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¿Qué significa leer?

Recuerda que la lectura es una actividad compleja que


requiere tiempo y toda la atención posible. Al recomendarte
que leas o releas un texto asumimos que tendrás que hacerlo
con cuidado. Hay distintos niveles de lectura; el más
elemental es el informativo: leemos rápidamente porque sólo
importa el qué, el contenido directo del texto. En otro nivel
nos interesa, además, el cómo, el modo en que se expresó
el contenido, lo cual permite tomar una postura frente a la
información. En otro nivel se necesita saber el para qué, la
finalidad que persigue el texto, lo cual permite establecer la
pertinencia y la relevancia del texto. En otro nivel interesa
saber el por qué en cuyo caso se formulan preguntas sobre
el sentido del texto, y cuyas respuestas involucran una
postura crítica.

Tu experiencia como lector te permite establecerte en los


primeros niveles, pero eso no es lo que estamos esperando
de ti. El proceso formativo de la Licenciatura en Filosofía
exige que leas de modo tal que el por qué del texto sea la
meta en todos los casos. Esto requiere que tengas claro el
qué sostiene el autor, para lo cual se te piden resúmenes; se
te pide que compares las tesis del autor con las de otros
autores para comprender el cómo y el para qué, hasta lograr
la explicación del por qué del sentido del texto. Este proceso
no es rápido, requiere dedicación. Así que una cosa es leer y
otra saber leer.

A través de tus trabajos escritos valoramos el grado de


comprensión que has alcanzado, pero también puedes
establecer algunas prácticas personales para ello. Una de
esas prácticas es que al leer trates de sustituir mentalmente
con sinónimos palabras clave del enunciado o del párrafo que
estás leyendo. NO EL TEXTO, éste siempre es fijo. Si no
puedes hacerlo tendrás que recurrir a diccionarios de
español, en un primer nivel, hasta diccionarios de filosofía en
el último. La posibilidad de establecer sinónimos te permite
saber el grado de comprensión del texto. Además es
recomendable sustituir mentalmente todos los pronombres
relativos por el sustantivo al que corresponden para identificar
adecuadamente a qué o a quién se refiere el autor. Si crees
que comprenderías el texto cambiando un poco o un mucho
una de sus partes, eso significa que no lo estás entendiendo.
De ser así, debes detenerte para revisar el sentido de cada
palabra desde el inicio. No te consientas ni te perdones,
siempre consulta diccionarios; si no tienes la posibilidad en
ese momento, suspende la lectura y espera para hacerlo de
manera adecuada. Asume que la exposición de todos los
autores es clara y precisa, si empiezas a buscar atajos y
vericuetos es que ya estás perdido en el texto.
Los textos filosóficos no son historias de suspenso, por ello
no esperes encontrar la comprensión al final del texto.
En última instancia descubrirás que leer es una actividad
fascinante sólo equiparable con la escritura.

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