Está en la página 1de 5

ENTREVISTA

Invasiones biológicas:
entrevista a James T Carlton
Alejandro Bortolus y Evangelina Schwindt
Grupo de Ecología en Ambientes Costeros
Centro Nacional Patagónico, Conicet

Producto de conversaciones en varios cafés y restaurantes de Buenos Aires, el texto que


sigue fue producto de la presencia del entrevistado en dicha ciudad como conferencista
invitado a la V Reunión Binacional de Ecología, celebrada en agosto de 2010.

¿C ómo se define usted profesionalmente, pro-


fesor Carlton?
evolución, la ecología marina, la biogeografía, las extin-
ciones recientes y la historia ambiental. Pero no me sue-
lo clasificar en una disciplina específica, porque siempre
Siempre aconsejo a mis estudiantes que se presenten me encuentro explorando nuevos campos, tratando de
ante sus colegas como ecólogos marinos, pero que digan comprender los problemas con nuevas perspectivas.
a sus familias que son biólogos marinos, porque debe-
mos dar las respuestas más simples que podamos. En rea-
lidad, como científico me interesan, entre otras cosas, la A usted, además, le atrae cruzar las fronteras de las
disciplinas, algo que a veces se llama pensamiento
transversal. ¿Cuán importante es integrar disciplinas?

Efectivamente, me gusta el pensamiento transdiscipli-


nario. Siempre intento unir, por ejemplo, la historia bio-
lógica con la ciencia que hago. Conocer la historia de los
sistemas biológicos que estudiamos tiene una importancia
crítica para las conclusiones que sacamos y para nuestra

J ames T Carlton es uno de los científicos más reconocidos


internacionalmente en el estudio de las invasiones
biológicas. Nació en 1962 en Texas pero se crió en California.
Realizó estudios de grado orientados a lingüística y
paleontología en la Universidad de California en Berkeley, en
1979 obtuvo su doctorado en ecología en la sede de Davis de la
misma universidad y luego se desempeñó como investigador
posdoctoral en la Woods Hole Oceanographic Institution,
en Massachusetts. Desde hace más de dos décadas vive en
Mystic, estado de Connecticut. Es profesor de ciencias del mar
en Williams College (Williamstown, Massachusetts) y director
de un programa de estudios marítimos en el que participa esa
universidad, cuya sede es el museo Mystic Seaport. Es editor
fundador de la revista Biological Invasions y miembro de la
Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.

