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Epistemología
Trabajo de Investigación de Epistemología en Educación
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ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN............................................................................................................................................4
EL PROBLEMA DE LA INDUCCIÓN...................................................................................................................5
CONTRASTACIÓN DEDUCTIVA DE TEORÍAS....................................................................................................6
Se pueden distinguir 4 formas de contrastar una teoría:.........................................................................7
EL PROBLEMA DE LA DEMARCACIÓN.............................................................................................................7
LA FALSABILIDAD COMO CRITERIO DE DEMARCACIÓN..................................................................................8
EL PROBLEMA DE LA «BASE EMPÍRICA».........................................................................................................8
CAPITULO II - SOBRE EL PROBLEMA DE UNA TEORÍA DEL MÉTODO CIENTÍFICO...........10
BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................................34
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Introducción
De acuerdo con Karl Popper el aumento del conocimiento científico representa la tarea
principal del quehacer propio de la filosofía en cuya búsqueda, los filósofos son libres de
emplear cualquier método ya que la idea de admitir un solo modelo sistemático para llegar a
Sin embargo, el autor subraya la importancia de mantener dos actitudes al momento de dar
la apertura crítica. Aludiendo a que, siempre que se propone una solución a un problema
deberíamos esforzarnos todo lo posible por menoscabar nuestro propio resultado en lugar de
defenderlo.
Por otra parte, también señala que la diversidad de métodos existentes se debe
de forma invariable: averiguar qué han pensado y dicho otros acerca del problema en
cuestión, por qué han tenido que afrontarlo, cómo lo han formulado y cómo han tratado de
Otro rasgo sumamente notable del texto se ubica en la división que discute Popper
Nuestro autor expresa que, si bien, apoya la postura de asumir al conocimiento científico
como una extensión del conocimiento ordinario, las problemáticas de mayor envergadura
aspecto particular.
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Capítulo I - Panorama de algunos problemas fundamentales
Ahora bien, respetando la lógica del pensamiento Popperiano, en este trabajo se expondrá
sobre algunas características de los métodos de las ciencias empíricas, así como sus
contraste o contraejemplo.
detallen no menor, del cual pende la configuración de un criterio que nos permita distinguir
El problema de la inducción nace del hecho de que no se puede afirmar algo universal a
partir de los datos particulares que ofrece la experiencia, de manera que, cualquier conclusión
oriunda de este sistema corre el peligro de resultar una idea falsa, conduciéndonos incluso a
un dilema mucho mayor: ¿bajo qué condiciones están justificadas sus interferencias? y todo
ello, producto de una confusión entre los problemas psicológicos con los epistemológicos.
El problema de la inducción
De acuerdo con una tesis que tiene gran aceptación, y a la que Popper marca una postura
en contra de esta, las ciencias empíricas pueden caracterizarse por el hecho de que emplean
los llamados métodos inductivos. Según esta tesis, la lógica de la investigación científica sería
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De esto se sigue que, para justificarlo, se deben utilizar inferencias inductivas y para
justificar éstas se necesita un principio de inducción de orden superior, lo que nos lleva
inevitablemente a una regresión infinita. Para Popper estas dificultades de la inducción son
insuperables, y la teoría que propone se opone a las ideas de una lógica inductiva. Es
De acuerdo con la tesis que propone Popper, el método de contrastar críticamente las
siempre del modo que indicamos a continuación. Una vez presentada a título provisional una
nueva idea, aún no justificada en absoluto, se extraen conclusiones de ella por medio de una
deducción lógica; estas conclusiones se comparan entre sí y con otros enunciados pertinentes,
con objeto de hallar las relaciones lógicas que existan entre ellas.
de una teoría. En primer lugar, se encuentra la comparación lógica de las conclusiones unas
con otras: con lo cual se somete a contraste la coherencia interna del sistema. Después, está
teoría empírica o si, por ejemplo, es tautológica. En tercer término, tenemos la comparación
con otras teorías, que tiene por principal mira la de averiguar si la teoría examinada
Según el método para contrastar teorías, una vez presentada a modo provisional una nueva
idea (hipótesis, teoría o ley) que aún no está justificada, se extraen de ella diversas
conclusiones por medio de una deducción lógica; y estas conclusiones se comparan entre sí y
con otros enunciados para encontrar las relaciones lógicas que existan entre ellas.
