En un momento en que el universo digital está en auge, Internet se convierte en el
escaparate principal de todo producto y de toda empresa. “El mundo digital no solamente permite mostrar la marca, sino que también ofrece la oportunidad de ganarse la credibilidad de los clientes”, apunta. Se establece así un punto de inflexión en la manera de consumir y de vender, no solamente productos, sino también la imagen de las marcas.
Uno de los principales retos es la profesionalización y conocer la situación de un
mercado que muta y que no deja de reinventarse. “Las empresas se tienen que dar cuenta de que no hemos pasado una crisis. Hemos pasado un cambio estructural”, concluye.