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PANORÁMICA DE HISTORIA DEL CINE - 2

El Expresionismo Alemán
El Impresionismo Francés
La Edad de Oro de Hollywood.

Expresionismo alemán
El movimiento artístico conocido como expresionismo alemán
comenzó a principios del Siglo XX. Más que una escuela es
una actitud estética que abarca variadas disciplinas
artísticas. Se pueden encontrar sus huellas en las pinturas de
Goya y Van Gogh. El expresionismo surge como respuesta al
impresionismo pictórico y al naturalismo literario. En 1910
varios pintores centroeuropeos como Nolde, Klein, Munch y
Kokoschka sacudieron al público con obras de una belleza
alucinante y desgarradora.
Frente a la búsqueda de representar el mundo real tal como lo
captan los sentidos, acentuando la dimensión de copia fiel, el
expresionismo potencia la interpretación afectiva y subjetiva,
distorsionando los colores y las formas. También en el teatro,
en la música y en las artes decorativas se ha visto su influjo.
A pocos años de la primera proyección pública de los
hermanos Lumière, la práctica cinematográfica ya posee una
fuerza expresiva notable y el expresionismo fue una de las
corrientes que más ayudó a cimentarla.
El expresionismo constituye un caso paradigmático a la hora
de considerar cómo se da el diálogo entre las obsesiones e
inquietudes de una época y su plasmación artística. Una
visión pesimista y alucinada de la vida, la angustia y el terror
ante lo monstruoso y desconocido, la conciencia de que el
hombre vive alienado en un mundo extraño, serán algunas de
las características principales de este movimiento. A
principios del Siglo XX ya se palpaba en el ambiente el fin del
ideal del progreso indefinido propio de la Modernidad. La crisis
económica y política que afectaba sobre todo a Alemania en la
segunda década del siglo, constituyó el caldo de cultivo para
el desarrollo del expresionismo en el campo cinematográfico.
En 1919 se estrena con gran suceso la primera película
expresionista, se trata de El Gabinete del Dr. Caligari, de
Robert Weine. Para uno de los diseñadores que trabajó en la
película, Hermann Warm, “la imagen cinematográfica debía
convertirse en arte gráfico”, y de hecho la película, con su
estilización extrema, puede considerarse como una xilografía
o una pintura expresionista en movimiento. El filme posee una
escenografía desquiciada, chimeneas oblicuas, ventanas con
forma de flecha y reminiscencias cubistas utilizados, no sólo
con una finalidad ornamental, sino sobre todo dramática y
psicológica, creando una atmósfera inquietante y
amenazadora.
La puesta en escena tiene un rol fundamental. Las formas
están distorsionadas y exageradas, de forma poco realista,
con fines expresivos. Los actores llevan, en general, mucho
maquillaje y se mueven de forma espasmódica o lenta y
sinuosamente. Todos estos elementos de la puesta en escena
interactúan gráficamente para lograr una composición global.
Los personajes forman una unidad con el decorado
componiendo un solo elemento visual unificado.
La estética expresionista prefería temas asociados a la
fantasía y al terror. Asesinos, vampiros, monstruos y locos
poblaron la pantalla de las películas alemanas de ese tiempo.
De este modo se reflejaba la crítica situación social que
estaba socavando a la República de Weimar y que sería una de
las causas del ascenso al poder del nazismo.
Dos directores surgen en esta época y luego desarrollan su
carrera en Hollywood, Friedrich Murnau y Fritz Lang. Ambos
han realizado películas que se consideran obras cumbres del
expresionismo como Nosferatu y Metrópolis, respectivamente.
De todos modos, sus obras posteriores exceden los límites del
movimiento pero conservan siempre algunas de sus
características más sobresalientes, como la importancia
concedida a la puesta en escena y a la iluminación,
contribuyendo así a difundir el legado del expresionismo en
todo el mundo.

