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PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA ( PEC )

2019-2020

Grado en Filosofía

SABIDURIAS ORIENTALES ANTIGUAS DE LA INDIA, EL BUDISMO Y CHINA

CONFUCIANISMO Y DEMOCRACIA

APELLIDOS: Capdevila Cucurull


NOMBRE: Gustavo

1
1. Introducción
El debate sobre el futuro de la democracia en Asia oriental se centra en gran medida en el ajuste
entre los valores democráticos y el camino de la vida de Confucio. Algunos estudiosos interpretan
los valores jerárquicos, comunitarios, y antipluralistas del confucianismo como un obstáculo para la
consolidación democrática. Otros interpretan las tradiciones confucianas de la disidencia y la
rendición de cuentas como comparable a las instituciones liberales. Es por ello que aquí
intentaremos analizar la compatibilidad, la incompatibilidad, y la convergencia entre ambas
concepciones.
Cabe recordar, para nuestras mentes occidentales, que el confucianismo moderno deriva de las
enseñanzas de Confucio en el siglo V a.C., los trabajos más importantes sobre el confucianismo
clásico incluyen las Analectas (en chino tradicional, 論語; en chino simplificado, 论语; pinyin, Lún
Yǔ)1 que son la versión por escrito de una serie de charlas que Confucio dio a sus discípulos así
como las discusiones que mantuvieron entre ellos. El título original en chino, Lún Y ǔ, significa
“discusiones sobre las palabras" (de Confucio), también debemos considerar como textos al respecto
los siete libros de Mencio (371-289 a.C.), considerado el principal intérprete y defensor del
confucianismo. Ambas obras han influido significativamente a la organización del gobierno y la
formación de valores sociales en el Asia oriental, y en especial en China.
A nivel práctico señalar que mucha de la bibliografía consultada ha sido en inglés debido a la
escasez de las fuentes halladas en castellano.

2. Las concepciones de la democracia y el confucianismo


El Confucianismo aboga por un sistema ético destinado a construir una comunidad moral de datong
( gran armonía o unidad). La fuente de esta unidad es una jerarquía social que honra la autoridad de
los líderes y tiene como objetivo fortalecer la comunidad en general. Alternativamente, las
interpretaciones clásicas de la democracia enfatizan la protección de la libertad individual y la
participación en el proceso político. Es por ello que un sistema democrático se legitima a través de
elecciones libres y justas y opera bajo la política formal de instituciones. Los líderes se rigen por una
constitución o tradición legal que promueve la transparencia y la responsabilidad.
A pesar de estas aparentes oposiciones hay una considerable cantidad de estudiosos que difieren
sobre cómo interpretar los principios fundamentales de las dos doctrinas. Específicamente, a la
democracia la podríamos conceptualizar procedimentalmente, en forma procesual, como el gobierno
por el pueblo o sustantivamente como el gobierno para el pueblo. En cambio, al confucianismo lo
podríamos conceptualizar liberalmente en términos de benevolencia, reciprocidad, y otros valores
humanistas, o de una forma no tan generosa o liberal en términos de conformidad, deber y otros
valores autoritarios. Los que definen la democracia sustantiva y confucianismo liberal tienden a
promover el argumento de compatibilidad. Los que conceptualizan la democracia procedimental y el
confucianismo no tan liberal tienden a defender el argumento de incompatibilidad.
Los que definen la democracia procedimental y el confucianismo liberal o la democracia sustantiva
y el confucianismo no tan liberal son propensos a suscribirse al argumento de la convergencia.
Una interpretación democrática procedimental supone una política autodeterminada, pluralista y con
adversidad o disidencia política. Sin embargo, los valores fundamentales asociados con el
confucianismo en Asia oriental incluyen un enfoque en el conformismo, el colectivismo y la armonía

1 Analectas de Confucio. (2019, 9 de julio). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 17:53, marzo 17, 2020
desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Analectas_de_Confucio&oldid=117292915.

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social. El concepto de "yo" en el espíritu confuciano, por ejemplo, se define como la obligación de
una persona en la sociedad en general. De hecho, los "derechos" no son una característica distintiva
del sistema de valores de Confucio, la individualidad está en segundo lugar en la preservación del
grupo. Ésto se enfatiza particularmente con respecto a la familia, la unidad familiar es el
"microcosmos de la sociedad y la política e idealizado como el prototipo de buen gobierno".
En resumen, los valores confucianos antiliberales hacen hincapié en los compromisos sociales que
contrastan fuertemente con la naturaleza individualista y adversaria del gobierno de estilo
occidental, diseñado y operado por el pueblo.
Una interpretación democrática sustantiva presupone que existe un gobierno cuya función es
principalmente la de proteger y mejorar la vida de las personas, aunque esto es característico de las
dos tradiciones morales, confucianos y occidentales liberales.
La gobernabilidad confuciana es guiada por la noción de Min-pen, lo que significa tratar a 'la gente'
(min) como 'raíces' (pen). Gobernar bajo este principio representa proteger la prosperidad económica
y la seguridad física de la gente (min) tal como se deben cuidar las raíces de los árboles (pen).
Cuando el gobierno no protege la prosperidad y el bienestar del pueblo, pierde el 'mandato del cielo'
(pinyin) y se somete a la eliminación por rebelión. En una democracia también se espera que los
líderes gobiernen moral y desinteresadamente. La diferencia es que en un sistema de gobierno
democrático se da más peso a las instituciones diseñadas para asegurar la responsabilidad y la
transparencia, mientras que el confucianismo hace hincapié en el liderazgo virtuoso sobre el estado
de derecho y los controles institucionales. Pero tanto una interpretación liberal del confucianismo
como una interpretación sustantiva de la democracia encarnan los principios de responsabilidad,
rendición de cuentas y moralidad.
También, para algunos estudiosos, existe el argumento de que el confucianismo y la democracia
pueden converger en crear un sistema político híbrido. Expertos como Yung-Myung Kim y Daniel
Bell han sugerido que hay cualidades autoritarias dentro del confucianismo que pueden fortalecer
ciertos aspectos de la sociedad democrática. Para ellos las sociedades de Asia oriental no tienen por
qué descartar tradiciones que enfatizen el bien común y la armonía social con el fin de mantener una
política democrática, estas características pueden reforzar las nacientes sociedades democráticas al
hacer hincapié en el orden y disminuir los casos de individualismo desenfrenado a costa de una
comunidad más fuerte. Estas tradiciones confucianas pueden existir dentro de un sistema
democrático que protege los derechos y libertades de su pueblo. La democracia también podría
ajustarse a una cultura confuciana predominante y ceder a las tradiciones que enfatizan un estado
paternalista y el bien público. Así, la relación de convergencia puede significar que el confucianismo
no ya no existe como un obstáculo para la democratización sino que es un modo de vida establecido
de la que la democracia puede aprender y desarrollarse.
El reto sobre la relación entre el confucianismo y la democracia consiste en determinar qué
conceptualización se ajusta mejor a la realidad de cada una de las sociedades. Cuando los estudiosos
son capaces de determinar cómo el pueblo en general y las élites en particular perciben la tradición
confuciana en sus comunidades, serán capaces de discernir cómo se relaciona con un sistema
democrático de gobierno. Además, el hecho de reconocer cómo la democracia es percibida entre las
sociedades de Asia oriental es también crucial para determinar su lugar dentro de la tradición
confuciana. Las conceptualizaciones opuestas están en el corazón del debate de la compatibilidad y
han estimulado perspectivas conflictivas en la investigación política y filosófica.