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Se pueden distinguir 4 formas de contrastar una teoría:
1. La comparación lógica de las conclusiones unas con otras, para contrastar la coherencia
3. La comparación con otras teorías, para averiguar si la teoría que se está examinando va
ella. Si los enunciados son verificados, la teoría ha superado las contrastaciones (por
ésta vez); en cambio, si las conclusiones han sido falsadas, la teoría será también falsa,
y debe ser rechazada fervientemente. Sin embargo, durante el tiempo que resista
contrastaciones exigentes y no quede anticuada por otra teoría, se puede decir que está
El problema de la demarcación
La principal razón por la que Popper rechaza la lógica inductiva es que no proporciona una
línea divisoria apropiada del carácter de un sistema teórico, o, dicho de otro modo, no
distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y la pseudociencia –o metafísica- por
otro.
de aniquilar la metafísica; y junto con ella aniquilan la ciencia natural, puesto que tampoco
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Popper, en cambio, considera que la primera tarea de la lógica del conocimiento es
proponer un concepto de ciencia empírica con objeto de llegar a un uso lingüístico lo más
definido posible, y a fin de trazar una línea de demarcación clara entre la ciencia y las ideas
metafísicas.
Para Popper es necesario un criterio que permita admitir en la ciencia empírica incluso
aquellos enunciados que no puedan verificarse, para no eliminar los sistemas teóricos de la
ciencia natural.
Así, sólo admitirá un sistema entre los científicos si es susceptible de ser contrastado por
falsabilidad de los sistemas. Tiene que ser posible refutar por la experiencia un sistema
científico empírico.
falsación los sistemas a contrastar de todas las formas posibles; para elegir el que
comparativamente sea más apto. Este criterio proporciona una solución al problema de la
inducción respecto de la validez de las leyes naturales, y no hay peligro de que las
contrastaciones continúen indefinidamente. Popper no pide que sea preciso haber contrastado
realmente todo enunciado científico antes de aceptarlo, sólo requiere que los enunciados sean
susceptibles de contrastación.
Para que la falsabilidad pueda aplicarse de algún modo como criterio de demarcación
deben tenerse a mano enunciados singulares que puedan servir como premisas en las
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inferencias falsadoras. Por tanto, el criterio aparece como algo que solamente desplaza el
problema y que retrae de la cuestión del carácter empírico de las teorías a la del carácter
Pero, incluso en este caso, según Popper, se ha conseguido algo. Pues en la práctica de la
refiere a los sistemas teóricos, mientras que rara vez se suscitan dudas acerca de la condición
empírica de los enunciados singulares. Es cierto que se tienen errores de observación, y que
dan origen a enunciados singulares falsos, pero un científico casi nunca se encuentra en el
ciencia algo diferente del representado por la mayoría de los demás problemas de que
habremos de ocuparnos. Pues gran parte de éstos se encuentran en relación estrecha con la
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Capitulo II - Sobre el problema de una teoría del método científico
De acuerdo con la propuesta que he hecho más arriba por Popper, la lógica de la
investigación científica debería identificarse con la teoría del método científico. Ahora bien;
en la medida en que trasciende el análisis puramente lógico de las relaciones existentes entre
enunciados científicos, la teoría del método se ocupa de la elección de los métodos, o sea, de
las decisiones acerca del modo de habérselas con los enunciados científicos. Y tales
decisiones dependerán, a su vez, como es natural, de la meta que elijamos (entre cierto
número de metas posibles). La decisión que he de proponer para establecer reglas adecuadas
demarcación: pues propongo que se adopten aquellas reglas que nos den la seguridad de que
¿Qué son las reglas del método científico, y por qué las necesitamos? ¿Puede existir una
teoría de tales reglas, una metodología? Fueron las preguntas que se formuló en su momento
Karl Popper. El modo de contestar a estas preguntas dependerá, en gran medida, de la actitud
que se tenga con respecto a la ciencia. Los positivistas, y con ellos todos los que consideran
lógicos, darán una respuesta. Muy distinta será la que presenten los que tienden a pensar que
revisión (es decir, en el hecho de que pueden ser sometidos a crítica y remplazados por otros
mejores): los que consideran que su tarea consiste en analizar la peculiar capacidad del
progreso de la ciencia, y el modo característico en que se lleva a cabo una elección entre
Popper admite que hay necesidad de un análisis puramente lógico de las teorías, que no
tenga en cuenta sobre el problema de una teoría del método científico modo en que cambian y