Volumen 20 número 119 octubre - noviembre 2010 23


concepción de la historia natural de un sistema. Hoy es y, un poco aburrido, me puse a vagar por la playa de un
común hablar de ambientes naturales –o prístinos, como estuario llamado Lake Merritt, donde tropecé con algo pare-
dicen muchos–. No me parece mal, pero el problema que cido a un pequeño arrecife. Llevé una muestra a casa, que
veo en eso es que, muchas veces, se ignora la historia de mi madre me hizo guardar en el sótano. Averigüé después
esos ambientes. No existen registros apropiados de hace que se trataba de una colonia del gusano marino Ficopomatus
cien, doscientos o quinientos años. Si uno estudia un am- enigmaticus, una especie que construye y habita unos tubos
biente o una comunidad considerada natural o prístina, calcáreos de unos 10cm de longitud y 2cm de diámetro.
no se puede ignorar que alguna o varias de sus especies Descubrí entonces que no era nativa de la zona sino inva-
podrían no ser nativas. Esa circunstancia cambiaria prác- sora, y ahora sé que también llegó a la Argentina.
ticamente todas las conclusiones ecológicas o evoluti- El año siguiente visité la Academia de Ciencias de Ca-
vas que se podrían sacar sobre ese ambiente. Les doy un lifornia con las muestras que había encontrado en aque-
ejemplo reciente de playas rocosas de California, cubier- lla costa. Me indicaron a quien consultar para saber más
tas por mejillones. Por mucho tiempo se calificó a esos sobre ellas y así me enteré de que había dado con una
sistemas de naturales, nativos o sanos, hasta que estudios especie nunca mencionada antes para esa región, y que
moleculares realizados por uno de mis estudiantes (aho- provenía de algún lugar remoto. Para mí resultó una ex-
ra mi colega), Jonathan Geller, revelaron que coexistían periencia inolvidable, que me valió relacionarme con
en ellos varias especies nativas de mejillón con una que numerosos científicos. Para ese entonces ya tenía un la-
no lo era. Analizando colecciones de museo que databan boratorio completo en el sótano de mi casa, con acuarios
de comienzos de siglo XX, se pudo reconstruir la historia y microscopios. Incluso me había hecho hacer unas hojas
completa del sistema. Resultó, para nuestra sorpresa, que con membrete que decían Natural Science Center, Oakland, Cali-
la costa había sido invadida por un mejillón asiático, que fornia, para dar un poco más de prestancia a mis cartas.
por tener forma y color idénticos a los nativos, pasó inad-
vertido. Tampoco se observó que la llegada de esa especie
invasora causó la extinción local de una nativa. Es decir, el A esa edad, sus amigos debían considerarlo alguien
ambiente natural o sano resultó ser todo lo opuesto. Hay muy especial.
ejemplos como este en todo el mundo, incluso en las ma-
rismas patagónicas de las que ustedes se ocupan, con una No exactamente. En la escuela me destacaba en literatu-
especie de arbusto que probablemente fue introducido ra, arte o historia, pero nunca en ciencia. Llegué a partici-
mucho antes que los primeros botánicos llegaran al lugar par de la edición del diario del colegio. Siempre tuve algo
y la consideraran nativa. La historia nos revela patrones así como una doble vida y no logré compartir mis descu-
que son invisibles a nuestros ojos de ecólogos. brimientos con mis amigos. No podía ir a clase de biología
y, cuando el profesor se esforzaba por diseccionar una rana,
decir sin más: ¿Saben qué? Hoy descubrí en la zona otra especie de inver-
¿Aprendió de alguien esta forma de mirar los eco- tebrado que proviene de Asia, y luego recitar un nombre en latín.
sistemas? Intuía que eso no me traería nada bueno.
Con quien compartía mi actividad secreta era mi ma-
Aprendí mucho de diversas personas, por lo que no pue- dre, que fue muy influyente en mi vida. Ella pensaba que
do mencionar a un solo maestro. Siempre me fascinó el po- el único modo de leer Goethe era en alemán. Yo solía me-
der de síntesis y el conocimiento de la naturaleza de varios morizar poemas enteros de la literatura norteamericana.
de mis profesores. En la universidad leí todo lo escrito por Cada día, al volver de la escuela, empezaba otra educación
Robert MacArthur (1930-1972), uno de los ecólogos más en casa. Debía estudiar idiomas, geografía, historia y pie-
brillantes que haya existido. En su elegante libro Geographical zas de la literatura clásica, como las obras de Shakespeare.
Ecology (editado por Harper & Row en 1972) apuntó: hacer Gracias a eso, hoy puedo hablar y leer alemán y francés.
ciencia es buscar patrones repetidos, algo similar a lo planteado por
John Platt en un artículo clásico de 1964 sobre inferencia
científica (‘Strong Inference’, Science, 146, 3642:347-353, Volviendo a las invasiones biológicas, siempre que
octubre de 1964).Yo crecí asimilando esas ideas y me encan- se las menciona se les da connotaciones negativas.
ta buscar patrones en la naturaleza analizando su historia. ¿Por qué? ¿Son un peligro para los seres humanos?

Pueden serlo. Pueden afectar la economía y la salud


¿Cuándo comenzó a estudiar las invasiones biológicas? de las poblaciones. En términos ecológicos o evolutivos,
debido a esas invasiones, en muchos lugares del mundo
Con toda precisión, fue en septiembre de 1962, cuan- desconocemos cómo era el paisaje décadas o siglos atrás.
do tenía catorce años y vivía cerca de San Francisco con mi Las invasiones biológicas han cambiado por completo la
familia paterna. Estábamos de picnic en la costa de la bahía configuración de nuestro mundo.

24
ENTREVISTA

¿Que aporta la ecología teórica para comprender ¿Dónde se ha prestado más atención a las invasio-
mejor las invasiones biológicas? nes biológicas?