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2.1 La interpretación de compatibilidad
Muchos investigadores rechazan el retrato de la democracia y el confucianismo como doctrinas
antitéticas. En sus interpretaciones revelan numerosos valores y tradiciones compartidas. Aquí
destacaremos los aspectos del confucianismo que son receptivos para los valores democráticos de la
responsabilidad política, la participación, la igualdad y la disidencia.

2.1.1 La responsabilidad política


¿Legitima el confucianismo la autoridad de un estado no regulado o liberal?
Si bien es cierto que el confucianismo valora el orden, esto no denota la superioridad del gobierno.
Mencio escribió: "El pueblo es el elemento más importante de una nación; los espíritus de la tierra y
el grano es el siguiente; el soberano es el más ligero" 2.
Algunos pensadores modernos han planteado dudas sobre el dominio del estado en las sociedades
confucianas. Francis Fukuyama, por ejemplo, sostiene que el énfasis puesto en el jerarquismo en la
vida familiar puede servir para restringir el alcance y la autoridad del estado. Además, la igualdad de
acceso a la educación produce sujetos que desafían la autoridad en lugar de consentir la régimen.
Según el filósofo confuciano Wei-Ming Tu, “la autoridad política en el confucianismo es secundaria
respecto a la "ética personal confuciana", que estructura la vida diaria en familias, lugares de trabajo,
escuelas y otros lugares sociales separados de la influencia del estado. La ética personal es también
la base para juzgar la conducta de los funcionarios públicos.” 3
La restricción política está de hecho presente tanto en el confucianismo como en la democracia.
Aunque la creencia confuciana en el "mandato del cielo" otorga a los líderes una autoridad
considerable, ella depende de un liderazgo ético. Por ejemplo, Leonard Hsu concibe el liderazgo
confuciano como una forma de administración política. “Después de ser considerado sabio y
virtuoso, un líder se convierte en el servidor de Dios en la Tierra. Sin embargo, esta posición es
contingente sobre: 1) el respeto a la opinión pública; 2) el consentimiento del pueblo; 3) el gobierno
para el bienestar del pueblo; y 4) mantener la libertad, la igualdad y la imparcialidad.” 4
Dichos rasgos son similares a los valores asociados a las sociedades democráticas. Tanto el
confucianismo como la democracia se oponen al despotismo, y apoyan el derecho a terminar con el
gobierno de malos líderes.
Así como los ciudadanos de una democracia tiene derecho a "echar a los malos políticos", la gente
en una sociedad confuciana tienen derecho a destituir a su gobierno si no cumple con su papel según
lo dictado por la "mandato del cielo". Keqian Xu añade que “la voluntad del pueblo, encarnada en la
noción de Min-pen, constituye la única fuente de legitimidad de una autoridad política en el
confucianismo.”5 Tongdong Bai señala que "Mencio sugiere que está justificado matar a un
gobernante tiránico, porque ya no es rey (a pesar de su título), por no haber servido al pueblo.” 6
La responsabilidad es también un componente importante del jerarquismo que se encuentra en las
sociedades confucianas. Como escribe Michael Collins: “Por ejemplo, las formas rituales de
deferencia hacia los que están en posiciones superiores no son simplemente para la gratificación
personal del superior, sino que tienen la función comunicativa de reconocer la autoridad de esas

2 https://oll.libertyfund.org/titles/mencius-the-chinese-classics-vol-2-the-life-and-teachings-of-mencius/ ,The works of Mencius.Book VII, Part II,


5
3 Wei-Ming Tu, Confucian Ethics Today: The Singapore Challenge, Institute of Singapore, 1984, p. 90
4 Hsu, The Political Philosophy of Confucianism, p. 176.
5 Keqian Xu, ‘Early Confucian Principles in Modern China’, Asian Philosophy, 16, 2006, p. 135
6 Tongdong Bai, ‘A Mencian Version of Limited Democracy’, Res Publica, 14, 2008, p. 24.

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posiciones y, por lo tanto, someter a los ocupantes a una evaluación, haciéndolos más visibles para
los demás.”7
De hecho, la tradición de la protesta, en la que el pueblo mantiene un diálogo abierto con los líderes
sobre cuestiones apremiantes, es una característica destacada del sistema confuciano. Genera una
apariencia de responsabilidad, limitando el liderazgo partidario. Esto lleva a Brooke Ackerly a
concluir que "la historia de Confucio demuestra prácticas que pueden limitar el abuso de autoridad e
instituciones que podrían ser rediseñadas y reubicadas con fines democráticos en el presente". 8
En efecto, tales interpretaciones de la doctrina confuciana reconocen las obligaciones divinas de los
líderes como un sustituto del gobierno de la ley.

2.1.2 Participación política


Incluso con un énfasis en el mantenimiento del orden social, los valores confucianos pueden
promover una sociedad civil robusta. Los escritos de Mencio nos informan de la responsabilidad del
estado en la promoción de la participación pública a través de la igualdad de la educación. Tongdong
Bai interpreta esto como una obligación del gobierno de "ofrecer educación y otros medios
necesarios para que cada individuo se desarrolle plenamente en un sentido moral e intelectual". 9
Así pues, la educación se considera un medio para facilitar la movilización política, dar la palabra al
pueblo en las decisiones políticas y plantear exigencias a los dirigentes del Estado. También la
formación de esa mentalidad cívica es un elemento crítico de los sistemas políticos liberales.

2.1.3 La igualdad y la disidencia


Los expertos que apoyan la compatibilidad entre ambas concepciones han interpretado que el
confucianismo comprende elementos de igualdad similares a los de una democracia. El resultado de
esta interpretación es una comunidad de individuos benévolos que respeten los derechos y la
soberanía personal de los demás. En el confucianismo, esta perspectiva lega a cada ciudadano la
igualdad de oportunidades. Aunque Michael Collins reconoce que la noción de orden diferenciado
en la sociedad confuciana puede manifestarse como una forma de desigualdad, señalando que, “La
desigualdad no tiene por qué ser tan completa como para que si uno es superior, lo sea siempre y en
todas las cosas; no tiene por qué ser tan inflexible como para que uno nazca en un lugar fijo de un
orden social rígido y deba vivir su vida tal como le prescribe su posición sin posibilidad de
cambio.”10
Así la oportunidad de mejorar la posición de uno en la sociedad confuciana es paralela al énfasis
democrático en la igualdad. Además, se fomenta la tolerancia hacia las diversas ideas y opiniones y
se requiere el compromiso de las élites. En Analectas 9:2 incluso hay un respaldo a la voluntad libre
e independiente. Mencio creía que un buen sujeto debía seguir su conciencia innata y reprender a su
gobernante en lugar de obedecer incondicionalmente, también podríamos considerar como no
necesario el sacrificar el pluralismo en aras de la armonía social. La armonía difiere del
conformismo en que presupone la existencia de diversos intereses y puntos de vista, y requiere la
"mezcla" de esas diferencias. Para Michael Collins, "Una comunidad armoniosa no suprime la
individualidad de sus miembros, sino que sólo florece cuando la individualidad y la armonía se
potencian mutuamente"11. Tales derechos, sagrados en la filosofía confuciana, son congruentes con
la tradición liberal occidental de la ciudadanía democrática.
7 Collins, M.,‘China’s Confucius and Western Democracy’, p. 169
8 Ackerly, B., ‘Is Liberalism the Only Way Toward Democracy?’, p. 551
9 Tongdong Bai, ‘A Mencian Version of Limited Democracy’, Res Publica, 14, 2008, p.27
10 Collins, M.,‘China’s Confucius and Western Democracy’, p. 167
11 Collins, M.,‘China’s Confucius and Western Democracy’, p. 166

5
En la superficie parecen haber discordancias entre la tradición pacifista del confucianismo y la
impugnación política de la democracia liberal. Ackerly, sin embargo, rechaza esta contradicción
sugiriendo que “la disidencia es fundamental para las estructuras jerárquicas confucianas” 12. La
noción de que la protesta, el reclamo, son usuales en la sociedad confuciana es compartida por otros
prominentes estudiosos confucianos. Tan, por ejemplo, señala que implícita en la enseñanza del
confucianismo está la tradición del dao (modo de vida ético), que obliga a la gente a denunciar las
injusticias que transgreden los valores humanos básicos. Michael Collins señala que para "realizar
el camino en lugar de simplemente seguirlo, debe haber una participación democrática en el reclamo
social para resolver los problemas compartidos de la comunidad". Otros académicos también
interpretan que el confucianismo, incluso en el contexto de una rígida jerarquización, permite la
oposición ciudadana siempre que no incite al caos político o a la rebelión.