Películas destacadas:
• El Golem, de Paul Wegener, 1920.
• Metrópolis, de Fritz Lang, 1927.
• El Hombre de las figuras de Cera, de Paul Leni, 1924
Impresionismo Francés
La Primera Guerra Mundial dio un duro golpe a la
cinematografía francesa que era por lejos la primera del
mundo. De ser una industria que exportaba a todo el mundo y
competía de igual a igual con la industria norteamericana,
pasó a ser dominada completamente por ésta. Las dos
compañías más grandes la Pathé y la Gaumont tuvieron que
importar películas norteamericanas para poder seguir, al
menos, exhibiendo cine en sus salas. Las películas que se
producían copiaban el modelo norteamericano sin mucho
éxito. En este contexto surge una camada de jóvenes
directores que, si bien admiran el cine hollywwodense, se
animan a innovar y a buscar un estilo propio. Entre estos
directores se encuentran Abel Gance, Louis Delluc, Germain
Dulac, Marcel L´Herbier y Jean Epstein.
Proclamaban que el cine era un arte comparable a la poesía, a
la pintura y a la música. Creían que el cine debía ser puro, y no
tomar prestado nada del teatro o la literatura. Recibieron el
nombre de impresionistas debido a su interés por hacer que la
forma narrativa representara tan completamente como fuera
posible el papel de la conciencia del personaje. Lo importante,
para ellos era la acción interior. De esta manera se manipuló
el tiempo y la subjetividad del argumento. En las películas
impresionistas abundan los flashbacks y las técnicas que
permiten manifestar los estados oníricos y alucinados.
Utilizaban, para intensificar la impresión de subjetividad, las
cámaras en movimiento, para ello tuvieron que desarrollar la
técnica necesaria para mover las pesadas cámaras de aquel
tiempo, las sobreimpresiones, los desenfoques y el montaje
rítmico que imita lo que una persona ve y siente a cada
momento. El impresionismo cinematográfico duró
aproximadamente 10 años, para 1929 ya dejaba de existir, ante
el fracaso comercial de algunas de sus obras más osadas. Los
procedimientos de montaje, la cámara subjetiva y la
introspección influyeron en el cine posterior tanto francés
como de otros países. Uno de los directores influido por el
impresionismo fue Alfred Hitchcock.

Películas destacadas:
L’ Inondation, Delluc, 1924
Coeur fidele, Epstein, 1923
La décima sinfonía, Gance,1918
El dinero, 1929, L’Herbier
Napoleón, 1929, Abel Gance

Surrealismo y Dadaísmo
El suerrealismo fue una vanguardia que también tuvo su
expresión cinematográfica. Las películas surrealistas se
hacían gracias a la colaboración de amigos, familiares y
simpatizantes de los realizadores. En general, cuando eran
proyectadas, provocaban escándalo y resultaban
incomprensibles. Sus argumentos eran antinarrativos y
anticausales, en los que predominaba lo irracional y lo onírico.
Sus exponentes más destacados fueron Man Ray, autor de las
películas Emak Bakia y L'Etoile ole mer, (1928) y sobre todo
Luis Buñuel, que, junto a Salvador Dalí realiza Un perro
andaluz, (1928), considerada la obre cumbre del surrealismo.

El Dadaísmo cinematográfico tiene a René Clair como su


máximo representante, autor de una de las películas
dadaístas más importantes, llamada Entreacto, de 1924.
También hicieron películas experimentales artistas dadaístas
como Marcel Duchamp y Hans Richter.

El cine clásico de Hollywood


Luego de la Primera Guerra Mundial se produce una gran
transformación en la industria cinematográfica
norteamericana que la lleva a dominar literalmente el
mercado mundial. Los pilares en los que se basó el éxito del
cine estadounidense fueron:
-El Star System: consistía en la promoción constante de los
actores y actrices hasta convertirlos en estrellas mediáticas
cuyas vidas privadas eran seguidas paso a paso. De esta
manera cuando se estrenaban sus películas la gente acudía
en masa a ver a su estrella favorita. Los actores y actrices
pasaron a formar parte de las nuevas celebridades que tenían
infinidad de seguidores en todo el mundo.
El star system promueve la creación de un prototipo de
personaje para cada estrella, que luego a su vez se ajusta a
las necesidades específicas de un papel, facilitando de este
modo la identificación del público.
-Sistema de los Estudios: adoptando el modelo fordiano de
producción en serie, los estudios dividieron claramente los
trabajos y las responsabilidades de cada persona que
intervenía en el proceso de realización de un filme. A esta
especialización del trabajo hay que sumarle la especialización
en la producción de determinados tipos de películas,
agrupadas en géneros diversos. Se producían dramas,
comedias, westerns, aventuras, etc.; cada género satisfacía
las necesidades de un público que poco a poco fue amoldando
sus expectativas a la oferta que Hollywood ofrecía de manera
sistemática. Los estudios, además, racionalizaron y
controlaron todas las fases de producción y exhibición de una
película, desde su gestación con el guión, hasta su llegada al
público en las salas de cine. El control total de esta cadena
aseguraba a los estudios la llegada al público de sus
productos, les permitía ejercer el control sobre los precios de
las entradas y abaratar considerablemente los costos.

