Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Daño Moral en Colombia Un Estudio Sobre La Nueva Tendencia Del Daño A La Persona PDF
El Daño Moral en Colombia Un Estudio Sobre La Nueva Tendencia Del Daño A La Persona PDF
Presentado por:
LAURA CAROLINA MANTILLA DE VALERA
Presentado por:
LAURA CAROLINA MANTILLA DE VALERA
Directora:
DRA. OLENKA WOOLCOTT OYAGUE
Resumen
La presente investigación hará un estudio de la evolución del daño moral a través de la
doctrina y la jurisprudencia colombiana, así como de la figura del daño a la persona en la
doctrina latinoamericana con el fin de determinar si en Colombia existen bases teóricas que
permitan la configuración del daño a la persona como una clasificación autónoma y
diferente del daño moral.
Palabras clave
Daño moral, daño a la persona, daño existencial, daño no patrimonial, daño a la vida en
relación, daño a la salud, daño a bienes de especial protección constitucional.
Abstract
The present research will deal with the evolution of moral damages by reviewing
Colombian doctrine and jurisprudence as well as the institution of damages throughout
Latin American theory and doctrine in order to determine whether in Colombia there are
theoretical foundations enabling the configuration of damages and losses suffered by a
person as an autonomous classification different from that of moral damages.
Keywords
Moral damages, personal loss, existential loss, non-economic losses, losses impacting life
with others, health losses, constitutionally protected property losses.
5
TABLA DE CONTENIDO
INDICE DE TABLAS
INDICE DE ILUSTRACIONES
Ilustración 1: Clasificación de los daños desde la perspectiva de Carlos Fernández Sessarego ....... 53
9
INTRODUCCION
Para otros autores existe una diferencia entre el daño y el perjuicio, tal es el caso del
profesor Juan Carlos Henao, para quien sería daño la simple destrucción o deterioro de un
objeto y sería perjuicio la disminución patrimonial que sufre una persona como
consecuencia de dicho daño (Henao Pérez, 1998, pp. 76); lo que para el citado autor,
restringe el daño a la disminución patrimonial de la víctima, mientras que una visión del
daño desde el punto de vista de las consecuencias, resultaría en que es indemnizable la
disminución patrimonial y la extrapatrimonial.
Para Tamayo Jaramillo, el daño para que sea indemnizable debe gozar de las siguientes
características:
En primer lugar el daño debe ser cierto, lo que quiere decir que tuvo que producirse o que
seguramente se producirá; lo que no puede exigirse es la certeza absoluta, toda vez que
sería imposible reparar los daños futuros. Así lo sostiene el mismo autor cuando aclara que
“el daño es cierto cuando aparece con evidencia que la acción lesiva del agente ha
producido o producirá una disminución patrimonial o moral del demandante” (Tamayo
Jaramillo, 2007, pp. 339).
11
El perjuicio debe ser personal, lo que quiere decir que las personas legitimadas para la
acción de reparación, serán la víctima directa del daño o sus herederos, dependiendo de las
particulares circunstancias del caso, las cuales serán brevemente señaladas:
Por último, el beneficio afectado por el daño debe ser lícito. Un hecho lícito se entiende
como todo acto que no esté prohibido por la ley, dentro de lo cual no solo se encuentran
“los derechos adquiridos o los derechos reales o personales, sino también los derechos y
libertades individuales, protegidas por la Constitución y las leyes”. García Maynez (como
se citó en Tamayo Jaramillo, 2007).
1 ARTICULO 1614. DAÑO EMERGENTE Y LUCRO CESANTE. Entiéndase por daño emergente el perjuicio o la
pérdida que proviene de no haberse cumplido la obligación o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse
retardado su cumplimiento; y por lucro cesante, la ganancia o provecho que deja de reportarse a consecuencia de no
haberse cumplido la obligación, o cumplido imperfectamente, o retardado su cumplimiento.
12
A partir de la anterior clasificación, la cual ha recibido críticas también por parte del mismo
autor en el sentido de que el artículo 2341 del Código Civil ordena que todo perjuicio
causado a un tercero debe ser reparado: es decir, “la ley no distingue entre perjuicio
patrimonial y extrapatrimonial” (Tamayo Jaramillo, 2007, pp. 487), por lo cual, no es la
fuente de la que emana la responsabilidad el criterio que permite otorgar el pago de la
indemnización integral del perjuicio, sino más bien, las consecuencias que del hecho
dañoso se derivan, lo cual supone restablecer las condiciones tanto económicas como
personales de la víctima. En unísono, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ha
establecido que “la naturaleza patrimonial o no patrimonial del interés afectado, no
determina de suyo la naturaleza del daño, porque consecuencias de naturaleza económica, y
por lo tanto un daño patrimonial puede derivar, tanto de la lesión de un bien patrimonial,
2
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C., 18 de septiembre de 2009, M.P William Namén
Vargas.
13
Por lo tanto, los perjuicios morales subjetivos son solo una especie del género
correspondiente a los perjuicios extrapatrimoniales; lo que sucede es que hasta fecha
reciente solo se tenía en cuenta los citados daños.
3 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, 18 de septiembre de 2009. M.P William Namén Vargas
4 Se trata del reconocido caso Villaveces, en el que el municipio de Bogotá es declarado responsable patrimonialmente de
los daños morales sufridos por el señor León Villaveces, al haber extraído de manera indebida y sin su autorización los
restos de su esposa enterrados en un mausoleo de su propiedad.
14
“se abrían las puertas a su reparación tras la declaración del procurador general Dupin
ante las cámaras reunidas de la Corte de Casación de que “el error capital es creer que
no existe sino un perjuicio”…por el contrario, se resolverá que aunque es cierto que
los redactores del Código Civil al escribir el capítulo de los delitos y cuasidelitos no
vieron el problema del artículo 18325, por lo general de sus términos, se aplica tanto
al daño moral como al daño material” (Domínguez Hidalgo. 1998. Vol. 25 No. 1 pp.
33-34). Toulemon ha descrito este proceso, diciendo que: “es honor de la
jurisprudencia francesa y de sus autores haber sabido deducir, a medida de la
evolución de las costumbres, de los gustos, de las necesidades las fuentes de
reparación de las clases más diversas y que tenían incidencia sobre la persona.
Expresión de una nación civilizada, la jurisprudencia francesa muestra que nosotros
concedemos un precio incomparable a la vida humana”. Toulemon (como se citó en
Domínguez H., 1998).
5
El art. 1832 del Code dispone: “todo hecho cualquiera del hombre, que causa daño a otro, obliga a aquel por cuya culpa
se haya producido a repararlo”
15
Lo anterior, no en mucho difiere, del estado actual de cosas colombiano, donde la figura del
daño moral ha adquirido relevancia en la cuna de la jurisprudencia y no de la legislación y
que al igual que el artículo 1832 del Code y del artículo 23146 del Código Civil Chileno, en
nuestro caso este tipo de daño deriva principalmente del artículo 23417 de nuestro Código,
que por no decir más, es sustancialmente parecido al de la codificación Francesa.