3.1 La interpretación de incompatibilidad


La democratización en el Asia oriental ha sido ardua y, a veces, inestable. El éxito desigual de la
democracia en la región se atribuye a menudo a un énfasis comunitario en centralización política,
política pública colectivista, creencia en el Estado como entidad virtuosa, y la aversión al cambio
político. La difícil transición de Asia oriental ha llevado a algunos académicos y políticos a concluir
que el confucianismo está obstaculizando la democratización. Como argumenta Samuel Huntington:
“No hay una relación causal entre la tradición confuciana y la democratización. La herencia
confuciana, con su énfasis en la autoridad, el orden, la jerarquía, y la supremacía de la colectividad
sobre el individuo, crea obstáculos a la democratización”. 13
Algunos líderes políticos de Asia oriental, como Lee Kuan Yew de Singapur y Mahathir Mohamed
de Malasia, han declarado públicamente que el predominio de los "valores asiáticos" hace que la
democracia liberal occidental sea poco realista para la región. Los críticos sostienen, sin embargo,
que los líderes estatales usan la maleabilidad de las palabras de Confucio como justificación para el
antiliberalismo de sus prácticas políticas. Brennan y Fan argumentan, por ejemplo, que “la falta de
voluntad de abandonar las tradiciones autoritarias confucianas impide que las sociedades progresen
democráticamente”14.
Mucha de la literatura presume que aquellos que están altamente comprometidos con el sistema de
valores confucianos respetan la jerarquía social, y ven el pluralismo, el activismo civil, y la política
adversaria como una perturbación de los deberes paternalistas del estado. Consecuencia de ello se
considera que las sociedades de Asia oriental con orientación confuciana tienen menos
probabilidades de apoyar la democracia liberal.
Entre los que sostienen que el confucianismo y la democracia son incompatibles podemos encontrar
tanto a aquellos que simpatizan con el confucianismo y como a los que no simpatizan. Entre los no
simpatizantes está Samuel P. Huntington, para quien "la democracia confuciana es una contradicción
de términos en la medida en que el confucianismo enfatiza el grupo sobre el individuo, la autoridad
sobre la libertad, así como las responsabilidades sobre los derechos, y el orden y el respeto a la
jerarquía, y no proporciona "ninguna legitimidad a las instituciones sociales autónomas" 15. De alli
que la libertad individual y los derechos, incluidos los derechos contra el Estado, y las instituciones
sociales autónomas separadas del Estado, no se puedan albergar en cualquier estado de Confucio.
Como resultado, los estados confucianos son o bien no democráticos o antidemocráticos". Estas
opiniones Huntington las refuerza en su libro: “El choque de las civilizaciones y el restablecimiento

12 Ackerly, B., ‘Is Liberalism the Only Way Toward Democracy?’, p. 566
13 Huntington,S., The Clash of Civilizations, p. 238.
14 Brennan, Andrew and Ruiping Fan, ‘Autonomy and Interdependence: A Dialogue Between Liberalism
and Confucianism’, Journal of Social Philosophy, 38 (2007): 511–35.
15 Huntington, S., 'Democracy's Third Wave'. Journal of Democracy, 1991, p. 15-26

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del orden mundial”. Allí, afirma que "la deslegitimación fue más exitosa en países donde las
influencias cristianas y occidentales eran fuertes. Por implicación, son las influencias confucianas en
la 'civilización sinica' las que actúan como un impedimento para la democratización. Para él Corea
del Sur y Taiwán sólo han hecho algunos progresos porque los 'líderes cristianos promovieron en
estos países el movimiento hacia la democracia" 16.
No es descabellado pensar que Huntington está articulando una visión comúnmente sostenida en
Occidente. No servirá de nada rechazar este punto de vista alegando que surge de una perspectiva
poco comprensiva de China y su cultura, o alegando que es sostenida por personas que no están lo
suficientemente bien informadas sobre Asia.
El énfasis de Confucio en la armonía social es visto por algunos autores como un obstáculo para la
democracia porque lo considera antitético para el individuo y sus derechos, cuyo reconocimiento es
un requisito previo para la democracia. Así pues, para avanzar hacia la democracia, China tiene que
enfrentarse a los "principales problemas de la tradición occidental", es decir, las cuestiones
relacionadas con "los derechos y el individuo". Si hay una transición hacia la democracia en China,
tendrá lugar a pesar de la cultura confuciana, en una clara visión optimista.
Las influencias confucianas no deben ser tomadas como que la cultura política china es contraria
para la democratización, algunos piensan que China está desarrollando instituciones políticas y
económicas capaces de superar los efectos adversos del confucianismo.
El profesor en filosofía Chenyang Li es un fiel partidario del confucianismo. Sin embargo, sostiene
la opinión de que el confucianismo y la democracia son incompatibles, o más específicamente, la
opinión de que los valores confucianos chocan con los valores democráticos. Aquí hay un eco del
"choque de civilizaciones" de Huntington. Sin embargo, a diferencia de Huntington, Li es optimista
sobre las perspectivas de la democracia en los estados confucianos. y cree que los estados
confucianos no necesitan sacrificar su herencia confuciana en aras de la democracia, aunque ambas
sean incompatibles. Los estados confucianos pueden promover tanto los valores confucianos como
los democráticos. Li insiste en que la aparentemente imposible hazaña de combinar dos conjuntos de
valores incompatibles es de hecho posible.
De una forma u otra, la incompatibilidad del confucianismo y la democracia es ahora, en el mundo
en que vivimos, casi una ortodoxia, salvo porque hay algunas excepciones notables. Por ejemplo,
Francis Fukuyama cree que los argumentos de Huntington "exageran los obstáculos que el
confucianismo plantea a la difusión de un sistema político que es reconociblemente democrático en
un sentido occidental"17. Fukuyama hace una distinción entre "confucianismo político" y el
confucianismo como "ética personal", una distinción que, como veremos más adelante, también
puede encontrarse en otros estudiosos.
Es el confucianismo político el que "legitima un sistema político jerárquico y apoya la "burocracia
de los eruditos"18 . Como ética personal, el confucianismo enfatiza los compromisos con la "familia,
el trabajo, la educación y otros elementos de la vida diaria" 19. Estos compromisos se valoran por
encima de cualquier obligación con el Estado o con el emperador. Fukuyama llega a la conclusión
de que "el confucianismo chino... no legitima la deferencia a la autoridad de un Estado todopoderoso
que no deja margen para el desarrollo de una sociedad civil independiente" 20, y que "el
confucianismo no impone de ninguna manera un sistema político autoritario" 21.
Otra notable excepción es Peter Berger. Quien remonta su tesis de incompatibilidad a Weber.
Sostiene que "hay un argumento (que Weber tiene en la cabeza) en las culturas de Asia oriental
16 Huntington, S., “El choque de las civilizaciones y el restablecimiento del orden mundial” New York, 1996, p. 193
17 Fukuyama, F., 'Confucianism and Democracy'. Journal of Democracy 6: 25.
18 Fukuyama, F., 'Confucianism and Democracy'. Journal of Democracy 6: 26
19 Fukuyama, F., 'Confucianism and Democracy'. Journal of Democracy 6: 26
20 Fukuyama, F., 'Confucianism and Democracy'. Journal of Democracy 6: 28
21 Fukuyama, F., 'Confucianism and Democracy'. Journal of Democracy 6: 30