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se desarrollan. Pero este tipo de análisis no arroja ninguna luz sobre aquellos aspectos de las
ciencias empíricas que yo, al menos, tanto estimo. El sistema de la mecánica clásica,
pongamos por caso, puede ser «científico» en grado máximo, si se quiere; pero quienes lo
una refutación concluyente de una teoría, ya que siempre puede decirse que los resultados
experimentales no son dignos de confianza, o que las pretendidas discrepancias entre aquéllos
Al positivista le desagrada la idea de que fuera del campo de la ciencia empírica positiva
puedan existir problemas con sentido (problemas que sería preciso abordar con una auténtica
teoría filosófica); le desplace pensar que debería existir una verdadera teoría del
planteados más que «pseudoproblemas» o «rompecabezas». Ahora bien; este deseo suyo
puede satisfacerse siempre; pues no hay nada más fácil que «desenmascarar» un problema
cuestión incómoda que se es incapaz de encontrarle el menor sentido. Aún más: si se admite
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que únicamente los problemas de la ciencia natural tienen sentido, todo debate acerca del
concepto de «sentido» se convierte también en algo carente de sentido. Una vez que ha
subido al trono el dogma del sentido queda elevado para siempre por encima de los combates;
podríamos describir diciendo que son las reglas de juego de la ciencia empírica. Difieren de
las reglas de la lógica pura al estilo de como lo hacen las reglas del ajedrez, que pocos
considerarían ser una parte de la lógica pura: teniendo en cuenta que ésta regula las
ajedrez podría llamarse quizá «la lógica del ajedrez»; pero difícilmente «lógica», sin más
Daremos dos ejemplos sencillos de reglas metodológicas, que bastarán para hacer ver que
sería bastante inoportuno colocar un estudio metodológico al mismo nivel que otro puramente
lógico:
consecuencias de la hipótesis. Estos dos ejemplos nos permiten darnos cuenta del
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Capítulo III – Teorías
Las ciencias empíricas son sistemas de teorías; y la lógica del conocimiento científico, por
Las teorías científicas son enunciados universales; son, como todas las representaciones,
sistemas de signos o símbolos. Por ello, no creo que sirva de gran cosa expresar la diferencia
entre teorías universales y enunciados singulares diciendo (fue estos últimos son «concretos»
mientras que las teorías son meramente fórmulas simbólicas o esquemas simbólicos: pues
Las teorías son redes que lanzamos para apresar aquello que llamamos «el mundo» para
racionalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de fue la malla sea cada vez más fina.
Dar una explicación causal de un acontecimiento quiere decir deducir un enunciado que lo
describe a partir de las siguientes premisas deductivas: una o varias leyes universales y
ciertos enunciados singulares. Por ejemplo, podemos decir que hemos dado una explicación
causal de la rotura de un trozo determinado de hilo si hemos averiguado que éste tenía una
constitutivas. Por un lado, tenemos la hipótesis: «Siempre que se cargue un hilo con un peso
cuyo tipo es el de una ley universal de la Naturaleza. Por otra parte, nos encontramos con
enunciados singulares (en este caso, dos) que son aplicables al acontecimiento determinado
que nos ocupa: «La característica de peso de este hilo es 1 libran y «El peso aplicado a este
Henos aquí, pues, con dos clases diferentes de enunciados; pero tanto una como otra son
ingredientes necesarios de una explicación causal completa. Las dos clases son:
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1. Enunciados universales, es decir, hipótesis que tienen el carácter de leyes
naturales.
conjuntamente con condiciones iniciales; y diremos de aquel enunciado que es una predicción
determinada o singular.
ciertos enunciados singulares, o a una conjunción de éstos: los clasificaremos, por tanto,
como enunciados singulares. Compárense, por ejemplo, los dos enunciados siguientes:
a) De todo oscilador armónico es verdad que su energía nunca es inferior a cierta cantidad.
b) De todo ser humano que viva ahora sobre la tierra, es verdad que su estatura nunca
La lógica formal (incluida la lógica simbólica), que se ocupa única mente de la teoría de la
subrayar la diferencia existente entre ellos: el enunciado a) pretende ser verdadero para
particular) ; los enunciados de este segundo tipo son tales, que se los puede remplazar por una
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clase (finita) a que se refieren. Por ello hablamos, en casos como este último, de
una región determinada espacio-temporal; o, más bien, podría reemplazarse de tal modo
existiera un número finito de osciladores. Ahora bien; no asumimos ningún supuesto de esta
todo enunciado del tipo a) como un enunciado total, es decir, como un enunciado universal
puede ser remplazado por una conjunción de un número finito de enunciados singulares.
