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C APÍTULO 8 determinar aspectos de gran complejidad

MÉTODOS PARA EL ESTUDIO como, por ejemplo, la distribución espacial y


DE LOS PASTOS, temporal del ganado que resulte más apro-
SU CARACTERIZACIÓN piada en un espacio natural protegido.
ECOLÓGICA Y VALORACIÓN Sea cual sea la escala elegida, hay que
D. Gómez tener presente que ésta condiciona o deter-
mina los distintos aspectos que vamos a con-
Escalas de estudio siderar, su percepción y su medición. Piénsese,
El estudio de los pastos puede ser abordado a por ejemplo, en la vegetación y en las distintas
distintos niveles o escalas. La selección de la perspectivas que ofrece considerarla a gran
escala dependerá de los objetivos del estudio y escala – nivel de paisaje – o con más detalle –
también del tiempo y de los medios disponi- nivel de población, especie o individuo –.
bles para llevarlo a término. Como resulta evi- Cuanto mayor sea el detalle mayor será el
dente, un mayor nivel de detalle en la apro- número de teselas de vegetación que podre-
ximación proporcionará una información mos delimitar y el de comunidades vegetales
mucho más precisa y permitirá analizar los que habrá que distinguir. En cierta manera,
procesos y obtener los datos con mucha cabe decir que nuestra interpretación está
mayor efectividad. Un estudio muy detallado mediatizada - en el sentido de deformada -
de los diferentes niveles en que podemos por la escala y los métodos que utilicemos
interpretar los pastos resultará necesario para para el estudio.

Fig. 8.1. Esquema de algunas “escalas de estudio” que se pueden considerar en la investigación de los pastos.

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Vamos a revisar a continuación brevemente comprender la distribución de la vegetación,
las tres escalas de estudio que se utilizan de la producción, la disponibilidad de agua y
forma más habitual, la información que puede otros aspectos de interés en el estudio pasto-
obtenerse de cada una y los métodos necesa- ral. Respecto a la vegetación, es imprescindible
rios para obtener esa información y manejarla disponer de una cartografía precisa; para lo
adecuadamente (figura 8.1). cual, si no existe ninguna realizada previa-
mente, habrá que decidir también la escala y
Escala de paisaje las unidades o tipos de pasto a considerar. Con
La escala de paisaje, de “puerto” o de “unidad la escala cabe la misma consideración hecha al
mayor” de pastoreo abarca muchas veces el principio del capítulo: cuanto más detallada
conjunto del territorio de estudio y puede sea, mayor será la información obtenida pero
comprender grandes superficies (del orden de mayor habrá de ser el esfuerzo de muestreo.
kilómetros cuadrados o, al menos, de algunas
decenas de hectáreas). A esta escala, nuestro
primer objetivo de estudio es conocer qué
vegetación hay, dónde se sitúa y qué relaciones
guarda con su ambiente. En las montañas del
Pirineo, nos encontraremos con la existencia
de distintos tipos de vegetación fácilmente
reconocibles a “primera vista” y probablemen-
te varias especies de animales pastadores
(vacas, ovejas, yeguas, sarrios) en rebaños de Fig. 8.2. El uso de ortofotos digitales facilita la elaboración de
centenares o miles de ejemplares. Además, mapas de vegetación a escalas muy detalladas (la imagen corres-
podremos analizar la complejidad en la ponde a la unidad pastoral de la “Capradiza” en el P.N. de Ordesa-
Monte Perdido).
estructura geológica, topográfica, climática,
etc. que, a su vez, condicionará los tipos de Sea como fuere, una escala 1:25.000
pasto, su distribución, producción y fenología. resultaría la mínima precisión a considerar en
Este suele ser el caso en las zonas montañosas un territorio muy extenso. Para áreas pastora-
y, por tanto, la primera tarea consistirá en reu- les de unos pocos km2 o más pequeñas, resulta
nir la información escrita disponible, más los muy recomendable manejar escalas de
mapas y fotografías que nos permitan separar 1:10.000, 1:5.000 o incluso 1:2.000. La recien-
en distintas unidades los factores más deter- te generalización en muchas regiones de orto-
minantes para nuestro estudio. fotos aéreas digitales, en color o blanco y
El clima general del territorio viene defi- negro, ahorran una buena parte del esfuerzo
nido por el régimen de precipitaciones y tem- que, hasta hace pocos años, había que realizar
peraturas y su importancia para los pastos ya con los fotogramas convencionales. Pero, en
se ha tratado en el capítulo sexto de este libro. cualquier caso, la gran similitud en las foto-
Respecto a la topografía, los Modelos Digitales grafías de muchos tipos de vegetación exige la
del Terreno proporcionan información sobre comprobación “sobre el terreno” de las distin-
la altitud, orientación y pendiente y permiten tas teselas. En otro apartado de este capítulo
su clasificación en distintas clases junto a su se explica cómo abordar las unidades de los
análisis espacial. El uso de mapas geológicos y pastos. Hay que señalar que la disponibilidad
de suelos resultará imprescindible para de mapas de vegetación del mismo territorio

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Fig. 8.3. Esquema simplificado de la distribución altitudinal de los pastos en el Valle de Aísa. Sobre cada columna se indica el número de
comunidades presente en cada rango altitudinal y la diversidad (índice de Shannon) de comunidades calculada a partir de la superficie
ocupada por cada tipo de pasto.

o de zonas aledañas puede constituir una demás. En esta escala deberemos analizar la
buena guía para decidir las unidades a con- estructura de las comunidades vegetales y su
templar. dinámica, aspectos que se detallan más ade-
Los Sistemas de Información Geográfica lante. También en este nivel hay que caracteri-
(SIG) permiten en la actualidad manejar de zar con mayor precisión el medio físico
forma relativamente rápida y efectiva distintas (orientación y pendiente media, tipo de sus-
capas de información y realizar un análisis trato, espesor del suelo, duración de la cubier-
espacial “superponiendo” las variables consi- ta de nieve, humedad a lo largo del año, etc.) y
deradas para buscar relaciones entre ellas. Una la estructura de cada comunidad (cobertura
vez organizado el SIG con las capas de infor- de la vegetación, organización espacial, com-
mación mencionadas, ya podremos conocer posición florística, diversidad, abundancia de
con relativa facilidad la superficie ocupada los distintos grupos funcionales, característi-
por cada tipo de pasto, su distribución en cas y ritmos de la fenología, biomasa, produc-
un gradiente altitudinal (tal como muestra la ción primaria) y las distintas variables que
figura 8.3), la relación con la orientación, la pen- definen el valor forrajero. Todos estos aspectos
diente, los tipos de suelo, etc. resultan necesarios para conocer y valorar la
calidad ecológica y nutritiva de los pastos.
Escala de comunidad vegetal
La escala de comunidad vegetal o tipo de pasto Escala de especie
deberemos abordarla en un siguiente nivel Por último, la escala de especie nos debe per-
para conocer “en qué consiste” cada tipo de mitir conocer en detalle características de cada
pasto y cómo se puede distinguir de los planta, tanto en lo que concierne a aspectos

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ecológicos como productivos. La calidad e Concepto de comunidad vegetal
idoneidad del pasto vendrá definida, entre Antes de abordar la estructura y la dinámica
otros aspectos, por la presencia y abundancia de los pastos, vamos a tratar el concepto de
de plantas preferidas o rechazadas por cada comunidad vegetal tan repetido a lo largo de
tipo de ganado. A este nivel habrá que consi- este libro y de otros muchos textos de vegeta-
derar los distintos órganos de la planta y efec- ción. Su uso y utilización en la geografía y en
tuar análisis químicos para conocer su valor la botánica es muy antiguo (anterior a la clasi-
nutritivo que se explica más adelante, la pre- ficación de Linneo) y ha sido objeto de
sencia de metabolitos secundarios, etc. El ciclo muchos debates y polémicas durante el último
fenológico de las plantas, es decir en qué siglo. Como sucede con otros conceptos de
fechas y durante cuánto tiempo desarrollan amplia utilización, no disponemos de una
sus distintas fases (crecimiento vegetativo, flo- definición precisa y generalmente aceptada de
ración, fructificación, agostamiento) y cómo “comunidad vegetal”. Su propia existencia es
varía la calidad nutritiva a lo largo de ese ciclo puesta en tela de juicio en algunos ámbitos de
son tambien aspectos importantes para definir la ecología vegetal.
los pastos y ajustar calendarios de utilización. De una manera sencilla, podemos
Como resulta evidente, muchos factores de los admitir que una comunidad vegetal es el con-
que hemos mencionado para la escala de junto de plantas que prospera en un determi-
comunidad no podrán ser definidos sin haber nado hábitat y que, a su vez, puede ser caracte-
trabajado previamente a este nivel de mayor rizado por una serie de factores ecológicos.
precisión. Así, por ejemplo, podemos definir la comu-
nidad vegetal de las plantas que viven en una
ladera pedregosa caliza con una determinada

Fig. 8.4. Resumen de los objetivos del estudio de una zona pastoral encaminado a realizar una ordenación de pastos, considerando las dis-
tintas escalas de aproximación del estudio.