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(debido al confucianismo o algunas otras tradiciones religiosas-éticas) que son particularmente
adecuadas para el desarrollo moderno" 22. Entre ellos encontramos "un sentido altamente desarrollado
de practicidad o pragmatismo, una orientación activa más que contemplativa de la vida, un gran
interés en las cosas materiales... y, por último pero no menos importante, una gran capacidad de
gratificación y disciplina"23. Estos valores y actitudes conducen al "desarrollo moderno".
El confucianismo también promueve la estabilidad política, que también conduce al desarrollo. Sin
duda, el énfasis aquí está en el desarrollo económico. Sin embargo, Berger continúa diciendo que
hay un débil apoyo a la tesis de que el desarrollo capitalista exitoso genera presiones hacia la
democracia. Berger señala que “fue el propio Weber quien hizo una distinción entre las versiones
vulgares y las versiones altas de cualquier conjunto de ideas, y quien sugirió que eran las versiones
vulgares las que tendrían la mayor eficacia histórica 24. Esta distinción es paralela a la distinción de
Fukuyama entre el confucianismo político y el confucianismo como ética personal mencionado
anteriormente. Es posible que al llamar nuestra atención sobre la distinción de Weber, Berger quiera
decir que son las versiones vulgares del confucianismo, o el confucianismo politizado, las que son
responsables de los conceptos erróneos sobre el confucianismo y su relación con la democracia.
Las excepciones que se encuentran en Fukuyama y Berger son extrañas, lo suficientemente extrañas
como para no desafiar el estatus casi ortodoxo de la opinión de que el confucianismo y la
democracia son incompatibles. Siguiendo a Chenyang Li, podemos exponer el caso de la
incompatibilidad de la siguiente manera. Hay ciertos valores que sirven como requisitos previos para
la democracia, en particular los valores de la libertad, la igualdad y el pluralismo. Estos valores son
incompatibles con la los valores confucianos de deber, responsabilidad y lealtad.
En primer lugar, el valor democrático de la libertad se basa en el concepto de los derechos
individuales. Dado que este concepto entra en conflicto con muchos principios fundamentales de
Confucio, la libertad es incompatible con el confucianismo. Puede decirse que en el confucianismo
la sociedad es como una familia y no hay lugar para los derechos en una familia. Se puede decir
además que la idea de derecho es incompatible con la idea confuciana de “Jen”. “Jen” requiere que
el individuo ejerza autocontrol, que atienda a sus deberes y responsabilidades determinadas por su
posición en la sociedad, y deba permanecer leal. La persona con “Jen” no puede ejercer la plena
autonomía personal y por lo tanto no se puede decir que esté en plena posesión de la libertad.
En segundo lugar, el valor democrático de la igualdad es incompatible con el confucianismo.
Notoriamente, el confucianismo especifica estrictos roles jerárquicos. La doctrina de los tres
vínculos requiere que el niño deba ser obediente a los padres, la esposa al marido y el sujeto a su
soberano. La igualdad también es incompatible con muchos ideales confucianos como la
meritocracia y el paternalismo. Mientras que el confucianismo acepta la idea de una igualdad
"natural", o la igualdad de los atributos naturales, rechaza la idea de igualdad "evaluativa", o la
igualdad de valor y por lo tanto de tratamiento. La idea confuciana de un sabio o un caballero (jun
zi) implica que las personas son desiguales, dependiendo de dónde estén en el proceso de convertirse
en un sabio o un caballero. Como Chenyang Li lo señala, “decir que todos somos de igual valor y
que merecemos un trato igualitario es socavar el ideal confuciano de "jun zi" que está en su
núcleo”25. Aquellos que se consideran capaces, y se supone que los sabios se encargan de los menos
capaces, deben tener autoridad sobre estos últimos. Todos estos ideales y valores confucianos entran
en conflicto con el valor democrático de la igualdad y sus valores afines de individualismo y
autonomía.
En tercer lugar, los valores confucianos de unidad y armonía entran en conflicto con los valores
democráticos de pluralidad y elección. Estos últimos, por supuesto, están relacionados con el valor
22 Berger, Peter L. ,The Capitalist Revolution. New York: Basic Books.1986. p.155
23 Berger, Peter L. ,The Capitalist Revolution. New York: Basic Books.1986. p.163
24 Berger, Peter L. ,The Capitalist Revolution. New York: Basic Books.1986. p.101
25 Li, Chenyang The Tao Encounters the West. Albany: State University of New York Press.1997, p.177

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democrático del individualismo. Al privilegiar el conjunto social sobre los individuos, el
confucianismo se esfuerza por la unidad a expensas de la pluralidad y la elección.
Quizás los argumentos de incompatibilidad entre los valores confucianos y democráticos expresados
por Chenyang Li son muy exagerados. En cuanto a los derechos, puede decirse que los derechos
deben ser defendidos si se quieren obtener ciertos ideales confucianos. Por ejemplo, el énfasis
confuciano en las responsabilidades no tiene sentido en ausencia de derechos. Puede ser que en una
familia o sociedad ideal, los derechos no sean necesarios pero el progreso hacia ese ideal puede no
ser posible sin esos derechos. En la práctica, los derechos deben ser reconocidos incluso dentro de la
familia confuciana. Daniel A. Bell ha señalado que, “en la época de Han, los valores familiares
confucianos daban como resultado que las personas tuvieran derecho a ocultar los crímenes de sus
parientes cercanos y el derecho a no testificar en los tribunales contra los miembros de la familia" 26
En la dinastía Ching, el derecho de los padres a ser respetados por los hijos estaba protegido por la
ley.
También puede decirse que el ideal confuciano de Li (propiedad) implica la observancia de los
derechos, no de los derechos individuales en general, sino los derechos de un individuo en una
determinada posición social. La impresión de que el confucianismo no tiene una noción de los
derechos individuales probablemente surge del hecho de que no hay derechos que floten libremente
en el confucianismo y que los derechos están incrustados en contextos sociales. En la noción de Li
hay un reconocimiento de los derechos vinculados a los individuos en posiciones sociales
específicas.
Lo que los partidarios de la tesis de la incompatibilidad tienen en mente por los derechos
individuales y la libertad es quizás la idea de que cada individuo es libre de actuar en su propio
interés sin tener que poner los intereses del grupo por encima de los intereses individuales. El
problema aquí es que no está claro cómo el derecho y la libertad entendidos de esta manera son
cruciales para la democracia. Seguramente, hay límites a la búsqueda de intereses individuales en
cualquier democracia, por no hablar de en una democracia robusta. Hay situaciones en una
democracia en las que los derechos individuales tienen que ser sacrificados por el bien de los
intereses del grupo. Las autoridades gubernamentales en las democracias occidentales se apropian en
determinadas circunstancias de tierras privadas para la construcción de carreteras, reclutan a
hombres y mujeres jóvenes para las fuerzas armadas, prohíben el consumo de drogas peligrosas, la
lectura y la visualización de ciertos materiales y así sucesivamente. Recordemos la famosa
exhortación del presidente Kennedy: "No preguntes lo que tu país puede hacer por ti., pregunta lo
que tú puedas hacer por tu país".
Es cierto que el confucianismo da mucho valor a la lealtad. Sin embargo, la idea de que la lealtad es
incompatible con la libertad debe ser desafiada. Incluso si aceptamos que la lealtad implica estar
ligado a otros, podemos cuestionar la afirmación de que una persona leal no es realmente totalmente
autónoma. Baste decir aquí que uno apreciaría la lealtad de una persona totalmente autónoma y por
la misma razón uno sería muy escéptico de la lealtad de un esclavo, si es que la lealtad lo es. Por otra
parte, es erróneo pensar que la lealtad no tiene cabida en la democracia, tal como se observa a diario
en las votaciones parlamentarias de USA o de Europa, por ejemplo. Además, estudiosos como
Fukuyama y Bell han señalado que el énfasis confuciano en la lealtad actúa como un límite a la
autoridad del Estado y podría muy bien trabajar en contra del autoritarismo, no a favor de él como
los 'incompatibilistas' imaginan. De hecho, Bell señala que “en la China Imperial, el confucianismo
fue frecuentemente criticado por alentar la desobediencia y fomentar una perspectiva crítica frente al
Estado. Lejos de justificar la adhesión ciega al status quo político, los valores confucianos a menudo
proporcionaban la recursos intelectuales para los críticos sociales" 27.