Se suele elucidar esta distinción valiéndose de ejemplos del estilo siguiente: «dictador»,
«planeta», «H2O», son conceptos o nombres universales; «Napoleón», «la Tierra» y (tal
Atlántico» son conceptos o nombres singulares o individuales. Según estos ejemplos, los
conceptos individuales están caracterizados, ya por ser nombres propios, ya por haber sido
definidos por medio de nombres propios; mientras que los conceptos —o nombres—
partiendo de hipótesis científicas (que son universales) llegan a casos singulares; o sea, en la
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Los nombres individuales que aparecen en los enunciados singulares de la ciencia se
determinar su punto de origen, lo cual cabe hacer solamente empleando nombres propios (o
sus equivalentes).
El uso de los nombres «Greenwich» y «el año del nacimiento de Cristo» aclara lo que
quiero decir. Por este método es posible reducir un número tan grande como se quiera de
universal, es claro que el enunciado «todos los cuervos son negros» es un enunciado
universales muchos otros enunciados —tales como «muchos cuervos son negros», «algunos
cuervos son negros», «hay cuervos negros», etc.— en los que sólo aparecen nombres
nombre individual) los llamaremos enunciados «estrictos» o «puros». Los más importantes
son los enunciados estrictamente universales, de que he tratado ya. Pero también tengo un
interés especial por los enunciados de la forma «hay cuervos negros», cuyo significado puede
estrictamente existencial, y viceversa. Por ejemplo, «no todos los cuervos son negros»
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significa lo mismo que «existe un cuervo que no es negro» o que «hay cuervos que no son
negros».
Las teorías de la ciencia natural, especialmente lo que llamamos las leyes naturales, tienen
ley de la conservación de la energía puede expresarse del modo siguiente: «No hay una
siguiente: «No hay más carga eléctrica que la que es múltiplo de la carga eléctrica
elemental».
Las teorías científicas están en perpetuo cambio. Esto no se debe a una mera casualidad,
sino que podría haberse esperado, teniendo en cuenta cómo hemos caracterizado la ciencia
empírica.
Quizá sea ésta la razón por la que, por regla general, únicamente las ramas de la ciencia
llegan a adquirir la forma de un sistema teórico desarrollado y bien trabado desde el punto de
vista lógico. A pesar de ello, se suele tener un panorama bastante claro de los sistemas
planteados provisionalmente, y de todas sus consecuencias importantes; lo cual es, sin duda,
necesario, pues para contrastar un sistema a fondo se ha de presuponer que en ese momento
tiene una forma suficientemente definida y definitiva como para que sea imposible introducir
subrepticiamente en él nuevos supuestos. Dicho de otro modo: el sistema de que se trate tiene
que estar formulado de un modo tan claro y definido que se reconozca con facilidad que
cualquier supuesto nuevo es una modificación, y, por ello, una revisión del mismo.
