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Tali Goldman La marea sindical Mujeres y gremios en la nueva era feminista ‘Hace poco tiempo, una foto publicada por la prensa y vira- Tizada en las redes sociales llam6 la atencién, La foto fe tomada luego de un acto del Sindeato de Mecinicos y Afi- nes del Transporte Automotor de la Repiblica Argentina (SMATA), en la locaidad bonaerense de Cafuelts. En ella ‘estaban Cristina Feenénder de Kirchner, Hugo Moyano, ‘Omar Plaini ~secretario general del gremi de Canilitas-, los anfitriones Ricardo Pignanelli y Mario Manrique, y Vanesa Siley ~secretaria general dela Federacion de Sindi- catos de los Trabajadores Judiciales/FE-Sitraju y dipatada nacional por Unidad Ciudadana-. Los primeros eomenta- ios y erénieas apuntaban al reeneuentro entre Cristina y niet Dt rap don Pa (Caen Bucs Are. alos de distances emper6 a ‘Ia atencién esa otra mujer que aparecia en ibe eQuién 4? Qué hcl? Ya oc habiamos accrued aftr de Cristina read de varones como ae expect de reat Imai equ plies ram espace msn Peron ter joven ysneaista ene ft, en gee std Cates de larga ayes pare alge de oto plant, Ete formes era ayer en quieeessoloeetunbran oar ius sncales,o peor. quienes teen comentarioe pevortvs sobre as orgnizaonee sindales 2s sindzalsmo sn ambit extenademente masa sido como inicn is xine erotics que sere tue no se cumple con la Ley N25. 074/02 de spo feme. tina en ssn Sogn el dca pute pore Ministero de Trabajo “La meen cman del rb informa gue del urvers e li, Gc oon tl ‘én ogni con el set, 30 por cento son mujeres De ee pore, es pore legos condac ur si cato.y sol una mer Sana Rud ha cap la ert a General de la CU integrand un truvo entre 2004 $2003 Sin enero, una eganiaco sind no coi ojeaments en snap tafe tia matin alguna, entre los hy dirigeren,cadrositermedony eepadon ue sotenen todo os Gis ain sel. Mechs son jee. miamosentnces comisones diets ince endo Scearisuseeretarias 0 protrt,ee por Cetaese ample 8 por cent dentro eee mere 7a ot cena coreaponte ress degualad enero ose ormcloe Desceaio com oqel fori ft yun ‘lecin pests entre proponsnde mujeres erpeeasn Uma activnd ys apa cage por pre de las, hy sndcatos cas bases extn sete ein Gasy donde ese sexes sigue send est Sin embargo,» pari dees dato, mos coneir ues hates a CT son onions mas aa a rmiento priori, parece algo demasiado general para complejo mundo del trabsjoy sus organizaciones. Excepto en Tas ists legislativas en las cuales rige una ley de eupo que se cumple estrictamente, en el resto de los espacios sociales ‘as mujeres vienen peleando por ocupat lugares de poder y de toma dedecisiones, mostrando los obstéculos en sus acesos y Jas desigualdades alas que se enftentan. Los sindicatos uo son ‘una excepein a este proces, pero eso no implica que no haya ijeres que conducen, que organiza, que miltan.éSe trata de un problema de visibilidad, entonces? Este es uno de los problemas para pensar ‘Orr de los problemas es si esa ineipente vsibilidad es producto dea nueva oleada verde. En pocas palabras, hay una premisa que se ha ido generalizando sobre que el feminismo fe reinvent yen esa reinvencidn se leva todo puesto, inluso ‘structuras enraizadas como la sindical,A priori, suena aro ‘que en pocas meses hayan salida dirigentas de todos lados. Pero la misma pregunta podrfamos hacernos respecto de Ia rmarea verde, oZacaso surgié de la noche ala mafiana? A este problema le lamaremos de emporalidad. En las teorias dela ace coletiva hay una premisa rela tivamente difundida que india que los cclos de movilzay ‘in se consttuyen en oportunidades para la accién de otras “onganizaciones. Bs decir, no solo hay condiciones de posibil- ‘dad politieaso econémieas como motivaci para la acin y ‘organizacién, sino también de la propia moviizacisn, Son los ‘agentes que se movilizan que actin en I alle, que reparten ‘priuelos o panfletos, ue organizan charlas que logran con- ‘yocar a otros y que, adems, factitan que organizaciones 0 ‘coletivos que tienen mayores dficultades pars salir a la ealle ‘tener visibildad, la tengan. En esta perspectiva, la movil zacién tiene su propio ritmo, su propia dinmicay sus efec- tos pueden repereutir ene sistema politico, en la economia 0 ‘movilizacén y campo multiorganizaciona. ‘indica tiene eruces donde las organizaciones no siempre fancionan como fonterasidenttarias, sino que son stravesa- das por problemas comunes. En relacin con esto hay tres prooesos que son ineudibles ara pensar la militancia feministaen lo sindicatos. Uno fue Ja reactivacion del mundo del trabajo entre 2003 y 2015, que rep empleos y amplié ta base de las mujeres trabajadoras, !sungueeses puestos no hayan sido necesariamente ocupados de modo equitatvo por varones y mujeres. El segundo fue la cteacin de un imaginario en torno la democrtizacion construido durante el kirehnerismo, que implied, entre otras ‘uestionesy eyes, el matrimonio igualitaro, la identidad de ‘género la jubilaciOn para las amas de casa y le lucha contra Ja violencia de género que se instalé definitivamente en el espacio pblico a partir de la experiencia de Ni Una Menos en junio de 2015 ¥ el tercero es el proceso de revitallzcién sindieal, sobre el que se a eserto mucho, por lo menos en Ja academia, Este se ha pensado desde las cipuls, debido al ‘ejoramiento de ls negociaciones partarias y de convenias oletivs, del ineremento dela afliacin, del surgimiento de ‘movimiento de las bases, del consoldacién dela iquierda clasistay también de los jovenes en est experiencia que fue la Juventud Sindical. ZY si las mujeres sindealistas fuera también un eorolario de esa revitalizacin? si esa nueva seneracién de mujeres no cree que los espacos