Momento
a
momento,
nuestra
mente
está
esculpiendo
nuestro
cerebro.
Nuestros
pensamientos
y
sentimientos,
y
nuestra
interpretación
de
los
mismos,
se
convierten
en
rasgos
neuronales.
¿Podemos
mejorar
conscientemente
nuestra
salud
y
nuestro
bienestar
cambiando
nuestra
actividad
mental?
¿Podemos
modificar
la
forma
en
que
percibimos
e
interpretamos
nuestras
experiencias?
Una
nueva
rama
de
la
ciencia
llamada
“neuroplasticidad
dependiente
de
la
experiencia”
nos
muestra
que
sí
es
posible.
En
este
artículo
vamos
a
explorar
cómo
podemos
preparar
a
nuestro
cerebro
para
sentar
las
bases
neuronales
de
estados
como
la
felicidad,
la
gratitud,
la
resiliencia
o
la
compasión
a
través
de
afirmaciones
positivas.
Te
mostraremos
las
bases
científicas
detrás
de
las
afirmaciones
positivas,
sus
beneficios
demostrados
y
cómo
incorporarlas,
paso
a
paso,
en
tu
rutina
diaria.
“No
sabemos
lo
que
es
un
pensamiento,
pero
estamos
pensando
en
ellos
todo
el
tiempo”
–
Ani
Tenzin
Palmo
Cambia
tu
cerebro
para
cambiar
tu
mente;
cambia
tu
mente
para
cambiar
tu
cerebro
Nuestro
cerebro
está
diseñado
para
cambiar
y
reorganizarse
de
acuerdo
a
nuestras
experiencias:
lo
que
pensamos,
sentimos
y
deseamos
de
forma
repetida
reestructura
nuestro
cerebro.
Los
científicos
lo
llaman
“neuroplasticidad
dependiente
de
la
experiencia”
Nuestras
experiencias
de
vida
tejen
nuevas
conexiones
en
el
cerebro.
No
importa
si
se
trata
de
eventos
pasados
o
de
nuevas
situaciones.
Tampoco
importa
si
el
cerebro
recibe
información
de
un
estímulo
del
entorno
(bottom-‐up
event)
o
de
nuestro
pensamiento/imaginación
(top-‐down
event).
Realidad
e
imaginación
llevan
información
a
los
distintos
circuitos
del
cerebro,
generando
los
correlatos
neuronales
de
la
experiencia
mental
(Farb
et
al.
2007).
Las
experiencias
que
solemos
repetir
con
mayor
frecuencia
(nuestros
pensamientos
y
sentimientos
recurrentes,
nuestras
respuestas
emocionales
frecuentes,
nuestros
hábitos
y
rutinas,
nuestros
estímulos
ambientales
dominantes,
nuestras
fantasías
y
neurosis…)
se
integran
en
la
red
neuronal
y
consolidan
las
sinapsis
asociadas
con
estas
experiencias,
favoreciendo
que
en
el
futuro
experimentemos
más
de
lo
mismo.
¿Es
posible
sostener
ciertos
patrones
de
actividad
mental
de
forma
intensa,
prolongada
o
repetida
para
dejar
una
huella
duradera
en
la
estructura
neuronal?
¿Podemos
construir
constelaciones
neuronales
que
nos
reporten
experiencias
de
seguridad,
confianza,
apertura,
aceptación,
compasión,
satisfacción
y
paz
interior?
La
ciencia
de
la
neuroplasticidad
dependiente
de
la
experiencia
nos
muestra
que
sí.
Todos
podemos
favorecer
ciertos
cambios
funcionales
y
estructurales
en
nuestro
cerebro
a
voluntad.
El
Dr.
Schwartz
lo
llama
“neuroplasticidad
autodirigida”.
En
los
últimos
años,
la
ciencia
ha
avanzado
enormemente
en
la
comprensión
de
las
bases
neuronales
de
estados
como
la
felicidad,
la
gratitud,
la
resiliencia
o
la
compasión.
Y
no
solo
eso:
también
nos
está
mostrando
cómo
podemos
crear
y
fortalecer
los
sustratos
neuronales
de
esos
estados.
Con
prácticas
adecuadas,
podemos
estimular
a
nuestra
maquinaria
neuronal
para
cultivar
estados
positivos
de
la
mente
que
tienen
un
impacto
directo
en
nuestra
biología,
nuestros
procesos
cognitivos,
nuestras
respuestas
emocionales
y
nuestro
comportamiento.
Sentando
las
bases
de
un
cerebro
feliz
y
positivo
“Los
pensamientos
cambian
la
química
del
cerebro.
Con
nuestros
pensamientos
modificamos
los
neurotransmisores.
Si
un
hombre
entra
en
una
habitación
con
una
pistola,
sentimos
una
amenaza,
y
el
cerebro
libera
norepinefrina.