Creo que las leyes de compactación de especies (species packing En Australia. Me parece que las culturas isleñas y los paí-
laws) son lo que más avance ocasionó. Como saben, se ses en que estas se mantuvieron vigentes tienen una mejor
refieren a que las comunidades actuales pueden contener percepción de las invasiones biológicas. Quizá porque allí los
más especies que antes porque la evolución fue dotan- cambios son más visibles. Por ello suelen tener más capaci-
do a los organismos de mayor cantidad de adaptaciones. dad de detectar nuevas invasiones, y mejor legislación para
Esto lleva a reflexionar sobre cuántas especies introduci- impedirlas o controlarlas.Tomemos el caso de Hawai. ¿Quién
das puede soportar una comunidad determinada. Vemos no se imagina sus playas como lugares prístinos y silvestres?
que el número de ellas se incrementa cada año y nos Sin embargo, todas las especies nativas de las islas están en lo
preguntamos si habrá un límite o si ese número puede alto de las montañas, donde la gente no accede. En las playas
crecer sin cesar. Suelo plantear a mis estudiantes si creen las cosas son muy diferentes. Las palmeras y la vegetación
que sería factible introducir diez o cien especies en un frondosa que vemos en cuanta imagen se publica son todas
ambiente. Ellos suelen reír y, por lo común, se arriesgan introducidas. Ni una sola especie vegetal o animal, terrestre
a imaginar que el límite podría andar por las doscientas. o marina, es nativa. Todas fueron traídas por los polinesios o
Entonces les pregunto qué pasaría si, llegados a ese lími- por exploradores provenientes de Asia o de Europa.
te, introdujéramos otras diez y así sucesivamente, con
lo que el número total se va ampliando hasta llegar, a
menudo, a alrededor de mil. Lo habitual es que en ese Cientos de barcos cargueros circulan hoy por el
momento alguno sostenga que el sistema dejaría de so- mundo con tanques de lastre llenos de agua que
portar las introducciones, pues no habría alimento para contiene larvas y adultos de organismos marinos
todos, o faltarían refugios, o la competencia entre espe- diversos. Los descargan en regiones distintas de
cies lo impediría o alguna otra razón. Entonces pido que la de origen y dan así lugar a permanentes invasio-
me indiquen qué evidencia concreta tienen para apoyar nes. Buena cantidad de países no tienen legislación
ese argumento. Todos se asombran al saber que no hay o mecanismos que controlen esas diseminaciones.
muchos estudios que indaguen acerca de esto sobre la ¿Son efectivos los esfuerzos de los pocos países que
base de evidencias concretas. Es algo que parece claro in- lo hacen? ¿Vale la pena el esfuerzo?
tuitivamente y podemos recurrir a bastante teoría, pero
nos faltan muchas veces los datos empíricos. La pregunta apunta a algo importante. Definitivamente
Otras áreas de la ecología también han aportado ideas creo que el esfuerzo vale la pena. Los países que tienen
para el estudio de las invasiones biológicas. La conocida legislación y formas de aplicarla obtienen resultados muy
teoría sobre la biogeografía de islas del mencionado MacAr- efectivos. Es posible tomar como modelo a la Organización
thur y Robert Wilson (nacido en 1929) sigue contri- Mundial de la Salud, que no puede garantizar la erradica-
buyendo a la comprensión de las invasiones, lo mismo ción de, por ejemplo, la tuberculosis de todos los países del
que a la de muchos otros problemas ecológicos. También mundo. Pero puede detectar dónde existe más riesgo de
proporcionan luz las leyes que rigen patrones biogeo- contraerla y hacer recomendaciones precisas para controlar
gráficos, como las relaciones entre diversidad y latitud. su dispersión y disminuir sus consecuencias globales. Lue-

Volumen 20 número 119 octubre - noviembre 2010 25


se negaba a volver al mar para hacer la operación que había
omitido, por el costo de ese viaje. Tras tres días de discusión,
las autoridades aceptaron que se agregaran varias toneladas
de sal al agua de los tanques, lo que equipararía su salinidad
a la del mar e impediría la vida de los organismos de agua
dulce. En otras palabras, la resistencia que encuentran las
medidas de prevención de invasiones es proporcional a los
intereses económicos que se pueden ver afectados.

Hay organismos públicos y hasta entes privados


que intentan erradicar especies invasoras. ¿Le pare-
ce que tendrán éxito?