de poder estén ‘edados pe separa las mujeres y por eso hay que lucha para ‘que puedan ser ocupados por ellas? De todas estas discusiones y problemas se trata este libro, de esos eruces entre mujeres que son miltantes sindicales, aura, Susana, Ana, Andrea, Graciela, Alicia, Cla, Jacki, ‘Maria lena, Vanesa, Viviana, Virginia y Maria son las pro. y ry tori aborales con sus eareras sindleaes. Todas trabajado> “fas que emperaron siendo trabajadores y que se acerca sindicato, Su acercamiento en general tenia reaeion con roe blemas salasals, despidos injustos 0 condiciones de tuba Insalubres. Aprendieron a ser sindialista en el eamino, Pena ‘ya existan, ya ilitaban, ya organizaban a otras. En todo e vsibildad e impulso se entreeruzan con la marea verde, ¥ ‘guise condensa la convicein de que el ferinismo ser pope Jaro no sera. Que no es un problema solo de ibertades inde ‘idualeso del techo de cristal sino también de igualdad, de ase, de representaciin de esas mujeres que tienen realidades ‘complejas. Que haya mujeres en lugares de decisién, sea en sindiato o en cualquier otra institueién social, no es un mera disputa de poder, es profundamente politico. De eons ‘uir representaciones que contengan la dversidad social Este libro no aborda la experiencia dena nica organi: zacién feministaen el mundo sindeal, no podria serio dada que desde hace un tiempo proliferan erganizaciones,colec: tivos,secretarias de género, En este sentido, pareciers que Ja miltancia feminist enol sindicalismo sigue la giea de lt smarea verde Gran parte de la miitancia feminista en los sindiestow fempezé en esas seeretaras, que fucron adoptando nombres Ge acuerdo ala contingenciahistrie:secretaria de la mujer yyla familia, de género y derechos humaaos, de cin social, de igualdad de oportunidadesy género. No todos los sindicax tos tienen espacios de este tipo, pero siempre canstituyen tna puerta de ingreso, Puede sera una delegacin, a una comision inerna o a a eomisién directiva. Fundamentalmente, estos ‘xpacios han servido para visibilizr cuintas trabajadoras habia en una activide, sus problemas Iaborales espeeiios y los obsticulos que encontraron para la participacion y mili sindlcal. Lo cuenta claramente Alejandra Estoup, de Ascciacién Hancaria bajo la forma de anéeota: la reuniones yy plenarios empezaban Tas 49 horas hasta que una mujer, ell, fe elect seeretaria general de a seccional Buenos Aires yl horaro se adelant6 a las 1 La cuestin de las tareas de ‘uldado es ineludible para cnalquer discusin sobre la voca- nilitante: des un problema de voeaeén, de ganas y pre~ isposicén para a partieipacinsindcal oes un problema de tiempo debido ala dable jormad? Aunque esos espacos han famcionado como puertas de entrada y en esta dreceiin han ‘umplido un rol fundamental, hoy ya no aleanza con ellos. 1a miltancia feminista en los sindiatos propone impulsar tun sindealismo con perspectiva de género. Esto es, que una mujer pueda opinar de toda la politica gremial y no solo de los asuntos de mujeres; como sino tuvieran relacion alguna, ‘Yesto timo ha implicsdo el cuestonamiento de algunas ‘roenciasenrazadas,Porejempla,quelaincompatibilidadcon Jas areas de cuidado yl militanla es una marea exclusiva de |a organizacion sindical.Aquella atraviesa todo el mundo det trabajo en tanto se naturalice que hay tareaseminentemente masculinas, sobre todo las asociadas a Ia industria pesada hoy revestida de teenologia, y otras femeninas, entre elas la docencia olaenfermerf. ¥ durante mucho tiempo esa asocia- cin se transirié al mundo sindicl, Alrededor de este punto Inay otro gran hallazgo de este libro, el de aquellas experien- as de drigentas sindicales de gremis a priori masealinas, ‘como la Unidn Obrera Metalirgica (UOM) o Camioneros. Otra de las ereencias es que exo se revierte con el fumoso capo sindical femenino, que muchas veces opera como pre~ sin de os gobiernos para intervenr en la vida dela organiza- cin, Es indudable que, sino existirs este tipo de meeanismo de diseriminacin positiva, la participacion de mujeres en las instancias de deisin seria més df. Pero sabemos que con ‘esto no aleanza, no solo porque puede haber oteos mecanis- mos que vulnaren el anterior, sino fundamentalmente porque 0 tante, que ven que su lugar en la comisin directiva selo ganaron por haber eonstrudo una representacion en sus Tugares de trabajo, ‘Mientras eseribia este prologo se me presentaban pregun- tas para las cules tenia argumentos, peo inmediatamente se ‘me ocaerian contraargumentos. al vez porlacomplefidad del tema, tal vez por career todavia de investigacionessistem- as obre a militanciafeministaen los sindicatos, Las expe- rieneias quese euentan en este libro demuestran que son irre res tienen ciertos trabajos que los varones no, muchas veces bajo Ia excusa de una clerta “sonsibilidad” distinta, no es tan mandato natural divine, Es una construceién social. Las ‘mujeres no nacemos con un instinto de ser amas de casa. Nos fentrenan desde chiguitas para eso. En los sindicatos pasa lo ‘mismo las mujeres no nacemos solo para ocupar las sereta~ ras de Género ode Accin Social. Ese eso lgar que siempre ‘os asignaron, Si volvemos la elaién representackin-eampo de accién labora, 9 indispensable preguntarnos épor qué, entonees, ‘en tantos trabajos las mujeres no son aceptadas?,Zpor qué las mujeres no pueden hasta el dia de hoy conducir un ten?, {por qué hay en todo el pais solo tres mujeres que manejan tun camién?, por qué hasta hace tan soo tres alos no les pet= {6 cmt, Mexia tomo nie. Ce sora ad [patra irre pana Dc i Serna om mitian a as mujeres ingresar al sector de producciin de {ibriea Nestlé Purina, en Senta Fe?,éacaso hay alguna