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La economía del cuidado hace referencia al trabajo que se realiza, bien sea sin
remuneración o de manera remunerada, para el cuidado de otras personas. El cual, resulta
esencial para el mantenimiento de la salud y capacidades de la fuerza de trabajo de los
individuos, además de la reproducción y mantenimiento del tejido social de una
comunidad; la economía del cuidado aporta al “sentido de comunidad; de responsabilidad
cívica; las reglas, las normas y los valores que mantienen la confianza, la buena voluntad y
el orden social.” [CITATION Sol07 \p 6 \l 9226 ]. En este sentido, la economía del cuidado
provee capacidades humanas y de cohesión social que son indispensables para la
producción económica y generación de riqueza de un país [ CITATION Sol07 \l 9226 ]. Sin
embargo, este tipo de trabajos no acoge la misma relevancia que otros tipos de actividades
laborales, siendo el sesgo de género uno de los atributos más influyentes en esta
desigualdad.
Las tareas domésticas son labores que históricamente han sido subvaloradas al suponerse
como una actividad propia mujeres. Y, en el caso del empleo doméstico, es sumada la
posición de marginalidad de quienes lo ejercen –agentes subalternos [CITATION Ara11 \t \l
9226 ]; en su mayoría, mujeres afrodescendientes, indígenas, campesinas y/o pobres que, al
parecer que no tuvieran ninguna especialización ni habilidad, terminan siendo consideradas
aptas para la realización este tipo de trabajos [ CITATION Dan17 \l 9226 ]. Lo que ha
repercutido, en la concepción del empleo doméstico como un “no-trabajo” [ CITATION Dan17
\l 9226 ]; una labor invisibilizada, devaluada y percibida socialmente como feminizada en
términos de producción o valor productivo, concibiendo que quienes trabajan en él reciban
un salario comparativamente bajo o no reciban una remuneración económica [ CITATION
Sus10 \l 9226 \m The14]. Es este sentido, las empleadas domésticas continúan sujetas a la
noción de trabajo reproductivo –ocupándose de las actividades y tareas de reproducción
cotidiana, posibilitando el proceso de reproducción de la fuerza del trabajo diario sin
reconocimiento salarial [ CITATION Sus10 \l 9226 \m Emp14], mientras luchan por el
reconocimiento de su labor como un trabajo productivo [ CITATION Mag13 \l 9226 ] –que
genere ganancia de capital y plusvalía [ CITATION Rei13 \l 9226 ], con los derechos laborales
que se le reconocen a un trabajador formal [ CITATION Emp14 \l 9226 ]; una labor
reproductiva que exige ser remunerada [ CITATION Eve92 \l 9226 ]. Lo cual, también se
encuentra mediado por la concepción y construcción de los espacios que ellas habitan.
Las empleadas domésticas hacen de una casa ajena su lugar de trabajo; una contraposición
en la que un espacio reconocido como privado-reproductivo (el hogar) se transforma en uno
público-productivo (el trabajo) [ CITATION Emp14 \l 9226 ]. Lo que genera que, entre los
empleadores y las empleadas domésticas tengan que lidiar de manera constante con
“distancias personales y sociales” [CITATION Edw86 \p 139 \l 9226 ] en el hogar (que también
es el trabajo), en las que se refuerzan las distinciones en términos de posición y jerarquía
social entre uno y otra, a través de las cuales el/la empleador(a) puedan supervisar, revisar y
organizar las tareas realizadas por la empleada doméstica [ CITATION San13 \l 9226 ] .
Ejemplo de ello puede ser el consumo de comida; ya que, muchas veces esta es preparada
por las empleadas domésticas en el hogar, sin embargo, esto no es sinónimo de que ellas
pueden consumirla en las mismas maneras que lo hacen sus empleadores.
“Era duro trabajar para ellos porque no había suficiente comida. Me daban comida
una vez al día. Si cometía un error… [mi empleador] no me daba comida durante
dos días. Me trataban así con frecuencia. A veces durante uno, dos, tres días. Como
estaba hambrienta, robaba comida de la casa. Por eso, el empleador me daba duras
palizas”. [ CITATION Hum06 \l 9226 ].
En este sentido, la comida –tanto práctica, como sustancia- representa un elemento crucial
para reflejar y expresar diferencias y distancias sociales entre una y otra fracción social
[ CITATION Hel00 \l 9226 ] ; por ejemplo, entre empleadas domésticas y empleadores de
estratos 5 y 6 de Bogotá. Dado que, ya sea en sus saberes y maneras de hacerse (comida
como práctica social) o en sus significados y sentidos que le son atribuidos (comida como
sustancia), la comida es un medio efectivo para la transmisión de cualidades y afectos que
permiten expresar el grado de relacionamiento entre las personas; así como, patrones de
distanciamiento que demarcan y reproducen lo que puede, o no, ser compartido entre
diferentes personas de diferentes estatus de la jerarquía social [ CITATION Hel00 \l 9226 ].
Estas pueden verse reflejadas a través de los diferentes elementos que constituyen el
sistema alimentario de las personas; una mirada integral al “conjunto de posibles alimentos
que una cultura o grupo social dentro de esta cultura seleccionan como comestibles, es
decir, apropiadas para el consumo humano” [CITATION Gui07 \p 17 \l 9226 ] . Dado que, este
responde a la manera en que las personas se organizan para obtener y consumir sus
alimentos, abarcando desde la producción y preparación de alimentos, hasta su consumo
final [ CITATION Cam10 \l 9226 ]. El cual, según la Política para el conocimiento, la
salvaguardia y el fomento de la alimentación y las cocinas tradicionales de Colombia, está
conformado por: la valoración y adquisición de los productos necesarios para la
preparación de alimentos, la preparación de los alimentos, los conocimientos y técnicas
culinarias, las herramientas, muebles, medios y enseres empleados, las preparaciones
(comidas), el consumo de alimentos, los hábitos y reglas de consumo, y el reciclaje de los
alimentos y utensilios usados [ CITATION Min146 \l 9226 ] En otras palabras, el sistema
alimentario posibilita que dichas distinciones de identidad entre personas se vean reflejadas
mediante los ingredientes, preparaciones, cantidades de alimentos, espacios y tiempos de
consumo, cuerpos de quienes consumen y relaciones sociales entretejidas en torno al
consumo de alimentos.
Como lo menciona Bourdieu (2016), cada persona lleva embarcado consigo una conjunción
de principios de división que dividen, en diferentes fracciones, sociedades divididas con
principios diferentes; principios de división que organizan la visión social del mundo
permitiéndoles a las personas encontrar una posición a ocupar en el espacio social
implicando ciertos rasgos distintivos, sentidos, valores y prácticas, que los definen en
propiedad [ CITATION Pie16 \l 9226 ] . En los que, la comida ha estado perennemente expuesta
mediante una correlación estrecha a las clases sociales de cada uno de ellos [ CITATION
JGo95 \l 9226 ].
Pregunta
¿Cuál es el papel de la comida (tanto práctica como sustancia) en el lugar de trabajo de las
empleadas domésticas en hogares de estratos 5 y 6 de Bogotá?
Objetivo general
Analizar el papel de la comida (tanto práctica como sustancia) en el lugar de trabajo de las
empleadas domésticas en hogares de estratos 5 y 6 de Bogotá.
Objetivos específicos
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