sino por su padre, pero
cuando terminó la cena se sintió más sola y miserable que nunca,
Elektra que era su única amiga se había retirado sollozando por la
partida de Cross, se sentó en la entrada de la residencia y se puso a
llorar, sintió un mano en el hombro, tomó la mano entre las suyas y
la apretó.
- Ya se va Cross, Elektra.
- No soy Elektra.
Christina se sorprendió, era Michelle quien estaba con ella.
- ¿Estás bien? – preguntó la peliroja.
- No, no lo estoy.
- ¿Quieres que te acompañe?
- ¿Por que lo harías?
- Porque no es bueno sufrir sola, yo tampoco quiero que se
vaya Cross, es el único que me cae bien…
- Gracias Michelle, no quiero estar sola.
- Yo te acompaño.
- Perdón por ser mala contigo, no era mi intención.
- Yo sé que no eres mala, sólo que yo soy un poco especial,
pero realmente me gustaría ser tu amiga.
- Sólo si me prometes que vas a tratar mejor a Elektra.
- No te preocupes por ella, sabe que la quiero y la respeto, si le
hablo así es porque ella me lo permite, sabe que me siento
sola y así me desahogo, pero nunca la insultaría de ninguna
manera.
- No tienes porque estar sola, nos tienes a Elektra, a Maggie y a
mí.
Christina abrazó y beso en la frente a Michelle, ambas se
confortaron la una a la otra, de todos los chicos que habían llegado a
la residencia, Michelle era la única que había conocido a sus padres,
sabía lo que era ser amada y protegida, aún después de tantos años no
superaba su pérdida. Durante los siguientes días la hija de Riazor no
salió de su habitación ni para ir a la escuela, al penúltimo día de la
partida de Cross se jugó su última carta, buscó a su padre, lo
encontró en su estudio.
- Papá.
- ¿Que pasó?
- Quiero pedirte algo.
- Mi respuesta es no.
- Pero si no sabes...
- Quieres que Cross se quede.
- Es que yo…
- Mira hija, te he maleducado y es mi culpa, ese niño esta aquí
para servirme en un objetivo que tengo y nunca, jamás lo
dejaré que se acerque a ti de otra manera que no sea como tu
sirviente. ¿Comprendes?
- Si.
- Ahora retírate.
Christina salió decepcionada, pero recapacitó, volvería a
hablar con su padre, por lo menos la escucharía aunque ya se haya
negado a su petición, se regresó, la puerta estaba entre abierta y
escuchó la conversación que estaba teniendo.
- Perfecto Comandante, espero que este enlace una a nuestros
estados. No se preocupe, cuando esté lista yo la enviaré.
Estoy seguro que mi hija será una buena esposa para Devon.
Está bien. Después afinamos los detalles, tengo un asunto
aquí que requiere mi atención. Saludos.
Cuando Riazor colgó gritó hacia la puerta.
- ¡Sal de ahí Christina!
Cuando la hija del Tesorero del Distrito Comercial salió de su
escondite, su padre por primera vez en la vida la abofeteó.
- No debes escuchar las conversaciones ajenas.
Con lágrimas en los ojos Christina le contestó a su padre:
- ¿Me prometiste en matrimonio con uno de esos monstruos?
- Así es, con Devon.
- Es un idiota, aparte su padre me odia, él me culpa de la
muerte de Frank y Jaan.
- Y es tu culpa princesa, tú los arengaste a salirse y eso los
mató.
- No, lo que los mató fue el destino, íbamos a ir al lago pero
ellos me internaron en el bosque para matarme.
- Y luego... ¿que pasó?
- No me acuerdo, creo que nos atacó un animal, en lo que los
mataba a ellos yo logré huir.
- ¿Y por que no dijiste eso en aquel entonces?
- No lo recordaba.
- ¿Que conveniente verdad? Casi originas una guerra Christina,
la única solución fue darte en matrimonio y más te conviene
quedarte calladita y no decirle nada a Cross, porque si se
atreve a retarme lo mato, sería una lástima después de todo el
tiempo y dinero que he invertido en él. Así que entiéndelo
princesa, quien se interpone en mi camino se muere, ya sea
Cross, su padre, Lothar y hasta tú. ¿Comprendes? Nunca
estuve contento por tener una hija, yo siempre quise un varón,
pero saliste una niña inútil, todavía si fueras como Elektra o
Michelle me servirías, ellas sí valen la pena, pero tú eres una
inútil, lo único que tienes es belleza y sólo vas a servir para
que me acerques con el estado de Levit, ahora retírate y
recuerda, la vida de tu amiguito depende de ti, y si te portas
mal te envío inmediatamente con tu nueva familia.
Christina se retiró completamente deprimida, no sólo perdería
a Cross, también esa noche perdió a su padre, en algún tiempo su
patria y su libertad, tal vez hasta su vida.
El día de la partida de Cross, Christina no quiso ni asomarse,
lo quería ver por última vez porque cuando él regresara con la espada
ella ya no estaría ahí, pero le dolía demasiado que ni siquiera tuviera
la intención de despedirse de ella, aunque sea por el recuerdo de los
tiempos en que convivieron juntos, ahora a él ya no le interesaba su
amistad, no, “interesar la amistad” no era la palabra, era algo más
fuerte, él la había apartado de su vida como un trapo viejo, la palabra
era odio, ahora la odiaba, Christina nunca supo que mal le había
hecho pero sabía que Cross la odiaba, lo mejor era resignarse que la
enviaran a Levit y con suerte allá la mataran.
Christina seguía con sus pensamientos.
- Bueno, al final que me importa lo que él piense, por lo menos
le voy a decir adiós.
Se asomó por la ventana pero no estaba, sólo observó el carro
de su padre esperándolo, fue hacia la salida de su cuarto cuando vio
una sombra por debajo de la puerta, en su corazón sabía que era
Cross, sentía que su pecho iba a estallar, tenía un vacío en el
estomago, no sabía que iba a decir, quizá sólo un hasta luego o un
cuídate, pero la puerta no fue tocada ni abierta, la sombra se retiró,
Christina no pudo más, abrió la puerta y lo enfrentó, Cross le explicó
todo, nunca la dejó de querer sólo que el muy idiota hizo las cosas a
su manera, sin explicar nada ni pedir su opinión, pero ya nada de eso
importaba, Cross la quería y eso era todo lo que ella deseaba saber,
entonces, por fin sucedió, le dieron su primer beso, fue mágico, fue
superior a todo lo que se había imaginado, mejor aún, Cross le había
pedido que fuera su novia, ahora sí tenía esperanzas, no importaba
cómo pero Cross la encontraría y la rescataría, confiaba ciegamente
en él, esa misma noche elaboró una carta explicándole todo, la cerró
y se la entregó a Maggie para que se la diera a Cross cuando
regresara.

Al día siguiente Christina se veía contenta, Elektra y Michelle


se extrañaron, ya estaban acostumbradas a verla siempre triste.
- Hola Chris. ¿Por que tan contenta?
- No lo sé Elektra, sólo lo estoy.
- ¿No estas triste porque se fue Cross?
- Si, un poquito, pero va a regresar.
- ¡No me digas que ya se contentaron!
- Si, antes de irse se fue a despedir de mí.
- Que bueno, me alegra que por fin arreglaran sus problemas.
- Yo también me alegro, y tu Michelle... ¿que dices?
- No lo sé, hay algo que no me gusta aquí.
- ¿Porque lo dices?
- No es que no me alegre verte sonreír, pero hay algo que me
molesta y no sé que es. ¿Por que no nos platicas
detalladamente la reconciliación?
- Está bien, estuvo así… – Christina les contó todo, excepto el
beso y la declaración de noviazgo – ...entonces nos
abrazamos y se fue.
- Que lindo – dijo Elektra con su sonrisa de siempre.
Michelle seguía intranquila.
- Insito que hay algo, Chris se ve diferente. – Entonces
Michelle abrió los ojos como platos, ahora sabía que había
sido, señaló a Christina y con el dedo temblándole del coraje
exclamó –: ¡Lo besó! ¡Eso era! ¡Lo besó!
- ¿Que? – gritó Elektra.
- Lo besó, lo besó, la muy loca lo besó.
Christina no pudo evitar sonreír y sonrojarse, se llevó un dedo
a los labios y no lo negó.
- ¿Porque hiciste eso? – le reclamó Elektra.
Michelle seguía diciendo con voz más débil.
- Lo besó, lo besó.
Elektra se levantó enojadísima.
- Ya no somos amigas.
Michelle hizo lo mismo.
- No te quiero volver a ver, pensé que eras una buena persona.
Ambas se fueron sin voltear a verla, tanto Michelle como
Elektra le retiraron el habla, después de una semana a propósito
ambas pasaron enfrente de Christina, ésta divertida las abrazó y besó.
- ¿Ya me perdonaron?
- No y ¡nunca lo haré!
- ¿Y tu Michelle?
- ¡Tampoco!
- Pero si a ti ni te gusta Cross…
- No importa. ¡Tu comportamiento no fue el de una señorita!
- ¿Que tengo que hacer para que me perdonen? Haré lo que
quieran…
Elektra la abrazó.
- Vas a tener esa sonrisa por siempre. ¿De acuerdo?
- Lo voy a intentar.
Michelle le preguntó:
- ¿Fue tu primer beso?
- Por supuesto y fue maravilloso.
- No te pregunté eso. ¡Sólo quería saber si fue tu primer beso!
Entonces Elektra le dijo seriamente a su anfitriona:
- Pues te aviso Christina que mi primer beso también me lo
dará Cross.
Christina abrazó a las dos niñas.
- Lo que digas Elektra.
Mientras la abrazaba su amiga, Michelle pensó:
- A mi también.
Esa fue la última vez que estuvieron juntas las tres amigas,
después, Argento Riazor les prohibió hablar porque interfería con su
entrenamiento, pero como sabía que ni Elektra, ni Michelle lo iban a
obedecer, estableció un perímetro de guardias alrededor de su casa.

Los siguientes cuatro años la vida de Christina volvió “a la


normalidad”, de la escuela a su casa y de la casa a la escuela, empezó
a salir más con sus amigas pues en la residencia ya no podía hablar
con nadie, ella no desobedecía a su padre, vivía con el miedo
constante de que la enviaran a Levit, en ese tiempo los hijos mayores
de Lady Janette nuevamente visitaban a su madre en la residencia
Riazor una vez al año en sus vacaciones de verano, en las de invierno
siempre viajaban al extranjero.
Janette tenía la intención de que su hijo mayor, Thitus,
conquistara a Michelle, sabía de su fortuna, con la herencia de esa
chica su hijo podría escalar posiciones sociales, al mismo tiempo,
trataba de controlar a Meirelle quien estaba encaprichada con Póllux.
Por su parte, los chicos de la casa Riazor no congeniaban con
Janette y sus hijos, la esposa de Riazor era una arpía con todos menos
con Michelle, la enfurecía que esos chicos fueran mejores que los
suyos, Thitus era mayor y más fuerte que la mayoría, pero aún así lo
derrotaban, Póllux era más fuerte y a Cástor le temía, cuando lo veía
con esos ojos de furia lo evitaba por completo, al principio vencía a
Arlés, pero en cuanto el líder de los chicos entendió su modo de
pelear no volvió a derrotarlo, en cuanto a Dorian al inicio de sus
peleas lo dominaba sin problemas, pero Dorian siempre se levantaba
sin importar la paliza que le infringía hasta que Thitus se rendía, el
hijo mayor de Janette no peleaba con las chicas, Athena le gustaba y
no podía lastimar a Michelle.
En cuanto a Meirelle, los chicos no la tomaban en serio y se
dejaban derrotar por ella, no así Elektra, la cortesía que tenía para sus
compañeros no la demostraba para con la hija de Janette, después de
la segunda golpiza que le propinó no volvieron a enfrentarlas y la
esposa de Riazor tampoco permitía que peleara con Michelle,
conocía el carácter explosivo de la heredera de los Harrisson y no
quería que se enojara con ella. Al cuarto verano después de la partida
de Cross, Janette le insistía a su hijo que se le declarara a Michelle.
- Debes hacerlo ya, esa chica cada vez es más linda y
pretendientes poderosos no le van a faltar.
- Ya sé que es linda, pero a mi me gusta Elektra.
- ¡No seas idiota! Esa niña no tiene ni en que caerse muerta…
- ¿Y eso que importa? Tú siempre dices que nosotros somos
los herederos de mi padre…
- Aun así, debemos tener un respaldo.
- ¿Y si Craig conquista a Michelle?
- Tu hermano ni siquiera hace por venir a verme, desde que lo
encontraron no ha querido saber nada de nosotros, estudia
contigo en el Cinturón y ni siquiera se hablan, si yo no lo voy
a ver él ni por enterado de nuestras vidas.
- ¿Y entonces por que lo vas a ver?
- Porque es mi hijo y lo quiero tanto como a ustedes. Ahora haz
lo que te digo.
- Pero Elektra…
- Ella no es nadie, cuando te hayas casado con Michelle podrás
tenerla también, úsala como te de la gana y después bótala,
las de su clase sólo sirven para eso.
- Está bien…
- Y tú Meirelle…
- A mí no me digas nada, yo sólo estoy usando a Póllux, es
guapísimo, además, mi padre ya me dijo que perteneceré a la
Orden, nunca tendré posesiones, puedo hacer lo que me de la
gana.
Janette prefirió no discutir con su hija, era ingobernable y
podría contagiar con su rebeldía a Thitus. Ese mismo día por la tarde,
como era su costumbre, Meirelle y Janette molestaban a Elektra, le
echaban en cara su humilde origen, la futura FILO número once no
les hacía caso, pero la lastimaban las burlas, Cástor pasaba por ahí,
escuchó como se metían con su compañera y enfrentó a la esposa de
Riazor y a su hija.
- ¿Por qué no dejan en paz a Elektra? Ella no se mete con
ustedes.
- ¡Cállate mugroso! – contestó Meirelle –. Tú también eres tan
corriente y bastardo como ella.
Cástor sonreía, tomó la mano de Athena.
- Perdón, pero creo que están usando el término incorrecto,
Elektra y yo somos huérfanos, sin embargo, aquí hay alguien
que con seguridad encuadra en lo que a ser un bastardo se
refiere...
Janette se enfureció con esa insinuación.
- Será mejor que midas tus palabras pequeño gusano o haré que
te echen a la calle…
Cástor comenzó a reír.
- No me diga… yo estoy aquí por obligación no porque me
estén haciendo un favor, tengo un pacto verbal con Lord
Riazor, lo que una vieja loca y su hija bastarda digan no me
interesa.
- ¡Yo no soy bastarda! ¡Soy una Riazor! – gritó enfurecida
Meirelle.
- ¿De verdad? He visto papeles con tu nombre y en todos hay
una equis después de tu nombre, no sé si lo sepas, pero eso
significa que eres una bastarda.
Meirelle estuvo a punto de atacar a Cástor pero Elektra se
interpuso en su camino y la derribó, las chicas iban a empezar a
pelear cuando Thitus llegó con su madre con el rostro desfigurado y
sangrante, Janette le preguntó preocupada:
- ¿Qué te pasó mi bebé?
- Póllux…
- ¡Yo lo golpee!
Quien gritaba era Póllux, venía con Michelle, Arlés y Dorian.
Los rostros de los chicos demostraban que iban dispuestos a
cualquier cosa.
- ¿Estás loco? ¿Por qué lo golpeaste? – le reclamó Janette al
gemelo mayor.
- Estaba atacando a Michelle – le respondió Póllux.
- ¡No es cierto! – protestó Thitus –. Sólo le pedí que fuera mi
novia...
- Y cuando te rechazó te pusiste violento – lo interrumpió
Arlés.
Thitus iba a contestar pero un golpe en la cara lo dejó
inconsciente, era Cástor, Michelle y Elektra inmediatamente lo
tuvieron que someter para que no siguiera golpeando a Thitus,
cuando el gemelo pequeño se enfurecía sólo ellas podían controlarlo.
Janette a su vez quiso golpear a Cástor pero unas manos la
detuvieron, eran Lothar y Bastián.
- Será mejor que se tranquilice Lady Janette, esos chicos son
los protegidos de Lord Riazor y nadie los puede tocar – le
advirtió Bastián.
- Pero mi hijo…
- El señor Riazor está en su estudio, hable con su esposo y que
él decida el castigo.
Janette se dirigió a ver a Argento Riazor, Lothar se llevó a
Thitus a la enfermería, la discusión entre los esposos fue acalorada,
Janette exigía un castigo físico para los chicos, pero Riazor se negó.
- Pero entre todos golpearon a tu hijo. Primero lo hicieron
Póllux, Dorian y Arlés, después Cástor lo golpeó a traición,
todo por celos, no quieren que tu hijo se acerque a Michelle.
- Creo que exageras, Thitus no es tan bueno como para que los
tres lo golpearan, no puede ni con uno…
- Eso no tiene nada que ver. ¿A quien le vas a creer?
- No quiero discutir, así que vamos a decir que te creo a ti, pero
no voy a azotar a esos chicos.
- ¿Por qué?
- Porque no lo van a permitir, ellos no son unas marionetas, si
intento castigarlos físicamente se defenderán, si eso pasa hay
dos alternativas, morirán o se marcharán, he invertido mucho
en ellos para que eso pase.
- ¿Entonces que harás?
- Los castigaré separándolos, no podrán comunicarse entre
ellos, es lo más que puedo hacer.
Janette quiso insistir pero la mirada de su esposo fue clara, no
haría más.
- Por lo menos deberías comprometer a Michelle con Thitus,
eso sería una buena lección.
- Eso no servirá de nada, esa niña es la más rebelde de todos, la
podemos comprometer, pero en cuanto reciba su fortuna le
dará una patada en el trasero a tu hijo, eso te lo puedo
asegurar.
- Amenázala con quitarle su fortuna…
- ¡No! Yo siempre cumplo mis promesas, si la amenazo estaría
faltando a mi palabra, ella tampoco cumplirá la suya y se
marchará… y los demás con ella. Además, su fortuna no me
interesa, el valor de Michelle no se puede medir en dinero, no
hay cantidad que compense su valía.
Janette no dijo más, estaba peleando una batalla perdida,
acompañó a su esposo para ver el regaño a sus protegidos, la
enfureció que ninguno se inmutara con el castigo, de hecho, apenas si
le hicieron caso, les prohibieron un mes hablar entre ellos y les
intensificarían las jornadas de estudios y entrenamientos, al final,
cuando se retiraban, Janette le habló a Michelle.
- Ven Michelle, tú no tuviste nada que ver con esto, el castigo
no te aplica a ti.
Michelle tomó la mano de Elektra.
- Yo me quedo con mi hermana Lady Janette, si la castigan a
ella me castigan a mí. Y jamás aceptaré como novio a Thitus,
es un idiota.
Michelle le dio la espalda a la madrastra de Christina y se
retiró con los demás chicos, hablaban y bromeaban entre ellos, estaba
por demás claro que no harían caso al castigo, cumplirían con las
horas extra de estudio y ejercicios, pero jamás dejarían de hablar
entre ellos, eso ni Dorian lo cumplió, al principio pensaba hacerlo,
pero falló cuando Michelle le habló y él contestó.

Después del incidente Argento Riazor prohibió a su esposa


volver a llevar a sus hijos a la residencia del Distrito Comercial,
siempre que iban causaban problemas, Janette a regañadientes lo
aceptó. Meses después Janette convenció a su esposo de que ya era
hora de que Christina partiera a Levit. Argento Riazor no vio ningún
inconveniente en eso, esa misma noche Janette le informó a su
hijastra que era el momento de partir.
- Christina, prepara tus cosas, tu padre ordenó que mañana te
vas a Levit.
- Está bien.
Christina no dijo más, sabía que era inútil resistirse, ya había
visto la verdadera personalidad de su padre y no quería que Janette la
viera doblegarse, aguantaría seis años más hasta que Cross la fuera a
buscar. Ya había preparado todo, estaba dormida, quizá era la última
vez que dormiría, en la madrugada unos golpes en su puerta la
levantaron, cuando abrió la puerta se sorprendió, eran Michelle y
Elektra.
- ¿Que hacen aquí?
- Sabemos que te vas mañana y por qué – le respondió Elektra.
- ¿Vienen a despedirse?
- No, venimos a llevarte de aquí.
- ¿Como?
- No tienen derecho a hacerte lo que pretenden.
- ¿Y los centinelas?
- Ya nos hicimos cargo de ellos.
- Pero ustedes tienen un contrato con mi padre.
- No nos importa, no te vamos a dejar sola – le dijo Michelle.
- ¿Y que vamos a hacer tres chicas solas? Recuerda Michelle
que si te vas pierdes tu herencia.
- Hay cosas más importantes que el dinero.
- Y no son tres mujeres solas.
Christina volteó, Cástor y Póllux estaban en el pasillo.
- ¿También ustedes?
- ¡Por supuesto! – respondió Cástor –. A donde vayan mis
hemanas siempre estaremos nosostros, nunca las dejaremos
solas.
Michelle y Elektra sonrieron a los gemelos, sabían que Cástor
hablaba en serio, siempre contarían con ellos, mientras, Christina
tomó sus cosas y salieron por la entrada principal, afuera ya estaban
su padre, Lothar, Dorian y Arlés.
- ¿Que sucede aquí? – preguntó el dueño de la residencia.
- Nada, que nos vamos – respondió Elektra.
- ¿Quienes se van?
- Los cinco, Christina, Michelle, los gemelos y yo.
- ¿Se puede saber por qué?
- Porque quiere obligar a Christina a casarse y no lo vamos a
permitir.
- No estoy obligando a Christina a casarse, sólo quiero que
conozca a quien puede ser su futuro esposo, si después de un
tiempo decide que no se casa pues se regresa y listo, ahora
que si no quiere obedecerme es libre de irse, pero ustedes se
comprometieron conmigo... ¿recuerdan? Hicieron un pacto
verbal y ese pacto para mi es sagrado.
- Lo sabemos señor Riazor, pero la calle es muy dura y no es
un lugar en donde alguien como Christina pueda sobrevivir,
nosotros si podemos y no la vamos a abandonar – respondió
Elektra.
- ¿Porque no dejan que ella decida? ¿Que dices hija? Siempre
te he dado todo en la vida y sabes lo que significa esta unión,
no te obligo a casarte, sólo te pido que trates a tu prometido,
si en dos años no te agrada te regresas. ¿Estás de acuerdo?
Michelle tomó a Christina de la mano.
- Tú decides amiga.
Christina sólo tuvo que ver la mirada de su padre, recordó sus
palabras y no iba a permitir que dañara a sus amigos.
- Haré lo que mi padre quiere.
- ¿Estás segura? – preguntó Elektra.
- Si, dos años pasan rápido y pues uno nunca sabe, a lo mejor
te quedas a Cross para ti solita.
Argento Riazor cortó de golpe la platica, ya se estaba
molestando.
- Siendo así y ya que tienes tus cosas listas lo mejor es que
partas de una vez. ¿Estas de acuerdo?
- Si señor.
Christina se despidió de sus cuatro amigos, no le dio tiempo
de despedirse de Maggie ni de decirles a donde la enviaban, subió al
vehiculo de la familia y Bastián la llevó a su destino.
- Bueno chicos, es hora de dormir, mañana tienen
entrenamiento. – Argento Riazor no dijo más, no hubo
castigos, amenazas o gritos, se metió a su residencia y se fue
a dormir.
- Será mejor para todos si nos vamos a descansar – dijo Arlés.
Cástor se le paró enfrente.
- Espera un momento líder, primero queremos saber quien le
dijo a Riazor que nos íbamos.
- ¿Que estas insinuando?
- Nada, sólo pregunto.
- ¿Y si no respondo?
- Te lo saco a golpes.
Arlés volteó a ver a las chicas.
- ¿Ustedes que creen?
- Contesta la pregunta – le respondió seriamente Elektra.
- Tranquilos todos, aquí no se ha roto ningún código, Lothar
fue por nosotros y nos trajo aquí – comentó Dorian.
- Ya sabemos cómo llegaron pero no han contestado la
pregunta – respondió Póllux en tono amenazador.
Dorian y Arlés se sorprendieron, nunca lo habían visto de esa
manera, si alguien era un buen sujeto ese era el gemelo mayor, pero
ahora tenía la misma mirada que su hermano y en una persona de su
tamaño daba miedo…
- Tranquilo grandote, eso ni nosotros lo sabemos. ¿Por que no
nos lo dices Lothar?
Los chicos estaban tan enfrascados en sus asuntos que nadie
había reparado en que Lothar seguía ahí.
- Me alegro que lo preguntes Arlés y no que se destrocen, fue
Lady Janette quien avisó a Riazor.
- ¡Esa perra! – Elektra inmediatamente volteó a ver hacia la
residencia principal, se encontró con el rostro sonriente de
Janette.
- Así es Elektra, esa señora nunca ha querido a su hijastra,
estoy seguro que fue por mediación suya que
comprometieron a Christina en matrimonio.
Esta vez habló Cástor, se disculpó con Dorian y Arlés.
- Lo siento muchachos, pero ustedes entienden... ¿no?
Dorian lo empujó molesto.
- Lo único que entendemos es que nosotros no estábamos de
acuerdo con su plan pero aún así no violamos los códigos
internos, sin embargo, al parecer ustedes no confían en
quienes no tienen sus mismas ideas, vámonos Arlés.
Los dos chicos increpados se retiraron bastante enojados.
Michelle comentó:
- Creo que la regamos, pero no pasa nada, en unos días esto se
olvida.
Los gemelos sonrieron y se llevaron a las chicas cargando
hasta su dormitorio. Lothar estaba haciendo un análisis mental de la
situación, pensó que no era lo mismo un estudiante que seis de ellos,
Riazor tenía controlado a Cross porque lo trajo desde muy temprana
edad, prácticamente había pasado en la casa Riazor toda su vida, pero
esos chicos eran diferentes, ninguno de ellos necesitaba a Riazor para
vivir, a excepción de Dorian todos desde muy pequeños habían
estado en las calles y habían sobrevivido sin mayores problemas, por
eso Riazor no podía ponerse tan estricto.
Dorian era un incondicional, Arlés cumpliría su parte
siempre y cuando no fuera en contra de sus intereses, pero Elektra y
Michelle eran más independientes, si algo no les gustaba lo corregían
sin importarles desobedecer órdenes y a los gemelos no les importaba
nada, ellos simplemente hacían lo que querían, Lothar sonrió, los
planes de Riazor se pondrían interesantes, pensó que sería
entretenido ver como encajarían esos seis prodigios en su proyecto
sin que se le saliera de las manos.
También pensó en Cross, sus contactos en la Ciudadela le
informaban constantemente acerca de sus avances, había muchas
personas interesadas en él, sobre todo en el área media del edificio de
la Ciudadela, él iba por buen camino.
Lo que realmente preocupaba al bérserker era Christina, todo
el asunto de su partida estaba totalmente raro, Riazor le comentó que
la enviaría al extranjero para que no distrajera a los chicos, lo del
compromiso era sólo una posibilidad y se negó a dar más
información, Lothar pensó en investigar cual sería el verdadero lugar
al que enviarían a esa chica.
CAPÍTULO 3
FILO NÚMERO DOCE
LILITH

Christina fue llevada a la casa del Comandante Supremo Neil


Rush en Levit, donde fue recibida con toda amabilidad, así pasaron
los primeros meses, como cuando estuvo ahí con su padre años atrás,
sólo que en esta ocasión no se hablaba con las hijas del Comandante,
la miraban con odio y desprecio, ellas estaban presentes cuando
Christina retó a sus hermanos, Chris sentía que en cualquier
momento algo malo iba a pasar.
Al sexto mes de vivir en Levit, el Comandante habló con
Christina que ya contaba con catorce años de edad.
- Niña, ya es hora de que empieces a tratar a tu futuro marido,
este es mi hijo Devon Rush, tiene dieciocho años, gracias a ti
es el primero en la línea para seguir mis pasos y el futuro
heredero de mi fortuna.
A Christina no le gustó el tono empleado en “gracias a ti”,
sabía que la seguían culpando por la muerte de Frank y Jaan. Pero
eso no fue lo que la hizo estremecer, las últimas palabras del
Comanadnte la hicieron temblar.
- A partir de ahora vivirás con él y le servirás como si fueras su
esposa, si mi hijo esta conforme con “tus servicios” entonces
te aceptaremos en la familia.
Entonces empezó el infierno para Christina, Devon la trataba
como una basura, la humillaba, la golpeaba, la tenía como su
sirvienta particular, varias veces intentó abusar de ella pero nunca
pudo, Devon tenía “otros gustos”.
Así pasaron tres años, Christina sólo contaba los días para que
se cumplieran los diez años del entrenamiento de Cross, eso era lo
único que la confortaba en ese maldito lugar, para ese entonces no
sólo Devon la trataba mal, también sus hermanas la humillaban y
golpeaban, Christina se acostumbró a tener siempre algún moretón o
herida en su cuerpo, pero nunca lloró, la última vez que lo hizo fue
cuando se marchó Cross y prometió que no lo volvería a hacer,
aguantaba todo en silencio, agradecía que a Devon le gustaran los
chicos, no le importaba que los metiera a su cuarto y que tuvieran
sexo enfrente de ella, todo estaría bien mientras no la tocaran.
Cuando Christina contaba ya con diecisiete años su cuerpo
era el de una mujer, a pesar de estar sucia y desarreglada se veía
guapa y muy deseable, el Comandante le preguntó a su hijo si tenía
sexo con Christina.
- Si padre diario.
- Me sorprende que no esté embarazada.
- Posiblemente ni para eso sirva.
- Posiblemente…
En una ocasión después de tener sexo con uno de sus muchos
“amigos”, Devon salió a darse un “baño de noche”, tenía esa
costumbre, su amante se quedó desnudo en la cama, en ese momento
entró una de las hijas del comandante y vio al joven desnudo, en
seguida fue corriendo a decirle a su padre que la muy puta de
Christina tenía un amante, cuando Devon llegó a su cuarto ya tenían
a su prometida y al amante atados y golpeados, sintió miedo, si su
padre se enteraba de sus preferencias sexuales era capaz de
desheredarlo y él no era precisamente el mejor de los hermanos,
sabía que si eso pasaba su hermano menor no tendría piedad con él,
lo trataba muy mal y querría vengarse. Inmediatamente pensó en un
plan, necesitaba “hacerse el ofendido”, total, nadie le iba a creer a
una asesina y ramera como Christina.
- ¿Que sucede aquí? – preguntó viendo fijamente a su padre.
La hermana de Devon estaba furiosa.
- Sucede que tu novia es una puta.
- ¡Como te atreves a hablar así de ella! – respondió Devon
imprimiendo a su voz toda la indignación de la que era capaz.
- ¡Es cierto, yo los sorprendí! – gritaba su hermana enfurecida
–. ¡Ahí esta su amante!
Devon se acercó al muchacho, lo tomo de los cabellos y le
susurró:
- Sígueme la corriente para poder salvarte mi amor. –Después
le gritó en la cara –: ¡Maldito bastardo...! ¿Te andas
acostando con mi prometida?
- Si milord, lo siento… – contestó el confundido joven.
- ¿Y desde cuando lo haces? – ño soguió interrohando Devon.
- Desde hace tres meses.
- ¿Llevas tres meses teniendo relaciones sexuales con mi futura
esposa?
- Si señor, lo siento, su prometida me obligaba, me decía que si
no me acostaba con ella diría que intenté violarla y me
matarían. No soy el único al que ha amenazado para tener
sexo, es una puta.
Christina, estaba estupefacta, no podía creer lo que estaba
escuchando, su cuñada se le fue a los golpes.
- Maldita zorra, eso no se le hace a un Rush, primero matas a
mis dos hermanos y ahora engañas a Devon, te voy a matar.
Christina, estaba atada y no pudo defenderse, entonces habló
el Comandante:
- Esto es intolerable, no puedo perdonar esta ofensa a la
familia, desde este momento queda roto el compromiso y si a
ti te gusta ser una puta en eso te convertirás, guardias,
llévensela y utilícenla como mejor les de la gana, en cuanto a
ti maldito... – refiriéndose al amante –. ¡Te voy a quemar
vivo!
- ¡No, eso no por favor! Devon tu dijiste que aghhhh...
No alcanzó a completar la frase, Devon lo había atravesado
con una espada.
- Perdón padre, pero la ofensa era a mi persona y yo debía
cobrarme la satisfacción de la venganza.
- Está bien hijo, debes de saldar tus deudas. Soldados... –El
Comandante Supremo señaló a la hija del Patriarca del Clan
Riazor –. ¡Llévense a esa porquería de aquí!
Christina empezó a gritar:
- ¡No, por favor, yo no hice nada! ¡Por favor, no me hagan
esto!
Los soldados divertidos la llevaban arrastrando de los
cabellos y le iban arrancando la ropa.
- Espero que tengas experiencia chiquita, porque somos como
doscientos…
Christina estaba desesperada, ni siquiera sentía el dolor de
que la arrastraran de los cabellos, tenía más miedo de lo que le
esperaba, se vio pérdida y sólo alcanzó a gritar:
- Deténganse, soy inocente, Devon es un maldito maricón,
puedo decirle quienes son todos sus amantes, los hay desde
soldados hasta gente del gobierno.
El Comandante Supremo volteó a ver s su hijo con cara de
asombro.
- ¿No le irás a creer a una puta desesperada verdad?
- Es cierto, ese era su amante, por eso lo mató, para que no
hablara – Christina insistía.
- Será mejor que te calles Christina, o haré que te corten la
lengua – amenazó el Comandante.
- ¡Soy virgen! – gritó Christina en un último y desesperado
intento por salvarse.
Todos se quedaron pasmados, Devon sintió miedo...
- ¿Que dijiste? – preguntó el Comandante Supremo.
- Que soy virgen, pueden comprobarlo, nunca me he acostado
con nadie.
- Pero eso no es posible…, guardias, deténganse, Christina...
¿Estás segura de lo que dices? – El Supremo Comandante
estaba pensativo.
- Lo sostengo con mi vida.
- ¿Devon?
- Esta loca papá.
- ¡Tú me has dicho que has tenido sexo con ella todos los días
y este muchacho dijo que también tenía relaciones sexuales
con Christina desde hace tres meses cuando se lo preguntaste!
- Papá yo…
- Voy a hacer exámenes Devon, este chico tuvo sexo hoy y
aquí, la pregunta es con quien, si en el examen que se le
realice a Christina resulta que es virgen, ya sabes como soy
cuando me enojo...
Devon guardó silencio sabía que lo habían atrapado.
- ¿No dices nada? – preguntó su padre hecho una furia, al no
recibir respuesta, les ordenó a sus soldados –: Entonces
llamen a los…
- Espera papá, nunca he tocado a Christina, lo intenté pero no
pude, soy homosexual, ese de ahí era mi amante.
Lo que siguió fue una cacería de brujas, el Comandante
Supremo le dio una golpiza a Devon, mató a los soldados que
presenciaron la escena y su hijo tuvo que decir todos los nombres de
las personas con las que tuvo sexo, no omitió a nadie, sabía que su
padre era capaz de matarlo, levantaron y torturaron a todos sus
amantes, los hicieron confesar a quien se lo habían contado y luego
los mataron, después mato a los que habían oído algo y finalmente
mató a los soldados que llevaron a cabo la cacería de brujas, no
quedó ni un solo rastro de la homosexualidad de su hijo.
- Tienes suerte de que no te mate cabroncito, tus hermanos son
más chicos que Christina por lo que te voy a obligar a
volverte hombrecito, te vas a ir a la academia militar para
endurecerte y después vas a aprender a cogerte a una mujer,
no me importa si te disgusta o no lo disfrutas, pero lo vas a
hacer. ¿Entendiste?
- Si señor.
Después de esa ocasión la vida de Christina dio otro giro,
dejó de ser una empleada doméstica para ser una prisionera, no se le
permitía salir de su recamara para nada, no tenía contacto con nadie,
la atendía una sirvienta sordomuda, pensó que así estaba mejor, ya
faltaba menos para los diez años. Pero lo peor estaba por venir.
Luego de algunos meses de tranquilidad, se presentó el Comandante
Supremo con ella.
- Arréglate, Devon va a venir con unas personas muy
importantes y quiero que te veas presentable.
Christina se arregló y se puso la ropa que le habían enviado,
después de cinco horas se volvió a presentar el Comandante
Supremo.
- Se me había olvidado que eras atractiva niña, ahora
compórtate.
Devon había llegado con altos oficiales del ejército y pasaron
una velada tranquila, habían presentado a Christina Riazor como la
prometida del hijo mayor del Comandante, al final de la reunión Neil
Rush ya estaba ebrio.
- Adelante hijo, cúmplele a tu señora.
- Si padre, aunque no le quitaste el ojo de encima en toda la
cena…
- ¿Si verdad? Christina es un pastelito, lástima que no la sepas
apreciar.
- Pues si quieres estrénala, sirve que ya me la dejas más
dispuesta.
- Pues no es mala idea…, está bien hijo, veremos que puedo
hacer, pero tú nada de puterías ¿eh?
- Yo me voy a dormir padre.
El Comandante Supremo llegó al cuarto de Christina y se
sentó en su cama.
- ¿Estás dormida Christina?
- Si señor, ya estaba dormida.
- ¿Que te parecería tener mas libertad en mi casa?
- Así estoy bien señor.
- No seas tan grosera, te conviene ser buena conmigo…
- ¿Que quiere?
- A ti.
El Comandante Supremo tuvo que golpear en repetidas
ocasiones a Christina para someterla, lo volvía loco su suave piel y
aroma, la violó tres veces esa noche, al otro día la veía divertido.
- Estuvo bueno… ¿no Christina?
Christina no respondió, sólo lloraba, veía con odio al
Comandante Supremo, estaba completamente adolorida por la
violación y por los golpes.
- Ve las cosas por el lado positivo, el maricón de mi hijo ya no
te va a tocar.
- Le voy a decir a mi papá, lo va a matar por esto.
- Pequeña, a tu padre no le interesas, si le importaras no te
hubiera mandado aquí. Sé que todos dicen que soy un
monstruo sin corazón y creo que tienen razón, pero jamás en
la vida sacrificaría a uno de mis hijos enviándolo con alguien
como yo… Argento Riazor es peor que nadie, acéptalo y
resígnate.
Lo que más le dolió a Christina era que el Comandante tenía
razón, en dos ocasiones trató de pedirle a su padre que la dejara
volver y en ambas se negó. “Tú te lo buscaste. Ahora Elektra y
Cross son mis hijos, ya no quiero que me molestes más.”
Christina no lo podía creer. ¿Cross adoptado por su padre?
¿Lo habían comprado? ¿Se olvidó de ella? No, Cross nunca la
olvidaría, él la rescataría.
El Comandante Supremo siguió violando a Christina, como
tenía muchos compromisos generalmente no estaba en su casa, pero
cuando regresaba no la dejaba ni un momento, Christina dejó de
pelear, simplemente se dejaba hacer, se perdía en sus pensamientos
hasta que se quitaba de encima al sujeto.
Después de un tiempo el Comandante Supremo se estaba
hartando.
- Muévete siquiera, parece que estás muerta.
Christina no le contestó.
- Bueno, como al parecer yo no soy suficiente para despertar tu
pasión tendremos que darte más acción, a partir de mañana te
irás a los cuarteles a “servir” a los soldados, vamos a ver
cuando empiezas a disfrutar.
- Eso no, por favor.
- ¿Entonces vas a portarte mejor conmigo?
- Si.
- Demuéstramelo.
Christina fue obligada a besar, moverse y gemir con el
Comandante Supremo, eso lo encendió aún mas, trataba de estar en
su casa el mayor tiempo posible, Christina lo traía loco, ya tenía
veinte años.
- Niña, te has portado bien, sólo por eso te voy a permitir que
veas un programa de tu estado, hoy es la gran eliminatoria
para obtener la espada sagrada.
Christina sintió que le daba un vuelco el corazón, ya había
llegado el día, si Cross ganaba por fin ese infierno acabaría pronto,
ya había perdido la esperanza de estar con Cross, era una mujer sucia
y ya no la iba a querer, pero tenía la ilusión de que al menos se la
llevara de ahí.
Cuando empezó el programa y dieron los nombres de los
finalistas Christina se decepcionó, estaban Lothar, Dorian y Arlés;
pero no Cross, no le interesaban los combates, estaba completamente
decepcionada, lloraba pensando en su destino en ese lugar, en
cambio, el Comandante Supremo estaba emocionadísimo, ni siquiera
la volteaba a ver.
- Que bárbaros, que buenas peleas, ya me estoy excitando,
mira, ahí está tu padre, sin duda sus bérserkers son los más
poderosos, ese Lothar es tremendo guerrero.
Christina ya no quería ver más, sólo la lastimaba el pensar en
su realidad y que ya no tenía escapatoria, le iba a decir al
Comandante Supremo que le permitiera retirarse, pero de repente,
pasó algo inaudito, un guerrero interrumpió un combate y solicitó
para sí la espada sagrada, machacó en instantes a todos sus rivales a
la vez, era increíble.
- Mira muñeca que huevos de guerrero, si yo tuviera diez, no,
cinco de esos ya hubiera conquistado Boleria.
- Con uno basta…
- ¿Por que sonríes? Estuvo buena la pelea... ¿verdad? Aunque
yo no me trago lo de las fallas de origen, ese guerrero se trae
algún asunto con tu padre. ¿Lo conoces?
- Nunca en mi vida lo había visto.
Después del torneo pasaron cinco meses y su salvador no
aparecía, nuevamente Christina pensó lo peor, había escuchado que
nombrarían Lord a Cross, ahora era una figura importante, diez años
eran muchos, seguramente ya se había olvidado de su promesa, su
desesperación crecía día con día, de repente, empezó a sentir asco…

Cuando Neil Rush recibió la noticia estaba que no cabía en sí


de orgullo y felicidad.
- ¿Embarazada?
- Si.
- ¡Que buena noticia! Por fin tengo un heredero, vamos a decir
que es el hijo de Devon, pero no se van a casar, tú eres sólo
mía.
Devon estaba feliz con la noticia, en el ejército había más
homosexuales que en ningún otro lado y a su padre ya no le
interesaba casarlo, Christina lo tenía embrujado y ahora con ella
embarazada sólo tenía que fingir que el hijo era suyo.
Pasaron siete meses y Christina dio a luz a un varón, lo
llamaron Lesath, por aquel guerrero de la espada sagrada que tanto
había impresionado al Comandante Supremo, ese niño sería un gran
guerrero, como lo hubiera sido su primogénito Jaan.
Cuando Christina tuvo a su hijo en sus brazos se prometió que
ya no esperaría a Cross, escaparía ella sola con su pequeño Lesath.
Su padre tenía razón, era una inútil que no tenía poder como Elektra
o Michelle, pero sabía que era bonita, lo único con lo que contaba era
su cuerpo, pero sabía que todos la deseaban, total…, después de lo
que le había hecho aquel bastardo unos más no interesaban, ahora
usaría sus armas para huir de ese lugar, a partir de ese día planearía
su escape.
Quien ya no estaba tan contento con la situación era Devon
Rush, su padre ya había hecho público que su nieto sería su heredero,
tenía que moverse rápido, tendría que deshacerse de todos menos de
“su hijo”, ese niño era importante, él nunca estaría con una mujer y
necesitaba un heredero, todo mundo pensaba que era su primogénito,
así que elaboró una estrategia para deshacerse de su padre y de
Christina.

En un calabozo en la prisión del estado de Levit había un


criminal al que cada seis meses torturaban hasta dejarlo medio
muerto, pasaban otros seis meses curándolo y así sucesivamente, ya
llevaba doce años viviendo ese martirio. Devon Rush fue llevado
ante ese hombre que estaba encerrado en lo más recóndito de la
prisión militar de Levit.
- Este es el prisionero.
- Está bien, déjeme a solas con el. – Devon se dirigió al
convicto–. ¿Cual es tu nombre?
- Mi nombre no importa, sólo llámeme venganza.
- ¿Por que te he de llamar así?
- Porque es lo único que me mantiene vivo.
- Buena razón para ese nombre; y dime... ¿por que estas aquí?
- Por descuidar a unos niños.
- ¿Y que harías si pudieras estar libre?
- Mataría a quien me puso en este lugar.
- ¿Y después?
- No me interesa lo que sea de mí.
- ¿Y si te dijera que la amante de tu celador es la razón que
inició toda tú desgracia?
- ¿La niña de Arcadia está aquí?
- Así es.
- A ella también la voy a matar. Pero con ambos me voy a
tomar mi tiempo… ¿cuando empezamos?
- ¿Por que lo preguntas?
- Porque de otra manera usted no estaría aquí.
- Soy Devon Rush, el hijo de tu carcelero, quiero que me jures
que no irás contra mí después de consumar tu venganza.
- Yo no tengo nada contra ti, jamás le haría a otro lo que tu
padre hizo conmigo, los niños son inocentes…
- Siendo así, vámonos.
Devon había comprado a los guardias, les aseguró que cuando
muriera su padre los convertiría en su guardia personal, aunque en
realidad pensaba matarlos. Una vez afuera, apuró al bérserker.
- ¿Cuanto tiempo necesitas para prepararte?
- Yo siempre he estado listo, pero necesitamos regresar al
pueblo de Nicea, a los bosques.
Devon sintió un escalofrío tan sólo de escuchar el nombre de
ese lugar, fue en esos bosques donde sus hermanos mayores fueron
asesinados, su padre quemó su casa de campo y jamás regresaron a
cazar.
- ¿Por qué quieres ir a ese pueblo?
- Tu padre no es cualquier hombre, es un poderoso guerrero,
Patriarca de uno de los principales Clanes del desierto de
Levit, no es casualidad el puesto que tiene, ni tu y yo juntos
somos rivales para él, pero en ese lugar hay alguien que nos
puede ayudar.
Devon estaba intrigado.
- ¿Quien es?
- Te lo diré cuando la encontremos.
Una vez que llegaron a los bosques de Nicea, se fueron
directamente hasta donde se encontraba la cabaña de campo de los
Rush, ahí los esperaba una mujer, cuando vio al bérserker lo abrazó.
- Altair.
El hombre le devolvió el abrazo sin emoción alguna.
- Hola Nitta. – Después, volteó a ver a Devon –. Ella es mi
esposa, la madre de mis asesinados hijos.
Devon estaba entre sorprendido y asustado.
- Pero eso no es posible, ella está muerta, mi padre la...
Nitta tomó del cuello a Devon.
- Tu padre es un imbécil, sin conocerme me envió con una
docena de hombres al interior de estos bosques para que me
violaran, me rompieran las extremidades y me botaran, los
maté en un segundo, no pude rescatar a mis hijos por culpa de
esa maldita niña que estaba con él, inhibió mi poder, he
estado en estos bosques durante doce años matando a todos
los asesinos que ha enviado Neil Rush. Hace un par de años
la niña que inhibe el poder dejó el estado para unirse a las
espadas protectoras de Riazor, desde entonces he estado
planeando el escape de Altair, el Patriarca de los Riazor me
encontró y me ofreció su ayuda, sin embargo, tu lo facilitaste
todo.
Altair tomó la mano de su esposa.
- Déjalo, le prometí que nada le pasaría.
Nitta dejó a Devon de mala gana. Los tres regresaron a la
residencia de los Rush, en el camino, mientras Nitta dormía, Devon
preguntó a Altair.
- ¿Como sabías que ella estaría en los bosques si has estado
incomunicado todo este tiempo?
- Porque la conozco. Sé de su poder, era imposible que los
hombres de tu padre la mataran. Varias veces durante mi
tortura me preguntaban por ella, nunca dije nada, igual me
hubiéran seguido torturando.
- ¿Y ella como supo que iríamos a buscarla?
- Ya te lo dije, es una poderosa guerrera élite, de las más
poderosas del país, una vez que entramos en su rango de
alcance percibió mi energía, en cuanto la veas en acción te
darás cuenta de que es la persona más letal que has visto en tu
vida.
Una vez que llegaron a la residencia de los Rush, Devon
vistió a los asesinos como unos criados y los metió sin ningún
problema. Se encaminaron inmediatamente al cuarto de Christina,
Devon los dejó afuera y les dijo que esperaran su señal, mientras
aguardaban el llamado, Nitta hablaba con Altair.
- Nos haremos cargo de Neil Rush de la manera que quieras,
pero no podemos tocar a la hija de Argento Riazor.
- ¿Por qué? Tu trato con él no se llevó a cabo, no le debes nada.
- Le debo la vida, Riazor me capturó con la ayuda del FILO
número cinco, Siegfred, lo acompañaba la niña que inhibe el
poder, ahora trabaja para él, me ofreció ayudar a liberarte a
cambio de que me una a su proyecto de un nuevo gobierno, al
parecer controlará a la mayoría de los FILOS.
- Y por supuesto que le faltas tú, nunca nadie había podido
capturarte. ¿Como lo hizo?
- Me negué a irme de aquí, juré que sólamente lo haría para
liberarte y vengarnos.
- Entonces matemos a la hija de Riazor. ¿Para que quieres
trabajar con un tipo como él? Odias todo lo que representa.
- Mi trabajo con él dependía de su ayuda para liberarte, la vida
de su hija la cambie por la mía, si no hubiéra jurado respetarla
ahora estaría muerta...
- Está bien, tú ganas, al final ella sólo era una niña, yo siempre
he sostenido que los niños no tienen la culpa...
- No te preocupes, torturarás a Rush hasta que te hartes.
- Ok, pero por lo menos... ¿puedo espantar un poco a la niña?

- Por mi la puedes volver diabética. Sólo no la mates –Nitta


sonreía.
Devon entraba a la habitación de Christina, como se lo habían
informado, ahí estaba su padre.
- Hola papá... ¿otra vez con tu nieto?
- Cuando estemos solos di lo que es, este niño es tu hermano.
- Está bien, no te enojes y tu Christina... ¿no deberías estar más
contenta?
Chris no dijo nada, pero la sonrisa burlona de su exprometido
la molestó.
- Perdón que no te contestara Devon, es que no te reconocí con
sólo dos huevos, como siempre tienes cuatro…
- Que graciosa, tiene sus privilegios ser la puta de papá...
¿verdad?
- Más o menos. ¿Que privilegios tiene el ser la puta de todo el
ejército?
Devon quiso golpear a Christina, pero su padre se interpuso y
lo golpeó en el estómago.
- ¿Por que me pegas padre?
- Por cobarde, a una mujer no se le toca.
- Pero tú las maltratas a todas, hasta a mamá.
Esta vez fue una patada en el rostro, Devon cayó.
- Eso es para que aprendas a respetar a tu padre.
Devon se limpió la sangre del rostro
- ¿Y por qué no me respetas como tu hijo? Ahora resulta que
ese pequeño bastardo va a ser tu heredero…
- Así es, tú eres débil y no puedo dejar mi fortuna en tus
manos.
- Que así sea entonces padre, deja llamo a un sirviente para que
recoja lo que tiré cuando me golpeaste. – Una pareja de
empleados iban pasando en ese momento –. Oigan ustedes,
vengan y limpien todo esto.
En cuanto los criados entraron Neil Rush los reconoció.
- Ustedes, malditos… – Después volteó a ver a su hijo –.
Devon... ¿que has hecho imbécil?
El Comandante Supremo sudó frío, sobre todo cuando vio a la
mujer, le temía, había gastado una fortuna en cazarecompensas y
guerreros poderosos para que le llevaran su cabeza, todos fallaron y
fueron asesinados, siempre había vivido con el temor de
encontrársela, él era de los guerreros más poderosos de Levit y aún
así sabía que no era rival para ella, peor aún, estaba desarmado, en
cambio sus rivales traían sus espadas, Altair manejaba el estilo
electricidad y Nitta la energía psíquica.
La dinastía Rush era una familia del sur de Levit, de la parte
desértica, eran un Clan antiguo y respetado, manejadores del
elemento tierra, amigos históricos de los Yaotl y el Supremo
Comandante era el más poderoso de todos, no era una casualidad el
cargo que ostentaba, aún y cuando el bérserker iba armado no era
rival para él, pero eso no importaba, su compañera se encargaría de
todo.
Neil Rush pensó en acabar de un solo ataque con el bérserker,
en seguida se encargaría de su hijo, su traición no podía ser
perdonada, dejaría para el final su combate con Nitta, debía proteger
a su heredero, preparó y lanzó su ataque contra Altair, pero no llegó
muy lejos, la mujer ralentizó el tiempo, acabó con su ataque y
después le cortó los brazos al Comandante, en ese momento, la
guerrera apagó su poder.
El Comandante Supremo gritó de dolor, pero ahí no acabó su
suplicio, a su espalda recibió un ataque de tipo tierra por parte de
Devon, directo a su columna vertebral, no estaba preparado y resultó
herido, cayó de rodillas con los ojos en blanco por el dolor, el
bérserker aprovechó la situación y le dio una dosis de electricidad a
las piernas del Comandante.
Neil Rush sólo abrió la boca, ya no podía gritar más, lo único
que deseaba era que lo mataran y dejar de sufrir, sangraba por los
brazos cercenados, el dolor de la columna hacía que su cuerpo se
arqueara de una manera imposible y tenía completamente calcinadas
las piernas, se le veía la carne cruda, el Supremo Comandante estaba
vencido, Devon se burló de él.
- Grita lo que quieras papá, nadie te va a escuchar. No puedo
creer lo que se dice de tí, se cuentan leyendas de tu gran
poder, los soldados tiemblan sólo de escuchar tu nombre... Y
ahora observate, fuiste vencido muy facilmente. Eres patético.
Neil Rush lloraba de frustración y de dolor, quiso gritarle a su
hijo: "Maldito malagradecido." Pero las palabras no saliéron de su
boca.
Christina estaba aterrada, tenía a su hijo en sus brazos, el
bérserker se dirigió hacia ella.
- Ya te recuerdo, tú eres la niña que causó todo el alborto, por
tú culpa este desgraciado mató a mis hijos, además, me obligó
a ver como los asesinaban, eran unos niños y se los comieron
vivos unos perros.
Christina abrazó a su hijo, el bérserker avanzó hacia ella para
quitarle al niño, no quería lastimarlo, planeaba entregárselo a Devon,
sólo la quería espantar, pero Chris no lo sabía, pensaba que ese
hombre buscaba vengarse del hijo de su carcelero y que le quería
hacer daño a su bebé…
Cuando se lo estaban arrebatando los ojos cafés de Christina
se tornaron rosa claro y expulsó una llama de fuego, pero no
cualquier llama, era una completamente roja que consumió por
completo al bérserker… y a su hijo, no quedó nada de ninguno, ni
cenizas, un aura negra en forma de dragón rodeó todo el cuerpo de
Christina y empezó a incendiar todo a su alrededor, con su llama
escarlata también calcinó a Devon, éste trató de defenderse pero no
fue rival para la chica.
Neil Rush abrió completamente horrorizado los ojos, se
lamentó de no tener brazos para suicidarse, la chica no quemó al
Comandante Supremo, con su fuego acido derritió sus piernas, a
continuación, con sus manos le arrancó las entrañas, el dolor de Neil
Rush era insoportable, después de muerto lo seguían desgarrando…
Una vez que terminó con el Supremo Comandante la chica
miró a su alrrededor buscando a la mujer, pero esta ya no estaba,
había logrado huír.
Después de acabar con los tres guerreros, Christina mató a
todos los habitantes de la casa, nadie se salvó, la esposa del
Comandante, sus demás hijos, servidumbre, soldados, todo, el
castillo se consumió por completo en su fuego escarlata, esa noche
murieron setenta y cinco personas, entre ellas doce niños, incluido el
pequeño Lesath.
A media noche una figura salía del castillo en llamas, quienes
trataban de apagar el fuego no la vieron, parecía una chica pero sus
facciones no revelaban ninguna emoción, sus ojos eran de un color
rosa claro, esos ojos si eran expresivos, reflejaban odio, odio en su
mas simple expresión, esos ojos no volverían a su color original, no
derramó una sola lágrima por su hijo muerto, no sintió dolor por lo
que le había pasado, simplemente odiaba al mundo, ese mundo que
era cruel y que debía ser destruido, pero tenía que empezar por algún
sitio y ella sabía cual era el lugar indicado para empezar su venganza
contra el mundo, el Estado que la vio nacer, ese estado que la
abandonó y que ahora sufriría las consecuencias, empezaría con
Arcadia.
La joven caminó a la estación de trenes, únicamente vestía un
sucio camisón blanco, cuando le exigieron su boleto vio al empleado
con esos ojos malditos, este pasó de largo, su instinto de
supervivencia le dijo que no hiciera nada que pudiera molestar a esa
persona. Cuando llegó a su destino incendió el tren y a todos sus
pasajeros.
La chica ya estaba en su lugar de origen, pero antes de
comenzar su venganza debía hacer algo, tenía que conseguir una
pieza que le daría más poder: un guante.
Su instinto le diría en donde se encontraba, caminó por el
barrio de clase alta del Tercer Distrito, se observó en un espejo,
realmente se veía mejor de lo que ella recordaba, hasta su cabello
había cambiado, ya no era castaño, ahora era color negro-rojizo, su
aspecto sería una buena arma en el futuro, se encaminó al barrio
pobre y de ahí a las montañas, necesitaba ir a una en especial: la
montaña de fuego.
Cuando llegó al lugar escaló parte del terreno, a la mitad de la
montaña había una cueva escondida, entró en ella y activó su poder,
surgió el dragón y se dispuso a escarbar hasta que localizó una caja
de metal, rompió la cerradura y en el interior encontró un guante gris,
en letras negras se apreciaba el símbolo:
Se lo colocó en la mano derecha y volvió a nacer, pero ya no
era la chica de antes, ahora era otra persona, era un ente diferente con
una sola misión: destruir el mundo y a sus habitantes, entonces, en su
mente sólo se formó una imagen, la figura del máximo traidor, el que
la abandonó a su suerte, él debía sufrir más que nadie, él pagaría por
lo que ella era ahora, él era el responsable del ser en que se había
convertido, sólo un nombre se formó en su conciencia, lo buscaría y
destruiría.
Todo estaba listo, ya estaba completa para iniciar su
venganza, sólo le faltaba completar el ritual, el guante ya se
encontraba colocado en su mano derecha, concentró toda su energía
en su abdomen y la expulsó hacia fuera, comenzó a salir la espada, el
dolor era intenso pero le gustaba, al estar saliendo la espada trataba
de que se moviera para sentir más dolor, con el dolor venía el odio y
con el odio el poder.
Se le formó un tatuaje con la forma de la empuñadura en la
baja espalda, cuando al fin surgió la espada en su totalidad lo supo
todo, así como los animales desde que nacen saben que deben nadar,
cazar, sobrevivir; una serie de imágenes llegaba a su cerebro, sin
haber entrenado nunca en su vida ahora era una experta guerrera, en
ese momento que volvía a nacer su nombre antiguo ya no tenía
sentido, de hecho, ni siquiera recordaba cual era, su nuevo nombre
sería Lilith y era la portadora de la espada sagrada Draconis, “la
espada celestial”, la empuñadura del arma era roja como su fuego,
terminaba con una pequeña cabeza negra de dragón en donde
empezaba la hoja de la espada, la cabeza del dragón estaba
franqueada a ambos lados por unas alas metálicas.