Esta es la razón, según creo, por la que se tiende a la forma de un sistema riguroso, a la
forma de lo que se ha llamado un sistema axiomatizado) —la que Hilbert, por ejemplo, ha
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sido capaz de dar a ciertas ramas de la física teórica—. Se pretenden reunir todos los
supuestos que se necesitan —pero sólo éstos— y formar con ellos las Algunas posibilidades
diversos de universalidad. Los enunciados del nivel más alto son los axiomas, y de ellos
pueden deducirse otros situados a niveles inferiores. Los enunciados empíricos de elevado
nivel tienen siempre el carácter de hipótesis con respecto a los enunciados deductibles de
ellos que pueden quedar falsados cuando se falsan enunciados menos universales. Pero en
cualquier sistema deductivo hipotético estos últimos siguen siendo enunciados estrictamente
universales y por ello, han de tener, asimismo, el carácter de hipótesis: hecho en que no se ha
parado comparado en el caso de los enunciados de nivel inferior. Mach, por poner un
ejemplo, llama a la teoría de Fourier sobre la conducción del calor una «teoría modelo de la
física», por la curiosa razón de que «esta teoría no está fundada en una hipótesis, sino en un
hecho observable». Sin embargo, el «hecho observable» a que se refiere Mach resulta ser el
que él describe por el enunciado siguiente: «... la velocidad a la que se igualan las diferencias
Popper expresa, incluso, que ciertos enunciados singulares son hipotéticos, dado que
puedan deducirse de ellos conclusiones tales que la falsación de éstas sea capaz de falsar los
El modo de inferencia falsador a que nos referimos —es decir, la manera en que la
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Podemos describirlo como sigue: Sea p una conclusión de un sistema t de enunciados, que
puede estar compuesto por teorías y condiciones iniciales. Podemos simbolizar ahora la
puede leerse: «p se sigue de t». Supongamos que p sea falsa, lo cual puede escribirse «
Si denotamos la conjunción de dos enunciados colocando un punto entre los símbolos que los
Gracias a este modo de inferencia falsamos el sistema completo y a la teoría con las
condiciones iniciales que había sido necesario para la deducción del enunciado p, es decir, del
enunciado falsado. Por tanto, no puede afirmarse de un enunciado cualquiera dado del
que p sea independiente de una parte del sistema podemos decir que esta parte no ha quedado
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Capítulo IV - La falsabilidad
Popper se expresa sobre la cuestión acerca de si existe algo a que pueda llamarse un
enunciado singular falsable (o enunciado básico); él supone una respuesta positiva a tal
cuestión y examinó hasta qué punto es aplicable su criterio de demarcación a los sistemas
teóricos (si es que es aplicable de algún modo). Durante el estudio crítico de una posición a la
método, con los que será menester enfrentarse tomando determinadas decisiones
metodológicas. Popper trató de caracterizar las propiedades lógicas de los sistemas de teorías
que son falsables, es decir, que lo serán si se aceptan sus decisiones metodológicas.
empírica. Las plantearán, por ejemplo, quienes están bajo la influencia de la escuela conocida
convencionalista es la admiración ante la bella y austera sencillez del mundo, tal como nos la
revelan las leyes de la física. Los convencionalistas parecen tener la sensación de que
semejante sencillez sería incomprensible si nos viésemos obligados a creer, con los realistas,
que las leyes de la Naturaleza nos revelan una íntima sencillez estructural de nuestro mundo
aquélla diciendo que quien impone sus leyes a la Naturaleza es nuestro intelecto; de modo
parecido, pero aún más atrevido, el convencionalista califica a aquélla de creación nuestra:
para él, sin embargo, no es un efecto de las leyes de nuestro intelecto en su auto-imposición
sobre la Naturaleza, con lo que ésta se convertiría en algo muy sencillo: pues el
convencionalista no cree que la Naturaleza lo sea. Sólo son sencillas las “leyes de la
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invenciones, decisiones arbitrarias y convenciones nuestras. Según él, la ciencia natural
teórica no es una imagen de la Naturaleza, sino una mera construcción lógica; y no son las
propiedades del mundo las que determinarían e»; la construcción, sino que —por el contrario
conceptos definidos implícitamente por las leyes naturales fue hemos elegido. Sólo de
Reglas metodológicas
parecen incontestables, exactamente igual que su filosofía misma. Admite que su criterio de
sentido que yo doy a esta palabra: es decir, si es refutable). Sin embargo, esto equivale a
enunciados. Por tanto, existe un error de principio en la cuestión acerca de si un sistema dado
debe considerarse, como tal, convencionalista o empírico: para que sea posible en absoluto
métodos. Decidimos que, en el caso de que se presente una amenaza para nuestra teoría, no la
salvaremos por ningún género de estratagema convencionalista; así pues, nos guardaremos de
claramente, cien años antes que Poincaré, todo lo que puede lograrse (y malograrse) mediante
los métodos convencionalistas, cuando se expresaba del modo siguiente: «Mediante una
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suave adaptación de las condiciones, casi puede conseguirse que cualquier hipótesis esté de
acuerdo con los fenómenos; con ello la imaginación quedará muy complacida, pero nuestros
convencionalístas sería conveniente familiarizarnos con las diversas formas que pueden
adoptar tales estratagemas, de modo que podamos salir al paso de cada una de ellas moviendo
nuestras piezas del modo anticonvencionalista apropiado. Además, deberíamos decidir que
circunstancias lo exigen.
caso de sistemas que serían falsables si se los tratase de acuerdo con nuestras reglas del
método empírico. Supongamos que hemos excluido con éxito dichas estratagemas mediante
nuestras reglas; podemos pedir ahora una caracterización lógica de tales sistemas falsables.