6 El artículo 2314 del Código Civil chileno dispone: “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a
otro, es obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito.
7 El art. 2341 del Código Civil Colombiano dispone: “el que ha cometido un delito o culpa, que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización, sin perjuicio de la pena principal que la ley imponga por la culpa o delito cometido”
8 Se trata del caso de una madre y su hija que reclaman indemnización por los perjuicios materiales y morales producidos
tras el fallecimiento de su hijo y hermano respectivamente, tras los hechos ocurridos el 19 de enero de 1990, en el que el
menor resultó muerto, a causa de los disparos que le produjo el hijo menor de los demandados, acción invocada por vía de
responsabilidad civil indirecta.
9 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Santafé de Bogotá, 12 de septiembre de 1996, M.P. Nicolás Bechara
Simancas.
16
La sentencia referida hace alusión a la diferencia que por la época se realizaba entre los
daños morales objetivados y subjetivados, la cual posteriormente fue reevaluada, dado que
los primeros se asemejaban a los producidos en el patrimonio de la víctima, al no permitirle
percibir ingresos o beneficios patrimoniales, por lo cual estos eran subsumidos por el lucro
cesante. Sin embargo, en la mencionada sentencia se diferenciaban de la siguiente manera:
- Los daños morales objetivados son los perjuicios que emanan de él en forma
concreta, determinada y determinable.
- Los daños morales subjetivados son las lesiones al patrimonio estrictamente moral, en
que se comprende la parte afectiva de él.
Además, en esta oportunidad la Sala realiza el análisis de la condena impuesta por el juez
de primera instancia, que es confirmada por el ad quem, en el sentido de que en la parte
resolutiva, no se reconocen los perjuicios materiales ni morales objetivados solicitados por
los demandantes, aduciendo que no existían pruebas que infirieran que tal daño se hubiera
producido o pudiera producirse, pero a su vez reconoció, los daños que por concepto de
morales subjetivados se solicitaron en el libelo de la demanda. A lo que la Corte señala que
la indemnización por perjuicios morales subjetivados está sujeta al arbitrio judicium, pero
que la potestad del juez en este sentido “no la ha hecho por fuera de las normas positivas
sino con fundamento en ellas…y que solo se ha aplicado a falta de norma legal expresa que
precise la fijación de cuantitativa”10; pero ello no ocurre con el daño material ni con el daño
moral objetivado dado que sus consecuencias son exteriorizadas y “no solamente es posible
de apreciarse y establecerse por los medios legales, sino que también puede cuantificarse
conforme a las reglas ordinarias”11, lo anterior para concluir que los daños morales no
dependen de la producción de daños materiales y que existe una independencia entre los
unos y los otros, tanto sustancial como probatoria.
10
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Santafé de Bogotá, 12 de septiembre de 1996, M.P. Nicolás Bechara
Simancas.
11 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Santafé de Bogotá, 12 de septiembre de 1996, M.P. Nicolás Bechara
Simancas.
17
Con el fin de destacar que un hecho como el ocurrido al demandante, puede dar origen a
múltiples consecuencias relevantes y para hacer visible su contenido y su entidad propia,
parte de realizar la siguiente clasificación:
12 La providencia se refiere a los daños materiales y morales producidos al demandante, a causa del accidente aeronáutico
producido el 26 de marzo de 1982, en el que por la falta de diligencia del piloto, la aeronave colisionó contra un cerro y
como consecuencia perdieron la vida su esposa y sus dos hijos.
13 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria, Santafé de Bogotá D.C., 26 de agosto de 1997, M.P.
Continúa las consideraciones con el fin de aclarar la posible confusión terminológica que se
pueda dar entre el daño moral en sentido restringido y el daño a la vida en relación, al
respecto precisa lo siguiente: “como se observa, a diferencia del daño moral, que
corresponde a la órbita subjetiva, íntima o interna del individuo, el daño a la vida en
relación constituye una afectación a la esfera exterior de la persona, que puede verse
alterada, en mayor o menor grado, a causa de una lesión infligida a los bienes de la
personalidad o a otro tipo de intereses jurídicos, en desmedro de lo que la Corte en su
momento denominó actividad social no patrimonial”15.
15
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C. 13 de mayo de 2008, M.P. César Julio Valencia
Copete.
19
encuentra dentro del acervo probatorio prueba suficiente que le permitiera concederlo. Sin
embargo, la Corte precisa que “cuando el juzgador denegó el reconocimiento del perjuicio
fisiológico o daño a la vida en relación incurrió en los yerros de hecho que se describen a
continuación: De acuerdo a los testimonios del propio perjudicado y de su hermana Nancy
Carvajal Gómez, con los hechos ocurridos, se privó al señor Carvajal Gómez de disfrutar
sus actividades sociales como practicar basquetbol y microfútbol, así como los repentinos
cambios en su vida familiar, personal, social, que para él y su núcleo familiar implicó, con
los consiguientes efectos y traumas para su existencia en general. Situaciones que reflejan
la existencia de un daño a la vida en relación traducido en que la víctima no ha podido ni
podrá desplegar sus actividades normales o rutinarias, ni las demás que, de una u otra
forma, hacían placentera su existencia, siendo, por lo mismo, imperativa la indemnización
de este agravio, en la forma ordenada por los artículos 2341, 2344 y 2356 del Código
Civil.”16.
Así mismo apunta como conclusión que sí se hace necesario reconocer el daño a la vida en
relación como una categoría independiente al daño moral, para lo cual se apoya en la
doctrina italiana, país en donde se ha desarrollado con mayor énfasis la noción de este
perjuicio, porque “en efecto el lesionado viene a perder en todo o en parte, por un período
más o menos largo, o inclusive por toda la vida, la posibilidad de dedicarse a esa vida de
relación (vida social, deportiva, etc), con todo el cúmulo de satisfacciones y placeres que
ella comporta, y sufre así un daño que también merece ser tenido en cuenta”17.
16
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C. 13 de mayo de 2008, M.P. César Julio Valencia
Copete.
17 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C., 13 de mayo de 2008, M.P Cesar Julio Valencia
Copete.
18 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C., 13 de mayo de 2008, M.P Cesar Julio Valencia
Copete.
20
Lo que a la larga quiere decir que no solamente pueden ser reconocidos los daños
psicofísicos derivados de las lesiones al cuerpo, sino también los que recaigan sobre
derechos personalísimos, como es el caso del derecho al buen nombre, la libertad, la
intimidad, etc.
19 Constitución Política de Colombia, Gaceta Constitucional No. 127 del 10 de octubre de 1991. Artículo 1.
20 Constitución Política de Colombia, Gaceta Constitucional No. 127 del 10 de octubre de 1991, Inc. 2, Artículo 2.
21Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C., 13 de mayo de 2008, M.P Cesar Julio Valencia
Copete.