26 Bell, D., 'Democracy with Chinese Characteristics: A Political Proposal for the Post-Communist Era'. Philosophy East and West 49.p.463
27 Bell, D., 'Democracy with Chinese Characteristics: A Political Proposal for the Post-Communist Era'. Philosophy East and West 49.p.463

9
Ahora nos referiremos al valor democrático de la igualdad, que se supone que es incompatible con
muchos principios claves confucianos. Concediendo que los roles sociales definidos en el
confucianismo implican desigualdad, no se deduce que el confucianismo sea incompatible con la
idea de igualdad. Lo que los "incompatibilistas" no se dan cuenta es que hay dos dimensiones de la
igualdad. En la dimensión "horizontal", la igualdad significa que los iguales deben ser tratados de
igual manera. En la dimensión "vertical", significa que los desiguales tienen que ser tratados de
manera desigual. Esta estructura de la igualdad está consagrada en la Ética Nicomaquea de
Aristóteles. Que haya desigualdad en los roles sociales no significa que no haya igualdad. En
general, el hecho mismo de los roles implica una desigualdad en los derechos y responsabilidades.
Asignar un papel a alguien, no importa cuán humilde sea, es permitir y esperar que esa persona haga
ciertas cosas que no permitimos o esperamos que hagan otras personas. La desigualdad de funciones
no es una desigualdad en general y bien podría ser sólo la dimensión vertical de la igualdad.
En cuanto a la meritocracia y el paternalismo, no hay razón para pensar que son incompatibles con
la democracia. De hecho, las democracias occidentales modernas son de naturaleza capitalista y el
capitalismo promueve activamente la competencia, de ahí la meritocracia.
Finalmente, es un error pensar que el confucianismo promueve la unidad a expensas del pluralismo
y que la democracia enfatiza el pluralismo a expensas de la unidad. La idea de las "cien flores"
promovida activamente en la época de Confucio puede ser interpretada como una llamada al
pluralismo. En contra de esto, puede decirse que mientras el confucianismo acoge la pluralidad de
ideas, está en contra de la idea de la pluralidad de grupos y facciones sociales.
Sin embargo, no está claro cómo la pluralidad de ideas podría florecer sin la pluralidad a nivel
social. Es más plausible suponer que el confucianismo está sólo en contra del tipo de división social
que trabaja en contra del interés común. Pero entonces, ¿qué sociedad estaría a favor de ello? Las
democracias occidentales no promueven la pluralidad a expensas de la unidad social. Políticamente,
las democracias más sólidas han evolucionado hacia un sistema bipartidista, en lugar del tipo de
pluralismo político, que impide la promoción del propósito común, sea cual sea.
Sin duda, en las democracias occidentales contemporáneas, el individualismo y la idea de los
derechos individuales se han perseguido mucho más vigorosamente que en cualquier estado
confuciano. Sin embargo, puede decirse que se persiguen hasta el punto de que han surgido muchas
consecuencias indeseables, que podrían amenazar a la propia democracia. El culto al individuo no es
razón para pensar que los derechos individuales y la libertad son valores democráticos
fundamentales. De hecho, los dirigentes de muchas democracias occidentales se han dado cuenta de
los efectos perjudiciales del culto al individualismo y han pedido que se vuelva a los valores
familiares "tradicionales". Por ejemplo, en la democracia de Israel, siempre ha existido una larga
tradición de poner a la familia y a la comunidad por delante del individuo. Al mostrar que los
recientes argumentos de incompatibilidad pueden ser cuestionados no prueba que la democracia sea
compatible con el confucianismo, y mucho menos que un estado confuciano sea ipso facto
democrático. El problema es que históricamente, lo que algunos llaman "confucianismo político", o
lo que Berger llama "confucianismo vulgar", es la forma dominante de confucianismo, si no la
única. Los estados confucianos que encarnan esta forma han sido no democráticos, incluso
antidemocráticos. Lo que necesitamos mostrar es que hay recursos dentro del confucianismo de la
ética personal, el teórico, o "alto confucianismo" para Berger, que permitan el desarrollo de un
estado democrático. En este sentido, una idea prometedora es la del min-pen: el concepto de que el
pueblo es la base del gobierno. Algunos estudiosos han reconocido el potencial democrático de esta
idea, como Viren Murthy y Chen-yang Li. Sin embargo, también sostienen que es insuficiente para
el desarrollo de la democracia.

10
3.1.1 La idea de Min-pen
Gobernar según la idea de min-pen es gobernar para el pueblo (min), para su bienestar, su
prosperidad y su seguridad, atendiendo así al pueblo como se atendería a las raíces (pen) de un árbol.
El énfasis en gobernar para el bienestar y la prosperidad del pueblo puede encontrarse en los escritos
de Confucio (por ejemplo, Analectas 13.9): La idea del min-pen en sí misma se remonta a la época
pre-confuciana, pero recibe un tratamiento completo en los escritos de confucianos clave como
Mencio y Jia Yi. Los elementos clave del min-pen están todos en Mencio.
Para Mencio, la idea de min-pen implica la idea de protección del pueblo, protegiéndolo contra la
pobreza y la inseguridad. Como señala Kung-chuan Hsiao, a través de "los Siete Libros de Mencio,
Mencio centraba su preocupación en enriquecer el sustento de la gente, disminuyendo los impuestos
e imposiciones, poniendo fin a las guerras y corrigiendo los fundamentos" 28. Se exhorta así a que los
gobernantes garanticen que los medios de vida de las personas sean tales que tengan suficiente para
cuidar de sus padres y sus hijos. Los que no lograron enriquecer los medios de vida de la gente
fueron condenados duramente por Mencio. Sólo cuando las personas son prósperas se puede esperar
que se comporten moralmente. Cabe destacar dos implicaciones de la posición de Mencio. En
primer lugar, como señala Hsiao (1979: 159), “si bien el gobierno tiene el deber absoluto de
alimentar al pueblo y mantener la paz y la estabilidad, el pueblo no tiene ningún deber absoluto de
obediencia al gobierno"29. En segundo lugar, como ha señalado Hsiao, "la relación del gobernante
con el pueblo se convierte en última instancia en una relación de igualdad" 30, es decir, "el derecho a
responder en consonancia con el trato que el gobernante se da a sí mismo y por lo tanto de la misma
manera que él". De hecho, hay pasajes en Mencio en los que se afirma que las personas son
importantes y el gobernante no es tan importante 31.
La importancia de la idea del min-pen ha sido desestimada en numerosas ocasiones por los
"incompatibilistas". Por ejemplo, en la lectura que hace Chenyang Li de Mencio, la idea del min-pen
"no excluye que el rey sea el único que tome decisiones y aunque el rey podría poner el bienestar de
su pueblo en primer lugar, podría seguir actuando como dictador” 32. Aunque esto es lógicamente
posible, es casi seguro que no es una posibilidad contemplada por Mencio. Un dictador sólo actúa
según sus deseos. Es posible que los deseos de un dictador coincidan con los del pueblo, pero dadas
las grandes diferencias entre el rey y su pueblo en cuanto a estatus, posición, perspectivas y otras
circunstancias, esto es poco probable. Lo que es más probable es que un rey que pone el bienestar de
su pueblo en primer lugar tendrá que comprometer sus intereses personales. De hecho, eso es lo que
significa poner el interés de alguien en primer lugar. Seguramente, min-pen no significa poner el
bienestar de la gente primero sólo cuando eso está en línea con los deseos de uno, o cuando sirve a
los propios propósitos. Además, para Mencio, la idea de min-pen está conectada a la virtud de “Jen”.
Es improbable que Mencio considere la idea de un dictador con “Jen”. El rey que pone el bienestar
de su pueblo en primer lugar es uno con una mente benévola (Jen hsin) que está a cargo de un
gobierno benévolo (Jen cheng)33. De nuevo, es lógicamente posible que haya un dictador
benevolente y quizás haya habido algunos, pero no hay evidencia textual que sugiera que Mencio
consideró esta posibilidad según el profesor Li.