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orientación, pendiente y altitud mediante un vías (por ej.: Mueller-Dombois y Ellen-
listado de las especies, su abundancia, fisono- berg, 2002). En este capítulo vamos a
mía, etc. Esta coincidencia de plantas en un considerar sólo los que resultan más
determinado ambiente, debe ser entendida, usuales en el estudio de los pastos y, en
más que como una “cooperación” con una concreto, los más útiles para separar las
“finalidad común”, tal como fue interpretada distintas unidades de pastos a partir de
en algunos momentos, como una “coexisten- características conspicuas y de cuantifi-
cia” de seres con ciertos requerimientos am- cación sencilla:
bientales similares que pueden mostrar distin- Cobertura: mide la “extensión” de la vegeta-
tas adaptaciones, relaciones de competencia, ción en términos de superficie de suelo
formas de vida, etc., pero también ciertas cubierta por las plantas; en general se
similitudes en cuanto a su morfología y expresa en porcentaje o fracción del área
estructura. de estudio. Más en detalle, la cobertura
La complicación surge cuando se necesi- de una especie se define a partir de la
ta precisar el concepto de hábitat, ya que los superficie que ocupa su proyección
factores que los caracterizan pueden ser com- sobre el suelo -la de su área basal o la de
plejos o poco conocidos y, además, habrá que su copa en el caso de un árbol-. No hay
considerar sus interacciones y las distintas que confundir la cobertura con la densi-
manifestaciones que el suelo, el clima o la dad o número de individuos por unidad
topografía pueden presentar en determinados de superficie.
lugares o momentos. Por otra parte, no todas Altura de la vegetación: muchas veces se refie-
las plantas han alcanzado todos los territorios re sólo a la altura de las hojas sobre el
y, por tanto, la flora presente en un determina- suelo, pero en el caso de los pastos es
do hábitat guardará relación con su situación conveniente registrar también la de las
geográfica y la historia del lugar donde se inflorescencias. La altura, al igual que la
encuentre. Además, en el caso de los pastos, cobertura, puede ser medida a lo largo
habrá que considerar de forma muy especial el de un transecto o en puntos selecciona-
papel de los herbívoros cuya actuación más o dos al azar. Ambos parámetros definen
menos prolongada condiciona como hemos un primer nivel fisionómico de las
visto la propia estructura y evolución de la comunidades vegetales y permiten su
vegetación. separación rápida y sencilla aunque
A pesar de todas estas dificultades, el insuficiente por la variación espacial
concepto de comunidad vegetal está amplia- que pueden presentar. Por otra parte,
mente extendido y resulta muy útil -quizás altura y cobertura guardan una estrecha
imprescindible- para acometer la interpreta- relación con la biomasa o cantidad de
ción de nuestro entorno. materia vegetal de un pasto y condicio-
nan el régimen de pastoreo por los dis-
Estructura de los pastos tintos requerimientos y adaptaciones de
La estructura de las comunidades vegetales es los herbívoros.
la organización espacial de las plantas Composición florística: en su forma más sen-
que la constituyen y puede ser definida cilla se expresa mediante la lista de plan-
mediante numerosos aspectos cuya tas presentes en una determinada comu-
medición puede abordarse por distintas nidad vegetal. Esta lista puede recoger

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Fig. 8.5. Desarrollo fenológico de Helictotrichon sedenense en pastos del Festucion gautieri del Valle de Aísa (Pirineo de Huesca). Debido a la
altitud de la estación muestreada (2100 m), se observa el máximo desarrollo vegetativo en la segunda quincena de Agosto, mientras que a
finales de Septiembre más de la mitad de los ejemplares aparecen secos o en período de agostamiento.

Fig. 8.6. Espectro fenológico de algunos tipos de pasto en el Valle de Aísa el 15 de septiembre de 1991. La leyenda de colores es la misma
que en la figura anterior. Puede observarse que en esa fecha, los pastos del Festucion eskiae y F. gautieri presentan un grado de agostamien-
to mucho mayor que el resto.

de forma pormenorizada las especies de la composición florística deberá indi-


presentes o bien la de grupos fiso- car la abundancia de cada planta
nómicos, funcionales (por ejemplo mediante el uso de alguna escala numé-
“gramíneas”, “leguminosas” y “otras rica, como la que se explica más adelan-
especies”, o monocotiledóneas-dicotile- te para el caso de los inventarios fito-
dóneas). Una descripción más detallada sociológicos y otras aproximaciones

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metodológicas que suelen utilizar la Biomasa y producción primaria: La biomasa
cobertura de cada especie. es la cantidad de materia vegetal presen-
Diversidad: es unos de los parámetros más te en una determinada superficie y en
utilizados actualmente en ecología para un determinado momento. Se expresa
definir la estructura y comparar comu- en unidades de peso de materia seca por
nidades. En este mismo capítulo, más superficie (g/m2, kg/ha, etc.). Por lo
adelante, se hace una mención detallada general, la medida de la biomasa se
de este concepto y de su medición. reduce solo a la de la parte aérea (“abo-
Fenología: define las distintas fases por las que veground”) por la dificultad de acceder
pasa una planta a lo largo de su desarro- a la materia subterránea (rizomas, bul-
llo que suelen seguir un ritmo periódico bos, raíces, etc.) y porque, en general,
(brotación, floración, dispersión de ésta no tiene interés para la utilización
semillas, agostamiento, etc.) más o pastoral. Puede distinguirse la biomasa
menos similar a lo largo de los años. El “verde” de la “seca” o de la “muerta” -
desarrollo fenológico tiene una gran necromasa-. Como se comprende fácil-
importancia no sólo en el aspecto que mente, la biomasa es un aspecto muy
una comunidad vegetal presenta en un importante a la hora de evaluar el inte-
determinado momento sino también en rés pastoral de las distintas comunida-
su calidad nutritiva que varía a lo largo des vegetales y la potencialidad de su
de dicho desarrollo y, por tanto, en el aprovechamiento por los diferentes
aprovechamiento temporal de los recur- herbívoros. La diferencia de biomasa en
sos pascícolas. La fenología de la comu- un intervalo de tiempo es la “produc-
nidad viene definida por la de las distin- ción” (a veces denominada “productivi-
tas plantas que la componen y está muy dad”). Habitualmente se denomina
influenciada por las características mor- “producción primaria” el crecimiento
fológicas y fisiológicas de las especies y neto de la vegetación en un período
también por los factores climáticos del vegetativo (por lo general un año) y se
entorno y su variación anual. En gene- expresa en peso por unidad de superfi-
ral, las plantas de los pastos permanecen cie y tiempo (por ejemplo g/m2 y año).
con la parte aérea seca durante todo el Tanto la biomasa como la producción
otoño, invierno y parte de la primavera primaria se suelen estimar a partir de la
y completan su ciclo vegetativo a lo siega de parcelas en la zona de estudio
largo del verano (figuras 8.5 y 8.6). Con la para su posterior secado y pesaje. Un
altitud se produce un retraso y un acor- mayor detalle sobre estas dos variables y
tamiento del desarrollo fenológico que su medición se explica en el capítulo 12.
queda reducido a unas pocas semanas
en las zonas más elevadas. No obstante Métodos para estimar la
lo anterior, podemos encontrar algunas estructura de los pastos
excepciones a este comportamiento Existen distintos métodos para medir la
general, especialmente en los geófitos estructura de la vegetación y, más en concreto,
(plantas con bulbo o rizoma) y en las la de los pastos. En otros capítulos de este
escasas plantas anuales de las zonas libro se mencionan algunos de ellos desti-
altas. nados a cuantificar la composición florística y

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la contribución específica de los prados y pas- la zona de estudio, por ejemplo con una cinta
tos; más adelante se explica en detalle el uso de métrica, sobre la que se consideran puntos de
la metodología fitosociológica a partir de la muestreo definidos mediante un intervalo
realización de inventarios de vegetación. Sea determinado (1 cm, 10 cm, etc.) en el que se
cual sea la metodología elegida, un asunto realiza la toma de datos en un cuadrado o en
previo de gran interés es la selección de la un punto. El método denominado “point qua-
zona y del área de muestreo, de manera que drat” es uno de los más tradicionales utiliza-
resulten representativas del territorio que se dos en los estudios de vegetación (Goodall,
pretende estudiar. En algunos casos esta repre- 1952) y también uno de los más extendidos;
sentatividad se asume a partir de la experien- su precisión debe ser ajustada a la superficie
cia del “muestreador” que decide la zona de del estudio, de manera que puede realizarse a
estudio tal como se hace muchas veces en los lo largo de unos pocos centímetros o bien de
inventarios de vegetación. En otros casos centenares de metros, como en el ejemplo que
resultará más conveniente seleccionar varias se muestra más adelante y que corresponde a
parcelas “al azar” a modo de repeticiones un estudio realizado en el Valle de Aísa
mediante un diseño previo sobre el mapa, (Huesca). Estos transectos lineares son espe-
la fotografía aérea o directamente sobre el cialmente útiles cuando se pretende interpre-
terreno. tar los cambios en la vegetación a lo largo de
Una vez seleccionada la zona de estudio un gradiente, ya sea topográfico (altitudinal,
se puede proceder a definir la composición de pendiente), edáfico (espesor del suelo, pH)
florística. Entre los métodos más usados para o bien de uso por los herbívoros.
conocer las especies presentes, su frecuencia y El método del “point quadrat” requiere
cobertura vegetal en comunidades herbáceas, realizar contactos sobre la vegetación mediante
podemos citar el de los “cuadrados” o “distri- la proyección de una aguja de forma perpendi-
bución en un cuadrado” que utiliza un basti- cular al suelo o bien con otra inclinación
dor de 1 m de lado dividido por una fina cuer- determinada previamente (figura 8.7a y b). El
da en 100 cuadrados de 1 dm2, que a su vez intervalo espacial para efectuar los contactos se
pueden subdividirse en cm2, etc. Para cada elige en relación con el tipo de vegetación, la
especie se estima el número de cuadrados longitud del transecto y la precisión que se
ocupados lo que dará una medida directa de requiera en el estudio. En los prados se realizan
su cobertura. a veces muestreos muy precisos sobre tran-
Lógicamente, tanto el tamaño del cua- sectos fijos de 1 m, realizando los contactos
drado mayor como el de las subdivisiones a cada cm (en otras ocasiones cada 2 o 5 cm); en
considerar deben adecuarse al tipo de vegeta- estudios de pastos extensivos la longitud de los
ción y a los objetivos del estudio. Por otra transectos es, como ya se ha comentado,
parte, en superficies grandes convendrá inten- mucho mayor (hasta 100 o 200 m) y en este
sificar el muestreo y repetir el número de cua- caso los “contactos” se pueden efectuar cada 10
drados por toda la zona de estudio o por las o 20 cm. La distancia entre los contactos
distintas comunidades de pastos; en este caso vendrá determinada por el esfuerzo de mues-
habrá que decidir si el muestreo se realiza de treo que se quiera realizar y por el tipo de
manera aleatoria o sistemática. vegetación de que se trate, ya que cuando exis-
Los “transectos” o “inventarios lineares” ta predominio de plantas con reproducción
se efectúan a lo largo de una línea trazada en vegetativa y crecimiento clonal (el cervuno,

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Fig. 8.7a. Muestreo de la vegetación mediante inventarios o transectos lineares con “point quadrat”. En el presente esquema, los
transectos se han realizado en dos ejes perpendiculares de 200 m y en cada punto muestreado se han recogido los parámetros señalados
en el cuadro del centro. En la fotografía de la derecha se puede observar una cinta métrica para dirigir el muestreo junto a una grabadora
de voz que permite optimizar la toma de datos por un único muestreador.

por ejemplo), una distancia más corta tenderá Figura 8.7a. El tratamiento posterior de estos
a sobreestimarlas en detrimento de las especies datos permite establecer aspectos estructurales
de menor tamaño y abundancia más escasa. En de la vegetación, tal como se refleja en la
cada uno de estos puntos muestreados, se ano- tabla 8.1 correspondiente a un área pastoral del
tan los valores correspondientes a una serie de Valle de Aísa. Otro aspecto que hay que decidir
parámetros como los que se señalan en la en esta metodología es si el “contacto” se limita

Fig. 8.7b. Marco para hacer muetreos de “point quadrat”. Las agujas se hacen incidir sobre la vegetación para conocer la composición flo-
rística y otros aspectos de su estructura.