Sabía que ahora sería conocida como el FILO número doce,


la domadora del dragón oscuro, una bestia gigantesca de energía
natural que exhalaba fuego ácido, el fuego que lo extingue todo, su
cuerpo estaba formado por una cubierta dura como el metal más
resistente, tenía cuatro patas con garras como enormes dagas, alas
poderosas capaces de crear mortales ventiscas y una cola afilada con
terminación en punta de espada, todo su cuerpo era un arma, podía
trasladar cualquier parte del cuerpo del dragón oscuro a sus propias
extremidades, era una máquina perfecta de matar y estaba decidida a
utilizar sus capacidades al máximo, mataría hasta que no quedara
nada que matar, nada que destruir, y dejaría para el final al postre,
mismo devoraría lentamente, a su objetivo principal: Lesath
Crossifixio Sargás.
CAPÍTULO 4
EL FIN DE LA BÚSQUEDA

Al fin se había cumplido el mes que Cross le había dado de


plazo a Riazor para que le dijera en donde se encontraba Christina.
Junto con Elektra partió hacia la casa del Distrito Comercial, ahora
sabían que Christina estaba en Levit, pero no era una seguridad, entre
todos acordaron que antes de que partiera a buscar a la hija de
Riazor, esperara a el encuentro con su padre, sólo faltaban unos días,
después de la plática con su mentor decidirían la próxima estrategia,
además, ahora llevaba una ventaja, sabría si el padre de Chris lo
engañaba al decirle que estaba en otro lugar. Cross quería ir solo
pero las chicas no lo permitieron, Michelle estuvo de acuerdo en que
lo acompañara su compañera de cuarto, pero los amenazó que ella
sabría si pasaba algo entre los dos a su regreso.
En el Distrito Comercial Argento Riazor estaba en la sala de
su residencia tomando una copa de brandy de cosecha especial,
esperaba la llegada de Cross, sería de un momento a otro, estaba
recordando los detalles de su visita a Levit.
Cuando llamó al Comandante Supremo Neil Rush no le
contestaron, después habló al edificio de gobierno y le dijeron que
había sucedido una tragedia, lo mejor era que se trasladara a Levit él
mismo, cuando llegó a la casa del Comandante Supremo
inmediatamente supo lo que había sucedido, estaba todo quemado
hasta los cimientos, pero no era cualquier fuego el que había
consumido la propiedad, era el legendario fuego ácido que no se
consumía hasta que destruía todo lo que tocara, tramitó el acta de
defunción de su hija y se retiró, todo salió según lo planeado.
Riazor ahora sabía que su hija albergaba en su cuerpo a la
espada sagrada Draconis, lo que la convertía en el FILO número
doce, la había buscado por años, estaba reuniendo a los nuevos
portadores, poco a poco los había ubicado y los llevó sin que ellos lo
supieran a obtener las espadas sagradas, desde un principio sabía
donde localizar a Dorian y Arlés, después ubicó a Elektra, sólo los
estaba probando y todos demostraron desde temprana edad que
serían los portadores.
Los gemelos y Michelle sólo se cruzaron en su camino, pero
al ver sus habilidades también se los llevó, eran tan poderosos como
los FILOS, algún día le servirían; también sabía que Cross era un
elegido, desde que era un bebé Antares ya reaccionaba cuando él
estaba presente, sabía que los FILOS cuatro y nueve saldrían del
Distrito V, conocía a los FILOS dos y cinco desde la última rebelión,
también sabía que en la familia De Grieff estaban los elegidos de las
espadas sagradas seis y ocho, conocía a Krizia, el FILO número uno
y después se enteró que le heredó su “maldición” a su hija Kharynna.
Sólo le faltaba una espada, la más importante junto con
Scylla, y ahora sabía quien era la portadora del arma más peligrosa
que ha existido: Draconis, “la espada celestial”, curioso adjetivo o
más bien inadecuado para esa espada cuyo único alimento es el odio,
también pensó en lo absurdo de la vida, la espada más poderosa que
tantos años había desperdiciado en buscar siempre la tuvo en casa,
descansaba en el cuerpo de su propia hija, una vez que lo supo no
dudó en sacrificarla, su causa era lo principal aún a costa de la vida
de su familia.
Argento Riazor estaba enterado que las dos últimas espadas
sagradas se transmitían por herencia y surgían directamente del
cuerpo de sus portadores, pero de manera distinta. Spartha nacía
dentro del cuerpo de su portador, era una espada pura y fiel, se
quedaba con la persona que había elegido hasta su muerte, en cambio
Draconis era la contraparte, se alimentaba por el odio y consumía a
su portador, cuando éste ya no le servía simplemente desaparecía;
sólo le faltaba saber quien era el huésped de Draconis, lo supo
cuando la energía natural de su hija conocida como el dragón
oscuro mató a los hijos de Rush, los despedazó con sus garras, su
hija estaba ilesa pero sólo él sintió la energía negativa que se movía a
través de ella, sin embargo, cuando regresaron a su casa la bestia se
calmó y él supo cual era la razón: Cross.
Su hija estaba enamorada de ese cabrón y por lo tanto ese
amor mantenía dormido al dragón oscuro, quiso matar a Cross pero
era demasiado valioso y más todavía ahora, él era la pieza principal
en su estrategia y si jugaba mal esa pieza se le caería todo el juego,
por eso decidió enviar a su hija a Levit, sabía que ahí iba a sufrir, que
poco a poco se llenaría de temor y odio, así resurgiría el dragón
oscuro, ahora necesitaba controlar a Christina y Argento Riazor sabía
como, sonreía para sí, ya no tenía caso seguir ocultándole a Cross el
lugar al que había mandado a su hija, el objetivo se había cumplido,
fue complicado y le había costado las pérdidas de Diana Kray, su
protectora oculta; de Lothar, su guardaespaldas principal y de
Hansel, su secretario particular, tres personas formidables pero que
tuvieron que ser sacrificados por un bien mayor, al final había valido
la pena, él había triunfado. El sonido del timbre interrumpió sus
pensamientos, tenía que moverse con cautela o perdería a Cross, y
con él, en un efecto dominó a los demás FILOS.
Dorian personalmente recibió a Cross y Elektra.
- Adelante, el Señor los aguarda.
Había sólo un guardia en la entrada, pasaron a la sala en
donde Riazor los esperaba con una copa en la mano.
- Adelante chicos. ¿Desean algo de beber? ¿Ya comieron?
- Estamos bien.
- No hables por los dos Cross. Hija... ¿segura que no te apetece
nada?
- No papá, gracias.
- Está bien, habla Cross, te escucho.
- No juegue conmigo Riazor, yo no vengo a hablar, vengo a
escuchar y sólo quiero oír una cosa de sus labios, la ubicación
de Christina.
- Lo sé, pero es muy difícil para mí decírtelo, te lo insisto por
última vez y más que una insistencia es un ruego Cross, deja
el pasado en donde está, olvida a mi hija y sigue tu vida, ella
ya encontró su destino.
- Eso me lo tendrá que decir ella.
- Ella no te volverá a hablar, tú ya estás comprometido, no la
busques.
- ¿Acaso usted le dijo de mi compromiso? Eso no importa,
dígame en donde está y yo decidiré que hacer.
- Me lastima el trato que me das y la manera en que me hablas,
creo que cometí equivocaciones contigo pero fue mi culpa,
algún día lo entenderás y espero que arreglemos nuestras
diferencias, sólo te hago una última advertencia, si buscas a
Christina verás que tengo razón, cuando la encuentres vas a
sufrir mucho y volverás como cuando te fuiste, solo, pero con
un gran pesar en el alma.
- Si así debe ser que así sea, aceptaré lo que venga.
- Lo sé, no te va a quedar de otra.
- Dígame en donde está entonces.
- La vas a encontrar en el Estado de Levit, en la zona militar de
esa provincia, pregunta por el Comandante Supremo Neil
Rush, ella está con su familia.
Cross estalló en furia.
- ¡Como se atrevió a enviarla allí después de lo que sucedió!
¡Es un maldito mal nacido! ¡Sepa que si algo le sucedió a
Christina durante su estancia en ese lugar, física o
emocionalmente lo va a pagar con su sangre!
- Eso es todo Cross, por favor, vete de mi casa.
Dorian se dispuso a entrometerse pero Riazor le hizo una
señal de que todo estaba bien, Elektra sostuvo a Cross por el pecho y
lo jaló hacia la salida, cuando lo estaba sacando preguntó a su padre
adoptivo:
- ¿Que fue de Diana Kray?
- Gracias a ustedes prescindí de sus servicios, regresó a su
Estado, a donde pertenece.
Ya afuera de la casa principal Cross seguía insultando a su
mentor, no era capaz de controlar sus emociones, sus ojos se estaban
tornando rojo claro, entonces Elektra lo besó, Cross al principio se
sorprendió, pero su cuerpo reaccionó y correspondió a ese beso,
abrazó a su acompañante. Después de un momento que a ambos les
pareció eterno se separaron, Cross sorprendido preguntó a su
compañera:
- ¿Porque hiciste eso?
- Porque te estabas descontrolando… ¡rápido, vámonos!
Ambos se alejaron rápidamente de ahí, ahora el que estaba
perdiendo los estribos era Riazor, había visto cuando Elektra besó a
Cross y eso lo enfureció. Dorian trató de tanquilizarlo.
- Cálmese por favor señor.
- No me toques...
- No lo toco pero cálmese.
Riazor al fin estalló:
- Cómo voy a calmarme si ese imbécil cada vez que me ve me
insulta. Dice que ama a Christina y besa en mis narices a mi
otra hija... Lo voy a matar, lo voy a matar ahora mismo.
- Señor, el plan.
- Al diablo el plan, ese cabrón se muere ahora.
- No señor, usted no sale de aquí.
Riazor tomó del cuello a Dorian, este lo dejó hacer, no hizo
nada por defenderse.
- ¿Te atreves a ponerte en mi camino?
- Si señor, su plan es el trabajo de su vida, no lo dejaré
arruinarlo por un momento de furia, aquí estoy yo para que se
desquite y se calme.
Riazor lo pensó un momento y soltó a Dorian, este sintió que
la vida volvía a su cuerpo, cuando lo estaban ahorcando sentía que
desfallecía.
- Lo siento Dorian... ¿estás bien?
Dorian no podía hablar, solo hizo una indicación de que
estaba bien. Argento Riazor respiró profundamente y nuevamente
tomó asiento.
- Gracias por detenerme, entre más te conozco más satisfecho
estoy de que estés conmigo, no me equivoqué al seleccionarte
para que fueras el portador de la espada sagrada más fuerte
que existe, nunca te dejas llevar por tus instintos ni tus
sentimientos, eres el guerrero perfecto…
Ambos siguieron esperando, pronto llegaría a verlos el último
FILO y entonces comenzaría su verdadero plan.

Lilith regresó al Distrito Comercial, necesitaba un sitio donde


establecerse, en su cabeza sólo existía la imagen de un lugar, la casa
en donde sentía que se asfixiaba, en donde el sentimiento más
horrible de todos: el amor, no la dejaba surgir, iría a ese lugar y lo
convertiría en el centro de su infierno.
Cuando llegó sintió un malestar en el estómago, su instinto le
advirtió que un portador de espada sagrada estaba cerca, se pasó la
lengua por los labios, su finalidad como el último FILO era
exterminar a todos los demás, en especial a su némesis de todos los
tiempos, al FILO portador de la espada sagrada Spartha, “la espada
de luz”.
Lilith no se anduvo con modales, de un golpe destrozó la
entrada la cual ya se encontraba vacía, siguió de frente y con su llama
extinguió el lago que había a un costado, destruyó parte del frente
para entrar, y ahí lo encontró, como su instinto se lo había indicado
estaba uno de los FILOS, por su guante supo que se trataba del
número tres, pero eso era lo de menos, él solo sería el aperitivo, lo
que tenía enfrente era aún mejor, conocía a ese hombre y algo dentro
de ella le decía que se tomara su tiempo con él, su instinto le decía
que sentiría una gran satisfacción al consumirlo lentamente.
En cuanto Lilith entró inmediatamente Dorian le cerró el
pasó, él había sentido también una sensación de malestar, pero
distinta, la de peligro que siente una presa cuando su depredador está
cerca, entonces supo que algo malo pasaría, estaba preparado, sus
ojos se habían tornado color cian claro. Al FILO número doce le
bastó un movimiento de la pata delantera del dragón oscuro para
inmovilizar a Cerberus, en los ojos de bestia y ama se había formado
en el lugar de su pupila el símbolo que la distinguía como el FILO
número doce, estaba a punto de triturar a Dorian cuando escuchó esa
voz.
- Hola Lilith, esperaba tu visita desde hace días.
El ente de odio intentó atacarlo pero por alguna razón no
pudo, aquel sujeto desprendía una energía que lo protegía, era
incapaz de moverse.
- ¿Que te parece si liberas a mi muchacho y me escuchas?
- No.
- No liberarás al chico o no me escucharás.
- La primera.
- Está bien, no lo liberes, pero tampoco le mates hasta después
de escucharme… ¿estamos?
Lilith no dijo nada, Riazor lo tomó como un sí.
- Te preguntarás porque no puedes atacarme... ¿no es así?
- Si, admito que me gustaría matarte.
- Hay dos razones principalmente, la primera es que estamos en
suelo sagrado, quizá tú no lo sabes, pero tu subconsciente sí,
no puedes dañar a nadie en el Distrito Comercial, eso
significaría tu destrucción.
Instintivamente Lilith supo que ese hombre tenía razón, ni
ella que era el peor de los seres humanos podía matar en ese distrito.
- ¿Y cual es la segunda razón? – preguntó.
- También tiene que ver con tu cabecita, es porque soy tu padre
y una parte de tu subconsciente no te permite hacer eso, no
tiene nada que ver con algo que yo esté haciendo.
- Pero la energía que desprendes…
- Ninguna energía, soy un hombre común y corriente pero tu
cerebro me esta protegiendo y crea esas imágenes en tu
mente.
El dragón oscuro ejerció presión sobre el cuerpo de Dorian.
- Entonces torturaré a esta basura hasta dejarlo en los umbrales
de la muerte...
- Recuerda que dije que no podías dañar a nadie...
- Ya recordé las reglas, lo único que no puedo utilizar es la
energía elemental, puedo destrozar a este insecto a golpes...
- Espera, escucha mi propuesta y después decide.
- ¿Que propuesta?
- Yo se cual es tu objetivo y estoy aquí para que se cumpla, ese
es mi destino, para eso me he preparado toda mi vida y he
estado consiguiendo el ejército para lograrlo, tú sola no
puedes destruir el mundo, pero con mi ayuda lo conseguirás,
necesitas un ejército y este empieza por las personas más
poderosas que existen.
- Mi naturaleza es matar a los FILOS.
- Y lo harás, después de que se cumplan tus deseos, eso es lo
hermoso de mi plan, una vez que los FILOS ya no te sirvan
los devorarás uno por uno.
- ¿Y que pasará contigo?
- No lo sé, estoy consciente de que soy invulnerable a tus
poderes hasta que deje de servirte, en ese caso quiero que
jures sobre tu espada que en ese momento me matarás a mi y
a Dorian de un solo tajo, sin poder elemental y sin tortura,
simplemente me atraviesas el corazón, si estás de acuerdo
empecemos con los planes, si no lo estás destroza el cuerpo
de Dorian y vete, soy inmune a ti y sé que moriré de viejo
antes que cumplas tu objetivo.
Lilith lo pensó, no sabía si ese viejo hablaba con la verdad o
no, pero era un hecho que no podía atacarlo. ¿Que más daba?
Aceptaría su propuesta y en el camino pensaría la forma de darse
gusto con él, si al final no podía, entonces lo asesinaba de un golpe,
peor era no matarlo…
Riazor contó su plan a Lilith y a esta le encantó, tenía que ver
con su objetivo principal, se daría gusto de lo lindo y haría sufrir a
sus lacayos en el proceso, debía permanecer un tiempo inactiva pero
no importaba, el catalizador ya se había encendido y lo único que
faltaba era la explosión, mientras, ya encontraría alguna diversión.
Elektra y Cross iban de regreso al Tercer Distrito, ella dormía
sobre el hombro de Cross, éste no podía dejar de pensar en ese beso,
lo había sacudido por completo, por un momento hasta se preguntó si
realmente deseaba ir a Levit, no quería separase de la niña que tenía
al lado, pero inmediatamente se quitó esa idea de la cabeza, su único
y real amor era Christina, hasta después de hablar con ella tomaría
una decisión, cuando finalmente llegaron al Tercer Distrito y se
encaminaron a su departamento, Cross sintió que debía hablar con
Elektra.
- Elektra, sobre el beso…
- Ya te dije, sólo lo hice porque estabas incontrolable.
- Pero yo…
- Mira, ese fue mi primer beso, no me lo quites diciéndome
cosas que no quiero oír. ¿Está bien?
- Si, claro.
Cuando llegaron al edificio y se estaban despidiendo Cross
detuvo a Elektra.
- ¿Podrías dormir conmigo?
- Es lo que mas deseo pero no puedo…
- Nada va a pasar…
- Por eso no puedo, pídemelo cualquier otro día y con gusto
voy, pero no hoy.
- Lo entiendo.
Cross abrazó a Elektra, fue un abrazo que duró más de cinco
minutos, ninguno de los dos quería soltarse, las sensaciones que
estaban sintiendo eran demasiado intensas, hasta que Cross se apartó.
- Gracias por todo, mañana nos vemos.
- Claro, hasta mañana.
Cuando se despidieron ambos se sentían bien, ni Cross se
sintió despreciado ni Elektra se sintió triste.
Caris y Michelle estaban despiertas, ninguna podía dormir,
esperaban la llegada de Cross y Elektra, cuando su amiga llegó
Michelle le preguntó:
- ¿Como les fue?
- Más o menos, habíamos acertado, Chris se encuentra en
Levit.
- Pero ven y cuéntanos todo.
- Estoy cansada, mañana hablamos, buenas noches.
Al ver que se cerraba la puerta de la habitación de su amiga
Michelle y Caris cruzaron una mirada, de repente ambas se sintieron
incomodas y se fueron a dormir, las dos tenían la sensación de que
algo había pasado entre Elektra y Cross. Del otro lado de la puerta
Elektra se estaba tocando los labios, ese había sido su primer beso y
fue mejor de lo que siempre imaginó, esa noche no quería pensar en
nada más que en esa sensación. Por eso no aceptó dormir con Cross,
no quería pensar que no la abrazaba y besaba por pensar en Chris, esa
noche había sido suya y de nadie más.

Al día siguiente en la escuela, las chicas estaban discutiendo


sobre quien debía acompañar a Cross al Estado de Levit, tanto
Michelle como Elektra querían ir, no podían dejarlo ir solo porque
alguien tenia que “controlarlo” por si las cosas se ponían difíciles.
- Yo debo ir, soy la hija de Argento Riazor y será más fácil que
nos den las atenciones.
- No, yo iré, Cross también es un Riazor y con uno basta, tengo
inversiones en Levit y conozco a gente influyente.
Ambas estaban encaprichadas en ir, preguntaron a Cross
quien debería acompañarlo, el les respondió “decidan ustedes” y se
retiró, después le preguntaron a Caris su opinión.
- ¿Quien debería ir Caris? – preguntó Elektra.
- No lo sé, pero me alegra no ser yo.
- ¿Porque lo dices? – la cuestionó Michelle.
- No soportaría ver a Cross abrazando y besando a alguien
más…
Tanto Elektra como Michelle se quedaron heladas, no habían
previsto esa posibilidad cuando al fin y al cabo Cross iba a eso, por
Chris para llevársela.
- Ve tú – dijo Michelle a Elektra.
- No, yo no quiero, ahora te toca a ti – le respondió la portadora
de Spartha.
- Tú eres una Riazor y todo será más fácil, los tres son
familia…
- ¡No digas estupideces!
- ¡Ya cállense! ¡Iré yo! – Era Connor quien hablaba.
- ¿Que?
- Ya me tienen harto con sus peleas, no se a donde va Cross
pero yo lo acompaño y se acabó toda esta discusión.
Todos estuvieron de acuerdo, cuando le dijeron a Cross le
pareció bien, pensó que si se desataba una pelea prefería que Connor
estuviera a su lado a una de las chicas, desde el principio esa era su
preocupación, por eso no quería que lo acompañaran, así, al día
siguiente ambos partieron a Levit.
- Connor, quiero que sepas que si las cosas se ponen feas allá
voy a pelear, no importa que pase pero regresaré con
Christina, no me importa que me maten en el intento,
posiblemente no quieras verte inmiscuido en eso.
- No pasa nada, si hay pelea la habrá y ya, de todos modos yo
no veré si te matan, antes de que te hagan daño yo ya habré
muerto.
Cross se quedó viendo a Connor, lo iba a acompañar a
sabiendas del peligro y pelearía a su lado hasta la muerte si era
necesario, eso era ser un amigo.
- Oye, quita esa mirada, parece que me quieres besar.
- Solamente un poquito…
Connor sonrió.
- ¿Y ya pensaste que pasará si es Christina quien no quiere
regresar?
- No, no lo he pensado pero ahora que lo dices tengo tres
posibilidades, quedarme en Levit, vagar por Boleria y no
volver a Arcadia o regresar a nuestro Estado y seguir mi vida,
en su momento lo decidiré.
- Recuerda que yo solamente te voy a acompañar a Levit… ¿de
acuerdo?
Esta vez fue Cross el que sonrío, tomó la mano de Connor y
este la retiró rápidamente ambos empezaron a reír.
- Sólo te doy una recomendación, sé inteligente, todos dicen
que eres un genio, demuéstralo, no actúes con el estómago, de
nada le vas a servir a Christina muerto.
- Te agradezco la recomendación, te aseguro que haré caso a
tus consejos. Sé que tienes razón, pero me es muy difícil
pensar y ser ecuánime cuando está de por medio Christina,
pero al final es ella y su integridad lo que cuenta, una vez que
la encontremos tú serás quien mande.
Connor asintió, pero estaba seguro que sería muy difícil
controlar a su amigo, por eso habló con Arlés, en el bolsillo tenía una
serie de sugerencias y estrategias que debía seguir de acuerdo a las
circunstancias que se fueran dando, ya las había memorizado, éstas
incluían a los contactos de Michelle que los auxiliarían en caso de un
ataque del ejército de Levit. Las chicas le habían encargado
encarecidamente que cuidara a Cross, él les había prometido que lo
haría con su vida y pensaba cumplirlo.
Cuando llegaron a Levit preguntaron por la casa del
Comandante Supremo Rush, les contestaron que él ya no era el
Comandante Supremo pues había muerto, pero les dieron la
ubicación de donde estaba su casa.
- Lo mejor será ir a esa dirección para ver si ahí nos pueden dar
la ubicación del lugar en donde viven sus hijos, buscaremos a
todos ellos si es necesario.
- Como tú digas, Cross, yo sólo te vengo acompañando.
Cuando llegaron a la dirección que les indicaron sólo había
cenizas y escombros.
- Bueno Cross, al menos ahora estamos seguros de que ya no
viven aquí.
Cuando preguntaron a los vecinos acerca de la nueva
residencia de los Rush, no estaban preparados para lo que les dijeron,
les explicaron con lujo de detalles del incendio que había destruido el
inmueble, también les informaron que nadie había sobrevivido, toda
la Dinastía de Neil Rush había quedado carbonizada en ese lugar,
Cross sentía que estaba en un mundo irreal, Connor investigó más a
fondo, le informaron la ubicación del cementerio donde se
encontraban las tumbas de los miembros de la familia que habían
muerto.
Mientras se dirigían al cementerio, Cross tenía la esperanza
de no encontrar la tumba de Christina, otra vez se equivocó, cuando
la encontró sólo cayó de rodillas ante su sepulcro y se quedó inmóvil,
así estuvo durante tres días; si había alguien que entendía por lo que
estaba pasando era precisamente Connor, no lo molestó pero ya
estaba preocupado.
Cross no había pegado el ojo en todo ese tiempo ni había
comido, no lo escuchaba, no escuchaba a nadie, quisieron retirarlo
pero Connor no los dejó, se puso su guante e hizo guardia junto a su
amigo, colocó un letrero en la tumba de al lado que decía: “si
aprecian su vida no molesten”, los militares no sabían lo que
significaba el guante pero los bérserkers si, mencionaron que era
mejor dejarlos en paz, esos tipos eran capaces de arrasar con un
ejército entero, además, no estaban molestando a nadie.
Para el cuarto día Connor no podía continuar así, Cross se
estaba matando, como sabía que no lo escuchaba, sacó su espada y
con el mango golpeó a su amigo en la nuca, éste estaba débil y se
desmayó, cuando despertó estaba en un hospital, Connor estaba a su
lado.
- ¿Que pasó? – preguntó Cross mientras trataba de
incorporarse.
- Que te estabas muriendo, tuve que ponerte a dormir para
traerte aquí y te inyectaran vitaminas.
- Me hubieras dejado…
- Por si no lo recuerdas yo vine aquí con la misión de que no
hicieras una estupidez.
- Voy a regresar al panteón.
- Es tu decisión, mi deber acaba aquí, les voy a hablar a las
chicas para que vengan por ti.
Aún en el estado en que se encontraba Cross sabía que lo de
Connor no era una amenaza, él no podía permitir que las chicas lo
vieran así.
- No, a ellas no.
- Entonces regresa conmigo.
Cross volvió a recostarse, todavía le costaba trabajo digerir lo
que había sucedido.
- ¿Sabías que estaba preparado para todo? En mi mente tenía
todas las opciones, situaciones y respuestas, ya tenía una idea
de lo que haría, pero no estaba preparado para esto, jamás
imaginé que Chris estuviera muerta.
- Lo sé, para eso no se está preparado.
- Me alegra que vinieras tú, hubiera sido muy doloroso y cruel
para las chicas si me hubieran acompañado, no estoy como
para que nadie me consuele.
- ¿Entonces que piensas hacer?
Por primera vez en su vida los ojos de Cross expresaron odio,
odio y deseo de venganza, en ese momento supo que jamás se
detendría hasta lograr el fin que lo motivaba, nada se podría
interponer en su camino, su objetivo era la muerte.
- Regresar a Arcadia y matar a Argento Riazor.
CAPÍTULO 5
EL COMUNICADO DE LA CIUDADELA

Cuando Cross y Connor se fueron a Levit, empezaron a


suscitarse varios acontecimientos en los cinco distritos de Arcadia, el
rumor de una nueva revolución estaba revoloteando el aire, los
Delegados de los distritos se negaron a reunirse, no confiaban el uno
en el otro y sobre todo, temían una emboscada de la Ciudadela para
matarlos, el ambiente se puso tenso.
Después de un par de días la Ciudadela emitió un decreto en
donde les solicitaba a las escuelas que organizaran un torneo de lucha
en donde se presentarían dos representantes de cada Distrito, esto era
con la intención “de que no hubiera guerra” y todo se solucionara con
un combate entre guerreros de élite, el distrito ganador tendría poder
político y económico sobre los derrotados por un año, fecha en que
se realizaría un nuevo torneo.

En el palacio de gobierno del Tercer Distrito, el Delegado


discutía el comunicado de la Ciudadela con el Supremo Comandante
de sus ejércitos.
- ¿Que opinas de esto Ragnar?
- Es difícil decirlo Delegado, pero al parecer la Ciudadela
quiere evitar un conflicto.
- ¿Pero un torneo?
- No tiene de que preocuparse, su Distrito cuenta con los
mejores guerreros, aquí hay más FILOS que en ningún otro
lugar.
- Lo sé, pero un combate de esos niveles va a dejar algunos
muertos, quien pierda va a quedar debilitado, en cuestión de
algunos años los tres Distritos nos habremos quedado sin
guerreros élite y a merced de la Ciudadela.
- Esa es otra posibilidad, anda sonando muy fuerte el rumor de
que se esta gestando otra revolución contra la Ciudadela.
- Entonces el problema no es entre los distritos, no hay peligro
de guerra civil, sino entre la Ciudadela y un grupo de
revoltosos… ¿no podrían simplemente arrasarlos?
- En principio suena fácil, pero lo más seguro es que no sepan
quienes son y si estalla la guerra serán los FILOS los que la
definan, la vez pasada no se organizaron y perdieron, pero
ahora es diferente.
- Tienes razón, ahora las escuelas ya no están en conflicto,
incluso hasta hay estudiantes de intercambio, eso debe poner
en alerta a la Ciudadela, no pueden permitirse que los
distritos estén unidos, eso le da mucho poder al exterior.
- Quizá esté en lo cierto… ahí puede estar la razón del torneo,
irán por los posibles rebeldes, la Ciudadela puede dar
instrucciones para que peleen incluso a muerte entre ellos, eso
romperá sus lazos, de alguna manera quien vea caer a su
amigo querrá vengarlo.
- Ragnar, tú eres el Comandante Supremo de éste Distrito.
¿Que propones?
- Voy a hacer unas investigaciones, pero hay que estar alerta.
- Está bien, pero por si las dudas avísale a Athena lo que
platicamos.
- Ok.
Ephraim Von Teague, mejor conocido como Ragnar, el
Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas del Tercer Distrito,
salió de la casa de gobierno, pensaba que el Delegado del Distrito III
a pesar de no ser un guerrero era bastante astuto, él sabía que para la
Ciudadela ese era el distrito más importante, por eso habían puesto a
ese títere, pero tras dieciocho años en el poder ya estaba tomando sus
propias decisiones, en la pasada guerra el Delegado del Tercer
Distrito era un FILO y fue uno de los líderes de la resistencia,
además de que fue el distrito más difícil de someter, él había estado
ahí, mientras la Legión de los Iluminados se mantuvo al margen del
conflicto, en el Círculo del Zodiaco fue distinto, la mitad apoyó la
rebelión y la otra mitad no, al final mataron a los rijosos y se les
permitió conservar la administración de la demarcación, pero el
Distrito III estaba infectado desde su gobierno, así que mataron a
todos los FILOS así como a los guerreros rebeldes y pusieron a un
muñeco en el gobierno, pero quien manejaba los hilos era otro.
Mientras Ragnar caminaba una sombra le observaba.
- ¿A donde vas Comandante?
- A donde me da la gana…
- No irás a hacer lo que te dijo el Delegado... ¿verdad?
- Él es el jefe.
- Bien sabes que no.
- Pues convéncelo de que retire la orden, mientras tanto, no me
molestes.
- Quizá lo convenza de cambiar al Comandante Supremo.
- Espero lo hagas, me harías un favor.
- No, es mejor que estés por aquí, probablemente tengas que
volver a entrar en acción.
- Esperemos que no, adiós.
Ragnar siguió su camino, sabía que nadie lo seguía, la sombra
no se atrevería a tanto, al final decidió hablar con la líder del Consejo
Escolar de la principal escuela del Distrito, la encontró en el edificio
de control escolar.
- Athena, cuanto tiempo…
- Comandante Ragnar, ha de suceder algo importante para que
esté usted aquí.
- Sólo estoy reuniendo información.
- Pregunte, yo le responderé lo que sepa.
- ¿Con cuantos FILOS cuenta esta escuela?
- ¿Por que lo pregunta?
- Cuestión de seguridad.
- ¿Quien se enterará de esta platica?
- Nadie, queda entre tú y yo.
Desde que asumió el cargo de líder de la escuela de nivel
superior, Athena fue presentada con el Delegado y el Comandante
Supremo, el papel del FILO número once era importantísimo en caso
de una guerra, cuando hablaba con Ragnar sin que nadie más
estuviera se dio cuenta que era una persona de confianza.
- Somos cinco.
- Bien, ya salió otro más a la luz, entonces contamos con casi la
mitad.
- Es difícil de explicar, pero hay dos FILOS más que estarían
con nosotros, esto en caso de que la guerra no fuera entre los
distritos…
- ¿Y si así fuera?
- Nos mantendríamos al margen, hay gente del Círculo del
Zodiaco y de la Legión de los Iluminados que tampoco
entraría en el conflicto, somos amigos.
- ¿Lo que me estás diciendo es que están preparados para otra
revolución pero no para una guerra civil?
- Por así decirlo, esa payasada del torneo entre escuelas no lo
cree nadie.
- Pero tienen que participar.
- Lo haremos, pero a nuestra manera…
- Lo que dices es serio y es traición.
- Esta conversación nunca pasó, sólo te digo que no nos vamos
a dejar manipular, no nos vamos a destruir entre nosotros, si
la Ciudadela quiere ver una pelea a muerte tendrá que
participar como combatiente activa.
- No me digas más, sólo tengan cuidado, recuerden que hace
dieciocho años también se unieron los poderosos y hubo
muchas traiciones.
- No te preocupes, nuestros lazos son muy fuertes, además,
tenemos a alguien que nos une a todos.
- ¿A quien?
- ¿Quien más va a ser? Al que todos conocen como "el
elegido".
- Pero ese es un sobrenombre que no tiene que ver nada con
esto, se le dice así como una broma interna, porque la gente
creía que sólo había una espada sagrada.
- Ya lo sé, pero él será nuestro líder, estoy segura, todos lo
quieren y respetan, quien lo siga preferirá morir a
traicionarlo.
- Está bien, espero que sea así, aunque suene repetitivo tengan
cuidado.
- Ragnar, si hay guerra… ¿pelearas con nosotros?
- No lo sé, pero ten la seguridad de que no pelearé contra el
pueblo otra vez.
- Con eso me basta.
Ambos se despidieron, cuando Ragnar regresó al edificio de
gobierno se volvió a entrevistar con el Delegado.
- ¿Cómo te fue Ragnar?
- Elektra ya fue advertida.
- Creo que es hora de que todos conozcan quien eres realmente.
- Estoy de acuerdo.
- Ahora todo el mundo se enterará por qué tu fama es tan
reconocida, todos saben que eres el mejor estratega y el
guerrero más poderoso de Arcadia, desde hoy se sabrá por
qué, el pueblo te conocerá por lo que eres: el FILO número
dos, el portador de la espada sagrada más famosa de la
historia: Excalibur, “la espada legendaria”.
Ragnar sonrió, a partir de ese momento en la mano derecha
portaría un guante gris claro con el símbolo que lo definía en letras
negras, sabía que algo grande estaba por comenzar y esta vez no
elegiría el bando equivocado, él no sólo había sido testigo de la
última revuelta, fue una pieza participante, tuvo un papel
determinante en ese conflicto, Ragnar fue el estratega del ejército de
Arcadia y fue quien definió la guerra a favor de la Ciudadela.

Cuando Cross y Connor llegaron al Tercer Distrito


provenientes de su viaje al estado de Levit, observaron con
preocupación que había mucho movimiento, encontraron a Freya,
traía puesto su guante de poder.
- ¿Que sucede Astrid? – preguntó Connor.
- Parece que estamos al borde de una guerra.
- ¿Contra quien?
- No lo sabemos, será mejor que se armen, necesitamos que la
escuela se vea protegida, muéstrense como lo que son.
Tanto Connor como Cross se colocaron su guante que los
identificaba como FILOS en la mano derecha.
- ¿Podemos ayudar en algo? – preguntó Cross.
- Sólo necesito que se den una vuelta por la escuela, nos vemos
en media hora en el auditorio.
- Está bien.
Escorpión y Brahma se separaron, Cross empezó a revisar la
escuela y realmente se estaban preparando para un conflicto, pero su
mente sólo estaba trabajando para planificar su venganza, la próxima
vez que estuviera cerca de Argento Riazor aprovecharía esa
oportunidad, lo mataría, si Dorian se interponía ese sería su
problema, se lo llevaría junto con su dueño.
- Hola Cross.
Escorpión volvió la mirada, era Caris quien le hablaba,
también mostraba su insignia que la acreditaba como FILO, tenia
puesto su guante, la saludó con un abrazo, sintió la calidez de su
cuerpo.
- ¿Que es lo que ha pasado Caris? ¿Por qué estamos en alerta?
- En cuanto ustedes se fueron empezó a correr un rumor muy
fuerte de que se estaba gestando otra guerra civil, no se sabe
de donde vino el comentario pero las cosas se empezaron a
poner tensas, después los Delegados se rehusaron a reunirse
en la Ciudadela para platicar la situación, querían evitar una
emboscada, luego de varias comunicaciones entre los
emisarios de las partes se llegó a la conclusión de que ningún
distrito quería un conflicto, pero la situación cada vez está
mas tensa, ningún Delegado cree en lo que dice el otro, hace
unos días nos llegó un comunicado de la Ciudadela en donde
nos ordenan realizar un torneo de lucha entre las escuelas de
los tres distritos, quien venza tendrá supremacía política y
económica sobre los otros dos, los perdedores se someterán al
ganador, cada distrito deberá elegir a dos guerreros para
combatir, y eso será cada año.
- Eso suena a que quieren que nos destruyamos entre nosotros.
- Es lo que todos pensamos, pero la orden es irrevocable y el
Distrito II se lo ha tomado en serio, ya mandaron su lista, han
designado a la Arcángel Pariel y a Fenrir como sus
representantes.
- ¿Michelle y Arlés? ¿Como es posible?
- Al parecer se aprovecharon de que Michelle estaba aquí y
Chitriel firmó el Acta en su ausencia.
- ¿Que dice Michelle? No creo que le haya gustado.
- Se puso furiosa y se regresó a la Legión, Cástor y Póllux se
fueron de inmediato al Círculo para que no sucediera lo
mismo y los seleccionaran sin su consentimiento.
- Esto está mal, ya es hora de la reunión, vamos al auditorio.
Cuando Caris y Escorpión llegaron al auditorio ya los estaban
esperando Athena, Loki, Freya, Brahma, Rhiannon y Drake.
- El no debe estar aquí, pertenece a otra escuela y no es del
Consejo Escolar – reclamó Loki en cuanto vio a Cross.
Elektra se levantó y dijo en voz alta:
- Los que se opongan a que Escorpión esté aquí levanten la
mano. – Todos levantaron la mano, Cross se dio media
vuelta, a su espalda escuchó a Elektra decir –: Los que
acepten que Cross se quede levanten la mano. – Todos a
excepción de Loki levantaron la mano, Cross sonrió, se quitó
el guante y se sentó, Elektra continuó hablando –. Cross, eres
un mero espectador, no tienes ni voz ni voto, si te quedas a
escuchar no podrás salir de la escuela hasta que se haga
oficial quienes de esta escuela pelearán en el torneo. ¿Está
claro?
- Si.
- Entonces empecemos, como todos saben nos ha llegado por
la vía de nuestro Delegado un comunicado de la Ciudadela en
donde se nos ordena organizar un torneo, la razón del mismo
es evitar una guerra entre los distritos, la demarcación del
guerrero que resulte vencedor tendrá superioridad política y
administrativa sobre los otros dos, al parecer este torneo se
realizará cada año, debemos nombrar a dos guerreros que nos
representen, escucho postulantes.
Loki se levantó.
- Yo me ofrezco para pelear.
- ¿Alguien tiene alguna objeción? – preguntó Elektra.
Nadie hablo.
- Entonces Loki es nuestro primer representante. ¿Alguien más
que quiera participar o proponer a alguno de nosotros?
- Propongo a mi amigo Drake. – Volvió a tomar la palabra
Loki, todos lo observaron, Gunnar les explicó su posición –.
Es nuestra mejor opción, yo puedo ganar ese torneo, no
debemos arriesgar a nadie más, si Drake muere en combate
no le afectará a la escuela.
Rhiannon se levantó furiosa.
- ¿Que te pasa imbécil? ¿Desde cuando eres el que decide
sobre la vida de los demás?
- Cálmate Rhiannon, Athena claramente dijo si podíamos
proponer a alguien y yo hice uso de ese derecho, Drake es
estudiante de esta escuela y miembro del Consejo Estudiantil,
eso lo convierte en una persona elegible para pelear, yo sólo
estoy viendo por los intereses de la escuela y del Distrito, no
vale la pena que otro de nosotros se arriesgue en ese torneo,
pero sólo es una propuesta, si no la quieren aceptar que
alguien más pelee y ya está.
- ¡Por supuesto que alguien más va a pelear! – contestó
Rhiannnon.
- Ya que estás tan emocionada… ¿serás tu la que pelee?
Cualquiera de los dos me da igual mientras no sea otro FILO.
Rhiannon se vio atrapada, había caído en la trampa de Loki
pero estaba demasiado molesta para aceptarlo, decidió aceptar su
reto, antes de que pudiera contestar se levantaron Freya, Brahma y
Caris, los tres al mismo tiempo dijeron:
- Yo pelearé.
- ¡No! Lo haré yo, no necesito favores – gritó Rhiannon.
Athena intervino.
- Recuerden que el peleador debe ser designado por consenso y
no por la calentura del momento. ¿Quien está de acuerdo en
que Rhiannon sea nuestra representante?
Sólo Loki y Rhiannon levantaron la mano, entonces Caris se
adelantó a los demás.
- Ahora quiero que voten por mí.
Elektra observó a su amiga y después a Cross, éste negó
inmediatamente con la cabeza, la portadora de Spartha lo apoyó.
- Lo siento Caris, aunque eres la más poderosa de todos
nosotros también eres demasiado peligrosa, a Caribdis se le
puede ir la mano y no sabemos contra quien vas a combatir.
Loki vio una nueva oportunidad de atacar
- Por los Dioses Athena… ¡debemos ganar! Si Caris se ofrece
tómale la palabra, es la más poderosa y puede ganar el torneo,
si nos toca combatir yo me retiraré…
- ¡Cobarde!
Loki se levantó furioso ante el insulto.
- ¿Que dijiste basura?
Drake se puso de pie.
- Eres un maldito cobarde. Quieres pelear pero estoy seguro
que si te toca combatir con alguien que no puedas vencer te
rendirás, sólo los pusilánimes piden a las mujeres que peleen
por ellos. ¡Por supuesto que yo me ofrezco! – Volteó a ver a
los demás –. Loki es un imbécil pero tiene razón, no debemos
arriesgar a nuestros mejores guerreros en ese torneo, no
permitiré que ninguna chica de aquí sea lastimada, yo pelearé.
- Yo también soy hombre Drake, soy un FILO y seré quien
combata – dijo Brahma.
- No, déjenme pelear a mí, sé que puedo... – Drake estaba
desesperado.
Elektra se puso seria.
- Drake, esto no es un entrenamiento, podrías morir, lo siento
pero tu no irás, será Brahma.
- Espera Athena, por lo menos dame el beneficio de una
votación, soy un miembro del Consejo y debo ser tomado en
cuenta.
- Está bien, por favor, cada quien emita su voto en voz alta
sobre quien será el segundo participante de esta escuela en el
torneo, Drake o Brahma. Yo Athena voto por Brahma.
Después de que Elektra emitió su voto los demás la siguieron.
- Yo Caribdis voto por Brahma.
- Yo Freya voto por Brahma.
- Yo Loki voto por Drake.
- Yo Rhiannon voto por… – Drake tomó la mano de Rhiannon,
ella vió en su mirada la súplica, pero era demasiado peligroso
–. Lo siento Drake pero no puedo…
- Si tu no crees en mi nadie lo hará, haz lo que debas.
Drake se volteó y se fue a sentar, no le quitaba la vista de
encima a Rhiannon, en sus ojos se veía la desesperanza.
- Yo Rhiannon voto por Drake.
Las demás chicas se sorprendieron, Freya quiso protestar pero
Rhiannon la silenció.
- Respeta las decisiones de los demás.
- Tu voto así como el de todos será respetado, faltan Brahma y
Drake – respondió Athena.
- Yo Drake voto por mí.
- Sólo falta tu voto Brahma, tú decides – le dijo Elektra.
- Yo Brahma voto por Drake. – Volteó a verlo –. Yo confío en
ti amigo, si dices que puedes yo te creo.
Drake estaba feliz y emocionado de haber ganado esa batalla,
todos pensaron que sería la única, en el torneo lo iban a destrozar.
- ¡Siiiiii! ¡Yo voy a pelear!
Athena, Caris y Freya no creían lo que estaban oyendo, Loki
tenía cara de satisfacción, había logrado su objetivo, si mataban a
Drake el espíritu de la escuela se vendría abajo, ahora le tocaba a
“ellos” hacer su labor. Elektra hizo oficial el nombramiento de los
dos combatientes para el torneo de la Ciudadela.
- Entonces está decidido, nuestros representantes en el torneo
serán el FILO número seis, Loki y Drake Avalon.
La reunión se terminó, Drake se salió con Escorpión y
Brahma, Loki se fue por su lado, sólo las chicas se quedaron.
- ¡Hey Drake! – gritó Freya.
- ¿Que pasa?
- Nosotras también creemos en ti.
- ¡Gracias!
Cuando los chicos se fueron Rhiannon tenía una cara de enojo
y preocupación.
- ¿Estas bien Rhiannon?
- ¡No Elektra, no estoy bien! – Después se volvió hacia Freya
–. Astrid, eres mi mejor amiga desde que éramos niñas y
sabes que te quiero, pero tu hermano nos utilizó, te juro que si
Drake muere en ese maldito torneo, tu hermano lo
acompañará.
No dijo más, se secó las lágrimas y se retiró. Sólo quedaron
Athena y Freya
- ¿Que piensas Astrid?
- Nada, no quiero pensar en nada, sólo rezar porque esto no
acabe en desgracia, Rhiannon tiene el poder para matar a mi
hermano, pero Loki también puede acabar a mi amiga, no
importa lo que pase la Ciudadela esta jugando bien sus cartas,
está rompiendo nuestros lazos, nos divide para eliminarnos si
hay una revuelta y lo que más me duele es que acabo de
confirmar que Gunnar está con ellos.
- Debemos ver la manera de reunirnos, ya no queda tiempo y el
torneo es en quince días, nosotros estamos en el huracán pero
en el centro están Cross y Arlés, de ellos depende todo, si no
nos organizamos nos arrasarán, la guerra ya está declarada y
sólo falta ver quien dará el primer golpe, eso será esencial
para el curso de la revolución que se aproxima y de la que
seremos parte en uno de los dos bandos, queramos o no.

Mientras tanto, en el patio trasero de la escuela Brahma


golpeaba en el rostro a Drake, quien desde el suelo le reclamó:
- ¡Augch! ¿Por que lo hiciste?
- Porque eres un maldito pendejo... ¿de donde demonios sacas
que puedes derrotar a un guerrero de élite?
- No lo sé... ¿porque votaste por mí?
- Porque soy igual de pendejo que tú.
- Tranquilo Connor. – Cross alejó a Brahma de Drake –. Lo
hecho, hecho está, ahora lo importante es concentrarnos en
que vamos a hacer, debemos proteger a Drake.
- Lo que necesito es que me ayuden a sacar mi poder – reclamó
Drake.
- Quisiéramos amigo, pero no lo tienes, no de la manera en que
tú quieres, debes aprender que tu labor en esta situación es
otra que la de pelear. Los dejo, debo ir a casa a comunicarme
con los gemelos, es necesario saber que es lo que pasa en el
Círculo. Connor, será mejor que le enseñes a Drake a correr
rápido y a hacerse el muerto.
- Eso no fue gracioso. – Drake se sintió ofendido.
- Si lo fue amigo. – Connor ayudó a incorporarse a Drake –. Si
lo fue, pero hay que pensar seriamente en ello.
Cross se encaminó al departamento, con todo el alboroto no
había pensado en Christina, ya habría tiempo para llorarla y para
vengarse, lo primordial ahora era proteger a sus amigos, se juró a si
mismo que no perdería a nadie más, en el camino encontró a
Rhiannon llorando.
- No te pregunto que tienes, pero si puedo decirte que no te
preocupes.
- ¡Cómo no voy a preocuparme! ¡Drake no tiene ninguna
oportunidad!
- El escogió pelear…
- Por mi culpa que me dejé llevar por lo que dijo Loki, y ahora
Drake…, no puedo dejarlo hacer eso, nos conocemos desde
que tenemos cuatro años, toda la vida hemos vivido juntos.
¡No puedo perderlo!
- No lo perderás, te prometo que si Drake corre algún peligro
de muerte en ese torneo yo intervendré, ya lo he hecho
antes... – Cross sonrió, Rhiannon recordó el torneo por la
espada sagrada y la forma en que Escorpión había irrumpido
para reclamar el arma, le devolvió la sonrisa, Cross continuó
hablando –. Drake no morirá en ese torneo, eso lo decidí
desde que él fue escogido, no importa lo que suceda después,
te lo juro por mi vida.
- Gracias.
Rhiannon abrazó a Cross. Ahora entendía porque sus amigos
lo apreciaban al punto de seguirlo hasta la muerte, él nunca dejaría
solo a un compañero sin importar las consecuencias, lo defendería
con su vida, en ese momento decidió que ella también lo seguiría en
las decisiones que tomara.
- No te preocupes Rhiannon, no voy a permitir que ningún otro
ser querido para mi muera, si eso detona la guerra que así sea,
tenemos quince días para planear nuestra estrategia, esto ya
no se trata de lo que le pueda pasar a Drake, esto nos afecta a
todos.
- Yo también intervendré, Drake estará seguro, no te preocupes
amiga. – Era Caris quien hablaba.
- Gracias chicos. ¿Donde esta Athena? – preguntó Rhiannon.
- Fue a su casa a comunicarse con Arlés – contestó Caris.
- Yo también voy para allá, las dejo, voy a alcanzarla.
Cuando Cross se fue Caris le pregunto a Rhiannon:
- ¿Quieres a Drake?
- Sólo como a un hermano, a propósito… ¿a que se habrá
referido Cross con que no dejaría que ningún otro ser querido
muera? ¿Tú sabes algo?
- No, pero tampoco lo conozco tanto, aunque por lo que sé no
tiene muchos amigos, no conoció a sus padres y desde
pequeño estuvo en la casa Riazor con Michelle, Elektra, los
gemelos, Arlés, otro chico que dicen se llama Dorian y…
¡Christina!
Connor se encontraba con Drake a espaldas del gimnasio, le
estaba dando un curso rápido de supervivencia, Drake estaba
cayendo por décima octava vez, ambos se percataron de que Caris y
Rhiannon corrían hacia ellos.
- Connor... ¿que sucedió en Levit? – preguntó Rhiannon.
- ¿Por que la pregunta?
- Acaban de llegar y se encontraron con esta crisis, pero no
sabemos cómo les fue. ¿Que pasó con Christina?
El rostro de Connor se ensombreció.
- Eso es algo que no me corresponde decir a mí, sólo Cross
podrá aclarar sus dudas, aunque les recomiendo que por ahora
no le pregunten nada. Lo siento Drake, tengo cosas que hacer,
después voy a tu casa, ahí podremos entrenar mejor.
- Está bien Connor.
Esta vez fue Caris quien intervino.
- Sólo dime algo. ¿Está viva?
Connor no dio una respuesta pero Caris no la necesitó, el
semblante de su amigo lo decía todo.
- Hasta luego chicos.
Caris ni siquiera esperó una respuesta, activó el modo FILO,
sus ojos se tornaron violeta claro y desapareció a toda velocidad.
Drake sólo la contemplaba mientras comentaba:
- En verdad es el FILO número uno, su velocidad es
impresionante… ¿no Rhiannon?
- Si, impresionante.
Cuando Cross llegó al edificio le sorprendió el no haber
encontrado a Elektra en el camino, pensó en tocar en su
departamento pero se arrepintió, se comunicaría con los gemelos
desde su morada, también le interesaba hablar con Lothar, le dejo
mensaje al segundo, él se comunicaría en cuanto pudiera, después
habló al Círculo.
- Cross, es mejor que vengas.
- ¿Que sucede Pol?
- Mañana al medio día va a haber una seria discusión en el
Círculo con respecto al torneo, la mayoría de los miembros
desean saber tu opinión.
- Pero ya casi es de madrugada, es imposible que llegue
mañana…
- Michelle ha puesto a tu disposición su helicóptero, estará en
la azotea del edificio en donde vives en cualquier momento,
haz los arreglos necesarios y ven para acá.
Cross arregló sus cosas y se preparó para partir, cuando iba de
salida se encontró con Caris.
- Avísale a todos que partí hacia el Círculo, estaré en
comunicación.
Caris no dijo nada sólo abrazó a Cross.
- ¿Pero que...? – Cross estaba desconcertado.
- Lo siento mucho.
- ¿Quien te dijo...? – Cross seguía sin digerir que es lo que
estaba sucediendo, de golpe le llegó el recuerdo de la tumba
de Christina.
- No necesito que nadie me lo diga.
Cross se dejó abrazar y cayó de rodillas, por primera vez
lloró, no lo pudo hacer en Levit, el dolor fue tan intenso que lo dejó
en estado de shock, ahora se estaba desahogando, abrazaba con
fuerza a Caris, ella sentía su dolor y se lamentó de no tener otra
manera de ayudarlo, prefería no tenerlo y amarlo a la distancia a
verlo sufrir así, después, en un momento sus miradas se cruzaron,
Cross por primera vez en su vida vio la ternura y adoración con que
lo miraba Caris, siempre lo veía así, pero apenas se dio cuenta, bajó
la mirada.
- Caris yo no te…
- No te estoy pidiendo nada, sólo quiero aligerar algo de tu
sufrimiento, es demasiado para que lo lleves tú solo.
Entonces Cross no supo que pasó, no pudo controlarse,
ciertamente Caris era muy bella, él estaba consciente, lo impresionó
dese el primer segundo en que la vio, pero desconocía que le atrajera
tanto, descubrió que sabía como lo veía porque el también la
observaba todo el tiempo, la besó, pero esta vez no fue un beso
inocente, fue un beso apasionado, ambos se abrazaron y terminaron
en el suelo, sus labios no se despegaban, los dos sintieron el deseo en
sus cuerpos, la situación estaba totalmente fuera de su control, Cross
trató de hablar.
- Caris yo…
- Por favor, no pares.
Esta vez fue Caris quien tomó la iniciativa dándole un salvaje
beso a Cross, los ojos de ambos habían cambiado de color, ya no
había marcha atrás…
- Cross... ¿estás ahí arriba?
Era Elektra quien hablaba, Cross y Caris se alcanzaron a
separar pero cuando su amiga los vio ambos estaban traspirando y en
el suelo, Athena se llevó las manos al rostro y preguntó:
- ¿Que significa esto?
Cross no dijo nada, estaba paralizado por el temor, pero no
era el miedo a ser descubierto besando a Caris, era el miedo a
lastimar a Elektra, era algo que él nunca se perdonaría, fue Caris
quien se adelantó a dar una explicación:
- Christina esta muerta.
El semblante le cambió a Athena de sorpresa a dolor, también
se dejó caer y empezó a llorar, Caris la abrazó, Elektra sólo alcanzó a
decir:
- Cross tu…
- Estoy bien, ahora no tenemos tiempo para lamentarnos, ya la
visitaremos y calmaremos nuestro dolor después, necesito
que seas fuerte, tú eres la líder de esta escuela y todos confían
en ti, no puedes derrumbarte, lo dejo todo en tus manos y las
de Caris, yo debo partir al Círculo, de allá me comunico.
Cross levantó la barbilla de Athena y la besó en la frente,
después tomó la mano de Caris y la acarició, no fue una caricia
cualquiera, fue un tacto que le decía que todavía la deseaba.
- Cuida de Elektra, dile a Connor que les cuente todo, que yo te
lo pedí.
- Si.
Cross subió a la azotea del edificio, ahí esperó el helicóptero
de Michelle que llegó un par de horas después, se subió y se hundió
en sus pensamientos, su cabeza era un torbellino, la muerte de
Christina, la venganza contra Riazor, la posible rebelión, su amor por
Elektra que él sabía que sentía, lo supo desde que se la volvió a
encontrar en la escuela superior, la presencia de Michelle que tanto lo
perturbaba y ahora, algo que no necesitaba, ese sentimiento que
empezó a surgirle por Caris.
CAPÍTULO 6
POSICIÓN EN EL CONFLICTO DE
LA LEGIÓN Y EL CÍRCULO

En el momento en que Michelle se enteró de que la Legión


había mandado la lista de los participantes se enfureció, la habían
elegido a ella y a Arlés para pelear. ¿Como se atrevían a hacer eso
sin consultarle? Sólo estaba de licencia, nunca renunció a su cargo,
más la enfureció todavía el hecho que Chitriel hubiese firmado el
documento, ella había dejado todo en manos de Rafael, ese maldito
se las pagaría, seguramente huyó de tantas responsabilidades y por
eso delegó su puesto, aunque también estaba extrañada, tanto Ariel
como Chitriel adoraban pelear, les encantaba demostrar su poder
sobre los demás, ellas hubieran sido las primeras en ofrecerse para
combatir, las conocía bien, decidió serenarse y actuar con cautela,
pero de algo estaba segura, ni ella ni Arlés pelearían en ese torneo.
Cuando llegó a las instalaciones de la Legión de los
Iluminados todo seguía normal, los alumnos la trataron de acuerdo a
su rango, entonces empezó a buscar a Chitriel y a Rafael, encontró a
Yago.
- Hola Michelle, que guapa…
- ¿Perdón?
- Que eres una mujer hermosa, me preguntaba si algún día
podríamos salir.
- Mira idiota, en primer lugar en este sitio hay jerarquías,
háblame por el nombre que todos me conocen aquí, soy el
Arcángel Pariel, en segundo lugar, la próxima vez que te
atrevas a verme de ese modo te saco los ojos… ¿entendiste?
Yago se acobardó, conocía la reputación de la Santa Trinidad
y había escuchado relatos que decían que la más cruel era Pariel, a
pesar de medir dos metros contra el metro setenta de Michelle, sabía
que esa chica no era alguien para hacer enfadar.
- Lo siento Pariel, creí que por conocerte desde hace años
podría hablarte con mas confianza, pero ya me has puesto en
mi lugar.
- Y que no se te olvide.
Michelle se iba a retirar cuando Yago le volvió a hablar:
- De hecho te estaba esperando, tengo un mensaje de Arlés.
Michelle se volteó y puso cara de interesada, eso puso a Yago
con los pelos de punta, esa chica era realmente hermosa, cualquier
persona perdería la cabeza con ella, cada expresión de ese rostro era
un deleite para la vista.
- No te me quedes viendo y dime el mensaje animal.
- Perdón, dice que te ve en la nueva fortaleza después de que
hables con Chitriel y Rafael.
- Y él ¿como sabe...?
- El jefe lo sabe todo.
- En eso tienes razón, ahora hazte a un lado que tu presencia
me molesta.
- Si, adiós.
Yago vio alejarse a Michelle, esa chica desquiciaba a
cualquiera, era intolerable, despectiva, grosera y sin embargo no
importaba, valían la pena sus insultos con tal de cruzar una palabra
con ella, ahora entendía y respetaba más a su jefe, era la única
persona que él conocía a la que esa bruja sin corazón no sólo le
hablaba con respeto, sino también con cariño.

Michelle encontró a Rafael y Chitriel en la sala de juntas, a


ninguno de los dos le gustó el rostro que traía.
- ¿Quien de los dos me va a explicar lo que sucede aquí?
- ¿A que te refieres? – preguntó Rafael.
Chitriel decidió callar, prefería no hacer enfadar a Pariel
- En primer lugar me refiero a por qué Chitriel envió ese memo
en donde dice que yo y Arlés vamos a pelear en el torneo. Y
en segundo lugar... ¿quien la nombró la líder de la escuela?
Esta vez fue Chitriel la que contestó:
- Tu respuesta a ambas preguntas es Gabriel. ¿Alguna otra
duda?
- No, contigo ninguna, como ya he regresado desde este
momento vuelvo a tomar el mando de la escuela, puedes
largarte, tu presencia aquí ya no es requerida.
Chitriel no dijo nada, sólo lanzó una mirada despectiva a
Pariel y se fue, cuando Michelle se percató de que estaba a solas con
Rafael le preguntó:
- ¿Que es lo que sucedió?
- Que no debiste irte.
- Eso ya lo sé, dime algo que me sirva.
- Yo tampoco lo tengo claro, una noche llegó Gabriel y nos
mandó a llamar a mi y a Chitriel, me preguntó si tenía
inconveniente en que ella cubriera tus funciones en lo que
volvías, no tenía por que negarme…
- Ya me imagino lo demás, les informó del torneo, les dijo que
era hora de utilizar a Fenrir y que yo era perfecta para
asegurarnos la victoria.
- Tú lo has dicho…
- Sabes lo que se está gestando... ¿verdad?
- Si, lo sé, y estas pisando terreno peligroso Pariel.
- ¿Y tú que crees?
- Que muy posiblemente estalle otra guerra y tu amiguito es la
cabeza de todo, desde el principio así ha sido, ten cuidado y
no te dejes arrastrar por el sueño o la ambición de alguien
más.
- ¿Tú no crees que sea necesario un cambio?
- La Legión se mantuvo al margen hace dieciocho años, pero
ahora los rebeldes son más peligrosos, lo más seguro es que si
hay guerra los Arcángeles apoyarán a la Ciudadela.
- Causando una guerra entre los Distritos que sólo beneficiaría
a las fuerzas militares.
- Así es, ahí es en donde entra tu amiguito y su participación en
el torneo.
Michelle se mordió un labio, ahora veía todo con claridad.
- Lo quieren asesinar.
- Así es, pero eso no es lo único.
- ¿A que te refieres?
- Que hay otra persona que es tan peligroso como Fenrir o
quizá más, ese será el principal objetivo de la Ciudadela…
- ¿Quien podría ser?
- La persona que inició esto aún antes que Fenrir, a la que
todos seguirían, Arlés es el estratega pero no tiene poder de
convocatoria sobre los guerreros más poderosos, te estoy
hablando del FILO que podría definir la guerra, déjame
hacerte una pregunta; ¿Quién es más inteligente que Fenrir y
a quien seguirían tú y tus amigos hasta el mismísimo infierno
aunque no se los pidieran?
La respuesta ya la sabía Michelle desde antes que Rafael
formulara la pregunta.
- ¡Cross!
- Así es.
Michelle se mordió la comisura del labio, debía haberlo
adivinado desde antes, Cross era quien desde las sombras lo estaba
planeando y preparando todo desde hacía tiempo, de alguna forma
hablaba con todos y los envolvía de una manera muy sutil en sus
ideas de cambio y libertad, lo hacía de una manera tan fina que
siempre parecía que eran los demás quienes hablaban de eso cuando
era él quien en realidad siempre llevaba el control de las
conversaciones. A ella eso no le importaba, lo apoyaba y lo seguiría a
donde fuera.
- ¿Y cual es tu posición Rafael?
- Ya te la dije.
- No, me dijiste la posición de la Legión, no la tuya.
- Mi posición es la de la Legión.
- Eso no es cierto, de lo contrario no me habrías contado todo
esto.
- Posiblemente te esté engañando.
- Tú jamás harías eso…
- No, tienes razón, no a ti…
- Ahora lo importante es cancelar el memo que envió Chitriel y
mandar uno nuevo.
- No te lo recomendaría, la orden fue directa de Gabriel.
- Sabes que me importa un pito lo que piense, diga u ordene
Gabriel, la líder de la escuela soy yo, el torneo es entre
colegios, por lo tanto quien decide ¡soy YO!
- En principio está bien lo que dices, pero recuerda que todavía
faltan varios días para el torneo, si Gabriel ve tus planes se va
a anticipar y al final se va a hacer lo que él dice.
- Entonces… ¿que hago? No me pienso quedar con los brazos
cruzados…
- No te digo que te quedes sin hacer nada, sólo te recomiendo
que muevas tus cartas cuando ya no puedan detenerte…
Michelle compendió al instante.
- Eres un genio Rafael, por eso te quiero mucho, a pesar de que
eres un pesado...
- Mira quien lo dice…
Michelle abrazó y besó en la mejilla a Rafael.
- Tengo cosas que hacer, nos vemos y gracias
Cuando Michelle se iba Rafael la compadeció, no sabía a lo
que se iba a enfrentar, estaba seguro que si había guerra Michelle
apoyaría a Cross por encima de las decisiones de la Legión, eso
equivaldría a una sentencia de muerte sobre su cabeza. Pero ella
también sería una parte medular de la lucha, tenía todos los recursos
económicos del mundo, eso era muy importante, Rafael decidió que
la apoyaría en lo que pudiera, la estimaba y no le gustaría que la
mataran.