caraee teristica que solo tengan los varones para mover tn dedo que produce alimentos para maseotat?, épor qué en la empresa ‘Telecom solo hay nieve mujeres en todo el pas que son "tée- nicas de calle’, es decir, arreglany reparan los eables de los postes? claro, la respuesta es muy simple: estos trabajos son los mejor pagados en las respectivasescalas salariales,y eso ningén varén se To quiere regalar una mer, De ahi que sea ‘is fl creer que las mujeres somos mis sensibles y mejores ‘ened hogar Sin embargo, exsten caracteristias partculares en este ‘mundo de bombos y asambleas que hacen que la experien- cia de cada mujer sea tam tinea y a la vex tan igual a ade ‘otras mujeres, Por eso hay que destaear con laces de ned que sracias al lor de Tas secretarias de Género se logran con- ‘quistas como lieencias por maternidad ~y paternidad-,salas de lactancia,jardines de infantes en ls lugares de trabajo, hasta licencia por violencia de género, Estas eonquisas son Jas que, en defntiva, permiten que ala larga las meres pe~ ddan seceder al mismo puesto que el varén. Inehiso, muchas ‘eees solo través de esos espacos las mujeres pueden hacer pie dentro de un sindicato; son la puerta de entrada a reunio- nes y actividades que después se traducea en que el seretario ‘encral las vea en aecién y piense esta da para mis" tra de las euestiones fundamentales para entender 1 lugar que ocupan las mujeres en los gremios es que el ‘mundo sindical funciona intinseeamente sobre una estrue= tura piramidal y vertical. Hablando en eriollo, y para que nno queden dudas, en la estructura sindial hay que pedir permiso para todo: seas varém o seas mujer. Hasta acd, no habrta ninguna diferencia en cuanto al género, Pero, curio- samente, yen esto reside la paradoja, vuelven a ser siempre Jos varones quienes dan permiso, 0 no, a las mujeres para Ihacer, opinat, debatir. Suele suceder que los secretatios ‘por clento de los casos son varo ‘ejemplo, a que se realice una “reunion ‘de mujeres" dentro del sindicato. Ysillevamosel“permiso” aun tema caliente del actua lidad del ao 2018, como es el debate por la legalizacion el aborto, también en eso caso se generaron diseusiones y autorizaciones" puertas dentro, Dependliendode a opinige el seeretario general ~fuera varén o mier~ ls sindicalis {as tenfan permiso para salir piblicamente, 0 n0, a expre surse Inelnso, sobre todo las que estaban a favor peto su jefe estaba en contra, se autocensuraron a la hora de transmitir su opinion Lo que habria que debatr, entonces, es que el origen de ‘estes “rela permisivas® son ontolgicamente patriarcales. Feminismosy sindialsmos 1a peioitaepeiindn on nero Liana Pott, en st Ti La evolu dex mujeres. No ra slo a pdr tilexona sores de as mofee lo feinsnoe Die "No fom a mismo tds las mere No 90 o mimo tos lt feminists El feminine blanco brea por CEs ose se cata como Ilderesinspitdorns eu seo americana de Heroine que eemliquen gue puede’ y abulten cur tas batcarns en el sistona condi que no we cueetions sino qu we cong a taonansen aba lenin pst Colonial een Independencia score y quiere Ge It ‘nwerespopnlars sean empoderda y atnoma y quo nero no wen para una sla tera sho para repartee tng i imma reno entre ls femsinismos que quieren mujeres en ol poder pant ‘fencer polticas de coneentracion del poder yl riqueza ¥ 1 que quieren que eyuen més mujeres para repartir el poder 1a riqueza est latent, tal we més latente que mune, aoe ‘que tanto se habla de feminiemo. No se pueden camblae 1oe problemas de clase sin eambiar los problemas de género. Pero ‘tampoco se pueden cambiar los problemas de género sin cae Diar los problemas de clase"? ‘Asi como exsten ls “feminismos” de los que habla Peer, ‘también existen los “sindicalismos". Y lo interesante es ‘cuando estos se eruzan y tabajan en conjunto. Eso seed conta foto de a mareha porel Paro Internacional de Mujeres Gel 8 de marzo de 2018, que fue histriea: tod las sine Tistas marcharon en unidad. #1 mensaje fue dob, En primer Iga, para todas las mujeres que miltan en un gremio; pero, sobre todo, fue un llamado de atenci para los varones y las propias estructurassindiales que no estén pudiendo conte- ner el reclamo de las mujeres. Lo que ocurré en esa marcha cs laevidencia de la transversalida de la politica feminist, Por supuesto, no se Iogré de un dia para el otro y fue frato de las Asambleas Feministas que se realizaron durante todo ‘1 mes de febrero. Esa fue la clave que permitié a mujeres de que no podemos quedarnos sin trabajo, Muchas somos jes de hogar. los sbogaos dl ministeroescichaon el amo es indcaron que furan al RENATEA ye expcaron qe, AIM de una eventual reinorporai, a ela es corenpodla tomo minim un fond de desrpen. Ana excichabs pot primer ver alunos concepts. Quer stber mi, emo Poll hocer para ayers sb compas, Salo alla ls rn co? tala oto ajar aes eno sae Un edad etter? Qué pod hacer el Sind ato ats queria jude? : tempo pain y no bala reacoporacin ni fondo de desompko, Pero Aa no parts ea interior ada ver fs en asonossindals Paras srpres, ene ENATEA le djeron qe habia css bajar eo bu situa, guc no cm ia, ls contacto eon aos ompateos dealt Anaempenba dedinae ada ver menos ‘tena eens cmon yeaa versa etener {a pensa emo slacooar sacl Ta de tants os contpatoros Wr sn Kas y vekas se contact con Ernesto Ojeda, up sindinlta dla proving de Sain qu et el secretaro eral de un peque premio de aadoves ari que Slo tenia “sleep Ojeda ete armada tm Mosa Naina de TrbajdoresAgrrie, elo ue finionabaen el caro poo dela efatra de Gabe dea Presidenci, Ana fe aun pat de reuse entusasm6. ‘Alcona lentonces mnt dea, Carlos Toads, 1A Lace de aon’ re nner en las ‘eld asset uo ee nee ee epee ‘Sosa prided