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Tabla 8.1. Listado parcial de vegetación (se han representado solo las especies ordenadas alfabéticamente hasta la letra “f”) obtenido en
un transecto linear mediante “point quadrat” realizado en Julio de 1991 y correspondiente a un pasto dominado por Festuca nigrescens en
el Valle de Aísa. La primera columna muestra las especies contactadas; la segunda, el número de contactos realizados; la tercera, la
frecuencia de cada especie; las dos siguientes, el porcentaje de individuos secos y verdes de cada especie y la última columna, el porcen-
taje de contactos sobre cada especie que aparecían comidos por el ganado. Al final de la tabla puede verse la relación entre materia verde
y seca para el conjunto de la comunidad, la relación de los contactos en plantas frente al total (suelo, piedras, etc.), los índices de diver-
sidad y el porcentaje de utilización por los herbívoros. Todos los valores se han obtenido a partir del total de 2000 contactos realizados en
cada parcela.

al primer punto interceptado en la vegetación Otro método muy utilizado para describir la
o bien se anotan todas las intercesiones hasta estructura de la vegetación es la toma de
alcanzar la superficie del suelo. Esta segunda inventarios en los que se listan las especies y
opción resulta más compleja, pero es más otros aspectos de la comunidad en parcelas
apropiada cuando se trata de conocer en deta- seleccionadas. Una aproximación muy simple
lle la estructura vertical de la comunidad vege- consiste en anotar únicamente las dos o tres
tal y representa de forma más fiel la biomasa especies más abundantes y su cobertura que
aérea. posteriormente se utiliza para definir el tipo

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Fig. 8.8. Pastos del Valle de Aísa mostrando algunos aspectos de la estructura de las principales comunidades vegetales del puerto. 1.: super-
ficie total ocupado por cada comunidad (en porcentaje del total); 2.- cobertura vegetal; 3.- número de especies; 4.- nº de especies con cober-
tura mayor del 1 %; 5.- índice de Shannon; 6.- índice de Pielou; 7.- índice de Simpson; 8.- grado de utilización por herbívoros en porcentaje
de contactos que se han observado comidos en cada parcela. El cuadro central inferior muestra la temperatura media anual (T) y la duración
del periodo vegetativo en días (PV) cada 200 m de altitud. (Foto: D. Gómez)

de vegetación (a veces denominado “facies”) y para conocer las épocas óptimas de pastoreo.
así se habla, por ejemplo, de “pastos de festu- Por último, la repetición de los muestreos a lo
ca-agrostis”. En el método fitosociológico que largo de varios años, resultará muy apropiada
se explica más adelante, los inventarios son para conocer aspectos de la vegetación relacio-
mucho más detallados y, junto a un listado nados con las variaciones climáticas o con la
pormenorizado de todas las especies, se carac- propia dinámica de los pastos y para detectar
terizan los principales factores ambientales. la presencia de plantas que pueden pasar
Sea cual sea el método elegido, en el desapercibidas si la observación se reduce a un
estudio de grandes superficies con pastoreo momento del año determinado.
extensivo resulta conveniente realizar distintas El posterior tratamiento de los datos
parcelas de muestreo ya sea seleccionadas al permite conocer, junto a la composición flo-
azar o bien repartidas (estratificadas) a lo rística detallada, distintos índices de diversi-
largo del gradiente altitudinal en las distintas dad, la relación de la materia verde y seca, las
áreas de pastoreo, en las diferentes topografías, distintas fases fenológicas y las especies que
etc. Además, la repetición de los muestreos a han sido consumidas por los herbívoros. Con
lo largo del año o bien durante el período de estos datos podemos estudiar la estructura de
utilización por los herbívoros, suministrará los pastos, tal como se resume en la figura 8.8 y
datos sobre la variación estacional de las su variación estacional o interanual.
comunidades que, a su vez, resultará de interés

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Fig. 8.9. Confluencia espacial de distintos tipos de pasto en la alta Fig. 8.10. Las comunidades vegetales traducen condiciones am-
montaña. En las laderas pedregosas dominan formaciones del bientales homogéneas, como muestra la fotografía donde pueden
Festucion gautieri, mientras en la zona llana se observa una intro- verse los pastos del Caricetum nigrae en los suelos inundados de la
gresión de pastos del Nardion strictae en comunidades de Paul de Bernera (Aragüés del Puerto) en evidente contraste con los
Primulion intricatae (Montaña de Sesa, Parque Nacional de Ordesa, del Crepidetum pygmaeae de las laderas pedregosas con suelo muy
Huesca). (Foto: D. Gómez) inestable. (Foto: D. Gómez)

¿Cómo definir las unidades de pastos? suelen ser las más abundantes sobre el terreno.
La fisonomía de los pastos de montaña, Más bien al contrario, los pastos presentan
muchas veces con aspecto ralo y apariencia muchas veces una gran variabilidad en su
homogénea “a primera vista”, unida a su gran estructura y composición florística y, a menu-
heterogeneidad espacial y a la complejidad do, aparecen comunidades que tenemos que
florística que presentan, con abundantes es- interpretar como “mezclas”, “complejos” o for-
pecies de tipo “graminoide”, dificulta su re- mas de transición, ya sea debido a condiciones
conocimiento, estudio y clasificación. Además, ecológicas poco constantes (debidas a la hete-
la intrincada topografía de la alta montaña da rogeneidad espacial), o a procesos dinámicos
lugar a mosaicos complejos de vegetación que de transformación o transición de una comu-
obligan a un esfuerzo añadido a la hora de nidad en otra por algún cambio en el ambiente
realizar la cartografía. Por otra parte, como ya o por modificaciones de la gestión ganadera
se ha señalado, un mapa de vegetación preciso (cambios en el reparto de cargas, instalación de
y detallado resulta fundamental a la hora de infraestructuras, etc.).
desarrollar planes de ordenación, gestión y La identificación y delimitación de los
conservación de pastos y, por tanto, el recono- tipos de pasto requerirá, además de cierta
cimiento de las distintas unidades que los con- experiencia y conocimiento de la flora, un
forman resulta imprescindible para abordar buen conocimiento del terreno y un detallado
esas tareas. análisis de los factores ambientales que los
Además, la gran complejidad y dinamis- determinan.
mo de las comunidades pascícolas en compa- La clasificación fitosociológica está ba-
ración con bosques y matorrales todavía añade sada en la distinción y ordenación jerarquiza-
más dificultad a su clasificación y exige consi- da de comunidades vegetales y, aunque al
derar y reconocer su variabilidad en el espacio igual que se ha comentado para la comunidad
y en el tiempo. Como sucede en muchos otros vegetal, es objeto de cierta polémica, resulta
tipos de clasificación, las unidades que se útil porque reúne la más exhaustiva informa-
definen sirven para identificar comunidades ción sobre vegetación en Europa y está basada
“puras” o claramente caracterizadas que no en numerosos datos y tablas de vegetación.

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De acuerdo con este sistema de clasificación, la que contempla únicamente las dos o tres
la comunidad vegetal debe presentar un alto plantas más abundantes -“dominantes”- y así
grado de uniformidad en su estructura, lo que se puede hablar de pastos de Festuca rubra y
nos facilitará distinguirla de las comunidades Trifolium pratense o de “raigras”, trébol blanco
que le rodean y con las que forma un mosaico y festuca, etc. Si se trata sin más de dar una
reconocible de vegetación. De esta manera, descripción general, esta distinción puede ser
podemos considerar que el paisaje pastoral suficiente, pero cuando hay que constatar
puede ser descompuesto en distintas superfi- aspectos ecológicos característicos de cada
cies discretas que se repiten sobre el terreno y comunidad, se hará necesario un mayor nivel
que ofrecen un aspecto diferente según las de precisión. En ese caso habrá que detallar
características florísticas y fisonómicas de las todas las especies que conforman cada unidad
comunidades vegetales que lo ocupan. Esta mediante la realización de inventarios o bien
evaluación de la vegetación debe ajustarse a con transectos o inventarios lineares como ya
los objetivos que se persigan y a la escala en la se ha comentado.
que se esté trabajando; ya se trate de pequeñas
parcelas de algunos centímetros cuadrados, ya La Fitosociología y la clasificación fitosociológica
de prados o de pastos de centenares de hectá- La parte de la botánica que estudia la vegeta-
reas, habrá que realizar el “ajuste” adecuado ción es la sociología vegetal, fitocenología o
para buscar la uniformidad o heterogeneidad fitosociología basada en el hecho de que las
del terreno a esa misma escala. plantas no se distribuyen al azar sino que se
Cada comunidad vegetal o tipo de pasto agrupan por afinidades ecológicas. Es decir,
puede ser definido e identificado por alguna que grupos más o menos uniformes de plan-
de sus características más llamativas o bien tas, se encuentran de manera regular en
mediante una descripción con el mayor deta- ambientes que presentan características simi-
lle posible. Una vez más, nos encontramos lares. La fitosociología (en definición de
ante el dilema de que cuanto más esfuerzo de Guinochet, Lebrun y Molinier en el Congreso
muestreo realicemos, mayor será la informa- de Botánica de Paris de 1954) puede definirse
ción y habrá que saber ajustar el detalle a los como “el estudio de las comunidades vegetales
objetivos y medios disponibles. La cobertura desde un punto de vista florístico, ecológico,
de la vegetación, por ejemplo, podría ser un dinámico, corológico e histórico”.
parámetro sencillo para diferenciar con poco A lo largo del pasado siglo se han desarrollado
esfuerzo pastos más o menos densos de los distintas escuelas de fitosociología pero la más
ralos o incluso podríamos considerar también ampliamente extendida en nuestro territorio y
la altura de la comunidad (pastos densos y en muchos países de Europa, al menos en
altos, pastos ralos y bajos, etc.); se definen a estudios de vegetación, es la denominada de
veces también los pastos como higrófilos, Zurich-Montpellier o “de Braun-Blanquet”, en
xerófilos o mesófilos según se críen sobre honor a su fundador (Braun-Blanquet, 1979).
suelos muy húmedos, muy secos o con carac- Esta escuela ha desarrollado un sistema de cla-
terísticas intermedias. Pero por lo general, la sificación de las comunidades vegetales basa-
separación de los pastos de una manera más do en la composición florística y, de forma
precisa se hace en relación con su composi- más precisa, en la presencia de plantas “carac-
ción florística, es decir a partir de las especies terísticas” (las que se encuentran de manera
que los conforman. Una separación sencilla es típica en una comunidad) y “diferenciales” (las