Intentaremos caracterizar la falsabilidad de una teoría por las relaciones lógicas que existan
refiriere a un sistema de enunciados aceptados; en lugar de ello, hay que entender que el
sistema de los enunciados básicos incluye todos los enunciados singulares coherentes dotados
de cierta forma lógica: como si dijéramos, todos los enunciados singulares de hechos. Así
pues, el sistema de todos los enunciados básicos contendrá muchos incompatibles entre 'sí.
Como primera aproximación, podría tal vez intentarse llamar «empírica» a una teoría
siempre que puedan deducirse de ella enunciados singulares; pero este intento resulta fallido,
porque para deducir enunciados singulares de una teoría necesitamos siempre otros
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enunciados singulares, las condiciones iniciales, que nos indican cómo se ha de realizar la
otros enunciados del mismo tipo que sirvan de condiciones iniciales. Pero tampoco nos valdrá
esto, pues también una teoría no empírica (por ejemplo, una que sea tautológica) nos
Podemos decir: de la conjunción de «dos por dos es cuatro» y «aquí hay un cuervo negro» se
sigue, entre otras cosas, «aquí hay un cuervo».) Ni siquiera bastaría exigir que fuera posible
deducir de la teoría juntamente con las condiciones iniciales más de lo que se puede deducir
de dichas condiciones iniciales solas: este requisito eliminaría, ciertamente, las teorías
tautológicas, pero no excluiría los enunciados metafísicos sintéticos. (Por ejemplo, de «todo
acontecimiento tiene una causa» y «aquí acontece una catástrofe» podemos deducir «esta
Falsabilidad y falsación
Únicamente decimos que una teoría está falsada si hemos aceptado enunciados básicos
que la contradigan. Esta condición es necesaria, pero no lo suficiente, pues hemos visto que
los acontecimientos aislados» reproducibles que carecen de significación para la ciencia: así,
difícilmente nos inducirán a desechar una teoría. unos pocos enunciados básicos esporádicos;
pero la daremos por tal si descubrimos un efecto reproducible que la regule; dicho de otro
bajo nivel que describa semejante efecto, y podemos denominar a este tipo de hipótesis una
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hipótesis falseadora. El requisito de que la hipótesis falseadora ha de ser empírica, y, por
tanto, falsable, quiere decir exclusivamente que debe encontrarse en cierta relación lógica con
respecto a los posibles enunciados básicos: así pues, lo que se exige atañe sólo a la forma
Acontecimientos y eventos
El requisito de falsabilidad, que al principio era un poco vago, ha quedado dividido en dos
partes: la primera “el postulado metodológico” que difícilmente puede hacerse enteramente
precisa; la segunda “el criterio lógico” resulta completamente, definida en cuanto se aclara a
qué enunciados hemos de llamar «básicos». He presentado este criterio lógico, hasta ahora,
de una manera algo formal: como una relación lógica existente entre enunciados, es decir, los
Quizá aclare estas cuestiones y las haga más intuitivas si expreso ahora mi criterio en un
lenguaje más «realista»: que, aunque equivalente al modo de hablar formal, puede
En esta manera «realista» de expresarnos podemos decir que un enunciado singular (un
excluidos o prohibidos por una teoría, podemos decir que ésta excluye ciertos
realmente.
veces que sería menester que expresiones tales como «acontecimiento» o «evento» quedasen
de todo ello, de la verdad o falsedad de enunciados. Pero, a pesar de ello, prefiero conservar
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la expresión «acontecimiento»; no ofrece dificultad definir su empleo de modo que no se le
puede objetar nada: pues podemos usarla de modo que siempre que hablemos de un
Falsabilidad y coherencia
que han de satisfacer los sistemas teóricos, o los sistemas axiomáticos. Puede considerársele
la primera condición que ha de cumplir todo sistema teórico, ya sea empírico o no.