Michelle se apresuró a ver a Arlés, lo encontró en la nueva


fortaleza.
- Michelle… ¡que gusto!
- Arlés... ¿que te traes?
- Hombre, que manera de saludar, también me dijo Yago que
fuiste demasiado ruda con el.
- Dile que fue afortunado y si alguno de tus criados me vuelve
a faltar al respeto lo frío.
- Tranquila Michelle, no son mis criados, todos son mis
colaboradores.
- Me interesa poco lo que sean, diles que salgan de aquí porque
tú y yo tenemos que hablar…
Arlés se puso serio
- En verdad creo que deberías calmarte Michelle.
- Calmarme una chingada, te conozco Arlés y te advierto que
conmigo no vas a jugar, así como con ninguno de los
muchachos, o me explicas que es lo que estas haciendo ahora
mismo o me largo de aquí y te quedas solo.
Arles tenía cara de hastío.
- Esta bien muchachos déjenos solos, en serio Michelle, no es
que te guarde secretos ni mucho menos, pero tienes una
forma de pedir las cosas que realmente irrita.
- Ese no es mi problema, al que no le guste se puede ir mucho a
la…
- Ya aclaraste ese punto. ¿Que es lo que quieres saber?
- Todo, desde el principio… ¿como planeas iniciar una guerra?
Arlés se sorprendió, su rostro se contrajo, denotó
preocupación.
- Michelle, enseguida te lo cuento todo, pero es indispensable
que me digas... ¿como te enteraste de lo que me acabas de
decir?
- ¿A que te refieres?
- A que si tú sabes en lo que estoy metido es seguro que en la
Ciudadela también estén enterados, por lo tanto, el torneo es
la excusa perfecta para matarme.
- Es lo que yo también me temo.
- Dime Michelle... ¿con quien hablaste de esto?
- Rafael.
- Él es muy peligroso…
- Ni siquiera te atrevas a pensarlo Arlés, si me entero que lo
tocas te mato.
- Es muy duro lo que dices.
- También lo mataría a él si se atreviera a hacerte daño.
- Está bien, entonces vamos a suponer que mi posición ya fue
descubierta, ya estaba preparado pero no pensé que fuera tan
pronto.
- Sigo esperando una explicación.
- Es verdad, lo siento, efectivamente Michelle, yo lo inicié
todo: los rumores, las pintas de edificios con consignas de
libertad, los grupos de choque en el Quinto Distrito; aunque
todo inició en el territorio del Juez del Sur, yo fui quien
realmente puso en guardia a la Ciudadela, también he estado
trayendo armas, estoy preparando una revolución.
- Pero... ¿por que?
- Creo que esa no es la pregunta adecuada Michelle, todos en
este Estado sabemos por qué necesitamos derrocar a la
Ciudadela, la pregunta correcta sería: ¿Por qué yo?
- Esta bien… ¿por qué tú?
- Todo empezó por mi deseo de venganza contra Argento
Riazor, querías saber la razón... ¿cierto? Pues es muy sencilla,
el hijo de puta exterminó a mis hermanos sin siquiera darles
oportunidad de defenderse, eran unos niños y los asesinó a
sangre fría. Nos engañó a todos Michelle, sus motivos son
muy distintos a los que nos inculcó, desde el principio nos
quería a Dorian, a Elektra, a Cross y a mi, pensaba crear un
ejercito de FILOS que sirvieran a la Ciudadela y convertir el
Estado en una enorme fuerza militar, desea arrasar con todo,
su verdadera intención es apoderarse de Boleria y
seguramente su ambición va más allá, pero las cosas le
salieron mal, jamás pensó que yo me enteraría de su traición,
ni que otros FILOS seguirían a Cross, él también ya se le
salió de control, Christina está muerta.
Michelle no podía creer lo que le estaba explicando Arlés.
- ¿Christina Muerta? ¿Que estas diciendo?
- Lo que oyes, mandé seguir a Connor y Cross a Levit, me
informaron todo, hubo un incendio en el castillo donde vivía
Christina, nadie se salvó, todos murieron.
La siguiente frase que escuchó Arlés le dolió en el alma,
Michelle con la voz temblorosa solo atinó decir:
- Necesito ir a ver a Cross…
- No Michelle, necesitamos que Cross venga aquí y también
todos los demás, necesitamos saber con que fuerzas contamos
y debe ser antes de que inicie el torneo, ese día va a empezar
la verdadera guerra.
- Pero todavía no me has dicho por qué tú pretendes iniciar
todo.
- Es muy fácil, como te había dicho en un principio mis
esfuerzos estaban dirigidos a encontrar y matar a Riazor, pero
entre más investigué me fui dando cuenta que ese hombre
tiene más poder e influencia de lo que nos imaginamos, es
peligroso y planea utilizarnos a su conveniencia, la guerra
también le conviene a él, siempre y cuando recupere sus
inversiones.
- Nosotros.
- Así es, aunque tú y los gemelos no estaban inicialmente en su
plan, vio potencial en ustedes y los entrenó junto con
nosotros, Riazor nos quiere a todos y de una u otra forma
piensa recuperarnos.
- ¿Y cual es tu plan?
- Ese es precisamente el punto medular del asunto, entre mas
extendí mis fuentes de inteligencia me dí cuenta de la
situación en la que vivimos, estamos en un mundo violento,
en donde el asesinato de setenta chicos inocentes no significa
nada, la Ciudadela se lleva a la mitad de los niños que nacen
en este Estado para educarlos militarmente y venderlos al
extranjero como soldados especializados, la gente aquí no son
ciudadanos Michelle sólo son ganado, Arcadia es como un
campo de siembra, se llevan la cosecha para venderla y dejan
las semillas para seguir produciendo, pero el plan de Riazor
va más allá, pretende utilizarnos como monos de circo,
mostrar al mundo nuestros poderes y vendernos como
mercenarios al mejor postor. Después de ver todo eso mi
prioridad ya no es vengarme de Argento Riazor, ese ya sólo
es un objetivo accesorio y que nunca debe interferir con mi
nuevo plan: La liberación de Arcadia. Los que nos
precedieron lo intentaron y murieron, por eso nosotros
ocupamos estos puestos de poder actualmente, no podemos
quedarnos de brazos cruzados viendo como matan a los
ciudadanos, en especial a los pobres, tú sabes a lo que me
refiero Michelle.
Michelle recordó a la pareja de ancianos que tanto la
ayudaron y que la trataron como si de su nieta se tratara, los
asesinaron y a nadie le importó, Arlés tenía razón, ellos estaban en
puestos privilegiados, le debían a la gente protegerlos.
- Ya tengo cubierto lo del torneo, ni tu ni yo pelearemos.
- Sabía que lo resolverías antes de venir.
- Lo difícil va a ser que nos reunamos y nadie se de cuenta, eso
si es muy peligroso.
- No tanto como crees, tengo una idea y tus letales amigas se
encargarán de todo...
A Michelle le encantó la idea de Arlés, era sencilla y
perfecta... ¡una fiesta! La escuela del Distrito II daría una fiesta para
celebrar la cancelación de las hostilidades y que todo se resolviera
mediante un torneo en el que ganarían los mejores, la celebración se
realizaría en el Distrito Comercial para que todos llegaran con
confianza, Arlés tenía un escondite ahí perfecto para reunirse, lo
mejor era que Michelle no tendría que hacer nada, la idea les
encantaría a Chitriel y Ariel, prácticamente le rogarían por que las
dejara organizar la fiesta, les daría vía libre para que gastaran lo que
quisieran.
- ¡Me encanta Pariel, que buena idea! – Ariel estaba excitada.
- Lo único malo es que no creo que nadie de los otros distritos
quiera venir a la escuela… – dijo Pariel decepcionada.
- ¡Ya sé! –gritó Chitriel –. Ayer escuche a unos chicos hablar
de un lugar en el Distrito Comercial, dicen que es fabuloso.
Michelle estaba riendo por dentro, los chicos de Arlés habían
hecho su trabajo
- ¿Pero que tal si Rafael no quiere…?
- Tú eres nuestra líder y la fiesta es de escuelas, él no tiene por
qué oponerse – comentó Ariel.
- Bueno, me gusta su idea, la fiesta se oye bien… ¿cuanto
creen que me gastaré?
- No lo sé amiga, pero yo opino que si nosotras vamos a ser las
anfitrionas tiene que ser algo espectacular… ¡Que todo
mundo sepa que somos los mejores en todo!
- Tienes razón Ariel, no podemos permitir que después de
hacer la fiesta otros estudiantes hablen de que fue barata,
tienen cartera abierta para organizarla.
- Perfecto – dijo Chitriel aplaudiendo emocionada.
- Si necesitan mi ayuda yo puedo encargarme de revisar los
gastos…
- De ninguna manera – la interrumpió Ariel –, déjalo todo en
nuestras manos, verás que hasta a ti te vamos a sorprender.
- Está bien, háblenle de la fiesta que quieren organizar a
Rafael, si hay algún problema me avisan para insistirle.
- No te preocupes Pariel – Chitriel en su cabeza ya estaba
empezando a organizar la fiesta –, no creo que Rafael tenga
ningún problema.
Cuando Chitriel y Ariel hablaron con Rafael, éste casi se ríe
en sus caras, Pariel las había engañado por completo y ellas no se
habían dado cuenta, si hubiera preguntas todo mundo diría que la
fiesta la pensaron y organizaron las Arcángeles conocidas como “el
azote de Dios” y “el león de Dios”, les concedió el permiso, tenía
curiosidad por como se desarrollarían las cosas.

En cuanto Cross llegó al Círculo se instaló en su


departamento, estaba en un edificio de lujo de siete pisos contiguo a
las oficinas administrativas del grupo de poder del Primer Distrito,
ahí habitaban todos los miembros del Círculo del Zodiaco, había dos
departamentos por piso los cuales eran ocupados de la siguiente
manera: primer piso, Tauro y Sagitario; segundo piso, Cáncer y
Capricornio; tercer piso, Piscis y Acuario; cuarto piso, Hermes y
Titán; quinto piso, Leo y Virgo; sexto piso, Libra y Escorpión; en el
Penthouse se encontraba el departamento de Aries y un departamento
vacío para invitados especiales, algunas horas más tarde, cuando se
dirigía a la sala de reuniones se encontró con Libra.
- Hola hermano. ¿Como estás?
- Preocupado… ¿que es lo que sabes tú Brach?
- Lo mismo que todos.
- ¿Y desconfías igual?
- Más que cualquiera.
- ¿A que hora es la reunión?
- Ya comenzó, te estaba esperando.
- Antes de entrar me gustaría saber... ¿cual es tu posición?
- Todavía no la tengo, por eso me interesa oírte y a los demás,
esta reunión va a decidir nuestro futuro.
Cuando Libra y Escorpión llegaron a la sala del Círculo ya se
encontraban ahí todos a quienes conocía, estaban sentados en una
mesa circular, nadie era la cabeza en esa mesa, así funcionaban las
cosas en el Círculo, al contrario de la Legión de los Iluminados en
donde las consideraciones se imponían de manera unilateral, en el
Zodiaco todas las decisiones se tomaban democráticamente, ya se
encontraban todos sentados en orden, primero Tauro, a su derecha los
gemelos, después de un asiento vacío estaban Leo y Virgo, Brachium
y Cross tomaron sus lugares, al lado de Escorpión se encontraba
Sagitario, otro asiento vacío, Acuario y Piscis. La reunión la inició
Tauro por ser el líder estudiantil.
- Estamos reunidos para dialogar y ver que vamos a hacer con
la “invitación obligatoria” que nos envió la Ciudadela para
participar en una justa, al parecer hay una amenaza de guerra
entre los distritos y para evitar el derramamiento de sangre se
efectuará este torneo, debemos enviar a dos guerreros que
luchen a nombre de nuestra escuela y nuestro distrito, quien
gane someterá a las otras dos demarcaciones por un año,
fecha en que se realizará otra competición. ¿Alguna duda?
Escorpión levantó la mano derecha, traía puesto su guante de
poder, le prestaron atención.
- Tengo una pregunta... ¿alguien aquí se cree esas pendejadas?
Todos comenzaron a reír, se relajó el ambiente, esta vez habló
Sagitario.
- No es lo que creamos Escorpión, es lo que debemos hacer, si
no mandamos a los guerreros la Ciudadela nos aniquilaría.
- Escorpión – Perdón Sagitario, pero la cuestión que nos
debemos preguntar es si estamos dispuestos a ser pisoteados
de esa manera, bien sabes que si este torneo continúa, en
cinco años seremos realmente débiles, no sólo nosotros,
también los otros dos Distritos. Entonces seremos incapaces
de defendernos, si es que seguimos vivos. Ahora somos
fuertes, por lo que sé, esta es la primera vez en más de cien
años que el Círculo está completo, demasiado poder en un
solo lugar, eso debe poner nerviosos a los habitantes de las
plantas superiores de la Ciudadela, por eso quieren que nos
matemos entre los guerreros élite de los distritos exteriores.
- Acuario – ¿Que es lo que propones precioso? ¿Que nos
levantemos en armas?
- Escorpión – Si es necesario si.
- Leo – Tal vez yo prefiera jugármela en unos encuentros como
parte de un torneo a participar en una guerra.
- Escorpión – ¿Está hablando el mismo guerrero que para
probarme me obligó a llegar a mi límite? Ahora que te van a
probar a ti... ¿vas a renunciar?
- Piscis – Esto no se trata sólo de nosotros Escorpión, nuestras
vidas no son lo único que está en juego, es la de todo el
distrito…
- Virgo – Pics tiene razón, están en peligro las vidas de muchas
personas…
"Pics" era un sobrenombre que Acuario le había puesto a su
compañera del Círculo de Piscis, con el tiempo todos los demás
miembros le empezaron a llamar así. Escorpión se molestó por el
comentario de sus compañeras.
- ¡Pero si ellos son los primeros que se están muriendo!
Mueren de hambre, de frío, por la violencia; la mitad de
nuestra población desaparece y todos aquí sabemos por qué,
además, no existe en Arcadia un niño que no quiera
convertirse en bérserker para escalar en la clase social.
¿Saben lo que significa eso? Matar, para ser un bérserker
debes aprender a matar, en Arcadia todos nacemos siendo
asesinos. ¿Quien en esta mesa no ha matado a nadie? Levante
la mano por favor quien tenga las manos limpias, nosotros
somos los guerreros élite de este distrito y para llegar a este
puesto nos hemos manchado las manos de sangre, quizá
nuestras víctimas se lo merecían, quizá no, pero creo que si
voy a vivir en este mundo de muerte, mataré por lo que creo y
yo creo en cambiar este país, comenzando por Arcadia, en
cambiarlo para que llegue una generación de niños que
quieran aprender un oficio digno y no matar, un estado en
donde los padres conserven a sus hijos y no tengan que huir
al desierto, las islas o las montañas a jugársela con la
naturaleza, sabemos que la mayoría igual pierde a sus hijos, si
no los atrapan se les mueren, eso no es vida, en este estado
los oficios los realizan las personas con discapacidades o los
no violentos que son los menos, al final los matan y a nadie le
importa, ese es nuestro estilo de vida, así que por favor
chicas, no me digan que desean evitar pelear por el bien de
los ciudadanos.
- Leo – Escorpión, comparto tu visión y me emociona, pero ten
en cuenta que las batallas se llevarán a cabo en las calles de
los distritos, en las colonias, en las casas, no se realizarán en
el campo de pruebas de la Ciudadela, yo viví de pequeño la
última rebelión y créeme, prefiero vivir en un mundo al que
estoy acostumbrado, a morir y ver morir en una guerra a la
que me obligaron a participar, así perdí a mis padres.
- Libra – La mayoría de ustedes me conoce bien y saben el
protagonismo que tuvo mi familia en la pasada guerra, lo
perdí todo, estoy aquí gracias a los gemelos que me dieron
una nueva oportunidad de vivir, conozco bien los horrores de
la guerra y viví sus secuelas en el mismísimo infierno, no es
algo que le recomendaría a nadie, pero ese es el precio que se
paga por la libertad, mi padre y mi madre murieron también
por ello y yo estoy dispuesto a seguir sus pasos.
- Titán – Todos aquí también me conocen y saben que no soy
un tipo violento, pero cuando se trata de defender a quien me
importa no hay obstáculo que me impida lograrlo, nosotros
no buscamos llegar a esta situación, pero la Ciudadela nos
está empujando, yo digo que peleemos.
- Hermes – Así es, nosotros no lo empezamos pero si lo
terminaremos…
- Tauro – Creo que ya todos establecimos nuestro punto de
vista. ¿Alguien quiere agregar algo?
- Sagitario – Escorpión, necesito saber tus prioridades. ¿Con
que distrito vas a pelear si hay una guerra? ¿En donde están
tus fidelidades? Por lo que sé tienes amigos en el Tercer y
Segundo Distrito…
- Escorpión – Mi fidelidad está con la libertad, esta pelea no
debe ser entre distritos sino en contra de la Ciudadela, mis
amigos en los demás distritos pelearán a nuestro lado, como
una sola fuerza, como un solo Estado, yo y mi gente no
pelearemos por ningún distrito, pelearemos por Arcadia.
- Sagitario – ¿Y si se desata una pelea entre los distritos?
- Escorpión – Si me quieres arrinconar para que te de una
respuesta sobre un evento futuro e incierto no vas a poder
hacerlo, Nuki, pero te aseguro que no voy a pelear en contra
de mis amigos, si ustedes se quieren involucrar en una guerra
de distritos, eso quiere decir que son peores que los altos
mandos de la Ciudadela, porque entonces para proteger a la
gente de esta demarcación van a matar a los habitantes de
otro lugar que al fin y al cabo también son ciudadanos de
Arcadia y ninguno de ellos quiere una guerra entre distritos,
que tu odio no te ciegue, tú real enemigo no es el Arcángel
Rafael, el líder de la Legión de los Iluminados, lo conozco
personalmente y es un buena persona, si hay una disputa entre
distritos arréglenla, los dos son grandes líderes y personas
civilizadas, sabrán resolver sus diferencias por la vía
diplomática, mientras, mis amigos y yo estaremos peleando
en contra de la Ciudadela, pero nunca entre nosotros, si voy a
dar mi vida en una batalla será contra el enemigo que lo valga
y no en contra de un amigo.
- Acuario – Debes estar conciente que en los distritos habrá
quien apoye a la Ciudadela.
- Escorpión – Lo sé, por eso primero debemos limpiar la parte
exterior, después vamos por el pez mayor: la Ciudadela.
- Virgo – ¿Y quien va a ser nuestro líder? ¿Vas a volver a
dejarle tu responsabilidad a Tauro?
- Escorpión – Yo sólo quiero ser un guerrero más, quiero estar
en el frente en todas las batallas, pero si me eligen su líder y
me toca dirigirlos, no evadiré esa responsabilidad.
- Sagitario – Creo que ya está todo dicho, vamos a votar.
- Escorpión – Un momento Sagitario. Tengo otra opción,
permítanos a los gemelos, a Libra y a mi iniciar todo, lo
haremos bajo nuestra responsabilidad y ustedes pueden
desconocernos, nos van a volver a enviar a Leviatán y a otros
poderosos guerreros a matarnos, si sobrevivimos se nos
unirán, si no lo hacemos, ya decidirán que hacer.
Se hizo un silencio, los guerreros no sabían que pensar, Cross
sabía que Cástor y Póllux lo seguirían tomara la decisión que tomara,
pero se sintió mal por Brachium, tal vez él no quería inmiscuirse en
esa misión suicida, intentó recomponer las cosas pero Libra le puso
la mano en el hombro, con la mirada le había dicho que aceptaba.
- Sagitario – Primero votaremos si vamos a la guerra, después
si apoyamos la última propuesta de Escorpión y por último el
papel que desempeñaremos en el torneo.
- Tauro – De acuerdo en ambas cosas, desde que Cross obtuvo
a Antares lo considero mi líder, yo sólo le estoy cuidando el
puesto, seguiré a Escorpión a la guerra y me parece que su
plan es arriesgado pero coherente, no podemos arriesgarnos al
exterminio, pero confío en él y sus amigos.
- Titán – De acuerdo en ambas cosas.
- Hermes – De acuerdo en ambas cosas.
- Leo – No estoy de acuerdo, pero si deciden ir a la guerra,
lucharé a su lado y moriré por cualquiera de ustedes.
- Virgo – Opino igual que Leo.
- Libra – De acuerdo en ambas cosas.
- Escorpión – De acuerdo en ambas cosas.
- Sagitario – La votación va cuatro a dos, yo tengo el voto de
Aries, Capricornio y Cáncer, los daré al final, si hay empate,
yo decidiré.
- Acuario – De acuerdo con la guerra pero no con el plan, yo
también pelearé con Géminis, Escorpión y Libra.
- Piscis – Igual que Acuario, de ninguna forma Escorpión
peleará solo.
- Sagitario – La votación va seis a dos, yo no estoy de acuerdo,
ni Aries, ni Capricornio y ni Cáncer, la votación se empata,
yo tengo el voto del desempate…
- Escorpión – Espera Sagitario. ¿Por qué tienes tú el voto del
desempate? Con los gemelos estamos siete a seis.
- Sagitario – Entre los dos tienen un solo voto, así son las
reglas y al final yo decido porque soy la líder del Círculo del
Zodiaco.
- Escorpión – Lo sé, pero esto inició como un torneo escolar y
si la guerra inicia en el transcurso del torneo no hay nada que
puedas hacer, la decisión como líder estudiantil es de Tauro.
- Tauro – Escorpión tiene razón Sagitario, por eso la mesa es
redonda, tú no tienes tanto poder, posiblemente Aries, Cáncer
y Capricornio te hayan dado su voto para la guerra, pero no te
lo dieron para el plan de Cross, es obvio que esta es una
votación en la que por no estar presentes pierden su derecho a
opinar, por lo tanto ganamos por mayoría de seis a tres, como
ya lo dijo Escorpión, ellos pelearán y el Círculo se
desentenderá.
- Sagitario – ¿Crees que es tan fácil Tauro? ¿Crees que nos
darán una nalgada y nos dirán a la próxima controla a los
niños? Nos van a exterminar a todos.
- Hermes – En eso debieron haber pensado Aries, Cáncer y
Capricornio cuando decidieron no venir.
- Sagitario – Lo siento, pero no, así no funcionan las cosas
aquí, mi voto es el último y se acabó, no hay plan, no hay
guerra y ahora vamos a decidir quienes serán los guerreros
que pelearán en el torneo.
- Titán – ¿En serio crees que gritando te vamos a hacer caso?
Si vas a tener esa actitud impositiva y crees que la vamos a
aceptar estás equivocada, esto no es la Legión para que el
guerrero de más alto rango tome las decisiones por todos.
¡Estamos en un lugar democrático!
- Sagitario – No me presionen…
- Virgo – Esperen, tranquilos, tengo una solución…
Todos esperaron en silencio para escuchar a Virgo, la
situación ya se estaba poniendo a un paso de la violencia.
- Virgo – Cambio mi voto a de acuerdo y de acuerdo.
- Sagitario – Pero que dices, eso no se puede…
- Acuario – Por supuesto que se puede, cuando una votación
esta cerrada en un empate cualquiera puede cambiar su
decisión para romperlo.
Sagitario se supo derrotada, no había nada más que hacer, se
tragó a regañadientes su coraje y aceptó que siguiera la reunión.
- Está bien, me rindo, que de comienzo el plan. ¿Quien
peleará?
Al final decidieron que lo harían Libra y Titán, pero esto
apenas estaba empezando, cuando la reunión llegó a su término
Brachium se acercó a Virgo.
- ¿Como la viste?
- Sagitario esta perturbada por haber perdido, sin embargo, no
tiene intenciones de traicionarnos, pero no sé que medidas
vayan a tomar los otros tres…
- Seremos cuidadosos, nadie sabrá nuestros planes, salvo
nosotros.
- Está bien, yo tampoco estoy de acuerdo, pero lo principal
para mí es la estabilidad armónica del Círculo, si Sagitario
hubiera impuesto su voluntad, tú, Escorpión y Géminis
actuarían como les viniera en gana, ninguno de ustedes está
hecho para aceptar una decisión con la que no están de
acuerdo por más fidelidad que hayan jurado al Círculo y eso
rompería nuestro poder, no puedo permitir eso, el verdadero
peligro está cerca y necesito que estemos fuertes y unidos.
- Sabes que cuentas conmigo.
- Si, lo sé.
Brachium había pedido a Virgo que utilizara su poder para
leer la mente de Sagitario, la discusión había estado “muy caliente” y
no quería tener alguna sorpresa.
Ya estaba decidido, como en la pasada rebelión la mitad del
Círculo del Zodiaco iba a pelear, los dos de Géminis, Libra,
Escorpión, Acuario y Piscis, la diferencia era que esta vez no estarían
solos ni desorganizados.
CAPÍTULO 7
LA FIESTA

Cuando Cross se fue rumbo al Círculo, Elektra y Caris


sintieron un momento de incomodidad, Athena sabía que algo había
pasado pero no se atrevió a preguntar, Caris inmediatamente le dijo
que lo mejor era que se fueran a descansar para que al siguiente día
muy temprano comenzaran a trabajar, se pusieron de acuerdo,
Elektra hablaría con Ragnar y Caris con Lothar, después, tendrían
una reunión en el departamento con todos los demás.
- Ragnar, es difícil encontrarte.
- Lo sé Elektra, ya te dije que también es peligroso.
- Necesito saber… ¿de que lado estás?
- Ya te dije, no estoy con la Ciudadela pero tampoco he
decidido si voy a pelear con ustedes.
- Pero necesito información, esto se va a poner muy feo y
cualquier cosa del enemigo que me puedas decir te lo
agradecería.
- Sólo te puedo decir que si la Ciudadela manda a sus asesinos,
ustedes están acabados.
- Pero somos los FILOS.
- Así es, pero no son los únicos, además, allá adentro hay
personas más poderosas que un FILO, los Comandantes de la
Ciudadela, Apocalipsy y Armagedón son invencibles, además
está Leviatán, no sólo es el Gobernador de la parte externa de
la Ciudadela, es decir del primer, Segundo y Tercer Distritos
así como del Distrito Comercial, también es el perro de la
muerte de los verdaderos Gobernantes de Arcadia, los que se
encuentran en los pisos superiores, su espada es más poderosa
que cualquier FILO. A su lado y al mismo nivel está su
Comandante Supremo, el jefe de todas las fuerzas militares de
la Ciudadela, Juggernaut, su poder hace ver como unas
niñitas inocentes a sus dos Comandantes, por otro lado
Siegfried es el guerrero sagrado más poderoso de su
generación, es el único de los FILOS que tiene un control
total sobre su bestia mítica, dicen que es imposible matarlo si
su dragón lo protege, realmente se están metiendo en un gran
lío muchacha, los FILOS que pelearon hace dieciocho años
eran mayores que ustedes y con más experiencia, al final
todos fueron exterminados.
- Gracias por el consejo Ragnar.
- Es más que eso Athena, es una advertencia, deben tomar en
serio a sus enemigos o los exterminarán con suma facilidad.

Mientras tanto, en el departamento de Elektra, Caris hablaba


con Lothar.
- Es un hecho Caris, algo va a suceder el día del torneo, al
parecer la Ciudadela también va a tomar acciones para
evitar una guerra contra ellos.
- ¿No sabes que exactamente?
- No, pero los combates se tienen que llevar a cabo, en caso
contrario la Ciudadela actuará ahí mismo.
- ¿No sabes que tipo de fuerzas enviarán?
- Caballería pesada pero no de exterminio, lo más importante
es que tratarán de que surjan conflictos entre ustedes, tengan
cuidado, su mayor debilidad sería que se separaran, deben
permanecer unidos.
- ¿Van por alguien en particular?
- Claro, van por los líderes, si le cortas la cabeza al monstruo,
el cuerpo no sobrevive.
- ¿Cuando volveremos a saber de ti?
- Tal vez esta sea la última vez, cada momento estoy siendo
más vigilado, quizá la próxima ocasión en que nos veamos
será afuera, peleando por nuestro estado.
- ¿Entonces?
- Voy a hacer un último intento por averiguar algo, después
me marcho, no se preocupen, en todo momento estaré en
contacto, ya no vuelvan a llamarme, yo los localizaré a
ustedes.
- Ten cuidado Lothar.
- Ustedes también Caris.

Era de noche y todos los miembros del Consejo Estudiantil de


la escuela superior del Tercer Distrito llegaron al departamento de
Caris, a excepción de Loki.
- Drake – ¿Que hacemos aquí?
- Rhiannon – Hay nuevas noticias.
Brahma y Freya que habían sido los primeros en llegar
comentaron con Rhiannon.
- Connor – Al parecer ya nos tienen ubicados a todos, nos
siguieron.
- Drake – ¿Hasta aquí?
- Astrid – Claro que no, los perdimos, pero ya sospechan algo.
- Rhiannon – A nosotros también nos seguían.
- Drake – ¿Porque no me dijiste? Yo no me dí cuenta…
- Rhiannon – Porque eres un idiota. ¿Y así piensas pelear? Eres
patético…
- Drake – Lo siento Rhiannon.
- Hola a todos. – Eran Elektra y Caris quienes habían llegado.
- Astrid – ¿Las siguieron?
- Elektra – Si, pero no hay problema, aquí vivimos.
- Connor – ¿Cual es el próximo movimiento?
- Elektra – Acabo de hablar con Cross y Michelle, Cross dijo
que el Círculo está con nosotros, pelearán. La Legión al
parecer esta vez no será neutral, si tiene que escoger un
bando, será la Ciudadela.
- Astrid – Malditos…
- Connor – Cada quien está escogiendo lados, pero ciertamente
lo de la Legión es muy perjudicial, van a ocasionar un
conflicto entre los distritos, si empezamos a pelear entre
nosotros, nuestras posibilidades de ganar se reducen
drásticamente.
- Caris – También ya sabemos quienes van a pelear en el
torneo por parte del Círculo, lo harán Pol y Brach.
- Rhiannon – Inteligente decisión, independientemente del plan
es mejor que pelee Titán, ya sabemos como se puede poner
Hermes.
- Astrid – A mi me dijeron que cariñoso contigo…
- Rhiannon – No es cierto, es un maldito misógino y
mujeriego, a mi no me interesa.
- Astrid – Eso no fue lo que oí...
Rhiannon iba a contestar pero Drake cortó la plática.
- ¡Chicas por favor! ¡Estamos en una discusión seria!
Ambas se sintieron avergonzadas.
- Lo sentimos.
- Elektra – Pasando a otro tema, la Legión de los Iluminados
hará una fiesta este fin de semana en el Distrito Comercial, al
parecer todos los estudiantes estamos invitados…
- Connor – ¿El motivo?
- Elektra – Celebrar que no estalló la guerra y todo se resolverá
mediante un torneo.
- Drake – ¿Y?
- Elektra –En ese lugar tendremos oportunidad de reunirnos y
establecer nuestra estrategia, tenemos un lugar seguro y habrá
muchos estudiantes para que no nos vigilen.
La reunión terminó, cada quien debía tomar un camino
distinto para no ser visto. Elektra tomó a Connor del brazo.
- ¿Nos podrías acompañar a mí y a Caris al departamento de
abajo?
- Me imagino el motivo y no quisiera, pero vamos.
- ¿Porque se llevan a Connor? – preguntó Drake.
Astrid y Rhiannon lo golpearon en la cabeza.
- Ese no es un asunto de tu incumbencia.
- Está bien, pero no me peguen…
Cuando estuvieron en el departamento de Elektra, Connor les
contó todo cuanto había sucedido en Levit. Al escucharlo Elektra
sólo alcanzó a susurrar
- Cross.
Caris la abrazó y la beso en la frente.
- No te preocupes Elektra, ya habrá momento para ayudarlo
con su pena, si él es fuerte nosotras también.
- Gracias Caris. ¿Dormirás conmigo esta noche?
- Claro.
Elektra siempre había sido así, era necesitada de cariño y
siempre había alguien que se lo daba, los empleados del orfanato,
Beatrice, los gemelos, Michelle, Cross, Christina, Lothar, Argento
Riazor, Maggie, Astrid, Rhiannon, Drake, Connor y ahora Caris, era
imposible resistirse a ella.
Connor ya se había ido, lo incomodaban esas situaciones,
pero envidiaba a Cross, no podía creer como esas chicas se desvivían
por el, Connor sentía un cariño muy fuerte por Elektra, fue la primera
amiga en su vida, pensaba que quizá era amor, además deseaba a
Caris…, ni se diga Michelle, esa chica volvía loco a cualquiera,
aunque las cambiaría a las tres sin pensarlo siquiera por volver a estar
con Selene, pero esa ya era otra historia, ahora debía concentrarse en
resolver el asunto de la guerra.

Cuando Drake y Rhiannon llegaron a su cueva en las


montañas del Tercer Distrito, la chica se apresuró a hacer la cena y
los deberes, Drake fue a platicar con los venerables, les explicó los
planes de guerra y que él combatiría en la justa estudiantil.
- Por favor venerables, sé que soy de entendimiento corto y no
puedo generar energía elemental, pero necesito que me
entrenen más duro.
- Carsten – No te preocupes muchacho, tú ya estás listo desde
hace mucho para ser el guerrero más fuerte.
- Drake – ¿De que está hablando?
- Thorsten – De que este es el momento que estábamos
esperando, para este día te adoptamos, enseñamos y
entrenamos, para darte tu herencia.
- Drake – ¿Que herencia? No entiendo...
- Yngvar – Jajajaja, pobre muchacho, lástima que no le
podamos heredar un poco de más cerebro.
- Drake – Eso no fue gracioso.
- Oddvar – Escucha bien Drake y no te atrevas a interrumpirme
hasta que haya terminado de hablar, nuestro tiempo ya ha
llegado, tenemos algo para ti, estamos seguros que lo sabrás
utilizar, con esto tú serás el más grande guerrero que ha
existido, todos tus entrenamientos y las pruebas que te
hicimos llevar a cabo fue para llegar a este momento, para
que tu cuerpo lo asimile, la esfera de energía que tiene
Carsten en su mano contiene nuestros poderes, te los
transmitimos, espero que hagas un buen uso de ellos, eres el
mejor chico que pudimos educar y todos estamos orgullosos
de ti, te voy a dar dos recomendaciones: la primera es que
cuando venga Leviatán por ustedes cuídense de sus ataques
que no se ven, estamos casi seguros que alguien más nos
atacaba desde las sombras mientras peleábamos contra él,
tengan cuidado; la segunda es que hay un guerrero de la
Ciudadela llamado Ragnar, es el estratega del enemigo, nos
derrotó por completo, él fue el verdadero héroe de los
militares, además, fue quien robó a Yngvar la espada sagrada
Excalibur antes de que estallara el conflicto, recupérala si
tienes la oportunidad, esta te aceptará, pero si puedes evitar
pelear con Ragnar hazlo, es demasiado peligroso, fue uno de
los enviados de la Ciudadela a acabar con la rebelión, muy
probablemente vuelva a ser así.
Drake observaba la esfera multicolor que Carsten estaba
formando, los demás venerables le estaban dando su energía y la
esfera crecía en tamaño y brillo.
- Venerable, todo mundo conoce a Ragnar, es el Comandante
Supremo de las fuerzas militares de éste Distrito.
- Oddvar –Lo sé, por eso es más peligroso, tengan mucho
cuidado con él, estamos seguros que Ragnar era esa sombra
que te he mencionado, es rápido y letal, ahora ve con Carsten,
es hora de darte tu legado.
Carsten sostenía en sus manos la esfera de energía multicolor,
era idéntica a la que había fabricado su sobrino Edgar para robar el
poder de su hermano Elan, con la diferencia de que en ésta ocasión
los venerables ofrecieron su poder para que el antiguo FILO número
ocho lo tomara.
- ¿Que pasará con ustedes después de que absorba su energía?
- Dejaremos de existir – le respondió Carsten.
- Entonces no la quiero.
- No digas estupideces muchacho, el ritual ya se hizo y nuestra
energía está aquí, ya no hay vuelta atrás, la tomas y te llevas
una parte de nosotros contigo o la dejas y nuestra muerte será
en vano, tú eliges pero apúrate, ya no resisto más…
Drake estaba llorando.
- Por favor, no lo haga venerable.
- Lo hacemos gustosos, ya te dijimos que esta es tu herencia.
- ¿Y Rhiannon?
- Ella ya tiene la suya, en su momento la usará.
El maestro Carsten impactó con la esfera el cuerpo de Drake,
este sintió como la energía se apoderaba de su cuerpo, una, dos, tres,
cuatro, cinco, seis, siete, ocho, después se desmayó. Al día siguiente,
cuando Drake despertó, sólo vio a Rhiannon llorando a los
venerables, todos habían muerto.
- Rhiannon, lo siento, fue mi culpa...
- Desde luego que no tonto, ellos así lo quisieron, es hora de
enterrarlos.
- ¿Drake? ¿Rhiannon?
La voz era de Connor, había llegado para entrenar con Drake,
cuando vio a los venerables abrazó a Rhiannon.
- ¿Que sucedió?
- Que ahora están en paz, y a nosotros nos corresponde
terminar su obra – le dijo Drake.
Connor se encargó de todo, ayudó a Drake a enterrar a los
venerables y avisó a sus amigos del deceso, los ancianos eran
queridos por todos, el funeral y la despedida se llevó a cabo al día
siguiente, los últimos en llegar fueron Cross y Michelle en el
helicóptero de ésta, quien en todo el camino no soltó al FILO número
siete, le había dado el pésame por Christina. La ceremonia fue muy
sencilla, sólo estuvieron algunos de los amigos, Elektra, Caris y los
gemelos no pudieron ir, los tenían muy vigilados y sería sospechoso
que desaparecieran, Connor tampoco estuvo presente, Astrid le pidió
ir en su lugar, uno de los venerables era su tío, al final, Rhiannon y
Drake cerraron la cueva de manera definitiva, juraron no regresar
hasta ver convertido en realidad el sueño de los venerables, que más
que unos maestros habían sido unos padres para ellos.
De regreso a su distrito, Michelle estuvo muy callada algo
que era muy raro en ella, se le veía deprimida.
- ¿Que sucede Michelle?
- Nada Cross, es sólo que aún no empieza la guerra y ya hay
demasiados muertos, es muy doloroso.
- Y se pondrá peor, tal vez tampoco lo logremos todos
nosotros.
- No te preocupes por eso, nosotras tres te protegeremos
siempre.
- ¿Que no se supone que es al revés?
- Tres son mejor que uno, no lo olvides.
Cross no dijo nada más, besó a Michelle en la frente y se
perdió en sus pensamientos.

Llegó el día de la gran fiesta en el Distrito Comercial, Chitriel


y Ariel se habían esmerado, la decoración era espectacular, no habían
reparado en gastos, había comida, bebida, fuegos artificiales, bandas
de música en vivo, lugares de entretenimiento, no faltaba nada,
ambas se veían regias, eran guapas y sus cuerpos estaban bien
definidos por el ejercicio, eran atléticas y bien formadas, estaban
aprovechando la ocasión antes de que llegara Pariel y les robara el
show como siempre sucedía, ellas eran el centro de atención hasta
que la líder de la Santa Trinidad aparecía, entonces se volvían
invisibles, sólo existía Pariel, era algo que no podía evitarse,
Michelle era una fuerza de la naturaleza que arrasaba con todo, tenía
todos los atributos en el mismo paquete, increíblemente bella,
sensual, con personalidad, poderosa, un cuerpazo; era imposible no
verla, las Arcángeles ya lo habían aceptado, incluso se divertían con
todos los tipos a los que Pariel desechaba, parecía realmente que
nadie era digno de ella.
- ¿Ves Ariel? La fiesta es un rotundo éxito, han venido
estudiantes de todas las escuelas.
- Si, se hablará de esta fiesta durante años.
- Oye... ¿no son ellos Libra, Acuario y Piscis?
- Efectivamente, como es territorio neutral hasta ellos pueden
estar aquí, cada vez que lo veo ese chico se pone mejor, yo
creo que después de Hermes es el más guapo junto con
Rafael, lástima que sea tan serio, vamos a saludar, no importa
que sean del Círculo, hay que ser buenas anfitrionas.
Las Arcángeles caminaron sensualmente hacia los miembros
del Círculo, contoneaban sus caderas ante las miradas lascivas de
todos los estudiantes.
- Hola Libra – saludaron ambas.
- Hola chicas, que guapas están, su fiesta es una bomba.
- Gracias, pero con esa compañía que traes eres la envidia de la
fiesta – dijo Chitriel.
Libra y sus acompañantes sonrieron.
- ¿Como están amigas? Se ven muy bien. ¿Sólo vinieron
ustedes? – preguntó Ariel.
- No, de hecho esperamos a unos chicos, Piscis viene con
Hermes – exclamó Acuario.
- El galán más cotizado, felicidades… ¿y tu Acuario? – volvió
a preguntar Ariel.
- ¿Conoces a Escorpión?
- No, sólo lo he visto por televisión y me encantó, pero dicen
que en persona es más guapo. ¿Vienes con el? –preguntó
Chitriel.
- No, Acuario viene conmigo – dijo Libra –. Pero creo que se
refería a que Cross ya llegó, al parecer viene con Pariel.
Todos voltearon al mismo tiempo hacia donde señalaba
Brachium, Acuario y las Arcángeles no podían creer lo que decía
Libra, por más guapo que fuera Escorpión, Pariel era Pariel y nadie
era digno de ella, había desechado a galanes más atractivos, entonces
los vieron llegar, era una invitación a la concordia, venían caminando
juntos los líderes de las tres principales escuelas de Arcadia, la
imagen era celestial, nunca nadie en su vida había visto tal belleza,
por donde pasaban todo mundo se les quedaba viendo, Michelle lo
había planeado así, sabía el impacto que causaría, todo mundo
hablaría de su llegada más que de la fiesta en sí.
Al frente venía la Arcángel Pariel, con su cabellera roja, sus
ojos de un azul intenso y ese rostro de porcelana, caminando altiva y
omnipotente como siempre, esbozaba una media sonrisa en el rostro
que derretía a quien la veía, pero esa sólo era la punta del Iceberg,
detrás de ella venían los FILOS, todos con su guante de poder en la
mano derecha, atrás de Pariel venía Escorpión, que si bien no era el
más guapo si se le consideraba el más popular y el favorito de todas
las chicas.
Franqueándolo en cada costado caminaban un par de bellezas
que fácilmente rivalizaban con Pariel, del lado derecho la
cotizadísima Athena del Distrito III, casi tan bella como Michelle,
tenía un cuerpo que hipnotizaba y una personalidad tan poderosa
como la de Pariel pero distinta, Athena emanaba confianza y
serenidad, era un placer contemplar a esa curvilínea chica rubia de
hermosas facciones, siempre estaba sonriente, era la única persona en
Arcadia que le podía quitar atención a Michelle.
A la izquierda de Escorpión caminaba alguien a quien nadie
conocía, tan bella como Pariel pero con el cuerpo de Elektra, lo
mejor de dos mundos en un sólo envase, morena muy clara, de
cabello oscuro, bastaba una mirada suya para que cualquiera se
olvidara del mundo, era una diosa…, pero también era peligrosa, en
su mano derecha portaba un guante gris con el símbolo que
distinguía al FILO número uno bordado en negro, al igual que
Athena iba sonriendo y deteniendo corazones.
Atrás de ellas venían Brahma y Freya, ambos eran altos y
atractivos, contrastaban bien con la belleza impactante de las tres
beldades que rodeaban a Cross. Connor, fornido y con aire místico;
Astrid, hermosa aun sin maquillaje, atraía las miradas por su
cabellera blanca propia de la familia De Grieff, aunque esta le cubría
parte del rostro aún así llamaba la atención
Al final, dos gigantes terminaban ese extraño grupo, uno de
ellos era bien conocido por todas las chicas, le llamaban Hermes y
era lo más parecido a un rockstar, en todas las escuelas de Arcadia
tenía admiradoras, lo que Michelle era para los chicos, Cástor era
para las mujeres, decían que si alguien podía ser la pareja de Pariel
sería él, siempre con su sombrero puesto y sus revólveres a la vista;
su hermano intimidaba a todo el que pasara enfrente de sus dos
metros con diez centímetros y un cuerpo demasiado musculoso, igual
de guapo que su hermano, pero se veía temible.
Las Arcángeles se molestaron, sabían que de lo único que se
iba a hablar de la fiesta que tanto trabajo les había costado organizar
era de la llegada de Pariel y sus amigos, por su parte, Acuario no
podía creer lo que veía, estaba segura que las tres chicas que
rodeaban a Escorpión se sentían atraídas por él, lo vio en sus ojos, en
ese momento renunció a Cross, sabía que no era rival para esas
bellezas, tomó a Brachium del brazo y le agradeció al oído el haberle
evitado la pena pública de decir que Cross vendría con ella, en
cuanto Piscis vio a Hermes se lanzó a sus brazos para decepción de
muchas chicas, las Arcángeles se acercaron a Pariel.
- Vaya, tú si que sabes hacer entradas amiga.
- Lo sé, pero de todos modos gracias Chitriel.
- Oye, es muy guapo tu amigo Escorpión… ¿quien de las tres
es su novia? – preguntó con malicia Ariel.
- Ninguna – le contestó Caris.
Elektra empujó a Cross y éste quedó al lado de Pariel, la
abrazó y se presentó.
- Buenas noches, soy el FILO número siete. Portador de la
espada sagrada Antares. Mi nombre es Escorpión y es un
honor conocer a las Arcángeles más guapas de la Legión.
Ariel y Chitriel se sonrojaron, la presentación era conocida
por ellas y sabían que demostraba respeto a su investidura de
Arcángeles, no dijeron nada sólo sonreían, Cross era tan alto como
Hermes, tenía el cabello negro muy corto, sus ojos cafés destellaban
inteligencia y realmente sintieron que sería muy fácil enamorarse de
ese chico.
- Gran fiesta, Pariel habló maravillas de ustedes, pero creo que
esta vez se quedó corta…
Las Arcángeles seguían sin hablar, sólo sonreían, Cross
acostumbrado a casi nunca socializar no supo que más decir,
Michelle rompió el silencio.
- ¡Milagro! Es la primera vez que no las oigo decir ni una
palabra, eso es bueno, voy a cargar una foto tuya para
callarlas.
Todos empezaron a reír, Libra y Acuario se habían unido a la
platica, Pariel presentó a Caris y Brahma a sus amigas, los presentó
como lo que eran, los FILOS uno y nueve, después, Titán cargó a las
dos Arcángeles y las conminó a que le enseñaran los lugares
divertidos de la fiesta, éstas aceptaron encantadas.
A lo lejos, Loki veía con envidia la entrada de sus
compañeros, no lo habían invitado a unirse a ellos, nadie notaba su
presencia aún y cuando también tenía su guante puesto, en cambio,
todos habían visto a su hermana, él sabía que no era la última lindura
del mundo pero era atractiva, sólo que además de no usar maquillaje,
se vestía y peinaba como un muchacho, sin embargo, aún así todos se
percataron de su entrada y la admiraron, lo que más envidiaba de ella
era su cabello blanco que la distinguía como miembro de la rama
principal de la familia De Grieff, aunque también le extrañó que
Drake y Rhiannon no caminaran con ellos, Rhiannon también era
muy hermosa y no hubiera desentonado, aunque al final a él que le
importaba, si ni siquiera le habían preguntado si quería entrar con
ellos.
Drake y Rhiannon prefirieron no ingresar a la fiesta con los
demás, no estaban de humor, prefirieron trasladarse directamente al
lugar de la reunión, Arlés ya los esperaba, estuvieron platicando un
rato con él, después fueron llegando poco a poco los demás, como
siempre, Michelle y Elektra peleando…
- Te dije que no llamáramos tanto la atención, nos costó
demasiado trabajo escabullirnos.
- Si, pero bien que andabas lanzando besitos... ¿no?
Arlés carraspeó la garganta.
- Creo que ya estamos todos, al parecer a la única que no
conozco es a la chica más guapa que he visto en mi vida.
Michelle lo vio con ojos asesinos.
- Bueno, una de las mas guapas, por lo visto el FILO número
uno por fin apareció. ¿Cual es tu nombre amiga?
- Me llamo Kharynna y soy portadora de la espada sagrada
Scylla, mi nombre como FILO es Caribdis.
- Pero todos la llamamos Caris – aclaró Athena.
- Pues mucho gusto y me alegro que estés aquí, ya que todos
estamos reunidos podemos empezar, básicamente el motivo
de esta reunión es ver cuantos somos los que estamos en esto,
darles una breve explicación de lo nuevo que he averiguado y
planear la estrategia de la próxima semana, antes que nada me
gustaría pasar lista para ver quienes son los que se encuentran
aquí, en la inteligencia de que todos y cada uno de ustedes
tendrán voz y voto en las decisiones que tomemos hoy.
Empezaremos por los miembros del Segundo Distrito que
somos sus anfitriones, en esta ocasión les hablaré por sus
nombres de guerreros toda vez que hoy hemos venido como
tales, cada quien se presentará y dirá un número consecutivo,
empezaré yo.
Todos asintiéron, Arlés se levantó, se numeró y se presentó,
los demás lo siguieron.
- Uno me llamo Fenrir.
- Dos me llamo Pariel.
A continuación siguieron los integrantes del Círculo del
Zodiaco.
- Tres me llamo Hermes de Géminis.
- Cuatro me llamo Titán de Géminis.
- Cinco me llamo Libra.
- Seis me llamo Escorpión.
- Siete me llamo Acuario.
- Ocho me llamo Piscis.
Después siguieron los guerreros del Tercer Distrito.
- Nueve me llamo Athena.
- Diez me llamo Caribdis.
- Once me llamo Freya.
- Doce me llamo Brahma.
Drake estaba demasiado nervioso por la reunión, era de
reconocidos guerreros de élite, conforme se acercaba su turno sudaba
más, al final, sus nervios lo traicionaron, se adelantó a Rhiannon y
gritó su presentación
- ¡Quince me llamo Drake!
Todos lo vieron extrañados y divertidos, Rhiannon molesta lo
golpeó en la cabeza.
- Primero iba yo animal y sólo somos catorce…
Drake se puso rojo de la vergüenza y se disculpó.
- Lo siento.
Todos empezaron a reír incluida Rhiannon, cuando se
tranquilizaron las risas se presentó como los demás con su número
consecutivo
- Trece me llamo Rhiannon.
Finalmente le correspondió su turno a Drake, quien se
presento apenas con un murmullo
- Catorce me llamo Drake.
La razón de su nerviosismo era normal en él, siempre había
soñado con ser un reconocido guerrero y no lo había conseguido,
encontrarse en esa reunión era un sueño hecho realidad, todavía no lo
creía, estaba con lo mejor de lo mejor, tenía voz y voto al lado de los
guerreros más poderosos que iban a cambiar el mundo, se sintió feliz,
Rhiannon le tomó la mano y le dio un ligero apretón para indicarle
que se sentía orgullosa de él.
Fenrir les explicó a todos los detalles de su plan de
revolución, les indicó que tenía a gente lista para levantarse en armas
en los cinco distritos, además de que contaban con los suficientes
guerreros de élite para sostener la lucha, esta vez no hubo
discusiones, todos sabían a lo que iban, todos estaban de acuerdo en
que era necesario un cambio y la única manera de lograrlo era
mediante la fuerza, la Ciudadela ya se había propuesto destruirlos
poco a poco, ellos no lo permitirían, también explicó que todavía no
encontraba al FILO número cuatro Kwan Yin.
- Hemos buscado hasta donde tenemos permitido, todavía no
encontramos a Selene, pero eventualmente lo haremos, es
muy importante saber que contamos con el apoyo del FILO
número uno, no sé si lo sepan pero se dice que el poder de los
FILOS se establece en un medio círculo, es decir, los FILOS
más poderosos son el uno y el doce y así van en orden
descendente hasta que se unen, es decir que los más débiles
en teoría son el seis y el siete.
Todos voltearon hacia Escorpión, vieron que escuchaba
divertido la explicación, sonrieron, nadie creía que un controlador de
energía pura fuera el más débil. En el contexto de la explicación de
Fenrir el FILO más poderoso de todos era Caris, toda vez que aún no
se conocía la identidad del FILO número doce, quedando la tabla de
la siguiente manera:
Los más poderosos eran el FILO número uno, Caribdis, y el
FILO número doce, desconocido hasta el momento, después seguían
el FILO número dos, del cual también se ignoraba su identidad y el
FILO número once, Athena, los siguientes en poder serían los FILOS
números tres y diez, Cerberus y Fenrir, siguiéndoles los números
cuatro y nueve, Kwan Yin y Brahma, los penúltimos serían los
FILOS números cinco y ocho, Siegfried y Freya, quedando
finalmente los FILOS seis y siete.
- Creo que esa tabla es muy subjetiva Arlés, sé de buena fuente
que el FILO más poderoso de la generación que nos antecede
es Siegfried, no debemos confiarnos. – Athena no le daba
credibilidad en la tabla que les había expuesto Fenrir.
Fentrir veía su tabla, tampoco creía en ella, el problema con
los FILOS era que había mucha información equivocada, demasiados
mitos y leyendas, había que ser más selectivo en las fuentes que le
llegaban.
- Tienes razón Elektra, ahora que lo pienso una tabla no puede
definir el poder de un guerrero, tal vez cuando se hizo ese era
el orden del poder, pero como acertadamente lo has dicho,
cambia de generación en generación.
- Yo sé quien es el FILO número dos – interrumpió Drake.
- ¿Desde cuando? – preguntó Freya.
- Me lo dijeron los venerables, uno de ellos fue el antiguo
FILO número dos pero le fue arrebatada la espada sagrada y
lo dieron por muerto, sin embargo él sabía quien se la había
robado.
- ¿Y quien es esa persona? – preguntó Fenrir con la esperanza
de reclutarlo.
- Ni más ni menos que el Supremo Comandante de las Fuerzas
Militares del Tercer Distrito.
- ¡Ragnar! - gritó Elektra.
Todos la voltearon a ver.
- ¿Por que esa reacción Athena? – preguntó Fenrir –. Dada su
condición no es sorprendente que él sea uno de los FILOS.
- Mi reacción es porque lo conozco bien, he estado hablando
con él, es quien más información me ha dado, me comentó
que participó en la guerra anterior del lado de la Ciudadela,
pero jamás me dijo que fuera un FILO.
- Los venerables me advirtieron que tuviéramos mucho
cuidado con ese sujeto – dijo Drake –. El fue el verdadero
héroe que definió la guerra de hace veinte años a favor de la
Ciudadela.
- ¿Que tanto sabe Ragnar de nosotros Elektra? – preguntó
Fenrir.
- Algo pero no todo, principalmente sabe que estamos a favor
de la revolución y que nos vamos a levantar…
Entonces lo que eran murmullos se convirtieron en voces de
preocupación, fue el tiempo en que Brahma trató de tranquilizar las
cosas.
- No pasa nada, lo hecho, hecho está, necesitamos establecer
una estrategia, ahora lo importante es decidir quien de
nosotros será el líder, se necesita a alguien que nos una a
todos y a quien sigamos hasta el fin.
- La decisión debe ser tomada con la cabeza, Fenrir es quien ha
iniciado todo y tiene una idea clara de cómo se va a llevar
esta lucha, propongo que sea él quien nos guíe – opinó Titán.
Después vino la proposición de Freya.
- Fenrir está bien para que dirija la revolución desde aquí, sería
el Comandante Supremo, nadie duda de su capacidad como
estadista, pero no es alguien a quien yo seguiría hasta la
muerte, yo estoy con Athena.
Tocó el turno a Acuario.
- Al único que los miembros del Círculo seguiremos será a
Escorpión, es tan buen estadista como Fenrir y más
inteligente, no aceptamos a nadie más como nuestro superior.
Y así empezó la discusión hasta que Fenrir volvió a
intervenir.
- Amigos, sabía que esto pasaría, por eso les pedí a todos que
se presentaran y se numeraran. ¿Que les parece si cada quien
escribe el nombre de la persona que quieren que nos dirija y
quien tenga más votos será elegido líder? Sólo quiero que al
aceptar tomen en cuenta que no hay marcha atrás, el que gane
será nuestro guía aunque a algunos no les guste.
Al final todos estuvieron de acuerdo, era la única manera
sensata de buscar a un líder, todos escribieron en un papel su
decisión y la dejaron en un tazón que hizo las veces de urna, Drake y
Rhiannon contaron los votos, al final quedo así:
Fenrir dos votos.
Athena un voto.
Escorpión once votos.
Una vez que se dio el resultado Cross se tomó la barbilla
preocupado, Piscis y Acuario lo abrazaban felices, pero realmente él
no quería ser el líder, no tenía ni idea de cómo serlo, pero había
prometido que esta vez no evadiría esa responsabilidad, nuevamente
Fenrir tomó la palabra.
- Bueno, creo que no será necesario un recuento, Cross, es
decir Escorpión, desde ahora eres nuestro líder y creo que fue
la mejor decisión, no hay persona en este lugar que no este
dispuesto a seguirte hasta el final y dar la vida por ti.
Todos hicieron una señal de afirmación, incluso Freya que
fue la única persona que no voto por él, Titán había votado por Fenrir
pero realmente a quien más respetaba era a Escorpión.
- Yo no quiero que nadie de la vida por mí ni por la causa,
quiero que peleen y que si está todo perdido que se replieguen
para pelear en otra oportunidad, esto no se trata de arriesgar
sus vidas, se trata de obtener una meta y esa meta es la
libertad, estoy seguro que con la guía de Fenrir lo lograremos,
en este momento quiero nombrar a quien será mi segundo al
mando y a quien todos seguirán si algo me sucede, es la
mejor persona que conozco, será quien me aconseje y seguiré
sus recomendaciones como si fueran órdenes, porque no hay
nadie que entienda la justicia, la humanidad y la
responsabilidad social como él lo hace, Drake, tú serás el
segundo al mando.
- ¿Quien? ¿Yo?
Drake no podía creer lo que estaba escuchando, siempre había
sido tratado como plato de segunda mesa, todavía en su escuela se
burlaban de él diciéndole que sólo pertenecía al Consejo Escolar por
ser amigo de los líderes, nadie lo tomaba en serio, en especial Loki y
los bérserkers protectores del colegio, sin embargo, ahora se
encontraba con que lo nombraban el segundo al mando de un evento
histórico que marcaría a toda su generación, sería el sublíder de
aquellos esplendidos guerreros y personas con las que ni siquiera
soñaba en compararse, todos tenían los más altos rangos de Arcadia:
FILOS, Arcángeles de la Legión de los Iluminados, miembros del
Círculo del Zodiaco, no existían en Arcadia rangos superiores a los
que sus compañeros ostentaban, eran quienes gobernaban y
administraban al Estado, los principales puestos políticos de ahí
salían, de entre esas personas.
Los únicos que no tenían grado alguno eran Rhiannon y él,
pero su compañera se cocinaba aparte, era conocida y respetada en
todo su distrito, era una guerrera de élite, podría compararse con
cualquiera de los ahí presentes, ¿pero el? Apenas y con trabajo era un
guerrero de nivel medio, aspiraba llegar a trooper pero con el tiempo
se dio cuenta que por más que lo intentaba no podía controlar
ninguna fuerza elemental, Rhiannon decía que ella tampoco podía
controlarla, pero él sabía que era mentira, sólo que era tan buena
peleando que ni siquiera necesitaba utilizarla, así era de especial su
compañera; él era feliz con estar ahí y ser parte de ese grupo de
gente, no le importaba que fuera sólo por amistad.
Drake sabía en su interior que no podía aceptar el puesto que
le ofrecían, simplemente porque no soportaría que humillaran a su
líder burlándose del segundo a bordo, sabía que Cross hablaba de
corazón y se lo agradecía, pero estaba seguro que los demás se
preguntaban que estupidez estaba haciendo su nuevo dirigente que en
su primer acto debilita al grupo, no podía aceptar ese nombramiento.
- Te agradezco que me eligieras Escorpión, pero yo debo re…
Antes de que Drake terminara Brahma se levantó.
- Bien hecho líder, seguiré a Drake hasta el mismísimo
infierno, fue tu mejor elección.
- Yo también – Caris lo secundó.
Después todos fueron levantándose y apoyando la decisión,
Athena, los hermanos de Géminis, Pariel, Freya, Libra, Rhiannon fue
de las últimas en levantarse, una lágrima rodaba por su mejilla, no
podía contener el llanto, finalmente Acuario y Piscis también se
pusieron de pie, esta última se dirigió al nuevo segundo al mando:
- No te conocemos, pero al parecer todos confían en ti
incluyendo a nuestros hermanos del Círculo, si nuestro líder
confía en ti, tienes nuestro apoyo.
Entonces habló Fenrir:
- Decidido está, nuestro líder será Escorpión, el segundo al
mando será Drake y yo seré el Comandante Supremo, ahora
hablemos de la estrategia a seguir para el día del Torneo…
La fiesta siguió sin mayores contratiempos, hubo alguna que
otra pelea pero fueron controladas, todos los invitados a la reunión
salieron de la misma por lugares diferentes, al parecer la asamblea
había sido un éxito, ahora estaban a la espera de poner en marcha el
proyecto “libertad”. Cuando se estaban retirando Fenrir hablaba con
Escorpión.
- Te haré llegar un resumen de mi estrategia, quiero que la
revises y me des tu opinión.
- Estoy seguro que será perfecta, como siempre…
- Aún así quiero que la revises, Acuario tiene razón, tú eres tan
buen estadista como yo, en los entrenamientos me ganaste
más batallas que yo a ti…
- Porque tenía más experiencia combatiendo.
- No sólo era eso, es obvio que tu inteligencia y sobre todo tu
personalidad te coloca por encima, proyectas confianza y
seguridad, por eso voté por ti, te seguiré en lo que decidas…
Escorpión veía a Fenrir con ojos divertidos, como de un niño
al que sabe que le están haciendo elogios innecesarios, no sólo Arlés
podía leer a las personas, Cross sabía que a su amigo le molestaba
seguir a otros, no votó por sí mismo porque sabía que perdería, hasta
para votar era un buen estratega.
- En confianza y seguridad no te llego ni a los talones –pensó
Cross sonriente mientras apoyaba el codo en el hombro de su
amigo –. Y yo voté por ti Arlés, quizá soy lo que dices, pero
tú tienes algo que yo no, eres un líder natural, la gente te
sigue, sabes mandar, motivar y hacerte escuchar, eso no es lo
mío, no sé hablarle a la gente, prefiero ser uno más.
- Si, pero a quien siguen los poderosos es a ti.
- Eso quiere decir que nos complementamos bien amigo, de ahí
la necesidad de alguien como Drake que nos indique si
torcemos el camino.
- Estoy de acuerdo.
Después de la fiesta cada quien regresó a su lugar de estudios
con excepción de Cross, él se fue al Tercer Distrito, ahí sería el
torneo y tenía cosas por hacer, Michelle lo obligó a prometerle que se
comunicaría con ella diario para “ponerla al tanto de todo”, Elektra
se ofreció a llamarla pero Michelle la rechazó, tendría que ser Cross.
Cuando regresaban al Tercer Distrito Cross vio a Freya
pensativa.
- ¿Que te sucede Astrid? – preguntó Escorpión –. Te ves
preocupada
- Es mi hermano, estoy segura que es un espía y peleará al lado
de la Ciudadela.
- Por el momento no te preocupes, ya veremos si después
cambia de opinión.
- Estoy segura que se ofreció a pelear porque él será quien
mate a Arlés, las listas de peleadores ya están completas, no
hay nadie más…
- Lo sé, es lo que vamos a tratar de evitar.