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Tabla 8.2. Categorías o “sintaxones” de la clasificación fitosociológica en orden decreciente. En la segunda columna se muestra la
asociación, alianza, orden y clase de un prado de siega común en el Pirineo y en la tercera de un tipo de pasto calcícola. Se han escrito en
negritas los sufijos que caracterizan cada nivel clasificatorio.

que están en una comunidad y no en otra y nivel sintaxonómico está definido en un


por tanto resultan útiles para distinguir “inventario tipo” y queda denominado por un
ambas) que sirven para definir cada unidad. sufijo que acompaña el nombre de las plantas
Estas plantas “clave” no son necesariamente características como se muestra en la tabla 8.2
las más abundantes y, más bien al contrario, se La unidad básica de trabajo en esta cla-
trata en muchos casos de plantas escasas pero sificación (y también la unidad “concreta”
que sirven para caracterizar con más rigor los frente a la “abstracta” que constituye la asocia-
distintos tipos de vegetación y permiten dis- ción) es el inventario fitosociológico que con-
tinguirlos de otros similares. La unidad básica siste en un listado exhaustivo de las plantas
de esta clasificación es la “asociación” o con- junto a unos índices que identifican la
junto de plantas que se encuentran en un abundancia y la sociabilidad de cada una
hábitat concreto con unas características de ellas. Los inventarios son agrupados por
ecológicas uniformes. “Una asociación es grado de afinidad florística en unidades de
una comunidad vegetal de composición amplitud creciente de forma similar a la
florística determinada, propia de condi- escala taxonómica.
ciones ecológicas uniformes y de fisionomía En un inventario, junto a la lista de
homogénea” según la definición oficial dada todas las especies observadas, se toman los
en el Congreso de Botánica de Bruselas en datos correspondientes a la altitud, orienta-
1910 por Flahault y Schröter. ción, pendiente, cobertura y altura de la vege-
Por encima de esta unidad de vegetación tación, tipo y profundidad del suelo y superfi-
o “sintaxon”, se sitúan de forma jerárquica la cie en la que se realiza el inventario (figura 8.11).
“alianza”, el “orden” y la “clase” y por debajo se Para determinar la superficie habrá que tener
pueden definir “subasociaciones” y otras uni- en cuenta los mismos aspectos que se han
dades de menor entidad, de manera similar a comentado para otras metodologías (tipo de
la clasificación lineana de los seres vivos. Cada vegetación, objetivos de su estudio, número
Tabla 8.3. Escala de 1 a 5 para asignar la cobertura y la sociabilidad a cada taxon en un inventario fitosociológico. (ver también la figura 8.11
con un ejemplo de inventario).

88 | cap.8
Fig. 8.11. Ejemplo de inventario de vegetación correspondiente a un cervunal subalpino bastante común en los pastos pirenaicos.

de inventarios que se van a realizar, compara- estudio es extensa y aparentemente homo-


ción con otros territorios que se pretendan génea, los inventarios pueden realizarse en
efectuar, tamaños considerados en estudios ya zonas elegidas al azar, pero en otras ocasiones
disponibles, etc.). En muchos casos, en parti- en que muchos tipos de pasto se extienden
cular en los prados, se utiliza una superficie por pequeñas superficies (vegetación fontinal,
de uno o pocos metros cuadrados, pero en ventisqueros, etc.) habrá que realizar el inven-
pastos de montaña, a veces con abundancia tario allá donde esas comunidades resulten
de arbustos o de plantas con crecimientos conspicuas para poder tener posteriormente
vegetativos que pueden abarcar superficies información sobre su estructura.
notables, puede resultar útil una superficie Como en todas las aproximaciones a la
algo mayor (10, 15 o incluso 25 m2). Sea cual comprensión de la naturaleza, el método
sea la superficie elegida, hay que tener en fitosociológico está sujeto a distintas críticas
cuenta si se quieren realizar comparaciones basadas en la subjetividad de la aproximación
con otros territorios, que en muchos estudios y en el propio concepto de comunidad vegetal
la diversidad suele venir referida a un área de que ya se ha mencionado. En cualquier caso, la
1 m 2. ventaja de este método radica en su amplia
Más importante aún que la superficie a utilización, especialmente en el campo de la
estudiar en un inventario resulta elegir esa botánica y, por tanto, existe abundante infor-
superficie de forma que comprenda una zona mación disponible (miles de inventarios para
lo más homogénea posible en cuanto a los el Pirineo y decenas de miles para el conjunto
factores ambientales (topografía, tipo de de Europa) y muchos mapas de vegetación
roca, etc.) y al tipo de vegetación. Si el área de basados en este método. Por otro lado, la

cap.8 | 89
nomenclatura utilizada resulta tediosa y com-
plicada de manejar, especialmente para quie-
nes no estén familiarizados con los nombres
latinos. Además, el reconocimiento de unida-
des sobre el terreno requiere cierto nivel de
conocimientos florísticos y experiencia para
interpretar las comunidades vegetales que,
como ya se ha señalado, no siempre resultarán
fácilmente identificables con las unidades Fig. 8.12. La concentración del ganado en zonas por lo general ven-
definidas. En cuanto a la eficiencia del méto- teadas y poco pendientes da lugar a la aparición de majadas cuya
composición florística y fenología contrasta fuertemente con el
do, si bien la toma de datos se hace muchas
resto de la vegetación, como puede apreciarse en esta fotografía
veces con criterios personales (por ejemplo la tomada en el Valle de Castanesa. (Foto: D. Gómez)
asignación de los valores de abundancia y
sociabilidad o la propia selección del área a miento del planeta. Todavía no tenemos cons-
inventariar) y adolece por tanto de la objetivi- tancia del incremento de las plantas más “ter-
dad de otros métodos y la precisión de una mófilas” y del desplazamiento de los distintos
medición detallada, la relación entre la infor- tipos de pasto hacia altitudes más elevadas de
mación recogida y el tiempo necesario para su las que ocupan actualmente, como pronosti-
obtención resulta muy apropiada para el estu- can cada vez más estudios.
dio extensivo de pastos. Mucho más conspicuos nos resultan los
cambios debidos a las modificaciones en el
La dinámica de los pastos suelo, y más en concreto, a su fertilidad. Es
Este concepto se refiere a los cambios en el fácilmente observable la existencia de plantas
tiempo de su estructura y a la sustitución de y comunidades favorecidas o resistentes a altas
unas comunidades por otras en relación con concentraciones de nitrógeno, potasio y otros
la variación de los factores ambientales, in- nutrientes que, en cantidades más o menos
cluido el tipo de utilización animal y el mane- elevadas, pueden resultar letales para muchas
jo humano. especies. En las zonas denominadas majadales
Más adelante se hará mención a las complejas (figura 8.12), predominan plantas de gran talla
interacciones entre factores “abióticos” y “bió- que a menudo resultan de escasa palatabilidad
ticos” que determinan los ecosistemas pasto- o bien muestran defensas en forma de pin-
rales y es fácil deducir que su dinámica resulta chos, espinas, pelos urticantes, etc. (Cirsium
igualmente compleja. Mínimos cambios en el eriophorum, Eryngium bourgatii, Urtica dioi-
clima, la topografía, las características edáficas ca). A la abundancia de fertilidad hay que aña-
o la acción de los herbívoros, se traducirán en dir en algunos lugares el pisoteo que tiene un
modificaciones dentro de la comunidad vege- efecto todavía más drástico para la vegetación.
tal o incluso en la sustitución de una comuni- Algunas plantas como Poa supina, Taraxacum
dad por otra. pyrenaicum o Plantago media se adaptan a
Los cambios en el clima general están estas condiciones que aparecen, por ejemplo,
cobrando gran protagonismo en nuestros días en los “saladeros” o zonas donde se reparte
pero en el caso de los pastos de montaña dis- periódicamente sal al ganado.
ponemos todavía de pocos datos que nos per- En el otro extremo, la disminución del
mitan conocer las consecuencias del calenta- pastoreo da lugar a la recuperación de la

90 | cap.8
Fig. 8.13. La disminución de los herbívoros está propiciando la Fig. 8.14. La remoción del suelo ocasionada por la acción del
invasión de los pastos por algunas especies como el helecho jabalí (en primer plano) ocasiona un cambio drástico de las
(Pteridium aquilinum) o la escoba (Genista florida), como puede comunidades vegetales debido a la sustitución de buena parte de
apreciarse en esta fotografía de Guarrinza (Valle de Hecho, Huesca). la flora como muestra esta fotografía del Aguatuerta de Ansó.
(Foto: D. Gómez) (Foto: D. Gómez)

vegetación primordial o “potencial” que en las las zonas hozadas con las consiguientes altera-
zonas del piso montano y subalpino corres- ciones en la vegetación (figura 8.14).
pondería a bosques de caducifolios o conífe- Pero no todos los cambios en los pastos
ras. A menudo, esta lenta transición hacia el se deben a la acción de los animales. En la alta
bosque se inicia con una primera colonización montaña la acción del clima y de la gravedad
por alguna especie dominante herbácea y pos- contribuyen de forma determinante a la diná-
teriormente arbustiva que reduce muchas mica de la vegetación. La permanencia de la
veces la diversidad del pasto y su valor nutriti- nieve en algunos enclaves puede exceder en
vo (figura 8.13). Tal sucede con Brachypodium varios meses a lo que acontece apenas unos
pinnatum, Festuca paniculata subsp. spadicea, metros más allá y en los suelos que quedan
Pteridium aquilinum, Juniperus communis, tempranamente descubiertos, la acción del
Calluna vulgaris, Cytisus oromediterraneus o hielo y deshielo configurará unas comunida-
Echinospartum horridum por citar solamente des exclusivas. Algo similar ocurre con las
algunas de las especies más conspicuas en el reservas de agua y su disponibilidad a lo largo
actual proceso de embastecimiento y matorra- del verano; la inundación permanente y la
lización del Pirineo. sequía pueden aparecer en estrecha vecindad
Mucho más rápidos y drásticos resultan cuando varía la pendiente o el espesor del
los cambios en la vegetación inducidos por la suelo. Además, el continuo proceso de erosión
acción de algunos animales que provocan edáfica en las laderas más pendientes, su
movimientos u otras alteraciones en el suelo y, acumulación en las concavidades, la perdida
de esta manera, favorecen la expansión de de cationes por el lavado del suelo con su
determinadas especies (entre ellas muchos consiguiente acidificación o, por el contrario,
geófitos) y la disminución o desaparición de su incremento por una mayor influencia de la
algunas otras, que resultan muchas veces roca madre tras procesos erosivos, desenca-
dominantes en el pasto original (Nardus denan cambios constantes en la vegetación.
stricta, Festuca nigrescens, F. eskia, Trifolium En la alta montaña la complejidad de estos
alpinum). En los últimos años la expansión procesos unida a la de la propia topografía
del jabalí está ocasionando un incremento de da lugar a una gran heterogeneidad de la