ect eat TUATRE, que la habia abandonado ‘uando la echaron, Flag de noviembre de 2015, unos pocos dias antes de ter- ‘minar su mandato, el minstro de Trabajo firme ls normal ‘aci6n de varios sindcatos que tenian personera, entre ellos a Sindicato nico de Obreros Rurales (SUOR) en Misiones. Pero para poder eoneretar ese proceso las reglas burocrti- 1s indicaban que tenia que ser alguien ariundo de Misiones, alguien que quisiera emprender la tténica trea de rfltare huevo sindicato, con todo le que eso implicaba:enfrentar ala UUATRE, ala patronal yal gobierno local. La dines misionera ‘enesa Mesa era Ana, la que se habia ido a los 38 afios para no volver. No lo dud, Como a los 8, armé un pequeso bolso y sefue, los pocos dias de haber cumplido 39 aos, en 1966, e1 periodista Rodolfo Walsh emprendié un via hacia el nor- este argentino. Junto al fotdarafo Pablo Alonso recorrieron Chaco, Corrientes y Misiones en biisqueda de historias.* Una de elas settul6 "La Argentina ya no toma mat” y fue Ja tapa del mes de diciembre de Ia revista Panorama, En la foto de tapa se puede vera tres hombres de espalda levan- sndo una bolsa con las hojas verdes de los yerbales. Walsh ib una erdnia magistral que narra, entre otros hechos, expulsion de los jesuitas en 1767, la ereacién de la Comi- 3 Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) en 1935 ~que se ransform en el actusl Instituto Nacional dela Yerba Mate “tye in Wan Sand, ales Epc s,m ara open inn hth etar conan Fim elmo NY y las pésimas condiciones en as que se trabajaba (y tabaja) en el campo: “Ahi estn, hormigueando entre las plantas verdes, con sus caras oseura, sus ropas remendt- das, us manos ennegrecidas: a muchedumbre de os tarefe- ros. Hombres, mujeres, chicos, el trabajo no hace distingos. [1 No hay eaberas rubias ni apellidos exéticos entre ellos. El tarefero es siempre criollo, misionero, paraguayo, peén ‘olondrina sin tierra, Se aerean, nos rodean mansamente y ro tenemos que preguntarlessiquiera para que eaiga sobre nosotros el aluvign de su protesta Estamos todos abajo ~dicen. “Nuestro jornal no sube, E familar note pagan. —Bstamas atenidos. —Apenas se gana para el pan. Si uno come medi ilo de carne ala semana, ya es lindo Estamos a mate ecido No tenemos ropa, i. 80 eso que estamos ‘Ana no conoce Ia evbnica de Rodolfo Walsh, Pero no se sorprende. “Las eosas no han cambiado nada, est tod igual © peor", dee, mientras eeba un mate con yerba Andresito una cooperativa de su pueblo-, desde una ofcina de Ia sede ‘dela Mesa Nacional de Trabajadores Agrarios,ubicada cerea ‘de Callao y Corrientes, en uno de sus viajes a Buenos Aires en Toeque aprovecha, ademés, para visitara sus cuatro hijs. Desde que vive en Andresito -una pequefa localdad de veints mil habitants en la zona norte de Misiones, en la Triple Frontera, hace ya dos aio, vio con sus propios ojos 1 A aha y Wad Nol a i Airey, Pan Sette Gt Ri fat eave Nl et a fas que puede vivir un gms se inmiscula en los campos y conocia Ja miseria mss honda, cuanto ms tiempo pasaba acampando fn los yerbatales, urmiendo en el piso de earpas precaras, amis segura estaba de que un nuevo sindiato eral tinieo que podia slvara todas esas personas. EI Ministerio de Trabajo a habia levado como “norma- lizadora” del sindicato, Al esta vencidos los mandatos de la Comisién Direciva del SUOR desde 1994, sumado al falle- ‘imiento del éltimo seeretario general, Ana era la encay de constatar esa situacidn para volver a ponesio en fanciones Fue un camino sinuoso y burocritico que durb eas dos aos, Jann las mina. Apenas legé a Buenos Aires, Maria Elena reeibié ea mado de su hija Lorena, que en exe entonees ya tenia 32 afios ‘yu hijo dex4. Como su mami, también se habia embarazado Tos 18 afos,y se habia recibido de psicopedagoga pero no conseguia trabajo. Mam, voy a presentar el euticulum en La Alumbrera. (Quiero entrar trabajar en la mina y estan tomendo mujeres ara manejar los eamiones ‘Maria Elens se aombr Ela conoci ben asuhijaysenia que no tenfa la personalidad sufciente para entrar a traba- jara‘una mina, y menos para manejar un eamién que trans- porta doscients toncladas, una de las tareas més dificulto- Sas yarresgadas dentro de la mina. Se iguabs la imagen de oremaal ado de semejante monstruo yl enti rig Sabin uy bien que, en esos trabajos diseindos pura y exclusiva- mente para los varones, habia que tener un tipo de earécter ‘quella consideraba— su hija no tenia. Apenas corel telé- {ono pensé: Vaa durar dos mintitosenla mina”. Quizis, en el fondo y aunque no lo reconoaea, queria protegerl, Hoy, Lorena, aquela beba que con veintiss dias Mego a Farallon Negro, donde se erié con su familia miner, es parte dels por eiento de mujeres que trabajan en las minas: No duro ‘dos minutos eomo lo pronosticaba su mam. Ya van diez aos de trabajo en la mina, y Maria Hlena no tiene vrgienza en reconocerl: esté muy orgullosa de ella leah tnd mae? gus bia iu on ita de ‘Top pertnesta 90 ps DainSnc ‘hp reassured asiadcgenae pa a Por las trabajadoras, juro En marzo de 2014, cuarentatrabajadores de uno de ls orga- nismos dela Justicia de a Cindad AutGnoma de Buenos Aires estaban por quesarse sin trabajo. Les avisaron que los contra- tos para ese aio no se iban a renova: el peor desenlace para ‘varones y mujeres pecarizados bajo la forma de contratados”. Ese di, el celular de Vanesa Siley son6 temprano, aun- que ella ya no registraba qué era temprano y qué no. Su hijo habia cumplid un mes de vida, por lo qu el dia yla noche ‘eran una variable meramente ajena y diseecional. Pro el llamado la preoeupé y la angustis. Como seeretaria general de Ia seccional Capital dela Unin de Empleados de Just- «ia de la Nacién (VEIN) —el sindicato que a nivel nacional ‘conducia Julio Piamato-, nanca habia vvido una situacién ‘similar la de tener que mediar por despidos. Con 29 aos, xa la responsable sindical de intervenir por cuarenta perso- ‘as que se quedarian en la call. En ese momento, lo primero que pensé fue en su pap, un abrero dela luda bonacrense de Meroedes que en los nfios noventa se quedé en la calle, partir de lo cual su vida y lade sain se convirtieron fen un verdadero inferno, Para ella la palabra “despido” es sin6nimo de angustia, dolor y violencia. Por eso nolo dud6 y avish que la esperaran, que pese al icenefa por maternidad estara ai para negocar en la mesa. Antes de jirse desu casa se Sach leche de ls tetas, ‘En la mess eran toros varones, menos ella, v ademés todos mayores, Los énimos estaban caldeados y el tona de Ja discusi6n tenfa ribetes, por momentos, violentos. No xan negociaciones faces, pero Vanesa tenia un solo obje- tivo, En algn momenta del debate leant la vor: expicé, con argumentos sélides, por qué no solo esos euarenta ‘compatieros no se podian quedar en la eae sino que exit ‘que se los pasara a planta permanente, mientras se secaba Tas lagrimas, Estaba realmente conmocionada y dispuesta a todo. Pero en medio de su dgidaalocucién uno de sus propics compaierosdelsindicatolacort6enseco. Vanesa no entendin ‘qué sucedia ylo miréatonita, como el resto de ls integrantes dela mesa, —Disculpen, quiero pediresdiseulpas todos. la est en ‘estado de puerpero y por eso se puso as, acaba de ser mamé yest muy sensible ‘Vanesa lo cort6 de forma abrupta y lo desautoriab, Bea él «quien no estaba preparado para esas negociaciones Unos dias después legaria la mejor noticia. Habla con- seguido no solo que no despidieran a nade, sino que ineor- pporaran a veinte personas en planta permanente y le firma en compromiso para que la otra mitad accediera luego a ese mismo derecho, Vanesa Siley, cuando todavia no habia cumplido los go, lograba una gran vitoria como secretaria general de su seccional. Pero, ademés, habia aprendido st aque ser ‘ban a frenar Elio 2001 fue doblemente dramético para una adoles- fente de 15 aos que intentaba surfear entre un pafs y una familia que se derrumbaban a la par. Su padre, un obrero hhumilde, se habia quedado sin trabajo y con Ia indemniza cn se habia puesto un almacén, una carnicera, luego otro almacen, ms luego infinitos laegos para legar a la casa fom las manos vacias, sin el sustento para su expose y cus {res hijas. Esa frustracin se hacia came en el aleoho, que s¢ transformaba en gritos, y esos gritos en un verdadero infiemo. Pero en ese 2001 su madre dijo basta y lo eché de Ta casa, ‘As(vivia Vanesa, euldando a sus hermanas menores, casi ‘como una madre, porque la suya trabajaba todo el dia como docente. Pero nunca descuidaba sus estudios, es més, era el ‘mejor promedio abanderada de su clase. En los momentos en los que no estaba en su easa nen la escuela, serefugiaba en Ja Iglesia y en las misiones de accin social que realizaban en las zonas mas humildes de Mercedes. All se senta libre y parte de un espacio que la contenia. Pero habia algo més {que le interesaba, y lo encontré poco a poeo en la militan= la, casi sin darse cuenta. Un dia se acered a un ineipiente merendero lamado Los Pampitas, que habia sido armado hhacia poco tiempo por dos jovenes un poco mayores que ella Juan Ignacio Ustarroz y Eduardo "Wado" de Pedro. Juani y Wado" eran primos hermanos pero se habianeriado como hhermanos, porquelos padres de "Wado" estaban desapareci- dos, All milité dos aos vaquel fue el germen de una care que quince afios después la eonvertrian en dipatada nace nal. Pero, para eso faltaba. Cuando terminé el seeundario se mud a Buenos Aires para estudiar Letras, que se transformé en Historia, que se transformé en Derecho. Mientras tant, trabaiaba de mo, ayudante de cocina, encuestadara y repartidora de votes, Viviaen pensiones o ena asa de una tia abuela que ora guar Impulsadas por ese esprit, las mujeres se pasiron otro desafio. Pocos meses después dela reincorporacin de Siva, Ja empresa abrié un nuevo concurso para que los trabajadares 2 ES Mn nama a i ‘Amplieaba la posibiidad de la eonvocatoria de Metrovias era Pokey RRN PS oo carspegotcs ls perciescon Tos tequistos que habia que tener para poder ascends. En nin~ fn lgar figuraba el género de quienes podian no presen {arse Estaba implicito que slo era un trabajo paralosvarones. las mujeres estaban decid a ascender en la escalalaboral; 10 no solo significaba mayores responsabildades y mucvas tareas, sino que consist, sobre todo, en obtener un slariosus- tancialmente mejor que el que tenian como boletras ‘Asi que la estrategia fue undnime, Las més de cienbolete- tas presentaron ss solcitud, Los jfes no sabian cémo rene ‘éonar. Entendian que carecian de argumentos para no acep- tarls, pero estaba insitudo que las mujeres no podian bajar fa trifico, Sin embargo, ells fueron por més y lanzaron un petitorio, Més de mil quinientos compatiers lo firmaron y Jaempresa no le qued6 otra opcién. Por primera vez en a his- ‘ria del subterrneo, a ochenta y cuatro ais de suinaugura ‘in, las mujeres pudieon ascender de eategoriay pasa aser ‘uardas. Seis aft después de aquella gesta una mujer habia rendido el examen para ser conductora y quedé en el primer ‘puesto por encima de muchos de sus compafieros varones. El ‘ubte hacia historia con su primera eonductora, ‘La pelea por la seis horas en el subte también tuvo su ‘ostado machista. En la ttiniea campatia para que se san- ona el proyecto de ley en la Legslatura, la empresa bused pegarles a las mujeres donde més les doia. Metrovia habia fnunciado que, de hacerseefectiva