22 Se trata del caso de Edison José Gómez Acevedo, de 22 años, quien al transportarse en el platón de una volqueta, tocó
los cables de alta tensión, propiedad de la Electrificadora del Caribe S.A. ESP, en la finca “Convención” del
departamento del Cesar, mientras trabajaba como comisionista de materiales, lo que le ocasionó la muerte.
23 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C.,18 de septiembre de 2009, M.P. William Namen
Vargas.
21
extrapatrimonial no se reduce al tradicional daño moral, pues dentro del conjunto de bienes
no patrimoniales que pueden resultar afectados mediante una conducta dolosa o culposa se
encuentran comprendidos intereses jurídicos distintos a la aflicción, el dolor, o la tristeza
que se produce en la víctima. Así las cosas, son especies de perjuicio no patrimonial –
además del moral, el daño a la salud, el daño a la vida de relación y la lesión a bienes
jurídicos de especial protección constitucional tales como la libertad, la dignidad, la honra y
el buen nombre, que tienen el rango de derechos humanos fundamentales”24.
Por esta misma línea, la sentencia SC-10297 de 2014, ha propuesto que: “no solo los daños
patrimoniales, el daño moral, el daño a la salud o el daño a la vida de relación, son los
únicos ítems que pueden ser reconocidos por los jueces en sus sentencias y que más allá de
ellos, existen otras causas que pueden desencadenar perjuicios en la manera como las
personas se desenvuelven en sociedad y del concepto que los demás predican de ellas” 25, en
esta sentencia, se refiere especialmente a los desmedros producidos en el derecho al buen
nombre, al someter a los demandantes a constantes cobros y reportarlos de manera
arbitraria a las centrales de riesgo, por el supuesto incumplimiento de un contrato de mutuo,
suscrito entre los demandantes y el B…G…S.A., lo cual no solo les representó detrimento
patrimonial, que al afectar su historia crediticia, no les permitió acceder a créditos con otras
entidades financieras y obstaculizó sus negocios; sino que además los “sumió en un
constante estado de zozobra, intranquilidad, angustia, tormento y desasosiego extremos que
se tradujeron en un evidente daño moral”26.
24 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C., 09 de diciembre de 2013, M.P. Ariel Salazar Ramírez
25 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C., 05 de agosto de 2014, M.P Ariel Salazar Ramírez
26 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C., 05 de agosto de 2014, M.P Ariel Salazar Ramírez
22
actual, tales como “la primacía de los derechos inalienables de las personas, habiéndole
sido asignado el rango de fundamentales a aquellos que amparan los bienes esenciales y
más preciados de la personalidad, como la vida, la integridad personal, la igualdad, la
intimidad individual y familiar, el buen nombre, la propia imagen, la libertad de culto y de
conciencia, el libre desarrollo, la honra, entre otros”27.
En otras decisiones, prefirió adoptar una responsabilidad de tipo directo, estableciendo que
“no era posible predicar de la persona jurídica una dualidad entre ella y sus propios
agentes” (Saavedra Becerra, Ramiro, Bogotá, pp. 8), toda vez que ésta únicamente podía
manifestarse y cumplir sus funciones a través de aquellos.
27 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Bogotá D.C. 13 de mayo de 2008, M.P. César Julio Valencia
Copete.
28 Constitución Política de Colombia de 1886, artículo 151. “Son atribuciones de la Corte Suprema: (…) 3.Conocer de los
negocios contenciosos en que tenga parte la Nación o que constituyan litigio entre dos o más Departamentos”.
23
Las normas del Código Civil, utilizadas para fundamentar la responsabilidad del Estado,
fueron abandonadas gracias a la expedición del Decreto Ley 528 de 1964. Con esta
normatividad se radicó, de manera definitiva, la competencia en materia de responsabilidad
extracontractual y contractual de la administración pública en cabeza de la Jurisdicción de
lo Contencioso Administrativo. A partir de este momento, el Consejo de Estado se
concentraría en construir el sistema de la responsabilidad a partir de una visión publicista,
tomando como centro de éste el deber general de protección por parte de las autoridades
públicas consagrado en el artículo 19 de la Constitución Nacional de 188629.
29Constitución Política de Colombia. 1886, artículo 19: “Las autoridades de la República están instituidas para proteger a
todas las personas residentes en Colombia, en sus vidas, honra y bienes, y asegurar el respeto recíproco de los derechos
naturales, previniendo y castigando los delitos”.
24
“La responsabilidad del Estado en materia como la que ha originado esta controversia
no puede ser estudiada y decidida con base en las normas civiles que regulan la
responsabilidad extracontractual, sino a la luz de los principios y doctrinas del
Derecho Administrativo en vista de las diferencias sustanciales existentes entre este y
el Derecho Civil, dadas las materias que regulan ambos derechos, los fines
perseguidos y el plano en que se encuentran colocados. En efecto el Derecho Civil
regula las relaciones patrimoniales y de familia entre las personas privadas; tiene
como fin inmediato el interés de los individuos y las personas que se encuentran
colocadas en un plano de igualdad. En cambio el Derecho Administrativo regula las
relaciones jurídicas de las entidades públicas entre sí y con respecto a los particulares
o administrados; tiene por objeto la satisfacción de las necesidades colectivas o
públicas y goza de especiales prerrogativas para lograr sus fines”30.
Se está frente al daño especial cuando “la acción del Estado es legítima y no es riesgosa y
se ha desarrollado en cumplimiento de un encargo o mandato legal y en beneficio del
30 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia del 30 de septiembre de 1960,
C.P. Francisco Eladio Gómez.
31 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección tercera, Subsección B, Bogotá D.C., 26 de junio de
interés general, pero con ella se ha producido un perjuicio concreto, grave y especial a un
particular o a un grupo de particulares, imputable al Estado”32.
32 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección tercera, Subsección B, Bogotá D.C., 26 de junio de
2014 C.P. Ramiro de Jesús Pasos Guerrero.
33
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección tercera, Subsección B, Bogotá D.C., 26 de junio de
2014 C.P. Ramiro de Jesús Pasos Guerrero.
34 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección tercera, Bogotá D.C., 10 de septiembre de 1998,
35 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 6 de mayo de 1993, C.P
Julio César Uribe Acosta.
27
Es de algún modo lamentable que en esta sentencia, a pesar de que en los argumentos se
mencione el daño a la vida en relación como una afectación a las condiciones sociales de la
víctima (daño-consecuencia), a su vez se mencione como sinónimo del perjuicio fisiológico
(daño evento).
36
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección tercera, Bogotá D.C., 17 de junio de 2004, C.P.
María Elena Giraldo Gómez.
28
sufre…Así, aquella afectación puede tener causa en cualquier hecho con virtualidad para
provocar una alteración a la vida de relación de las personas”37.