En el edificio de la Ciudadela en el área conocida como “el


Cinturón”, también tenían sus planes para el torneo, Leviatán, el
Gobernador de Arcadia, un hombre de más de cuarenta años con
cabello entrecano y fuerte personalidad, estaba ultimando detalles
con uno de sus Comandantes: Apocalipsy.
- ¿Esta todo listo Comandante?
- Si Señor.
- No quiero fallas.
- No las habrá Señor.
- Recuerde que el objetivo principal que nos ordenaron de las
plantas superiores es que deben capturar vivo a Escorpión y
traerlo a la Ciudadela.
- Tenga la seguridad de que así se hará.
- No me importa lo que pase, pero para que se considere
exitosa la misión también deben traerme la cabeza de Fenrir,
si todo se complica también quiero que eliminen al
Escorpión, no me importa que “arriba” lo quieran vivo, es
demasiado peligroso… La prioridad es capturarlo vivo, pero
si no se puede ya sabe que hacer.
- Estoy seguro que podremos con ellos Señor, así lo hicimos la
última vez.
- Si, pero la última vez tuvimos que bajar a pelear Juggernaut,
Ragnar, yo y el vigilante.
- Porque los FILOS eran guerreros experimentados, ahora son
sólo unos niños que quieren jugar a la guerra, si se quieren
sublevar en ese mismo momento los aniquilaremos.
- No te confíes Comandante, de todas formas, recuerda que si
matan a un FILO quiero que me traigan su espada y su
guante.
- Así será señor.
Apocalipsy se retiró, Leviatán se quedó platicando con su
primer Comandante, un gigante negro y musculoso de mirada
amenazante, a su lado Póllux se veía pequeño, medía más de dos
metros con treinta centímetros.
- ¿No sería mejor que actuáramos de una vez Juggernaut?
- Es lo que más quisiera, mi espada me pide diversión, tiene
dieciocho años guardada.
- Estaremos listos, yo no soy tan confiado, un FILO es un
FILO, no importa si es joven o viejo, son peligrosos si no son
controlados.
- Estoy contigo, pero Apocalipsy y Armagedón son muy
buenos, son tan poderosos como un FILO o más…
- Eso lo tengo muy claro, lo importante es saber que ha pasado
con Ragnar, no se ha comunicado conmigo, si hay guerra él
es insustituible.
- Estará en el torneo, se celebrará en el Tercer Distrito, Ragnar
es el Comandante Supremo de ese lugar, por lo tanto estará
presente, si lo requerimos, el vigilante se lo hará entender.
- Seguramente no le hará caso, ellos nunca se llevaron bien.
- Entonces iremos nosotros a hablar personalmente con el…
- Esta bien, veremos que pasa.
CAPÍTULO 8
UN NUEVO BÉRSERKER

Ragnar estaba muy atareado, el torneo sería en su distrito y


debía implementar el dispositivo de seguridad, todas las divisiones
especiales estarían a cargo de verificar que no hubiera incidentes,
había platicado en secreto con el Delegado y lo había convencido de
que si algo salía mal como se rumoraba, las fuerzas de combate no
deberían intervenir, habría demasiadas personas poderosas ese día en
el torneo y podrían menguar el ejército del distrito poniéndolos en
una situación de desventaja con respecto a los demás, en ese aspecto
el Delegado siempre confiaba en la palabra de Ragnar, era un
extraordinario estadista y era sólo por él que el Tercer Distrito sin
tener una base sólida de guerreros de élite como lo eran La Legión de
los Iluminados del Distrito II o El Círculo del Zodiaco del Distrito I,
mantenía su demarcación siempre por delante de sus rivales, dejarían
todo en manos del ejército de la Ciudadela, ellos sólo estaban para
vigilar que no hubiera situaciones extrañas, pero si se iniciaba la
revuelta lo mejor sería esperar para ver que partido tomar, siempre la
primer batalla es muy importante, puede definir el destino de la
guerra.
El Comandante Supremo del Distrito III se encontraba
revisando por enésima vez que todos sus hombres estuvieran en sus
puestos y alertas, esto ya no era un ensayo, ahí se quedarían hasta la
conclusión del torneo, ya tenía la lista de los peleadores y si el torneo
se efectuaba como se tenía planeado, estaba seguro que ganaría el
Distrito I, sus peleadores no sólo eran de élite, eran lo mejor que
había en Arcadia, los conocía a ambos, Titán era el guerrero más
fuerte del estado y Libra era quizá el más poderoso, pocos lo
conocían en los distritos exteriores, pero era un contrincante
realmente temible, salvo la Arcángel Pariel que tenía posibilidades
mínimas, ninguno de los otros guerreros tenían opciones de
vencerlos.
Sin embargo, sería interesante ver como se iban a dar las
cosas, Ragnar sabía que Fenrir lucharía con Loki, los demás duelos
se establecerían solos, serían Drake contra Libra y Pariel contra
Titán, era por todos conocido que Géminis y la Arcángel eran
amigos, los pondrían a luchar seguramente a muerte para debilitar los
lazos entre los rebeldes, todos tomarían partido unos contra otros,
entonces quizá la guerra sea entre distritos, cuando estuvieran lo
suficientemente débiles la Ciudadela los sometería, por ese lado su
circunscripción no tenía problemas, todos sabían que Drake iba a
perder y a nadie le importaba Loki, su distrito vería como se
destrozaban lo otros dos, hacía más de cien años que no había una
guerra directa entre El Círculo y La Legión, incluso podrían quedar
ambos distritos destruidos antes de que intervinieran las autoridades.
Ragnar seguía en sus pensamientos cuando sintió que lo
veían, por reflejo volteó para buscar a la persona que lo observaba,
cuando la encontró sintió que el alma se le salía del cuerpo, era ella,
la mujer que lo había abandonado hace veintidós años: Eloise.
Cuando sus miradas se encontraron Eloise desvió la suya y
siguió su camino, Ragnar se sintió como el primer día que la vio,
hace mucho años, ya no tenía ese rostro juvenil que causaba infartos,
pero seguía siendo muy hermosa, los rasgos y las líneas de expresión
de su rostro delataban que la vida no había sido fácil para ella, que
había sufrido, aunque Ragnar no tenía la menor duda de que el
sufrimiento de esa mujer no se comparaba con el suyo, lo había
dejado todo por ella y lo traicionó, tan sencillo como eso, lo botó
como una basura, como algo que se usa y después ya no tiene
ninguna utilidad, nunca se lo perdonó.
Ahora Eloise vestía con ropas humildes, sin duda era pobre y
vivía al día, él se enteró que su esposo la había abandonado al año
después de que nació su hija, después, tuvo otro hijo producto de una
violación, regresó con el padre de su hija un tiempo y después la
volvieron a abandonar, Ragnar lo sabía bien pues él mismo castigó a
los culpables de violarla.
Sabía cual había sido la vida de esa mujer, conocía toda su
historia pero tenía veintidós años de no verla, esperaba que con lo
que le había pasado en la vida estuviera fea, gorda y vieja, pero no,
seguía siendo una princesa, no importaba la edad ni las ropas, aún
ocultaba su cabellera blanca en un tinte negro, símbolo de su
separación de su familia, sin embargo, todavía caminaba con
dignidad, esa dignidad que tuvo para sacar adelante a sus hijos, para
negarse a prostituirse a pesar de no tener para comer y pasar días sin
probar alimento, esa mujer sin duda era de acero y ahora se alejaba
como si nada hubiera pasado, como si Ragnar hubiera sido sólo un
mal recuerdo, lo observó y siguió su camino, eso enfureció al
Comandante Supremo, decidió confrontarla, caminó con pasos
resueltos hacia ella y la llamó:
- ¡Eloise!
La mujer se detuvo, lo pensó un instante y se volteó hacia el
guerrero, hizo una leve mueca que se leía como una tenue sonrisa,
Ragnar sintió un escalofrío.
- Ephraim…
- ¿Tanto me odias que ni siquiera puedes saludarme después de
tanto tiempo de no vernos?
- Lo siento, por supuesto que no te odio... hola.
- ¿Que haces por aquí?
- Vine a hacer unas compras para mi patrona, disculpa que me
retire pero es muy estricta y se molesta si me retraso, con
permiso, me dio gusto verte.
Eloise le dio la espalda y comenzó a caminar, Ragnar vio
como se alejaba, recordó ese sentimiento, ya lo había vivido una vez.
Y ahora, cuando pensaba que lo había superado volvía a sentirse
abandonado, entonces, le gritó a la mujer:
- ¡Mentirosa!
Eloise detuvo su caminar, había escuchado a Ragnar y sabía
que se merecía lo que le gritaba, ella lo había herido de la peor forma
posible y él jamás le reclamó ni reprochó nada, simplemente se alejó,
tenía derecho a insultarla, se lo debía, pensó en dejar que se
desahogara, era lo justo, ella había vivido con ese remordimiento
desde el día que lo abandonó, decidió dejar que la confrontara y
descargara la furia que se guardó tantos años, volteó a verlo con
tristeza, trató pero no pudo sostener su mirada, sólo se quedó estática,
esperando que la siguieran insultando.
- No digas que te da gusto verme cuando no es así.
Ragnar la señalaba con su mano derecha, estaba temblando de
ira, Eloise caminó hacia el, se aclaró la garganta y tomó valor.
- Ephraim, te hice mucho daño, te traicioné y te abandoné, si
me voy ahora no es porque no me de gusto verte, es que me
avergüenza estar parada frente a ti.
Eloise estaba a punto de llorar, Ragnar de un rápido
movimiento le arrebató el bolso.
- Es bueno que sepas lo que hiciste, pero yo no debo pagar por
eso, tú sí. ¿Estas de acuerdo?
- Si.
- Entonces te voy a acompañar a donde vas, será bueno
torturarte con mi presencia para que pienses en lo que hiciste.
Eloise no dijo nada, pensaba negarse pero sabía que sería
inútil, le daba pena que Ragnar viera en donde trabajaba, era
lavandera en un hotel de quinta, pero conforme iban caminando el
guerrero sólo estuvo hablando de temas intrascendentes, el clima, la
situación política, la juventud de ahora que ya se había olvidado de
las reglas, la posibilidad de una guerra, en realidad pasó un rato muy
agradable, caminaron durante una hora que se le pasó como un
suspiro.
- Aquí trabajo Ephraim, gracias por acompañarme.
- No fue nada, era mi obligación como máximo responsable del
orden, no podía exponerme a que alguien se atreviera a
molestarte en estos rumbos, son peligrosos, hablaría mal de
mí.
Eloise no dijo nada, sólo sonrió, su sonrisa contagió a Ragnar.
- Así te ves bien. ¿Desde hace cuanto no sonríes?
- No lo recuerdo…
- Está bien, ahora sí dímelo.
- ¿Que cosa?
- Lo que me dijiste en el mercado.
- Que me disculp…
- No, lo otro.
Eloise volvió a sonreír.
- ¿Que me dio gusto verte?
- Así es, posiblemente ahora si te crea.
- Ephraim Von Teage, te aseguro que me dio mucho gusto
volver a verte.
- A mi también, espero que la próxima vez que me veas te
acerques y me saludes.
- Te lo prometo.
- Ok, entonces…
- ¡Eloise! ¿Por que tardaste tanto? ¿Acaso quieres que te
golpee?
Antes de voltear a ver quien gritaba, Ragnar vio el miedo en
el rostro de Eloise, se acercó al hombrecillo gordo y calvo que
reclamaba atención.
- Buenas tardes, Eloise estaba conmigo... ¿encuentra usted
algún problema con eso?
El dueño del hotel casi se orina del miedo, conocía al tipo que
le hablaba, lo conocía todo mundo, era el individuo más poderoso del
estado de Arcadia.
- Lo siento Milord, no sabía que estaba con usted, pero
comprenderá que la señora trabaja para mi...
- ¿Y eso le da derecho a golpearla?
- No señor, pero es que yo le doy alimento y habitación, ella
paga con trabajo y como también labora para los señores de la
casa de la esquina pues ya sabe, si no trabaja lo suficiente
conmigo no podrá costear su vivienda.
Ragnar se llevó la mano a la cintura, el dueño del hotel se
hincó sollozando, pensó que su hora le había llegado, el guerrero
tomó de su cintura un pequeño saco con monedas y se lo arrojó a la
cara.
- Espero que con eso sea suficiente para que la deje en paz, esa
mujer es una princesa y si estuviera en sus dominios ahora lo
estarían torturando hasta la muerte.
- Si señor, lo siento Eloise, mi comportamiento no tiene
perdón.
Ragnar se acercó a Eloise
- Siento lo que pasó y que por mi culpa te hayan reprendido,
espero con ansias volver a verte, ojalá que este incidente no te
obligue a dejar de verme otros veintidós años.
- Gracias por todo Ephraim, sé que no merezco la amabilidad
con la que me tratas, pero estoy feliz de verte.
Ragnar se fue, Eloise lo siguió con la mirada hasta que se
perdió entre las calles, el hombrecillo seguía en el suelo.
- Aquí esta su encargo, voy a casa de los Traore a seguir
trabajando.
Cuando llegó a casa de los Traore en la esquina de la misma
calle, Eloise se veía diferente, se le veía feliz, realizó su trabajo y se
fue al hotel a descansar, cuando llegó a su habitación la esperaba el
dueño del hotel, Eloise sintió miedo de que la echara a la calle.
- Eloise, discúlpame por como te he tratado, no fue mi
intención pero sabes como es la vida aquí, ten, te devuelvo la
bolsa con dinero de tu amigo, esta todo completo, no tomé
nada, quiero que sepas que a partir de ahora puedes dormir y
comer aquí cuanto quieras, no trabajarás más para mí.
- Si señor…
Es todo lo que se dijeron, el dueño del hotel se dio la vuelta
deseando no volver a ver en su vida al Supremo Comandante, lo de
Eloise no era nada realmente, era una forma de vivir, tenía muchos
empleados más así, que trabajaban por un lugar donde comer y
dormir, a todos los tenía amontonados en un cuartucho, a Eloise la
hospedaba en una habitación aparte porque sabía que sus hijos eran
bérserkers, por lo que en realidad jamás la había golpeado, sólo le
hablaba fuerte, era conocido por todo el barrio la suerte que corrieron
los clientes de una cantina que se atrevieron a maltratar a Eloise, el
prefirió contratarla por si algún día necesitaba de sus hijos, pero
ahora se arrepentía, un par de bérserkers era una cosa, pero el
Comandante Supremo… Lo más seguro era que quisiera divertirse
con ella, todavía era una mujer hermosa, él mismo la deseaba, pero
amaba más su propia vida, sabía que si la tocaba sus días estaban
contados, la enorme hija de Eloise así se lo había hecho saber, a él y
a todos los hombres del rumbo.
Por su parte Ragnar tampoco lo estaba pasando mal, nunca en
su vida había estado tan feliz de dejar de lado su orgullo, ese día por
primera vez en muchos años dejó de sentir que le aplastaban el
corazón, era un dolor con el que había aprendido a vivir, ahora se
sentía mas liviano y contento, esa era la palabra, estaba contento, no
quería hacer algo estúpido como regresarse y pedirle a Eloise que se
fuera con él, no ahora, pero en su corazón sabía que esa mujer nunca
lo dejaría en paz, la tenía impresa en su mente, en su sangre, en todo
su ser, entonces, prefería tenerla a su lado que sólo pensar en ella, sin
duda creyó que el amor era algo complicado, pero no había
comparación con el sentimiento de felicidad que te proporcionaba
cuando encontrabas a la persona indicada, lo valía todo, incluso
veintidós años de sufrimiento.
Al siguiente día llegó un emisario del edificio de gobierno del
Tercer Distrito al pequeño hotel del barrio pobre, solicitó la presencia
de Eloise, le entregó un sobre con el sello de la administración del
Palacio de Gobierno, adentro había tres boletos y una nota, decía que
se invitaba a Eloise a ver el torneo que se realizaría en el campo de
combate de la escuela de nivel superior del Tercer Distrito, era una
entrada exclusiva de gente importante, anexos había dos boletos para
publico en general, la carta recomendaba que se los entregara al
dueño del hotel, pero era optativo, podía hacer con ellos lo que
quisiera, su arrendador estaba que moría de curiosidad.
- Si no es indiscreción Eloise... ¿que dice la carta?
- Nada señor, sólo que se me invita a ver el torneo de escuelas.
- Que afortunada es usted, es el evento del año en Arcadia,
nosotros lo veremos en la pantalla de unos vecinos…
- Que lástima, me habían dado dos boletos extra, entonces veré
que hago con ellos.
- ¿Dos boletos extra dice?
- Así es.
- Pues no lo piense más, ya sabe que somos amigos, si la gente
se entera siempre habrá alguien molesto con usted por no
haberlo elegido.
- Y si se los doy a usted todo será más discreto... ¿verdad?
- Así es.
- Entonces tómelos y haga con ellos lo que quiera.
- Muchas gracias, le juro que nunca olvidaré esto.
El dueño del hotel se fue corriendo gritándole a su esposa,
Eloise sonrió, Ephraim siempre sabía que hacer. Cuando aquel llegó
con su mujer le mostró los boletos.
- Mira querida. ¡Boletos para el torneo!
- ¿Como los conseguiste?
- Me los dió mi querida amiga Eloise… ¡y pensar que tú
querías sacarla de aquí!
- ¿Pero como?
- Seguramente se los envío Ragnar, el Comandante Supremo.
- Siempre dije que esa Eloise era una puta, sólo que no se metía
con nadie aquí porque iba tras un hueso más rico.
- Como sea, tenemos suerte, hay que tratarla muy bien, si le
siguen llegando regalos, seguro los compartirá con nosotros,
sus benefactores.
- Eso sí, en cuanto le manden otro regalo y lo comparta dile
que ya no es necesario que trabaje para nadie, nosotros nos
haremos cargo de ella. Pero ahorita hay que decidir que
haremos con los boletos.
- ¿Como que decidir? Iremos al torneo, seremos los más
envidiados del barrio.
- Pero podríamos conseguir mucho dinero vendiéndolos.
- Olvídate de eso, somos pobres pero no nos va mal, nunca nos
ha faltado el alimento ni hemos sufrido por cubrir nuestras
necesidades básicas, además, ya tenemos nuestra mina de oro,
convenceremos a Eloise de que Ragnar le compre cosas que
necesitemos.
- Bien pensando amorcito, ahora vengo, voy a ver si no se le
ofrece nada a mi querida Eloise.

Faltaban dos días para el torneo y Drake sentía que no


avanzaba gran cosa, después de la fiesta intentó utilizar la energía
elemental que le habían heredado sus maestros los venerables sin
éxito, sabía los fundamentos, pero no salió nada, pensó que quizá la
edad y sus lesiones al final los había enloquecido, sabía que era más
fuerte y rápido, pero cuando Connor y Rhiannon peleaban contra él
en serio le daban unas verdaderas palizas y ni siquiera utilizaban sus
armas.
Drake había aprendido a utilizar la espada, Connor era un
estupendo maestro, pero eso no era suficiente, estaba muy lejos de
estar al nivel de un guerrero de élite, ese día estaba practicando con
Astrid, Connor y Brachium, se encontraban en la escuela del Distrito
III, desde la muerte de los venerables él y Rhiannon se habían
mudado a los dormitorios del Instituto, como Libra era uno de los
participantes del torneo prefirió llegar unos días antes, se había
instalado en el departamento de Cross, Drake en ese momento estaba
peleando con Brach.
- Ya no puedo más…
- Esa no es una palabra que querrán escuchar los líderes de tu
distrito.
- Me retracto, ya no quiero pelear en el torneo.
- Eso es imposible a dos días del comienzo, levántate y
atácame, ahora ya no voy a ser tan blando…
- ¿Antes eras blando?
- Si, sólo te he estado golpeando, ahora te voy a atacar con
energía.
- No, espera...
Libra empezó a atacar a Drake con energía eléctrica, éste al
principio esquivó sus ataques y se fue acercando, pero de repente, un
rayo le cayó por la espalda, Connor se levantó.
- Tranquilo Brach, no es para tanto.
- El que se debe tranquilizar eres tú Connor, bien sabes que en
el torneo va a ser peor.
Connor se volvió a sentar, sabía que Libra tenía razón, pero
de pronto, observó que Drake estaba como si nada, el ataque no lo
había afectado, por el contrario, atacó a Brachium a una velocidad
increíble, los puños de Drake estaban emitiendo energía eléctrica,
empezó a tratar de golpear a Libra, éste al principio lo esquivó, pero
el ataque era cada vez más rápido hasta que lo impactó, el golpe
arrastró al miembro del Círculo tres metros hacia atrás, no lo tiró,
entonces Drake lo volvió a atacar.
Esta vez Libra lo intentó rechazar con viento, pero al igual
que con el ataque anterior no le afectó, en sus puños empezaron a
formarse un par de corrientes de aire en forma de torbellinos,
impactó a Brachium, al momento de tocarlo éste salió disparado
dando vueltas hasta que cayó al piso, todos se quedaron
sorprendidos, Drake siguió atacando, esta vez Libra lo sorprendió
con un ataque eléctrico mucho más potente, eso lo dejó fuera de
combate, minutos mas tarde Drake estaba despertando.
- ¿Que sucedió?
- ¿Estás bien? – preguntó Astrid.
- Si.
- ¿Sabes lo que acaba de suceder?
- Mas o menos, sentí que no me afectaban los ataques de Brach
y de alguna manera podía manejarlos, pero también se
apoderó de mí una furia que no podía controlar.
- Eso es normal, nos pasa a todos cuando descubrimos nuestro
poder elemental – dijo Libra –. Levántate e intenta volver a
crearlo.
- ¿Cual de los dos?
- El que sea.
Drake se concentró pero no salió nada.
- ¿Que sucede? ¿Por que no puedo?
- Vamos a hacer algo Drake, te voy a volver a lanzar un ataque
eléctrico y tú vas a recordar la sensación que te causa,
después, intenta reproducirla. ¿Estamos?
- Si, adelante.
Libra empezó a lanzar hacia Drake poder eléctrico, todos
notaron que no le afectaba.
- Ahora quiero que memorices la sensación que te está
causando. ¿Ok?
- Si, ya la siento.
- Ahora trata de reproducirla.
Drake empezó a crear energía eléctrica con las manos, en ese
momento Brachium dejo de lanzarle la suya, Drake todavía tenía la
energía en sus manos, se veía poderosa.
- Ahora intenta lanzarla.
Drake lo intentó, pero la energía se quedaba en sus manos.
- Desaparécela.
Las manos de Drake volvieron a la normalidad.
- Vuélvela a crear.
Esta vez Drake volvió a crear energía eléctrica sin ningún
problema, pero nuevamente no pudo lanzarla, se molestó y golpeó el
suelo, dejó un boquete de tres metros en la tierra.
- ¡Guau! – exclamó Astrid.
- Aquí hay dos situaciones Drake – explicó Brachium –. O con
el tiempo podrás lanzar ataques o este es tu poder y es muy
destructivo, eso lo veremos después, no hay problema con los
ataques a distancia, los podrás hacer a través de un arma,
como un trooper, pero no eres un trooper, puedes crear la
energía con las manos desnudas, sólo que no puedes arrojarla,
eso te convierte en un bérserker, felicidades.
- ¿Y ahora que sigue?
- Seguir probando, ahora te voy a lanzar un ataque de viento.
¿Listo?
Libra volvió a atacar a Drake y el resultado fue el mismo,
memorizó la sensación y pudo crear la energía de viento, pero sólo
en sus puños, no la pudo lanzar.
- Esto es serio y raro, Drake. ¿Te ha pasado algo anormal en
los últimos días? – preguntó Connor.
Drake les explicó lo que había sucedido con los venerables.
Libra asintió.
- Ahora entiendo, vas a tener que decirme quienes eran en
realidad tus maestros para ver que otras habilidades te
heredaron.
- El venerable Carsten era el FILO número ocho, Yngvar era el
FILO número dos, Oddvar era el guerrero del Círculo de
Virgo y Thorsten era el Arcángel Lahatiel.
Brachium empezó a repasar.
- Veamos, el FILO número ocho era Frey, el antecesor de
Astrid, ella maneja el viento, el FILO número dos sabemos
que es Ragnar, pero no conocemos su poder.
- Podía crear fuego – respondió Drake.
- Está bien, Virgo es una elementor, controla los elementos
psíquico y agua, su ascendente es la electricidad.
- El venerable Oddvar no manejaba energía psíquica, dominaba
el elemento hielo y el agua.
- Correcto, el ascendente es forzosamente el mismo, finalmente
el Arcángel Lahatiel era famoso, le decían “el fulgor de
Dios”, todavía cuentan las leyendas que era un maestro en
controlar los elementos metal y tierra, además de que todos
los Arcángeles controlan la energía psíquica. Drake, tus
maestros sabían lo que hacían, por lo que acaba de suceder ya
desarrollaste el poder del FILO número ocho y uno de los de
Virgo.
- Entonces… ¿que esperamos para ver si tengo los demás?
- Tranquilo, nosotros no podemos descubrirlo, Astrid controla
el viento y yo el viento y la electricidad, Connor no te puede
atacar porque su energía natural es muy peligrosa, Cross y
Elektra manejan la energía pura y Caris está en la misma
situación de Connor.
- ¿Que quieres decir entonces? – preguntó Drake molesto,
estaba demasiado emocionado con sus nuevos poderes.
- Que tendremos que esperar a que vengan los demás para
probar tus otras habilidades.
- No necesariamente – interrumpió Connor.
- Explícate – le contestó Brachium.
- No necesitamos a guerreros élite para que Drake pueda
descubrir sus habilidades y asociarlas en su cuerpo, en la
escuela tenemos guerreros de todo tipo que pueden
ayudarnos.
- ¡Perfecto! Astrid... ¿puedes hacerte cargo?
- Desde luego, traeré a los de más confianza, aunque lo mas
seguro es que mañana a esta hora todo mundo sepa de Drake,
el súper soldado.
Todos empezaron a reír, a Connor y Brachium les gustó el
sobrenombre, a Drake no le hizo gracia, Astrid llegó con seis
guerreros, uno de elemento tierra, otro de elemento agua, otro de
elemento fuego, otro de elemento hielo, otro de elemento metal y
otro de energía natural “por si las dudas”, con los primeros cinco
pasó lo mismo que con los elementos de aire y eléctrico, ninguno
afectó a Drake y aprendió a crearlos pero no pudo lanzarlos, en
cuanto a la energía natural, esta le afectó inmediatamente, sintió
dolor, “por no dejar” Libra hizo que atacaran a su compañero con esa
energía seis veces más hasta que Drake se quejó que no era divertido
y Connor y Astrid dejaron de reír, entonces Brach continuó con sus
conclusiones.
- Después de todas las pruebas realizadas, salvo la psíquica que
la realizaremos con Acuario y Michelle, hemos deducido que
manejas todas las energías elementales, agua, aire, tierra,
fuego, hielo, metal y electricidad; el agua y el metal te sirven
como defensa, las demás como ataque y la tierra en ambos
sentidos, en un principio tampoco te afecta el poder cuando
no es letal, pero si te atacan con cualquier energía en extremo
puedes resultar herido, asimismo, al parecer tu rango de
alcance son treinta centímetros partiendo de tus manos, esto
no es definitivo, se verá con el tiempo, mientras, necesitarás
una espada para poder lanzar ataques a distancia, por ahora te
recomiendo que no te emociones y quieras controlarlos todos,
deberías concentrarte únicamente en un poder defensivo y
uno ofensivo para el torneo, después ya podrás con calma
entrenar para dominarlos todos.
- Lo que dice Brach me parece sensato Drake.
- A mi también Connor. ¿Cuanto tiempo crees que me tome
controlarlos todos?
- A un guerrero normal un año de duro entrenamiento, a ti que
eres cabeza dura pero te esfuerzas y trabajas sin descansar…
como dos años.
- ¿Qué?
Brach estaba riendo.
- Yo diría que hasta tres.
- No le veo la gracia.
- Ya basta ustedes dos, siempre se andan burlando de Drake,
mejor vámonos y deja a estos pesados.
Astrid tomó a Drake por el hombro y se alejó con él, sólo
volteó para sonreír a los que quedaban y sacarles la lengua.
- ¿Como lo ves Connor?
- Va a estar bien, esto nos beneficia a todos, ese chico es un
cabeza dura y se iba aferrar a pelear, ahora podremos hacer lo
nuestro sin preocuparnos por él.
- Así es, siempre pensé que ese muchacho era algo especial,
pero debe tener cuidado con el empleo de sus habilidades y
con quien combate, aunque maneja todos los tipos de energía
elemental es un novato en su empleo, un guerrero élite que
controle bien su elemento puede matarlo.
- Lo sé. Será mejor que lo pongamos a entrenar sin descanso.
¿Te parece?
- Me parece – respondió Libra sonriendo.
CAPÍTULO 9
EL TORNEO

Finalmente llegó el día del torneo, las personalidades más


importantes y destacadas de todos los distritos estaban presentes, los
Delegados, políticos importantes, Argento Riazor, había miembros
de los grupos élite del Distrito I y II, por parte de la Legión de los
Iluminados estaban Gabriel, el Delegado del Segundo Distrito; Uriel,
el Comandante Supermo; Rafael, el líder de la Legión de los
Iluminados y la Santa Trinidad, Pariel en su calidad de participante
con Ariel y Chitriel como refuerzos, Rafael y la Santa Trinidad
viajaron en el helicóptero de Pariel con el otro combatiente de ese
Distrito, Fenrir.
Por el Círculo del Zodiaco se presentaron Cáncer en su
calidad de Delegada del Distrito I, Capricornio como la Comandante
Suprema, Sagitario como la líder del Círculo, Tauro como líder
Estudiantil, Titán y Libra como participantes, así como Hermes,
Acuario y Piscis en su calidad refuerzos.
El Distrito III por ser el organizador había invitado a toda la
clase política de la circunscripción, el lugar se dividió en tres partes
para evitar confrontaciones, la más grande era la del distrito anfitrión,
en la sección principal se sentaron los Delegados con sus consejeros
personales, el Regente del Distrito Comercial con su esposa, que
tenía el cargo de su consejera, guardaespaldas y además era la
Directora de la escuela superior del distrito anfitrión, también se
encontraban en el palco principal los Comandantes Supremos de los
Tres Distritos, Argento Riazor, así como los representantes de la
Ciudadela: los Comandantes conocidos como Armagedón y
Apocalipsy, también estaban presentes representantes de la capital y
provincias de Boleria que acudieron previa invitación a ver el evento
y Eloise…, Ragnar había enviado por ella al hotel, sin duda era la
mujer más guapa de esa sección, todos los caballeros la llenaban de
atenciones.
En cuanto llegó Michelle fue abordada por Connor, le contó
lo que había sucedido con Drake y le pidió si tenía tiempo que
probara sus poderes psíquicos en él, esto para que Drake estuviera lo
mejor preparado posible.
- Está bien, pero yo sólo manejo un tipo de energía psíquica,
hay varios.
- Lo sé, pero nada perdemos con intentar, me preocupa Drake.
- A mi también, pero tengo una mejor idea, trae a Drake y los
veo en el área de los combatientes.
Connor fue por Drake y se encaminaron al área de los
combatientes, se encontraba en la parte lateral de la arena, era una
entrada pequeña, se subían unas escaleras y se llegaba a un cuarto
amplio con un balcón que daba a la arena, al lado del balcón había
otras escaleras para bajar directamente al área de combate, cuando
Michelle llegó ya la estaban esperando.
- Connor, Drake, les presento a mi amigo el Arcángel Rafael.
- Mucho gusto muchachos, he escuchado mucho de ustedes.
- El gusto es nuestro – contestó Connor.
- Es un honor conocer al líder de La Legión de los Iluminados
– completó Drake.
- Miren chicos, traje a Rafael porque él puede decir si es que
Drake tiene algún poder psíquico, así no estamos probando ni
lo lastimamos. Rafael... ¿podrías?
- Será un placer, acércate Drake.
Rafael tocó la cabeza de Drake y minutos después les dijo el
diagnóstico.
- Efectivamente, Drake tiene dos tipos de poder psíquico pero
ninguno es ofensivo, no los puede usar para atacar, uno lo
protege de ataques alucinatorios y de los que privan los
sentidos, pero es vulnerable a los demás ataques, como los
que te causan dolor o los que pueden mover tu cuerpo, el otro
es más poderoso, Drake es una fuente de poder humana,
puede ampliar el rango de alcance y poder de alguien más que
utilice la energía psíquica.
- Eso es lo que queríamos saber, muchas gracias Rafael – le
agradeció Connor.
- A sus órdenes chicos.
Drake y Connor se disculparon y retiraron, todavía tenían
cosas que hacer, mientras Michelle acompañaba a Rafael a su área
comentaban acerca de Drake.
- Ese chico recién ha adquirido unas facultades impresionantes.
- Me alegro, de por sí ya era especial.
- Y que lo digas, cuídenlo mucho, hacen falta personas como él
para el movimiento que piensan iniciar.
- Lo sé.
- Hablo en serio, ese chico va a jugar un papel determinante…
- Si es así me alegro, Drake siempre sabe que es lo correcto, a
propósito Rafael... ¿ya pensaste que es lo que vas a hacer
cuando todo inicie?
- Si, voy a ver como se desarrollan las cosas y entonces tomaré
una decisión.
- ¡No juegues conmigo! Eso no es saber que vas a hacer, eso es
darme por mi lado.
- ¿Soy bueno verdad?
- Demasiado.
Cuando llegaron al área destinada a la clase élite del Segundo
Distrito, Michelle se despidió de Rafael dándole un beso en la
mejilla.

Ragnar no sólo era el encargado de la seguridad, también por


ser el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas del Tercer
Distrito sería el anfitrión y árbitro de los encuentros, Athena en su
calidad de líder de los guerreros élite de su Distrito y del Consejo
Estudiantil se convirtió en la anfitriona y recibió a las personalidades
y guerreros de los otros Distritos, cuando iba camino al lugar en
donde se encontraban los participantes se cruzó con Ragnar, ni
siquiera volteó a saludarlo.
- Athena... ¿que sucede?
- Nada, sólo que tengo prisa.
- Necesito hablar contigo.
- Yo no tengo nada que decirte ni escucharte.
- ¿Por qué? ¿Que pasó?
- Que ya sé que trabajas para la Ciudadela.
- Eso lo puedes poner entre comillas, desde la guerra no pongo
un pie en ese lugar.
- Me engañaste Ragnar, sólo me sacaste información para
nuestros enemigos.
- Yo nunca te he engañado Athena.
- ¿No? Entonces me puedes explicar... ¿quien es el FILO
número dos?
- Eso no es engañarte, simplemente no tenia nada que ver con
nuestras pláticas.
- Así lo ves tú, yo lo veo diferente.
- Por favor Athena, necesito saber que hicieron con respecto a
Fenrir, es muy peligroso que esté aquí.
- Por eso no te preocupes, ya está resuelto.
- Dime cómo por favor, no puede haber errores.
- ¿Y a ti que te importa si de todas maneras eres neutral?
- No lo soy desde el momento que he compartido información
contigo, estoy con ustedes y los protegeré mientras pueda, lo
que no he decidido es si voy a pelear.
- Gente que te conoce nos ha advertido sobre ti.
- Es comprensible, ya te había dicho que yo combatí
activamente en la pasada guerra del lado de la Ciudadela, eso
siempre lo supiste, cualquiera que me haya conocido sabe con
quien estuve y mi papel en ese conflicto.
- No lo sé, prometí no decir nada.
- Athena, siempre ha habido confianza entre nosotros, por
favor no me la quites en el momento más decisivo, te juro por
mi espada que no te voy a decepcionar, dime como arreglaron
lo de Fenrir.
- Me estoy jugando la confianza de mis compañeros.
- Lo sé, pero te juro que no hay nada en peligro, yo no soy un
traidor.
- Está bien, Michelle cambió a los participantes de su Distrito,
serán Chitriel y Ariel, su reglamento le da esas facultades.
- ¿Y cuando lo harán público?
- En cuanto inicie el evento.
- ¿Sabías que por regla del torneo no puede haber cambios
cinco horas antes del evento?
- Eso es imposible, el torneo empieza en media hora.
- No lo es, las reglas se las enviaron en secreto a los Delegados,
éstos no se las hicieron llegar a ustedes.
- Todo el plan…
- No te preocupes, yo me encargo. ¿Quien tiene el documento
original con los fundamentos y motivos del cambio, así como
con la firma autógrafa de Pariel?
- Yo lo traigo.
- Dámelo.
Elektra dudó, ese documento era demasiado importante.
- Athena no hay tiempo, decide ahora si me lo das o vas y les
dices a todos que su plan falló.
- Ten, confío en ti, por favor no me falles.
- No lo haré.
Ambos se fueron por su lado, Elektra se dirigió al área de los
participantes, ahí la esperaba Caris, dentro estaban Drake, Loki,
Libra, los gemelos, así como Michelle con Chitriel y Ariel, ésta les
había pedido que la acompañaran por si algo sucedía, al principio no
querían estar en el área de los participantes, pero cuando Pariel les
dijo que los gemelos estarían ahí aceptaron. Arlés se encontraba en
una esquina, traía puesta una gabardina con capucha que usaban los
bérserkers, parecía meditabundo y no hablaba con nadie, Cástor se
había acercado a él pero le dijo que lo dejara en paz y se colocó la
capucha, mencionó que no quería ser molestado, Loki estaba
divertido, su rival estaba nervioso, eso le convenía.
La líder de la escuela superior del Tercer Distrito y Caris
entraron con los participantes.
- ¿Están todos listos? – Athena observaba a todos los presentes
–. La presentación será en cualquier momento.
- Listos Elektra… ¿a que hora salimos a la presentación? –
preguntó Michelle.
- En este momento los que quieran, ya los irán nombrando,
Caris se quedará para lo que se necesite.
- ¿Por qué Caris? ¿Donde estarás tú?
- En las tribunas.
- ¿Por qué ahí?
- Para reforzar la seguridad.
- ¿En que tribunas?
- No lo sé, en todas supongo.
- Caris... ¿en donde iba a estar Cross?
- Cuidando las tribunas de su distrito…
- ¡Aja! Te vas para estar con Cross.
- No, tengo que ver la seguridad.
- Que lo vea alguien más, tu lugar es aquí con los participantes.
- Yo puedo ir si quieres Elektra – se ofreció Caris.
- ¡No! – gritaron Athena y Pariel al mismo tiempo.
- Pues aunque no te guste voy a ir – afirmó Athena.
- No si me interpongo – le contestó Pariel colocándose en la
puerta.
- Quítate Michelle.
- No.
- Que te quites te digo, además, siempre dices que no te gusta
Cross.
- Y no me gusta, pero tu lugar está aquí con los participantes.
- No seas ridícula.
- ¡YA BASTA!
Todos en la habitación voltearon a ver a quien gritaba, los que
conocían a las chicas sabían que todo el tiempo peleaban por Cross,
los que no, estaban divertidos viendo la escena, pero el grito de Caris
los sorprendió.
- Ya me tienen harta las dos, dejen a Cross en paz, él es mi
prometido ¿entienden? Mi pro-me-ti-do, así que ni se les
ocurra intentar algo porque se las verán con Caribdis, Cross
prometió casarse conmigo y así va a ser, les sugiero que
vayan pensando en otra persona para que se peleen porque
Cross es mío.
Caris salió del área empujando a Elektra y a Michelle que se
encontraban en la puerta, al salir dio un portazo, iba hecha una furia,
las chicas que peleaban estaban perplejas, Elektra habló para romper
el silencio.
- ¡Que pesada! No era para tanto…
- Por lo menos ahora no te queda de otra más que
acompañarnos amiga – le comentó Michelle.
- Supongo que sí, además, ya está empezando la ceremonia,
salgan para que los vean.
Los guerreros participantes salieron a un pequeño balcón para
que los vieran, el público estalló en aplausos, entonces Ragnar
continúo con su papel, Athena estaba demasiado nerviosa, no quiso
decir nada de su encuentro con Ragnar, cuando Pariel le pidió el
documento dijo que lo había extraviado, Michelle no pudo hacer una
de sus escenas porque todo mundo la estaba observando, sólo le dio
un tremendo pellizco a su amiga.
Ragnar seguía con su discurso.
- Ahora vamos a mencionar a los combatientes de las distintas
demarcaciones, por el Primer Distrito pelearán dos
representantes del Círculo del Zodiaco, el guerrero de Libra y
Titán de Géminis, por el Segundo Distrito pelearán…
- ¡Momento! – gritó Michelle –. En mi calidad de representante
de la escuela superior del Segundo Distrito, informo que
hemos cambiado a nuestros combatientes, en vez del FILO
número diez, Fenrir, peleará el Arcángel Ariel y en mi lugar
peleará el Arcángel Chitriel.
Se empezaron a escuchar comentarios por toda la arena,
inmediatamente el Arcángel Uriel le habló directamente a Pariel:
- Disculpa, pero yo no he recibido ninguna notificación.
Ragnar no dijo nada, al ver eso Athena se quedó fría, Pariel y
Uriel siguieron discutiendo:
- Lo estoy notificando ahora.
- Pero la petición lleva un formato.
- Aquí traigo una copia, mi firma autógrafa le da validez.
- Pero hay otra regla, la solicitud se debe presentar cinco horas
antes del evento.
- Eso no es cierto...
- Si lo es, se le enviaron las reglas a todos los distritos.
- A mi no me llegó nada…
- Se les mandó a los Delegados.
Entonces intervino el Delegado del Segundo Distrito:
- Es cierto, aquí tengo las reglas, la solicitud es extemporánea.
Michelle estaba sin habla, todos los miembros de la rebelión
se prepararon para pelear, ya no había marcha atrás, Elektra sólo veía
a Ragnar con ojos de tristeza, en eso, el Comandante del Tercer
Distrito habló:
- Si me permites Uriel (entre guerreros del mismo nivel se
hablaban de tú sin mencionar el rango si así lo decidían), aquí
tengo la solicitud original de Pariel, me fue entregada a
tiempo.
- Pero que dices…
- Aquí está, tiene sello, fecha y hora de recibido.
- Pero tú no sabías…
- Si lo sabía, pero ya conoces a Pariel, le encanta el
protagonismo y se me adelantó.
- Aún así Ragnar, ni el Segundo Distrito, ni la Legión de los
Iluminados aceptan los cambios.
- Lo siento, pero como dijo Pariel, el torneo es de escuelas y en
ese sentido ella es la autoridad en este momento.
- Además tu petición debió presentarse antes de cinco horas –
dijo Michelle en tono de burla.
Uriel estalló furioso por el comentario de Pariel.
- Tú cállate que serás castigada, aprenderás por la fuerza a ser
sumisa, en cuanto a ti Ragnar, todo queda como estaba…
¿entendido?
Ragnar volteó a ver a Uriel y se llevó la mano a la espada.
- Cuida tu tono conmigo, Uriel, o te corto la lengua, te perdono
sólo por hoy porque soy tu anfitrión, pero espero que
muestres educación y te disculpes conmigo por la manera en
que me acabas de hablar.
Uriel estuvo a punto de aceptar el reto de Ragnar pero Gabriel
lo detuvo.
- Supremo Comandante, esto es algo inesperado y como lo dijo
Uriel nosotros no lo aceptamos, pero las reglas ya están
establecidas, todos estuvimos de acuerdo que usted fuera el
árbitro de éste torneo y aceptamos su fallo, le ofrezco una
disculpa a nombre de Uriel y Pariel, espero que la acepte,
ambos son de carácter especial pero su intención jamás fue
ofenderlo, quisiera si es posible que continuemos con el
programa.
- Disculpa aceptada Delegado y le ofrezco también la mía a
Uriel por la forma en que contesté, ahora continuemos...
Uriel se sentó, pero cruzó una mirada asesina con Ragnar,
como contrapartes que eran se odiaban, ambos eran los máximos
responsables de los ejércitos de sus respectivos Distritos, pero era
más fuerte el odio de Uriel ya que siempre Ragnar lo había vencido,
eso era lo que más le molestaba al Arcángel, el motivo era que la
historia colocaba a su contraparte por encima de él, todos sabían que
aunque en la pasada guerra el pueblo apenas conoció a Ragnar, en la
Ciudadela y los sitios de poder se sabía que el ahora Comandante del
Distrito III fue el gran héroe que decidió la guerra y no Leviatán,
además, durante todo el tiempo que siguió después del
levantamiento, el FILO número dos había establecido al ejército del
Tercer Distrito como el más poderoso y eso sin contar con un grupo
de guerreros élite reconocidos como El Círculo o La Legión.
Y ahora lo volvía a vencer, eligiendo a los participantes de su
propio distrito, sin contar que también lo derrotó en educación,
mientras él quedó como un cretino por no disculparse, Ragnar quedó
como un caballero, pero Uriel no era el único molesto, una sombra
esperaba el momento oportuno para conversar con Ragnar quien
seguía hablando, mientras, la sombra desapareció, tenía cosas que
hacer.
- Bueno, después de la confusión seguimos con el programa,
sólo imagínense amigos, si así estuvo la presentación... ¡como
estarán los combates! – El público aplaudió la ocurrencia de
Ragnar y se relajó el ambiente –. Por el Segundo Distrito
pelearán las Arcángeles Chitriel en lugar del FILO número
diez, Fenrir y Ariel en lugar de Pariel; y finalmente por el
Tercer Distrito pelearán el FILO número seis, Loki y Drake
Avalon.
Mientras Ragnar hacía los anuncios en el área de los
participantes la discusión estaba al máximo Pariel hablaba con
Athena.
- ¿Que sucedió ahí Elektra? ¿Tú sabías lo de la regla?
- No, nadie sabía.
- ¿Entonces?
- Cuando venía para acá me encontré a Ragnar, me explicó lo
de la regla y me pidió el documento, dijo que él lo arreglaría.
- Pero habíamos dicho que él no era de fiar…
- Michelle, acaba de salvar la misión.
- Tienes razón, luego discutimos eso.
Mientras las dos amigas seguían hablando Chitriel se acercó a
Michelle.
- ¿Me permites un momento Pariel?
- Si, vamos para allá – Michelle señaló una esquina que estaba
desierta.
Una vez que se alejaron Chitriel empezó a reclamar:
- ¿Me podrías decir que es lo que sucede?
- Lo que escuchaste, sucede que ni Fenrir ni yo vamos a pelear.
- Eso no me importa, tú bien sabes que si nos hubieran
preguntado Ariel y yo nos hubiéramos ofrecido, lo que me
molesta es que no confíes en mi.
- Tienes razón y me disculpo, ahora voy a confiar en ti, ya me
darás o no la razón y me dirás si hice bien o mal.
- Te escucho.
Michelle le volvió a mentir a su amiga, sabía que ella estaría a
muerte con la Legión por encima de cualquier cosa.
- Tú conoces los lazos de amistad que hemos forjado entre los
estudiantes élite de las tres escuelas, no vamos a permitir que
nos obliguen a destruirnos entre nosotros, este torneo es una
estrategia para debilitarnos y lo sabes bien, te ordenaron
firmar el memo de combate porque Arlés y yo somos los más
apegados a los demás estudiantes.
- ¿Entonces me embarcaste a mí para pelear a muerte? ¡Que
buena amiga eres!
- Escucha lo que te estoy diciendo y luego reclamas, no va a
haber tal combate, al sustituirme tu pelearás con Titán, no
pongas esa cara, solo fingirán, alguien va a poner un escudo
entre ustedes, ninguno de los dos saldrá dañado, sólo tienen
que actuar.
Chitriel volteó a ver a Titán, éste le sonrió y le levantó el
dedo pulgar de su mano derecha.
- En eso tienes razón, no quiero pelear con Titán y no porque le
tema, pero… ¿que va a pasar con Ariel?
- Ella tendrá que pelear, mírala…, ni siquiera se ha enterado de
nada, se está besando con Hermes.
- Aún así es nuestra amiga, no es justo…
- Es que no te he dicho quien será su rival, peleará con Loki…
- Genial, odio a ese maldito misógino, será mejor no decirle
nada de esto a Ariel y que haga lo suyo, después la
pondremos al tanto.
- Me parece bien.
Cuando Pariel y Chitriel le comentaron a Ariel el cambio de
los participantes, repondió con un desinteresado “está bien”, de
todas formas ella se hubiera ofrecido a pelear desde un principio,
pero cuando le dijeron quien seria su oponente sonrió.
Mientras tanto, afuera Ragnar estaba anunciando el primer combate.
- Entonces, para el primer combate solicitamos la presencia del
Arcángel Ariel y el FILO número seis, Loki.
Ambos contrincantes bajaron a la arena del balcón que se
encontraba a seis metros del suelo de un salto, Ragnar explicó las
reglas:
- Ariel y Loki, el combate es hasta que uno de los dos se rinda
o ya no pueda combatir, inicien...
Mientras se desarrollaba el combate entre Loki y Ariel, Yago
estaba desplegando a las tropas rebeldes en lugares estratégicos, eran
sólo unos pocos, pero si todo salía como esperaban causarían un gran
daño a la Ciudadela con muy pocas bajas de su lado o con mucha
suerte ninguna, los demás guerreros estaban ganando posiciones de
ataque, Acuario y Piscis en la zona del Primer Distrito, Brahma y
Rhiannon en la zona del Tercer Distrito, Freya y Athena en la zona
del Segundo Distrito, Cross estaría en las gradas utilizando su escudo
de energía pura para proteger a Chitriel y Titán o Libra y Drake
según el caso, Caris cuidaría a Cross, Hermes y Libra defenderían a
Fenrir, Titán, Pariel y Drake serían apoyo.
En la arena el combate estaba llegando a su final, Loki había
desenfundado a la espada sagrada Arondight, era un báculo de dos
metros de largo, que cuando se desenfundaba se convertía en una
enorme espada cuya hoja se desdoblaba por mitad, por su parte, Ariel
había invocado a su energía natural más poderosa: la Esfinge, un
monstruo con cabeza de mujer, cuerpo de león y alas de ave, ambos
se lanzaron al ataque y se golpearon con su poder, después del primer
contacto, Ariel estaba lista para un segundo ataque, pero en ese
momento Loki estaba sangrando y de rodillas, levantó la mano y
dijo:
- Me rindo.
En el palco principal Ragnar señaló al vencedor.
- El ganador del primer combate por rendición del oponente es
la Arcángel Ariel, conocida como "el león de Dios".
Todos los espectadores del Segundo Distrito estaban felices,
lanzaban vivas y cánticos de victoria, en cambio, la gente del Tercer
Distrito estaba sumamente deprimida, se había corrido el rumor de
que su principal guerrero era Loki, el otro, Drake, sólo iba de adorno,
no pertenecía a ningún sitio de poder, ni siquiera era un bérserker,
por otro lado, en el palco principal había rostros de decepción, Ariel
también estaba desilusionada, sabía que Loki podía dar más pero no
le importó, lo que le correspondía a ella era buscar la victoria, Ragnar
siguió en su papel.
- Ahora seguiremos con el siguiente combate, serán…
Antes de que terminara de hablar Apocalipsy se acercó a él y
le dijo algo al oído, Ragnar lo volteó a ver extrañado.
- ¿Acaso se han vuelto locos?
- Haz lo que se te ordena.
- ¿Quien me lo ordena imbécil?
- Leviatán.
Al escuchar ese nombre Ragnar supuso lo peor, volteó a ver
al lugar de los Comandantes y ya no estaba Armagedón.
- ¿Con que el gobernador eh? Está bien, por cierto… ¿a donde
se fue tu novio?
El comentario hizo enfurecer a Apocalipsy pero no hizo nada,
sólo le respondió a Ragnar sin inmutarse:
- Ese no es tu problema, sólo haz el anuncio.
- Por el tono de tu voz hasta parecería que ya eres hombrecito,
recuerda que tanto aquí como en el campo militar mi rango es
superior al tuyo, ya veremos si te comportas igual cuando te
visite en la Ciudadela.
- Con mucho gusto, todos esperan una visita tuya, será un
honor recibirte.
Apocalipsy se retiró y se sentó en su lugar, ni siquiera volteó
a ver a Ragnar, este hizo el anuncio que le ordenaron.
- Amigos que nos visitan, se me ha informado que ha cambiado
el formato de combate, como la Ciudadela quedó inconforme
por la forma tan ruin y cobarde con la que se retiró Loki,
ahora los combates serán hasta que uno de los combatientes
no pueda continuar a juicio de un médico de la Ciudadela o
hasta la muerte.
Nuevamente el cambio generó rumores, Loki al escuchar las
palabras de Ragnar se enfureció y salió del área de los combatientes,
a la salida se cruzó con Armagedón, ninguno de los dos hizo caso del
otro, más adelante una sombra le habló:
- Hiciste bien tu trabajo Loki, serás recompensado.
- Más les vale, me molestó perder a propósito y después aquel
imbécil me dejó en ridículo ante todo el mundo.
- No te preocupes por eso, pronto todo el mundo te reconocerá,
sólo ten paciencia, escogiste el lado correcto, ya tendrás
oportunidad de demostrar tu verdadero poder, a propósito…
¿y Fenrir?
- Sigue adentro, tu criado no le ha quitado el ojo de encima.
- Está bien, por el momento no te necesitaremos, pero mantente
visible.
La sombra dejó a Loki y regresó a su lugar en el palco
principal, el papel de ese misterioso personaje en las afueras de la
Ciudadela era primordial, él era quien movía los hilos de todo lo que
pasaba afuera y a su vez era el enlace entre las plantas superiores y el
área del Cinturón del edificio principal, cuando escuchó del cambio
de combatientes del Distrito II, inmediatamente cambió las reglas y
le dio instrucciones a los Comandantes de la Ciudadela, después le
hizo señas desde su lugar a Loki para que lo viera a la salida de la
habitación de los peleadores, ahí le ordenó que se dejara vencer.
Loki no estuvo de acuerdo pero acató la orden, la sombra
también seguía una estrategia, si los rebeldes cambiaban los
acontecimientos, él podía cambiar las reglas, lo de Fenrir ya estaba
pactado, ni Loki sabía que Gabriel y Uriel lo ayudarían con su poder
psíquico, el triunfo estaba asegurado, ahora obligaría a los
concursantes a matarse, después, asesinarían a Fenrir y capturarían a
Escorpión.
En la arena Ragnar estaba a punto de nombrar a los siguientes
peleadores pero Titán saltó al ruedo.
- Si no les importa me gustaría pelear de una vez, esto del
cambio de reglas me puso nervioso.
Ragnar volteó a ver a los Delegados.
- Si los Delegados no tienen inconveniente…
Los Delegados se consultaron mutuamente, habló el anfitrión.
- No, no lo tenemos.
- ¡Entonces por lógica me imagino que yo seré tu oponente
guapo! – gritó Chitriel, quien entraba a la arena por las
escaleras.
Ragnar continuó:
- Para el segundo combate pelearán representando al Segundo
Distrito el Arcángel Chitriel y representando al Primer
Distrito el Guerrero de Géminis, Titán, recuerden chicos que
la batalla es hasta que uno de los dos no pueda médicamente
continuar o fallezca.
Comenzó el combate, Titán desenfundo su enorme espada
Zweihandler y atacó a Chitriel, cuando estuvieron lo suficientemente
cerca la Arcángel le comentó al mellizo:
- Espero que su plan funcione, no quiero matarte.
- No te preocupes, confío en mi gente.
Inmediatamente después, Titán lanzó un golpe con su
Zweihander, Chitriel lo esquivó, pero la onda de viento que le siguió
la golpeó de lleno en el abdomen, la Arcángel salió volando, pero no
sintió ningún dolor, aterrizó en el pisó y se tocó la zona golpeada,
estaba ilesa, “ya entiendo” murmuró y se lanzó en contra de Titán,
así comenzó un combate feroz.
En las gradas Cross estaba recibiendo todos los impactos con
su escudo de energía elemental, tenía que concentrarse al máximo, lo
desplegaba milésimas de segundo antes de que el impacto golpeara a
cualquiera de los dos peleadores, Caris estaba a su lado.
- ¿Por que saltó Póllux a solicitar pelear?
- Para proteger a los demás, si algo sale mal tendrá que pelear a
muerte, además, la arena es el lugar más vulnerable donde se
puede ser atacado.
- ¿Todos ustedes son así... verdad?
- ¿Como?
- Arriesgan sus vidas para proteger a sus compañeros.
- Así es, a lo largo de nuestra existencia hemos tenido muy
pocos amigos, valoramos a los que tenemos.
Caris tomó la mano de Cross, recordó como había sido su
vida antes de conocerlos.
- Te prometo que nadie llegará a ti.
- Lo sé.
El combate entre Titán y Chitriel se seguía desarrollando, era
cruel y espectacular, Cross con la mirada le dijo a Titán que ya no
podía seguir protegiéndolos, en ese momento Titán se acercó a
Chitriel y le susurró:
- El próximo ataque es el último, ya no nos pueden seguir
protegiendo, vas a caer y te vas a rendir.
- De ninguna manera, hazlo tú.
- Quisiera bonita, pero si hago eso te van a obligar a matarme o
te acusaran de traición y aquí mismo te destruirán, nosotros te
metimos en esto y nosotros le haremos frente, tú quedarás
liberada.
- Pero no es justo, ustedes tienen razón, nos quieren destruir,
cambiaron las reglas para que nos matemos, ustedes me caen
bien, tú me caes mejor, no quiero hacerles daño.
- Lo sé y ya tendrás la oportunidad de demostrarlo, ahora por
favor haz lo que te digo.
- Está bien.
- A propósito, te va a doler un poco…
Chitriel no tuvo tiempo de contestar, Titán ya se había puesto
el guante metálico de la mano derecha y había cubierto todo su brazo
con su armadura de acero, golpeó a Chitriel y la explosión que
generó el golpe destrozó el escudo de Cross, alcanzó de lleno a
Chitriel y la estrelló contra el muro, esta alcanzó a liberar su energía
natural, un monstruo llamado Arpía, una criatura que tenía el rostro
y el pecho de una mujer, el resto del cuerpo era de un águila, eso
contuvo el impacto, pero por la fuerza del golpe la criatura mítica
desapareció, Titán se acercó a ella con la intención de volver a
atacarla, Chitriel exclamó:
- No puedo más, me rindo.
Toda la gente de la arena guardó silencio, esperaron el
veredicto del palco, esta vez fue Apocalipsy el que habló:
- Eso no es aceptable, si tiene fuerza para rendirse, tiene fuerza
para seguir peleando, Titán, acaba con ella.
Titán volteó a ver al palco y en específico a Apocalipsy, le
sonrió y contestó:
- No, ya se ha rendido, gané el combate.
- Esas no son las reglas, tienes que matarla.
- Esto es lo que pienso de tus reglas. –Titán le mostró el dedo
medio a Apocalipsy, este furioso gritó:
- ¡Soldados apunten!
De repente aparecieron militares por todas partes, los
primeros cuatro niveles de todas las secciones de la arena ya se
habían llenado de guerreros de la Ciudadela, se habían estado
movilizando, la gente había sido relegada a los últimos asientos,
entre ellos estaba el dueño del hotel donde trabajaba Eloise, estaba
muerto de miedo y maldiciéndose por no haber vendido sus boletos,
también rodearon a Cross, los palcos donde estaban los invitados de
honor de los tres Distritos fueron respetados, Apocalipsy volvió a
gritar:
- Mátala o muere, en tu estado no aguantaras una ráfaga de
disparos de esta magnitud.
Titán le susurró a Chitriel:
- Mira preciosa, cuando empiecen a disparar Athena vendrá por
ti.
- ¿Y tú?
- No te preocupes, mi armadura no se romperá, no me harán ni
cosquillas.
Titán nuevamente volteó a ver a Apocalipsy, guardó su
Zweihander en la funda que traía en su espalda y enfrente de él se
colocó el guante del brazo izquierdo, éstos se abrían por la mitad y se
abrochaban lateralmente, el gemelo mayor los guardaba en un par de
fundas que tenía en los costados a la altura de los muslos, una vez
que se armó, le gritó al Comandante del ejército de la Ciudadela:
- ¿Te dices Comandante y me gritas desde lo alto? Haz lo que
quieras maldito cobarde, no te tengo miedo.
Apocalipsy se puso rojo del coraje, ese mal nacido infante lo
estaba insultando enfrente de todo mundo, a él, que estaba en lo más
alto de la clase que dominaba al estado, entonces gritó:
- ¡Fuego!
En ese momento empezó todo, Athena bajó y protegió a
Chitriel, convirtió todas las ráfagas de plomo en energía pura y
después se las regresó a sus agresores, Cástor lanzó a Michelle del
palco de combate a la parte de las gradas asignadas al Distrito II para
que ocupara el lugar de Elektra y junto con Freya, arrasaron a todos
los soldados de esa zona, Titán corrió hacia Apocalipsy en un claro
reto, ni siquiera había activado su máxima armadura, con su
armadura natural la metralla no le hacía ni cosquillas, Apocalipsy
aceptó el reto y bajó a la arena, Dorian quiso bajar a pelear pero
Riazor lo detuvo y ambos se retiraron. Mientras, en las zonas de los
Distritos I y III pasaba lo mismo que en la del II, Acuario y Piscis en
el sector del Primer Distrito, así como Brahma y Rhiannon en el del
Tercer Distrito, arrasaron con el ejército.
Al mismo tiempo, en la zona de los contendientes, los
militares volaron la puerta de la entrada, apareció Armagedón y
preguntó al lacayo que estaba sirviendo a los peleadores en donde
estaba Fenrir, éste señaló a un sujeto que estaba sentado en una
esquina con una capucha en la cabeza.
Armagedón lo levantó, en cuanto vio su rostro supo que no
era Fenrir, estaba inconsciente, al sacudirlo este despertó y se reportó
como un soldado, dijo que lo habían golpeado y no supo más,
Armagedón le rompió el cuello, después preguntó al lacayo que
había pasado, él le aseguró que ese era Fenrir, lo vio personalmente
cuando entró, tenía la capucha abajo, después no le quitó el ojo de
encima, estaba tan conmocionado como el Comandante, no entendía
cómo lo habían engañado, Armagedón también lo mató, en la
habitación sólo quedaban él, sus soldados, Hermes y Libra.
- Ustedes van a explicarme que pasó aquí.
Hermes con el cinismo que lo caracterizaba le respondió:
- ¿Que explicación es la que quieres?
- Que me digan en donde esta Fenrir.
- No lo sé.
- ¿Cómo que no lo sabes?
- Ese no era mi trabajo, me imagino que era el de esos pobres
infelices que acabas de matar.
- Considérense arrestados, ya veremos si después de una sesión
de tortura conmigo no hablan…
- Tu respuesta suena lógica y hasta contundente, ya me dio un
poco de temor, sólo tengo una pequeña pregunta. ¿Quien va a
ser el imbécil que se atreva a arrestarme? ¿Acaso serás tú? –
Castor señalaba a Libra.
- De ninguna manera, el loco eres tú, no yo, me imagino que el
imbécil ha de ser ese viejo y sus soldaditos –contestó Brach.
- Entiendo… ¿que te parece si yo me encargo del viejo y tú de
los soldados?
- Te diría que no es justo, pero no tiene caso discutir contigo.
Armagedón estaba furioso, esos chicos hablaban como si él
no estuviera ahí, atacó a Libra que era el rival más cercano, costoso
error, Hermes se le acercó a una velocidad impresionante y lo golpeó
en el rostro, el impacto lo derribó.
- Te dije que tu rival era yo.
Inmediatamente después Libra atacó a los soldados, estos
estaban muertos de miedo y huyeron, ahora los rivales eran uno
contra dos…