cap.8 | 91
los pastos que se traslada muchas veces al espaciales a las temporales. Las “exclusiones”
interior de sus comunidades, dificultando su o zonas valladas donde se impide la entrada
clasificación. de grandes herbívoros y se observa la evolu-
ción temporal de los pastos es una herra-
El estudio de la dinámica de pastos mienta fundamental para los estudios de
Existe muy poca información sobre la diná- dinámica de la vegetación aunque en nuestro
mica de los pastos de las montañas peninsu- país apenas existen observaciones de este
lares y su conocimiento resulta de gran tras- tipo. Por lo general resulta más sencillo esta-
cendencia para poder predecir la evolución blecer pequeñas superficies excluidas me-
de las áreas pastorales tras los cambios acon- diante vallados móviles (por ejemplo “jaulas”
tecidos en la práctica ganadera durante las de 0,5 x 0,5 m) de forma que el ganado no
últimas décadas. A diferencia de algunas pueda acceder a ellas y podamos estudiar as-
otras regiones de Europa, apenas disponemos pectos relacionados con la biomasa, la pro-
de mapas de pastos o registros florísticos ducción, la composición florística y el consu-
antiguos que nos permitan conocer e inter- mo. En este caso habrá que contar con un
pretar los cambios en las áreas pastorales. La número suficiente de zonas de muestreo y
dinámica de los pastos puede ser estudiada considerar el efecto de atracción que estas
mediante la observación en diferentes inter- instalaciones ejercen sobre los herbívoros y
valos de tiempo ya sea en parcelas fijas, tran- su consiguiente afección. Los vallados per-
sectos, etc. Pero cuando nos situamos en los manentes en superficies grandes resultan más
de alta montaña, estas variaciones pueden ser apropiados para reducir el impacto de la
muy lentas, (del orden de décadas o siglos) y propia valla y la atracción de los herbívoros
habrá que recurrir a la observación en el pero, lógicamente, requieren un mayor esfuer-
terreno que permita extrapolar las secuencias zo para su instalación y mantenimiento.

Fig. 8.15. Cercado en el Llano de Tripals (Parque Nacional de Ordesa) para el estudio de la dinámica de pastos en ausencia de pastoreo. Los
diagramas de la derecha muestran el comportamiento de Merendera montana (arriba) y Plantago alpina (abajo) dentro y fuera de la exclu-
sión, entre los años 1992 y 1996.

92 | cap.8
Al igual que se ha comentado al mencionar los abierto la posibilidad de realizar seguimientos
Sistemas de Información Geográfica, los gran- periódicos de la estructura y la dinámica de
des avances alcanzados en los últimos años en los pastos que resultaban impensables hasta
la obtención y análisis de imágenes, propor- hace pocos años.
cionan nuevas herramientas para el análisis de La interpretación dinámica de los pastos
los paisajes de pastos y su dinámica. También puede sintetizarse de forma esquemática
a pequeña escala, la facilidad de manejo unida situando espacialmente los distintos tipos
a la resolución de la fotografía digital han de vegetación y los factores ecológicos que

Fig. 8.16. Esquema de las principales comunidades vegetales de un puerto del Pirineo y de los principales factores ecológicos que parecen
condicionar su situación y dinámica. Con la altitud aumentan la pendiente, la pedregosidad e inestabilidad de los suelos, la innivación y las
áreas con escasa vegetación o sin ella. Dicho de otro modo, el incremento de altitud va parejo a la disminución del periodo vegetativo, de la
fertilidad del suelo, la riqueza general de especies, la cobertura vegetal, su biomasa, producción primaria y la presión de los herbívoros.

cap.8 | 93
promueven los cambios. Este tipo de esque- nes más destacables, lo que pone de mani-
mas se han desarrollado más en los bosques y fiesto la enorme importancia que la ganadería
matorrales, principalmente en relación con la ha jugado hasta fechas muy recientes y su
topografía (“transectos fitotopográficos”) o potencial económico y ecológico.
con algún factor ecológico que altera la suce- Aparte de su extensión e interés econó-
sión vegetal (fuego, tala, etc.) pero resultan mico como soporte de la economía ganadera,
mucho más escasos en los pastos supraforesta- los pastos caracterizan el paisaje de montaña
les. El que se representa en la figura 8.16 incluye y, desde una perspectiva ecológica, atesoran
sólo algunas comunidades del Pirineo ara- notables valores en especies animales y vegeta-
gonés y sus relaciones de forma simplificada les, comunidades, interacciones, etc. Dejando
y aproximada. por el momento a un lado el interés forrajero
de los pastos, su valor ecológico debe ser con-
Caracterización ecológica siderado a la hora de desarrollar planes de uso
de los pastos y valoración o gestión ganadera y, de manera especial,
Los pastos permanentes ocupan vastas exten- cuando se trata de áreas de gran interés
siones en muchas zonas de Europa al igual medioambiental como es el caso de los
que sucede en los Pirineos, Montes Espacios Naturales Protegidos con utilización
Cantábricos, Sistema Ibérico y otros territo- pastoral. Vamos a repasar distintos aspectos y
rios montañosos del sector norte peninsular. criterios que nos permitan interpretar y cuan-
En el caso del Pirineo de Aragón, los pastos tificar el “valor ambiental” de unas comunida-
alpinos y subalpinos se extienden por más de des que, por otra parte, entrañan una alta
1400 km2, entre los 1800 m de altitud y las complejidad y dificultad para su estudio.
cumbres más elevadas, lo que supone alrede-
dor de un 10 % de ese territorio montañoso y Criterios para valorar el
eso sin considerar las amplias superficies interés ecológico de los pastos
deforestadas del piso montano, que constitu- Existe un gran número de parámetros para
yen áreas de pastoreo de otoño y prima- distinguir los distintos tipos de pastos y para
vera, los prados, etc. En algunos municipios tratar de interpretar su distribución, estructu-
pirenaicos como Ansó, Fanlo o Benasque, esta ra y dinámica pero algunos de ellos resultan
superficie pastoral todavía alcanza proporcio- más conocidos, ya sea por resultar más fácil su
medición, ya por su mayor trascendencia a la
hora de considerar la explotación por los her-
bívoros. En los últimos años, de forma pareja
a la declaración de áreas protegidas, ha au-
mentado notablemente el interés por la valo-
ración ecológica de distintos ambientes y
territorios que hay que tener en cuenta para
poder realizar posteriormente comparaciones
(Gehu y Gehu, 1980; Margules y Usher, 1981;
Smith y Theberge, 1986). Entre los parámetros
más utilizados para realizar estas valoraciones
Fig. 8.17. Los ecosistemas pastorales reúnen una parte muy nota-
ble de la riqueza de especies, comunidades y paisajes en las mon-
podemos comentar los siguientes:
tañas de nuestro territorio.

94 | cap.8
Diversidad superficie de 1m2 (número de especies por m2)
La diversidad es uno de los criterios más utili- que se selecciona en puntos elegidos al azar o
zados durante las últimas décadas en muchos en las diferentes unidades de vegetación; en
estudios de ecología y, sin embargo, no existe otras ocasiones cuando se trata de comunida-
una definición fundamental sobre el término. des con muchas especies o con estructura
En su acepción más simple la diversidad es vertical compleja, por ejemplo los prados,
una medida de la “variación”, la “heterogenei- podemos optar por una superficie más re-
dad” o la “diferencia” y puede ser aplicada a ducida (0’5 m2 o incluso menos) mientras que
distintos aspectos de un territorio (formas en pastos de baja cobertura puede resultar
geológicas, topografía, etc.). En el caso de los más apropiado una superficie mucho mayor
pastos podríamos hablar de la diversidad de (10, 25 m2 o más). En el caso de comunidades
paisajes, de comunidades o de genes, pero nos arbustivas o forestales, la superficie de
interesa en especial la diversidad de especies muestreo puede alcanzar 50 m2, o áreas
que, además, es la que ahora resulta más senci- todavía mayores.
lla de conocer y medir. Dentro de una deter- Sea cual sea la superficie, a la hora de
minada comunidad de seres vivos, y en parti- elegir el área de muestreo y su tamaño, todavía
cular de una comunidad vegetal de las que es más importante considerar la homogenei-
conforman los pastos, la diversidad define el dad de la zona seleccionada y su representati-
número de especies y su abundancia relativa vidad respecto al tipo de comunidad objeto de
y puede ser cuantificada, como muestra el estudio (en nuestro caso al tipo de pasto). La
cuadro adjunto, con diversos índices: homogeneidad se refiere a la composición flo-
rística y también a los factores ambientales
Aspectos prácticos relacionados que la condicionan, tal como se ha explicado
con la medición de la diversidad al hablar de la comunidad vegetal. Si, por
Como resulta evidente, el valor de la diversi- ejemplo, estudiamos un pasto higrófilo, debe-
dad está muy relacionado con la superficie remos delimitar de forma precisa la zona de
considerada y, por tanto, resulta fundamental muestreo no más allá de donde la humedad
considerar este aspecto a la hora de medirla o del suelo, que es el factor ecológico predomi-
de realizar comparaciones con la observada en nante en este caso, se manifieste de forma casi
otros territorios. No podemos hablar de una permanente. La “representatividad” supone
superficie “estandarizada” para constatar el que la zona elegida sea una buena “muestra”
valor de la diversidad, aunque hay muchos de la unidad objeto de estudio. Bien es cierto
estudios dedicados a la relación entre ambos que estos criterios resultan muchas veces
parámetros. difíciles de aplicar y, en cualquier caso, siem-
A la hora de elegir la superficie y el pre tendrán un “sesgo personal” que conven-
método para evaluar la diversidad de un drá considerar a la hora de interpretar los
determinado territorio o de una comunidad resultados.
vegetal, habrá que considerar su extensión, Aunque estamos mencionando “núme-
complejidad estructural, florística, etc., ade- ro de individuos” de cada especie en una de-
más del grado de precisión que se requiera terminada superficie, la diversidad puede ser
para el estudio acometido y el tratamiento medida también a partir de la biomasa de
posterior de los datos que se vaya a realizar. En cada planta, o del número de “módulos” de
muchos estudios se refiere la diversidad a una una especie cuando no resulta sencillo separar