En materia de especies marinas, que es mi tema, me


parece en alto grado improbable que logren hacerlo, ex-
cepto en aquellos casos, extremadamente raros, de de-
tección temprana, en que se trata de eliminar unos pocos
individuos introducidos. Creo que el esfuerzo debe po-
nerse en la prevención, con el objetivo principal de evi-
tar que sigan entrando nuevas especies. La erradicación,
en todo caso, solo debería considerarse para especies que
Mejillón dorado invasor (Limnoperna fortunei) sobre una almeja autóctona, pongan en peligro la salud humana.
Río Paraná. Foto G Darrigran

¿Es posible recuperar lo que a menudo se llama pai-


go, cada país tiene la libertad de tomar medidas locales. Yo sajes o comunidades prístinas u originales?
pienso que en más o menos veinticinco o treinta años exis-
tirán una legislación y formas de control de esas invasiones Lo que sucede es que no sabemos cómo eran esos siste-
marinas que operen muy bien en la escala global. mas prístinos u originales. Además, ¿cuándo fueron tal cosa?
Las comunidades cambiaron por millones de años sin que
nosotros las viéramos ni pudiésemos obtener registros que
¿Por qué veinticinco o treinta años? ¿Por qué no antes? nos indiquen cómo eran. Es cierto que nos hemos podido
formar una idea de las especies que había, pero de la gran
Ese el tiempo promedio de vida útil de un carguero oceá- mayoría no sabemos cómo se distribuían ni cómo interac-
nico. Por lo tanto, es más o menos el plazo en que la flota tuaban. Podemos especular y aventurar hipótesis, pero no
que hoy circula por el mundo será reemplazada por otra que mucho más. Aun si lográramos erradicar una especie invaso-
cumpla con nuevas normas sobre agua de lastre y sobre el ra, no estaríamos recuperando el sistema que la preexistió.
transporte de organismos que viajan incrustados al casco.

¿Que prioridades recomendaría establecer en mate-


¿Se puede esperar resistencia por parte de las em- ria de invasiones biológicas a países que se debaten
presas navieras y de los capitanes de barcos a reali- en medio de dificultades económicas y sociales?
zar cambios como los que indica?
Yo diría que lo mejor sería establecer programas coope-
Les voy contestar empezando por una anécdota. Una vez rativos con los países vecinos, con los que comparten proble-
presencié por casualidad en Washington una discusión entre mas ambientales y a los que les interesará dividir costos.
la Guardia Costera y el capitán de un barco que había entra-
do a los Grandes Lagos desde el mar, por el río San Lorenzo.
No había cambiado el agua de lastre en mar abierto, como Es sabido que algunos científicos no creen que las
es reglamentario. Ello era indiscutible a la luz de la baja sa- especies introducidas originen grandes trastornos.
linidad del agua que tenía en los tanques. Por esa razón, También, por alguna razón, tendemos a pensar que
le impidieron cargar mercadería en su destino, pues para esos trastornos son más comunes en países subde-
hacerlo tenía que descargar sus tanques, en los que podía sarrollados o con poca tradición científica. ¿Está de
haber organismos capaces de vivir en los lagos. El capitán acuerdo con lo anterior?