“Este daño constituye un perjuicio extrapatrimonial que tiene una entidad propia, el
cual comprende el perjuicio fisiológico, los placeres de la vida, o la imposibilidad de
relacionase normalmente con otras personas, y con él se busca resarcir la alteración
de las condiciones de existencia. (..) Esta misma Sala en sentencia de 25 de febrero de
2009, sostuvo que este daño es omnicomprensivo, porque abarca varios aspectos que
trascienden en el ámbito extrínseco del individuo, pretendiendo resarcir la alteración
de las condiciones de existencia, la pérdida de goce y disfrute de los placeres de la
37
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 19 de julio de 2000, C.P
Alier Eduardo Hernández Enríquez.
38 Consejo de Estado, Sala de Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 19 de julio de 2000, C.P. Alier
De lo anterior se puede concluir que los daños no patrimoniales reconocidos hasta ese
momento son: el daño moral y el daño por alteración a las condiciones de existencia (en el
cual se incluye el daño fisiológico y el daño a la vida en relación) , y que este último da
paso a reconocer otros tipos de daños no derivados de las alteraciones físicas, lo que en
otras palabras significaría que podrían reconocerse daños de otra índole, como los generado
por violación a derechos de la personalidad, sin desatar mayor argumento en este particular.
39 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 9 de marzo de 2011, C.P.
Gladys Agudelo Ordoñez.
40 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 9 de junio de 2010, C.P.
Con el fin de aclarar la situación de los conceptos anteriores, presenta una alternativa que
permitiría reducir a una sola categoría los ámbitos físico, psicológico, sexual, etc… es
decir:
41 Se trata de las lesiones producidas al soldado conscripto Antonio Vigoya Giraldo, quien prestaba su servicio militar
obligatorio en la base Marconio, repetidora de Yarumal Antioquia y al pasar de la base a la letrina cercana para realizar
sus necesidades fisiológicas, cayó en una mina antipersona, lo que le produjo heridas en su pierna derecha, por lo que los
médicos se vieron obligados a amputarla por debajo de su rodilla, lo que trajo como consecuencia la pérdida del 95% de
su capacidad laboral y daños psicofísicos de gran intensidad.
42 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 14 de septiembre de 2011,
“cuando la víctima sufra un daño a la integridad psicofísica, solo podrá reclamar los
daños materiales que se generen de esa situación y que estén probados, los perjuicios
morales de conformidad con los parámetros jurisprudenciales de la sala y, por último,
el daño a la salud por la afectación de ese derecho Constitucional…”
“…en otros términos, un daño a la salud desplaza por completo a las demás
categorías de daño inmaterial como lo son la alteración grave a las condiciones de
existencia –antes denominado daño a la vida en relación- precisamente porque
cuando la lesión antijurídica tiene su génesis en una afectación negativa del estado de
salud, los únicos perjuicios inmateriales que hay lugar a reconocer son el daño moral
y el daño a la salud”43
Lo anterior permitiría no solo reparar los daños a la integridad física de la víctima sino su
relación con el entorno y facilitaría al juez su determinación a través de medios probatorios
más o menos objetivos, como por ejemplo, el porcentaje de invalidez decretado por el
médico legista. En palabras del Consejero Ponente y con base en la experiencia italiana “el
daño a la salud gana claridad, exactitud y equidad donde los precisados perjuicios la
pierden, puesto que siempre está referido a la afectación de la integridad psicofísica del
sujeto, y está encaminado a cubrir no sólo la modificación de la unidad corporal sino las
consecuencias que las mismas generan, razón por la que, sería comprensivo de otros daños
como el estético, el sexual, el psicológico, entre otros, sin que existiera la necesidad de
ampliar en demasía la gama o haz de daños indemnizables, con lo que se conseguiría una
sistematización del daño no patrimonial”44.
Adicionalmente precisa que “el daño a la salud se repara con base en dos componentes uno
objetivo determinado con base en el porcentaje de invalidez decretado y uno subjetivo que
permitirá incrementar en una determinada proporción el primer valor, de conformidad con
43
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 14 de septiembre de 2011,
C.P. Enrique Gil Botero.
44
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 14 de septiembre de 2011,
C.P. Enrique Gil Botero.
32
Por último, se refiere a que en los casos en que los perjuicios no deriven de lesiones a la
integridad psicofísica, podrán tenerse en cuenta los conceptos de daño a la vida en relación
y alteración grave a las condiciones de existencia, realizando por último la siguiente
clasificación: “la tipología del perjuicio inmaterial se puede sistematizar de la siguiente
manera:
i) perjuicio moral;
ii) daño a la salud (perjuicio fisiológico o biológico);
iii) cualquier otro bien, derecho o interés legítimo constitucional, jurídicamente tutelado
que no esté comprendido dentro del concepto de “daño corporal o afectación a la
integridad psicofísica” y que merezca una valoración e indemnización a través de las
tipologías tradicionales como el daño a la vida de relación o la alteración grave a las
condiciones de existencia o mediante el reconocimiento individual o autónomo del
daño (v.gr. el derecho al buen nombre, al honor o a la honra; el derecho a tener una
familia, entre otros), siempre que esté acreditada en el proceso su concreción y sea
preciso su resarcimiento, de conformidad con los lineamientos que fije en su
momento esta Corporación.”
45
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C., 14 de septiembre de 2011,
C.P. Enrique Gil Botero.
33
Los cuadros que se relacionan a continuación son la regla general para cada uno de los
casos, la regla de excepción tiene como base “si existieran graves violaciones a derechos
humanos o circunstancias debidamente probadas de una mayor intensidad y gravedad del
daño moral, sin que en tales casos el monto total de la indemnización pueda superar el
46Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Documento final aprobado mediante acta
del 28 de agosto de 2014 referentes a la reparación de perjuicios inmateriales, pág. 1.
34
triple de los montos señalados. Este quantum deberá motivarse por el juez y ser
proporcional a la intensidad del daño”47.
47Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Documento final aprobado mediante acta
del 28 de agosto de 2014 referentes a la reparación de perjuicios inmateriales, pág. 9.
35
Superior a 9 e inferior a 12 80 40 28 20 12
De otro lado se mencionan las motivaciones de la Sala para que la regla general de este tipo
de reparaciones no sea de carácter pecuniario sino reparatorio de la siguiente manera:
48 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de Unificación Jurisprudencial,
Bogotá D.C., 28 de agosto de 2014, M.P. Ramiro Pazos Guerrero.
49 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de Unificación Jurisprudencial,
Bogotá D.C., 28 de agosto de 2014, M.P. Ramiro Pazos Guerrero.
37
“Entonces, es claro que ese conjunto normativo internacional52, a partir del contenido
del artículo 93 antes precitado, se integra en el ordenamiento jurídico interno y, por
consiguiente, tiene plena vigencia a nivel nacional, conjunto de preceptos que, en su
gran mayoría, hacen parte del denominado ius cogens, es decir, reglas imperativas
aceptadas por los Estados, y que no admiten acuerdo en contrario, según lo
determinado por el artículo 53 de la Convención de Viena de 1969, sobre derecho de
los tratados”.