I ey, “implieara la nli- fad automata de todas las rlaciones de trabajo vigentes de personal femenino":® Las tescientas trabajadoras que tenfa 26: lear “rab ao er, lia shat as 2,20 ae emir aap seo ep wu am ‘emcees aah cl subterréneo estaban amenazadas, Eataban_preoeupadas Porque tenan miedo de que las mujeres desisteran de seguir peleando porlaley, aeambiode conservarsufuentedetrabulo, Pero, al contario, lejos de deiltarias, las foralecis, Virginia {otras compaieras organizaron una reunin para conte al quel anienaza no podia ser efectiva. Que Metrovias sola ‘queria infundivles miedo. Nadie las podia echar por el simple hhecho de ser mujeres, tal como lo queria plantea a emprest ‘Ala oun que se realiz6 en la estacién Callao del linea D fueron més de sesenta mujeres, algo inédito. Incluso, muchas de elas jams habian partcipado de una asamblea, Virginia ‘temblaba, peo rompié el ineipiente murmallo A ver, compaieras, me parece que nos tenemos que organizary armar una comisin de mujeres interlineas, La amplia mayoria poy la mociony erearan la Comision de Mujeres del subte, el germen de lo que después seria la Secretaria de Género en el nuevo sindicato, Bajo el paraguas de a comisiin recorvieron despschos de dipatados y senado- res, organismos oficiales y lanzaron numerosas campaias. Una vez més, el resultado fue exitoso: cuando finalmente se sancionaron las seis horas de trabajo, na soloo fueron despe- didas sno que se erearon nuevos puestoslaborals par lls, La oficina de Virginia en el sndicato es chiquita, Tiene ‘una bandera con la cara de Salvador Allende yun pster de Che Guevara. Un pizarrén con papelitos de colores yuna com- pitadora vieja ~con su antiguo monitor de tubo- yun fondo de pantalla en el que gira de manera intermitente la fase: “AGTSYP est con vos" ‘Una de las tareas de su seeretara es la confeccién del calendario del sindicato que eles entrega todos los aos los afliados. En general, cada almanaque tiene una teméties, En ‘una artista para que hile dibu . ‘movimiento obrero. En 2017, fueron fotos a construccin del subte. Pero par 2038 ly, lecein del tema tracra algunos reparos “Las compiiera, Ta historia de las majeres en el subte" Virginia no pidio permiso, y entra otra de las oficina, donde estaban reunidos seis eompaferos, todos varones, ‘tio miembros dela Comisin Diretva Les queria contar que decidiios que ete afi el ealenda. ro va ase sobre las trabajadoras del subte, Va a haber datoy 1 fotos sobre nosotras. ‘Todos, absolitamente todos se quedaron atitos Sabian, ‘que no podian disetilo, pero se notaba en las caras que es, habia ado un baldazo de agua fra 2%, pero, por quésolo de mujeres y no demujeresy hom. res? —le pregunté uno, =Y, porque esteafio queremos valorizar el movimiento Nj ‘Una Menos, el paro histrieo que hieimos las mujeres. Nox parecié que era el momento politico indicado para hacer alg de mujeres y node varones. Nadie se animé a decir nada mas, ni siquiera a repregun. tar. Virgina cer6 a puerta y se volvié a su oficina con un, sonrisa de esas con sabor a revancha. Son los gustitos que se puede dar después de més de veinte aos de trabajo ymilitan. ia Y aunque muchas veoes quisiera tirar a chanceta porque ‘std agotada, porque la pelea es ara, nose imagina en ott lado, La “Seforta Sindicato” es una marca registrada en e} submundo paralelo bajo tierra ¥ arriba, también, Et sindicato soy yo Mam, tu jefe aparece en mi libro de historia y hoy en la clase hablamos de él Era una noche como el esto de las noches, en la que Viviana Beniter legaba tarde de trabajar y veia un ratito a sus hijos en a cena, A veces era en su casa oa vees en la de ‘su mam, que viva a la welt, en Florencio Varela. Pero est noche ya no iba a ser como el resto de las noches. Tragé el ‘bocado ylepregunté a Luciana a qué se refer. Ls maestra dijo que Raimundo Ongaro ered la CGT de Jos Argentinos. Cuando escuché exo no lo podia reer. Enton- ‘5 les conta todos que vs trabajabas con él. Me empezaron ‘Cuando teminb la cena Viviana le pi a su hae libro de historia, No durmié en toda la nodhe. Se qued6Teyendo. Para la, Raimundo era tan solo Raimundo, un hombre mayor que elon 1e daba buenos consejos y que erm a invitaba 9 ‘despacho del noveno piso en el Sindee Grice sobre Paseo Colén cuando él o dsponia EL hombre que le deci “Bi as, acentuandola"be larga yl tide ena dima", porque no que fa pronunciar su verdadero nombre: deca que habia mit ‘ns por tds lados y que ls espiaban. Que ea amabley le pre- _guntaba eémoiban las sas en la ora social cmo estaba las yjeres, Que no hablaba de politica oa menos no en ese despa ‘cho. Que le preguntaba puntualmente si ella neesitaba alg, la ‘que fuera. Para Vviena Raimundo Ongaro ea su jefe y punto Pero esa noche, euando su hija Te dio el libro de histori, centendié que ella que apenns babi terminado la primaria~ ra una de las pocas mujeres que trabajba junto a una de las Jeyendas del sindicaismo argentino. El, que hasta haefa muy poco no sabia ni qué signfiaba la palabra *sindcalismo" ‘Ales 15 as, cuando trabajaa como empleada doméstea para os Arditi, un matrimonio de clase alta com tres ios hi- quite, Viviana nunea se imaginé haciendo otra cosa. Lo hacia desde as 12, cuando tuvo que sala ganarseel pan para ayudar ‘su made ~vietma de las golpias desu padre~ ya sus siete hhermanos. Viviana trabajaba ‘ama adent" fines desemana, Su primer trabajo fue en el verano en el que terming la prima ria; haf la comida y servi a mesa a una familia que vvia en ‘Tortugutas Para alguien como ella no abe ota opin, Pero ca casa dels Art se enterd que estaba embarazada y por supuesto, la echaron. Cuando la pequeis Luciana tenia tres ‘meses, Viviana yano avo