cap.8 | 95
Principales índices de diversidad fórmula siguiente, donde “s” es el número
Se han descrito numerosos índices que tra- de especies y “pi” la abundancia relativa o
tan de reflejar la diversidad y hay abundante frecuencia de cada una) y es el más genera-
bibliografía dedicada a estos índices y a su lizado en los estudios de ecología. En las
utilización (MAGURRAN, 1988). Vamos a comunidades de seres vivos este índice no
comentar únicamente los que resultan más sobrepasa el valor 5 y en el caso de los
utilizados en los estudios de vegetación. pastos encontramos por lo general valores
La medida más simple de diversidad es el comprendidos entre 1 y 4.
número total de especies o riqueza especí- Indice de Shannon: H’= - S pilog2 pi
fica (S, o “species richness”) es decir, las Si relacionamos la diversidad que hemos
que están presentes en una comunidad, o medido en una determinada comunidad con
bien, las que han sido detectadas mediante la máxima que podría presentar, es decir
alguno de los muestreos que se describen con el valor resultante de encontrar todas
más adelante. En general, cuando tratamos las especies con la misma probabilidad,
la diversidad nos referimos al nivel taxo- tenemos el índice de Pielou o “equitabili-
nómico de especie, aunque en algunos dad” (“evenness”), que adquiere valores
casos en que la separación de subespecies entre 0 y 1.
resulta sencilla, los índices de diversidad de Indice de Pielou (equitabilidad):
comunidades vegetales pueden incluir R= H’/Hmax
ambos niveles taxonómicos (especies y Donde Hmax es log 2 del número de
subespecies distinguidas como tal en los especies.
muestreos). Por último, el índice de Simpson da idea de
“Riqueza de especies” S= número de especies si existe o no predominio o dominancia de
En muchos estudios resulta más apropiado una o unas pocas especies en una deter-
considerar la abundancia de cada especie minada comunidad. Este índice adquiere
en el seno de la comunidad. Por lo general valores entre 0 y 1, tanto más altos cuanto
se utiliza la frecuencia de cada planta junto mayor es la dominancia de una o pocas
al número de éstas. El índice de Shannon especies.
(1949) combina ambos parámetros (ver Indice de Simpson(dominancia): S= S p i 2

individuos y cuantificarse en cuadrados o a lo dades, especies, genes, etc. En el caso de los


largo de uno o varios transectos lineares como pastos de un territorio extenso, hay que consi-
se ha explicado en el apartado de la metodolo- derar la diversidad de cada uno de los tipos
gía. Además, en aras de una mayor precisión, definidos o de las unidades consideradas y de
habrá que repetir el muestreo en distintas la superficie ocupada por cada uno de ellos.
épocas del año para evitar la pérdida de espe- Por último, hay que señalar que cuando
cies que pueden pasar desapercibidas en un la diversidad se analiza en un contexto espa-
determinado momento (por ejemplo algunos cial, se habla de diversidad alfa, beta y gamma.
terófitos de ciclo efímero o geófitos de flora- Asi, la diversidad alfa puede ser considerada
ción vernal u otoñal). como el número de especies en un lugar o área
Ya se ha comentado la medición de la de estudio determinada; la diversidad beta
diversidad a distintos niveles: paisaje, comuni- sería la diferencia en la composición de

96 | cap.8
Ejemplo de una escala de espinosas en mosaico con pequeñas
“naturalidad” para áreas pastorales superficies de pastos herbáceos.
6. Pastos secundarios (montanos o subal-
10. Pastos permanentes sin ningún tipo de pinos) con carga ganadera alta y abun-
intervención humana y bosques climá- dante vegetación nitrófila.
cicos inalterados (incluye vegetación 5. Prados de siega cortados, pastados y
fontinal, de pedregales y acantilados). regados sin ningún tipo de siembra artifi-
9. Pastos permanentes utilizados por reba- cial.
ños con cargas muy ligeras y bosques 4. Antiguos cultivos o prados abandonados
naturales poco intervenidos. en terrazas (panares) en fase de coloniza-
8. Pastos montanos o subalpinos some- ción por comunidades arbustivas.
tidos a una utilización tradicional y que 3. Repoblaciones forestales.
pueden considerarse en equilibrio con 2. Monocultivos herbáceos y prados
dicha utilización y bosques explotados sembrados.
recientemente. 1. Entornos urbanos sin vegetación o con
7. Matorrales de sustitución y orlas comunidades nitrófilas.

especies entre dos o más zonas de estudio y la cobran un valor creciente las que se viene en
diversidad gamma sería la que ocurre en un llamar “áreas naturales” e incluso se utilizan
determinado territorio o paisaje que engloba conceptos como “naturaleza salvaje” “natura-
las áreas de estudio objeto de nuestro interés. leza virgen”, en el sentido de territorio genui-
Estas distintas escalas de diversidad fueron no, sin artificio ni intervención alguna. Desde
definidas por Whittaker (1972) y han tenido una perspectiva ecológica el valor de la natu-
amplio eco en algunos estudios de ecología. ralidad está muy vinculado con la informa-
ción básica que un ambiente bien conservado
Naturalidad puede proporcionar para entender la estruc-
El término “naturalidad” trata de definir el tura y el funcionamiento de los ecosistemas,
grado de dependencia de una comunidad o realizar comparaciones con áreas más inter-
paisaje respecto a factores naturales incluyen- venidas, predecir o “modelizar” cambios y
do los físicos o abióticos, los bióticos y las per- adoptar medidas para su gestión y con-
turbaciones pero excluyendo la actuación servación.
humana. Precisamente lo que se trata de valo- La medición de la naturalidad en una
rar es la “distancia” o “libertad” respecto a la comunidad vegetal debería hacerse atendien-
influencia del hombre. do a aspectos de su estructura y dinámica, lo
De acuerdo con la anterior definición, que resulta ciertamente complejo en muchos
el valor de la naturalidad será tanto mayor casos. Una simplificación puede ser cuantifi-
cuanto menor sea la impronta del hombre. Si car la composición florística (o de otros gru-
hasta hace solo algunas décadas el término pos biológicos) y determinar la proporción de
naturalidad podía tener connotaciones ne- especies propias de esa comunidad que están
gativas como sinónimo de “salvaje” o “in- presentes o bien recurrir a la presencia de
civilizado”, actualmente, en un medio am- especies de interés por su rareza, endemicidad,
biente cada vez más intervenido y degradado, etc., que puedan utilizarse como especies

cap.8 | 97
Fig. 8.18. Transformación de un mapa de vegetación en uno de naturalidad en el término de Fragen (Pirineo de Huesca), con abundantes
superficies de prados y pastos. Las unidades de vegetación se han simplificado en esta figura y las del mapa de naturalidad son las que se
describen en el cuadro anterior.

“clave” o indicadores. En general, se suele territorios sometidos a usos tradicionales que


recurrir a escalas de tipo “cualitativo” que per- pueden considerarse, desde los parámetros
miten una valoración rápida aunque menos actuales, en armonía con el resto de ecosiste-
precisa, como la que se indica en la figura 8.18 mas. Tal es el caso de las extensas superficies
que está basada en los distintos escalones evo- de pastoreo o los prados, tan importantes en
lutivos de las series o estadios de la vegetación el paisaje “humanizado” pirenaico (por ejem-
(Loidi, 1994). Estas escalas pueden ser asigna- plo el paisaje denominado “en bocage”), muy
das traduciendo las unidades habituales que se apreciados en la actual percepción estética de
encuentran en los mapas de vegetación y, de las montañas y en su uso recreativo. En los
esta manera, pueden utilizarse en la valora- espacios protegidos, habrá que considerar la
ción de un determinado territorio, tanto para importancia del pastoreo en el mantenimiento
realizar diagnósticos sobre su estado de con- de algunas áreas pastorales y tratar de equili-
servación, cuanto para conocer el valor medio brar su uso con la recuperación de las comu-
de su entorno natural o bien para determinar nidades forestales y arbustivas que conforman
las zonas que pueden presentar mayor valor la vegetación potencial.
ecológico.
Aunque los paisajes de alto valor ecoló- Rareza
gico suelen coincidir con áreas donde la in- El valor de la rareza se comprende bien desde
fluencia del hombre es mínima, en muchos el indudable atractivo que ejercen sobre el
casos, especialmente en el Pirineo, hay que hombre los objetos raros (piénsese en los
considerar también el notable valor de los objetos de arte o en los metales y piedras

98 | cap.8
preciosas). En la misma línea, la rareza de las durante mucho tiempo (por ejemplo,
especies, o de las comunidades y paisajes, es Geranium bohemicum) y, en el caso de los pas-
un aspecto muy utilizado en la estima del tos supraforestales, podemos señalar algunas
valor ecológico y muchas veces ha sido objeti- plantas de ciclo vital corto que actúan como
vo central de las políticas de conservación de “oportunistas” o “fugitivas” colonizando los
especies y espacios naturales (Dobson et al., huecos que van originándose en la vegetación
1995). por perturbaciones u otras causas (por ejem-
A pesar de la importancia de la rareza, plo, Scleranthus annuus).
cuando se tratan aspectos como la endemici- La rareza depende también de la escala
dad, vulnerabilidad, amenaza o bien en las espacial, lo que se comprende fácilmente si
valoraciones ecológicas de un territorio, no consideramos que una especie puede ser rara
existe una definición ni un método estandari- en un determinado territorio y común en el
zado para su medición. ¿Cuándo podemos vecino, o bien rara pero distribuida en un
considerar que una especie o una comunidad territorio muy extenso o, en otros casos, muy
es rara?, ¿cuáles son los rasgos para caracteri- común pero solo en una región muy pequeña
zarlas?, ¿cuáles son las causas de la rareza? son como suele suceder con algunos endemismos
preguntas que cobran ahora gran interés de pirenaicos (Ramonda myconi).
cara a la gestión de la conservación pero que Se utilizan distintos criterios para cata-
tienen respuestas a veces múltiples y comple- logar la rareza; uno de los más conocidos es el
jas (Gastón, 1994; Kunin y Gaston, 1997). de Rabinowitz (1981) quien, en función del
Ya sea por causas naturales (alta especia- área y de la amplitud de hábitats de cada plan-
lización trófica, espacial, reproductiva, etc.) o ta, define los tipos que se detallan en la tabla 8.4.
por la influencia del hombre sobre la naturale- A partir de escalas de este tipo, en un territo-
za, algunas especies animales y vegetales resul- rio bien prospectado no resultará difícil defi-
tan raras o están en proceso de serlo (a veces nir la rareza de las especies o las comunidades
se habla de “rarefacción” para denominar este tal como puede verse en el método de valora-
proceso). En ocasiones la rareza puede ser ción que se expone más adelante.
temporal por tratarse de especies sometidas a
ciclos relacionados con algún factor biótico o Tamaño o Área
abiótico; esto sucede con mayor frecuencia en Ya se ha comentado la relación de la diversi-
animales, pero también existen plantas que dad y rareza con la extensión de un territorio.
abundan en una determinada época para Además, en una comunidad vegetal es necesa-
luego quedar confinadas al banco de semillas ria una determinada superficie mínima para
Tabla 8.4. Distintos tipos de abundancia y rareza en especies según la amplitud de su área de distribución, especificidad de hábitats y
tamaño de las poblaciones (adaptado de Rabinowitz, 1981)

cap.8 | 99
mantener el equilibrio de las poblaciones exis- zar el denominado efecto “margen” resultado
tentes (por ejemplo entre los individuos que de la interacción con comunidades vecinas.
llegan o los que se extinguen), para evitar la En el caso de poblaciones animales y
pérdida de heterozigosis, o bien para minimi- también en comunidades forestales, existen