Para hacer ver la importancia fundamental de este requisito no basta mencionar el hecho
evidente de que hay que rechazar cualquier sistema que sea contradictorio porque será
«falso»: pues a menudo trabajamos con enunciados que, no obstante ser falsos en realidad,
importancia que tiene el requisito de coherencia si nos percatamos de que los sistemas
conclusión que nos plazca; de modo que no se hace discriminación alguna en los enunciados
dos: los que le contradicen y los que son compatibles con él (entre estos últimos se
encuentran las conclusiones que se pueden deducir del sistema). Es ésta la razón por la que la
coherencia constituye el requisito más general que han de cumplir los sistemas, ya sean
empíricos o no lo sean, para que puedan tener alguna utilidad. Además de ser compatible,
todo sistema empírico debe satisfacer otra condición: tiene que ser falsable. Estas dos
restricciones impuestas a los sistemas producen efectos en gran medida análogos: los
discriminación alguna entre dos enunciados cualesquiera (de la totalidad de todos los
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enunciados posibles); y los que no satisfacen la condición de falsabilidad no son capaces de
de los enunciados singulares que he llamado enunciados básicos. Pero éstos, ¿qué tipo de
pueden afectar poco al investigador práctico, pero la obscuridad y las opiniones erróneas que
circundan este problema hacen aconsejable que se lo discuta aquí con algún pormenor.
Muchos aceptan como fuera de toda duda la doctrina de que las ciencias empíricas pueden
rechazamos juntamente con ésta. No pretendo negar que hay algo de verdad en la opinión de
que las matemáticas y la lógica se basan en el pensamiento, mientras que las ciencias de
hechos lo hacen en las percepciones de los sentidos; pero este grano de verdad apenas pesa el
lógica que el que nos ocupa ahora: el de la base de los enunciados de experiencia.
experimental como Fries. Este decía que, si es que no hemos de aceptar dogmáticamente los
expresión, vamos a parar a la tesis de que los enunciados sólo pueden justificarse por medio
de enunciados; por tanto, la petición de que todos los enunciados estén justificados
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lógicamente (a la que Fries llamaba la «predilección por las demostraciones») nos lleva
forzosamente a una regresión infinita. Ahora bien; si queremos evitar tanto el peligro de
dogmatismo como el de una regresión infinita, parece que sólo podemos recurrir al
psicologismo; esto es, a la doctrina de que los enunciados no solamente pueden justificarse
anterior, subyace —según me parece— a cierta moderna teoría de la base empírica, aun
«cláusulas», cláusulas que representan experiencias, y a las que Neurath y Carnap llaman
cláusulas protocolarias.
situación descrita por él; y llegó a la conclusión de que los enunciados solamente pueden
compararse con enunciados. Según esta tesis, la correspondencia existente entre un enunciado
nivel y otros de análogo contenido, y, finalmente, con enunciados que registran experiencias»
Carnap parte de una cuestión algo diferente: su tesis es que todas las investigaciones
filosóficas hablan «de las formas de hablar». La lógica de la ciencia ha de investigar «las
hechos, sino de cláusulas. Con lo cual Carnap contrapone el «modo formalizado (correcto) de
hablar» al modo ordinario, al que llama «modo material de hablar»; si se quiere evitar toda
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confusión debe emplearse este último solamente en los casos en que sea posible traducirlo al
modo formalizado.
las diversas escuelas psicologistas: querría distinguir netamente entre ciencia objetiva, por
una parte, y “nuestro conocimiento” y, por otra, estoy dispuesto a admitir que solamente la
Hahn) «solamente nos percatamos de los hechos por la observación»; pero este percatarnos,
tanto, no creo que la cuestión que la epistemología haya de plantear sea «... ¿en qué se apoya
puedo justificar mi descripción de ella y defenderla frente a las dudas?» ^. Estas preguntas no
contrastamos los enunciados científicos por medio de sus consecuencias deductivas?; y, ¿qué
tipo de consecuencias podemos escoger para este propósito si es que, a su ver, tienen que ser
contrastables intersubjetivamente?
mucho tiempo que se mantenía que la lógica era una ciencia que se ocupaba de los procesos
mentales y de sus leyes (las leyes de nuestro pensamiento); desde este punto de vista no cabía
podíamos pensar de otro modo: parecía que una inferencia lógica quedaba justificada porque
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psicologismo pertenece ya, tal vez, al pasado; a nadie se le ocurriría justificar la validez de
una inferencia lógica —o defenderla frente a las dudas— escribiendo al margen la siguiente
epistemológica que yo defiendo. Los necesitamos para decidir si a una teoría ha de llamársele
falsable, esto es, empírica, así como para corroborar las hipótesis falsadoras y, por tanto, para
falsar teorías.