50 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Bogotá D.C. 20 de febrero de 2008, M.P.
Enrique Gil Botero
51 Artículo 93. Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos
y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes
consagrados en esta Carta, se interpretarán de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos
ratificados por Colombia.
52 V.gr. La declaración americana de los derechos y deberes del hombre (Bogotá, 1948), Convención Americana sobre
Derechos Humanos (San José de Costa Rica, 1970), Declaración universal de los derechos humanos (Nueva York, 1948),
Documentos de la organización de las Naciones Unidas relativos a los derechos de la mujer, Declaración de los derechos
del niño (1959), Pacto Internacional de derechos civiles y políticos (Nueva York, 1966).
38
53 Por la cual se dictan disposiciones para la reincorporación de miembros de grupos armados organizados al margen de
la ley, que contribuyan de manera efectiva a la consecución de la paz nacional y se dictan otras disposiciones para
acuerdos humanitarios.
39
Así mismo, “En lo que tiene que ver con la reparación de los daños, se distingue el derecho
de las víctimas y sus derechohabientes a ser indemnizados por los perjuicios causados…de
manera que, con independencia de los resultados de la investigación, toda persona afectada
en su vida, honra, bienes, derechos y libertades, por hechos sucedidos dentro del marco del
conflicto armado interno, puede exigir “medidas de restitución, indemnización,
rehabilitación y satisfacción según lo establece el derecho internacional…”54.
54
Corte Constitucional, sentencia T-188 de 2007, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
55
Corte Interamericana. Voto Razonado del Juez Sergio García Ramírez en la sentencia de reparaciones del Caso Bámaca
Velásquez. Sentencia de 22 de febrero de 2002.
40
- La indemnización por los perjuicios materiales sufridos por las víctimas de un caso en
particular, comprende el daño material (daño emergente, lucro cesante) y el daño
inmaterial56.
- Rehabilitación, comprende la financiación de la atención médica y psicológica o
siquiatrica o de los servicios sociales, juridicos o de otra indole57.
- Satisfacción, son medidas morales de carácter simbólico y colectivo, que comprende
los perjuicios no materiales, como por ejemplo, el reconocimiento público del Estado
de su responsabilidad, actos conmemorativos, bautizos de vías públicas,
monumentos, etc58.
- Garantias de no repetición, son aquellas medidas idóneas, de carácter administrativo
legislativo o judicial, tendientes a que las víctimas no vuelvan a ser objeto de
violaciones a su dignidad, entre las cuales cabe mencionar aquellas encaminadas a
disolver los grupos armados al margen de la ley, y la derogación de leyes, entre
otras59.
S.M.L.M.V.
Igual o superior al 50% 100
Igual o superior al 40% e inferior al 50% 80
Igual o superior al 30% e inferior al 40% 60
Igual o superior al 20% e inferior al 30% 40
Igual o superior al 10% e inferior al 20% 20
Igual o superior al 1% e inferior al 10% 10
Tabla 4: Reparación del daño a la salud
Fuente: Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección Tercera, Documento final
aprobado mediante acta del 28 de agosto de 2014 referente a reparación de perjuicios inmateriales.
El argumento sustantivo de este tipo de reparación, es que “el concepto de salud comprende
diversas esferas de la persona, razón por la que no sólo está circunscrito a la interna, sino
que comprende aspectos físicos y psíquicos, por lo que su evaluación será mucho más
sencilla puesto que ante lesiones iguales corresponderá una indemnización idéntica. Por lo
tanto, no es posible desagregar o subdividir el daño a la salud o perjuicio fisiológico en
diversas expresiones corporales o relacionales (v.gr. daño estético, daño sexual, daño
relacional familiar, daño relacional social), pues este tipo o clase de perjuicio es posible
tasarlo o evaluarlo, de forma más o menos objetiva, con base en el porcentaje de invalidez
decretado por el médico legista”60.
60 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección tercera, Sentencia de Unificación Jurisprudencial,
Bogotá D.C., 28 de agosto de 2014, M.P. Enrique Gil Botero.
42
En un primer paso es importante mencionar que el artículo 1985 del Código Civil Peruano
aduce directamente al daño a la persona y que la introducción del mismo en dicha
legislación no fue, como se dijo anteriormente, acogido de acuerdo a lo planteado por
Fernández Sessarego, el jurista presentó a la Comisión Revisora del Proyecto del Código, a
través del memorandum del 3 de octubre de 1983 el siguiente texto:
61Artículo 1985: “La indemnización comprende las consecuencias que deriven de la acción u omisión generadora del
daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral”.
44
Dado que el alcance del artículo no refería directamente al concepto de “daño a la persona”,
Fernandez Sessarego se ocupa de definirlo y darle sus propias características de la siguiente
manera:
Para la construcción de la teoría del daño a la persona, el jurista, toma como base, sobre la
reparación de otro tipo de daño, distinto del moral, el conocimiento de la dogmática italiana
y de su desarrollo a través de fenómenos jurídicos como el daño biológico o estético y el
daño a la vida en relación, figuras sobre las cuales haré un breve recorrido:
En un primer momento para la jurisprudencia italiana, los artículos 204362 y 205963 del
Código Civil, solo regulaban, el primero de ellos, el daño patrimonial y el segundo el daño
no patrimonial en la modalidad de daño moral subjetivo, el cual solo se aplicaba ante la
existencia de un ilícito penal.
“un zapatero, por ejemplo, fabrica dos zapatos y cuarto al día; ustedes han debilitado
su mano que, por lo tanto, no logra fabricar sino un solo zapato, ustedes le deben el
valor correspondiente a la hechura de un zapato y cuarto multiplicado por el número
de días de vida que le quedan, menos los días festivos” (Fernández Sessarego, 1996).
La particular regla, identificaba los daños estéticos y a la vida en relación con el lucro
cesante, por medio de la cual, definitivamente, no se podían reparar perjuicios cuando la
víctima no tenía una actividad laboral o profesional remunerada.
Posteriormente, en el año 1974 a través del fallo del 30 de mayo del Tribunal de Génova, se
rechaza tal postura por las siguientes razones: “(i) la utilización del concepto de capacidad
62 Art. 2043: Qualunque fatto doloso o colposo, che cagiona ad altri un danno ingiusto, obbliga colui che ha commesso il
fatto a risarcire Il danno.
63 Art. 2059: Il danno non patrimoniale deve essere risarcito solo nei casi determinati dalla legge.
46
laboral genérica, no describe el estado de bienestar físico general; (ii) la presunción iure et
de iure sobre pérdidas de ganancias en estado de invalidez; (iii) la disparidad de tratamiento
ante personas que tienen réditos distintos; y (iv) el procedimiento por el cual se concede
réditos a aquellos que no han ejercido o no ejercen actividad, conduciendo todo tipo de
daño al lucro cesante, aunque éste no se presentara” (Rozo Sordini, 2002, pp 128, citado en
Calderón Puertas, 2013).