mésremedioque buscar otro trabajo. En 1996, cm 16 afios, acompaié a sus hermanas a una entrevista en un taller gréfco por el Mierocentr, Era la pri= ‘mera vez que iba a esa zona de Capital Federal. Pero en i i= mera parada, en Once, entrron a un local de ropa eoreana ‘euando vieron unearel en la puerta que rezaba: “Sebusea vet a tomaron en ese momento re a otra siguid camino eon Viviana rumbo-a le eatreista en el taller Power Graf, A ells tam bin las tomaron en el momento y se quedaron trabajando, La tarea que tenfan que hacer era lade compaginar. Habia wna mesa larga en el medio del aller yells tenian que i girando, agarrando hoja por hoja,y armando as revistasocancioneros, Alrededorestaban los varones con las méquinas, quienes no Aejaban de mirar el nuev especticulo de tener dos culos ado- lescentes dando vuelas por ahi aueve horas al dia. En los talle- res grificos las mujeres solo estaban destinadas a ese tipo de roles: compaginadoras o control de calidad com el argument de i “delicadeza”y a *sensibilidad” que “tanto caraeterizan al génerofemenino”, Claro que esos lugares son los més ajos {¥ beor pagados dela esalasalara. Y que una mujer pasara a ‘manejr una méiquina ~que en la mayoria dels casos eras plemente apretar un botn~ era algo impesibl. Ese primer dia, uno de los duetos les dijo que el pogo e por jomada, pero no aelaré que se les pagaba al fnlizar ta Semana. A la hora del almuerso se compreron un alfjor para eomparti, solo les aleanzaba para eso. Pero estaban tranguilas, Porque ms tarde obrarian, Cuandase hicieron ls 18 fueron 2 pedir su suelo se leva el primer fiasco a paga se hac los viernes. No tuvieron otra opeidn que pedir pata al jefe para elcolectivo. En fa fibriea todos sabian que las hermes Benitez estaban en wna situacién muy vulnerable y se aprove- chaban de eso las invitaban a sali eon la exensa de pagares la comida. Peroa medida que pastbael tiempo sefueron haciendo sulugar, aprendierona deceque oy poco a poe comenzaron a respetarlas, Sobre to, euando Viviana empeab a ganarse la «confinza delosjefesy fue aseendida como encargada dedisti- bucién dela empresa E50 sel aseenso era nominal ya que no se correspondia cone salario, que seguiasiendo el de a eate- _oria més baja De todos modes, sin querero, se termind por ‘convertion el nexo entre os tabajadores lon jes. —_— Power Graf tampaco se sal dl 4001. Las deudas dos salarios aleanzaban los cuatro mess yl despidos coment ron @ (carla puerta, ban Tiamanda uno a uno por altopat> Jante y los despedian, Bajaban pélides por las escaleras que conectaban la planta y ae oficinas de los jefes. Pero cuando ese viernes se escuché por el altvox “Viviana Benitez” todos ‘sequedaron petrificados algunos hasta se pusieron allrar-8 ‘tozabana Viviana, estaban tocando a todos. Ella se habia con- vertido ena que manejaba el taller. Cuando ba las escaleras, {todos se Ie tiraron encima, Les explicb que la habian echado ‘en términos concrete, pero que le ofecian trabajar en negro Bsa misma tarde fue al eajero eutomético. Su saldo era “4.75 pesos. Se tomé el eaectvo y asi como una revelacién ‘006 el timbre en Puente Pueyrredn, mucho antes de donde se tenia que bajar, porque habia visto un eartel que decia “Estudio jurdico’. Por el portero elétrco Viviana dijo que (queria hacer una pregunta laboral. La recibié una abogada a Ja que le contd toda Ta situacin: las deudas y Ia nueva con- dicién que le imponian para seguir en sx puesto de trabajo. PPergeiaron varias estratogias que ineluan testigos, eartas ¥ verieuetos leguleyos. Pero, en especial, la abogada hizo hin- capié en comentare sobre la existeneia de un sindicato, un convenio colectivo de trabajo y derechos laborales que ella tenia que eonceer. Viviana logré que l reincorporaran, aun- «que la situacion seguia siendo hostil para ella y sus eompa- eros. Pero sobre todo reeordé lo que le habia dicho la abo- ‘da sobre el sindicato, yal enterase de que la sede del suyo ‘quedaba a una distancia eaminable desde In gra, un dia ‘cualquiera, después de terminar Ia jornada, se decid ira tocar la puerta Le cont6 todo al hombre que la recibié: que Ta habsan ‘echadayy que ahora no les querian aumentarlos 100 pesos que les correspondia po le. —Vos tetenés que postular para ser delegada, exo elo pri ‘mero que tenemos gus hacer 1s eo? éPuedo perder algo? —Ie pre- aunts ‘Neg, te echaron. Mas que eso no vasa poder perder. {le regal un comvenio colectvo de trabajo de los gritos ‘Viviana lo empez a ler mientras regresaba a su casa. No lo podiacrer, Decia quesi habia mis de diez personas trabajando odin redamar un comedor, que les tenian que dar ropa y ‘alzado adecundo para e trabajo y una infinidad de otros dere- ‘hos que ella no sabia que exstian. Era una decsin tomada, Se postulasta como delegada, Desde el sindicato le djeron ‘que tenia que ser fuerte. Que seguramente los duetos le pon Arian escollosy arian lo imposible para bajaria. Yas fue, La patronal convenci a otro de los trabajadores para armar una lista paral. El ia de las elecciones fue pelendo. Pero, por un ‘oto, gan6 Viviana PidiG una reunién oon Ia empresa. Se aba taprencido el convenio de memoria y estaba dispuesta a pedir todo: tna eartelerasindiea, una ofcin sinical, un eomedor Y otras tantas cosas. Los jefes le empezaron a gritar, a decir ‘quese sentian tracionados, que ellos lehabian dado todo, que ‘euando no tenia para comerlehabian dado trabajo. AY ustedes no ereen que yo les pagué con mis horas de ‘abajo y con mi sacrificio? Mir, Viviana ack el sindicato no entra. ¥ punto. El sindieato yn esté adentro, El sindieato soy yo No tenia idea de cbmo ir vestida ni qué hacer cuando le visaron que tenfa que partcipar del plenaro