Nos
ponemos
tensos,
alerta,
nuestras
palmas
se
vuelven
sudorosas,
y
nuestro
corazón
late
más
rápido.
Si
al
final
todo
resultó
ser
una
broma,
y
el
hombre
nos
dice
que
la
pistola
es
en
realidad
de
chocolate,
el
cerebro
cambia
rápidamente
su
opinión,
se
relaja,
nos
reímos…
la
broma
está
en
nosotros,
en
nuestro
pensamiento…
¡Sentimos
lo
que
pensamos!
El
pensamiento
positivo
funciona.
Como
sugiere
el
ejemplo
anterior,
lo
que
pensamos
acerca
de
una
situación
crea
nuestro
estado
de
ánimo”
–
Dr.
Joseph
M.
Carver
Como
vemos,
la
experiencia
no
es
el
único
factor
que
moldea
nuestras
vías
neuroquímicas,
sino
que
la
forma
en
que
respondemos
ante
nuestras
experiencias
es
también
un
ingrediente
esencial.
Si
nos
irritamos
o
nos
sentimos
frustrados,
integramos
estos
sentimientos
en
la
red
neuronal;
si
lo
hacemos
de
forma
frecuente,
creamos
una
relación
neuronal
a
largo
plazo
con
esos
estados
de
humor.
En
este
sentido,
las
afirmaciones
positivas
nos
ayudarían
a
acomodar
rutas
neuronales
que
favorecen
una
percepción
e
interpretación
más
amable
de
nuestras
situaciones
cotidianas.
Las
afirmaciones
positivas
tienen
su
origen
psicoterapéutico
en
la
labor
del
francés
Émile
Coué.
Su
afirmación
“Todos
los
días,
en
todos
los
sentidos,
estoy
cada
vez
mejor
y
mejor”,
repetida
en
el
comienzo
y
el
final
de
cada
día,
sirvió
para
cambiar
el
pensamiento
inconsciente
de
sus
pacientes.
Las
afirmaciones
son
básicamente
una
forma
de
auto-‐sugestión
que
activa
estados
mentales
expansivos
y
calma
la
reactividad
de
regiones
límbicas
encargadas
de
iniciar
una
respuesta
de
lucha
o
huida
en
nuestro
sistema
nervioso;
sostenidas
de
forma
repetida,
se
instalarán
en
nuestro
cerebro
en
forma
de
rasgos
neuronales,
plantando
las
semillas
de
nuestras
fortalezas
internas
No
tienen
el
poder
de
cambiar
las
situaciones
en
sí
mismas,
pero
sí
poseen
el
potencial
de
transformar
la
forma
en
que
percibimos
e
interpretamos
esas
situaciones.
Al
reemplazar
la
negatividad
con
nueva
información,
nuevas
regiones
cerebrales
son
estimuladas
y
nuevas
estructuras
neuronales
son
establecidas,
ayudándonos
a
desarrollar
una
mentalidad
positiva
y
a
romper
las
barreras
que
el
pensamiento
negativo
pone
en
nuestro
día
a
día.
Cuando
realizamos
una
de
estas
afirmaciones,
básicamente
estamos
creando
una
experiencia
positiva
en
el
momento
presente
y
comunicándole
al
cerebro
que
hay
bondad
y
dicha
en
este
momento.
Esto
conecta
nuevas
neuronas,
y
cuanto
más
practicamos,
más
duradera
será
la
relación
entre
estas
células
nerviosas.
En
definitiva,
la
repetición
de
las
afirmaciones
nos
permite
crear
y
consolidar
patrones
de
pensamiento
positivos,
lo
que
refuerza
las
funciones
y
estructuras
cerebrales
relacionadas
con
una
interpretación
más
positiva
de
la
realidad
que
experimentamos
momento
a
momento.
Cómo
practicar
las
afirmaciones
positivas,
paso
a
paso
Paso
1:
escogiendo
tus
afirmaciones
Comienza
identificando
las
áreas
de
tu
vida
que
quieres
mejorar,
y
crea
afirmaciones
que
tengan
una
relación
directa
con
esas
áreas.
Por
ejemplo,
puede
que
quieras
sentir
más
gratitud,
o
tal
vez
quieras
dejar
de
flagelarte
por
tus
errores,
sentir
más
autoestima
y
confianza,
ser
más
proactivo/a…
Asegúrate
de
formularlas
en
tiempo
presente,
como
si
fueran
una
realidad
actual
que
ya
estás
experimentando
aquí
y
ahora.
A
continuación
he
recopilado
algunas
afirmaciones
positivas
que
puedes
modificar
para
crear
las
tuyas
propias
(o
que
puedes
utilizar
tal
y
como
están):
• A
pesar
de
mis
errores
y
mis
fracasos,
encuentro
soluciones
a
los
retos,
desafíos
y
obstáculos
de
mi
vida
cotidiana.