Por último, nace el daño biológico, a través de la sentencia del 15 de febrero de 1985, para
definirlo como:
Así mismo, en el fallo del 14 de julio de 1986 del Tribunal Constitucional, se reitera la
posición anterior y se establecen los parámetros diferenciales entre el daño moral y el daño
biológico o a la salud de la siguiente manera:
“(i) que la noción de daño no patrimonial se limita a los daños morales subjetivos; (ii)
que el daño no patrimonial es daño-consecuencia; (iii) que el daño biológico es daño-
47
Vemos como el Italia, la evolución del reconocimiento los daños inmateriales no fue
pacífica, debido a que los artículos del Código Civil referidos, dejaban a la interpretación
de los tribunales su reconocimiento e indemnización. Finalmente y de acuerdo con lo
anterior se puede deducir, que en Italia son categorías del perjuicio inmaterial: el daño
biológico, el daño moral y el daño existencial. A partir de allí Fernández Sessarego parte su
estudio del daño a la persona, para lo cual inicia exponiendo sus diferencias con el daño
moral, luego realiza una construcción del daño psicosomático y por último abarca el
reconocimiento del daño al proyecto de vida, asuntos de los que se tratará en las siguientes
líneas:
sufrimiento, que carece de sustento patológico” (Calderón Carlos Alberto, 2013, pp. 48).
En su propuesta, se plantea que el concepto de daño a la persona implica una distinción
sustancial con el daño moral y este último lo define como “un daño específico que
compromete básicamente la esfera afectiva o sentimental de la persona, ocasionándole una
perturbación, un dolor, un sufrimiento que carece de sustento patológico”. (Fernández
Sessarego, 1994); así mismo plantea que “se diferencia del daño moral por su relación de
especie a género”. (Fernández Sessarego, Carlos, 1996, pp. 333) y explica lo siguiente: En
tanto el primero agredía cualquiera de los derechos de la persona, el segundo representaba
una afrenta al sentimiento de la persona, causa de dolor o sufrimiento…cuando existe daño
a la persona es porque la lesión y sus consecuencias recaen en el ser humano, en alguna de
sus múltiples manifestaciones o maneras de ser, las que representan intereses jurídicamente
protegidos” (Calderón Puertas, 2013).
Para concluir, el daño moral no es un tipo independiente del daño a la persona sino que por
el contrario se encuentra inmerso en él y es uno de los ámbitos del ser humano que es
susceptible de ser dañado.
sustento patológico.
En cuanto a las consecuencias del daño al proyecto de vida el autor refiere las siguientes:
“La primera sería la frustración total del “proyecto de vida” que, generalmente,
acarrea un vacío existencial. La segunda, sería su menoscabo, es decir un daño parcial
sin que suponga la imposibilidad de continuar con el proyecto, aunque ello ocurra en
diferentes condiciones a las que con anterioridad se desenvolvía la vida de la víctima.
Éstas no serían las mismas que aquellas con las que se desarrolló el proyecto antes del
daño. En ello consiste el menoscabo. La tercera expresión del daño al “proyecto de
64 El Tribunal Constitucional también ha emparentado la libertad con el proyecto de vida. En el expediente 0017-2008-AI
(Acción de Inconstitucionalidad contra la ley 28654 que deroga la ley 27504 y restituye el tercer párrafo del artículo 5 de
la Ley Universitaria) ha señalado: “La libertad, no obstante, pierde su sentido axiológico si a ella no acompaña el
conocimiento. En la libertad desinformada o desprovista de saber, anida el serio riesgo de hacer del ser humano objeto de
voluntades ajenas, y no sujeto de la construcción meditada de su propio proyecto de vida, así como el peligro de hacer de
la persona humana un punto estático en el camino de la evolución de las sociedades, o, peor aún, un elemento promotor de
la involución” (Fundamento 1). Luego, en el fundamento 6, sostiene: “(l)a educación implica un proceso de incentivación
del despliegue de las múltiples potencialidades humanas cuyo fin es la capacitación de la persona para la realización de
una vida existencial y coexistencial genuina y verdaderamente humana; y, en su horizonte, permitir la cristalización de un
‘proyecto de vida’. Asimismo, el fundamento 30 indica: “En suma se trata de dar la oportunidad a que sean los agentes
sociales y económicos quienes provistos de toda la información sobre la calidad y pertinencia del caso en el marco
regulatorio otorgado por el Estado, tomen sus decisiones razonablemente de forma que no vean perjudicado su proyecto
de vida profesional con carreras poco empleables”.
50
El daño al proyecto de vida, según el autor, se entiende como un daño futuro, concreto,
cierto y real, “es un daño futuro y cierto, generalmente continuado o sucesivo ya que sus
consecuencias están siempre presentes, en mayor o menor medida, durante el transcurrir
vital del sujeto” (Fernández Sessarego, Carlos. Apuntes para una distinción entre el daño al
proyecto de vida y el daño psíquico); así mismo es diferente del daño moral puesto que el
primero afecta la esfera afectiva de la persona y sus consecuencias transitorias, mientras
que el segundo afecta su libertad y sus consecuencias se extienden en el tiempo.
En esta particular sentencia contra el estado del Perú, la Corte señaló que el daño al
proyecto de vida era una noción distinta del daño emergente y el lucro cesante y que:
65 María Loayza Tamayo, profesora de la Universidad San Martín de Porres, fue arrestada por miembros de la División
Nacional contra el Terrorismo de la Policía Nacional del Perú desde el 6 hasta el 26 de febrero de 1993, durante este lapso
de tiempo permaneció 10 días incomunicada y fue objeto de torturas, tratos crueles y degradantes y de apremios ilegales;
con la finalidad que se autoinculpara y se declarara pertenecer al Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso.
Posteriormente fue trasladada al Centro Penitenciario de Máxima Seguridad de Mujeres de Chorrillos y, según la
comisión, se encontraba encarcelada en Perú hasta la fecha de la demanda, inculpada por el delito de terrorismo y traición
a la patria, fue condenada a 20 años de prisión.
51
Más adelante agregará que “en el caso de la víctima, es evidente que los hechos violatorios
en su contra impidieron la realización de sus expectativas de desarrollo personal y
profesional” (Punto 152). No obstante ello, y a pesar de que se reconoce la existencia de un
grave perjuicio al proyecto de vida (Punto 153), la Corte se abstuvo de cuantificar el daño
dado que “la evolución de la jurisprudencia y la doctrina hasta la fecha no permite traducir
este reconocimiento en términos económicos”.
En el párrafo 60 la Corte indicó que las torturas sufridas por Cantoral Benavides le
ocasionaron una grave alteración que el curso que normalmente hubiera seguido su vida, al
extremo que “los trastornos que esos hechos le impusieron le impidieron la realización de
su vocación, aspiraciones y potencialidades de la víctima” lo que ha representado un serio
menoscabo para su proyecto de vida (párrafo 80).