de delegados. ‘Queris pasar lo més desapereibida posible, pero ocurié todo lo contraio, Cualquer persona de sexo femenino lamaria la atencin all dentro. Y més eon unos zapatos de taco baratos ‘ompradas en la feria de Florencio Varela. El ruido de los tacos fue peor que uns sirena de ambulancla. Bn ese primer piso, adonde Viviana entraba por primera vez, habia fun cionado la CGT de los Argentinos (CGTA), una alternativn @ las conducciones burocratizadas del sindealismo peronist, inycleadas en las 62 Organizaciones con la hegemonia de la Unin Obrera Metaingica de Augusto Timoteo Vandor* nese piso se habia redaetado el fameso programa del 1° de mayo de 1968 de la CGTA, escrito por Rodolfo Walsh, y fue alli donde conversieron organizacionessindicales, on nizaciones peronistas revolucionatis, parte de la iequierta, Ja Iglesia y los artistas e inteletuales. Los tacas de Viviana hicieron rudo en las paredes donde Walsh, Horacio Verbisky _y Rogelio Garcia Lupo debatian el contenido del semanario de IaCGTA, una experiencia sn pecedentesen In que periodistas de primer nivel narraban y analizaban las luehas populares” Los hombres presentes se dieron wel para vera I nea jer delegada de taller desde el regres de In democracia, Pero en ese mismo lugar, un poco mis de vein aos ata, en 1973, otra mujer habla legado ser secretaria general de Ja Federacin Argentina de Trabajadores de las Artes Grificas (FATAG),unodelospuestos misaltasocupados por una mujer fen esa época: Alicia Fondevila, una pionera en el sindcalismo argentino que mam Ia cultura grea desde lacuna, Su padre habia so obreroen un tallery pores ella ented a trabajar con solo 19 aos convrténdose en relteradasocasionesendelegada lecta por sus compafero. Su familia era muy cereana a los ‘Ongaro, por lo que ella mit eodo a codo on Raman fe parte de a fundacion de la histoica Lista Verde que gan6 las lecciones en 1966. Al gual que Raimundo, Alicia sufi fuertes hostigamientos por parte de las fuerzas represivas. Estuvo en la circa ytavo que eniliarse en Peri y Venezuela por casi diez 0s, huego del asesinato del hijo de Ongaro en 1975. Apenas 26 Huan Cr "COTA, de nla ai’ por dee sa ite Bp i“ Seo: también estaban Enriqueta Castro, Margarita Gonziez, Hyde Savastanoe Isabel Molina, més conocida como "Cha- -vela, que sigue frecuentandola sede de Paseo Con. ero Viviana no sabia todo exo. Ni de Ia existencla de cla, nde la CGTA, ni de Walsh, ni de nada. Lo ‘nico que que~ rinera ira bao. Rstaba colorada por los nevis y nocesitaba lavarse un poco la cara, 1a experiencia la lev a preguntarse dnde estaban sus compaferas. Le djeron que en el sindiatoexistia una Comu- nidad de Mujeres. Esasreuniones que se hacian una vez por ‘mes eran un espacio receativo donde la mayoria de ells eran jubiladas y esposas de los trabajadores. En esos eneventros se tomabs cafe, se hablaba de los hijosy nietos, y se progra~ ‘maben viajes grupales. Las charls que se organizaban eran sobre prevencin, maternidad, salud y euidados varios. Cada ‘ver que partieipaba, Viviana se iba amargada: ella queria dis- ‘uti sobre politica Entonoes se dio cuenta de que lo mor era colmar ese espacio con mujeres jovenes como ella, ei consi- fuiendo una nueva impronta para esa “comunidad”, ‘As{fue como empez® ai imprenta porimprenta charlando ‘con mujeres para invitarlas a esas reaiones¥tratar de impo- rer una agenda nueva, queria diseutir el convenio coeetivo, 3s leyeslaborales. A medida que pasaba el tiempo, més ne ‘es jvenes han copando el espacio que terminé transforméa doce, muchos afi después, en la Subsecretaria de Género. Ens lagarde trabajo a habian apodado “granoen ele porque decian que uns molestiaparecida sentin los patrones 98. nasal cia xin ai cy ta ae ‘ada vez que Viviana ls tocaba la puerta Cut su gestion como ador del Sinicato Aut6nomo dela Industria de la Carney del Partido Laborstaen 1943, un hombre muy eereano llentonces secretario ce Trabajo y Pevisén Soca, Jan Domingo Prd, habia desaparecido de Ta ciudad. “Esté en La Rioja’, deian algunos; “esti en Tucumin’, murmuraban oftos; "fue a Cato ‘marc. Lo cierto esque, efectivamente, el dtigent sinical estaba recorrendo el pais para organizarlo que seria unepiso- Ao histrico y trascendental no solo para la conformacion del peronismo sino pars el devenir dea historia argentine Ese 17, bien temprano, Maria ecb el smada de Reyes: e) general Peri estaba preso en lisla Martin Garcia y era hora de salira la elle, ya. Maria estaba que tinaba y se fe coriendo los dos eigoribeos que quedaban a un kilémetro y meio de dlstancia: el Swi, donde trabajaba ella, y el Armour, donde trabsjaba su mario, La ciudad portuaria de Bersso fue cuna de inmigrantesen el siglo XIX, adonde legaton desde Europa -yAsia en bisqueda de una vida prispera,Ingresaban trabajar rimero enlos neipientessaladeros que ego se recot en frigorifies. Camo en otra tanta eudades de a provi Buenos Aires o del interior del pais, eran esas grandes fbrisas ‘om miles de obreros las que tegulaban a vida socal, poitn y cultural de susabitantes.Esas miles de historias de miseria, de trabajo duro eseavo, de saerifcloyhambre, se vieton interpe- ladas por un militar en aseenso que como secretario de Trabajo, habia velado por ellos. Pra los trabujadores dels frgorifens «de Bersso en sus vidas exist un antsy un después de Peron [Lamafana del 17 Maria entré como pudoa los rgorificos y emer a sacar alos trebajadores a las calles, plan era para la fbricay Hegar hasta Plaza de Mayo para pedir por la liber= tad de su lider. minaron quineekilémetros hasta la plaza San Martin de La Pata El calor era agobiantey la ciudad de las

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