Según el historiador de cine Román Gubern, el arrasador éxito


del cine americano que se ha impuesto a los públicos de todo
el mundo puede atribuirse, como sostiene Hauser, a que éste
ha descubierto que "la mente del pequeño burgués es el punto
de encuentro psicológico de las masas” . Quedarse con la
chica, tener un hogar, ordenar el mundo según los valores
aceptados por la comunidad son ideales que traspasan las
culturas y que, bien dosificados, gozan de aceptación
universal. El cine estadounidense contribuyó, además, a
proponer al público internacional las bondades del “american
way of life”, un estilo de vida en el que se prioriza el bienestar
económico, el éxito en la vida efectiva y el prestigio social.
Estos valores aparecen constantemente promovidos en las
películas norteamericanas y se considera a los Estados
Unidos como el lugar ideal donde todo esto se hace realidad.
La narración canónica hollywoodense1
La película clásica de Hollywood presenta individuos
psicológicamente definidos que luchan por la resolución de un
problema claramente indicado o para conseguir unos objetivos
específicos.
En el transcurso de esta lucha, el personaje entra en conflicto
con otros o con circunstancias externas. La historia termina
con una victoria decisiva o una derrota, la resolución del
problema y la consecución o no consecución clara de los
objetivos
El argumento clásico presenta una estructura causal doble,
dos líneas argumentales: una que implica un romance
heterosexual (chico/chica, marido/ mujer), y otra que implica
otra esfera (trabajo, guerra, una misión o búsqueda, otras
relaciones personales). Cada línea tiene un objetivo,
obstáculos y un clímax, frecuentemente las dos líneas
coinciden en el clímax: la resolución de una provoca la
resolución de la otra.
La narración de Hollywood demarca claramente sus escenas
según el criterio de unidad de tiempo y de espacio (una
localización definible) y de acción (una fase distintiva causa-
efecto).
El filme clásico se mueve rígidamente hacia una creciente
conciencia de la verdad absoluta. La unión de líneas causales
debe, finalmente, terminar.
Tiende a ser omnisciente, altamente comunicativa, y sólo
moderadamente autoconsciente. Esto es, la narración sabe
más que los personajes. Se va dosificando progresivamente la
información que se da a los espectadores hasta que,
finalmente, éstos saben con claridad todo lo necesario para
comprender el filme.
La cámara es omnisciente porque estimula, por medio de una
correcta elección del asunto y el escenario, el sentido del
perceptor de estar en la parte más vital de la experiencia, en
el punto más ventajoso de Ia percepción a lo largo de toda la
película.
El cine clásico se caracteriza por su obediencia a un conjunto
de normas extrínsecas que gobiernan la construcción del
1 Bordwell, David, La narración en el cine de ficción, p. 157-160.
argumento y las pautas estilísticas. Estas normas, con sus
recursos fijos y su organización paradigmática, suministran al
observador firmes expectativas que pueden medirse respecto
a los indicios concretos emitidos, por el filme. Al captar un
espacio escénico, el espectador no necesita reproducir
mentalmente cada detalle del espacio, sino sólo construir un
mapa general de relaciones de los principales factores
dramáticos.
La narración clásica controla el ritmo del visionado pidiendo
al espectador que construya el argumento y el sistema
estilístico en una forma sencilla: construir una historia
denotativa, unívoca e íntegra.

Películas destacadas
Casablanca, Michael Curtiz, 1942
Lo que el viento se llevó, Victor Fleming, 1939
La diligencia, John Ford, 1939
Qué bello es vivir!, Frank Capra, 1946
Ninochtka, Ernst Lubitsch, 1939

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