En la arena Apocalipsy y Titán empezaron a pelear, el


primero se empezó a desesperar, su rival no tenía un punto débil para
ser atacado, mientras en las tribunas, Caribdis arrasó con todos los
soldados en segundos, Apocalipsy vio a Cross y recordó sus órdenes:
capturar a Escorpión y matar a Fenrir, no iba a permitir que sólo su
compañero tuviera éxito y se llevara todo el crédito, dejó el combate
con Titán y se fue tras Escorpión, Caris ya lo esperaba.
Antes de que Apocalipsy llegara hasta donde se encontraba
Cross se escuchó un estruendo, venía del área de los combatientes,
un enorme cuerpo rompió el balcón y aterrizó de espaldas en el piso,
era Armagedón y estaba sangrando, se veía herido, antes de que
Apocalipsy pudiera reaccionar sintió un golpe en el rostro, su cuerpo
se llenó de un dolor insoportable, nunca nadie lo había golpeado así,
ese impacto lo había lesionado, desde el suelo sólo escucho la voz de
Titán.
- Nunca te descuides en un combate viejo.
Armagedon y Apocalipsy comprendieron su situación, era un
hecho que la misión había fallado rotundamente, ahora lo que tenían
que hacer era salvar sus vidas, ambos lo entendieron y sacaron su
máximo poder, los dos Comandantes manejaban energía natural y de
la más peligrosa: controladora de bestias míticas. Armagedón
convocó a la Hydra, una gigantesca serpiente con seis cabezas y
Apocalipsy a la Naga, otra monstruosa serpiente de siete cabezas
controladora del elemento agua, ambos embistieron en contra de
Cross, Athena gritó, cuando todo pasó, había un boquete enorme en
las gradas, ni rastro de Cross o Caris, Titán empezó a quitar
escombros con una gran velocidad y furia, casi llegando a la locura,
todos los guerreros estaban con el alma en un hilo pendientes de lo
que sucedía, enseguida Hermes lo apoyó y gritó:
- ¡Aquí están!
Caris estaba semi noqueada abrazando a Escorpión, tenía
heridas pero ninguna de consideración, Cross no tenía ni un solo
rasguño, Hermes preguntó:
- ¿Estas bien Caris?
Caribdis todavía tenía los ojos de color violeta claro.
- Claro que estoy bien idiota. ¿Crees que ese ataque tan simple
me iba a hacer algo? Sólo porque tenía que proteger a este
debilucho, si no hubiera matado yo sola a esos dos imbéciles.
Hermes sonrió ya conocía la doble personalidad de Caris, ésta
seguía en el suelo con Escorpión en su regazo, Cross le tomó el
brazo.
- Gracias Caris.
- Cuando quieras guapo.
Caribdis intentó besar a Cross pero un leve choque eléctrico
se lo impidió, era Pariel.
- Ni lo sueñes querida, es todo por hoy, llama a Kharynna.
Antes de que Caribdis reaccionara Athena ya había levantado
a Cross, al FILO número uno con voz de fastidio sólo le quedó
comentar:
- Está bien, por hoy ustedes ganan, pero lo volveré a intentar…
- Y te volveremos a detener – respondieron las dos amigas al
mismo tiempo.
Caris volvió a tomar el control de su cuerpo, sus ojos
volvieron a su natural color café claro, el combate en la arena había
sido una victoria total con un número limitado de civiles heridos,
Tauro en la zona del Distrito I, Rafael y Ariel en la del Distrito II y
Elektra en la del Distrito III protegieron y desalojaron a los
espectadores, mientras tanto, afuera, cuando se retiraba lo que
quedaba del ejército de la Ciudadela, éstos fueron emboscados por
los hombres de Fenrir con la ayuda de Drake, quien destrozó al
ochenta por ciento de los enemigos, la victoria fue total, todos se
retiraron al punto de encuentro a sacar conclusiones.
Arlés antes que nadie iba camino a la fortaleza, la idea de
Cross para sacarlo del área de los combatientes había sido un éxito,
todo se desarrolló durante la discusión Elektra-Michelle-Caris, eso
fue puro teatro, mientras todos veían como esas preciosuras se
peleaban, Arlés salió por una puerta falsa que habían construido la
noche anterior, abajo ya lo esperaba Yago con un soldado desmayado
vestido con su mismo atuendo, todo lo que hizo fue pasárselo a
Cástor quien lo sentó en donde él estaba y huir.
Lo curioso es que esta idea se le ocurrió a Cross derivado de
una situación real, la discusión se llevaba a cabo en el departamento
de Elektra entre ésta y Michelle, Caris, harta de las discusiones y de
que nunca la tomaban en cuenta explotó, Cross lo escuchó todo y
abrió la puerta, Caris se puso roja de la vergüenza y corrió a su
habitación, mientras, Cross les decía a las otras dos chicas:
- Ya sé como vamos a sacar a Arlés de la arena.
Todo había salido de acuerdo al plan, aunque sólo era el
inicio, ahora todos serían perseguidos como criminales, Arlés tenía
puntos de reunión en la totalidad de los barrios de los cinco Distritos,
su supervivencia estaba asegurada.
CAPÍTULO 10
ANTES DE LA BATALLA

Cuando empezó el pandemónium en las gradas, Ragnar


inmediatamente se puso al lado de Eloise, en el momento en que
todos los invitados empezaron a irse él hizo lo mismo, la tomó de la
mano para llevársela de ahí.
- Perdón Eloise.
- ¿Porque?
- Por ponerte en esta situación, este lugar es peligroso.
- No te preocupes... ¿que lugar no lo es? Además, vengo
contigo, nada me pasará.
Ragnar llevó a Eloise entre las calles, todos los vehículos
oficiales habían sido ocupados, tendría que llevarla a su hogar a pie,
iban rumbo al pequeño hotel cuando escucharon que alguien llamaba
a Eloise.
- ¿Querida?
Tanto Ragnar como Eloise voltearon, ambos conocían esa voz
y al hombre, se trataba de Gunther Kopp, el esposo de Eloise, el
hombre por el que habían abandonado a Ragnar hace veintidós años,
era el Capitán de un grupo militar especial del Tercer Distrito y
estaba patrullando las calles, cuando Ragnar lo vio sintió un miedo
muy profundo, más del que haya sentido en toda su vida, pero el
miedo no era hacia Gunther, era a que se repitiera la historia del
pasado.
Gunther era alto, fornido y bien parecido, pero una fea
cicatriz le cruzaba el rostro, aún así las mujeres lo perseguían,
cuando vio a Eloise con Ragnar se le calentó la sangre, se la quitaría
a cualquier costo.
- Eloise, gracias a Dios que te encuentro, llevo tiempo
buscándote.
- Que raro que no me hayas encontrado, sigo viviendo en el
madito barrio en donde me dejaste, siempre que me has
buscado me has encontrado.
- Si, pero no vives en la misma casa, te buscaba para decirte
que ya no te preocuparas por nada, ahora puedo darte un lugar
digno para vivir, por eso me había desaparecido, por la pena
de no poder sacarte adelante, pero ahora será diferente, por
favor, ven conmigo.
Ragnar no dijo nada, estaba helado, lo único que se repetía
era "cálmate, pasará lo que tenga que pasar", pero sus manos
temblaban, Gunther lo veía y se regocijaba.
- Por favor Eloise, tenemos una historia juntos, quizá no sea la
mejor ni la más hermosa, pero es nuestra, siempre nos hemos
amado y sé que eso no ha cambiado, ven conmigo, yo te amo
y te necesito.
Eloise dejó a Ragnar, ni siquiera le dedicó una palabra, sólo
se alejó de él, algo tenía Gunther que siempre lograba convencerla,
esa era su historia, después de abandonarla descubría que no podía
vivir sin ella y la volvía a buscar, le pedía perdón, le lloraba y
suplicaba que lo admitiera nuevamente, que ya había cambiado, al
final Eloise siempre cedía, también lo amaba. Ragnar sintió que su
alma moría. Cuando Eloise estuvo cerca de Gunther le tomó el
rostro, lo acercó hacia ella y le dijo:
- Tú ya no significas nada para mí, te dejé de amar desde hace
mucho tiempo, no quiero volver a verte.
Eloise regresó con Ragnar, lo tomó del brazo y le susurró
“vámonos”, después, volteó a ver a Gunther, con la mirada triste se
despidió.
- Adiós para siempre.
Gunther estaba desesperado, por ningún motivo pensaba dejar
que el maldito de Ragnar se llevara a su esposa.
- Por favor, no había ido por ti a causa de Astrid, me amenazó
con matarme si me volvía a acercar a ti, no es que le tema
pero es nuestra hija y yo sería incapaz de lastimarla.
- Lo lamento Gunther, entiende, esto es el final, lo siento pero
tendrás que vivir sin mi.
Gunther se puso como loco, empezó primero a rogar, después
a maldecir, retó a Ragnar a un combate a muerte.
- Vamos infeliz, regresa y demuestra que eres hombre.
Ragnar apoyó la mano en su espada, estaba a punto de atacar
a Gunther pero Eloise lo detuvo.
- Por favor, vámonos, no vale la pena.
Ragnar sólo le sonrió a Gunther y siguió su camino, el
gigante estaba hecho una furia, ordenó a sus hombres que atacaran al
Supremo Comandante del Tercer Distrito pero ninguno le hizo caso,
conocían a Ragnar y sabían que atacarlo era sentencia a una segura
muerte horrible, Gunther desesperado seguía gritando:
- ¡Maldito Ragnar, que el diablo te lleve, te juro que no serás
feliz, antes voy a matar a Eloise...! ¿Me escuchas? ¡La voy a
matar!
Ragnar estuvo a punto de regresarse, pero vio a una persona
detrás del provocador y prefirió seguir su camino, por su parte,
Gunther ya casi sin voz, sólo seguía murmurando:
- Voy a matar a Eloise.
De repente, escuchó que alguien aplaudía detrás de él, cuando
volteó reconoció a la chica de los aplausos.
- Hola papá, gusto en verte. ¿Me podrías por favor repetir a
quien vas a matar?
A pesar de su gran estatura, Astrid se veía pequeña al lado de
su padre.
- Hola hija, también me da gusto verte. ¿Como quieres que te
llame? ¿Astrid? ¿O quizá Freya?
- Como quieras, de todas formas te voy a matar…
Al escuchar las palabras de su hija el Capitán de las fuerzas
especiales no pudo menos que sonreír, la niña que nunca quiso, a
quien siempre consideró inferior ahora estaba por encima de él y lo
iba a matar, las circunstancias que llevaron a ambos a esa situación
fueron única y exclusivamente responsabilidad de Gunther, este lo
sabía pero no le importaba.
El gigante tenía de frente a su hija, él sabía que Astrid se
había convertido en un FILO, cuando se enteró la fue a buscar, ésta
lo rechazó, primero le dijo que no sólo era un FILO, también era la
heredera de la fortuna De Grieff y que él jamás vería un solo centavo
de su herencia, después le advirtió que nunca más se acercara a ella o
a su madre bajo amenaza de matarlo, con Gunnar fue menos
afortunado, éste lo hirió tan sólo de verlo, era inútil siquiera razonar
con él.
- Tranquila hija, soy un Capitán del ejército del Tercer Distrito,
si me tocas te convertirás en una criminal y prófuga de la ley.
- Eso ya lo soy Gunther, por si no te diste cuenta hoy inició la
revolución y soy parte de ella.
- Da igual, nosotros teníamos órdenes de vigilancia y no de
ataque.
- No interesa, serás una estadística más, una desafortunada
muerte colateral en el conflicto.
- Espera, soy tu padre.
- Que quiere matar a mi madre.
- Eso sólo lo dije por despecho, jamás sería capaz de matarla.
- Pero si de lastimarla... ¿o no?
- Mira Astrid, yo sé que nunca te demostré que te quise, pero
sigues siendo mi hija, no me estoy acobardando, esta unidad
es especial y aunque poseas una espada sagrada sigues siendo
sólo una mujer con un arma, mi equipo consta de veinte
soldados especializados en el combate y asesinato, es tu
última oportunidad de irte.
Freya sonrió, su padre seguía siendo el mismo de siempre,
quizá con la edad se había vuelto un poco más cretino, pero no valía
la pena matarlo, su madre le había contado su historia con Ragnar, si
Eloise se iba con el Supremo Comandante las posibilidades de
Gunther para acercarse a ella eran de cero, decidió irse.
- Tienes razón padre, mejor me voy, es imposible que puedas
llegar a mi madre si la está cuidando Ragnar, yo conocí a mi
familia materna y están muy por encima de ti, a su lado no
eres más que un insecto sin importancia, yo ya ni siquiera
llevo tu apellido, soy una De Grieff, al igual que mi madre
que es una princesa, tú sólo eres un maldito suertudo que se
cruzó en su camino, no vales nada, ni siquiera que yo te mate,
alguien más lo hará y después nadie se acordará de ti, nadie
lamentará el que te hayas ido, adiós Gunther y vete al diablo.
Gunther en toda su vida jamás soportó el que lo hicieran
menos, era demasiado orgulloso, por eso odiaba a todos los que lo
vencieron o estaban por encima de él, odiaba a Surt, a Ragnar y a
Gunnar, Astrid le era indiferente, pero cuando se enteró que ella era
un FILO por primera vez en su vida sintió orgullo, aunque era mujer
llevaba su sangre, en cuanto a Eloise, ciertamente todavía la amaba,
solamente que siempre se sintió pequeño a su lado, por eso la
golpeaba y humillaba, para demostrarse que estaba por encima de
ella, llorando del coraje le gritó a su hija:
- Podrás decir lo que quieras, podrás cambiar tu apellido, pero
no puedes cambiarte la sangre, eres y siempre serás una
Kopp, llevarás mi sangre pobre, humilde y maldita por lo que
te resta de vida.
- No importa, yo puedo vivir con eso, tu vivirás sabiendo que
eres un maldito mediocre y que dejaste ir la oportunidad de
ser feliz con la mejor mujer del mundo por tu complejo de
inferioridad, será mejor que te alejes de nosotros Gunther,
siempre te negaremos, nos avergüenza decir estamos
emparentadas con un pobre diablo como tú, es más, creo que
desde ahora llamaré papá a Ragnar, es el mejor guerrero que
se conoce y dará más grandeza a mi familia, los De Grieff.
Gunther no lo soportó más, lo estaban humillando enfrente de
sus hombres, tomó su espada y ejecutó su ataque especial, por el que
lo llamaban “el puño asesino”, Freya eludió el ataque con facilidad,
de entre todos los FILOS ella era la más rápida, desenfundó su
espada sagrada y cortó el brazo derecho de su padre, ni siquiera entro
en modo FILO, el Capitán de las fuerzas especiales cayó de rodillas.
- Felicidades hija, acabas de terminar con la vida de tu padre.
- Yo no lo hice, fuiste tú el que me atacó a matar con ese poder,
ahora por primera vez en tu vida toma responsabilidad de tus
actos. – Después gritó viendo a la unidad de su padre –. Si
alguien se atreve a atacarme no seré tan benevolente, ustedes
no son mi familia así que mataré a quien se me ponga
enfrente.
Cuando Freya se fue ningún soldado se atrevió a mirarla
siquiera, sabían que si ella quería los podría haber matado a todos en
ese momento, después tomaron a su Capitán junto con su extremidad
cercenada y se encaminaron al hospital.

Cuando Apocalipsy y Armagedón regresaron a la Ciudadela,


inmediatamente se reportaron con su jefe Juggernaut en el área del
Cinturón del edificio principal, a pesar de ser dos gigantes de más de
dos metros de altura se veían pequeños ante el máximo Comandante,
le temían cuando se enojaba.
- ¿Quien de los dos imbéciles va a explicarme lo que sucedió?
Ninguno de los dos se atrevía a hablar.
- Será mejor que empecen a dar una explicación o ambos
pasarán el resto de su vida en prisión.
Apocalipsy habló:
- Fuimos emboscados jefe, tenían todos nuestros movimientos
bien estudiados, nos anticiparon completamente.
- ¿Cómo fue eso posible?
- No lo sé, simplemente nos superaron en el terreno estratégico,
no hay ninguna excusa, su planteamiento fue impecable,
sabían lo que haríamos, cuando lo haríamos y como lo
haríamos, estoy seguro que hasta ellos nos fueron llevando de
la mano poco a poco sin nosotros saberlo…
- Pero falta una variable que no estas considerando compañero
– esta vez fue Armagedón quien intervino.
- ¿Cual es? – preguntó Juggernaut.
- Ragnar. Aunque no es excusa, pero él autorizó el cambio de
los peladores del Segundo Distrito, lo que permitió al
enemigo tomar sus posiciones estratégicas, era un simple
tecnicismo pero él pudo haberlo resuelto a nuestro favor,
estoy seguro que si así hubiera sido los sorprendidos hubieran
sido ellos y quizá el curso de la batalla hubiera sido otro,
Pariel estaba desesperada porque su solicitud estaba siendo
desechada, pero entonces Ragnar se la concedió…
- Ya nos encargaremos de eso… ¿saben quienes son los
rebeldes?
Apocalipsy continuó:
- En la arena pelearon contra nosotros Titán de Géminis, el
FILO número uno, Caribdis y el FILO número siete,
Escorpión, aunque por alguna extraña razón a éste se le veía
débil, no participó en el combate, más bien lo protegían,
había muchos más guerreros pero no pude percatarme de
quienes eran, en esos momentos yo estaba peleando con
Titán; Armagedón por otro lado incluye en la lista de rebeldes
al otro guerrero de Géminis, Hermes y a Libra; a ellos es
obligatorio sumar al Arcángel Pariel.
- Por lo visto nuevamente el Círculo tiene que ver otra vez en
la revuelta, Piscis y Acuario fueron quienes arrasaron con
nuestras tropas en la sección del Primer Distrito de la arena.–
completó Juggernaut.
- ¿Atacaremos el Círculo? – preguntó Apocalipsy.
A ninguno de los Comandantes le apetecía la idea,
seguramente a uno de ellos le correspondería esa misión y era
prácticamente un suicidio, los guerreros más fuertes del Círculo eran
más poderosos que los tres hombres que conversaban en ese
momento.
- Por el momento no, es muy complicado y además debemos
saber cual es su postura oficial y las medidas que tomarán, de
eso se está encargando Leviatán, lo que más me intriga de
todo esto es que aunque hayan derrotado a nuestras tropas
ustedes dos fueron derrotados muy fácilmente…
Ambos estaban avergonzados. Apocalipsy habló:
- Jefe, creo que hemos subestimado a esos chicos, podría
decirte que tuvieron suerte y que a la próxima los acabaría a
todos, pero la verdad es que Titán fue un digno adversario,
después de una terrible batalla con Chitriel se defendió de mis
ataques como si estuviera sin heridas, Armagedón dice que
Hermes no le demostró todo su potencial y pudo herirlo, en
cuanto a Libra, todos aquí sabemos de lo que es capaz, él solo
nos puede derrotar a los dos, no lo teníamos contemplado con
los rebeldes, para pelear contra ellos necesitaremos
esforzarnos al máximo y estoy convencido de que no
podremos con más de uno, si nos atacan en parejas creo que
nos matarán, además, por la forma en que nuestro pequeño
ejército fue arrasado significa que el nivel de los demás es
parecido al de los que calibramos, ni siquiera pudimos ver el
real nivel de Loki y Ariel, esa pelea fue una burla…
- No seas idiota, es imposible que esos chiquillos estén al nivel
de los antiguos guerreros, tú solo podías hasta con tres de
ellos, posiblemente te estás haciendo viejo, tal vez sea
necesario reemplazarte.
Las palabras de Juggernaut no dolieron a Apocalipsy en lo
más mínimo, sabía que si se enfrentaba él solo a más de dos
guerreros su vida no valdría nada, necesitaban una estrategia, sólo se
atrevió a decir:
- Esa es únicamente una opinión señor, haré lo que se me
ordene.
- Por supuesto que lo harás, ahora lárguense los dos, su
presencia me enferma.
Una vez que sus Comandantes se retiraron, Juggernaut fue a
ver a Leviatán.
- ¿Como estuvo todo? – preguntó el Gobernador de Arcadia.
- Mal, al parecer nuestros peores temores han sido superados.
- Eso quiere decir que…
- Tendremos que intervenir, pero no sólo eso, a diferencia de la
revuelta pasada ellos cuentan con un estratega bastante
bueno, necesitamos urgentemente a Ragnar, si no los
frenamos ya, esto se va a complicar.
- Lo mandaré llamar, pero ni nosotros sabemos si vendrá.
- Entonces deberá morir.
- El problema es que no tenemos ahora la gente para cazar a
Ragnar y frenar la rebelión, si fracasamos y cambia de bando
podríamos perder. Prefiero por el momento dejar a Ragnar
haciendo lo que se le de la gana que pelar contra él.
- También está el problema de que al parecer esta generación
es mejor que la anterior…
- Tienen más integrantes que no participaron en la revuelta
pasada, guerreros que históricamente a través de los tiempos
han sido demasiado poderosos y que es muy raro que se
encuentren en una misma época, como los chicos de Géminis,
el Escorpión y los FILOS números uno y doce, los cinco son
sumamente peligrosos y sólo uno está de nuestro lado.
- Eso sin contar al peor de todos, Libra esta con ellos.
- Si, para nosotros de todos esos chiquillos ese es el guerrero
realmente peligroso, en un duelo uno a uno es el único de los
rebeldes que tiene la capacidad de matarnos, prepárate para
intervenir, iré a ver a los jefes a la planta superior, alista al
ejército para una aniquilación total.
Leviatán se dirigió a los pisos superiores del edificio, pocas
veces lo había hecho, no le gustaba estar ahí, lo intimidaban los tipos
que controlaban todo en Arcadia, generalmente tenía contacto con
ellos por medio de un comunicador o por un intermediario, cuando
llegó a la sala de juntas sólo había dos de ellos y no los tres que
solían estar, únicamente estaban Odín, quien se encargaba de la
Ciudadela y los cinco Distritos y Zeus, que gobernaba la parte del
Cinturón, ambos eran los jefes inmediatos de Leviatán, por ser el
Gobernador de Arcadia le rendía cuentas a Odín y por ser residente
del Cinturón a Zeus.
- Buenas tardes mis señores.
- Leviatán... ¿que noticias nos traes? – preguntó Zeus.
- Necesitamos a Ragnar, Juggernaut se está poniendo en
contacto con Chronos para que su gente lo localice y le
informen su inminente regreso.
- ¿Y va a regresar?
- Lo ignoro, pero sus actitudes de los últimos años indican que
no.
- Entonces mátalo, es demasiado peligroso, conoce muchos de
nuestros secretos, si se une al enemigo podría ser una
catástrofe, ellos tienen ya un par de estrategas tan buenos
como Ragnar, si él se les une serán imparables.
- Y se pone peor, Libra esta con los rebeldes.
- Eso es inaceptable, debemos detener esto, se nos ha ido de las
manos. Sin embargo, no todo está perdido, hace más de un
siglo que no se despertaban todos los integrantes del Círculo
del Zodiaco… ¿sabes lo que eso significa?
- No señor.
- Que la guerra es inminente, pero no contra nosotros, sino con
sus enemigos más antiguos.
- La Legión de los Iluminados.
- Así es, a lo largo de los siglos sólo cuando hay guerra entre
esos dos malditos lugares despiertan todos sus miembros.
- Eso quiere decir que los Arcángeles…
- Seguramente si, con sus fuerzas actuales serían barridos por
el Círculo, pero si llegan los refuerzos se igualaría el poder,
todo depende de Miguel, es un gran riesgo despertar a sus
guerreros faltantes… Al final, ese no es nuestro problema, si
se matan entre ellos mejor para nosotros. Volviendo a lo
nuestro. ¿Tienes la lista de los rebeldes?
- Por el Segundo Distrito están Fenrir y de la Legión de los
Iluminados el Arcángel Pariel, por el Círculo del Zodiaco
están Hermes y Titán de Géminis, Libra, Escorpión, Acuario
y Piscis, por el Tercer Distrito están los FILOS Athena,
Caribdis, Freya y Brahma.
(Rhiannon y Drake, al no ser guerreros reconocidos ni tener
rango alguno no fueron tomados en cuenta, se les considera dentro
del grueso de los integrantes de la resistencia).
Al repasar la lista Odín y Zeus identificaron a los más
peligrosos, finalmente habló Odín:
- Leviatán, es imprescindible que mates a Fenrir, él es quien lo
inició todo, es el estratega y quien mueve los hilos en todos
los Distritos.
- Me habían dicho que también Escorpión, era peligroso…
- El es el peor de todos, es el líder de la resistencia, lo quiero de
ser posible vivo, aunque esto ya se volvió demasiado
peligroso si lo controlamos a él controlamos el movimiento,
si lo matamos, puede surgir otro líder y la motivación será
peligrosa, nos sirve más vivo, pero si ves que la situación se
te va de las manos, mátalo.
- ¿Vamos a repetir las técnicas de la guerra pasada?
- Así es, entre los rebeldes no hay ningún veterano, no van a
saber ni quien les pegó, reúne tu ejército y arrásalos, pero
tengo un favor que pedirte…
- Dígame señor.
- Necesito que me traigas vivas a Athena y a Pariel, si debes
decidir, me conformo con Athena, lleva contigo a los FILOS
tres, cinco y seis, Cerberus, Siegfried y Loki, quiero una
aniquilación total, también enviaremos al FILO número doce,
Lilith, ella hará prácticamente todo el trabajo sucio, ustedes
sólo limpiarán los restos, esos pobres están viviendo sus
últimas hora de vida y no lo saben.
- Esperaré a se reporten conmigo para darles instrucciones.
- Sólo un consejo, deja que Cerberus se encargue de Lilith, no
intentes razonar con ella, su misión ya le fue encomendada.
- Eso es peligroso señor. ¿Algún motivo en especial?
- Si, salvar su vida Gobernador, usted es más poderoso que
cualquier FILO, pero este es especial, Lilith podría matarlo...
¿entendió?
- Si señor, con su permiso me retiro.
Al salir Leviatán de la reunión llamó a Juggernaut para
informarle que ambos partirían junto con el ejército para participar en
el operativo, estaba emocionado, por primera vez en muchos años
volvería a utilizar la espada más poderosa de todas: Thyrfing, “la
espada maldita”, pero antes tendría una plática con los tres
Delegados.

Los rebeldes se reunieron en la fortaleza de Arlés, sabían que


la victoria había sido suya en el comienzo de la guerra con la
Ciudadela, pero esto apenas iniciaba, la última en llegar fue Freya, lo
hizo hasta la madrugada del día siguiente, una vez que estuvieron
todos juntos se reunieron para planear su siguiente estrategia.
- Fenrir – Todo camina conforme a nuestros planes, ahora
inicia la segunda parte del plan de batalla, vendrán por
nosotros para exterminarnos, deberemos pelear contra sus
principales guerreros, el éxito de la batalla se definirá por
quien pierda a sus dirigentes.
- Acuario – ¿Y cual es ese segundo plan de batalla?
- Fenrir – Tenemos información cien por ciento confiable de
que pretenden acabarnos como lo hicieron con los rebeldes de
hace diecinueve años, en esa ocasión salió a combatir el
futuro Gobernador de Arcadia: Leviatán, nos dijeron que es el
portador de una espada sagrada: Thyrfing, la más poderosa de
todas, al parecer es el FILO supremo…
- Acuario- ¿Estas seguro? Thyrfing no es más que una leyenda.
- Espero estar equivocado, pero lo que no es una leyenda es
que hace diecinueve años Leviatán cazó y aniquiló a todos los
líderes de la resistencia en menos de tres días, su poder al
parecer está por encima de cualquiera de nosotros.
- Libra – Yo lo enfrentaré.
- Fenrir – Tú sólo no podrás, necesitarás ayuda.
- Libra – Puedo solo, pero si es obligatorio me gustaría que
ayudara Escorpión, sin embargo, es muy arriesgada la misión
para que me acompañe, por lo tanto, estaría bien que vaya
conmigo cualquiera de los FILOS femeninos.
- Escorpión – De ninguna manera, no voy a ser su líder detrás
de las líneas de defensa, yo voy a pelear al frente, iré con
Libra.
- Fenrir – Lo siento Escorpión, pero eso es imposible, Libra
tiene razón, es demasiado peligroso. Eres quien nos dirige, no
podemos perderte en la primer batalla.
- Escorpión – Y lo vas a sentir más amigo, pero como lo has
dicho, el líder es tu servidor, agradezco tu “recomendación”
pero quien tiene la última palabra soy yo, en eso hubieran
pensado al elegirme, ahora no hay vuelta atrás, o estableces
una estrategia acorde a lo que te solicito o tomo tu lugar como
Comandante y estratega, tú eliges.
- Fenrir – Esto no se trata de lo que deseas hacer o de tus
caprichos Cross, al aceptar la responsabilidad de dirigirnos
también debes comprender tus obligaciones para con la causa,
es una negligencia total el exponerte en la primer batalla.
- Piscis – Tranquilos muchachos, Fenrir, comparto tu punto de
vista, pero no podemos tratar a Escorpión como a un inválido,
créeme, para superar las pruebas del Círculo se necesita tener
un gran poder y Escorpión lo logró sin la ayuda de Antares,
en este momento todos necesitamos defendernos del enemigo
más fuerte, ese es Leviatán, yo en lo personal creo que Libra
puede solo con él, pero si hay algún imprevisto, a mi
consideración el único capaz de seguir con la batalla y salir
victorioso es Escorpión, yo creo en él y sé que peleando al
lado de Libra no hay enemigo en Arcadia que pueda
derrotarlos.
- Fenrir – Está bien, no voy a discutir más este asunto, al final
todos vamos a pelear en la primer batalla puesto que no
tenemos suficientes tropas, pero quiero que quede algo en
claro, mi estrategia se basa en zonas, la primer batalla va a ser
aquí, en el Segundo Distrito, en el área residencial de
preferencia, es en donde menos daño se causará a la
población, una sola casa modesta del área residencial
equivale cuando menos a veinte de la zona pobre, voy a
colocar a Escorpión en donde según los reportes que tenemos
seremos atacados por Leviatán, en caso de que ataque por
otro lado, no podrás moverte porque dejarás desprotegidos a
tus compañeros causando una caída de todos tipo efecto
dominó... ¿estamos?
- Escorpión – En ese aspecto quien manda eres tú, establece
nuestra defensa, todos haremos lo mejor que podamos.
- Fenrir – Tengo reportes de que enviarán diez mil efectivos en
regimientos de troopers y elementors, habrá un bérserker por
cada cien soldados, es decir cien, además, utilizarán a todos
los guerreros élite que tienen, es decir a los FILOS tres, cinco
y seis.
- Athena se levantó – Eso quiere decir…
- Fenrir – Si Elektra, nuestro amigo Dorian va a pelear contra
nosotros, así como el hermano de Freya y Siegfried.
- Freya – Fenrir de ser posible quisiera…
- Fenrir – Lo sé, te pondré lo más separada que se pueda de
donde posiblemente combata tu hermano.
- Freya – Gracias, sé que mi hermano eligió el otro bando, es
su decisión, pero no quisiera matarlo con mis propias manos.
- Fenrir – Está bien.
- Acuario – Perdón, pero no creo que la planeación se deba
realizar conforme a las razones equivocadas, esto es una
guerra, las cuestiones personales pasan a segundo término.
- Drake – Es posible que tengas razón Andrea, pero ten en
cuenta que muchos de los que están aquí van a pelear en
contra de sus amigos y familiares, yo estoy en tu misma
situación, todas las personas que me interesan están aquí, el
Círculo es muy probable que nos apoye, pero imagínate que
la situación fuera otra y tuvieras que combatir contra
Escorpión o Piscis... ¿acaso no solicitarías cambiar el frente
de batalla para no tener que combatir a muerte con ellos? Sé
que la guerra es impersonal y el ideal que perseguimos es lo
más importante, pero al menos yo esperaría hasta la última
oportunidad para enfrentarme a la persona que estimo.
Acuario calló un momento, después suspiró.
- Ahora sé porque todos estuvieron de acuerdo en designarte
como el segundo al mando, entonces yo sólo espero órdenes.
- Fenrir – Básicamente nos dividiremos en parejas y ternas, por
ejemplo, Piscis y Acuario son elementors y están
acostumbradas a pelear juntas, eso es una ventaja para
nosotros, ellas pelearán con Pariel quien está acostumbrada a
dirigir a la Santa Trinidad, ustedes serán nuestra armada,
pelearán directamente contra el grueso de los ejércitos.
Las tres chicas sonrieron, estaban de acuerdo, estarían en
donde iban a rendir más y mejor, la otra terna la formaron los
gemelos y Freya, las parejas eran Libra y Escorpión, Rhiannon y
Drake, Elektra y Caris, finalmente Fenrir estaría con Brahma.
Rhiannon y Drake apoyarían en el combate al ejército, más
concretamente en acabar con los Capitanes y demás mandos, Fenrir y
Brahma serían apoyo para todos, Libra y Escorpión así como Caris y
Elektra serían quienes llevarían la carga de enfrentar a Leviatán y
FILOS enemigos, finalmente los gemelos y Freya, serían los
encargados de combatir a los Comandantes del Ejército.
- Fenrir – Recuerden que el elemento sorpresa sigue siendo
nuestro, aunque hay que estar alerta, no nos van a volver a
subestimar, saben que somos poderosos y nos van a tratar
como tales.
Entonces Arlés trazó el plan de defensa de la Fortaleza,
impedirían que las tropas enemigas alcanzaran a llegar al inmueble,
si al terminar la batalla la fortaleza seguía sin ser tomada, sería
considerada una nueva victoria para la causa.
Leviatán se reunió con los Delegados de los tres distritos y el
Regente del Distrito Comercial en el edificio Administrativo de éste
último, la Delegada del Distrito I era Cáncer, el del Distrito II era el
Arcángel Gabriel, el del Distrito III era Isaac Erikksson quien era
acompañado por su consejero y escolta personal Ozmar de Riot, el
Regente del Distrito Comercial era un hombre llamado Sigger Nisser
quien también estaba acompañado de su esposa y guardia personal,
Ana Arianrod Nisser.
- Leviatán – Delegados, agradezco que hayan aceptado mi
invitación, aunque lamento su falta de credibilidad en mi
palabra.
- Gabriel – No es falta de credibilidad Gobernador, es sólo que
a nadie le agrada una reunión dentro de la Ciudadela.
- Leviatán – Es el lugar más seguro de Arcadia.
- Cáncer – Pensé que era el Distrito Comercial, en toda su
historia nunca se ha librado una batalla aquí.
- Leviatán – Eso es porque nosotros lo protegemos.
- Cáncer – Error, es porque todos lo respetamos, antes todo
este territorio era tierra sagrada, desde que se estableció como
un distrito, ni el peor de los criminales ha intentado mancillar
esta demarcación, pero me imagino que esa no es la causa de
esta reunión, proceda por favor.
- Leviatán – Ustedes fueron testigos de los lamentables actos
que sucedieron en días pasados en el Tercer Distrito.
- Gabriel – Así es y venimos a ver cuales son las medidas que
se van a tomar.
- Leviatán – Los rebeldes ya fueron identificados, la mayoría
son miembros del Círculo del Zodiaco, hay otros más del
Tercer Distrito y dos del Segundo Distrito.
- Gabriel – Otra vez el Círculo del Zodiaco...
- Cáncer – Te recuerdo que también hay elementos de la
Legión de los Iluminados.
- Gabriel – Sólo una.
- Cáncer – Así es, la posible líder y principal proveedora de
recursos, además, también está con ustedes Fenrir quien
según se sabe es el otro líder y estratega de los rebeldes, así es
que si vamos por calidades tu distrito es quien más colabora.
- Gabriel – ¿Que intentas decir?
- Cáncer – Lo que escuchaste, tu gente es quien dirige esta
rebelión.
- Gabriel – Y la tuya la que pelea.
- Cáncer – Entonces no vengas a asignar culpas y darte golpes
de pecho.
Gabriel y Cáncer se veían fijamente, Gabriel mencionó en
voz baja pero audible:
- Si hubiéramos arrasado el Círculo de los “Zopencos” hace
diecinueve años esto no estaría ocurriendo.
Cáncer respondió con voz fuerte y clara:
- Si hubieran tenido los huevos para atacarnos ahorita no
existiría la Legión de los "Fracasados".
Ambos Delegados se pusieron de pie, estaban a punto de
atacarse.
- Erikksson – Delegados, por favor, venimos a platicar no a
atacarnos, también hay gente de mi distrito en la rebelión,
prácticamente todos mis guerreros élite están en rebeldía,
venimos a ver si podemos frenar esto o si al menos podemos
cooperar, si ustedes se pelean no solamente habrá revolución,
también habrá guerra civil y eso nos perjudica a todos los
distritos.
Tanto Cáncer como Gabriel se quedaron pensando, era cierto
lo que decía Erikksson y posiblemente esa era la finalidad de la
reunión, Leviatán no intervino en la discusión y el consejero Ozmar
de Riot tampoco, ambos sabían que el Delegado del Distrito III era
sólo un títere, pero después de dieciocho años en el poder ya no era
tan manejable.
- Cáncer – Erikksson tiene razón Gabriel, no venimos a iniciar
una guerra. ¿Te parece si dejamos al Gobernador terminar su
exposición?
- Gabriel – Por mi está bien.
- Leviatán – Me alegro que hayan resuelto sus diferencias
Delegados, como les decía, ya tenemos identificados a los
rebeldes así como el inmueble en donde operan.
El Gobernador hizo una pausa esperando que alguien
preguntara el lugar, pero nadie habló, el maldito Erikksson los había
hecho razonar, pensó que ya era tiempo de destituirlo.
- Se esconden en un inmueble ubicado en el Segundo Distrito,
cerca de la escuela de educación superior y de las
instalaciones de la Legión de los Iluminados.
Todos esperaron algún comentario sarcástico o provocativo
de Cáncer, pero ésta no dijo palabra alguna.
- Gabriel – Son las instalaciones de Fenrir y fueron solventadas
por Pariel. ¿Que es lo que planean hacer?
- Leviatán – Queremos que les expropies el bien y los dejes sin
el inmueble Delegado.
Gabriel se llevó la mano al mentón, como pensando en la
proposición de Leviatán, Cáncer hizo una cara de sorpresa.
- Gobernador, eso es demasiado arriesgado para el Segundo
Distrito tomando en consideración la lista de los guerreros
que están en este momento al margen de la ley, ese Distrito
podría quedarse sin guerreros que lo protejan si los rebeldes
deciden no entregar las instalaciones.
Gabriel hizo cara de molestia, Cáncer tenía razón, querían
utilizarlos como carne de cañón.
- Con todo respeto Gobernador, la restauración del orden
público corresponde a la Ciudadela, ninguno de los rebeldes
ha atentado en contra de los intereses del Distrito, por lo
tanto, no podemos hacer lo que nos pide.
Leviatán estaba furioso, Cáncer había revertido la situación a
su favor, le daría un golpe directo.
- Delegada Cáncer, entenderá también que nuevamente hay
guerreros de su Distrito y especialmente del Círculo al que
pertenece que son parte en esta revuelta y son mayoría, me
gustaría saber cual es su posición y que piensa hacer al
respecto.
- Con gusto le contesto ambas Gobernador. ¿Que voy a hacer?
Nada. Para empezar lo que sucedió en la arena del Tercer
Distrito fue provocado por sus hombres, cambiaron las reglas
en pleno torneo, quisieron jugar con la vida de guerreros muy
poderosos, eso no se hace, era obvio que no se iban a dejar
manipular, no son soldados comunes para darse un balazo en
el pie a una orden de su superior, la situación ahora no es la
de hace diecinueve años, hay lazos de amistad que unen a los
guerreros élite de todos los Distritos, los miembros del
Círculo reaccionaron a una agresión, sólo eso, sus hombres
atacaron primero a los combatientes, además, sin ofender a
Gabriel, el Círculo no se maneja como la Legión, es un ente
democrático, no te molestes Gabriel, no estoy diciendo que
sea mejor que su sistema, tal vez sea peor, pero así está
estructurado desde hace siglos, las personas que lo conforman
al igual que en la Legión o los portadores de las espadas
sagradas, nacen para ser miembros, no los escogemos, si la
Ciudadela piensa que su comportamiento fue inadecuado es
libre de castigarlos, el Círculo no es responsable por
comportamientos individuales de sus miembros, respecto de
su otra duda en cuanto a cual es la posición de mi Distrito, le
informo que es neutral, hasta ahora no existe ninguna
evidencia contundente que indique que se esté gestionando
una revolución, lo único que hay es una desobediencia civil
en contra de una orden de la Ciudadela y esa falta será
castigada como ustedes lo consideren pertinente. La posición
del Círculo tendrá que preguntársela a Sagitario, ella es
nuestra líder actualmente, espero haber sido clara, Leviatán.
Ahora el que se divertía era Gabriel, como contraparte de
Cáncer siempre había existido una animadversión entre los dos, pero
debía reconocer que la tipa era una buena argumentadora y una
maestra en el debate, la respetaba. Leviatán había sido expuesto,
había perdido toda su ventaja inicial y se iría de ahí sin nada. Ozmar
de Riot también lo notó y trató de ayudar al Gobernador.
- Delegada Cáncer... ¿no cree que su propuesta más que neutral
es muy tibia y contraria a los intereses de la Ciudadela?
- Señor Ozmar, tengo más de diez respuestas para su dilema y
todas están bien sustentadas, pero le recuerdo que su lugar
aquí en la mesa es sólo como protección de su Delegado y no
como consejero, ésta reunión es de líderes y todos venimos
solos, la razón de su presencia obedece a que el Delegado
Erikksson no es un guerrero y necesita protección en caso de
que las cosas se pongan violentas que no es el caso hoy, así
que le suplico guarde silencio y respete nuestra jerarquía.
Ozmar de Riot al verse apabullado y humillado por Cáncer
explotó:
- Delegada, bien sabes que yo no soy el siervo de nadie, mi
posición en el Tercer Distrito es como la tuya en el primero…
- Si es así entonces háganla oficial, que te nombren Delegado,
mientras tanto, tu lugar es detrás de tu amo.
Leviatán vio que esto no llegaba a ninguna parte y no podía
permitir una pelea entre Cáncer y Ozmar de Riot, el poder de la
Delegada era de temer y podía acabar con su adversario si combatían,
eso no le convenía a la Ciudadela.
- Basta consejero, la Delegada ante todo es una dama, Cáncer
ya fijo su posición por el momento, espero que más adelante
la cambie si se demuestra que hay una revolución en marcha.
Gabriel... ¿cual es la tuya?
- Por el momento la misma que Cáncer.
Leviatán no se molestó en pedir la opinión de Erikksson,
simplemente explicó que irían por los rijosos al Distrito II, pidió la
colaboración de Gabriel para coordinar, lo importante era causar el
menor daño a los residentes de las zonas contiguas a la fortaleza y
dio por terminada la reunión.
Erikksson finalmente vio lo que sucedía, realmente él no era
nadie para la Ciudadela, Ozmar más que su consejero y protector era
su custodio, si hacía algo que fuera contra los intereses de la
Ciudadela, Ozmar se encargaría de enseñarle su lugar, todos ahí lo
consideraban un títere, pensó que ya les demostraría quien era el
títere, necesitaba hablar con Ragnar, estaba seguro que él no tenía
partido por nadie y si lo tomaba no sería por la Ciudadela, a través de
él establecería contacto con Cáncer, esta vez los Distritos I y III irían
de la mano si le aseguraban protección, ya contactaría también a
Fenrir, lo haría a través de Athena, pero Ozmar de Riot no debía
sospechar, siguió en su papel y se hizo el ofendido cuando regresaba
a su distrito.
- ¿Que fue lo que paso allá Ozmar?
- ¿A que se refiere Delegado?
- A que insinuaron que yo trabajo para ti.
- Lo que querían era provocarnos, esa maldita de Cáncer quiere
la guerra con todo mundo, primero provocó a Gabriel y
después a nosotros.
- Pero tu dijiste que…
- Sólo lo dije porque me hizo enojar, siempre he cumplido sus
órdenes, además, yo no me considero un empleado.
- Y no lo eres Ozmar, en cierto modo tienen razón, el
verdadero gobernante eres tú, sin tus consejos estaría perdido.
- Gracias Delegado, aprecio que piense eso, sin embargo, creo
que hoy nos debilitó, debió dejar que Cáncer y Gabriel se
destrozaran, eso hubiera puesto a nuestro Distrito en una
posición inmejorable.
- Ahora que lo dices es cierto, pero no te preocupes, si esto
continúa puede haber guerra civil, entonces nosotros sólo
veremos las balas pasar... ¿no es cierto?
- Mejor aún, pelearemos al lado de la Ciudadela, seremos
gratamente recompensados, además, tenemos al mejor
estratega del país, al gran Ragnar.
- Tienes razón, con Ragnar y contigo nuestro Distrito siempre
será el más fuerte.
Ozmar de Riot se tragó la actuación de Erikksson, pensó que
a la próxima reunión lo llevaría amaestrado como un animal de circo
para que no volviera a meter la pata.
Mientras tanto, Gabriel se fue pensando en Pariel, esa chica le
estaba dando muchos dolores de cabeza, también meditaba en la
posición de su grupo de poder una vez iniciada la revolución, si la
Ciudadela precisaba de su ayuda primero tendrían que destruir el
Círculo del Zodiaco, de lo contrario no participarían, todos los
miembros de la entidad rival habían despertado y sabía lo que
significaba, Miguel evitaría por todos los medios despertar a los
Arcángeles restantes, eran demasiado peligrosos, además, Leviatán
no tendría otra opción, no podría pelear contra la Legión y el Círculo
juntos, la administración del Estado debería tomar en cuenta que los
Arcángeles siempre han estado con el Gobierno, en cambio el
Zodiaco siempre ha sido un dolor de huevos…
Al final de la reunión quien realmente salió fortalecida fue
Cáncer, si se hubieran visto para jugar póker, la Delegada los hubiera
limpiado, adivinó las intenciones de todos, le quedó claro con quien
estaba Gabriel y lo débil de esa alianza, en cambio estaba segura que
Erikksson de una u otra forma la contactaría, a diferencia de Gabriel
a Cáncer no le importaba “el gran enemigo eterno”, pero sí estaba a
favor de la revolución.
Cuando Leviatán llegó a la Ciudadela ya se encontraban ahí
Loki, Cerberus y Siegfried, tuvieron una junta en la que se les
explicó el plan de batalla, Dorian les indicó que sus órdenes eran
llevarse a Escorpión, lo haría con ayuda del FILO número doce, lo
demás quedaba tal cual estaba planeado, en tres días saldrían las
tropas.
Mientras tanto, en una parte del Segundo Distrito, Argento
Riazor hablaba con Lilith.
- Ha llegado la hora, en tres días empieza tu venganza.
- ¿Me entregaras al condenado?
- Será todo tuyo.
- ¿Y si me emociono y lo mato?
- Ese es tu problema, después no te quejes que no tienes
diversión.
- ¡No! Yo quiero divertirme.
- Entonces hazme caso y no lo mates, consérvalo por un rato.
- Está bien, lo conservaré, pero si no me divierte lo mato.
- Te divertirá, eso te lo prometo, en tres días vendrá Cerberus
por ti, hasta entonces trata de estar quieta, hasta luego.
Lilith vio como se retiraba Riazor, tenía ganas de matarle, era
una obsesión enfermiza, pero no podía, ya se las arreglaría después
para arrancarle la vida, ahora estaba emocionada por el condenado,
así le había puesto el FILO número doce a Cross, pues según ella
estaba condenado a sufrir la peor de las muertes, sólo de pensar en
como lo atormentaría la excitaba, pero esta vez se contendría, no
mataría ni tendría sexo en esos tres días, quería estar ansiosa, deseaba
estar al límite, para que cuando tuviera al objeto de su deseo el
disfrute fuera total.
Durante el tiempo que Lilith estuvo esperando el momento de
entrar en acción se había dedicado a satisfacer sus deseos, era puro
instinto y necesitaba satisfacción inmediata, Riazor no le ponía
ningún límite, cuando quería comer lo hacía, cuando quería dormir
también, cuando se sentía lujuriosa siempre encontraba a alguien que
cubriera sus necesidades, era hermosa y letal, tenía sexo tanto con
mujeres como con hombres, a veces con mas de uno o con ambos, al
momento en que terminaba los mataba.
El problema era cuando tenía deseos de matar, no podía
llamar mucho la atención, lo hacía de noche, buscaba pequeños
grupos, generalmente gente que se veía feliz, le gustaban en especial
las familias completas, empezaba con los hijos para ver el dolor de
los padres, los mataba uno por uno, le encantaba ver el sufrimiento
que causaba, el terror del hijo que seguía y finalmente terminaba con
los progenitores cuando veía en su mirada que no deseaban seguir
viviendo, entonces cumplía su deseo, los asesinaba con sus propias
manos.
Pero ya estaba deseosa de matar en grandes cantidades…
como la primera vez, en la casa de ese maldito violador, esa vez fue
poética, le encantaba utilizar su fuego hasta sentir que sus pulmones
se consumían, entonces, el dolor la hacía más fuerte y así continuaba,
sus ansias de matar no tenían límite, era como estar sedienta todo el
tiempo y su conciencia se dejaba arrastrar libremente y sin resistencia
por ese circulo vicioso.

En la fortaleza Cross estaba con sus tres chicas, desde que se


trasladaron ahí compartían habitación, las tres se rehusaron a dormir
en otro lado, inicialmente la habitación era sólo suya, pero desde la
primer noche Elektra y Michelle discutieron acerca de quien lo
acaompañaría para dormir, Caris desesperada de que nunca la
tomaban en cuenta corrió a su habitación y se encerró con él, las
otras dos chicas derribaron la puerta y ninguna cedió en marcharse,
por lo que desde ese día todos compartieron la misma cama.