28 Hsiao, Kung-chuan A History of Chinese Political Thought. Vol. One: From the Beginnings to the Sixth Century A.D. Trans. F. W. Mote.
Princeton: Princeton University Press.1979, p.150
29 Hsiao, Kung-chuan A History of Chinese Political Thought. Vol. One: From the Beginnings to the Sixth Century A.D. Trans. F. W. Mote.
Princeton: Princeton University Press.1979, p.159
30 Hsiao, Kung-chuan A History of Chinese Political Thought. Vol. One: From the Beginnings to the Sixth Century A.D. Trans. F. W. Mote.
Princeton: Princeton University Press.1979, p.159
31 https://oll.libertyfund.org/titles/mencius-the-chinese-classics-vol-2-the-life-and-teachings-of-mencius/,The works of Mencius.Book VII, Part II.
32 Li, Chenyang The Tao Encounters the West. Albany: State University of New York Press.1997, p.169-170
33 Ver ejemplo de ello de https://oll.libertyfund.org/titles/mencius-the-chinese-classics-vol-2-the-life-and-teachings-of-mencius/,The works of
Mencius.Book I, Part II.

11
De hecho, hay evidencias para sugerir que Mencio creía que el pueblo estaría justificado en deponer
a un rey dictatorial que había perdido el "mandato del cielo" 34 . Para estar seguros, este pasaje debe
ser interpretado con cautela. Por ejemplo, Bell señala que "es posible interpretar este pasaje en el
sentido de que el rey merecía que le cortaran la cabeza no porque no sirviera al pueblo, sino porque
era una mala persona en un sentido que le importaba a Mencio" 35. El llamamiento a la precaución
interpretativa es bienvenido. Decir que Mencio siempre aboga por poner el bienestar del pueblo en
primer lugar puede ser ir demasiado lejos, ya que hay pasajes de Mencio donde parece afirmar la
supremacía del gobernante. Pero igualmente, es ir demasiado lejos para descartar de antemano el
significado de la idea del min-pen, como, por ejemplo, Chenyang Li ha hecho. Así, Li argumenta
que Mencio sólo puede estar hablando sobre una "aprobación moral de una rebelión, no un derecho
a rebelarse"36.
Deberíamos admitir que si la democracia está estrictamente definida en términos de la gente que
elige directamente al gobierno, entonces la idea del min-pen está muy lejos de lo que se requiere
para la democracia. Sin embargo, se acerca mucho más a ella de lo que los estudiosos como Li nos
haría creer.
La idea del min-pen no puede entenderse aisladamente de ideas políticas como el "mandato del
cielo" y la práctica de seleccionar a los funcionarios del gobierno por exámenes públicos.
Combinado con la idea del "mandato del cielo', la imagen que emerge es una en la que la gente
juegan un papel en la elección del gobierno, aunque indirectamente, a través del cielo. El pueblo
expresa sus deseos y el cielo los traduce en un mandato que debe ser dado a un gobierno apropiado 37
De esta manera, el mandato del cielo sólo es el mandato del pueblo, y perder el mandato del cielo es
perder la confianza de la gente. La gente tiene el derecho de elegir, aunque no es un derecho escrito
en la ley del hombre: es un derecho escrito en la ley del cielo, o la ley del Tao. Lo que lo diferencia
técnicamente de un gobierno democrático, en el sentido técnico, es que el pueblo elige directamente
al gobierno. Sin embargo, se puede argumentar que la elección directa no es un fin en sí misma sino
un medio para elegir a los funcionarios del gobierno de manera justa, pública y abierta. Si es así,
entonces los exámenes justos, públicos y abiertos propugnados por el confucianismo realizados en la
China Imperial se acercaron más a capturar la esencia de la democracia de lo que creen los
"incompatibilistas".
Mencio y otros confucianos insisten en la importancia de poner al pueblo en primer lugar y lograr la
eliminación de la pobreza. Como hemos visto, para Mencio, min-pen significa asegurar que el
pueblo sea próspero. La verdadera base de la democracia es la prosperidad del pueblo, no las
instituciones técnicamente democráticas. También puede decirse que las elecciones sólo tienen
sentido si están informadas y no se hacen bajo presión. Sólo la prosperidad permitirá a la gente
educarse y elegir sin presión. Sólo un gobierno que gobierne con la idea del min-pen puede asegurar
la prosperidad. Hay que admitir que el min-pen sin elección directa no es democracia, al menos en el
sentido técnico, occidental. Sin embargo, podríamos considerar que la prosperidad conduce
inevitablemente a, si no a la democracia como la conocemos, entonces a algo cercano, lo
suficientemente cercano para ser efectivamente democráticos.

3.1.2 Jerarquía social


Confucio percibía al Estado como una institución orgánica paralela a la estructura familiar. Como
una familia, el Estado refleja la relación superior-inferior entre un padre y un hijo. El niño
(ciudadano) debe exhibir una conducta adecuada y una piedad filial, mientras que el padre (líder)

34 https://oll.libertyfund.org/titles/mencius-the-chinese-classics-vol-2-the-life-and-teachings-of-mencius/,The works of Mencius.Book I, Part II.