• Tengo
todo
lo
necesario
para
cumplir
mis
objetivos.
Mi
sabiduría
interior
es
mi
guía.
El
mundo
es
mi
apoyo.
• A
pesar
del
miedo,
no
me
detengo.
Sigo
adelante.
Emprendo
acciones
que
me
entregan
resultados
satisfactorios.
• En
este
momento
siento
alegría
y
satisfacción.
Me
siento
entusiasmado/a
por
todo
lo
que
la
vida
tiene
que
ofrecerme.
• Miro
el
mundo
que
me
rodea
y
no
puedo
evitar
sonreír.
Mi
corazón
está
lleno
de
alegría.
• Inhalo
calma
y
confianza.
Exhalo
preocupación
y
dudas.
• Vivo
en
el
presente.
Doy
gracias
por
el
pasado.
Confío
en
el
futuro.
• Soy
autosuficiente,
entusiasta
y
persistente
en
todo
lo
que
hago.
• Abrazo
los
cambios
y
me
adapto
fácilmente
a
nuevas
circunstancias
y
situaciones.
• Me
amo
y
me
acepto
profunda
y
completamente,
tal
y
como
soy.
• Me
siento
bien
por
estar
vivo/a.
Me
siento
bien
por
ser
yo.
• Presto
atención
y
escucho
lo
que
mi
cuerpo
necesita.
Observo
cómo
sana.
Cada
día
me
siento
mejor
y
mejor.
• Duermo
profundamente
y
en
paz,
y
despierto
lleno/a
de
vitalidad
y
energía.
• Todo
está
bien
ahora.
Estoy
agradecido/a
por
este
momento.
Gracias
por
la
alegría
de
este
momento.
• Mi
respiración
es
mi
ancla
con
el
momento
presente.
Me
ayuda
a
observar
mis
pensamientos
y
mis
sentimientos
sin
juzgarlos
ni
rechazarlos.
• Respiro
y
me
relajo.
Toda
la
negatividad,
la
tensión
y
el
estrés
se
evaporan
de
mi
cuerpo
y
de
mi
mente.
Paso
2:
escríbelas
en
un
papel
y
colócalo
en
un
lugar
visible
Te
recomiendo
que
elijas
una
o
dos
en
las
que
centrarte.
Escríbelas
en
un
papel
y
colócalas
en
lugares
visibles
de
tu
hogar.
Cuantos
más
lugares
escojas,
más
opciones
tendrás
de
recordarte
la
importancia
de
repetir
las
afirmaciones
que
escogiste.
Paso
3:
repite
tus
afirmaciones
durante
varias
semanas
Al
practicar
las
afirmaciones,
repítelas
en
voz
alta
y
confiada
varias
veces
al
día
y
antes
de
acostarte.
También
puedes
escribirlas
mientras
las
verbalizas
para
reforzar
los
sentimientos
que
las
afirmaciones
evocan.
Cuanto
más
acostumbrados
estamos
a
pensar
en
negativo,
más
normal
es
sentir
resistencia
a
la
hora
de
repetir
en
voz
alta
nuestras
afirmaciones.
Aunque
tu
sistema
de
creencias
se
resista
a
abrazar
tus
afirmaciones
y
sientas
desánimo,
mantén
viva
tu
intención.
Ten
siempre
presente
que
repetir
estas
afirmaciones
de
forma
persistente
está
transformando
tu
mente,
tu
cerebro
y
tu
vida.
Resumiendo
• Nuestras
experiencias
mentales
se
convierten
en
rasgos
neuronales.
Nuestros
pensamientos
y
sentimientos
recurrentes
se
integran
en
la
red
neuronal
y
consolidan
las
sinapsis
asociadas
con
estas
experiencias,
favoreciendo
que
en
el
futuro
experimentemos
más
de
lo
mismo.
• La
“neuroplasticidad
dependiente
de
la
experiencia”
nos
muestra
que
podemos
modificar
nuestros
patrones
de
actividad
mental
y
sentar
las
bases
de
un
cerebro
más
sano
y
más
positivo.
• Las
afirmaciones
positivas
son
una
excelente
forma
de
reemplazar
nuestros
viejos
patrones
de
actividad
mental
por
nuevos
estados
más
expansivos.
Con
práctica,
estos
estados
que
creamos
intencionalmente
se
instalarán
en
nuestro
cerebro
en
forma
de
nuevas
rutas
neuronales
que
conducen
a
nuevas
formas
de
percibir,
interpretar
y
experimentar
la
realidad.
• La
práctica
de
la
atención
plena
es
un
complemento
ideal
a
tu
práctica
con
afirmaciones
positivas.