Cross estaba preocupado de que algo le sucediera a alguna de


ellas, en especial a Michelle, dudaba que alguien por más poderoso
que fuera pudiera con la fuerza combinada de Elektra y Caris, pero
aunque Acuario y Piscis eran poderosas también, la líder ahí era
Pariel y por lo tanto la responsable de las otras dos chicas, si había
dificultades, estaba seguro que la Arcángel enfrentaría las
consecuencias mientras Acuario y Piscis huían.
- ¿Que tienes?
La voz de Michelle sorprendió a Cross.
- Nada... ¿y las chicas?
- Fueron por algo de comer.
Cross tomó la mano de Michelle.
- Prométeme que si hay problemas te irás.
- Sólo si tú también me lo prometes.
- No puedo, la carga de Libra es muy pesada.
- Yo tampoco, esas chicas confían en mí, no las voy a
abandonar.
- Es que no soportaría que te pasara algo.
- Es lindo lo que dices, pero ya estamos aquí, así que te
recomiendo que me aproveches mientras me tengas…
Cross empezó a reír, pero se puso nervioso cuando Michelle
puso sus senos a la altura de su nariz, el corazón le empezó a palpitar,
Michelle lo abrazó por el cuello pegando el rostro de Cross a sus
senos, después le susurró:
- Vamos a otro lado, seguro las chicas entenderán…
Cross estuvo a punto de decir que sí, Michelle lo volvía loco,
su rostro, su aroma, sus pechos que no eran grandes ni pequeños,
tenían una forma perfecta, estaba completamente hipnotizado hasta
que un golpe en la cabeza lo hizo reaccionar, era Elektra quien le
había lanzado una botella con agua.
- ¿Que vamos a entender?
Cuando Michelle y Cross voltearon Caris tenía cara de pocos
amigos y Elektra se veía molesta, cosa que era muy rara.
- Michelle, quedamos que no intentaríamos nada con Cross
cuando estuviéramos a solas con él.
- Sólo fue una broma…
- Pues esas bromas son de mal gusto, de ahora en adelante tú
irás por lo que haga falta, no volverás a estar sola con él para
que se te quite lo graciosita.
- No te pases...
- Lo que hiciste no es justo.
- Si a esas vamos... ¿por qué no nos dices lo que hicieron tú y
Cross cuando fueron al Distrito Comercial a ver a Riazor?
Elektra se puso roja, Caris la veía fijamente.
- ¿De que hablas? – preguntó la portadora de Spartha.
- No te hagas, algo pasó, dinos que fue.
Elektra no sabía mentir y nunca se lo haría a su amiga, había
agradecido que nunca se lo preguntaran, con el tiempo dejó de
preocuparse, ahora se sentía acorralada, no dijo nada.
- ¿Tú vas a decir que pasó Cross? – preguntó Michelle.
- A mi no me metan en sus broncas, arréglenlas ustedes, yo ya
estoy cansado de sus peleas.
- Estoy esperando a que me contestes Elektra.
Athena vio que no tenía escapatoria, al final sabía que su
amiga se enteraría algún día.
- Esta bien, nos besamos.
Michelle no dijo nada sólo se le quedó viendo a Elektra, tenía
los ojos llorosos.
- Fue algo que simplemente pasó.
- ¿Y me regañas por lo de ahorita? Que hipócrita eres…
- Bueno, ya estamos a mano.
Michelle explotó.
- ¿A mano dices? Tú lo besas y yo sólo le coqueteo un poco...
¿y estamos a mano? ¿Quien te crees que eres?
Elektra se puso más nerviosa, nunca había visto a Michelle
tan enojada con ella, entonces hizo lo único que se le ocurrió.
- También Caris lo besó.
Michelle volteó a ver a Caris con ojos de sorpresa y enojo.
- ¿Que? ¿Cuando?
Ahora Caris era quien estaba nerviosa y avergonzada,
Michelle sólo se dio la vuelta y se fue, Elektra volteó a ver a Cross.
- Ve con ella.
- ¿Yo? ¿Por qué?
- Porque es tu culpa.
- ¿Mi culpa? Ustedes fueron las que me besaron.
Por primera vez en su vida Cross vio tristeza y reproche hacia
él en los ojos de Elektra.
- Y me arrepiento de haberlo hecho.
Elektra salió de la habitación, sólo quedaron Cross y Caris,
aunque únicamente fue por un momento.
- Eres malo Cross, hieres a quien te ama.
Y Caris también se fue, Cross estaba molesto, se había
desatado un huracán por nada, las chicas todo el tiempo hacían cosa
peores que lo de Michelle y no pasaba nada, pero ahora se sentía
preocupado por ésta, nunca la había visto salir así, sin decir nada,
también estaba triste por Elektra, nunca lo había mirado de esa
manera y hasta se sentía como un desgraciado por Caris, ella siempre
lo entendía.
Ya estaba harto de esas chicas, definitivamente se separaría
de las tres, se fue a dormir con las tropas, era más seguro, en el
camino se encontró a Drake y Rhiannon, sin querer escuchó su
conversación.
- Rhiannon, ahora que estamos es esta situación quería decirte
algo.
- Dime.
- Posiblemente alguno de nosotros o los dos no salgamos de
esta.
- No digas eso.
- Pero es posible y no quería que eso pasara sin decirte esto.
- ¿Que es?
Drake apretó los puños, estaba sudando, toda su vida había
estado reuniendo valor para decir dos simples palabras.
- Te quiero.
Rhiannon sonrió y lo abrazó.
- Yo también Drake, eres como mi hermano y por lo tanto la
persona que más quiero en el mundo.
Eso no es lo que Drake quería decir, pero se acobardó, ya no
pudo hablar más, le dio una palmada a Rhiannon en la rodilla, se
levantó y se fue, al dar la vuelta se encontró a Cross de frente.
- ¿A donde vas?
- A los dormitorios de las tropas.
- Te acompaño yo tampoco quiero dormir aquí.
Ambos caminaron un rato en silencio, después Drake
preguntó:
- ¿Escuchaste algo?
- Un poco… ¿desde cuando te gusta?
- Desde que la conocí, pero siempre ha sido algo inalcanzable
para mí, sé que está completamente fuera de mi liga.
- La verdad es que esa sólo es tu percepción, hacen bonita
pareja.
- Tal vez, pero ella sólo me quiere como a un hermano, en serio
que te envidio Cross.
Cuando Cross escuchó eso le dieron ganas de golpear a
Drake, lo tomó de la camisa y lo azotó contra la pared.
- ¿Que dices?
- Tranquilo amigo, no es nada con tus chicas, yo sólo amo a
Rhiannon, lo que sucede es que te envidio porque al final tú
tienes a tres super bellezas que se derriten por ti.
- ¿Y crees que eso es bueno?
- Pues yo y cualquiera te diría que sí, no hay chico en este
Estado que no daría su brazo izquierdo por ser tú, vamos, no
seas modesto, tienes a tus pies a las tres chicas más lindas que
cualquiera haya visto en su vida.
Cross soltó a Drake, en sus ojos había tristeza.
- No es lo que piensan, yo también estaba enamorado de
alguien más pero vamos a la realidad, esa persona ya murió y
supongamos que estoy dispuesto a continuar con mi vida,
esas tres chicas son todavía mas hermosas por dentro, no
existe hombre que las merezca, tú dices que soy afortunado,
lo sería si sólo una de ellas se fijara en mi, pero no las tres.
¿Sabes lo que se siente pensar que si escogieras a una
lastimarías a las otras dos? Cada que se pelean siento un nudo
en el corazón y temor de que alguna salga lastimada, yo
jamás podría elegir a una porque no soportaría ver llorar a las
otras dos, perder a la persona que amas es lo más duro que te
puede suceder, yo amo a esas tres chicas y no aguantaría ver
que dos de ellas sufrieran lo que yo sufrí, así es que si me
preguntas quien envidia a quien, yo te envidio a ti amigo, sólo
amas a una chica y puedes pelear por ella, yo me siento
culpable cada vez que disfruto estar con alguna de ellas
porque siento que les soy infiel a las demás, yo no puedo
amar a ninguna porque no quiero romper el corazón de dos.
Drake se sintió mal por Cross, ni él ni nadie se imaginaría que
el chico más afortunado del mundo era también el más infeliz,
ciertamente ya no lo envidiaba, desde su punto de vista su problema
no era gran cosa.
Cuando Cross y Drake llegaron a los dormitorios comunes se
encontraron con Connor, estaba sentado en una cama, se le veía
pensativo.
- ¿Que haces aquí soldado? – preguntó Cross.
- Quería estar solo, pero parece que mi mamá y mi tía me
siguen a donde voy.
- En serio amigo. ¿Te podemos ayudar en algo? –volvió a
preguntar Cross.
- No lo creo, lo que pasa es que Arlés ya localizó a Selene.
- Eso es bueno... ¿o no?
- Si lo es Cross, por lo menos ya tengo la seguridad de que está
viva.
- ¿Y la irás a buscar? – preguntó Drake.
- No lo sé, la última vez que nos vimos la maté, necesito verla,
pero temo que si lo hago tal vez sea ella la que me mate.
Al escucharlo Cross y Drake se voltearon a ver, con la mirada
se dijeron “siempre hay alguien que esta peor que tú” y comenzaron
a reír, Connor se molestó.
- ¿De que chingados se ríen?
Cross lo tomó del hombro y todavía riendo le dijo:
- Es que no has escuchado el chiste completo amigo, deja que
Drake lo empiece…
En esa ocasión los tres amigos descansaron en los dormitorios
de las tropas, bebieron un rato a salud de las mujeres y se separaron a
media noche, se acomodaron en donde encontraron espacio, sólo
Cross no durmió, seguía pensando en Michelle, era quien se veía
peor, parecía ruda y que nada le importaba pero la verdad es que era
muy sensible, eso sólo lo sabían él, Athena y Caris.
Por otro lado esa noche nadie durmió en “la habitación mas
afortunada de la fortaleza”, como le llamaba todo mundo, nadie quiso
regresar ahí, Michelle se fue a la habitación de Póllux, estaba con una
chica y se la corrió, el gemelo ni siquiera reclamó, se notaba que su
amiga estaba triste, las otras dos chicas se fueron con Rhiannon y
Astrid que compartían dormitorio.

Mientras tanto, Arlés estaba revisando los detalles del


proyecto de liberación de los Distritos cuando se topó con algo
extraño, pensó que era un error, pero al constatarlo vio que era
bastante real, estaba preocupado, mandó a llamar a Michelle.
- ¿Que sucede?
- Que todas mis cuentas fueron congeladas.
- Y quieres que verifique las mías. ¿Me equivoco?
- No, estás en lo correcto, esto es serio, si no tenemos recursos
estamos perdidos.
Michelle usó el ordenador y los peores temores de Arlés se
hicieron realidad.
- Tienes razón, mis cuentas también fueron congeladas, no
tengo acceso a ellas.
Arlés tomó asiento, tenía las manos en el cabello, estaba
descorazonado.
- Hay que hablar con los chicos.
- ¿Y por qué esa cara? Ya se te ocurrirá algo, siempre es así.
- Esto no es cuestión de estrategia, es de recursos, sin ellos
estamos perdidos, no contamos con el material humano
necesario, sin recursos nos aplastarán.
Michelle no se veía preocupada, sólo le dijo a Arlés
“espera”, al poco tiempo regresó con un ordenador personal, tecleó
unos datos y le insertó en el puerto un objeto parecido a una llave con
pantalla de cristal líquido, de pronto, aparecieron unas cantidades en
pantalla, le dijo a Arlés con voz maternal:
- ¿Con esto bastará para cubrir los gastos de tu revolución?
Arlés estaba sorprendido, no podía creer lo que sus ojos
veían.
- Basta y sobra, alcanza para cinco revoluciones…
- Que bueno, si no es suficiente tengo otras treinta cuentas más
o menos parecidas, tú sólo pide y yo concedo, ya estás
autorizado para manejar esa cuenta como mejor te parezca,
utiliza sólo un computador personal y esta llave electrónica,
no lo olvides.
Arlés se quedó sin habla, Michelle le dio un beso en la frente
y se retiró del lugar, cuando estuvo seguro que la chica se había
marchado, Yago se acercó al ordenador, vio la cantidad y se fue de
espaldas.
- ¿Es verdad lo que dice ahí Arlés? Son muchos números...
- Si lo es Yago, Michelle ha vuelto a sorprendernos, ese dinero
no puede ser tocado ni congelado por nadie en Boleria, es una
cuenta extranjera protegida por el Derecho Internacional,
estamos salvados.
De regreso a los dormitorios Michelle sonreía, su anterior
experiencia cuando era niña le había enseñado a cuidar, diversificar y
dosificar su fortuna. Se había jurado a sí misma que jamás volvería a
quedar desprotegida y se había encargado de que así fuera, podía
perder su fortuna de varias maneras y siempre tendría un salvavidas
para empezar de nuevo. Invirtiendo en el mercado internacional la
linda pelirroja se liberó del yugo financiero de la Ciudadela, sus
cuentas eran intocables y todo el armamento para la causa lo
importaba por barco, nadie nunca supo que el negocio era suyo, lo
pasaba por las narices del único Delegado que apoyaba a la
Ciudadela y jamás se enteró.
CAPÍTULO 11
LA BATALLA FINAL

A la mañana siguiente Michelle no les dirigió la palabra a


Caris y Athena, por su parte, Cross se desapareció todo el día, en la
tarde Arlés los citó.
- Ya tenemos la información de cómo y cuando seremos
atacados, la batalla se librará mañana, en este momento les
van a dar una carpeta con las tareas que cada quien va a
realizar, así como sus posiciones específicas, deberán leer
también las de sus compañeros y las de nuestras tropas, no
puede haber errores.
Cross levantó la mano.
- ¿Quien te dio esta información?
- ¿Por que la pregunta?
- Porque si es Lothar ya no puede estar en la Ciudadela, es
demasiado peligroso.
- Efectivamente, fue Lothar, pero no te preocupes, el ya
escapó, le dio la información a uno de mis chicos en la zona
militar, dejó dicho que nos ayudaría en la batalla, así es que
duerman bien chicos, mañana será un día ajetreado.
Esa noche el único que se encontraba en los dormitorios
comunes era Cross, pero no podía dormir, después de pensarlo
mucho fue a su habitación, cuando llegó, sólo se encontraba
Michelle, Cross entró y vio que estaba dormida, tomó una silla y se
sentó enfrente de ella, se quedó observándola hasta que el sueño lo
venció, cuando despertó Michelle ya no estaba, lo había tapado con
una cobija y le había colocado una almohada.

Llegó el gran día, la batalla los esperaba, no hubo más


indicaciones, todos sabían lo que había que hacer, sólo se dieron la
mano y se desearon suerte, antes de irse Elektra le llamó a Cross:
- ¿Puedes venir un momento?
- ¿Que sucede?
- Nada, sólo no quiero que te vayas pensando que estoy
molesta.
Elektra abrazó y besó a Cross en los labios.
- Cuídate por favor.
- Tú también y cuida a Caris.
Cross besó la frente de Athena y fue a buscar a Brachium,
cuando Escorpión y su compañero salieron a la calle Libra le
comentó:
- Creo que te buscan.
- ¿En donde?
- Detrás de ese poste.
Cross volteó, era Caris, sólo lo observaba irse, él ya estaba
acostumbrado a que Caris lo vigilara sin hablarle, se acercó a ella.
- ¿Mi acosadora no se va a despedir de mí?
- Si.
Esta vez fue Cross quien abrazó y besó en los labios a Caris.
- Prométeme que te vas a cuidar y también vas a proteger a
Elektra.
- Lo prometo, cuídate tú también.
- Lo haré.
Besó la mano de Caris y se fue, pero su mente no estaba en la
batalla, estaba pensando en Michelle.

Todos salieron de la Fortaleza por distintos sitios y tomaron


sus posiciones, sólo les faltaba esperar, cuando Michelle salió, se
negó a hablar con Elektra y Caris, las ignoró, a Cross sólo lo tomó
del rostro y le dijo que se cuidara, después se fue con Acuario y
Piscis, cuando estaba en su posición de ataque se arrepintió de no
haberse reconciliado con sus amigas, rezó por volverlas a ver con
vida, las abrazaría y haría de cuenta que nada había pasado Notó
Acuario y Piscis estaban muy nerviosas, aunque ellas eran tan
poderosas como Chitriel y Ariel, no tenían tanta experiencia en
batalla, Pariel las tranquilizó.
- Chicas... ¿no están emocionadas?
- ¿Tu lo estas? – le preguntó Piscis sorprendida.
- ¡Claro! ¿Desde cuando no han explotado todo su potencial en
una batalla?
- Creo que nunca lo he explotado – dijo Acuario –. ¿Y tu Pics?
- Yo tampoco.
- Entonces que mejor momento para probarse, recuerden que
peleamos en círculo, siempre observando de reojo la espalda
de la compañera que tengamos a la derecha, de ese modo
siempre estaremos protegidas, les prometo que mientras yo
esté en pié nada les pasará.
- Gracias. – Acuario tomó la mano de Pariel –. Ahora sé
porque eres la líder de tu escuela, aunque eres una pesada…
Michelle sonrió.
- Claro que lo soy.
- Oye Pariel, ya que estamos esperando… ¿puedo hacerte una
pregunta personal?
- Ya sé por donde vas Acuario, quieres saber porqué me gusta
Cross.
- ¡Claro que no! También me gusta a mí... ¿pero no crees que
Hermes es más guapo?
- De hecho lo es, hasta una ciega lo notaría, pero jamás en la
vida lo preferiría por encima de Cross, lo amo desde niña. Su
manera de ser y su personalidad lo hacen único. ¿No lo crees?
- Por supuesto que sí, me encanta su personalidad de genio
retraído, yo también lo preferiría por encima de Hermes, pero
la competencia por su amor es demasiado perfecta, yo nunca
estaría a la altura de ustedes.
- No digas eso, eres muy linda, pero si quieres acercarte a
Cross lo lamentarás... ¿entiendes? Ya tengo suficiente con
aquellas dos.
Las palabras de Michelle levantaron el ego de Acuario, si la
amenazaba era porque de verdad la consideraba atractiva.
- Esa era mi pregunta original. ¿Como soportan las tres estar
con el mismo chico a la vez?
- No lo sé, pero puedo decirte que Elektra y Caris son mis
mejores amigas y eso nada lo cambiará, compartimos un
amor por el mismo chico, pero aunque al final no me eligiese
a mi, quien se quede con él seguirá siendo mi amiga.
- Silencio chicas, creo que ya vienen.
Michelle se quedó pensando en sus palabras. ¿Realmente
aceptaría que Cross eligiera a Elektra o a Caris por encima de ella?
No lo sabía, pero en el fondo lo dudaba.

Los gemelos y Freya iban rumbo a su destino, los tres se


veían tranquilos, caminaban en silencio hacia el punto previamente
establecido, Póllux rompió la quietud.
- ¿Quieren hacer más divertida la travesía?
Cástor volteó a ver a su hermano y dijo: “no”, al contrario,
Astrid estaba curiosa.
- Yo si… ¿que tienes en mente?
- Que todos pidamos algo de los otros dos, si salimos ilesos lo
tendremos que cumplir, pero lo interesante de esto es que
podemos pedir LO QUE SEA y será una promesa cumplirlo,
así es que piénsalo antes de decidir si aceptas, al dar tu
consentimiento no hay marcha atrás.
- ¿Que quieres decir con “lo que sea”?
- Eso precisamente, hacer cualquier locura en agradecimiento
por haber salido ilesos.
- Necesito pensarlo…
Hermes observó a Freya y se le ocurrió obligarla a entrar,
quería atormentarla con su petición y sentía curiosidad por ver que le
pediría.
- Sabía que dirías una estupidez Pol, pero anótame dentro, que
dices Astrid… ¿te falta valor?
- Me sobra valor para regalarles, pero yo elijo al final, por si
sus peticiones son abusivas me pueda desquitar.
- Me parece justo – dijo Póllux.
- Acepto yo también, y como mi hermano fue el de la idea, él
deberá empezar.
- Está bien. Cas, si salimos ilesos, tendrás sexo con una
anciana, Astrid y yo la elegiremos.
Freya empezó a reír al ver la cara de desacuerdo de Cástor, no
podía parar de burlarse.
- Bueno, lo haré, ahora di lo de Astrid para que se calle, su
risita molesta más que tu petición.
- Astrid tendrá que besar por un minuto como mínimo…
Freya estaba sonriente, podía con ese castigo, no importaba
quien fuera.
- A Drake.
Entonces los roles cambiaron, Freya se puso nerviosa y
Cástor empezó a reír.
- No juegues, Rhiannon me va a matar, además Drake es como
de mi familia…, pídeme otra cosa o mejor me salgo de tu
estúpido juego.
- Y la viejita es como mi abuelita – le dijo Cástor a Freya –, ya
aceptaste, no hay escapatoria, se lo explicarás después del
beso, además, suena interesante, Rhiannon siempre dice que
Drake es como su hermano, eso lo veremos.
- Está bien, pero lo hago bajo protesta, ahora es tu turno Cas.
La sonrisa de Hermes se volvió maligna.
- Pol, tú te vestirás de niña y andarás por toda la Fortaleza así
durante todo el día.
- No chingues, mido mas de dos metros… ¡me voy a ver
ridículo!
- ¡Más bien ridícula! – gritó Freya quien otra vez no paraba de
reír.
- Ahora vas tú Astrid, contigo me voy a dar un gusto personal,
eres muy bonita pero lo ocultas – dijo Cástor mientras con la
mano derecha quitaba el cabello de Freya que le cubría parte
del rostro –, si salimos ilesos te dejarás crecer el cabello,
mínimo hasta la media espalda.
- Eso no, prometí que no lo haría.
- ¿A quien?
- A mí.
- Pues esta promesa le gana a la tuya, no hay problema, cuando
te crezca lo suficiente podrás volvértelo a cortar como
quieras, tu aceptaste, no hay marcha atrás.
- Está bien, ahora me toca, tú Póllux, no tendrás sexo en seis
meses.
- No jodas…
- Si, aguántate, te hará bien.
- Así es hermano, pero no te preocupes, te puedes auto-amar
las veces que quieras.
Hernes y Freya reían, Titán se estaba arrepintiendo de su
juego, vestirse como niñita y nada de sexo, eso era cruel, Astrid
empezó a señalar a Cástor.
- Y tuuuuu jovencito, vas a ser mi esclavo por un día.
- Eso no es un castigo, son muchos…
- Si quieres te lo cambio – le espetó Póllux.
- Nada de cambios y el castigo lo podré cobrar cuando yo
quiera, tal vez mañana, tal vez pasado, tal vez en un año, no
lo sé.
- Perfecto – respondió Cástor –. Ya quedamos todos
amarrados.
Titán estiró su brazo con la palma de la mano hacia arriba y
viendo a sus compañeros les dijo:
- Lo pactado, sellado queda y no se puede deshacer.
Hermes y Freya pusieron sus manos con la palma hacia abajo
sobre la gran mano de Póllux, al mismo tiempo exclamaron.
- ¡Cerrado el trato!
Astrid siguió caminando tomando a los gemelos a cada uno
del brazo, ahora sabía por qué todas las chicas que los conocían los
adoraban, eran demasiado divertidos, sería un honor pelear a su lado.
Fenrir salió con Brahma, ellos serían refuerzos en donde les
necesitaran.
- Lo mejor será que estemos cerca de Brach y Cross, son los
que nos van a necesitar más.
- Estoy de acuerdo Connor, pero tomemos otra ruta, podrían
estar siguiéndonos.
Fenrir y Brahma siguieron una ruta alterna, la prioridad sería
apoyar a su líder en contra del enemigo más poderoso.
- Dime Connor. ¿Piensas ir al Quinto Distrito?
- No lo sé.
- Lo digo porque este apenas es el segundo paso de la batalla,
el tercero es ir al Quinto Distrito a dialogar con los cuatro
Jueces.
- Eso lo veremos si salimos de esta.
- Por eso no te preocupes, ya escribí mi testamento, quienes
sobrevivan seguirán el plan hasta el final.
- Piensas en todo... ¿verdad?
- Trato de, lo principal es la causa, la pelea será hasta el final.
- Si todos piensan como tú, con esa resolución, es imposible
perder.

Rhiannon y Drake ya estaban en posición de ataque, sólo


esperaban que comenzara el conflicto.
- Drake, por favor, no le juegues al héroe, si ves algo
demasiado difícil déjalo.
- ¿Porque lo dices?
- Porque te conozco y eres muy terco.
- ¿Lo dejarás tú?
- ¡Por supuesto! De otra manera no te lo pediría.
- Pensé que me ibas a decir que tú te encargarías…
- Drake, deja de menospreciarte y menos ahora, el poder que te
dieron los maestros es increíble, pero aún no lo dominas bien.
- Lo sé, todo saldrá bien.
- ¿Recuerdas cuando nos conocimos?
- Si, como olvidarlo, fue el día que me dieron mi primer paliza.
- Por defenderme.
- Ese evento cambió mi vida, me llevaste a casa.
- Tú la convertiste en un hogar, ese lugar era una cueva hasta
que llegaste.
Drake sonrió ante el comentario de Rhiannon, sabía que
estaba exagerando, pero era por esos detalles que estaba enamorado
de ella.
- Sólo llegué unas semanas después que tú…
- Si; y de vivir en la calle sufriendo penurias pasamos a tener
una infancia muy feliz.
- Tú y los venerables son lo principal en mi vida, ellos ya no
están, pero nosotros cumpliremos su sueño.
- Sé que así va a ser.
Rhiannon abrazó y besó a Drake en la mejilla, aunque no se
lo dijo para no hacerlo sentir mal, lo protegería incluso con su vida.

Athena y Caris estaban llegando a su punto de batalla, ambas


hablaban de cosas sin importancia hasta que Caris cambió el tema.
- ¿Crees que Michelle me perdone?
- Claro que si… ¿porque lo dices?
- Porque tú eres su amiga de toda la vida, a mi tiene poco que
me conoce.
- No te preocupes por eso, Michelle siempre se ha sentido
atraída por las personas que… ¿como lo diré? Tienen tanta
clase o más que ella, le pasó con Chris y le pasa contigo.
- Yo no soy mejor que ella.
- Tú eres una princesa, con verte todo mundo sabe que eres
diferente, además, las tres tenemos un vínculo único.
- Y doloroso… ¿te arrepientes de haber besado a Cross?
- ¡Jamás! ¿Te arrepientes tú?
- Si, por haberles causado dolor a ti y a Michelle, pero lo
volvería a hacer…
- Así son las cosas amiga, pero piensa en esto, si nosotras
sufrimos Cross no está entre nubes, seguro lo volvemos loco,
pero él nunca se queja.
- Yo creo que te quiere más a ti.
- Lo dudo, yo nunca lo he puesto como tú, la vez que los
encontré tenía ojos sólo para ti.
- ¿Y Michelle?
- Por ella no te preocupes amiga, estamos en desventaja frente
a esa chica, al final siempre obtiene lo que quiere, este juego
no es de ver quien obtiene un pedazo antes, sino de quien se
lleva todo el premio.
- Pero seguiremos siendo amigas... ¿verdad?
Elektra abrazó a Caris por la espalda.
- Por supuesto, las mejores.

Cross y Brachium llegaron al punto de choque, desde que se


aproximaban ya se escuchaba la marcha del ejército.
- ¿Emocionado o asustado Escorpioncito?
- Más emocionado y menos asustado que tú, Brach.
- Esa respuesta me gustó, espero que sigas igual de optimista
después de que Leviatán te aplaste el trasero.
- Eso será después de salvar el tuyo.
- A propósito de traseros salvados… ¿recuerdas el día de tu
paso por las aulas del Círculo para obtener tu guante?
- Si, imposible de olvidar…
- ¿Recuerdas que te tuve lástima y te dejé pasar?
- Una forma muy peculiar de decirlo, pero por supuesto que lo
recuerdo, todavía te estoy agradecido.
- Pues te equivocas, esta es tu prueba, si no vences a Leviatán
devolverás ese guante... ¿de acuerdo?
- Hecho.

El ejército de la Ciudadela venía marchando, eran diez mil


guerreros en total más sus dirigentes, el grueso de la armada estaba
compuesto por seis mil troopers, cuatro mil elementors, cien
bérserkers, dos Comandantes dominadores de energía elemental,
cuatro FILOS, Juggernaut y Leviatán.
Los seis mil troopers estaban divididos en dos grupos, tres mil
eran de la legión de los guerreros metálicos y tres mil manejaban
energía elemental, los guerreros metálicos se dividían a su vez en mil
quinientos de acero, ochocientos de cobre, cuatrocientos de bronce,
doscientos de plata y cien de oro, los otros tres mil eran de la legión
de las fuerzas elementales, había cuatrocientos cincuenta de cada
elemento, agua, aire, fuego, tierra, metal (plomo) y hielo, además,
marchaban trescientos de elemento electricidad.
Los elementors se dividían en tres mil dragones elementales y
mil manejadores de dos elementos, los dragones elementales estaban
divididos en quinientos dragones verdes, quinientos dragones rojos,
quinientos dragones amarillos, quinientos dragones azules,
quinientos dragones blancos, cuatrocientos dragones negros y cien
dragones púrpuras; y los manejadores de dos elementos se dividían
en doscientos cuarenta elementors metal-agua, doscientos cuarenta
elementors metal-aire, doscientos cuarenta elementors metal-tierra,
doscientos cuarenta elementors metal-fuego, doscientos cuarenta
elementors metal-hielo y cincuenta elementors metal-eléctricos.
Los dragones que manejaban los elementors de la ciudadela
no eran tan poderosos como los de los FILOS, eran pequeños
dragones de tres metros de altura, con los que podían atacar
físicamente o por medio de su elemento, dragones verdes - viento,
dragones rojos - fuego, dragones amarillos - tierra, dragones azules -
agua, dragones blancos - hielo, dragones negros - metal y dragones
púrpuras – electricidad; los dragones no podían separarse a más de
tres metros de su controlador.
Los cien bérserkers se dividían a su vez en quince
controladores de energía elemental agua, aire, fuego, tierra, metal,
hielo y diez de electricidad.
Los Comandantes manejaban energía natural, dominaban
serpientes de varias cabezas legendarias, Apocalipsy a la Naga y
Armagedón a la Hydra. Los FILOS que apoyaban al estado, eran
amos de las criaturas legendarias Midgard, Cerberus, Fafner y el
dragón oscuro.
Loki manejaba a Midgard, una inmensa serpiente acuática,
Cerberus dominaba al monstruo que llevaba su nombre, un
gigantesco perro de tres cabezas, Siegfried era el amo de Fafner, un
enorme dragón alado de cuatro patas que habitaba en las
profundidades de la tierra y Lilith era el dragón oscuro, un
descomunal dragón poseedor del fuego ácido, cubierto de una
armadura impenetrable, de cuatro patas cuyas garras eran dagas y
poseía enormes alas capaces de formar huracanes, su cola terminaba
en el filo de una espada.
De los cuatro FILOS que peleaban por la Ciudadela sólo
Siegfried y Lilith tenían un control total sobre sus bestias, Loki solo
podía crear a Midgard a través de su elemento, agua, pero no la
materializaba con su cuerpo real, en cuanto a Cerberus, sólo
alcanzaba a formar la imagen de su bestia pero aún no la podía
recrear físicamente.
Todos eran comandados por el Gobernador de Arcadia y su
Comandante Supremo: Leviatán y Juggernaut, poderosos guerreros
cuyo poder se sabía era superior al de los FILOS, pero realmente se
ignoraba su real potencial en el combate.
En contra del ejército de la Ciudadela combatirían los
rebeldes formados por seis FILOS, cuatro elementors, dos troopers,
un bérserker y una guerrera élite.
De los seis FILOS sólo Caribdis tenía el control total de sus
dos bestias: Scylla, un grotesco monstruo de energía natural con cola
de pez y cuerpo de mujer, en la parte inferior seis gigantescas
serpientes sobresalían y debajo de éstas seis descomunales perros
soportaban todo el peso de la bestia y Caribdis, un horrendo
monstruo con cuerpo de mujer, sus brazos eran dos enormes
tentáculos que se abren liberando decenas de tentáculos más
delgados y la parte inferior de su cuerpo era el de una serpiente que
termina en la cabeza de un monstruo capaz de crear enormes y
destructivos torbellinos de agua; Brahama, poseía al Basilisco, un
animal mitológico con forma de gallo con cuatro patas, plumas
amarillas, grandes alas espinosas y cola de serpiente con terminación
en garfio, era una bestia capaz de matar con la mirada, la voz o
tocando a la víctima, pero aun no tenía la capacidad de controlarlo;
Fenrir era el amo del gigantesco y legendario lobo que llevaba su
nombre y al igual que Dorian todavía no podía materializarlo; Freya,
Escorpión y Athena aún desconocían a la bestia que les otorgaba su
arma sagrada o si es que controlaban alguna.
En cuanto a los demás líderes rebeldes, la Arcángel Pariel
controlaba al monstuo llamado Equidna, una criatura que tenía el
rostro y medio cuerpo de una bella mujer de temibles ojos oscuros,
pero el resto de su cuerpo era una serpiente que lanzaba fuego, era
extremadamente resistente, fuerte y rápida; Acuario dominaba al
Tritón, un monstruo con torso de un humano y la cola de un pez,
controlador del elemento agua, donde nadie era más rápido que él; y
Piscis controlaba a Tifón, un ser monstruoso que tenía el torso de un
humano, en vez de dedos tenía cabezas de dragón, de la cintura hacia
abajo estaba formado por serpientes, poseía alas y formaba huracanes
con ellas.
Libra era un elementor que tenía un control total y letal sobre
los elementos aire y electricidad, podía incluso fusionarlos, conocido,
respetado y temido en los cinco Distritos y sobre todo, en la
Ciudadela, donde se decía que era tan poderoso como los habitantes
mas fuertes de ese lugar; los gemelos Hermes y Titán eran quizá los
dos guerreros más fuertes de los rebeldes, capaces de mezclar el
elemento aire y el metal; Drake era un milagro de las fuerzas
elementales, las dominaba todas con excepción de la energía pura y
la energía natural; y finalmente Rhiannon, una guerrera especialista
en el combate cuerpo a cuerpo, su real poder era desconocido por
todos.
Los guerreros élite de los rerbeldes eran apoyados por dos mil
soldados armados con una espada y escudo pequeños, un revólver,
una escopeta pequeña manejable con una mano y una armadura de
metal; el revolver podía ser de uno o cuatro cañones y la escopeta de
uno o dos cañones, esta destruía las armaduras de metal del enemigo,
los soldados eran expertos en el uso de sus armas, estaban entrenados
para matar troopers y elementors, los dirigentes estaban comunicados
entre sí por pequeños trasmisores que tenían en el oído derecho, no
habían escatimado en gastos, habían adquirido lo mejor en armas y
tecnología, en ese aspecto quizá hasta ganaban al enemigo.
Las piezas estaban sobre la mesa, la batalla se decidiría por
quien jugara la mejor estrategia en ese enorme tablero de ajedrez que
era el Segundo Distrito.

Mientras Brach y Cross esperaban la carga en la plaza central


de la zona élite del Segundo Distrito, recibían información de que al
mismo tiempo que Leviatán marchaba con sus huestes hacía la
Fortaleza, los Comandantes estaban entrando por los flancos del
Distrito, Apocalipsy y Armagedón por el derecho, Siegfried y Loki
por el izquierdo, Cerberus rodeaba el Distrito para caerles por la
retaguardia, pensaban rodear a los rebeldes y aniquilarlos, pero sus
principales combatientes debían estar juntos, la batalla se decidiría en
las espadas de los guerreros élite.
Cuando Leviatán llegó a la plaza central inmediatamente vio
a los guerreros que lo esperaban, eran ni más ni menos que el
vencedor del torneo por la espada sagrada Antares y Libra, ambos
pertenecientes al Círculo del Zodiaco, ordenó a sus subordinados
seguir avanzando, él se encargaría personalmente de los líderes
rebeldes y los alcanzaría más adelante.
- Hola muchachos... ¿no creen que me lo están poniendo muy
fácil?
- Considérelo una cortesía de nuestra parte, usted es nuestro
distinguido huésped y haremos que se sienta como en casa –
le respondió Cross, quien estaba sentado en una banca con las
manos entrelazadas a la altura de su barbilla.
- Me parece bien que los líderes nos veamos las caras. ¿Me
permiten unas palabras antes de que empiece nuestro
combate?
- Si usted insiste se lo permito – le replicó Cross.
- Muy amable Lord Lesath. Hoy van a morir todos los
rebeldes, pero tengo una oferta para ustedes dos, ambos
interesan a la Ciudadela, tienen dones que pueden ser
aprovechados adecuadamente, si deciden acompañarme les
aseguro un lugar en los puestos políticos más importantes.
Libra, queremos que gobiernes el Quinto Distrito, ya es hora
de ponerlo en su sitio, ese lugar es pura anarquía, y
Escorpión, a ti te ofrezco mi puesto, en unos años me retiraré,
voy por otra provincia menos conflictiva, tú serás el nuevo
Gobernador de Arcadia. ¿Que dicen chicos? ¿Les atare la
idea?
- ¿Y que debemos hacer para cerrar el trato? Atacar a los
rebeldes, darles información… – preguntó Libra.
- ¡Por supuesto que no! Nunca les pediríamos que traicionen a
sus amigos, ellos ya están muertos, aunque si ustedes
quisieran evitar el derramamiento de sangre, pueden solicitar
su rendición, escucha bien Escorpión, puedes llevártelos a
todos a trabajar con nosotros a la Ciudadela, sólo algunos
pocos no se salvarán, Fenrir, Caribdis y Brahma no entran en
el trato, el primero ya ha sido condenado a muerte, los otros
dos manejan bestias incontrolables, serán tratados y
adiestrados en la Ciudadela, los demás quedarán bajo tu
abrigo y protección, no es el mejor trato, pero puedes salvar a
la mayoría de tus compañeros, si no les interesa salvarlos sólo
retírense y déjemelo todo a mí. ¿Que dicen? ¿Tenemos un
trato?
Cross y Brach se voltearon a ver divertidos, ambos se
levantaron y le plantaron frente a Leviatán, Cross habló:
- Tenemos una contraoferta, tú te retiras con todos tus
hombres, prendes fuego al edificio de la Ciudadela, desarmas
el ejército y enviamos a tus soldados al extranjero, no podrán
volver, después pide perdón a todos los ciudadanos de
Arcadia y pasa un tiempo junto con los principales líderes en
la cárcel, no mucho, unos cincuenta años, al final, si aún
vives, sales de prisión y te damos un espacio para que
termines tranquilamente el resto de tus días, tienes un minuto
para pensarlo, esta oferta expira rápido. ¿Que dices?
¿Tenemos un trato?
Leviatán esbozó una sonrisa maligna, sacó su espada, la
legendaria Thyrfing, con ella señaló a los chicos.
- Esta es una espada sagrada y es especial, una vez que es
desenfundada, alguien debe morir, así que… ¿quien de
ustedes quiere irse al otro mundo primero?
Libra y Escorpión ya habían tomado sus posiciones, estaban
separados a ciento ochenta grados teniendo como centro a Leviatán,
de manera que cada uno quedó parado en una línea recta, separados
por una distancia de doscientos metros del Gobernador de Arcadia, le
sería imposible matarlos a ambos a la vez.
- Usted elija señor, nosotros no somos más que unos humildes
ciudadanos – le replicó Libra.
El ambiente se puso tenso, Leviatán era un viejo lobo de mar,
tenía más o menos la edad de esos chicos en la anterior batalla y
venció a experimentados guerreros, los observaba atentamente,
trataba de descifrar quien estaba más nervioso y se decidió, atacó a
Escorpión, su velocidad era impresionante, en segundos se acercó y
atacó, Cross logró detener el embate, sus ojos se habían tornado rojo
claro, Thyrfing y Antares chocaron, el contacto de ambas espadas
desató una onda de choque.
Después de su primer ataque, Leviatán estaba furioso, su rival
estaba de pie y sin daño alguno, su sombra que le había ganado sus
anteriores batallas había fallado, la veía de frente, pero algo o alguien
la había detenido, el cuerpo de Escorpión no lo dejaba observar bien
el panorama, hasta que observó las armas…, entonces comprendió
que es lo que había sucedido.
- Tu velocidad es buena amigo, pensé que me partían en
pedacitos… – dijo Escorpión en un suspiro.
- No te creas mucho, llegué con lo justo, y eso porque estaba
más cerca que este maldito – respondió el FILO número diez.
Fenrir y Brahma estaban observando la escena ocultos, Fenrir
cerca de Escorpión, Brahma de Libra, ya conocían el secreto del
ataque invisible de Leviatán, Drake se los había contado, los
venerables le dijeron que no fue Leviatán quien los venció, fue una
sombra que los golpeó como relámpago por la espalada, nadie la vio
llegar, pero el impacto y el dolor fueron claros, Leviatán sólo terminó
el trabajo, pero la herida que los inutilizó fue obra de alguien más.
Tanto Fenrir como Brama ya estaban en modo FILO cuando
Leviatán hablaba con sus compañeros, sus ojos se habían tornado
azul claro y oro claro, esperaban el más leve cambio en la dirección
del aire para contrarrestar el ataque, ya sabían por donde llegaría, por
la espalda de cualquiera de sus amigos, cuando Juggernaut atacó a
Cross, Fenrir no lo vio pero lo sintió, jamás volteó a ver a Leviatán ni
como atacaba a Escorpión, todos sus sentidos se concentraron en la
retaguardia de su camarada, se apresuró a recibir el ataque de aquel
gigante, con Colmillo Blanco y Colmillo Azul en forma de cruz paró
el ataque del Comandante Supremo de las Fuerzas Militares de la
Ciudadela.
Ahora la batalla empezaba realmente, recargándose en la
espalda de Escorpión el FILO número diez golpeó con ambos pies en
la barbilla a Juggernaut, este dio unos pasos para atrás, tiempo
suficiente para que Brahma y Libra lo rodearan, los combates ya
tenían a sus contendientes, Leviatán vs. Escorpión y Fenrir,
Juggernaut vs. Brahma y Libra.

Cuando Apocalypsy y Armagedón llegaban al límite del


barrio pobre y el barrio elite del Distrito II, los guerreros de Géminis
y Freya les salieron al paso, los enviados de la Ciudadela venían
acompañados por mil soldados, dieron la orden a quinientos de ellos
que siguieran al frente, los gemelos no les permitieron avanzar, así
que se quedaron los dos Comandantes y todos los soldados,
Armagedón y Apocalipsy estuvieron de acuerdo, ya habían peleado
previamente con esos dos chicos y de ninguna manera dejarían que la
chica que portaba el guante que la acreditaba como el FILO número
ocho los auxiliara.
- ¿Como ves Cas?
- Son muchos soldados – respondió Cástor mientras hacía
movimientos de calentamiento –, yo prefiero pelear contra los
jefes, tienen nuestra complexión, será una buena pelea, que
Astrid se encargue de los demás.
- Te apoyo hermano, yo tampoco podría con tanto soldado.
¿Que dices condiscípula? ¿Nos vas a mostrar lo que el
maestro Aries te enseñó?
Freya tenía cara de desgana, sabía que los gemelos no le
permitirían pelear con los Comandantes, eran muy peligrosos,
aunque en cierta medida el ejército de mil hombres no era un flan,
una mala decisión y acabarían con ella, y después, con sus amigos.
No los iba a decepcionar.
- Los dos son unos inútiles miedosos, hagan lo que quieran, yo
me encargo de que la basura no se entrometa y les estorbe.
Los Gemelos se pusieron en guardia, ambos desenfundaron
sus enormes espadas.
- ¿Con quien te quedas Pol?
- Ya inicié mi batalla con este. – Señaló a Apocalipsy –. Me
gustaría pelear con él, tú termina tus asuntos con el otro.
Los Generales se enfurecieron, Armagedón les contestó:
- De acuerdo, cada quien saldará sus asuntos pendientes y esta
vez no hay quien los ayude.
Inmediatamente después se fue en contra de Hermes, su
compañero hizo lo propio con Titán, Freya encendió su modo FILO,
sus ojos se tornaron verde claro, a una velocidad de vértigo atacó al
resto del ejército, así empezó el combate, ahora los Comandantes
debían demostrar porque los relatos decían que eran más poderosos
que cualquier guerrero élite del exterior.
En el barrio de clase media casi en el puerto del Distrito II,
Elektra y Caris vieron cómo el ejército se aproximaba a ellas, se veía
inmenso, las dos tendrían que pelear con los FILOS y el ejército,
tenían a mil efectivos algunos metros a sus espaldas para que
acabaran con los soldados que se les alcanzaran a escapar, cuando
estuvieron frente al ejército no vieron ni a Loki ni a Siegfried, los
soldados de la Ciudadela eran comandados por varios bérserkers.
- En nombre de la Ciudadela les ordeno que se entreguen y sus
vidas serán respetadas – dijo un bérserker que parecía ser el
General de ese grupo.
- Que me lo pida tu superior – le respondió Athena.
- ¡Aquí el superior soy yo!
- Deseo hablar con Loki o con Siegfried.
- Aquí no vienen.
La sonrisa del General lo decía todo, habían cambiado la
estrategia, Loki y Siegfried entrarían por otro lado, sus compañeros
estaban en problemas.
- Caris, ve a buscar a los demás y auxílialos, llévate a las
fuerzas de combate, yo puedo con estos sin tu ayuda.
- Son más de dos mil soldados Elektra, no puedes tú sola.
- Sólo haz lo que te digo.
- No, si alguien se va a quedar a pelear soy yo, tú vete a ayudar
a los demás.
- Caris... soy tu superior.
- No, en esta batalla mis únicos superiores son Drake y Cross,
ninguno está aquí, me ordenaron defender este lugar y así lo
haré.
- Entiende Caris, los demás…
- Estás perdiendo el tiempo y no podemos hacer eso, voy a
atacar, tu puedes apoyarme y así acabamos más rápido o
puedes irte para ayudar a los demás, lo que escojas hacer está
bien, tú eliges.
Caris no esperó mas, encendió su modo FILO y atacó, sus
ojos se tornaron violeta claro, Athena no la iba a abandonar, hizo lo
mismo, sus ojos cambiaron de color a gris claro, pero antes ordenó a
la milicia que fueran a ayudar a los demás, ella y Caris se encargarían
de ese ejército, la pregunta era: ¿Cuanto tardarían?

Rhiannon y Drake vieron al ejército acercarse, sus órdenes


eran claras, acabar con los líderes para que los soldados siguieran
avanzando en forma desordenada, de este modo Pariel, Acuario y
Piscis, darían cuenta del resto del ejército, ambos se alistaron pero
cuando tuvieron a las fuerzas armadas a unos metros se quedaron sin
habla, éstos eran dirigidos por Loki y Siegfried, quienes se habían
ocultado de los otros FILOS y Libra en la plaza.
- Vaya, vaya, mira que tenemos aquí, a los dos más
incompetentes de la resistencia – se burló Loki.
- Esos no sirven – dijo Siegfried –. Que los destrocen los
soldados, pasemos de largo.
Rhiannon y Drake se voltearon a ver, de ninguna forma
podían dejar que los FILOS avanzaran, matarían a sus amigas con
todo el ejército que los apoyaba, ellos detendrían a los líderes, o por
lo menos los retrasarían hasta que llegaran los refuerzos.
- Lo siento Siegfried, pero ni tu ni Loki pasarán de este lugar –
dijo Drake señalando a ambos.
- ¿Que te crees insecto? ¿Acaso ya olvidaste que la última vez
casi te mato de un solo golpe? – le dijo Siegfried en tono
burlón.
- Intenta de nuevo, idiota.
Siegfried se dispuso a atacar, pero Loki lo detuvo.
- Espera, yo me encargaré de él, tú ocúpate de la chica y sigue
adelante, eres el que tiene experiencia en combate y debes
dirigir al ejército, después de matar a esta basura te alcanzaré.
- Está bien, pero no te apresures, no te necesito tan rápido,
tómate tu tiempo con ese insecto y me llevas un recuerdo.
- Lo que digas.
Loki había engañado a Siegfried aprovechándose de que
nadie tenía información de Rhiannon, lo engatusó para que peleara
con ella, él sí la conocía y de ninguna manera pensaba tener un
desafío con esa chica en una batalla uno contra uno, en cambio,
Drake era una nulidad, podría con él con una mano atada a la espalda
y sin usar su espada sagrada.
Siegfried se fue descuidadamente de frente sobre Rhiannon,
pensaba apartarla de un solo golpe y seguir su camino. Craso error.
Rhiannon esquivó su golpe y lo pateo en las costillas, el FILO salió
volando y aterrizo en contra de un muro, estaba herido, esa chiquilla
le había fracturado las costillas, vio una sonrisa en la cara de Loki, el
maldito lo engañó, esa niña no era normal, ya ajustaría cuentas con
su compañero, ahora lo imprescindible era seguir avanzando, no
podían detenerse ahí, le tomaría más tiempo del que tenía previsto
matar a esa chica, ordenó al ejército avanzar, él y Loki acabarían con
esos rebeldes y cuando todo terminara, ajustaría cuentas con el
maldito FILO número seis, los ojos de ambos cambiaron de color, los
de Loki a magenta claro y los de Siegfried a oliva claro.

Los cinco mil soldados siguieron avanzando, faltando un


kilómetro para llegar a su destino se encontraron con Pariel, Piscis y
Acuario, muchos de los solados temían; la formación de la Santa
Trinidad era famosa, solían arrasar por donde pasaban, las historias
eran por todos conocidas, siempre comenzaban con la oración: “al
frente de la formación tripartita estaba una pelirroja hermosa, te
quitaba el aliento de sólo verla, pero ella era el peor de esos
monstruos…”
Cuando Pariel vio al ejército acercarse, observó que algo
estaba mal, marchaban de manera impecable, con sus mandos
intactos, lo que significaba que algo habría salido mal o que Drake y
Rhiannon estaban muertos, ni ella ni las otras chicas realmente los
conocían y siempre dudaron de su intervención en la batalla como
guerreros élite, Arlés se había equivocado con ellos y ahora podrían
pagarlo caro, observó a sus compañeras y ellas habían llegado a la
misma conclusión, se veía el miedo en sus miradas.
- Pariel... ¿que sucedió con Rhiannon y Drake? – preguntó
Acuario.
- No lo sé.
- Debemos hablar para pedir ayuda… – Piscis se veía nerviosa,
estaba entrando en pánico.
- No, no debemos ni podemos pedir ayuda, nos exponemos a
dejar desprotegido a alguien más por venir a auxiliarnos,
necesito que las dos se tranquilicen.
- Tienes razón. – Acuario apoyó a Pariel –. Nosotras debemos
encargarnos de esto… ¿de acuerdo Pics?
- Si, disculpen mi arranque inicial, tú ordenas Pariel.
- Así me gusta, vamos a demostrarles a estos remedos de
soldados lo que es una verdadera guerrera, van a conocer a
costa de sus vidas por qué la Legión y el Círculo son tan
temidos y respetados... ¿de acuerdo?
- ¡Si! – gritaron al mismo tiempo Acuario y Piscis, Michelle
había logrado motivarlas, ahora ya no temían.
- Cambia la estrategia, mientras peleo con el ejército iré
eliminando a sus líderes, ustedes concéntrense en las fuerzas
armadas, yo haré el resto.
- ¡Es muy peligroso para ti sola! – le dijo Piscis.
- Si tienes otra idea mejor que la mía dímela en quince
segundos, si no, prepárense para pelear.
- No, no tengo otra idea, pero te estaremos vigilando,
prométeme que pedirás ayuda si la necesitas…
- No quiero morir amiga, si tengo problemas juro que les
pediré ayuda.
La batalla comenzó, Michelle envió su último deseo hacia
Cross esperando que él saliera vivo, no pensaba pedir ayuda a Piscis
y Acuario, un descuido de su parte y la formación se vendría abajo,
protegería a esas chicas con su vida.
Dorian y Lilith estaban ingresando al Segundo Distrito por la
parte que colinda con el estado de Hamal, caminaban solos, unos
kilómetros detrás de ellos venía el resto del ejército de mil quinientos
hombres, ellos sólo iban para “rematar” lo que les dejaran vivos los
dos FILOS, pocos kilómetros adelante estaban escondidos mil
guerreros dirigidos por Yago, su misión era acorralar y entretener el
mayor tiempo posible a esos guerreros para dar oportunidad a los
demás de ir a auxiliarles, era zona de pantanos, por lo que el combate
podría desarrollarse a distancia, era ideal para retrasarlos, con Yago
estaban los mejores tiradores de la milicia.
CAPÍTULO 12
DESENLACE Y REENCUENTRO

Leviatán estaba combatiendo con Escorpión y Fenrir al


mismo tiempo, le era imposible realizar un ataque poderoso de
energía, las agresiones constantes de sus enemigos no dejaban de
alcanzarlo, decidió ponerle fin a la pelea.
- Decían que eres un gran estratega, Fenrir, pero se
equivocaron, me pusieron en bandeja de plata a lo que venía.
¿Que idiota estratega se acerca al enemigo más poderoso
acompañado de su líder?
- El que esta seguro de su victoria, Gobernador – respondió
Escorpión.
Leviatán les envió uno de sus ataques más poderosos, un
tsunami de agua, la fuerza con la que atacó arrasó con todo lo que
había enfrente, era imposible de esquivar, sólo le quedaba rematar lo
que quedara de esos pobres chiquillos que jugaban a ser héroes.
Mientras tanto, Juggernaut debía enfrentar a Libra y a
Brahma, eligió al que consideraba más débil primero, lo embistió con
su espada por delante, cuando el Comandante Supremo de las
Fuerzas Militares de la Ciudadela atacaba se convertía en una fuerza
irrefrenable que en su avance destruía todo lo que se interponía en su
camino, arrastró varios metros a Brahma, cuando finalmente se
detuvo, el FILO número nueve ni siquiera se movía.
- Esa fue la presentación de mi espada sagrada llamada
Krishna, “la espada de la destrucción”, ahora será tu turno
Libra, no te voy a mentir, me siento excitado, nervioso y
quizá hasta un poco temeroso de enfrentarme a ti, nunca
había sentido éste sentimiento, siempre soñé con este día,
nunca he enfrentado a un enemigo que esté a mi altura, ni
siquiera tu padre, desde que te conocí cuando eras niño supe
que serías muy poderoso y que algún día nos enfrentaríamos,
hace años debí matarte en el Quinto Distrito pero te fuiste
antes de que te buscara, el destino quiso que al final nos
enfrentáramos… ¿estás listo?
- Lo estoy, pero todavía no soy yo tu oponente.
Juggernaut soltó una risa sarcástica.
- ¿Que dices...? Los otros dos apenas pueden con Leviatán y no
tardarán en caer, tu amigo quizá esté muerto, sólo tú puedes
ser mi oponente.
- Si miras a tu derecha verás lo equivocado que estás. ¿Acaso
creías que con un ataque como ese ibas a matar a un FILO?
Cuando Juggernaut volteó, vio a Brahma levantándose, se
veía herido pero no de consideración.
- ¡Vaya! – exclamó Juggernaut –. ¡Que sorpresa! Un familiar
más que se une a la fiesta, no sé de donde vengas pero eres un
digno Brunn muchacho, aún así, no eres rival para mí.
- No sé de que hablas – respondió Brahma mientras trataba de
desentumecer sus golpeados músculos –, sin embargo... ¡Uff!
Realmente eres enorme, jamás pensé conocer a alguien más
grande que Titán. ¡Que buena arrastrada me diste! Pero no
eres tan fuerte como los gemelos, creo que Hermes me ha
golpeado más fuerte.
Las Palabras de Brahma enfurecieron a Juggernaut, no existía
en el mundo guerrero más fuerte que él, ni Titán, volvió a atacar al
FILO número nueve, nuevamente lo arrolló, esta vez fue más
violento, lo arrastró más de veinte metros.
- De esa no te salva nadie, idiota.
Para sorpresa de Juggernaut, Brahma se volvió a levantar y
esta vez ni siquiera parecía herido, el Comandante Supremo de las
Fuerzas Militares de la Ciudadela, se preparó para volver a atacar,
pero cuando estaba a punto de hacerlo escuchó una gota contra el
suelo, al volver la vista hacia abajo vio que era sangre, Brahma se
veía golpeado pero no sangraba, entonces se tocó el costado, tenía
una herida de quince centímetros, y no sólo en el costado, también en
el brazo, pecho y ambas piernas.
- ¿Que diablos?
- Que tu ataque es predecible grandote, la primera vez me
golpeaste de lleno pero leí tu ataque, la segunda vez te
engañé, dejé que me arrastraras, pero sólo debía girar,
mientras lo hacía con Vishnú me protegía de tus golpes así
como de tus pisadas y con Shiva te estuve golpeando, tu
ataque es altamente destructivo pero pones tanta energía en él
que no te das cuenta si te golpean también.
- ¡Cabrón!
Juggernaut se preparó para volver a atacar a Brahma, ese
maldito niño realmente lo había sorprendido, bastó un ataque de su
parte para que leyera sus movimientos y a su segunda embestida él
fue quien resultó afectado, estaba tan confiado que ni siquiera había
activado su defensa de metal, ese chico no podía seguir viviendo, era
demasiado peligroso, adoptó la misma posición de ataque que la
última vez, pero dispuso su espada en distinto ángulo, esta vez
acabaría con el FILO número nueve.
- Prepárate maldito, voy a…
No acabó su oración, sintió como más de veinte mil voltios se
estrellaron contra su cuerpo, antes de caer observó como Brahma lo
iba a golpear con sus espadas, se protegió con Krishna pero Libra lo
volteó con su viento y recibió el golpe del FILO directo en su
espalda.
Juggernaut cayó estrepitosamente, cuando volteó a ver a su
compañero él no lo pasaba mejor.
Después de lanzar el tsunami Leviatán vio que la defensa de
hielo de Fenrir estaba totalmente destrozada, pero la pared de energía
pura de Escorpión estaba intacta, se encontraba peleando contra los
dos miembros mas inteligentes de la resistencia, parecía que con la
mirada se comprendían y ejecutaban su estrategia, era perfecta, en
cuanto quiso volver a atacar no pudo mover sus piernas, las tenía
congeladas, cuando quiso romper el hielo lo empezaron a atacar con
miles de pequeños kunais y shirukens de energía pura, empezó a
sentir dolor, mientras, él se seguía congelando, el Gobernador juntó
su energía y en una explosión de agua rompió ambos ataques.
Cuando eso sucedió, Escorpión y Fenrir ya estaban
demasiado cerca, ambos atacaron con sus espadas, lo hirieron más de
una docena de veces en un ataque combinado, aunque Leviatán se
alcanzó a proteger fue lanzado al aire y cayó estrepitosamente de
cabeza.
Leviatán y Juggernaut se voltearon a ver, los Comandantes
tenían razón, estos chicos eran demasiado poderosos, podían
vencerlos sin ninguna duda, pero sólo en batallas de uno contra uno,
ambos descubrieron que la batalla estaba pérdida, por lo menos la
batalla que ellos libraban.
- Comandante, vamos a tener que usar a los monstruos.
- ¿Es necesario?
- Así es, si estos malditos viven después se va a complicar este
asunto de la rebelión. ¡Yo digo que los acabemos ya!
- Está bien.
Los dos representantes de la Ciudadela se levantaron, tenían
de frente a los cuatro chicos, ambos invocaron a sus bestias, el
Gobernador invocó al animal mítico del que derivaba su nombre: al
Leviatán, una gigantesca y horrenda combinación de un lagarto y una
serpiente, Juggernaut por su parte llamó a su monstruo: Asura, un
enorme demonio, ambas bestias podían ser controladas a voluntad
por los guerreros de la Ciudadela.
- Esto es muy malo – dijo Libra –. Será mejor que se alejen,
esta vez voy yo solo.
Mientras Brach hablaba Cross ya estaba formando una
gigantesca kunai de energía pura, Brahma los detuvo a ambos.
- Háganse a un lado, este es mi territorio.
Tanto Escorpión como Libra fueron lanzados hacia atrás,
cuando se levantaron Fenrir los tomó a ambos del cuello y los alejó
de Brahma.
- Será mejor que le hagan caso, su bestia es demasiado
peligrosa y ni siquiera él la puede controlar.
Entonces Brahma dejó salir a la bestia que había prometido
no volver a llamar, ese monstruo que mataba a quien tuviera delante
y actuaba por voluntad propia: el Basilisco, una extraña bestia que
parecía un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas
espinosas y cola de serpiente que terminaba en garfio, las tres bestias
se prepararon para atacar, el Leviatán media más de diez metros, el
demonio Asura ocho metros aproximadamente, el Basilisco no
llegaba a los tres metros, Brahma no le permitió abrir los ojos, la
última vez que lo hizo casi lo mata, pero lo dejó gritar a voluntad, sin
contenerlo, sus enemigos con todo y sus bestias fueron arrojados más
de cincuenta metros, los monstruos desaparecieron.
Cuando Leviatán se incorporó observó que Juggernaut estaba
tendido en el suelo desorientado, enterró a Thyrfing en el suelo y dijo
unas palabras incomprensibles, una ola de agua se los llevó a ambos,
una vez que desaparecieron también lo hizo el Basilisco, Brahma
cayó, sus tres amigos fueron por él, Cross le reclamó:
- ¿Por que lo hiciste? Eso fue muy peligroso.
- Porque no teníamos tiempo de seguir peleando, la bestia de
Fenrir no pelea, es un jodido holograma, tú todavía no sabes
si tienes una y Libra podía salir herido, era la manera más
rápida de terminar esto.
- Pero no sabías si iba a funcionar...
- El hubiera no existe y funcionó. ¿No es así? De todas formas
les estábamos pateando el trasero.
En eso estaban cuando le cambió el semblante a Fenrir.
- ¿Que sucede? – preguntó Libra.
- Están masacrando a mis chicos que se encuentran al norte del
Distrito…
- Vamos a apoyarlos – ordenó Cross.
Los cuatro corrieron a una velocidad de infarto, Libra los iba
empujando con su viento, casi volaban.