Fig. 8.19. Hormigueros (izquierda arriba y abajo), hozaduras de jabalí (derecha arriba) y montículos de tierra producidos por distintas
especies de roedores subterráneos, afectan a los pastos modificando su estructura y dinámica. (Foto: D. Gómez)

Fig. 8.20. Algunos efectos de las perturbaciones por animales en los pastos de montaña.

100 | cap.8
distintas aproximaciones para determinar el conocidos. Por esta razón su valoración la
área mínima deseable para su conservación en hemos basado de manera fundamental en la
función de distintos parámetros poblacionales presencia o ausencia sin considerar si están
(densidad, clases de edad, “sex-ratio”…). representadas en áreas más o menos extensas.
Sin embargo, no es sencillo definir la super-
ficie mínima que debe ocupar un pasto para Perturbación
su persistencia como tal, sobre todo cuando se Perturbación (“disturbance”) es un concepto
trata de comunidades con alto dinamismo, también muy utilizado en ecología. En gene-
complejas dependencias ambientales o con ral, se entiende por perturbación un cambio
gran presencia de especies de multiplica- en las condiciones ambientales que interfiere
ción vegetativa como es el caso de muchas con el funcionamiento normal de un determi-
gramíneas. nado sistema biológico Para hacerse una idea
Por otra parte, algunos tipos de pasto más precisa podemos reparar en las siguientes
ocupan muchas veces en el Pirineo superficies definiciones:
muy reducidas, sin que ello tenga que ver “Una modificación repentina en los
necesariamente con su vigor o su capacidad de recursos básicos de una comunidad o unidad
pervivencia. En consecuencia, a la hora de de paisaje que ocasiona un cambio fácilmente
considerar el “tamaño” de un tipo de pasto o detectable en su estructura” (Van Andel y Van
el “tamaño mínimo aceptable” ya sea para su den Berg, 1987); “Un suceso discreto en el
cartografía, valoración, etc., habrá que tener tiempo que trastorna la estructura de una
muy presente su dependencia de factores población o comunidad y cambia los recursos
ambientales y, en relación con ellos, la capaci- o el medio físico” (Pickett y White, 1985); “El
dad de su incremento o regresión. Sirva como daño o muerte de algún individuo o población
ejemplo el caso (frecuente en la montaña pire- que directa o indirectamente crea oportunidad
naica) de un pasto higrófilo bordeando una de establecimiento para nuevos individuos
fuente de agua; en una superficie reducida o comunidades” (Sousa, 1984); “Cualquier
podemos encontrar una comunidad bien dife- mecanismo que limite la biomasa vegetal
renciada en su entorno con notable diversidad causando su destrucción total o parcial pero
e interés florístico sin que el tamaño tenga que excluyendo la senescencia” (Grime, 1979).
condicionar en absoluto una pérdida o degra- Las dos últimas definiciones resultan las
dación del hábitat. Por el contrario, resultaría más apropiadas para entender y valorar las
muy difícil favorecer la expansión de este tipo perturbaciones en los pastos. Aunque en senti-
de pasto -que por otra parte puede resultar do estricto el propio pastoreo con sus efectos
muy vulnerable a una alta presión ganadera de consumo, pisoteo y estercolado, suele defi-
propiciada por el atractivo del agua- y, en con- nirse como una perturbación, en las áreas pas-
secuencia, cualquier actuación debería ir guia- torales que nos ocupan, podemos ahora más
da más a evitar esta presión que a tratar de bien analizarlo como un factor intrínseco si
extender la comunidad o restituirla en otro tenemos en cuenta su persistencia temporal
ambiente. Las diferentes “áreas de ocupación” como causa exógena de la propia estructura,
de cada tipo de comunidad –o de especie- (en distribución y dinámica de los pastos e incluso
qué extensión suelen aparecer) están relacio- en el propio origen de los mismos tal como ya
nadas con sus rasgos y requerimientos am- se ha comentado. Desde esta perspectiva, sí
bientales que en general nos resultan poco constituirían una perturbación el fuego

cap.8 | 101
accidental o provocado de forma periódica, una alta probabilidad o riesgo de daño o
un deslizamiento de ladera u otros fenómenos extinción de las especies y relaciones del siste-
de tipo biológico y geomorfológico que suce- ma. La estabilidad se relaciona con la “sensibi-
den en la montaña. lidad a la perturbación” (Faith y Walker, 1996)
En algunas zonas de pastos cobran par- y así, una comunidad será tanto más estable
ticular interés las perturbaciones ocasionadas cuanto menor sea ésta última, o bien cuanto
por efecto de algunos animales (a veces deno- menor sea su impacto o trascendencia según
minadas “bioperturbaciones”), como es el las características antes mencionadas de las
caso de los montículos y claros ocasionados perturbaciones.
por micromamíferos o las remociones de Por otra parte, se habla de “resistencia”
suelo causadas por las hozaduras del jabalí (“resistence”) o capacidad de un sistema para
que pueden afectar a grandes extensiones y evitar desplazamientos durante un periodo de
alterar de manera más o menos radical el estrés y de “resiliencia” (“resilience”, “stability”,
medio físico, la composición florística, la “elasticity”) o velocidad a la que un sistema
cobertura vegetal, diversidad, biomasa, pro- vuelve a alcanzar el equilibrio tras una altera-
ducción vegetal y, en consecuencia, el valor ción, perturbación o fluctuación. Como se
ecológico y nutritivo de los pastos. puede comprender, estos términos están rela-
Para el estudio de las perturbaciones hay cionados y suelen mencionarse con frecuencia
que considerar principalmente su extensión o cuando se habla del medio natural, aunque
”tamaño”, la frecuencia temporal o “recurren- resultan complejos, a menudo confusos o
cia” y la “intensidad”. Al margen del evidente polémicos y, por tanto, difíciles de cuantificar
daño que muchas perturbaciones suponen y de utilizar en valoraciones ambientales.
para el aprovechamiento ganadero, a la hora En las montañas, el “equilibrio” de los
de evaluar medidas de control, hay que consi- pastos está estrechamente vinculado con la
derar también los efectos ecológicos que se acción de los herbívoros y con los condicio-
resumen en la figura 8.20, sobre todo si se trata nantes topográficos. Con la altitud aumentan
de espacios protegidos en los que las diná- las pendientes y disminuye la estabilidad del
micas naturales deben ser favorecidas. En sustrato. Por otra parte, la acción de la grave-
cualquier caso hay que subrayar el importante dad -fuerza de la naturaleza omnipresente
papel que las perturbaciones juegan en la pero muchas veces ignorada- actúa de forma
heterogeneidad espacial y temporal y, en irreversible arrastrando agua, suelo y nutrien-
suma, en la dinámica de la vegetación. tes que escasean tanto más cuanto mayor es la
pendiente y la altitud a la que nos situemos.
Fragilidad-Estabilidad-Vulnerabilidad Esta acción exportadora incesante pasa a ser el
Estos conceptos están muy relacionados con la factor más determinante en la alta montaña lo
idea de un “equilibrio” en el seno de las pobla- que, junto al clima, permite entender la dismi-
ciones, comunidades o sistemas biológicos nución de los pastos con la altitud y el aumen-
que resultaría de su relación con el entorno to de su interés ecológico ligado a su rareza.
(Tilman y Downing, 1994) La fragilidad, esta-
bilidad y vulnerabilidad tratan de definir la Productividad
capacidad de una comunidad para recuperar La productividad de una comunidad vegetal
el equilibrio inicial cuando éste se ve alterado. es una medida de la tasa a la que transforma
Una alta fragilidad o vulnerabilidad implicará energía en distintos tipos de materia orgánica.