La Corte estimó que la vía más idónea para establecer dicho proyecto, consistía en que el
Estado le proporcione una beca de estudios para cubrir la carrera profesional que elija así
como los gastos de manutención en un centro de reconocida calidad académica.
Concluye expresando que “la corte interamericana afirma el valor superior de la garantía de
la educación como forma de reparación del daño al proyecto de vida y una víctima de
violación de los derechos humanos protegidos por la convención interamericana (párrafo
13).
52
La sentencia de la Corte en este caso, reparó la ausencia de los niños en la familia, a partir
del concepto de lucro cesante y no el daño al proyecto de vida; sin embargo la sentencia fue
objeto de votos en contra por parte del magistrado Francisco Eguigeren, con los siguientes
argumentos:
66 Rafael José Gómez Piquiyauri y su hermano Emilio Moisés Gómez Piquiyauri, el 21 de junio de 1991, fueron
interceptados y detenidos por agentes de la Policía Nacional Peruana, fueron arrojados al suelo, goleados a puntapiés, y un
policía se paró sobre sus espaldas, enseguida les cubrieron la cabeza y los arrastraron al maletero de un auto patrullero;
fueron trasladados a un lugar llamado “Pampa de los Perros”, donde fueron golpeados a culatazos de escopeta y
asesinados mediante disparos con armas de fuego en la cabeza, tórax y otras partes del cuerpo.
53
En cuanto al primero de los elementos se refiere a que el bien lesionado es uno de índole
inmaterial y sobre el segundo aspecto refiere que no se puede concretar en una suma de
dinero equivalente al daño producido (Fernández Sessarego, Carlos, 1992 pág. 69).
A partir de las mencionadas características, realiza la siguiente sistematización:67
67 (Fernández Sessarego, Carlos. Hacia una nueva sistematización del daño a la persona en I Congreso Nacional de
Derecho Civil y Comercial (23 a 26 de noviembre de 1993), Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1994, p.
35.)
54
Así mismo, el daño subjetivo se puede entender desde dos puntos de vista: el daño
psicosomático (daño biológico y daño a la salud) y el daño a la libertad.
Por otro lado, el daño por las consecuencias puede ser personal o extrapersonal: es personal
cuando incide directamente en el patrimonio de la víctima y es extrapersonal cuando los
daños no se pueden apreciar en dinero.
En primer lugar es apremiante, el contenido de los artículos 1708 y subsiguientes68, que dan
cuenta de la evolución que en la materia se ha creado allí. Especialmente los artículos
mencionados a continuación:
A todas luces este artículo reviste de gran importancia a la persona, colocándola en primer
lugar y como sujeto mismo de la reparación de daños, dejando en un segundo lugar la
incidencia patrimonial, pero sin dejar de abordarla.
Relevante es la inserción textual de los diferentes tipos de daños que son susceptibles de
reparación: a lo que tenemos que es compatible con el resarcimiento, a) todos los derechos
personalismos (honra, buen nombre, intimidad, etc.); b) la integridad personal, su salud
psicofísica, que comprende tanto las afecciones al soma como a la psique; c) sus afecciones
espirituales legítimas, lo que se sustrae al denominado daño moral y; por último, d) las que
resultan de la interferencia en su proyecto de vida, lo que repercute directamente en la
libertad de la persona de decidir su propio destino, cualquiera que éste fuere.
68Libro tercero: Derechos Personales, Título V (Otras fuentes de las Obligaciones), Capítulo 1 (Responsabilidad Civil).
56
El artículo reseñado, muestra las características que debe tener el daño para que sea
indemnizable, cuando se trata de: a) un daño directo o indirecto, de acuerdo a lo que se
señala en el artículo 172669 precedente, se atiende al principio de la causalidad adecuada;
cuando se menciona que b) debe ser actual o futuro, se refiere a que son indemnizables las
consecuencias inmediatas o mediatas; por último señala que c) el daño debe ser cierto y
subsistente, lo que equivale a que se pruebe que el hecho generador del daño existe o
existió y que las consecuencias son producto del mismo hecho.
ARTÍCULO 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena.
Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho
dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. La víctima puede optar por el
reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible, excesivamente
oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso de daños
derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a
pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a
costa del responsable.
A pesar de que los artículos 1737 y 1738 mencionados son los suficientemente claros frente
a los daños que por su entidad merecen ser resarcidos, el artículo anterior, hace un especial
énfasis en que la reparación debe ser plena y adecuada al daño producido, en dinero o en
especie; además, contempla reparaciones de carácter no pecuniario que también hacen
posible la reparación en los casos que ameriten tal condena a consideración del juez.
69 Artículo 1726: Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de causalidad con
el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las consecuencias inmediatas y las
mediatas previsibles.
57
Este artículo reviste importancia en la medida que establece la legitimación activa de los
daños no patrimoniales y ciñe ésta en particular a la víctima directa; solo en caso de muerte
o lesiones graves se la víctima directa y a título personal podrán solicitar indemnización por
estos rubros, los ascendientes, los descendientes, el cónyuge y las personas que sostengan
un lazo de convivencia con la víctima. Así mismo establece la prohibición de transmisión
mortis causa, a menos que la acción haya sido iniciada por el directamente perjudicado.
70 Publicado en el sistema argentino de información jurídica, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Presidencia de
la Nación. Recuperado de http://www.infojus.gob.ar/nuevo-codigo-civil-y-comercial-de-la-nacion
58
71 Todo derecho puede ser materia de un delito, bien sea un derecho sobre un objeto exterior, o bien se confunda con la
existencia de la persona. Recuperado de http://leyes-ar.com/codigo_civil/1075.htm
59
Es posible decir que la doctrina argentina ha sido influenciada por el pensamiento de Carlos
Fernandez Sessarego y de la doctrina italiana; por ello Mosset Iturraspe introduce su teoría
de los daños a partir de planteamientos del primer autor en cuanto a que “el daño a la
persona no pude merecer el mismo tratamiento que el precio del dolor” (pág. 20).
En tanto otros prefieren encuadrar dentro del propio daño moral todas las demás
alteraciones producto del ilícito civil, cual es el caso de Burgos quien “ha concluido que el
llamado “daño a la persona”, ha sido herramienta muy útil; pero que, al ampliarse en sus
contenidos los conceptos de daño material y moral, éstos cubren perfectamente los pedidos
de reparación”. (Burgos Osvaldo, 2005), por carecer de apoyo normativo.
Así las cosas, todas las agresiones confluyen solo hacía dos ámbitos perjudiciales:
- Existencial: La persona misma o en sus vínculos espirituales con otras o con bienes
externos.
- Económico: Sus pertenencias patrimoniales y la productividad o utilidad remunerada
o no. (pág. 7).