Al oeste del distrito, Titán estaba peleando con Apocalipsy,


ambos manejaban enormes espadas, la Zweihander de Póllux estaba
venciendo al espadón del Comandante, en ese momento el guerrero
de Géminis de reojo observó que Freya tenía problemas en su batalla,
eran demasiados para ella sola, formó una cadena alrededor de la
empuñadura de su espada y la ató a su muñeca, inmediatamente la
lanzó contra los soldados, de un solo golpe eliminó a quince,
Apocalipsy aprovechó que Titán estaba desarmado y lanzó un golpe
de su espada al cuello de su oponente, el gemelo mayor lo detuvo con
la mano izquierda, de la nada había saldo de su piel un enorme
guante de metal, en el antebrazo se leía “Titán”, con su fuerza Póllux
hizo a un lado la espada, del guante salió una cuchilla que se encajó
en el hombro del Comandante.
Por su parte Hermes parecía que estaba dando un espectáculo
de circo en lugar de una pelea, su enorme Doppelhander corría a
través de su cuerpo como si se tratara de un ula-ula o de un bastón de
porrista, cada que hería a Armagedón, lanzaba su Doppelhander
contra los soldados y regresaba como un bumerang, cuando por fin el
Comandante logró golpear la espada en su centro de gravedad y cayó
al suelo, intentó levantarla para arrojarla lejos de Hermes, pero no
pudo, era demasiado pesada, se preguntaba como ese chico que no se
veía tan fuerte como su hermano dominaba esa espada tan pesada
como si se tratara de un palo de madera, la respuesta le llegó de
inmediato, al tratar de levantar la Doppelhander y fallar, quedó
desprotegido, Hermes lo golpeó en el rostro, el impacto fue
realmente intenso, el Comandante nunca había sentido tanto dolor
por un sólo golpe, en su vida sólo había conocido a una persona tan
fuerte como ese chico: Juggernaut.
Armagedón no esperó mas, liberó a su bestia, la Hydra, una
enorme serpiente con seis cabezas, Hermes sacó sus armas y de un
disparo le voló la cabeza a una serpiente, al ver que el cuello caía,
repitió la dosis con otras dos cabezas, Armagedón sonrió, los cuellos
se levantaron y donde había seis cabezas ahora había nueve y todas
atacaban a Hermes.
- Este es tu fin muchacho, entre más cabezas cortes más
serpientes habrá, después de eliminarte a ti iré por la chica,
me divertiré con ella y después la torturaré hasta que rece por
su muerte.
La cara de Hermes no mostraba sorpresa ni mucho menos.
- Está bien, vamos a ver cuantas cabezas puedes duplicar… –
Entonces, el gemelo menor se puso a disparar frenéticamente.
Mientras tanto, en la otra batalla, Apocalipsy también había
decidido sacar a su bestia: la Naga, una enorme serpiente de siete
cabezas que expulsaba agua. Titán utilizó su armadura de titanio y
embistió contra la bestia, el poder estaba igualado, el monstruo
actuaba por instinto y bajo las órdenes de un enfurecido Comandante,
Titán golpeó el piso y cuchillas hasta de tres metros surgieron del
suelo en donde se encontraba Apocalipsy, atravesaron a su bestia,
después, en su guante derecho formó una gran cuchilla en forma de
abanico que le abarcaba mas de medio brazo y comenzó a cortar a la
criatura, esta también golpeaba a Póllux, la armadura del gemelo
mayor se estaba rompiendo y la bestia no sufría daño alguno, parecía
que tenía agua en lugar de entrañas.
Entonces, el gemelo mayor cambió su estrategia, comprimió
el aire a su alrredeor y lo mezcló con el metal creando una explosión
gigantesca, los restos del metal habían dañado al Comandante, la
armadura de Titán había colapsado pero ya era demasiado tarde para
Apocalipsy, su serpiente podía seguir peleando, sin embargo, él se
quedaba sin energía, Titán chocó las palmas de sus manos y creó una
explosión que absorbió el Comandante con su cuerpo, lo lanzó cinco
metros en el aire, cuando iba cayendo Póllux lo golpeó de lleno en el
corazón, el impacto le atravesó el cuerpo, el corazón dejó de latir, la
Naga desapareció por completo, Apocalipsy estaba muerto.
En la otra batalla la Hydra de Armagedón ya contaba con más
de cien cabezas, algunas habían herido a Hermes pero nada de
consideración, era demasiado rápido para que los ataques fueran
mortales y también tenía una armadura natural de metal, en la mano
izquierda su revolver ya se había convertido en un cañón, de un solo
disparo le volaba las cabezas a más de treinta serpientes y por otro
lado disparaba hacia donde combatía Freya, mataba a más de veinte
soldados con sus disparos, ahora que Armagedón controlaba a una
enorme serpiente con más de cien cabezas se dio cuenta de que era
más lento, con el revólver derecho Hermes impactó en siete
ocasiones a Armagedón, quien se burló de los disparos, éstos no le
hacían nada, como con la Hydra el músculo que destruía se volvía a
regenerar, entonces, Hermes cambió las balas y nuevamente impactó
en veinticuatro ocasiones a Armagedón, el resultado fue el mismo.
- Mejor ríndete y te prometo matarte sin dolor, te lo mereces,
fuiste un digno oponente.
Hermes sonrió como quien se proclama ganador de un juego
que desde el principio sabía que no podía perder y lanzó un golpe al
estilo de su hermano, el impacto de aire golpeó al Comandante en el
pecho, entonces, Armagedon sintió que su cuerpo estallaba por
dentro, empezó a sangrar de la boca, los oídos, la nariz, los ojos, no
se podía mover.
- ¿Que hiciste? – preguntó completamente paralizado.
- Esta vez te alcancé con balas expansivas, las rellené de aire
comprimido y disparé a puntos específicos de tu cuerpo, con
el golpe en el pecho las activé y explotaron creando bolsas de
aire en tu organismo, ese truco me lo enseñó una amiga, es
bueno... ¿verdad?
De repente Hermes desapareció, Armagedón no pudo seguir
su movimiento, estaba demasiado rígido y el dolor interno era
insoportable, Hermes apareció a su lado.
- A tu serpiente le reviento una cabeza y le salen dos, es
inmortal e invencible… ¿será lo mismo contigo?
Hermes puso su arma en la sien del enemigo, Armagedón con
los ojos rojos y llorando sangre intentó que una de las cabezas de la
Hydra atacara a su rival pero era demasiado tarde, la bala le traspasó
el cerebro, el monstruo desapareció y Armagedón cayó muerto.
Una vez que vencieron a sus enemigos, los gemelos se
enfocaron en atacar a los soldados restantes, sólo quedaban unas
pocas decenas, Astrid seguía peleando con todo lo que tenía, le
dolían todas las articulaciones, ya no tenía energía, había perdido la
noción del tiempo y el espacio, pero debía seguir atacando, los
enemigos volaban muertos por los aires, esos eran los afortunados,
los demás sólo volaban sus miembros cercenados.
Los gemelos acabaron con los restantes en un abrir y cerrar de
ojos, cuando no había nada más que atacar, Freya seguía peleando,
era demasiado peligroso acercarse, su espada formaba una defensa
perfecta a su alrededor, nada la penetraba y al mismo tiempo las
ráfagas de aire que emitía mataban a quien se acercara, el FILO
número ocho era la máquina de combate perfecta, ataque y defensa
en un solo movimiento, Hermes disparó a la espada Valkiria, lo hizo
con tal precisión que la sacó de ritmo, dejó de girar alrededor de
Freya, en esa décima de segundo Titán la abrazó y la calmó.
- Tranquila preciosa, ya los derrotaste a todos, ganaste, ahora
cálmate y déjanos el resto a nosotros.
Los ojos verde claro de Astrid volvieron a su color café
habitual, respiró profundamente y se calmó, se quito con suavidad el
abrazo de Póllux.
- ¿Lo logramos?
- Si pequeña – contestó Titán.
- ¿Nadie está herido?
- No de gravedad.
- ¿Como se sienten ustedes? – preguntó Hermes –. Debemos
ayudar a los que siguen combatiendo.
- Ya vamos – contestó Titán –. Sólo déjanos tomar un respiro,
tú también debes estar exhausto.
- Lo estoy pero me preocupan los otros, eran muchos soldados,
si Astrid quedó así que es la más resistente y fuerte de todos,
imagínate a los demás …
- Tranquilo Cas, soy la más resistente y fuerte pero no la más
poderosa, sólo danos unos minutos, tú también los necesitas,
debemos recuperar energías, de lo contrario en vez de ayudar
sólo llegaremos a estorbar.
- Tienen razón, pero únicamente unos minutos…
- Si, sólo un momento. A propósito... también soy la más
rápida, tanto como tú. – Freya sonreía.
- Yo creo que más, y cuando te crezca ese cabello también
serás la más guapa – respondió Cástor.
- Ajá, lo que tú digas. – Astrid se recargó en el enorme cuerpo
de Titán –. Por cierto Pol, no me digas pequeña que soy más
grande que tú.
- Yo hablaba de tamaños no de edad…
Astrid golpeó el brazo del gemelo mayor.
- Ya lo sé.
Póllux abrazó a Freya para que estuviera más cómoda
mientras le preguntaba a su hermano.
- A propósito Cas, esa técnica con la que venciste a
Armagedón…
- Así es “pequeño”, es con la que me ganó Elektra, sólo que yo
la perfeccioné.
- Impresionante...
Así eran los gemelos, ellos no veían los combates en cuestión
de ganar o perder, no les causaba ningún pesar el salir derrotados, ni
siquiera los incomodaba, lo veían como la posibilidad de enfrentarse
a alguien más fuerte que ellos y aprender, probar sus límites, pero
cuando había algo más que el simple placer de pelear de por medio,
era imposible que perdieran.

Mientras Surt Muspelheim se reponía del sorpresivo ataque


de una chica, Loki planeaba su estrategia, se olvidaría de Siegfried,
mataría a Drake y alcanzaría al grueso del ejército, la gloria sería
suya, sacó su espada sagrada Arondight pero no la desenvainó, atacó
con el báculo a Drake, este a su vez sacó su espada y empezó el
combate, Drake llevaba perfectamente el ritmo de Loki en la batalla,
este no alcanzaba a golpearle, no recordaba que su oponente fuera tan
rápido ni fuerte, decidió desenvainar su espada sagrada y atacó, al
tercer golpe rompió la espada de su compañero del Consejo Escolar,
Drake retrocedió y desplegó su defensa de metal. Loki se burló de él.
- Con que ya lograste adquirir una cualidad de guerrero…, eso
es sorprendente para un inútil como tú, pero no es nada para
mí, oxidaré tu armadura y morirás.
Loki atacó con el elemento agua a Drake, cuando consideró
que su oponente estaría destruido cesó su ataque, entonces observó
que Drake estaba intacto, incluso una defensa de elemento agua lo
rodeaba.
- ¿Como hiciste eso? Hace un momento habías ejecutado una
defensa de elemento metal y ahora dominas el agua, tú no
podías hacer ninguna de las dos cosas…
- Es lo que se consigue con entrenamiento y perseverancia
Loki, algo que tú desconoces.
- Pero eres un inútil...
- Tal vez, pero nunca me doy por vencido y entreno muy duro,
de nada sirve ser un superdotado si no pones tu corazón en lo
que haces y te dedicas a ello el cien por ciento, sé que no soy
tan hábil ni poderoso como mis compañeros, pero si soy más
terco que cualquiera y nunca dejo de pelear por lo que quiero,
y yo toda mi vida he querido ser un guerrero…
Loki estaba sorprendido y furioso, no podía perder frente a
ese inútil, formó una enorme serpiente de agua con su poder
elemental y atacó a Drake.
En la otra pelea, Siegfried ya se había recuperado de la
sorpresa inicial y fue por Rhiannon, la atacó con todas las variedades
de sus ataques de elemento tierra, pero con ninguno logró dañarla, la
chica ni siquiera se esforzaba en esquivar sus ataques, simplemente
los destruía, utilizaba técnicas de artes marciales para eliminar sus
embates, usaba la fuerza justa para impedir que la dañaran, ni más ni
menos, Siegfried no tuvo más remedio que utilizar su espada sagrada
Balmung, esta triplicaba su poder y velocidad, pero el resultado fue
el mismo, era imposible herir a esa chica.
Entonces, se decidió por atacarla frontalmente, cuerpo a
cuerpo, la cortaría en pedazos, ella no llevaba ningún arma para
defenderse, a una velocidad extraordinaria Siegfried se acercó a
Rhiannon y empezó a atacarla con Balmung, por su parte, la chica
utilizaba sus brazos y piernas como armas, no importaba la manera
en que Siegfried la atacara, ella siempre era más rápida y bloqueaba
el embate golpeando la parte plana de la espada con sus
extremidades, hasta que en un movimiento impensable, con la pierna
izquierda detuvo un ataque y girando sobre su cuerpo con el talón de
la pierna derecha golpeó a Siegfried en la cara, el golpe fue más
brutal que el primero que recibió, estaba noqueado, veía a dos chicas
en lugar de una.
- Ya basta de juegos señor, ahora me toca atacar a mí.
Rhiannon tomó la ofensiva, en un principio la defensa de
tierra de Siegfried, detuvo todos sus ataques.
- Olvídalo pequeña, esta defensa es impenetrable, por el
momento estamos empatados…
Eso pensaba el guerrero, pero la velocidad de la chica se
incrementaba, el FILO número cinco perdió de vista por completo
los golpes que le lanzaban, sus ojos color oliva claro sólo distinguían
unas ráfagas que salían del cuerpo de esa jovencita, aunque su
defensa actuaba por sí sola sin que él la controlara, empezó a dejar
espacios tras cada ataque, entonces empezó a sentir el dolor de los
golpes hasta que finalmente vio a Rhiannon de frente, pero era
demasiado tarde, el golpe le dio de lleno en el rostro, Siegfried cayó,
tenía rota la nariz y había perdido los dientes de enfrente,
comprendió que sus poderes no eran comparables a la técnica de
pelea de esa chiquilla, su forma de lucha era impecable.
En ese momento algo distrajo la atención de ambos, en la otra
batalla el FILO número seis también estaba perdiendo, atacaba a
Drake con una enorme serpiente de agua, pero el chico “débil” tenía
fuego en los puños y poseía una fuerza realmente destructiva, con
cada golpe evaporaba el ataque de su enemigo y se acercaba a él,
cuando lo tuvo a su alcance cambió la energía de su mano derecha,
de energía elemental tipo fuego cambió a electricidad y golpeó de
lleno a Loki, este quedó todavía más herido de lo que estaba
Siegfried, su cuerpo sangraba y estaba medio chamuscado, no podía
ni levantar su espada, gritaba desesperado:
- ¿En que diablos te convertiste? ¡Nadie, absolutamente nadie
puede manejar cuatro tipos de energía elemental a la vez!
- Tienes razón, pero yo no manejo cuatro elementos, manejo
más…
Así Drake auxiliándose de su espada rota lanzó un ataque de
hielo que fue bloqueado por una cortina de tierra, la defensa no la
había desplegado Loki, estaba demasiado herido y confundido para
hacerlo, lo había hecho la espada Balmung a una orden de su
portador, la espada de Siegfried tenía esa particularidad, podía
combatir sola sin que nadie la empuñara, por eso era conocida como
“la espada mágica”.
El FILO número cinco aprovechó el momento, concentró su
energía y convocó a su bestia: el dragón Fafner, en sus pupilas
apareció el símbolo que lo identificaba como FILO, una enorme
cabeza de dragón formado de tierra se tragó tanto a Siegfried como a
Loki y se perdió en las profundidades, los FILOS cinco y seis habían
escapado. En un principio Siegfried pensó en atacar a Rhiannon con
Fafner, pero al ver el poder de Drake se arrepintió, Loki estaba fuera
de combate y su dragón no podría con esos dos sorprendentes
chiquillos.
En lo que ambos recuperaban el aliento Rhiannon preguntó a
Drake:
- ¿Como hiciste para pelear tan bien utilizando tantos
elementos? Usaste cinco si no me equivoco…
- Desde que descubrí la habilidad de controlarlos entreno todo
el tiempo, trato de crear un elemento con cada dedo y la
palma de la mano al mismo tiempo.
Rhiannon observó las manos de Drake, realmente se veían
muy mal, estaban destrozadas por los extremos a los que su amigo
las sometía, la chica las tomó entre las suyas con cariño.
- Tendremos que pedirle a Michelle que nos ayude para pagar
un tratamiento adecuado, sé que nos ayudará.
Entonces Drake gritó:
- ¡Michelle! Todo el grueso del ejército está pelando con las
chicas, debemos ir a ayudarlas…
No necesitó decir más, Drake y Rhiannon corrieron hacia el
lugar en que se estaba librando la batalla más violenta de todas.

Cuando empezó la batalla principal, Pariel no se guardó nada,


su energía psíquica era peculiar, quitaba los sentidos al enemigo,
pero tenía corto alcance, la aplicó para inutilizar a los enemigos que
formaban la primer línea, Piscis aprovechó el desconcierto para
quemarlos, de las siguientes líneas se encargó Acuario, su poder
psíquico aunque no era tan poderoso como el de Pariel si era igual de
efectivo, les ocasionaba a los enemigos una sensación de vacío y
pesadez que los inutilizaba y tenía mucho más alcance que la
Arcángel, Piscis los volvió a quemar, las chicas combinaban sus
poderes perfectamente.
Pariel utilizaba la energía elemental electricidad, Piscis la
energía elemental agua y Acuario la energía elemental hielo, cuando
eran atacadas por los Generales o los Coroneles, utilizaban la energía
elemental psíquica, pero sus cuerpos y mentes se fueron cansando,
eran demasiados enemigos, Pariel les habló:
- ¿Como van chicas?
- Ya no puedo más – respondió Piscis.
- Yo todavía puedo con algunos – dijo Acuario pero se veía tan
mal como su compañera.
- Esto se esta poniendo peligroso, usemos nuestro máximo
poder. ¿Están de acuerdo?
- ¡Pero no hemos acabado ni con la mitad de los enemigos! –
protestó Acuario.
- Lo sé, pero si continuamos así, después no seremos capaces
de alcanzar nuestro máximo potencial – respondió Pariel.
- Tiene razón amiga. – Piscis apoyaba a Michelle.
Entonces, las tres chicas llamaron a las bestias que
controlaban, los ascendentes de las integrantes del Círculo del
Zodiaco eran el Tritón de Acuario, un monstruo con torso de un
humano y la cola de un pez; y el Tifón de Piscis, un ser monstruoso
que tenía el torso de un humano, en vez de dedos tenía cabezas de
dragón, de la cintura hacia abajo estaba formado por serpientes,
poseía alas, y formaba huracanes con ellas.
Pariel controlaba a Equidna, un monstruo que tenía el cuerpo
y rostro de una bella mujer de temibles ojos oscuros, pero de la
cintura hacia abajo era una serpiente, lanzaba fuego.
Las tres chicas empezaron a pelear apoyadas por sus
monstruos, el ejército enemigo se empezó a diezmar a un ritmo
sorprendentemente rápido, el tritón de Acuario abarcó un enorme
árera con su poder elemental sobre el agua, una vez que los enemigos
estaban dentro de su elemento eran presas fáciles, los que no morían
por sus ataques lo hacían ahogados; el Tifón de Piscis formó terribles
huracanes que arrasaron con una gran cantidad de soldados, la fuerza
del viento destrozaba cuerpos, armaduras y dragones; finalmente el
monstruo Equidna de Pariel, no abarcaba tantos enemigos en sus
ataques, pero era igual de letal, a una velocidad de infarto acababa
con sus enemigos, su cuerpo era extremadamente resistene y ningún
ataque de los militares la llegó a molestar, pero eso no era nada en
comparación de los ataques conjuntos de Equidna y Tifón, al
combinar el fuego y el viento craban grandes explosiones que
aliminaba a una gran cantidad de enemigos.
Las tres rebeldes habían reducido el número de sus enemigos
a más de la mitad, pero estaban exhaustas, el monstruo de Piscis
desapareció y ésta cayó de rodillas, Pariel le indicó a Acuario que
protegiera a su amiga, en ese momento la Arcángel soltó su máximo
poder, desapareció su bestia y un aura blanca la rodeó, atacó con su
energía psíquica, esta vez abarcó mas de diez hileras de soldados, los
confundía quitándoles algunos de sus sentidos, después, con energía
elemental eléctrica los eliminó, con la mirada amenazante se dirigió a
sus enemigos:
- Me han hecho enfadar, ahora los voy a eliminar a todos.
La líder de la escuela superior del Segundo Distrito repitió
tres veces la técnica que había usado, Piscis y Acuario estaban
aterrorizadas por el poder de Pariel, parecía no tener fin, Michelle
empezó a sangrar por la nariz, el esfuerzo era inmenso, su cerebro y
su cuerpo lo estaban resintiendo, pero ella sabía que podía lograrlo.
El siguiente ataque sería todavía más destructivo, al parecer
su poder no tenía un límite, pero no lo alcanzó a efectuar, los FILOS
siete, nueve y diez acompañados de Libra atacaron a los soldados por
la retaguardia, al mismo tiempo por el costado derecho se escuchó
una enorme explosión y se veía como una gran cantidad de soldados
salían volando, Titán había caído en medio de las líneas enemigas,
junto a Hermes y Freya estaban acabando con la franja este de los
guerreros de la Ciudadela.
Del lado oeste llegaron los mil soldados que apoyaban a
Caribdis y Athena, finalmente, también se unieron a la batalla Drake
y Rhiannon. Piscis y Acuario tomaron un segundo aire, esta última
exclamó feliz.
- ¡Mira Pariel, están todos vivos! – Puso su mano en el hombro
de Michelle –. Ya hiciste lo tuyo, nos salvaste la vida, eres la
persona más poderosa y leal que visto en mi vida, ahora te
toca a ti darte un respiro, déjanos el resto a nosotras.
Michelle sonrió y le dio una palmada en la mano a Acuario,
se colocó detrás de ella mientras se daba un respiro, la batalla ya
estaba decidida, sus compañeros estaban exterminando al ejército de
la Ciudadela, mientras peleaban, Escorpión y Fenrir se dieron cuanta
que ya no eran indispensables en ese frente, tomaron un par de
vehículos individuales tipo motocicleta y con Brahma y Drake
sentados en la parte trasera de cada vehículo se enfilaron rumbo a la
parte donde se encontraba Yago con lo que quedaba de su ejército.

Cuando los guerreros llegaron a la parte norte del distrito, el


panorama era desolador, había muertos por todas partes, sin
sobrevivientes, habían aniquilado a toda la milicia rebelde y lo
habían hecho al parecer sólo dos personas, el FILO número tres,
Cerberus y alguien que parecía ser una hermosa chica de ojos color
rosa claro, los tres FILOS rebeldes sintieron una sensación de
peligro, como la de una presa ante su depredador, inmediatamente
junto con Drake asumieron sus posiciones de combate, pero cuando
el enemigo se acercó Brahma y Drake notaron que Escorpión y
Fenrir se quedaron sin habla, la chica que acompañaba a Cerberus al
parecer era la que los tenía así.
- Hola Cross, cuanto tiempo sin verte…
La sorpresa en Cross era mayúscula, se adelantó unos pasos y
guardó a Antares.
- ¿Christina?
La chica sólo sonrió y escapó, Cross se fue tras de ella,
cuando Drake intentó seguirlos, un ataque de fuego azul le impidió
continuar, era Cerberus.
- Lo siento chico pero tú no puedes pasar, esa es una cita de
dos, ellos tendrán que arreglar sus problemas, tú preocúpate
de los tuyos porque vas a morir aquí.
Drake atacó a Cerberus con energía elemental tipo hielo, pero
éste la esquivó, inmediatamente después el FILO número tres
contraatacó con un golpe al cuerpo, Drake se cubrió con energía
elemental tipo metal, pero no fue suficiente, el golpe destruyó su
armadura y lo envió contra una estructura de cemento, Drake estaba
herido.
- Tengan cuidado amigos – les advirtió Fenrir –. Cerberus es
extremadamente fuerte y muy resistente.
- Eso lo veremos – exclamó Connor.
Brahma atacó a Cerberus, éste ya lo esperaba con su espada
sagrada Durandal en las manos, ya estaba en modo FILO, sus ojos se
habían tornado cian claro, ambos eran buenos combatientes con la
espada, pero Brahma estaba cansado por su combate ante Leviatán y
Juggernaut, juntó sus espadas en una sola: Ammavaru, y continuó
con su combate, luchando con una sola espada ahorraba energía,
logró encontrar un punto débil en la técnica de Cerberus y lo atacó,
cortó a su enemigo pero este lo tomó del cuello y lo estrelló en el
piso, después lo levantó y golpeó su estómago con la rodilla, lo
mando a volar algunos metros, cuando Brahma cayó no pudo
levantarse, estaba demasiado cansado y herido, sus ojos volvieron a
ser color café. Drake volvió a atacar a Dorian, esta vez lo hizo con el
elemento tierra, pero el resultado fue el mismo, Cerberus recibió el
ataque y después rompió su defensa, lo volvió a lastimar.
Entonces Fenrir dirigió un ataque de hielo contra su antiguo
compañero que contestó con fuego, a las espaldas de ambos se
formaron las imágenes de las bestias que llevaban su mismo nombre,
un lobo gigante detrás de Fenrir y un can de tres cabezas detrás de
Cerberus, el hielo eterno del FILO número diez contra el fuego azul
del número tres, al final, los rastros de las batallas anteriores pasaron
factura a Fenrir y fue alcanzado por el fuego de Cerberus, salió
disparado y cayó al suelo, estaba quemado en todas sus
articulaciones, el sólo moverse le dolía una infinidad.
Dorian no se esperaba otro ataque después de vencer a Fenrir,
pero Drake esta vez lo atacó e impactó con energía elemental tipo
electricidad, esta vez si quedó herido, el corte que le había hecho
Brahma era profundo y el ataque a Fenrir lo había agotado, su
defensa se había debilitado, furioso atacó a Drake con su fuego, pero
el rebelde lo desvió con hielo que salía de sus puños, Cerberus
aprovecho la ocasión para golpear con Durandal a Drake, el impacto
fue brutal, Drake quedó tendido en el suelo, él único discípulo que le
quedaba a Riazor se acercó a Fenrir y Brahma, se dirigió al primero
de ellos.
- Hola Arlés.
- Dorian.
- Escogiste el bando equivocado.
- Cada quien hace lo que debe hacer.
- Tienes razón, aunque debo decir que me decepcionaste, pensé
que tu poder era mayor ahora que manejas a Droma, me
hubiera gustado enfrentarte en plenitud de condiciones.
- Dame un par de días y con gusto te complaceré.
- Quisiera pero no puedo, mis órdenes son matarte.
- Está bien, sólo quiero que me expliques que pasó con
Christina… ¿no había muerto?
- Así es, Christina ya no existe, a quien tú viste es al FILO
número doce: Lilith, ella sola acabó con tus soldaditos, yo
sólo fui un espectador, en estos momentos Escorpión ya debe
estar muerto.
- Me gustaría preguntar por que acabaste así amigo, pero me
imagino que un perro siempre será un perro.
- No me ofendes, ese es mi nombre y como los perros soy fiel a
mi dueño, no soy un maldito malagradecido como todos
ustedes, eligieron el bando equivocado y los voy a acabar a
todos.
- ¡Ya me hartaste imbécil! Si piensas matarme de aburrimiento
se me hace muy cruel, mejor piensa en otra cosa. – Esta vez
era Brahma quien hablaba, trataba de levantarse pero no lo
lograba, estaba al límite de sus fuerzas.
- Está bien, tú tampoco me agradas, los veo en el otro mundo.
La espada sagrada de Cerberus: Durandal, se encendió,
Dorian la tomó con las dos manos, concentró su energía y la envió en
contra de los FILOS nueve y diez, antes de que el fuego los
alcanzara, Drake se interpuso con un salto en el camino de las llamas,
no le dio tiempo de ejecutar ningún tipo de energía elemental, tan
sólo utilizó su cuerpo como escudo para defender a sus amigos.

Cross corría detrás de Chistina hasta que ésta se detuvo en


una pequeña plaza, en el centro había un gran círculo rodeado de
unas escaleras que llevaban hacia abajo, en medio del círculo había
un obelisco, la portadora de Draconis se paró en la cima del mismo.
- Detente, no avances más.
Cross se detuvo a escasos cincuenta metros del amor de su
vida.
- Chris… ¡estás viva!
- Te equivocas, Christina murió hace tiempo, permíteme
presentarme, soy el FILO número doce. Portadora de la
espada sagrada Draconis, "la espada celestial". Mi nombre es
Lilith.
- No importa como te hagas llamar ahora o si te pintaste el
cabello, para mi tu sigues siendo Christina, mi Chris…
- No Escorpión, esa persona ya murió, ahora sólo quedo yo y
estoy aquí para matarte.
En seguida Lilith lanzó sobre Escorpión su fuego ácido, éste
como una reacción levantó su pared de energía pura, la cual fue
consumida por el fuego.
- Eres bueno, vamos a ver como respondes a esto.
Lilith invocó a su bestia, al dragón oscuro, la pupila de sus
ojos desapareció y en su lugar se formó el símbolo que la identificaba
como FILO, atacó con sus garras a Cross, este no se defendió, cayó
al suelo bajo la presión de la garra del dragón.
- Si no te defiendes vas a morir.
- Chris, si vas a matarme está bien, jamás voy a atacarte ni a
defenderme, pero por lo menos dime que te sucedió, yo te fui
a buscar, me dijeron que habías muerto, estuve frente a tu
tumba...
Los ojos rosa claro de Lilith emanaban odio puro, colocó una
garra sobre el cuerpo de Cross, rompió su última armadura de energía
pura, le estaba reventando los huesos.
- Al parecer lo hiciste demasiado tarde. ¿No lo crees?
Prometiste ir por la chica en cuanto terminaras tu instrucción,
después obtuviste la espada sagrada y te olvidaste de ella, TÚ
la mataste, tu olvido la destrozó, ella no soportó más, vivía en
un infierno y tú la abandonaste a su suerte, eres el culpable de
su desgracia.
- No. Yo te busque desesperadamente desde antes de que
pasaran los diez años, desde antes de obtener a Antares, tu
padre te escondió y no me dio tu paradero, lo supe cuando ya
era demasiado tarde, por favor perdóname.
- ¿Crees que con pedir perdón se van a borrar años de
sufrimiento y atrocidades a las que Christina fue sometida?
¿Crees que tu arrepentimiento va a borrar el dolor y el odio?
Cross vio el rostro de la chica que le hablaba, efectivamente,
ella no era Christina, no la que él conocía al menos, todo lo que le
estaba reclamando lo lastimaba, si lo que decía era cierto entonces
tenía razón, la culpa era de él, por una u otra razón no se empeñó al
cien por ciento en buscarla, mientras tanto, Chris sufría, merecía el
peor de los castigos.
- Tienes razón, al no encontrarte te abandoné, pero tú no eres
así, no puedes hacer pagar a todo el mundo por lo que te
sucedió, haz conmigo lo que quieras, pero deja a los demás en
paz.
- Te equivocas, el mundo le hizo daño, mucho daño a una niña
tierna e inocente, ahora el mundo enteró va a pagar,
empezando por ti.
- Por favor, no lo hagas, yo te quiero.
Al oír esas palabras Lilith se enfureció aún más.
- Pero yo no, la niña te amaba, yo te odio y ese odio es lo que
me alimenta.
- Christina…
- Ya te dije que ella está muerta, murió en ese incendio, junto
con su hijo, ahora sólo quedo yo, un ente de puro odio… ¡que
va a aniquilar hasta el último FILO!
El dragón seguía aplastando a Cross, pero a éste no le
importaba, lo habían impactado aún mas las últimas palabras de
Lilith.
- ¿Un hijo dices?
El FILO número doce comprendió que había cometido un
error, estaba llorando, no lo había hecho desde que era Lilith, el
sentimiento era desagradable.
- Pensaba conservarte un tiempo para hacerte sufrir y calmar
mis necesidades carnales, pero por lo visto todavía eres capaz
de lastimarme, lo mejor es que mueras en este momento.
Lilith lanzó una nueva descarga de fuego ácido en contra de
Cross, esta vez Escorpión no se defendió, abrazó el poder en forma
de pata de dragón que tenía en el pecho y la fusionó con su propia
energía, le enviaba un recuerdo suyo de despedida a su amada, esta
por su parte recibió el mensaje, sintió un calor repentino en el pecho,
del lado del corazón, pero lo ignoró, sólo le quedaba ver como se
consumía el motivo de sus sentimientos encontrados.

Drake cayó al suelo, las llamas nunca lo alcanzaron, vio la


perturbación en el rostro de Cerberus, cuando volteó, Pariel estaba de
pie junto a ellos, con un ataque eléctrico había inutilizado el fuego
del enemigo, Dorian observó con lascivia a la chica que toda su vida
había deseado, apagó sus ojos cian claro y sonriendo saludó a su
amiga:
- Hola Michelle, que agradable sorpresa...
- Para ti soy el Arcángel Pariel, ya sabes que no me mezclo con
mugrosos que no están a mi altura.
- Al parecer tu altura ya no es la de antes, todos ustedes van a
caer.
- Efectivamente, mi altura ya no es la de antes, estoy más
arriba y voy a matarte, tú y los idiotas a los que sigues
perdieron la batalla, eres el único que queda, por el
momento…
Cerberus volvió a atacar a los caídos pero nuevamente
Michelle nulificó su ataque.
- Ya déjalo, si quieres batalla ven conmigo, yo te la puedo dar.
Dorian tuvo un mal presentimiento, si lo que decía Michelle
era cierto pronto llegarían los demás guerreros, él ya estaba herido y
no podría contra todos, optó por huir, no sin antes enviarle un beso a
la Arcángel, ésta estuvo a punto de seguirlo, pero estaba demasiado
agotada, además, le preocupaban sus amigos.
- ¿Como están chicos?
- Vivos gracias a ti y a Drake – contestó Arlés.
- ¿Y Cross?
- Tengo el presentimiento que si sigues a Dorian lo
encontrarás.
- ¿Estarán bien ustedes?
- Si, adelante, busca a Cross, creo que corre un gran peligro.
Michelle no esperó a oír nada mas, cuando escuchó la palabra
“peligro” maximizó su sentido del tacto y a gran velocidad corrió
detrás de Cerberus.

Cross cerró los ojos y aceptó su destino, pero las llamas no lo


alcanzaron, no sintió ningún dolor, Lilith en el último instante había
retrotraído el fuego.
- Ya lo pensé mejor, será más divertido torturarte.
- Tú no vas a torturar a nadie y menos a Cross.
El FILO número siete conocía esa voz, era el sonido que
siempre lo calmaba y lo llenaba de paz, era Elektra, Escorpión dirigió
su mirada hacia arriba y ahí estaba ella, parada en forma desafiante al
pie de las escaleras.
- Hola Chris, me alegra que estés viva, pero de ninguna manera
voy a permitir que lastimes a Cross.
- Athena, portadora de Spartha, mi némesis de todos los
tiempos, eres un regalo que no esperaba...
Lilith atacó con el fuego ácido a Athena, esta lo convirtió en
energía pura, pero no pudo contraatacar, había extinguido el fuego,
pero el aire estaba caliente y el olor a ácido le quemaba los
pulmones, Lilith volvió a atacar, esta vez los ojos de Athena se
encendieron y se tornaron en su característico gris claro, en esa
segunda embestida el fuego no llegó hasta ella. A pesar de ver que su
oponente había inutilizado sus ataques, Lilith se veía tranquila.
- Eres una digna oponente, pero yo sé como funciona tu poder,
estoy segura que en estos momentos apenas puedes respirar.
¿Soportarás una tercera descarga?
- Posiblemente no, por eso me toca a mí atacar.
A un chasquido de los dedos de Athena, una serie de
explosiones de energía pura golpearon al dragón oscuro, las flamas
dejaban residuos alrededor de quien las exhalaba, esto fue
aprovechado por Athena para transformarlos en energía pura y atacar
a su rival, por la cercanía de la energía no pudo esquivar ni un solo
ataque, el dragón oscuro soltó un grito atronador, después cayó y
desapareció. Lilith estaba enfurecida.
- ¡Maldita seas!
- Hasta aquí llegaste.
- Estúpida, esto apenas comienza…
Ambas sacaron sus espadas y se dispusieron a combatir,
Lilith con Draconis y Athena con Andrómeda y Atalanta, chocaron
un par de veces sus espadas, después, ambas se bloquearon.
- ¡Espera Elektra! No la lastimes…
Era Cross quien gritaba, Athena de un salto se alejó de su
rival y se quedó inmóvil, en ese momento llegó Dorian.
- Vámonos, Lilith.
- No, mi venganza…
- Será en otra ocasión, por el momento hay que retirarnos, la
batalla se perdió y vienen los refuerzos, ni tú eres capaz de
pelear contra todos juntos.
Entonces sucedió lo que ni Cross ni Elektra esperaban,
nuevamente surgió el dragón oscuro.
- Está bien, pero me llevo el premio conmigo.
La garra del dragón se acercó a Cross, Elektra se quedó
estática, una espada le cortó la garra a la bestia de Lilith, era Scylla.
- Si crees que te lo vas a llevar estás muy equivocada.
Por primera vez el dragón oscuro retrocedió, se supo en
desventaja ante otro viejo enemigo: Caribdis, sabía que no podría con
los FILOS uno y once al mismo tiempo, se replegó dentro de su
portadora, Lilith por su parte desconocía a esa hermosa chica que
tenía aquella mirada letal, sus ojos violeta claro no emanaban la
bondad de los de Elektra, evocaban una gran amenaza y violencia,
por el momento aceptó su derrota, se encontrarían en otra ocasión,
señaló a Athena.
- Ustedes ganan esta vez. – Después, volteó a ver a Cross –. Te
espero en la Ciudadela, cariño…
Un torbellino de llamas se llevó a los FILOS tres y doce del
sitio de batalla, en eso llegó Michelle al lugar gritando:
- ¡Cross!
Escorpión levantó la mano para que lo ubicara, Michelle de
un salto se acercó y lo tomó del rostro.
- ¿Estás bien? ¿No estás herido?
- Estoy bien, gracias.
Caribdis todavía se encontraba en modo FILO, pero
sorprendentemente no dijo nada, Michelle se levantó y la abrazó.
- Me alegro que tú también te encuentres bien.
Los ojos de Caris tomaron su tono café natural, abrazó a
Michelle y comenzó a llorar, Elektra se acercó a ellas sonriendo.
- ¿Como estás Michelle? ¿Todo bien?
Michelle le devolvió la sonrisa a su amiga.
- Todo bien Elektra, lamento portarme así pero ya me conoces,
por favor, discúlpame por preocuparte.
- No hay problema, te quiero como eres.
Mientras las chicas se abrazaban, Cross en el suelo sólo
pensaba en Christina, esa chica había sufrido mucho por su culpa,
tanto que había llegado al extremo, ya ni siquiera hablaba de ella
misma en primera persona. Esta vez no se auto compadecería ni se
culparía, Chris estaba viva y eso era todo lo que importaba, él la
encontraría y la rescataría, ahora que sabía que no había muerto
lucharía por ella con todas sus fuerzas, todo lo demás pasaba a
segundo plano, su objetivo principal era Christina.
Elektra y Caris eran las más alejadas de la parte norte del
Distrito II, durante su pelea arrasaron rápidamente con un ejército de
dos mil quinientos soldados, prácticamente ni se despeinaron,
mientras Caribdis con gigantescos remolinos de agua arrasaba a sus
enemigos, Elektra con los residuos de los mismos acababa con el
resto, tardaron más en llegar a salvar a Cross que en acabar con el
enemigo.
De regreso al punto donde se encontraban Fenrir, Brahma y
Drake, Athena contó a Pariel que después de vencer a los soldados
de la Ciudadela, tanto Caris como ella sintieron la presencia de Lilith
y se encaminaron hacia el norte del Segundo Distrito en lugar de ir a
la Fortaleza, llegaron apenas a tiempo antes de que mataran a Cross,
Michelle había sentido lo mismo y se dirigió también a donde sentía
esa presencia, en el camino encontró a Dorian intentando matar a los
chicos, las tres se sorprendieron de haber sentido en sus corazones el
peligro al que estaba expuesto Cross, éste seguía caminando detrás
de ellas sin decir palabra, estaba absorto en si mismo, las chicas
prefirieron dejarlo solo con sus pensamientos.

Mientras esperaban a que los rescataran, Fenrir y Brahma


sacaban conclusiones, Drake como siempre no entendía nada.
- Esto es más grande de lo que imaginamos, Connor.
- ¿Tú también te diste cuenta?
- Así es, teníamos conocimiento que Leviatán era el guerrero
más poderoso de todos, portaba a la espada sagrada Thyrfing,
“la espada maldita”, se le conocía como el FILO Supremo, el
más poderoso de todos, en la batalla me percaté que en su
mano izquierda tenía un guante color negro en el cual se leía
este símbolo:

- Estaba bordado en hilo gris, sus ojos cambiaron de café


oscuro a un color oliva oscuro.
Brahma afirmó con la cabeza, después le dijo a sus
compañeros lo que él había descubierto.
- Juggernaut poseía un guante idéntico, sólo que tenía bordado
este otro símbolo:
- De igual forma se refirió a Krishna como su “espada
sagrada”, sus ojos también cambiaron a gris oscuro.
Drake observaba los dibujos de los símbolos que habían
hecho sus compañeros, no entendía de lo que se trataba, Fenrir
continuó hablando:
- Peor aún, eso significa que posiblemente haya diez FILOS
Supremos más, eso significa que la batalla que acabamos de
ganar es apenas un raspón en la rodilla del gigante que
pretendemos derrotar.
- Entonces la verdadera guerra deberá librarse en la Ciudadela,
debemos tomarla para asegurar la victoria.
- Pero no podemos hacerlo solos, necesitamos el apoyo del
Círculo, de la Legión y del Quinto Distrito.
En eso estaban cuando las chicas y Cross llegaron por ellos,
entre los soldados caídos encontraron un comunicador y solicitaron
ayuda.
CAPÍTULO 13
EL FIN DE UNA LEYENDA

Mientras se libraba la batalla en el Distrito II, el ejército


rezagado compuesto por mil quinientos soldados avanzaba varios
kilómetros detrás de los FILOS tres y doce, su misión era rematar a
los heridos y caídos del enemigo y en determinado momento
contraatacar a los rebeldes por la retaguardia, pero no se habían
percatado que ellos a su vez eran seguidos por dos guerreros, el
recientemente reinstalado General Lothar y el ex Comandante
Supremo de las Fuerzas Militares del Tercer Distrito, Ragnar.
- ¿Listo Ephraim? – Lothar además de Eloise era la única
persona que llamaba por su nombre de pila a Ragnar, eran
amigos de toda la vida.
- Listo compañero, vamos a aniquilar a estos bastardos.
Ambos atacaron al mismo tiempo al ejército de la Ciudadela,
lo hicieron en el momento exacto en que estaban cruzando los
pantanos, sólo podían cruzar en grupos de diez personas, en la
confusión muchos soldados caían al pantano y se ahogaban,
mientras, a sus espaldas, Lothar y Ragnar los estaban destrozando.
*****
El día del gran torneo, después de que Ragnar y Eloise
dejaron a Gunther, llegaron al Hotel en el barrio pobre del Tercer
Distrito donde vivía la madre de Astrid, cuando estuvieron a las
puertas del lugar, Ragnar le dijo:
- Toma tus cosas y vámonos, este lugar ya no es seguro para ti.
- ¿Por qué?
- Eres la madre de uno de los rebeldes, vendrán por ti para
llegar a ella.
- Pero... ¿y mi hija?
- Yo le avisaré de tu nuevo lugar.
- ¿Y donde es eso?
- Tengo una casa en el barrio élite de este Distrito, la tengo
registrada a nombre de un amigo, ahí estarás segura…
- ¿Y tú?
- No te preocupes por eso, yo vivo en el edificio de gobierno,
no te causaré problemas ni incomodidades.
Con una voz apenas audible Eloise respondió:
- Tú no me incomodas...
- Es bueno saberlo – Ragnar sonreía.
Eloise tomó sus cosas que eran muy pocas y abandonó el
hotel, horas después llegaron a la casa de Ragnar, la instaló, le
mostró la casa y le entregó la llave.
- Este es por el momento el lugar más seguro en donde puedes
estar. ¿Te encuentras bien?
- Si, me alegro de haber terminado por fin el peor capítulo de
mi vida.
- Que bueno que te sientas así, pronto volveré a visitarte.
- ¿Sabías que ese guerrero al que llaman Loki es mi hijo?
- Si.
- ¿Porque no me comentaste que él sería uno de los
combatientes?
- Creí que ya lo sabías, por eso te invité al evento.
- No lo sabía, hace mucho que no hablo con Gunnar.
- Siento escuchar eso, ya me voy, te dejo descansar.
Cuando Ragnar se iba, Eloise lo tomó de la mano.
- Se que no tengo derecho a pedírtelo, pero… ¿te quedarías un
momento conmigo? No quiero estar sola…
Ragnar abrazó a Eloise, pero después la alejó.
- Debo irme, lo siento.
- Está bien, te entiendo, no me debes ninguna explicación,
agradezco tu ayuda y tu amistad. – Eloise luchaba por
contener el llanto, pero unas lágrimas ya asomaban en sus
mejillas, Ragnar se encaminó a la puerta, antes de abrirla para
retirarse, se regresó.
- ¿No lo entiendes verdad Eloise? Lo que hago no es por
amistad, es porque no te puedo dejar sola, no te quiero volver
a perder, si me voy no es porque tenga cosas que hacer, es
porque si estoy contigo no puedo contenerme, necesito
abrazarte y besarte, aún te amo, te amo más que cuando te
conocí, más que cuando me dejaste, tú lo eres todo para mi, lo
eras antes y ahora aún más, mi felicidad depende de la tuya,
pero no voy a obligarte a nada, no quiero que estés conmigo
por gratitud ni que te sientas comprometida, pero tampoco
estoy hecho de piedra, sigues siendo una mujer muy hermosa,
cuando estoy contigo en la calle soy feliz, pero a solas no
puedo aguantarme las ganas de …
Ragnar no pudo continuar hablando, Eloise lo besó, Ragnar
apretó contra sí a la única mujer a la que había amado, los
sentimientos que tanto tiempo se había guardado los estaba
expresando a través de ese beso, pero había algo distinto, el había
besado otras veces a Eloise cuando estaban comprometidos, incluso
habían mantenido relaciones íntimas, pero nada se comparaba a ese
beso, la desesperación de Eloise era tanta como la suya, la pasión con
la que lo besaba no le dejaron lugar a dudas, no tuvo que preguntar
nada, esa mujer también lo amaba, su cuerpo no podía mentir, la
llevó a la habitación y le hizo el amor, lo hicieron desesperadamente,
ambos disfrutaron hasta el último rincón de sus cuerpos, liberaron
todo el sentimiento que por años guardaron, él, de resentimiento y
dolor, ella, de humillaciones y malos tratos, la vida para los dos
empezaba en ese momento, cuando todo terminó, ninguno quiso
hablar, sólo se abrazaron y se quedaron dormidos.
Al día siguiente cuando Eloise despertó Ragnar ya no estaba
en la cama, salió a buscarlo envuelta en las sábanas, lo encontró
preparando el desayuno, se aproximó a él y lo abrazó por la espalda.
- ¿Que tal dormiste? – preguntó Ragnar.
- Como nunca en mi vida, regresa a la cama.
- Ya casi termino.
- No tengo hambre.
Eloise besó a Ragnar y volvieron a tener relaciones en la
cocina, cuando terminaron ambos estaban en el suelo cubiertos con la
sábana que llevaba Eloise.
- Ephraim... ¿que vamos a hacer ahora?
- Lo que tú quieras.
- Entonces vámonos de aquí.
- No hay problema. ¿A donde quieres ir?
- Al lugar donde pertenece mi familia, al estado de Hamal.
- Está bien. ¿Cuando quieres irte?
- De inmediato. Sólo les aviso a mis hijos y nos vamos, ya son
grandes y pueden valerse por sí mismos, primero quiero pasar
por la casa del Primer Distrito, debo visitar la tumba de mi
padre y de mi hermano Edgar para despedirme, también
quiero que Elan sepa que estoy bien, siempre se ha
preocupado mucho por mí. – Eloise empezó a llorar al
recordar a Edgar.
- Eloise, si quieres te llevo, pero sabes que yo no soy bien
recibido ahí, tu hermano amenazó con matarme, él me culpa
de todo lo que pasó…
- Olvídate de eso, Elan ha cambiado, si me permite entrar
contigo bien, si no lo hace nunca lo volveré a ver, pero no me
puede negar despedirme de Edgar, además, ahora tú eres la
persona más importante en mi vida y por nada te voy a dejar,
tú estás antes que nadie.
Ragnar abrazó a Eloise, con sólo tenerla cerca había olvidado
todo lo anterior, no recordaba lo que era el sufrimiento ni el desamor,
sólo vivía el momento y era pura felicidad.
- Eloise, debes entender algo de tus hijos, como sabes ambos
son guerreros élite del Tercer Distrito, así como yo soy el
FILO número dos, Astrid es el ocho y Gunnar es el seis, pero
se acaba de librar una batalla que es el inicio de la guerra y
tus hijos pelean en bandos contrarios, Astrid con los rebeldes
y Gunnar con el Estado, en algún momento se enfrentarán.
- Me duele pero no me sorprende lo que me dices, Gunnar más
que nadie debería saber el dolor que causa a la gente el
gobierno tiránico de la Ciudadela, pero ya es mayor y ha
tomado partido, a mi sólo me queda darles mi bendición a
ambos y que sea lo que los dioses quieran, pero mi corazón
está con la libertad, yo no quiero que hagas cosas en contra de
tu voluntad Ephraim, pero si en tu ser existe la llama que
sentí anoche, estoy segura de que tus lealtades ya no están
con la Ciudadela, si es así, te pido que ayudes, no a mi hija,
pero si a la causa con tus conocimientos.
- Ya llevo tiempo ayudándoles desde las sombras, es tiempo de
que sepan todo lo que conozco de ese maldito lugar, debo
salir, investigaré como están las cosas, hablaré con el
Delegado, es un buen hombre y presiento que será importante
en la lucha, después buscaré a tus hijos para que puedas
despedirte de ellos.

Ragnar partió al Palacio de Gobierno, no cabía en si mismo


de felicidad, Eloise lo había despedido con un beso en la boca y un
“te amo”, eso lo significaba todo para él, cuando llegó al edificio
principal en la entrada se encontraba Astrid, llevaba puesto su guante
en la mano derecha que la distinguía como FILO al igual que Ragnar
traía el suyo.
- Freya, que sorpresa encontrarte aquí.
- ¿Donde está mi madre?
- ¿Por qué supones que yo lo sé?
- No juegue conmigo Comandante, pasé al hotel donde vivía, el
dueño del lugar después de ensuciar los pantalones me dijo
que los vecinos la vieron tomar sus cosas e irse con usted.
- Ya veo… ¿y tu padre? ¿Sigue vivo?
- Es un pobre diablo que no vale la pena, nunca en su vida va a
volver a empuñar una espada, además, presiento que si usted
esta con mi madre él no tiene ninguna oportunidad.
- Eres una chica lista, tu madre está en mi casa, pero es
peligroso que andes por aquí, vete a ver a tus amigos, yo me
comunicaré contigo.
- ¿Como sé que lo hará?
- Astrid, no se si lo sepas, pero yo siempre he amado a tu
madre, desde que tenía más o menos tu edad, tú y Gunnar son
lo más importante para ella y por lo tanto para mi también, yo
fui quien los ayudó en la arena y lo voy a seguir haciendo,
por favor, ve con tus amigos, yo te llamaré a la Fortaleza.
- Como sabe…
- Yo sé muchas cosas, ahora vete, recuerda que te están
siguiendo.
- No te preocupes por eso, espero tu llamada.
Ragnar entró al edificio de Gobierno, ahí se encontraba
Ozmar de Riot.
- Buenas tardes Comandante.
- Buenas tardes Consejero.
- No sabía que socializara con rebeldes.
- No lo hago.
- Estaba hablando con una.
- No estoy enterado de que sea una rebelde.
- Participó activamente en el conflicto de ayer.
- Yo sólo vi a un montón de chicos defendiéndose de soldados
agresivos, lo que me pregunto es… ¿quien fue el idiota que
cambió las reglas en pleno torneo? Ese fue un gran error,
todos los participantes se molestaron, eso inició el conflicto.
- Yo que tú sería mas cuidadoso con tus cometarios, “idiota” es
una palabra muy fuerte.
- Como sea, fue un error.
- Eso no justifica que simpatices con chicos que se rebelan
contra la Ciudadela.
- No simpatizaba, sólo me explicaba lo que te dije, se sintieron
amenazados con el cambio repentino de reglas.
- De todas formas era tu deber arrestarla.
- Yo no sé de una orden de aprehensión contra esa chica, no me
han informado, si tú lo sabías... ¿Por qué no la arrestaste
personalmente?
- Esa no es mi función.
- ¿No? Pues se cometa que a todo mundo le dices que tú eres el
verdadero Delegado de éste distrito, ya veo que no es cierto.
- Ya basta de charla, los jefes te exigen que renuncies a tu
puesto y regreses a la Ciudadela.
- Está bien, en éste momento voy a renunciar.
- ¿Así, sin más?
- Es una orden... ¿no?
- Así es.
- Entonces eso no se discute, te veo después.
Ragnar buscó al Delegado Erikksson, al encontrarlo lo llevó a
un sitio donde no pudieran ser escuchados, le dijo al oído que
excusara a su consejero.
- ¿Que te trae por aquí Ragnar?
- Vengo a presentar mi renuncia señor.
- ¿Por qué?
- Por los acontecimientos recientes, me temo que debo
reportarme a la Ciudadela, antes que a este distrito debo mi
lealtad al Estado.
- Pero vas a debilitarnos.
- No se preocupe, los hermanos Nexus se quedarán para
ayudarlo, yo también lo protegeré desde donde esté, su
distrito será intocable.
- Ragnar… ¿me permitirías un momento a solas?
- Si señor.
- Perdón Delegado, pero creo que la decisión del Comandante
es la mejor. – Quien hablaba era el consejero.
- Lo se Ozmar, pero sólo quiero cruzar unas palabras con
Ragnar a solas, si nos disculpas un momento...
- Pero señor...
- No se preocupe consejero, mi decisión está tomada, por favor,
le suplico que nos deje solos – insistió el Comandante.
Ozmar de Riot miró con desdén al FILO y salió, el Delegado
estaba intrigado.
- ¿Que sucede Ragnar?
- Dígamelo usted, se aproxima una guerra… ¿que va a hacer?
- No sé si pueda confiar en ti…
- Entonces arrégleselas como quiera, yo me voy.
- Espera, quiero apoyar a la resistencia, creo que eso demuestra
que confío en ti, si esto se sabe estoy muerto.
- Debe deshacerse de su consejero.
- Lo sé, pero necesito protección.
- Para protegerlo basta con los bérserkers que lo cuidan, desde
pequeños fueron entrenados por mi amigo Lothar y yo
concluí su instrucción, le puedo asegurar que no hay guerrero
élite que pueda vencerlos. Pero lo más importante es que en
unos días se librará una batalla por la libertad de los distritos
exteriores, sea cual fuere el resultado se debe pronunciar a
favor de los rebeldes.
- Está bien, necesito hablar con Cáncer.
- ¿La Delegada del Primer Distrito?
- Así es, estoy seguro de que el Círculo nos apoyará.
- ¿Y la Legión?
- Están a muerte con la Ciudadela.
- Yo hablaré con la Delegada y pactaré una reunión, envíeme
usted con una propuesta formal de dialogo dirigida a los otros
dos Distritos para prevenir una guerra.
- Está bien, tendré el papeleo en unas horas.
Cuando Ozmar de Riot entró a la oficina, Ragnar le comentó
que su decisión era definitiva pero que haría un último favor al
Delegado llevando una propuesta a los Distritos I y II solicitando
mesura ante los próximos eventos, se quería evitar una guerra,
después, Ragnar regresaría a la Ciudadela, el consejero estuvo de
acuerdo, a sus adentros pensaba que Gabriel le daría la información
de lo que se traía Ragnar entre manos.

La Delegada y la Comandante Suprema de las Fuerzas


Militares del Primer Distrito recibieron personalmente a Ragnar, éste
solicitó hablar a solas con Cáncer, Capricornio no tuvo inconveniente
en retirarse.
- Finalmente nos volvemos a ver Teg, ha pasado el tiempo pero
sigues igual de hermosa, como siempre, aunque toda la vida
me he preguntado... ¿por qué tiñes tu cabello blanco de
castaño? Eloise lo hace por orgullo… ¿pero tu?
- Por vanidad… ¿acaso me veo mal?
- Al contrario, ya te dije que te ves espectacular.
- Gracias, tu sigues igual de galante, no hemos convivido desde
aquella aventura, después, sólo nos vemos en actos oficiales,
como dos extraños.
- Si, pero la pasamos bien... ¿o no?
- Claro que sí. ¿Te gustaría repetirlo?
- Regresé con Eloise.
- Me lo imaginé cuando la vi el día del torneo, me alegro por
ustedes, mi prima se merece ser feliz, con razón te veía
diferente, más guapo, ahora que eres inaccesible quiero
tenerte…
Ragnar soltó una risa nerviosa.
- No cambias.
- Claro que no, ahora dime... ¿cual es el motivo real de tu
visita? Me imagino que no es el papel que trae Capricornio, ni
tampoco hablar de tu vida sentimental.
- Así es, la guerra ha comenzado.
- Lo sé.
- ¿Cual es tu posición?
- ¿Me lo pregunta el Comandante Supremo de las Fuerzas
Militares del Tercer Distrito o el Director de Inteligencia de la
Ciudadela?
- Te lo pregunta tu amigo Ephraim.
- Antes respóndeme algo. ¿Que falló la vez pasada?
- Que no estaban unidos, todos atacaron la Ciudadela pero
había grupos muy marcados con ideas completamente
contraopustas, cada quien veía por un interés personal, fueron
divididos y eliminados.
- Por ti.
- Yo elegí mi bando, así como ustedes el suyo, combatí a los
que me combatieron, pero a pesar de todo jamás las delaté, ni
a ti, ni a tu prima Amy.
- Lo sé, la amistad era muy endeble.
- Esa es la diferencia, estos chicos son otra cosa, preferirían
morir a dejar atrás a un compañero, ellos son el futuro.
- Entonces ya conoces mi repuesta, en el pasado era joven y fui
cobarde, ahora no, pero soy precavida, debo proteger a mi
gente, voy a apoyar a los rebeldes, todo el Círculo lo hará, la
decisión ya estaba tomada. Pero lo haremos de forma
inteligente y mesurada.
- Bien, Erikksson también lo hará.
- Pero el no manda…
- Ahora sí, la realidad sólo la conocemos unos cuantos, el
ejército y el pueblo le es fiel a él, sólo necesita saber que lo
apoyarás para pronunciarse.
- Primero debe deshacerse de su sombra.
- Ya se lo dije y está de acuerdo, pero necesita tu ayuda, el
consejero no es cualquier guerrero y lo sabes.
- No sólo lo apoyaré, también lo defenderé, enviaré a dos de
mis hermanos del Círculo a protegerlo.
- No se diga más, en dos días se verán en el Tercer Distrito,
será en mi casa. ¿La recuerdas?
- Como olvidarla…
Terminada la conversación entró Capricornio, los tres
estuvieron bebiendo, platicando y recordando viejas épocas.
Al día siguiente Ragnar fue a ver a Gabriel, llevaba prisa,
tenía muchas cosas por hacer, entregó el documento administrativo y
con el protocolo del caso explicó la posición “oficial” de su
Delegado, lo que se quería evitar era la guerra entre Distritos.
Después aprovechó su estancia en el lugar para ver a Astrid,
se había comunicado con ella la noche anterior y le había anunciado
su visita, esta lo citó en la Fortaleza, Eloise ya esperaba a Ragnar en
la estación del tren, la recogió y fueron a ver a Freya, mientras Eloise
se despedía de su hija, Ragnar hablaba con Fenrir y Escorpión para
cambiar impresiones, ese mismo día Eloise había citado a Gunnar en
el barrio élite para despedirse de él, le había pedido que fuera solo
porque su hermana estaría con ella, Loki llegó al lugar acordado con
un pequeño ejército, a lo lejos, Ragnar, Eloise y Astrid lo observaron
todo.
- Lo siento mamá.
- Déjalo hija, es su decisión, que los dioses lo protejan.
Loki estuvo esperando durante un par de horas a su madre y
su hermana, después de ese tiempo se retiró furioso por el plantón de
Eloise, ahora Gunnar sería el hazmerreír en el campo militar, había
prometido llevar a su hermana y a su madre, con eso se asegurarían
que Ragnar volviera a la Ciudadela, ahora regresaría con las manos
vacías, ya se desquitaría con ellas a la primer oportunidad que
tuviera.
Al día siguiente Eloise y Ragnar partieron a su casa en el
Distrito III, este último habló con el Delegado y entregó su renuncia,
la cual fue aceptada, Ozmar de Riot solicitó ser el nuevo Comandante
Supremo de las Fuerzas Militares del Tercer Distrito, tenía la secreta
intención de atacar el Primer Distrito para provocar una guerra civil,
Erikksson aceptó, le informó que todo se haría oficial en dos días,
por la tarde, Ragnar salió a escondidas del edificio de Gobierno,
Ozmar lo siguió, entró en un bar, parecía que esperaba a alguien.
Mientras tanto, sin una sombra que lo siguiera, el Delegado se
dirigió a la casa de Ragnar, lo llevaron soldados de su total
confianza, bérserkers que le eran completamente fieles y que velaban
por su protección, los hermanos Nexus, aquellos niños que habían
sido entrenados en un principio por Lothar y después por Ragnar. Al
llegar, sus hombres lo esperaron afuera, Eloise fue la anfitriona,
Cáncer ya se encontraba ahí con Capricornio, Tauro y Leo.
- Buenas noches Delegado.
- Buenas noches señora De Grieff, un gusto volverla a ver,
Delegada…, Comandante…, jóvenes.
Después de los saludos y las formalidades entraron en
materia.
- Delegado, Ragnar me ha puesto al corriente de sus
intenciones.
- ¿Y va a apoyarme?
- Por eso estoy aquí, mis chicas me informaron que la
verdadera revolución inicia mañana. Por la noche usted y yo
nos pronunciaremos a favor del cambio, el Segundo Distrito
es una incógnita, se declarará a favor de la Ciudadela o será
neutral, yo creo que será lo segundo, no se arriesgará a ser
invadido por el momento, después de ver la contraofensiva de
la Ciudadela decidirán su posición oficial, pero eso sólo es
una teoría, posiblemente nos declaren la guerra, pero es muy
difícil, la base de los rebeldes se encuentra en su Distrito,
hasta que no los saquen de ahí su posición será moderada, de
otra forma los destruiríamos desde adentro.
- Estamos de acuerdo. ¿Que me recomienda hacer?
- Desde mañana no abandonará el edificio de Gobierno, su
cabeza tendrá precio y usted no es un guerrero, mi
Comandante Suprema de las Fuerzas Militares lo apoyará, se
quedará con usted para protegerlo, al igual que mi compañero
Leo.
- Agradezco su confianza y su generosidad Delegada, a cambio
y como muestra de mi gratitud y reciprocidad pondré mi
ejército al servicio de la Comandante Capricornio.
El pacto fue sellado con un apretón de manos, la reunión
terminó y ambas partes se retiraron, Tauro y Cáncer regresaron al
Primer Distrito y Capricornio junto con Leo se fueron con el
Delegado Erikksson.