102 | cap.8
Se habla en este caso de productividad “prima- una determinada comunidad vegetal. Por últi-
ria”. Aunque desde una perspectiva ecológica la mo, y ya en otro plano, a la hora de valorar
productividad proporciona información de territorios pastorales habrá que considerar
gran interés sobre la estructura de las comuni- criterios relacionados con el patrimonio cul-
dades y sus relaciones con el entorno, la medi- tural o histórico-artístico (presencia de fósiles,
ción no resulta sencilla y se ha utilizado poco restos megalíticos, etc.).
en la valoración de áreas naturales. Indudable-
mente la productividad tiene gran importancia La valoración ecológica de los pastos
a la hora de evaluar el potencial de un pasto La idea de valorar los pastos surge de la in-
como se explica en detalle en el capítulo 12. quietud humana por estimar y asignar valores,
habitualmente económicos o productivos, a
Otros criterios todo lo que le rodea. El cálculo más o menos
Además de los criterios mencionados, algunos preciso de producción primaria y valor forra-
otros aspectos pueden utilizarse en las valora- jero de los pastos es, sin duda, muy antiguo y
ciones ecológicas. Mencionamos por ejemplo tiene que ver, lógicamente, con el alquiler o
la “representatividad” de una comunidad que subasta de los pastos o con el interés de cono-
valora la presencia de especies típicas o co- cer el número de animales o “capacidad de
munes y, en el otro extremo, también de las carga” que puede sustentar un determinado
raras, además de valores “representativos” de territorio. Más adelante se explican en detalle
la diversidad, productividad y otros atributos distintas aproximaciones para obtener estos
de una determinada comunidad. La “impor- parámetros de tipo productivo.
tancia para la vida silvestre” o calidad del Mucho más recientes son las valoracio-
hábitat que se refiere al resto de organismos nes relacionadas con los aspectos “ambienta-
presentes o estrechamente relacionados con les” considerando criterios “ecológicos”, de

Variables de interés ecológico · Heterogeneidad del paisaje


para la evaluación de pastos · Estabilidad (grado de equilibrio entre
Valor florístico vegetación, factores ambientales
· Rareza e influencia humana; resistencia
· Endemicidad a las fluctuaciones aleatorias
· Plantas en su límite de área de (sobrepastoreo, abandono, etc.).
distribución · Resiliencia: capacidad de recuperarse tras
· Presencia de ecotipos de especial interés el cese de una alteración (dependencia
para el pastoreo del herbívoro).
Valor de la comunidad vegetal: · Productividad: productividad
· Diversidad agroganadera y agroecológica.
· Amplitud del área de distribución · Calidad visual del paisaje: valor “escénico”
· Límite de distribución Sensibilidad al fuego estructura
· Interacciones (relaciones de facilitación, de la vegetación, topografía, gestión
parasitismo, micorrizas, etc.) humana, presencia de infraestructuras, etc.).
· Calidad del hábitat · Potencial recreativo e interés
Valor del paisaje pastoral: científico y educativo.

cap.8 | 103
manera que pueda asignarse un determina- desarrollada en el Instituto Pirenaico de Eco-
do valor a cada unidad considerada o a un logía con el doble objetivo de optimizar la
determinado territorio. El desarrollo de las información disponible y dotar a gestores y
valoraciones ecológicas guarda estrecha rela- técnicos de una herramienta para la ordena-
ción con la preocupación por la conserva- ción y conservación de pastos. En el capítulo 16
ción del entorno natural y la necesidad de se explica en detalle el cálculo del valor pasto-
realizar estudios de impacto ambiental o ral de este índice.
de seleccionar y elegir territorios para su En las páginas anteriores se han detal-
conservación. lado algunos de los criterios ecológicos que en
Por otra parte, el declive de la ganadería la actualidad se consideran más transcenden-
extensiva en las montañas, ha corrido paralelo tales a la hora de definir los sistemas naturales
al incremento de su uso recreativo y ha impul- y que, por tanto, parece conveniente consi-
sado la necesidad de “cuantificar” los valores derar. Sin embargo, cuando se trata de estu-
naturales, a veces con el fin de delimitar áreas diar sistemas de gran complejidad como son
protegidas y definir medidas para su gestión. los pastos, apenas se dispone de información
Distintos aspectos relacionados con la gestión sobre algunos de esos parámetros y su medi-
y conservación del medio ambiente han pro- ción resultaría imposible en el corto plazo.
piciado la necesidad de valorar de manera Con estas limitaciones, se ha realizado la
cuantificada el patrimonio natural lo que, a su valoración a partir de aquellos aspectos sobre
vez, ha originado el desarrollo de algunas los que se dispone de una información previa
metodologías aplicadas a diferentes grupos o bien es posible obtenerla en un tiempo
biológicos y hábitats. Entre este tipo de razonable. Valoramos ahora los pastos del
estudios podemos citar el de Gehú y Gehú Pirineo a partir del interés de las plantas que
(1980) sobre medios litorales, la valoración de los componen y de las propias comunidades
las zonas húmedas peninsulares (Cirujano et vegetales que conforman y no consideramos
al., 1992) o, más recientemente, la de turberas muchos otros aspectos como su estabilidad,
en el norte de Italia (Bonomi y Buffa, 1997) y vulnerabilidad, capacidad de retención del
la demarcación de zonas de especial interés suelo, etc., de indudable interés pero cuya
natural (García Baquero y Valle,1998). cuantificación nos resulta actualmente in-
Por último, la catalogación de muchas abordable.
zonas de montaña como espacios protegidos,
junto a los cambios en su estructura socioeco- Método para valorar los pastos pirenaicos
nómica, han dado lugar a una nueva percep- La clasificación fitosociológica que se ha
ción en la valoración de los pastos que exige comentado antes, nos permite distinguir los
considerar sus peculiaridades ecológicas ade- distintos tipos de pastos existentes en los
más de su interés forrajero. La complejidad de Pirineos y disponer de abundante informa-
los pastos de montaña junto al escaso conoci- ción sobre muchos de ellos. Como unidad
miento que todavía se tiene de su estructura y básica de trabajo se ha utilizado la “alianza
dinámica, dificulta su estudio y obliga a la rea- fitosociológica” y en los casos en que éstas pre-
lización de sucesivas aproximaciones para una sentan una gran variabilidad estructural, se
“valoración ecológica”. En este marco se ins- han considerado las “asociaciones” más fre-
cribe la valoración de los pastos pirenaicos cuentes. Cada uno de estos tipos de pasto
que se comenta en este capítulo y que ha sido queda definido por un “inventario tipo” que

104 | cap.8
Calculo del Valor florístico: Cálculo del Valor de la comunidad:
Vf= 1/n · Vsp x frsp Vc = 1/3 (Am + Ac + D)
El valor florístico (Vf) se calcula como el El valor de cada comunidad se obtiene a
promedio de la suma del valor florístico partir de la fórmula anterior, donde A m es
asignado a cada especie (Vsp) multiplica- la amplitud del área de distribución gene-
do por la frecuencia (fr sp) con que esa ral de la comunidad, Ac es la abundancia
especie aparece en los inventarios. En la de la comunidad en la zona de estudio a
fórmula anterior n es el número de espe- escala regional y D es la diversidad en
cies en cada comunidad. El valor florístico número de especies. Los valores de estos
de cada especie (V sp), se calcula prome- parámetros se asignan de acuerdo con las
diando la suma de los tres parámetros que tablas siguientes:
se definen a continuación y con una esca-
la numérica entre 0 y 5: Amplitud del área de distribución:
En muchas zonas de montaña y altas lati-
Área general de distribución tudes de Europa 1
de la especie en Europa: En las cordilleras alpinas 2
> 30 países 0 En el Pirineos y Montes Cantábricos 3
15-30 países 1 Sólo en Pirineos 4
8-14 países 2 Reseñada en la directiva de hábitats (+1)
3-7 países 3
1-2 países 4 Abundancia de la comunidad
endémica de Europa (+1) en el ámbito del estudio:
Muy abundante y ocupando amplias zonas
Área de distribución de (km2 o ha) (Nardion strictae, Bromion erecti) 1
la especie en la Península Ibérica: Frecuente y extendida pero en ambientes
> 30 provincias 0 más restrictivos (Festucion eskiae, F. scopa-
15-30 provincias 1 riae, F. supinae) 2
8-14 provincias 2 Localizada en zonas concretas y en peque-
3-7 provincias 3 ñas superficies (Caricion nigrae, Primulion
1-2 provincias 4 intricatae) 3
endémica pirenaica (+1) Rara y muy localizada y en superficies
muy pequeñas (Caricion davallianae, Elynion
Grado de abundancia de la especie: myosuroidis) 4
común o muy común 0 Restringida a un solo sector de los
frecuente 1 Pirineos (oriental, central y occidental) (+1)
escasa 2 Diversidad (número medio de especies):
rara 3 menos de 15 especies 1
muy rara 4 entre 15 y 25 especies 2
catalogada en libros rojos (+1) entre 25 y 30 especies 3
entre 30 y 35 especies 4
más de 35 especies 5

cap.8 | 105
Tabla 8.5. Inventario tipo de la asociación. Alchemillo flabellatae-Nardetum strictae y obtención del valor florístico de dicha comunidad.

resume la composición florística, la frecuencia (Gómez et al., 2002). En la práctica, el valor


de cada especie (número de inventarios en obtenido se divide por diez para ajustarlo a
que está presente) y su abundancia media. una escala que por lo general oscila entre 0 y
Además, se han caracterizado los factores 10, aunque podría, potencialmente, alcanzar
topográficos (orientación, inclinación, alti- valores más altos.
tud) y el recubrimiento vegetal de cada tipo de Una vez asignado el valor florístico a cada
pasto. Una vez obtenido el “inventario tipo” de especie del inventario tipo, se multiplica por la
esas comunidades, se ha procedido a calcular frecuencia media (%) con que dicha especie
su valor ecológico (Ve), de acuerdo con la aparece en el total de los inventarios. A conti-
siguiente fórmula: Ve= Vf + Vc nuación, se suman y promedian los valores de
Donde Vf es el valor florístico y Vc el todas las especies. El valor obtenido se divide
valor de la comunidad, que se obtienen tal por diez para mantenerlo en una escala simi-
como se explica en los dos cuadros adjuntos lar a la usada en los demás parámetros y así se

Fig. 8.21. Obtención del valor ecológico de la As. Alchemillo flabellatae-Nardetum strictae a partir del valor florístico y del de la comunidad.

106 | cap.8
Tabla 8.6. Resumen de los valores correspondientes a la amplitud, abundancia y diversidad obtenidos para algunas de las comunidades de
pastos supraforestales más característicos del Pirineo y los valores ecológicos resultantes.

Fig. 8.22. Cartografía del P.N. de Ordesa y Monte Perdido mostrando el valor ecológico de sus distintas zonas en una escala simplificada y
creciente.

cap.8 | 107
obtiene el valor florístico (Vf) para cada tipo diversidad obtenidos para algunas de las
de pasto. comunidades de pastos supraforestales más
Por otra parte, el valor de la comuni- característicos del Pirineo y los valores eco-
dad, Vc, se obtiene promediando los tres lógicos resultantes.
parámetros que se comentan en el cuadro Una vez conocidos los valores de los
adjunto a los valores que suelen tomar. En el pastos de un territorio, ya se puede elaborar
ejemplo que se explica a continuación, se ha una cartografía (figura 8.22), a partir de la de
calculado el valor ecológico de la asociación vegetación, delimitando mediante isolíneas las
Alchemillo flabellatae-Nardetum strictae (Al zonas de valores similares, para las que podrán
Nardion strictae) siguiendo los pasos que se definirse distintos tipos de gestión y medidas
acaban de describir. de conservación.
En primer lugar se ha elaborado el
inventario tipo promediando los valores de 50
inventarios de la comunidad estudiada, proce- Referencias bibliográficas
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obtenido (3,7) se le suma el correspondiente a Bonomi, C. y Buffa, G. 1997.- Valutazione della qualità
della torbiera delle Viote del Monte Bondone
la comunidad vegetal que, a su vez, es la media
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