35 Bell, D., 'Democracy with Chinese Characteristics: A Political Proposal for the Post-Communist Era'. Philosophy East and West 49.p.463
36 Li, Chenyang The Tao Encounters the West. Albany: State University of New York Press.1997, p.170
37 https://oll.libertyfund.org/titles/mencius-the-chinese-classics-vol-2-the-life-and-teachings-of-mencius/,The works of Mencius.Book V, Part I

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tiene el deber de rectificar el comportamiento defectuoso de su hijo a través de un liderazgo de
principios. Como resultado, la sociedad confuciana enfatiza la obediencia a la autoridad y desalienta
el comportamiento que deslegitime la estructura de la autoridad. Sin embargo, la consideración a la
autoridad deja poco espacio para cultivar una tradición de activismo político y movilización social.
En cambio, en un sistema de gobierno liberal, se alienta a los ciudadanos a formular opiniones
basadas en el bienestar individual, mientras que en una sociedad confuciana los sujetos se someten
al estado sin poner controles en el comportamiento de los funcionarios públicos.
El Estado confuciano limita el pluralismo para aprovechar la cohesión nacional. Por ejemplo, a los
presidentes y primeros ministros de Asia oriental se les suelen conceder cantidades desmesuradas de
poder con poca oposición de otros poderes del Estado. Algunos dirigentes legitiman su dominio
opresivo invocando los valores confucianos de unidad nacional y paternalismo. Estos arreglos
reflejan el concepto de Guillermo O'Donnell de la democracia delegada, en la que el poder político
se concentra en el ejecutivo y rara vez se pone en tela de juicio. Se ha argumentado que el uso de
“Ren” de la tradición confuciana en la sociedad china contemporánea sostiene una política
autoritaria benévola.

3.1.3 Primacía colectiva


Las sociedades confucianas rara vez persiguen el avance de los derechos individuales colocando
efectivamente la primacía del grupo por encima del individuo.
Una razón fundamental por la que el confucianismo no valora la lucha por las libertades individuales
es que si el estado está cumpliendo su deber de promover el bienestar público, tales esfuerzos se
consideran innecesarios. Los individuos esperan que se les proporcionen las oportunidades
necesarias para cumplir su papel social. De hecho, se cree que los conceptos occidentales de
partidismo y grupos de interés incitan a la ineficiencia e inestabilidad política. Así pues, los asiáticos
orientales se inclinan por dar preferencia a la eficiencia y el orden, en lugar de aplicar un sistema
más transparente de luchas e incertidumbre.
Algunos estudios sugieren que los sistemas familiares tradicionales del Asia oriental pueden estar
impidiendo el crecimiento de la democracia formal. Por ejemplo, Roger Ames sostiene que “las
tradiciones confucianas han tardado en producir las instituciones formales y objetivas necesarias
para sostener una versión confuciana de la democracia” 38. Cuando las sociedades confucianas han
producido estas instituciones, a menudo se ven comprometidas y en última instancia erosionadas por
la excesiva intervención de las relaciones personales. Con tanta inversión en lo íntimo de la relación
familiar, los intentos de proyectar la norma a otros lugares dificultan la necesidad de ideales
reguladores, como la justicia y la equidad. El gobierno autocrático chino se atribuye en parte al alto
grado de valores confucianos que postulan que la libre discusión de ideas pondrá a la comunidad
política en general en riesgo de desintegración.

3.1.4 Un estado moral


El confucianismo considera que la virtud es el principio rector del gobierno en lugar de las
instituciones políticas formales. En Las Analectas 2:1, Confucio afirma que "Aquel que ejerce el
gobierno por medio de su virtud puede ser comparado con la estrella del polo norte, que mantiene su
lugar y todas las estrellas giran hacia ella". Sin embargo algunos estudiosos señalan que la doctrina
confuciana no aborda lo que debe hacerse si la moralidad falla y si se producen conflictos en el
proceso y la aplicación de la legislación.

38 Roger T. Ames, ‘Tan Junyi and the Very Idea of Confucian Democracy’, in Sor-Hoon Tan and John Whalen-Bridge (eds.), Democracy as
Culture: A Deweyan Pragmatism in a Globalizing World (State University of New York Press, 2008), pp. 177

13
El optimismo del confucianismo con su noción de virtud no apunta a ningún mecanismo
institucional claro para resolver conflictos. Las pequeñas comunidades agrarias, donde vivieron
Confucio y Mencio, ya no existen, y la moralidad por sí sola no puede enseñar lo que está bien y lo
que está mal. En gran medida en las comunidades urbanas e industriales los valores morales
cambian constantemente, y los mismos valores no siempre significan lo mismo en diferentes
segmentos de la población. En consecuencia, los valores a menudo entran en conflicto. Por lo tanto,
regirse sólo por la moral no puede promover una comunidad armoniosa. Además, sin una puesta en
valor del estado de derecho por parte de los líderes políticos, la democracia no puede sobrevivir.

4.1 La interpretación de la convergencia


A pesar de las dos interpretaciones ya analizadas la tendencia en muchos estudios es a evaluar la
relación entre la democracia y el confucianismo como dicotómica; la democracia es compatible o
incompatible con los valores confucianos. En realidad, la relación es más compleja y está
condicionada por una multitud de factores. Al centrarse únicamente en los valores antidemocráticos
del confucianismo, por ejemplo, estudiosos como Samuel Huntington ofrecen sólo un relato parcial
de la posible relación entre el confucianismo y la democracia.
Un número cada vez mayor de estudiosos afirma que el confucianismo y la democracia pueden ser
reformulados en el contexto del Asia confuciana. La convergencia de los valores democráticos y
confucianos podría dar lugar a un nuevo sistema híbrido. Los defensores de esta perspectiva
consideran que los puntos fuertes tradicionales de las culturas asiáticas, como el orden y la
eficiencia, son útiles para construir democracias más fuertes.
Ahora intentaremos presentar la forma en que la democracia y los valores confucianos tradicionales
de Asia oriental pueden servir para mejorarse mutuamente.

4.1.1 Los valores democráticos y confucianos en un sistema convergente


Aunque la democracia y el confucianismo chocan en puntos significativos, los estudiosos han
identificado elementos que podrían beneficiar a ambas doctrinas. Por ejemplo, algunos han señalado
la conexión entre el confucianismo y los derechos humanos. Autores como Chaibong Hahm analiza
el vínculo entre el confucianismo y el notable desarrollo económico de Asia oriental en los últimos
años. Otros han cuestionado si el choque entre la democracia y el confucianismo, tal como se
interpreta en los trabajos académicos y periodísticos, es exagerado. Russell Dalton y Nhu-Ngoc Ong
sugieren que “aunque las élites políticas utilizan argumentos culturales para sostener su gobierno y
rechazar las normas sociales liberales, los ciudadanos de las naciones no democráticas de Asia
oriental no tienen necesariamente interpretaciones similares del confucianismo. Sostienen que la
modernización de finales del siglo XX ha reforzado la prevalencia de la participación de las
masas”39. Yung-Myung Kim señala que “la cultura de Asia oriental está cambiando drásticamente,
especialmente entre generaciones. Es posible que los valores confucianos no sean el estilo de vida
predominante entre ciertos segmentos de la población. La cultura occidental está encontrando una
forma de fusionarse con las sociedades confucianas. La cultura de Asia oriental tampoco es
invariable en el tiempo. Las culturas pueden cambiar. Kim concluye: Si las élites políticas
paternalistas pueden promover una cultura confuciana, no hay razón para que las élites
democráticas, los políticos o los intelectuales no puedan promover los valores democráticos en las
sociedades de Asia oriental”40.

39 Russell J. Dalton and Nhu-Ngoc T. Ong, ‘Authority Orientations and Democratic Attitudes: A Test of the “Asia Values” Hypothesis’, Japanese
Journal of Political Science, 6 (2005): 211–31.
40 Yung-Myung Kim, ‘Asian-Style Democracy’, pp. 1131–32.