Mientras, en un bar en el Tercer Distrito, Ragnar tenía el


tiempo medido, calculó que la reunión ya había terminado o estaba
por terminar, llamó al camarero y le envió una copa a Ozmar de Riot,
cuando el camarero le llevó la copa al consejero éste se acerco con el
Comandante Supremo.
- ¿Que haces aquí Ragnar?
- Sólo tomando mi última copa en el exterior en mucho tiempo.
- ¿Porque lo dices?
- La batalla va a ser larga y seamos sinceros, esta vez no me
van a dejar salir a combatir, voy a ver y dirigir la batalla
desde los monitores.
- Todos tenemos que hacer nuestra parte.
- Así es, pero no es motivo para que evites tomarte una copa
conmigo.
Ragnar y Ozmar de Riot salieron a las dos de la mañana del
bar. Ragnar caminaba con paso inseguro.
- ¿Sabes que? No tiene caso regresar a Gobierno, de aquí me
voy a la Ciudadela.
- Estás borracho, mejor te acompaño para ver que llegues bien.
- No te preocupes, yo no manejo, llevo chofer.
- Permíteme insistir…, hazlo como un favor para un viejo y
nuevo amigo.
- Cualquiera pensaría que desconfías de mi palabra y me estás
vigilando, pero yo no, así que está bien, sólo porque me caes
bien voy a dejar que me acompañes.
Ragnar y Ozmar de Riot partieron a la Ciudadela en un auto
oficial, Ragnar durmió despreocupadamente todo el camino, cuando
llegaron lo despertó Ozmar de Riot.
- Ya llegamos…
- ¿A donde fueron? – preguntó Ragnar todavía bajo los efectos
del alcohol.
- No te hagas el gracioso, ya estamos en la Ciudadela.
- Perdón, yo creo que todavía estoy un poco ebrio.
Ragnar bajó del auto y detuvo al primer oficial que se le
cruzó enfrente.
- Amigo, llévame a los dormitorios de los altos oficiales,
necesito descansar para ponerme a disposición de los jefes.
El oficial, un Mayor del ejército, se le quedó viendo a Ozmar
de Riot, éste le ordenó:
- Haga lo que le ordenan soldado, esta usted hablando con un
oficial del más alto rango del área del Cinturón del edificio
principal.
Al escuchar la palabra “Cinturón” el Mayor se apresuró a
llevar a Ragnar a los dormitorios, éste al entrar a su habitación se
tumbó en la cama y se puso a dormir, cuando el Mayor se retiraba se
volvió a encontrar a Ozmar de Riot, quien le entregó un
comunicador.
- No se mueva de aquí, en cuanto el Comandante se despierte
oprima el botón rojo del radio, enviaré a gente por el.
¿Entendido?
- Si, señor.

Lothar se encontraba en prisión, lo habían atrapado tratando


de huir, estaba vigilado las veinticuatro horas del día, lo habían
encerrado en una celda ejecutiva esperando a ser interrogado por
Juggernaut, en otro momento ya estaría siendo torturado, pero por
culpa de los preparativos del asalto a la Fortaleza habían pospuesto el
interrogatorio hasta el regreso del Comandante Supremo.
El antiguo guardaespaldas de Argento Riazor tenía mucho
tiempo para pensar, lo que más le molestaba es que tenía información
muy valiosa que no podría entregar a sus muchachos, sólo le
aguardaba sufrimiento y muerte, su prisión era hermética, a prueba
de bérserkers, la comida se la pasaban por un cilindro giratorio, de
pronto, se abrió la puerta, eso sólo significaba una cosa: que
necesitaban información que creían el conocía.
- Ya era hora… ¿acaso Juggernaut no se aguantó las ganas de
esperar a interrogarme hasta después de la batalla?
- No lo sé camarada... ¿quieres que le vayamos a preguntar?
Lothar no podía creer lo que estaba viendo, su amigo Ragnar
lo estaba rescatando.
- Mejor en otra ocasión, por el momento prefiero irme de aquí.
- Esa voz me agrada, sígueme, creo que esto es tuyo.
Ragnar le entregó una espada a su amigo, la espada que
Lothar tenía desde los diecinueve años, edad a la que se había
convertido en bérserker, esa espada la había hecho Ragnar con sus
propias manos, en la hoja se podía leer la inscripción: “Lothar señor
del viento” de un lado y del otro “Honor y Lealtad E.V.T.”, el metal
del arma era especial, extraído directamente de las minas del Estado
de Hamal.
Mientras escapaban Ragnar contó a Lothar cómo lo había
rescatado. Cuando estaba en la suite de los oficiales se escabulló por
la ventana hacia el edificio de enfrente: el de los prisioneros de alto
rango, no le costó ningún trabajo quemar vivo a un soldado hasta que
le informó en donde estaba prisionero Lothar, podía moverse con
total libertad, las insignias en su uniforme lo señalaban como un
oficial de la zona del Cinturón, le había solicitado un par de éstos al
Mayor que lo cuidaba, le proporcionó uno a Lothar, su altura y
composición de sus cuerpos era muy parecida, ambos escaparon, no
se arriesgaron a salir por las puertas principales, robaron un
helicóptero del hangar más alejado que encontraron y se fueron
rumbo al Segundo Distrito.
- Gracias amigo. ¿Cómo te enteraste de mi captura?
- Por Arne, él sabía que somos amigos, después lo planee todo
con Arlés.
- ¿Y Cross?
- Preferimos no decírselo, hubiera sido capaz de venir
personalmente por ti, era peligroso.
- Tienes razón.
- Ahora debemos apresuramos, el ejército ya partió.
- Si, pero yo se a donde ir Ephraim, vamos a rodear el Segundo
Distrito, es la zona más desprotegida y un grupo pretende
sorprender por detrás a los muchachos, vamos a ayudarles por
allá.
- De acuerdo, vamos a ese lugar.
*****
Entre Ragnar y Lothar estaban acabando con prácticamente
todos los soldados, quienes sólo de verlos temblaban y querían huir,
ambos eran reconocidos y temidos, eran unas leyendas vivientes,
Lothar seguía acabando con sus enemigos cuando de pronto la vio,
era ella: Christina Riazor. Por un momento dejó el campo de batalla
y le gritó a la chica:
- ¡Christina!
Esta volteó, lo vió y siguió su camino, como si no lo
conociera, Lothar trató de seguirla pero Dorian le cortó el camino.
- ¿A donde Lothar?
- ¡Esa chica es Christina!
- No, no lo es. Tú deberías estar en prisión.
- Ya ves que no.
- ¿Como escapaste?
- Eso es lo de menos, estás en el bando equivocado muchacho.
- Aquí el único traidor eres tú y yo te castigaré por eso.
- No lo hagas Dorian, guarda tu arma.
- Soy el FILO número tres, Cerberus, y esta es la espada
sagrada Durandal, te estoy reconociendo como el gran
guerrero que eres Lothar, como un igual, ahora muere…
Cerberus y Lothar empezaron a pelear, Lothar tenía el talento
y la experiencia, pero Dorian tenía el poder, se valió el viento de
Lothar para hacer más poderoso su fuego, aprovechó su talento
especial, controlaba el poderoso fuego azul, mismo que no se
consumía hasta que él lo decidía, quemó a Lothar y después lo
traspasó con Durandal, Lothar cayó de rodillas, Dorian le apunto con
la mano izquierda extendida.
- Descansa en paz maestro.
- No te atrevas chico, si disparas te mato.
Quien hablaba era Ragnar, ya había acabado con casi todos
los soldados, los que quedaban estaban huyendo, Dorian se volteó y
disparo al ex Comandante Supremo de las Fuerzas Militares del
Tercer Distrito, quien de un manotazo desvió la energía elemental del
fuego azul que le envío el FILO número tres, nuevamente Cerberus
le disparó, esta vez utilizando a Durandal como catalizador, el fuego
era abrasador, Ragnar detuvo el ataque extendiendo el brazo derecho,
sostuvo una pequeña llama en la palma de la mano que llevaba el
guante, estaba transformando el fuego azul en amarillo.
- ¿A eso le llamas atacar con fuego novato? ¡Esto es un ataque
de fuego!
El disparo de Ragnar parecía una esfera pequeña de fuego
totalmente amarilla, Cerberus empezó a reír y pretendió partirla con
su espada, pero en cuanto tocó la esfera una explosión lo mandó a
volar, el FILO número tres quedó totalmente quemado, Durandal le
había salvado la vida, si la esfera hubiera hecho contacto directo con
él, lo hubiera matado, con las fuerzas que le quedaban salió huyendo,
cada paso que daba le dolía terriblemente, tenía la piel en carne viva,
cuando Lilith lo vio empezó a reír, Dorian no podía ni caminar.
- Ayúdame.
- ¡Claro que no! Prometí a tu amo no matarte, pero nunca dije
que te ayudaría, eso te pasa por idiota, sólo a ti se te ocurre
retar a ese monstruo… ¿porque crees que me seguí de largo?
¡Sentí su energía! Eres un completo imbécil.
Lilith se alejó riendo, Cerberus no pudo más y cayó rendido,
dos soldados que venían huyendo lo rescataron y se rescataron a ellos
mismos, llevar al FILO de vuelta les aseguraba evitar la corte marcial
por haber huido de la batalla y seguramente subirían de rango, suerte
para todos.
En el límite de los pantanos Ragnar hablaba con Lothar.
- ¿Como estás compañero?
- Creo que mal…
- ¿Por qué lo hiciste?
- ¿A que te refieres?
- Dejaste que ese chico te venciera, no utilizaste tu poder real.
- Al final me hubiera derrotado, estoy seguro, no valía la pena
alargar la pelea, no podía arriesgarme a matarlo. Ese chico
fue mi alumno y esta en el bando equivocado. ¿A quien te
recuerda?
- Amigo…
Ragnar se quedó sin palabras, sabía el infierno personal que
llevaba en hombros su compañero de la infancia desde la última
guerra. Lothar siguió hablando:
- Dorian es un buen muchacho, me consta, ha sufrido mucho y
la vida lo ha llevado a donde está ahora, sin embargo, merece
una oportunidad de reflexionar y hacer lo correcto.
- Espero no te hayas equivocado.
- Necesito que me lleves con los chicos. ¿Crees poder?
- ¿Crees aguantar?
- Si, ayúdame.
Ragnar subió el cuerpo de Lothar a sus hombros y se dirigió a
toda velocidad a la Fortaleza.

La ayuda llegó finalmente para llevarse a Brahma, Fenrir y


Drake, los gemelos llegaron con el vehículo de emergencias, en la
Fortaleza había una sala médica de primer mundo con doctores más
que competentes y aparatos de última tecnología. En los pantanos
Fenrir había estado como loco buscando a Yago y lo había
encontrado con vida, no reaccionaba pero todavía respiraba, lo
estaban subiendo al vehiculo médico cuando Caris distinguió que
alguien se acercaba a lo lejos, todos se pusieron en guardia, Elektra
distinguió al sujeto, era Ragnar y traía en los hombros a Lothar,
Cross salió de su ensismamiento y corrió hacia su mentor.
- ¡Lothar!
- Hola. ¿Como nos fue?
- Victoria total.
- ¿Bajas?
- Muchas.
- ¿Importantes?
- Todas las vidas son igual de importantes, pero seguimos en
pie.
- Ese es mi muchacho, sabía que harías cosas grandes.
Cross observó la herida de Lothar.
- Después hablamos, esa herida se ve mal, es urgente que te
atiendan.
- No muchacho, ya no hay remedio para mi.
- ¿Como que no?
Cross volteó a ver a Ragnar, éste negó con la cabeza.
Escorpión lloraba.
- Están equivocados, soy un excelente cirujano, yo puedo
curarte.
- No esta vez, hijo, no esta vez.
- No me dejes Lothar...
El bérserker tomó a su discípulo de la cabeza y le dijo al oído.
- Vi a Chris.
Cross con un gesto de dolor preguntó:
- ¿Ella fue la que te…?
- No, fue Dorian, ese chico esta desubicado.
Cross se llevó la mano a la cabeza.
- Maldito…
- Cross, hijo, quiero que me prometas algo.
- Lo que quieras maestro.
- Protege a tus compañeros y se fiel a la causa, Chris está viva
y podrás pelear por ella, pero nunca abandones a tus amigos,
ellos confían en ti, tú eres el único que los puede mantener
unidos, Ephraim y yo pelamos hace diecinueve años en el
bando equivocado, éramos como ustedes, nos conocíamos
todos los guerreros élite y había empatía entre muchos de
nosotros, pero con la guerra nuestras prioridades cambiaron y
nos destruimos entre nosotros, ustedes son distintos, luchen
por sus ideales, el pueblo es tu responsabilidad, prométemelo.
Cross no podía contener el llanto. Lothar lo tomó por la nuca.
- Hazlo, prométemelo, tú eres mi hijo. Yo en mi vida fui muy
extremista, me dejé llevar en exceso tanto por mis falsas
lealtades como por mis pasiones y lo perdí todo, no debes
cometer mi mismo error, no voy a permitir que lo hagas, no
tú… Por lo menos quiero morir sabiendo que al final hice
algo bien, que te ayudé aunque sea obligándote a prometer
algo contra tú voluntad, pero que es lo mejor para ti y para los
que te rodean.
El bérserker empezó a toser sangre, miraba a Cross con ojos
de súplica.
- Lothar, tu fuiste como un padre para mí, eres mi héroe y mi
ejemplo a seguir, siempre te he dicho que mi mayor meta es
ser como tú, sé que no lo voy a lograr porque nunca habrá
nadie como tú, pero si llego a ser la mitad de hombre de lo
que eres habré triunfado, te juro que cumpliré lo que me
pides.
- Gracias muchacho, cuídate y salva a Christina, yo sé que lo
lograrás. – Volteó a ver a Ragnar –. Adiós, mi único y más
leal amigo, fue un honor pelear mi última batalla a tu lado, tú
debes irte, ahora te toca ser feliz, deja el futuro en manos de
la juventud. – Finalmente volteó a ver a Cástor –. Adiós
campeón, cuídalos a todos.
Con el cuerpo de su maestro en los brazos Cross se lamentaba
y no lo soltaba, Ragnar, Elektra, Michelle, Póllux y Arlés lloraban
también, todos querían a Lothar.
Cástor estaba inconsolable, ese bérserker había sido también
su maestro personal, había pasado con él años de entrenamiento,
gritaba jurando que encontraría a Dorian y le mataría, en ese
momento empezó a llover, hasta el cielo lloró la pérdida de ese gran
bérserker.
Y Lothar murió, fue el fin de un guerrero mítico, famoso por
ser justo y valiente, generaciones de guerreros se formaron al tenor
de sus enseñanzas; sus estrategias, batallas y victorias eran
legendarias, era conocido y respetado en todo Boleria. Así termina la
historia de ese gran hombre, falleció el bérserker, pero su leyenda
continuaría.
CAPÍTULO 14
NUEVO FILO NÚMERO DOS
HEIMDALL

Después de la conclusión de la batalla, ese mismo día en la


noche se dio la noticia de que los Distritos I y III apoyaban el
movimiento de revolución, advirtieron a la Ciudadela que no podrían
pasar las tropas del Estado por sus territorios, en caso de hacerlo
serían atacados, también apercibieron al Segundo Distrito que un
ataque de sus fuerzas en contra de la Fortaleza sería considerado un
acto de guerra, por su parte, el Delegado Gabriel no hizo
pronunciamiento alguno, tal y como se esperaba.
Al día siguiente enterraron los restos de Lothar en el panteón
particular de la familia De Grieff, en cuanto Astrid se lo pidió a su tío
este contestó: "Conocí personalmente a Lothar y será un honor para
la familia y el Distrito resguardar sus restos".
La ceremonia fue muy discreta, asistieron los catorce líderes
del movimiento y todos los miembros del Círculo del Zodiaco,
incluyendo a Leo y Capricornio, nadie pudo convencer a la Suprema
Comandante de que no saliera del edificio de Gobierno del Distrito
III, Lothar había sido su único amor, estaba desconsolada, juró que
vengaría su muerte.
Cuando terminó el servicio Ragnar y Elan De Grieff se
encontraron de frente, Elan le ofreció la mano a su nuevo cuñado.
- Me da gusto ver a mi hermana tan feliz, bienvenido a la
familia, sé que se van a Hamal y ya le dije a Eloise que
pueden ocupar la hacienda de los De Grieff que está en el
campo, yo casi no la uso pues como saben vivo en el edificio
de gobierno, no acepto una negativa de tu parte, mi hermana
adora esa casa y sé que serán felices allá.
- Gracias Elan.
- Ahora quisiera que me permitieras un momento con mi
hermana y mis primas.
- Por supuesto.
Tegmine De Grieff (Cáncer) y Amaltea De Britten
(Capricornio) mejor conocidas como Teg y Amy, eran primas de
Elan y Eloise. Aries necesitaba hablar con ellas porque les confiaría
el destino y la defensa del Círculo, él estaría al pendiente desde el
estado de Hamal, también había problemas con el gobierno de ese
estado, las primas se abrazaron y le dieron al pésame a Eliose por el
fallecimiento de Edgar, después, les dieron un momento de
privacidad a sus primos.
Cuando los hermanos se quedaron solos Elan mostró la carta
de Edgar a Eloise y le platicó lo que hizo Gunnar.
- No lo puedo creer.
Eloise no podía dejar de llorar, nunca en su vida había sentido
tal dolor, ni cuando la violaron… Amaba a Edgar demasiado, ella
prácticamente lo había criado y su hijo Gunnar lo había matado de la
manera más cobarde y vil posible.
- Siento decírtelo, pero era necesario.
- Por favor Elan, prométeme que no lo matarás.
- Es tu decisión Eli, por eso te lo dije, Edgar murió en su deseo
por reintegrarte a la familia, al lugar que te corresponde, él
siempre estuvo contigo, en parte yo contribuí a su muerte por
cobarde, no me atreví a enfrentarme a mi padre, no tengo
derecho a decidir el futuro de tu hijo, eso te lo dejo a ti, sólo
recuerda, ahora está en el bando enemigo y es una persona
malvada, todavía puede hacer mucho daño.
- Lo sé, pero aún así es mi hijo.
- Astrid también lo es y posiblemente peleen, si él la mata a
ella o a cualquiera de mis hermanos del Círculo ni tú podrás
detenerme, nadie en Arcadia podrá hacerlo...
- Esperemos que eso no suceda.
- Una cosa más, te ruego que dejes atrás tu orgullo, no permitas
que la muerte de Edgar sea en vano, retoma el lugar que te
corresponde en la familia, los De Grieff te necesitan a pesar
de que te dimos la espalda.
- Lo haré, no quiero ser como papá y arrepentirme de las cosas
en mi lecho de muerte, a partir de ahora que todos sepan que
soy el pilar de la familia, gracias por tu apoyo Elan.
- No te preocupes, juro que siempre estaré contigo cuando me
necesites.
Aries y todos los demás se retiraron a sus respectivas
residencias, Freya, Cáncer y Capricornio le mostraron sus respetos a
Eloise y se pusieron a sus órdenes, ahora ella era el pilar de las
guerreras de los De Grieff. Ragnar y Eloise rechazaron irse con Elan
en su helicóptero, preferían irse en tren y tomarse su tiempo en llegar
a Hamal, los rebeldes de la fortaleza se fueron en dos viajes, primero
las chicas, Michelle, Caris, Acuario, Piscis, Elektra, Astrid y
Rhiannon, los chicos se irían en la segunda vuelta, cuando Ragnar se
iba llamó a Drake.
- Oye muchacho, tienes el poder de Yngvar, el antiguo FILO
número dos. ¿Es cierto?
- Si señor.
- Yo fui quien lo mató o eso creí, en tal caso fui quien lo
despojó de su arma, espero no me odies.
- No lo odio señor, no lo conozco lo suficiente y al contrario,
nos ha ayudado, cada quien elegimos lo que queremos ser y
los guerreros estamos conscientes de que la vida que
llevamos tarde o temprano nos llevará a la muerte.
- No es tan drástico chico pero en fin, yo me retiro del
conflicto, ya le entregué a Fenrir la información que sabía de
la Ciudadela y sus integrantes, también tiene la parte de la
información que Lothar pudo sacar de ese lugar y que le costó
la vida, ahora sólo me queda entregarte esto, el guante que
identifica al FILO número dos y la espada sagrada Excalibur,
sé que a tu maestro le hubiera gustado que la tuvieras, al darte
su poder la espada reacciona contigo.
- Pero usted como…
- Siempre la guardé en una funda en mi cintura, jamás me
fusioné con ella, tú si podrás hacerlo.
Drake se colocó el guante gris con el símbolo que identificaba
al FILO número dos bordado en hilo negro en la mano derecha y se
insertó la espada en la espalda, el tatuaje se le formó en la palma de
la mano izquierda, por un momento sus ojos cafés se tornaron
naranja claro, después, intentó sacarla como había visto que lo hacían
sus compañeros pero no pudo, se estaba desesperando, rascaba con
fuerza la palma de su mano izquierda.
- ¿Por qué nunca me sale nada bien a mí?
- Espera Drake, hay algo que debes saber de Excalibur, le dicen
la espada legendaria, podrás utilizarla cuando te haya
aceptado como su dueño, debes ser una persona buena y justa,
de otra manera jamás saldrá, esa espada es poderosa pero
caprichosa, te recomiendo que cargues otra espada para el uso
cotidiano mientras te acepta, si es que lo hace, ahora mismo
ya debes de haber triplicado tu poder como mínimo, con el
tiempo éste irá aumentando, la espada vive en ti y ahora eres
más fuerte. Otra cosa más... ¿sabes como te llamarás a partir
de ahora?
- Si, mi maestro me lo dijo, mi nombre será Heimdall y ahora
soy el FILO número dos. Portador de la espada sagrada
Excalibur.
- Así es chico, aunque no lo creas Yngvar y yo éramos más que
amigos, desde la infancia su familia me acogió como un
miembro más y nos criamos como hermanos, pero él decidió
enfrentarme en un combate a muerte, yo era joven e
impulsivo y lo maté, o eso creí hacer, espero que ustedes sean
más sabios de lo que fue nuestra generación, adiós y suerte.
Ragnar se alejó con Eloise tomada de la mano, Cross llamó al
nuevo FILO:
- Ven un momento Drake.
- ¿Que pasó amigo?
- Toma. – Cross le estaba ofreciendo la espada de Lothar.
- No puedo aceptarla, es la espada de tu maestro...
- Así es y yo no la necesito, tengo a Antares, pero tu espada
sagrada es especial y por el momento no puedes utilizarla, usa
esta mientras tanto, cuando puedas utilizar a Excalibur me la
devuelves, estoy seguro de que Lothar diría que sería un
honor que tu la portaras, además, así seguirá en espíritu con
nosotros.
- Siendo así la acepto y agradezco que me favorezcas con este
honor.
- Está bien, además, tú eres un panteón andante… ¿donde más
cabría esa espada sino en donde todos los muertos dejan un
recuerdo de su existencia? Das miedo y mala suerte, aléjate
de mí.
Cross empujó a su compañero y todos empezaron a reír,
menos Drake.
- Eso no fue gracioso… ¿por qué siempre me molestan a mí?
- Porque eres cómico.
Le contestó Cástor mientras le daba una palmada en la
espalda, como de costumbre, el gemelo menor no midió su fuerza, el
impacto obligó al nuevo FILO a dar dos pasos hacia delante y caer de
bruces, todos siguieron riendo, hasta Drake…

Ese mismo día por la tarde, Ragnar y Eloise estaban en la


estación del tren del Primer Distrito, una sombra los observaba,
Ragnar se percató de ello y se dirigió hacia ella.
- ¿A donde vas Ephraim? – le preguntó Eloise –. El tren ya nos
está llamando.
- Adelántate, debo arreglar un asunto antes de subir.
- Está bien pero no tardes. Te amo.
- Yo también.
Eloise besó a Ragnar y subió al tren, se veía preocupada, éste
se aproximó a la sombra.
- ¿Deseas algo?
Ozmar de Riot apareció.
- Sólo demostrar que te puedo encontrar en donde sea.
- Buen punto… ¿algo más?
- En la Ciudadela están decepcionados de que te hayas
escapado, yo también, te burlaste de mí, pensaba que éramos
amigos.
- Así es la vida, aprende de ello.
- Entonces… ¿no volverás?
- No, no volveré.
- Me ordenaron llevarte por la fuerza si era necesario.
- ¿Quieres intentarlo?
- No lo sé… ¿se puede saber a donde vas?
- No.
- ¿Apoyarás a la resistencia?
- Tampoco. Yo me voy de Arcadia, me retiro del conflicto.
- Siendo así entonces te deseo suerte, nuestros intereses no se
contraponen y no me afecta ni a mí ni a la Ciudadela lo que
hagas de tu vida, adiós Ragnar.
- Adiós, Chronos.
Ragnar se dio la vuelta para abordar el tren, Ozmar de Riot se
despidió de él con un ademán de la mano izquierda de la frente hacia
delante, su mano estaba cubierta por un guante de color negro, tenía
escrito en hilo gris el símbolo:

Cuando Ragnar llegó con Eloise se veía preocupada pero


sonreía, el ex Comandante Supremo la besó.
- ¿Sucede algo malo?
- No, ya estás aquí, ahora todo está bien.
- Bien no, perfecto... descansa, el camino será largo.
- Te ves triste.
- Es por Lothar... ¿sabes? Éramos amigos desde pequeños, a
pesar de su gran poder siempre todo mundo lo ha querido, a
mi me temen.
- No quien te conoce.
- Gracias…
- Oye amor… ¿y si nos persiguen?
- No te preocupes, nadie se meterá con nosotros.
Eloise se quedó dormida en los brazos del ex Comandante
quien pensaba en los sucesos que acababan de acontecer, estaba
seguro que Drake era un buen chico y con el tiempo la espada
sagrada lo aceptaría.
La razón por la que Ragnar no se fusionó con Excalibur era
muy simple, no podía ni siquiera intentarlo, en ese momento, metió
una mano en su bolsillo y sacó un guante color negro, se lo colocó en
la mano izquierda, en el dorso se leía en hilo gris el símbolo:
CAPÍTULO 15
CONCLUSIONES Y PARTIDA

Ya en la fortaleza los catorce miembros principales de la


resistencia estaban en sesión.
- Fenrir – La guerra ha comenzado oficialmente, esta apenas ha
sido una pequeña victoria con un amargo sabor a derrota, no
podemos ni siquiera alegrarnos, perdimos muchos hombres,
si nos vamos a estadísticas puras en porcentaje de pérdidas,
nosotros perdimos el diez por ciento de nuestra armada,
nuestros enemigos el uno por ciento, el principal objetivo
que era causar bajas en los altos mandos de la Ciudadela
falló, sólo pudimos eliminar a sus dos principales
Comandantes, personas que al fin y al cabo son
reemplazables, nosotros perdimos a Lothar, su pérdida fue un
golpe invaluable y devastador para nuestra causa, además, los
FILOS que están con ellos aunque fueron derrotados lograron
escapar.
- Acuario – Si a eso le agregamos que aunque los Distritos
Primero y Tercero ya se han pronunciado a nuestro favor, el
Segundo Distrito no ha hecho pronunciamiento alguno, pero
sabemos con quien está, podemos decir que todo se complica,
ahora... ¿que sigue?
- Fenrir – Movilización. Nuestra base será destruida, pero ya lo
tenemos todo planeado, no nos afectará, sin embargo, ya sin
la base en este distrito, Gabriel se pronunciará a favor de la
Ciudadela.
- Drake – ¿Cual es el próximo paso?
- Fenrir – Estoy estudiando la información que me
proporcionaron Lothar y Ragnar, al parecer existen guerreros
mucho más fuertes que nosotros, son portadores también de
espadas especiales y se hacen llamar FILOS Oscuros, por el
momento tenemos la certeza de cuatro de ellos: Chronos, el
FILO Oscuro número tres; Leviatán, el FILO Oscuro número
cinco; Juggernaut, el FILO Oscuro número nueve y Ragnar,
el FILO Oscuro número dos; también me informan que
parece ser que los otros FILOS Oscuros son los llamados
cuatro Jueces del Quinto Distrito: Thor, el Juez del Norte;
Isis, la Juez del Este; Poseidón, el Juez del Oeste y Hades, el
Juez del Sur; además, tenemos los nombres de los hombres
que manejan el destino del Estado, los que gobiernan la
Ciudadela desde los pisos superiores, se hacen llamar
Kukulcán, Odín, Zeus y Budha; se cree pero no está
confirmado que ellos también son FILOS Oscuros, si es
cierto, ya tenemos a los doce que compiten contra nosotros
pero son más poderosos.
- Brahma – Eso explica entonces su naturaleza, fueron creados
para destruirnos, son opuestos a nosotros, los guantes que
usan como catalizadores para extraer sus espadas son usados
en la mano izquierda, usualmente llamada la mano siniestra,
los colores también están invertidos, negros y letras grises,
sus ojos también cambian de color, pero al contrario de los
nuestros que se tornan claros, los de ellos se vuelven oscuros,
los símbolos que los distinguen también son diferentes a los
nuestros.
- Fenrir – Así es, son distintos pero también muy antiguos.
- Hermes – ¿Y cual es la estrategia?
- Fenrir – Reclutamiento. Debemos visitar todos los centros de
poder de los distritos exteriores, también tendremos que
entrar al Quinto Distrito, al parecer algunos Jueces están en
contra de la Ciudadela, necesitamos su ayuda, un grupo de
nosotros irá a ese lugar para hablar con ellos, los demás
defenderemos el exterior de los ataques de la Ciudadela, aquí
la pregunta es: ¿Que harás tú Cross? ¿Continuarás con
nosotros?
- Escorpión – ¿Por qué lo preguntas?
- Fenrir – Tú sabes porque lo hago, si vas a seguir siendo
nuestro líder se requiere compromiso total, si no, Drake
asumirá el mando.
Drake se puso pálido, de ninguna manera estaba preparado
para esa responsabilidad.
- Escorpión – Es justa tu duda Arlés, voy a ser sincero, yo
pensaba dejar el grupo, mi prioridad es Christina, debo
recuperarla, pero hice una promesa a Lothar y pienso
cumplirla, sin embargo, deseo que nuevamente voten si
desean que siga siendo su líder, tal vez mis prioridades hayan
cambiado o ya no soy la persona idónea para dirigirlos, quizá
puedo ser más útil como un soldado igual que cualquier otro.
- Libra – Escorpión, los representantes del Círculo te
seguiremos hasta el mismísimo infierno si es necesario, no
aceptamos a otro líder que no seas tú.
Los hermanos de Géminis, Acuario y Piscis asintieron.
- Athena – Los guerreros del Tercer Distrito pensamos igual,
estamos contigo hasta la muerte.
- Pariel – Eres el único al que todos seguiremos Cross, espero
que lo valores y sepas diferenciar tus prioridades.
- Fenrir - Aclarado el punto deben estar al tanto de otra cosa,
sabemos la identidad de los jefes de los pisos superiores, en
especial conocemos perfectamente bien a uno de ellos, Odín,
en los distritos externos todos lo ubican como el Tesorero del
Distrito Comercial, su nombre es Argento Riazor.
- Escorpión – Yo iré al Quinto Distrito, ya he estado ahí,
conozco a Minos, el primer oficial del Juez del Sur, llevaré a
Drake para que me auxilie y aconseje si me desvío del
camino, yo hablaré con los Jueces.
- Brahma – Yo te acompañaré, no eres el único que tiene
asuntos pendientes en ese lugar.
- Libra – Yo también voy.
- Escorpión – Ya somos muchos…
- Póllux – Créeme jefe, si vas a ese infierno es mejor llevar a
Brach, aquí es sólo un miembro más del Círculo del Zodiaco,
allá es la persona más conocida, respetada y temida de todo el
distrito, lo conocen como el Dios del Rayo, te aseguro que si
va contigo tendrás menos problemas, a propósito, ese lugar es
muy peligroso, mi hermano y yo también iremos.
- Pariel – Y yo también, antes de que te opongas, Cross, debes
saber que los gemelos son lo únicos foráneos que han entrado
al Quinto Distrito, vencido a uno de los oficiales del Juez del
Sur y salido vivos de ese lugar, yo tengo socios comerciales
que nos ayudarán en todo el distrito.
- Fenrir – Me parece bien, Cross, Connor y Brach tienen
motivos personales para estar ahí, Drake, los gemelos y
Michelle serán un buen contrapeso, además, ese lugar
realmente es peligroso y todos ellos a excepción de Drake ya
han estado ahí, entre más guerreros mejor, los demás nos
quedaremos a plantear la defensa de los distritos y a reclutar a
los mejores guerreros para la causa.
Todo quedó preparado, en tres días partirían hacia el Quinto
Distrito, el tiempo trascurrió sin ninguna novedad salvo el
cumplimiento de las promesas que los gemelos y Freya se habían
hecho antes de comenzar su batalla contra el ejército de la Ciudadela,
Cástor tuvo sexo con una obesa anciana, Póllux se vistió de niña y
así anduvo por toda la Fortaleza, era grotesco ver a ese gigante con
trenzas, falda y maquillaje, semanas después todavía lo recordaban y
se reían.
Astrid besó a Drake, todos quedaron sorprendidos, en
especial Rhiannon, cuando Freya le explicó que sólo era una apuesta,
su amiga de la infancia le respondió que no le interesaba, Drake sólo
era su amigo y por ella podían hacer lo que quisieran, pero en
realidad se sentía furiosa, a partir de esa fecha también la portadora
de Valkiria y Titán comenzarían su tormento a largo plazo, él, su
semestre de abstinencia y ella dejaría crecer su cabello por primera
vez en su vida, sólo quedó pendiente el día de esclavo de Cástor,
Astrid le dijo que se cobraría posteriormente…
Antes de parir pensaban someter a Drake a una cirugía para
restaurar sus manos, pero increíblemente éstas se regeneraron solas,
lo mismo pasó a sus heridas y cicatrices, todas se desvanecieron, al
parecer Excalibur estaba empezando a manifestarse en su cuerpo,
también su fuerza y velocidad habían aumentado, así como el poder
de todos sus ataques, ahora tenía más alcance con éstos y los podía
usar de manera ofensiva y defensiva, de igual manera ahora podía
controlar el fuego y lanzarlo a distancia sin necesidad de empuñar un
arma.
Finalmente llegó el día de la partida, cuando estaban
preparando sus cosas Michelle aprovechando que estaba a solas con
Cross le habló:
- Bésame.
- ¿Que?
- Que me beses.
- ¿Por qué?
- Besaste a Elektra y a Caris.
- ¿Que tiene que ver?
- ¿Acaso yo no te gusto?
- Te repito... ¿eso que tiene que ver?
- ¿Por que no me quieres besar a mí? ¿Hay algo malo
conmigo?
- No, lo que pasa es que la única con quien yo quiero estar es
Christina, ella y nadie más.
- Pero a ellas si las…
- Fue un error.
Michelle salió de la habitación, lloraba, nunca en su vida se
sintió tan rechazada, pensó que el karma se le regresaba, ella siempre
había desairado de mala manera a quien se le acercaba, pero lo hacía
porque sólo quería a una persona y ese sujeto la rechazaba. Pensó
que la vida era realmente cruel, ella sabía que podía tener al chico
que quisiera, no existía persona que se le resistiera, incluso Cástor,
éste le había advertido que la quería como una hermana, pero era por
demás obvio que si ella se lo proponía lo conquistaría, pero Cross…
el jamás mostró interés por ella, nunca, desde que lo conoció siempre
tuvo ojos sólo para Chris y ahora también estaban de por medio
Elektra y Caris, la única persona a la que ella amaba era inmune a sus
encantos.
Por su parte Cross se sentía incómodo, sentía que debía ir por
Christina, ella era la persona con quien debía estar, también sabía que
amaba a Elektra y que deseaba a Caris. ¿Pero Michelle...? Con ella
siempre había llevado una relación difícil, era mandona, déspota y
caprichosa, pero no podía negar el hecho de que siempre que ambos
estaban en el mismo lugar no podía dejar de verla, siempre se
imaginó que era por su hermosura, pero ahora no se quitaba de la
mente la imagen de Michelle durmiendo y él pasando horas
observándola, en ese momento no había nadie más en su cabeza que
Michelle, Cross salió de la habitación a despejar su mente, pero de
nada sirvió, regresó mas obsesionado aún, cuando entró en la
habitación encontró a Michelle sacando sus cosas.
- Michelle, yo…
La chica sonreía, era una sonrisa forzada pero aún así se veía
arrebatadora.
- No te preocupes, tu punto quedó bien claro, ya soy mayor y
se aceptar las cosas, espero que no te incomode viajar
conmigo, no te molestaré más, con permiso.
Cuando Michelle salió de la habitación traía un nudo en la
garganta, sabía que nunca tendría nada que ver con Cross, pero se
prometió que entonces nunca besaría a un hombre jamás, así era ella,
si no tenía lo que quería no le interesaba un premio de consolación,
era su deseo o nada más.
Por su parte, Cross estaba peor, no podía pensar en la misión,
no podía pensar en Christina, no podía pensar en nada más, en su
mente sólo estaba la imagen de una niña lastimada y un deseo
irrefrenable de consolarla.
En la tarde Drake fue a avisar a Cross que era hora de
marcharse, no lo encontró y se imaginó que ya estaría en camino al
punto de reunión, la mayoría de los chicos ya se encontraban afuera
de la Fortaleza despidiendo a los que se iban, sólo faltaban Michelle,
Cross y Drake. Michelle casi era la última en salir, se había tardado
en arreglarse, no quería que se le notara que había llorado, cuando
estaba a punto de llegar a la puerta sintió que alguien la jaló del
brazo, era Cross, la aprisionó contra la pared, ella se dejó, estaba sin
aliento.
- ¿Que quieres de mi Michelle?
- Tu cariño.
- Es de Christina.
- Entonces déjalo así.
Michelle trató de seguir su camino pero Cross no se lo
permitió, la besó, en principio la sorprendió pero ella le
correspondió, soltó sus cosas y abrazó a Cross por el cuello, él podría
decir lo que quisiera pero ese beso le indicaba otra cosa, tenía
sentimientos por ella, Cross se sentía incapaz de soltarla, a lo lejos,
Drake los observaba, empezó a caminar tratando de hacer el mayor
ruido posible, sólo así Cross soltó a Michelle.
- Oh, aquí están, me mandaron a buscarlos, es hora de irnos.
Los tres caminaron hacia la puerta de salida, Cross tomó la
mano de Michelle pero ésta se soltó, le susurró al oído:
- Así está bien, no quiero que las chicas se molesten conmigo.
Cross sonrió, realmente no entendía a esas chicas pero tenía
un sentimiento de felicidad con el que se sintió a gusto. Cuando
salieron se despidieron de los amigos, Caris no soltaba a Cross y
Elektra besó a Michelle.
- No hagas con Cross lo que no te gustaría que hiciéramos
nosotras.
- Te lo prometo.
Cuando por fin se fueron Caris le comentó a Elektra.
- ¿Notaste que Michelle se veía diferente?
- Si, lo noté.
- ¿Sabes lo que significa?
- Si, que las cosas volvieron a su lugar, nuevamente estamos
empatadas, igual que antes.
- Lo suponía, pero al final sólo seremos las damas de honor.
Elektra pasó su mano por el hombro de Caris en un medio
abrazo.
- Seguramente así será amiga.

Mientras tanto, unas calles atrás, en el edificio de la Legión


de los Iluminados, Gabriel acompañado de Uriel y algunos soldados
entraron en las oficinas de Rafael.
- Buenas tardes… ¿a que debo el honor de la visita del
Delegado y del Comandante Supremo de nuestra armada?
- Venimos por ti Rafael, este lugar ya no es seguro –explicó
Uriel.
- Entonces… ¿me llevan preso?
- Por supuesto que no, sólo te trasladaremos a un lugar más
seguro, estamos demasiado cerca del enemigo.
- ¿Y puedo negarme?
- Sabes que no.
- Entonces... ¿ya nos decantamos por la Ciudadela?
- Efectivamente, acompáñanos, todos debemos estar en un
lugar más seguro.
- ¿A las puertas del Cielo?
- Así es, ahí estaremos bien.
- ¿Y las chicas?
- Ellas se quedarán a defender el Distrito.
- ¿Las tres?
- Las dos, Pariel ya definió su bando, es un Arcángel proscrito,
su sentencia ya fue dictada: es la muerte.
- Vamos pues.
Rafael no dijo nada más, acompañó a Gabriel y Uriel a “las
puertas del Cielo”, un búnker armado para situaciones de peligro que
se encontraba bajo el mar, el Arcángel al que llamaban “el resplandor
que cura” estaba preocupado por las chicas, las estimaba a todas, en
especial a Pariel.

Los FILOS dos, siete y nueve, Heimdall, Escorpión y


Brahma, junto con los tres miembros del Círculo del Zodiaco, Titán y
Hermes de Géminis así como Libra, acompañados de la líder de la
escuela superior del Distrito II, el Arcángel Pariel, llegaron a una de
las entradas secretas del Distrito V, Cross les hablo:
- Ya estamos aquí, recuerden cual es nuestra principal misión,
trataremos de convencer a los cuatro Jueces de que se unan al
movimiento, les prometo que nadie de nosotros morirá en
este lugar, pero también estamos para apoyarnos los unos a
los otros en lo que haga falta, aunque sean cuestiones
personales… ¿estamos de acuerdo?
Todos asintieron, la mayoría de ellos tenían cuentas
pendientes en ese lugar.
- Bien, entonces adelante, ahora depende de nosotros el futuro
de esta guerra, hagámoslo bien.
Titán con su gran fuerza abrió la puerta secreta y los siete
guerreros entraron al lugar más peligroso de no sólo de Arcadia, sino
de todo el país.

FIN
EPÍLOGO

Cuando Chronos iba de regreso al Distrito III, se enteró del


pronunciamiento de Erikksson, eso lo enfureció, decidió tortúralo
hasta que se retractara y después le mataría, en cuanto llegó al
edificio de gobierno le negaron la entrada.
- A un lado. ¿No saben quien soy?
- Si señor, lo sabemos y se ha dado la orden de no dejarlo
pasar.
- Yo paso donde quiero, se quitan o tiro las puertas y los mato
a ustedes.
- Tendrá que hacerlo señor, son ordenes del Delegado.
Ozmar de Riot estaba furioso.
- Imbéciles, yo soy quien manda aquí, el Delegado me obedece
a mí, ultima advertencia, háganse a un lado.
Entonces se abrieron las puertas, aparecieron Leo y
Capricornio.
- Hola Chronos, cuanto tiempo sin verte...
- ¿Que haces aquí Capricornio? Este no es tu Distrito.
- Ahora lo es, el Primer y Tercer Distritos se han unido, estoy
aquí para proteger al Delegado, tu has sido destituido.
- A mi solo la Ciudadela me puede destituir.
- Pues arréglalo allá, en éste distrito ahora eres persona non
grata.
- ¿Estás segura de lo que dices?
- Y lo sostengo con mi espada.
Chronos dobló sus brazos, con el guante negro con el símbolo
que lo distunguía como FILO Oscuro en letras grises en su mano
izquierda empezó a sacar su arma de la palma de su mano derecha,
Leo se llevó la mano a su espada y en segundos rodeó a su oponente.
- ¿Van a atacarme entre los dos? Eso es cobardía – Ozmar de
Riot veía para un lado y para el otro.
- Esto es la guerra Chronos, no un duelo de guerreros, no
vamos a arriesgarnos a que hieras o mates a uno de nosotros,
entre los dos acabaremos en segundos contigo – contestó
Capricornio.
- No voy a olvidar esta afrenta, volveré y los mataré.
- Lo mismo te digo FILO Oscuro, si te vemos en las calles de
este Distrito te cazaremos como a un perro y mataremos – le
respondió Leo sonriendo.
Chronos no dijo más, se dio la vuelta y se retiró, pensaba en
como iba a afrontar a los jefes, seguramente lo iba a pasar mal.

Un día después en la parte más alta del edificio de la


Ciudadela.
- Budha – Creo que nos debes una explicación Odín.
- Odín – ¿Que quieren saber?
- Budha – Todo. Tu plan falló rotundamente, perdimos a
nuestros dos Comandantes, Leviatán y Juggernaut fueron
derrotados, los FILOS tres, cinco y seis se encuentran en el
hospital, eso les dio valor a Primer y Tercer Distritos de
sublevarse, Lilith y Chronos regresaron con la cola entre las
patas, fue una derrota total.
- Odín – Lo sé, quise evitar la guerra, pero esos chicos son
mucho mejores que sus antecesores, además, hay dos
guerreros que no tomamos en cuenta y que al parecer tienen
tanto poder como los FILOS, sus nombres son Drake y
Rhiannon.
- Zeus – Eso no es todo, los espías de Gabriel en el Primer
Distrito que son cien por ciento confiables, le informaron que
Ragnar le entregó la espada Excalibur a ese chico Drake, al
parecer tiene sangre del antiguo portador y el arma sagrada lo
aceptará, por lo que se ha convertido en el verdadero FILO
número dos: Heimdall, con él ya son siete guerreros sagrados
que están con los rebeldes, son más de los que pelearon en la
batalla de hace dieciocho años.
- Budha – Eso quiere decir que los rebeldes se han convertido
en un grupo realmente peligroso, además, Fenrir y Escorpión
son demasiado buenos, nosotros no tenemos a nadie que se
les compare, podríamos perder esta guerra...
- Zeus – Entonces no tenemos más remedio, habrá otro
exterminio, pero esta vez será total.
- Odín – Lo sé y estoy de acuerdo.
- Zeus – Entonces... ¿ya desististe de tu plan de controlar a
Escorpión?
- Odín – Como ustedes lo han dicho, esto ya se nos salió de las
manos, nuevamente van a intentar tomar la Ciudadela. Lo que
ellos no saben es que tanto Escorpión como Fenrir tienen una
debilidad: yo. Los dos me odian y si tienen la oportunidad me
matarán, podemos usar eso para que se desvíen de su objetivo
principal que es la Ciudadela, sin ellos los demás rebeldes no
son más que simios sin dueño.
- Zeus – No olvides a Libra, él también es un líder natural y es
conocido en los cinco distritos, ese cabrón solo puede guiar a
la resistencia y tomar la Ciudadela, casi lo hace una vez…
- Budha –Para hacerlo necesitan la ayuda del Quinto Distrito.
- Zeus – De los cuatro Jueces sólo Poseidón está con nosotros,
Isis y Thor son una incógnita, creo que podremos comprar a
Hades.
- Budha – ¿Y que pasó con Ragnar?
- Odín – Nos traicionó, rescató a Lothar de la prisión y entre
los dos acabaron con el ejército que avanzaba por la
retaguardia, él fue quien casi mató al FILO número tres, lo
único rescatable es que Lothar está muerto, Cerberus lo
asesinó, al parecer Ragnar se fue del estado.
- Budha – Que lo encuentren y lo maten. ¿Rescataron los
cuerpos de Apocalipsy y Armagedón?
- Zeus – Los trajeron ese mismo día, están en la Ciudadela, sus
bestias ya fueron extraídas.
- Budha – ¿Ya tienen a sus reemplazos?
- Odín – Si, unos hermanos que se han destacado desde que
llegaron, son sobrinos de Gunther “el puño asesino”. ¿Lo
recuerdas?
- Budha – Por supuesto que sí, un buen soldado, sus hijos son
Loki y Freya. ¿O me equivoco?
- Odín – Estas en lo correcto, sus sobrinos han escalado
posiciones y están preparados para ser iniciados, si
sobreviven el “emparejamiento” con las bestias, ya tenemos
nuevos Comandantes.
- Budha – Señores, ahora que la guerra ya empezó... ¿que hay
de Rafael?
- Odín – Ya fue asegurado, lo tenemos bajo nuestro poder.
- Budha – Refuercen la seguridad a su alrededor, no puede ser
rescatado o secuestrado, él es quien va a definir esta guerra,
lo necesitamos para ganar, es nuestra arma más poderosa, si
Libra entra a la Ciudadela, Rafael lo matará, y con él, al
ejército que lo acompañe, después lo mataremos también a él,
recuerden que esos dos guerreros son los únicos que pueden
compararse con nosotros.
- Odin – ¿Y que sucederá con Miguel? No perdonará el
asesinato de su hijo…
- Budha – Miguel ya tiene suficientes problemas, la guerra con
el Círculo es inminente, eso se los puedo asegurar, quedará
muy debilitado al final de ese conflicto, si es que sobrevive,
los más beneficiados de todo esto serán ustedes caballeros, las
familias Brunn y Riazor serán ahora las más poderosas.
Odín y Zeus se voltearon a ver, ambos tenían la misma
enfermedad: la ambición, reconocieron que el planteamiento de
Budha tenía sentido, aunque sus familias eran de las principales de
Boleria seguían estando un paso detrás de los Yaotl y los De Grieff,
era el momento perfecto de revertir las cosas.
- Zeus – Estamos de acuerdo. Las providencias ya fueron
tomadas.
- Odín – Necesitamos que los rebeldes sean asesinados en el
Quinto Distrito, ahí hay delincuentes que tienen el poder de
matarlos, nos urge hablar con los cuatro Jueces, del resto se
encargarán los FILOS Oscuros.
- Zeus – Es lo mejor, los FILOS Oscuros jamás han ido contra
la Ciudadela, fueron creados para defenderla.
- Budha – Me parece que esa es la mejor estrategia, encárgate
Odín, pero recuerda, esta vez no puedes fallar, por lo pronto
hay que estar preparados para lo peor y eso es que tarde o
temprano nos van a invadir, no podemos permitir ni siquiera
que lleguen a la zona del Cinturón, tomen sus providencias
caballeros, esta reunión queda disuelta.

LA AVENTURA CONTINÚA EN LA SIGUIENTE TRILOGÍA:


LOS 12 FILOS DE LA OSCURIDAD

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APÉNDICE

GRUPOS DE PODER

Relación de guerreros sagrados:

FILO número uno.


Caribdis.
Arma sagrada: Scylla, "la espada asesina".
Color de ojos en estado FILO: Violeta claro.
Poder elemental: Agua y viento.
Nombre de civil: Kharinna Humbolt.
Bestias míticas asociadas: Scylla, un grotesco monstruo con cola de
pez y cuerpo de mujer, en la parte inferior seis gigantescas serpientes
sobresalían y debajo de éstas seis descomunales perros soportaban
todo el peso de la bestia y Caribdis, un horrendo monstruo marino
con cuerpo de mujer, sus brazos son dos enormes tentáculos que se
abren liberando decenas de tentáculos más delgados, la parte inferior
de su cuerpo es el de una serpiente que termina en la cabeza de un
monstruo

Símbolo:

FILO número dos.


Heimdall.
Arma Sagrada: Excalibur, "la espada legendaria".
Color de ojos en estado FILO: Naranja claro.
Poder elemental: Agua, aire, tierra, fuego, hielo, metal, electricidad y
psíquica.
Nombre de Civil: Drake Avalon.
Bestia mítica asociada: Desconocida.
Símbolo:

FILO número tres.


Cerberus.
Arma Sagrada: Durandal, "la espada de las reliquias".
Color de ojos en estado FILO: Cian claro.
Poder elemental: Fuego. (Fuego azul).
Nombre de Civil: Dorian (apellido desconocido).
Bestia mítica asociada: Cerberus. Gigantesco perro de tres cabezas.

Símbolo:

FILO número cuatro.


Kwan Yin.
Arma Sagrada: Samsara, "La espada reencarnación".
Espadas separadas: Masamune y Muramasa.
Color de ojos en estado FILO: Amarillo claro.
Poder elemental: Desconocido.
Nombre de Civil: Selene (apellido desconocido).
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:

FILO número cinco.


Siegfried.
Arma Sagrada: Balmung, "la espada mágica".
Color de ojos en estado FILO: Oliva claro.
Poder elemental: Tierra.
Nombre de Civil: Surt Mustpelheim.
Bestia mítica asociada: Fafner. Un enorme dragón alado de cuatro
patas, habitante de las profundidades de la tierra
Símbolo:

FILO número seis.


Loki
Arma Sagrada: Arondight, "la espada oculta".
Color de ojos en estado FILO: Magenta claro.
Poder elemental: Agua.
Nombre de Civil: Gunnar De Grieff.
Bestia mítica asociada: Midgard. Una inmensa serpiente acuática.

Símbolo:

FILO número siete.


Escorpión.
Arma Sagrada: Antares, "la espada roja".
Color de ojos en estado FILO: Rojo claro.
Poder elemental: Energía pura, psíquica.
Nombre de Civil: Lesath Crossifixio Sargás / Riazor.
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:

FILO número ocho.


Freya.
Arma Sagrada: Valkiria, "la espada serpiente".
Color de ojos en estado FILO: Verde claro.
Poder elemental: Aire.
Nombre de Civil: Astrid De Grieff.
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:
FILO número nueve.
Brahma.
Arma Sagrada: Ammavaru, "la espada cósmica".
Espadas separadas: Shiva y Vishnú.
Color de ojos en estado FILO: Oro claro.
Poder elemental: Desconocido.
Nombre de Civil: Connor (apellido desconocido).
Bestia mítica asociada: Basilisco. Animal con forma de gallo con
cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola de
serpiente con terminación en garfio.

Símbolo:

FILO número diez.


Fenrir.
Arma Sagrada: Droma, "la espada boreal".
Espadas separadas: Colmillo blanco y Colmillo azul.
Color de ojos en estado FILO: Azul claro.
Poder elemental: Hielo.
Nombre de Civil: Arlés Probzzer.
Bestia mítica asociada: Fenrir. Un enorme lobo, el rey de su especie.

Símbolo:

FILO número once.


Athena.
Arma Sagrada: Spartha, "la espada de luz".
Espadas separadas: Andrómeda y Atalanta.
Color de ojos en estado FILO: Gris claro.
Poder elemental: Energía pura.
Nombre de Civil: Elektra Von Hurray / Riazor
Bestia mítica asociada: Desconocida.
Símbolo:

FILO número doce.


Lilith.
Arma Sagrada: Draconis, "la espada celestial".
Color de ojos en estado FILO: Rosa claro.
Poder elemental: Fuego. (Fuego ácido).
Nombre de Civil: Christina Riazor.
Bestia mítica asociada: Dragón oscuro. Un descomunal dragón
poseedor del fuego ácido, cubierto de una armadura impenetrable, de
cuatro patas cuyas garras eran dagas y poseía enormes alas capaces
de formar huracanes, su cola terminaba en el filo de una espada.

Símbolo:

Relación de guerreros del Círculo del Zodiaco:

Aries
Poder elemental: Desconocido.
Poder de Ascendente: Desconocido.
Nombre de civil: Elan De Grieff.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Desconocido.

Tauro
Poder elemental: Agua.
Poder de Ascendente: Metal.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Ninguna.
Tipo de guerrero: Trooper.

Géminis (Titán)
Poder elemental: Metal.
Poder de Ascendente: Aire.
Nombre de civil: Póllux (Apellido Desconocido).
Bestias míticas asociadas: Ninguna.
Tipo de guerrero: Trooper.

Géminis (Hermes)
Poder elemental: Aire.
Poder de Ascendente: Metal.
Nombre de civil: Cástor (Apellido Desconocido).
Bestias míticas asociadas: Ninguna.
Tipo de guerrero: Trooper.

Cáncer
Poder elemental: Desconocido.
Poder de Ascendente: Desconocido.
Nombre de civil: Tegmine De Grieff.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Desconocido

Leo
Poder elemental: Fuego.
Poder de Ascendente: Metal.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Ninguna.
Tipo de guerrero: Trooper.

Virgo
Poder elemental: Psíquico / Desconocido.
Poder de Ascendente: Electricidad.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Elementor.
Libra
Poder elemental: Viento / Electricidad.
Poder de Ascendente: Desconocido.
Nombre de civil: Brachium (Apellido desconocido).
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Elementor.

Escorpión
Poder elemental: Energía pura.
Poder de Ascendente: Psíquico.
Nombre de civil: Lesath Crossifixio Sargás / Riazor.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Bérserker.

Sagitario
Poder elemental: Energía pura / Aire.
Poder de Ascendente: Desconocido.
Nombre de civil: Nuki (Apellido desconocido).
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Elementor.

Capricornio
Poder elemental: Desconocido.
Poder de Ascendente: Desconocido.
Nombre de civil: Amaltea De Britten.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Desconocido.

Acuario
Poder elemental: Psíquico / Tierra.
Poder de Ascendente: Agua.
Nombre de civil: Andrea (Apellido desconocido).
Bestias míticas asociadas: Tritón.
Tipo de guerrero: Elementor.
Piscis
Poder elemental: Agua / Fuego.
Poder de Ascendente: Aire.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Tifón.
Tipo de guerrero: Elementor.

Relación de guerreros de la Legión de los Iluminados:

Arcángel Miguel
Poder elemental: Desconocido.
Poder psíquico: Desconocido.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Desconocido.

Arcángel Gabriel
Poder elemental: Desconocido.
Poder psíquico: Desconocido.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Desconocido.

Arcángel Rafael
Poder elemental: Desconocido.
Poder psíquico: Enferma / cura / ve el pasado.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Desconocido.
Arcángel Uriel
Poder elemental: Desconocido.
Poder psíquico: Desconocido.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Desconocido.
Tipo de guerrero: Desconocido.

Arcángel Pariel
Poder elemental: Electricidad / Fuego.
Poder psíquico: Manipulación de los sentidos.
Nombre de civil: Michelle Aphrodite Harrisson.
Bestias míticas asociadas: Equidna.
Tipo de guerrero: Elementor.

Arcángel Ariel
Poder elemental: Agua / Tierra.
Poder psíquico: Desconocido.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Esfinge.
Tipo de guerrero: Elementor.

Arcángel Chitriel
Poder elemental: Hielo / Viento.
Poder psíquico: Desconocido.
Nombre de civil: Desconocido.
Bestias míticas asociadas: Arpía.
Tipo de guerrero: Elementor.
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