26
ENTREVISTA

Pienso que lo primero se debe a la tradición de la taxo- a los senadores para que puedan preparar preguntas, que
nomía y la sistemática, es decir, las ramas de la biología que por lo general definen sus asesores. Estos suelen ser jóvenes,
procuran clasificar a los seres vivos. Hay una antigua con- muy inteligentes y bien formados. Exponer en ese contexto
cepción que plantea la existencia de especie cosmopolitas es una gran responsabilidad, porque la intervención puede
o que pueden vivir en todo el mundo. Sin embargo, gracias llevar a cambios de políticas y, concretamente en cuanto a
a los estudios genéticos y moleculares estamos aprendien- la investigación, producir modificaciones en el destino de
do que la mayoría de esas supuestas especies cosmopolitas grandes partidas de dinero destinadas a promoverla.
son, en realidad, un conjunto de especies distintas pero
morfológicamente similares. Curiosamente, las especies
fáciles de distinguir y clasificar a simple vista suelen des- ¿Con qué grado de acierto o desacierto realizan la
cribirse como endémicas de algún sitio, mientras que las televisión y los otros medios la labor informativa en
más pequeñas y de difícil observación, cuyos miembros materia biológica y ecológica?
solo se distinguen con lupas o microscopios, suelen ser
consideradas cosmopolitas. Esta relación sugiere la existen- Puedo responder esa pregunta con otra historia. Una
cia de serios problemas en la determinación taxonómica vez me vinieron a ver integrantes de un famoso canal de
de los animales más pequeños, y la consiguiente falta de noticias y documentales, pues querían preparar un pro-
información actual e histórica sobre ellos. grama sobre ecología e integridad ambiental. Aproveché
para decirles que había estado en las islas Galápagos y
me había sorprendido el tamaño de las ciudades, los edi-
Usted fue citado nueve veces a informar sobre in- ficios, las calles y las avenidas. Les pregunté por qué en
vasiones biológicas a comisiones del Senado de los los documentales de ese canal nunca se veían personas,
Estados Unidos. ¿Cómo fueron esas experiencias? ni ciudades, ni autos, como si no existieran los humanos
ni las perturbaciones ambientales asociadas con ellos. Me
Opinar como experto ante el Senado es un gran honor. respondieron que todo eso quedaba registrado, pero de-
No se recibe paga, ni viáticos: solo la invitación, que les ha saparecía en el proceso de edición, porque nadie quiere
llegado a pocos científicos. La persona, llamada en el lengua- prender el televisor al volver del trabajo por la noche y
je jurídico anglosajón expert witness (equivalente al concepto descubrir que el mundo es peor de lo que creía. Me seña-
local de perito), tiene cinco minutos exactos para hablar so- laron que la gente más que educación quiere entreteni-
bre un tema específico. Uno tiene delante una luz verde, que miento. Así aprendí que muchos documentales que uno
cambia a amarilla a los cuatro minutos y medio y a los cinco ve en casa no responden a un criterio científico o educa-
se transforma en roja. Es decisión de los senadores autorizar tivo, sino a lo que sus autores interpretan que el público
que el perito siga hablando. El texto se envía con anticipación quiere ver para sentirse bien. Interesante, ¿no?CH

Lecturas sugeridas
CARLTON JT, 2000, ‘Global change and biological invasions in the oceans’, en H A PENCHASZADEH P (ed.), 2005, Invasores. Invertebrados exóticos en el Río de La
Mooney y R J Hobbs (eds.), Invasive Species in a Changing World, Island Press, Covelo CA. Plata y región marina aledaña, Eudeba, Buenos Aires.
–, 2001, ‘Introduced species in US coastal waters: environmental impacts and RUIZ GM y CARLTON JT, 2003, Invasive species: vectors and management
management priorities’, Pew Oceans Commission. Disponible (noviembre de 2010) en strategies, Island Press, Washington DC.
http://www.pewoceans.org/reports/introduced_species.pdf. SCHWINDT E, 2008, ‘Especies exóticas en el Mar Patagónico y sectores aledaños’,
DARRIGRAN GA, 1997, ‘Invasores en la cuenca del Plata’, Ciencia Hoy, 7, 38:17-22. Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia. Estado de
ORENSANZ JM et al., 2002, ‘No Longer a Pristine Confine of the World Ocean. A Survey conservación del Mar Patagónico y áreas de influencia. Disponible en http://www.
of Exotic Marine Species in the Southwestern Atlantic’, Biological Invasions, 4:115-143. marpatagonico.org

Alejandro Bortolus Evangelina Schwindt


Doctor en ciencias biológicas, Universidad Nacional de Mar del Plata. Doctora en ciencias biológicas, Universidad Nacional de
Investigador adjunto, Conicet. Mar del Plata.
Coordinador del grupo de Ecología en Ambientes Costeros, Centro Nacional Patagónico. Investigadora adjunta del Conicet.
bortolus@cenpat.edu.ar Coordinadora del Grupo de Ecología en Ambientes Costeros, Centro
www.cenpat.edu.ar/geac/indexgeac.htm Nacional Patagónico.
schwindt@cenpat.edu.ar

Volumen 20 número 119 octubre - noviembre 2010 27

También podría gustarte