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MALA PLANIFICACION = DESTRUCCION DEL MEDIO AMBIENTE

La falta de planificación urbana de una ciudad, es el arma más mortal para el medio
ambiente. En los últimos años el crecimiento poblacional de Popayán ha ido en aumento, a
causa de la obsolescencia del PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL (POT) desde
hace poco más de 5 años, a esto se suma la falta de medidas preventivas por parte de la
administración para el desarrollo urbano de la ciudad y el cuidado del medio ambiente. Los
cientos de familias que han ido en búsqueda de una mejor calidad de vida se han visto
obligadas a asentarse en los cerros de la ciudad, debido a que las zonas de expansión se
ubican en zonas de alta valorización inasequibles para esta comunidad. Como resultado se
tiene el deterioro de las zonas verdes de los cerros y destrucción del hábitat de cientos de
animales oriundos de la ciudad, además de esto se tiene la exposición a riesgos naturales
y de salud de los habitantes de estas áreas.

En cualquier ciudad del mundo a los habitantes sin importar su color de piel, nivel
socioeconómico, genero, etc. se les debe brindar un lugar digno para el disfrute e
interacción con el medio ambiente, por medio de una planificación estratégica para el
desarrollo del territorio y así garantizar las mínimas condiciones de salubridad y el cuidado
de las zonas verdes para la recreación, sin embargo, los sucesos son muy diferentes, sobre
todo en los países en vías de desarrollo como Colombia.

Hay múltiples factores que durante más de medio siglo han contribuido al crecimiento
desmesurado de las ciudades en nuestro país, tal es el caso de Popayán, la cual ha sentido
la severidad de la guerra por causas como el conflicto armado, el desplazamiento forzado,
las múltiples masacres, entre otros, lo que ha provocado que miles de familias provenientes
de las zonas rurales del departamento se vean obligadas a salir de su territorio en busca
de una mejor calidad de vida, sin embargo, las circunstancias no son muy favorables para
esta población , ya que al no tener un lugar propio para su habitar se ven en la necesidad
de asentarse en lotes baldíos o en las laderas de los cerros que bordean la ciudad que por
lo general no cuentan con un urbanismo establecido (andenes, calles, paramentación),
donde la ausencia de servicios públicos y de saneamiento son evidentes.

A razón de que no hay una planificación estratégica en estos sectores, se dificulta la llegada
de transporte público hacia esta comunidad, ya que al no tener la infraestructura adecuada
se ve la necesidad de dar soluciones rápidas y muy poco eficaces. El uso de la bicicleta en
estos asentamientos es casi imposible a causa de los niveles de inseguridad que se dan a
cualquier hora del día, así como la infraestructura y las laderas de los cerros que frecuentan
estas familias dificultan desarrollar proyectos para un sistema de trasporte limpio y
sostenible.

En las zonas más vulnerables de la ciudad es donde más contaminación se puede


presenciar. El crecimiento desmesurado e incontrolado de la población ha hecho que los
lugares donde se asientan estas personas sean los más insalubres, debido a que por lo
general no cuentan con una red de alcantarillado y las aguas servidas se arrojen a la fuente
hídrica más cercana, que en ocasiones es el patio posterior de sus viviendas, esto trae
como consecuencia la aparición de enfermedades dermatológicas, virales, embarazos
prematuros, etc.

En las laderas de los cerros el panorama no es muy diferente, en estos lugares los
habitantes están expuestos a diferentes riesgos, tales como los deslizamientos, deslaves
de tierra, la erosión del terreno, entre otros, que a raíz de la deforestación y la tala de árboles
la capacidad portante del suelo disminuye drásticamente, afectando indirectamente al resto
de la población, ya que estas zonas boscosas funcionan como filtro para el aire
contaminado que producen las fuentes emisivas de carbono, además de servir como refugio
para animales que allí habitan.

Sin duda alguna la falta de planificación urbana para una ciudad es un efecto dominó, donde
surge un problema menor que con el pasar del tiempo trae problemas mucho más
complejos , tales como los anteriormente mencionados (ausencia de servicios públicos,
contaminación de las fuentes hídricas), a esto se suma la carencia de zonas de
esparcimiento, recreo y ocio, áreas que son de gran importancia para la salud de las
personas no solo para disfrutar sino para estrechar los lazos de amistad y reforzar la
confianza entre la comunidad.

El consumo desmedido de los recursos naturales y la utilización excesiva de los servicios


públicos, son aspectos contra lo que una ciudad debe luchar día a día, puesto que, al no
haber una disponibilidad de los mismos, la población que es la directamente implicada se
ve obligada a suplir sus necesidades de cualquier modo, ya sea tomando las redes de
energía y/o agua de una manera informal, o utilizando métodos un poco más primitivos
como lo son los aljibes, letrinas, estufas de carbón o madera, entre otros.

Indudablemente la arquitectura es una profesión para el servicio de la comunidad. En tal


sentido, considero que desde mi formación como arquitecto hay muchos factores que tener
en cuenta para una buena y correcta planificación de nuestra ciudad y, hacer de esta, un
lugar saludable, sostenible y sobre todo habitable, donde el respeto por el medio ambiente
sea igual al de los residentes de la ciudad, en este caso para Popayán, con el propósito de
fortalecer la cohesión entre el hombre y su entorno.

Durante nuestra formación académica, con cada semestre que pasa, la sensibilidad por
nuestra ciudad, sus habitantes y el medio ambiente se fortalece, donde la perspectiva de la
ciudad cambia, es aquí que nuestra función como arquitectos y planificadores urbanos
cobra sentido, para darle un direccionamiento a la ciudad hacia el desarrollo sostenible.

La buena planificación urbana debe estar pensada a largo, mediano y corto plazo, de modo
que sea posible crear soluciones integrales entre transporte, vivienda, medio ambiente,
saneamiento, y demás características que contiene una ciudad para ser lo más amable y
agradable para la comunidad.

Una ciudad que no cuenta con una planificación urbana, está condenada al suicidio
ambiental y al detrimento de la sociedad.

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