14
También es posible que los valores confucianos puedan corregir los rasgos menos positivos de la
democracia de estilo occidental, como el individualismo desenfrenado y la falta de compromiso con
la familia y la comunidad. La democracia, cuando se forja con los ideales confucianos, puede
resultar en un sistema de individualismo, participación, consenso y autoridad. En la democracia
confuciana, por ejemplo, “Sor-Hoon Tan propone una alternativa a la democracia liberal. Tan
argumenta que a diferencia de una democracia liberal que opera bajo las restricciones de los grupos
de interés, la democracia confuciana es capaz de promover tanto la libertad individual como el bien
común. El confucianismo también puede ser capaz de fortalecer la democracia”. 41 El énfasis
confuciano en el orden social y el respeto a la autoridad, la armonía y el consenso puede ayudar a la
supervivencia de las florecientes democracias.
¿Cómo sería la fusión de Confucio y un gobierno democrático? Daniel Bell argumenta que “los
representantes democráticos elegidos por el pueblo no son necesariamente "sabios y de mente
amplia" capaces de sopesar "las consecuencias a largo plazo de las decisiones actuales". Bell cree
que el gobierno únicamente por el pueblo no es apropiado para las sociedades de Asia oriental con
una herencia confuciana. Para la China confuciana, propone un modelo que reconcilia el gobierno
meritocrático con la práctica mínima de la democracia representativa. Específicamente, su modelo
de democracia confuciana consiste en dos cámaras de políticos. Como en la mayoría de las
democracias liberales, los miembros de la cámara baja serán elegidos por el pueblo. Los de la
cámara alta, por otro lado, se seleccionarán sobre la base de concursos públicos. Protegido de la
demandas de los votantes preocupados por sus intereses a corto plazo, la cámara alta, como una
institución de políticos con talento y espíritu público, podrá servir a la los intereses a largo plazo del
pueblo en su conjunto. Esta cámara, llamada el Xianshiyuan, también podrá "proteger a los
individuos impopulares y a las minorías vulnerables de la decisiones de las mayorías democráticas
de la cámara baja”42.
La democracia también puede hacerse encajar en la tradición confuciana. Como Baogang escribe,
con demasiada frecuencia "la democracia es el juez y la verdad final mientras que el confucianismo
es considerado como pasivo: o bien debe ser abandonado por el bien de la democracia, o debe ser
modificado para hacerlo compatible con la democracia" 43. Más bien, observa que "la democracia
misma necesita abrirse y ser sometida a la crítica de diferentes culturas. En este contexto, el
confucianismo se presenta como un contrapeso al individualismo excesivo y a la democracia
electoral estrechamente definida"44. Mientras que Baogang desarrolla esta perspectiva en un modelo
interpretativo separado que él etiqueta como "crítico", nosotros mantenemos esta relación dentro de
una perspectiva de convergencia. Lo hacemos reconociendo que tanto la democracia como Confucio
pueden requerir ajustes para encajar en el sistema del otro, pero que inevitablemente producirá un
resultado único e híbrido. Pero estamos de acuerdo con Baogang en que "la democracia electoral
está llena de deficiencias y defectos" y que la práctica confuciana no puede violar los principios
humanos y morales. Por ejemplo, la tradición confuciana justifica la interferencia y la imposición
del Estado en la vida de los ciudadanos y esto no es necesariamente un obstáculo para los principios
morales. La formulación de Sor-Hoon Tan de una democracia confuciana y el sistema legislativo
híbrido de Daniel Bell, basado tanto en los principios democráticos de representación como en los
principios confucianos de líderes experimentados, son pasos teóricos importantes para dilucidar
cómo pudiese existir la democracia.

41 Tan, Confucian Democracy: A Deweyan Reconstruction.


42 Daniel A. Bell, Beyond Liberal Democracy (Princeton, NJ: Princeton University Press, 2006), p. 158-159
43 Baogan He, ‘Four Models of the Relationship Between Confucianism and Democracy’, Journal of Chinese Philosophy, 37, 1 (2010), p.20
44 Baogan He, ‘Four Models of the Relationship Between Confucianism and Democracy’, Journal of Chinese Philosophy, 37, 1 (2010), p.20

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5. Conclusión
Hemos intentado analizar cual es el papel del confucianismo en el desarrollo democrático del Asia
oriental. Todavía no hay consenso sobre la relación. La conceptualización de la democracia como
algo procesal o sustantivo y la conceptualización de los confucianismos como liberales o
antiliberales han estimulado tres interpretaciones.
La interpretación de compatibilidad interpreta la democracia como sustantiva y las tradiciones
confucianas como liberales y postula que las sociedades confucianas modernas tienen valores que
son compatibles con las democracias liberales. Entre estos valores están la adhesión a la rendición
de cuentas de los líderes, la igualdad de los ciudadanos, la formación de grupos cívicos y la
disidencia política. La interpretación de incompatibilidad interpreta la democracia como procesal y
las tradiciones confucianas como antiliberales y postula que la deferencia a la autoridad y la
obediencia a las jerarquías sociales no son compatibles exteriormente con las normas democráticas
de igualdad y participación política. La democracia en una sociedad confuciana parece posible sólo
con el debilitamiento de los valores confucianos. Los estudiosos señalan que la proclividad de Asia
oriental hacia el gobierno de un solo partido o un solo hombre revela fuertes tendencias confucianas
que hacen improbable la perspectiva de una verdadera democracia.
Por último, la interpretación de la convergencia sugiere que la reformulación tanto del
confucianismo como de la democracia puede dar lugar a sistemas sociales y políticos más
apropiados para los países de Asia oriental. Los valores democráticos pueden infundir instituciones
sólidas de transparencia y responsabilidad, mientras que los valores confucianos pueden disminuir el
individualismo desenfrenado, la dominación de los grupos de interés, fortalecer la comunidad y la
familia y proporcionar un grado de estabilidad a los regímenes democráticos florecientes.
Sólo unos pocos estudios empíricos han examinado estas teorías, y los resultados varían debido a la
variación estructural en Asia oriental. El confucianismo es una filosofía multifacética que se ha
filtrado en muchos aspectos del modo de vida del Asia oriental. Por consiguiente, los estudios
futuros deben tener en cuenta las diferentes formas en que se ponen en práctica la democracia y el
confucianismo, teniendo cuidado de no limitar los análisis a una característica particular como la
deferencia a la autoridad o la armonía social. Los investigadores deberían ofrecer una evaluación
equilibrada del impacto explícito de los valores democráticos y confucianos. Asimismo, la
conceptualización de la democratización es compleja. Al utilizar el apoyo a la democracia como
variable dependiente se ignoran los otros aspectos igualmente importantes de la democratización,
como el rechazo del autoritarismo y la aceptación de los derechos humanos. Por último, un gobierno
electo que gobierne sin la idea del min-pen no es verdaderamente democrático y uno que gobierna
con la idea del min-pen y lo hace con éxito se convertirá inevitablemente en democrático si no lo es
ya. De esto se pueden extraer una serie de implicaciones para la relación Este-Oeste. En primer
lugar, si a Occidente le preocupa la eliminación de la pobreza en Asia y en otros lugares, debería
centrarse en la aplicación de la idea del min-pen en esas regiones en lugar de preocuparse por si hay
democracia en el sentido técnico.
La mejor política con respecto a un Estado confuciano comprometido con el min-pen podría ser
dejar que el progreso hacia la democracia siga su propio curso, dejar que las cosas sean, "no tomar
ninguna acción" (wu wei). Segundo, los defensores de los valores confucianos tradicionales no
deberían ser escépticos con los valores democráticos y las formas del capitalismo moderno. Los
peores rasgos de la democracia en Occidente, por ejemplo, el individualismo desenfrenado, la falta
de compromiso con la familia y la comunidad, no son los requisitos de la democracia ni sus
inevitables consecuencias. Occidente no debe pensar que la democratización es la panacea y debe
ser consciente de que la democracia puede ser una farsa. Oriente, por su parte, no debe pensar que la
democracia es una farsa.

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