61
Una vez identificadas las bases legales del reconocimiento del daño no patrimonial en el
artículo 2341 del Código Civil y en la ley 446 de 1998, lo concerniente a la evolución de
este tipo de daños en Colombia se lo debemos a la construcción que la jurisprudencia ha
realizado:
“El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean
imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas (…)
Así mismo, los daños en este tipo de responsabilidad pueden desprenderse de las
actividades propias asignadas legal o constitucionalmente a las entidades o funcionarios
públicos, en las que se exceden las cargas que deben soportar los asociados; o también del
ejercicio irregular de las funciones de sus dependientes, ya sea por acción u omisión de las
autoridades; y que a pesar de la aspiración de objetivizar el sistema de responsabilidad a
partir del artículo 90 de la Carta Política, se reconocen dos títulos de imputación: uno de
tipo subjetivo que se concreta en la culpa o falla del servicio, y uno de tipo objetivo que se
materializa en la creación de un riesgo excepcional y del daño especial.
distinción entre éstos dos aspectos, señalando que se trataba de dos esferas distintas en las
que se veía disminuida la persona y que deben ser, en consecuencia, resarcidas.
“el derecho a la salud es, como tal, el objeto de una protección primaria separada y
absoluta, de modo que la compensación a pagar como resultado de su lesión no puede
limitarse a las consecuencias que inciden en su actitud para producir ingresos, pues
también debe incluir la propia lesión orgánica. Debe entenderse como el deterioro
físico y mental de la persona en sí mismo considerado, como “valor humano” en toda
su dimensión concreta, que no se limita a una capacidad de producir riqueza, sino que
se vincula a sus funciones naturales relacionadas con el entorno en el que vive y que
tiene un impacto no solo económico, sino también biológico, social, cultural y
estético”.
el alcance que sobre los derechos humanos, admiten los tratados internacionales suscritos
por Colombia, que prevalecen en el orden interno, a partir de las cuales se debe apuntar a la
indemnización más idónea, teniendo en cuenta los principios de igualdad y dignidad.
Si cómo se expuso anteriormente, la indemnización del daño busca que a la víctima le sean
reparados todos los perjuicios derivados del mismo, es claro que a ella se le debe reconocer
no sólo la pérdida patrimonial, sino el daño a sus intereses o derechos de carácter
inmaterial.
Teniendo en cuenta el carácter inconmensurable que tienen estos tipos de daños, “la forma
y el quantum de la reparación no deben medir la indemnización del perjuicio en términos
monetarios, sino la satisfacción del mismo a partir de criterios que procuren garantizar los
principios de igualdad material y de dignidad humana.” (Gil Botero, Enrique, 2011, pp.
322). De esta forma, lo que se busca no es fijar “con exactitud matemática un valor
equivalente, sino de medir la suma de dinero necesaria, no para borrar lo imborrable, sino
para procurar una compensación que ayude a la víctima a superar el daño causado.” (Navia
Arroyo, Felipe, 2007. pp. 292).
72 Consejo de Estado, Sección Tercera, Bogotá D.C., Sentencia del 14 de septiembre de 2011, C. P. Enrique Gil Botero.
66
Sin embargo, hay que distinguir las expresiones “derechos fundamentales” de los “derechos
humanos”, ya que éstos últimos son una concepción más amplia que los primeros, lo que
quiere decir que los derechos fundamentales son aquellos derechos humanos garantizados
por el ordenamiento jurídico y que “suelen gozar de una tutela reforzada” y se presentan en
la normativa constitucional como un conjunto de valores objetivos básicos y, al propio
tiempo, como el marco de la protección de las situaciones jurídicas subjetivas”. (Pérez
Luño Antonio Enrique, 2007, pág. 46)
En el sistema de un “estado social de derecho”, los derechos humanos tienen plena fuerza
normativa en las relaciones entre los miembros de la sociedad y frente al Estado. A partir
del preámbulo mismo, la integridad normativa de la Constitución tiene como justificación
básica lograr la plena vigencia de los derechos humanos (Barreto Manuel y Sarmiento
Libardo, 1997, pág. 16), así mismo el artículo 1 y 3 de la Carta se define a Colombia como
un estado social de derecho…fundada en el respeto a la dignidad humana…las autoridades
de la República han sido instituidas para proteger a todas las personas…en su vida, honra,
bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los
deberes sociales del Estado y de los particulares. En términos del bloque de
constitucionalidad derivado del artículo 93 de la Constitución Política de Colombia, son de
obligatorio cumplimiento los preceptos que en materia de derechos humanos sean
ratificados por el Congreso colombiano y sus interpretaciones73
73V.gr. La declaración americana de los derechos y deberes del hombre (Bogotá, 1948), Convención Americana sobre
Derechos Humanos (San José de Costa Rica, 1970), Declaración universal de los derechos humanos (Nueva York, 1948),
67
Por otro lado, a pesar de que las normas que aplican las autoridades judiciales deben pasar
por un proceso interpretativo previo, en el que se armonizan el mandato legal particular con
el sistema de derechos, principios y valores constitucionales y que “el derecho positivo,
incluye una irradiación de la idea de la justicia en todos los ámbitos del derecho, exigida
por el propio derecho positivo” (Alexy, Robert, 2002, pág. 526); lo ideal en un sistema en
el que existe una división de poderes, es que el legislador sea quien determine; así como
sucedió en Argentina, los factores de resarcimiento y las esferas jurídicas de la persona que
se afectan con un hecho dañoso, sin claro está, dejar de destacar la labor que en las Cortes
de cierre se han propuesto, sin la cuales no sería posible hoy tratar sobre daños diferentes
del moral.
Documentos de la organización de las Naciones Unidas relativos a los derechos de la mujer, Declaración de los derechos
del niño (1959), Pacto Internacional de derechos civiles y políticos (Nueva York, 1966).
68
CONCLUSIONES
b) A través del desarrollo interpretativo del artículo 2341 del Código Civil, se ha
permitido incluir en favor de las víctimas, reconocimientos indemnizatorios por
daños que hasta finales del siglo XIX no tenían justificación, como es el caso del
daño fisiológico, el daño a la salud y por graves alteraciones a las condiciones de
existencia.
g) La introducción del daño a la salud, concepto integral que repara la pérdida funcional
y las consecuencias en el desenvolvimiento de la persona con su entorno familiar,
social y en general de los placeres de la vida.
j) Los aportes de la doctrina propuesta por Carlos Fernandez Sessarego y Matilde María
Zabala al tema del daño inmaterial, son importantes en la medida que alimentan la
tipología de los daños resarcibles, los dotan de un mayor contenido y los clasifican,
de manera que tienen en cuenta todas las esferas en las que la persona es susceptible
de ser dañada: física, psíquica, social y en su libertad misma.
70
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
LEGISLACION
JURISPRUDENCIA
CONSEJO DE ESTADO
ARTICULOS Y REVISTAS