P o r consiguiente, los enunciados básicos tienen que satisfacer las siguientes condiciones:
posible deducir la negación de un enunciado básico de una teoría a la que éste contradiga; y a
partir de esta condición y de la a) se sigue que todo enunciado básico debe tener una forma
Nos hemos tropezado ya con enunciados cuya forma lógica es diferente de la que tienen
sus negaciones; son los enunciados universales y los existenciales: unos son negación de los
parecido. Así, cabe decir que el enunciado «hay un cuervo en la región espacio-temporal»
tiene diversa forma lógica —y no sólo distinta forma lingüística— que este otro: «no hay
singular y), o «enunciado de 'hay' singular» a todo enunciado de la forma, «hay tal y cual
cosa en la región fc», o de la forma «tal y cual evento acontece en la región k; y podríamos
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enunciado que se obtenga al negar uno de aquéllos, es decir, a cualquiera de la forma «no hay
tal y cual cosa en la región» o de la forma «ningún evento de tal y cual tipo acontece en la
región k».
falsación, el proceso tiene que detenerse en algún enunciado básico que decidamos aceptar: si
básico, sea el que sea, la contrastación no lleva a ninguna parte. Pero considerando la cosa
desde un punto de vista lógico, nunca la situación es tal que nos fuerce a hacer alto en este
contrastación.
Pues todo enunciado básico puede ser sometido a contraste, a su vez, utilizando como
piedra de toque cualquiera de los enunciados básicos que puedan deducirse de él valiéndose
de una teoría, bien sea la que se está contrastando u otra cualquier proceso que no tiene un
a algún resultado, no queda otra opción que detenernos en un punto u otro y decir que
Es fácil advertir que, de este modo, llegamos a un procedimiento que nos hace pararnos
que hemos dicho significa que nos detenemos a la altura de unos enunciados acerca de cuya
desde el principio; y si tampoco conduce a ningún resultado este nuevo proceso, podremos
decir tal vez que los enunciados en cuestión no eran contrastables intersubjetivamente, o que,
a fin de cuentas, estábamos ocupándonos con eventos que no eran observables. Si un día ya
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no fuese posible lograr que los investigadores se pusieran de acuerdo acerca de un enunciado
básico, esto equivaldría a un fracaso del lenguaje como medio de comunicación universal:
Teoría y experimento
Los enunciados básicos se aceptan como resultado de una decisión o un acuerdo, y desde
este punto de vista son convenciones. Por otra parte, se llega a las decisiones siguiendo un
proceder gobernado por reglas; y entre éstas tiene especial importancia la que nos dice que no
debemos aceptar enunciados básicos esporádicos —es decir, que no estén en conexión lógica
con otros enunciados— y que, por el contrario, hemos de admitir enunciados básicos en el
de éstas, cuestiones que tienen que ' contestarse gracias a la admisión de enunciados de aquel
tipo.
Así pues, la situación real es bastante diferente de la que era visible para el empirista
ingenuo, o para el creyente en la lógica inductiva. Este creo que empezamos por recopilar y
ordenar nuestras experiencias, y que así vamos ascendiendo por la escalera de la ciencia; o
bien que si queremos edificar una ciencia tenemos que recoger primero cláusulas
obedecer a esta orden ambigua: ¿he de comunicar que estoy escribiendo?; que oigo llamar un
informar, tal vez, que tales ruidos me llenan de irritación? Incluso si fuera posible obedecer
semejante orden, por muy rica que fuese la colección de enunciados que se reuniese de tal
modo, jamás vendría a constituirse en una ciencia: toda ciencia necesita un punto de vista y
problemas teóricos.
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Por regla general, se llega a un acuerdo sobre la aceptación o rechazo de enunciados
básicos con ocasión de aplicar una teoría: en realidad, el acuerdo forma parte de la aplicación
enunciados básicos es, lo mismo que otros modos de aplicación, ejecutar una acción con una
Me parece que nos encontramos ahora en situación de resolver problemas tales como el de
Whitehead acerca de cómo es que el desayuno táctil se sirve siempre juntamente con el
desayuno visual, y el Times táctil unido al Times visible y auditivamente crujiente. El lógico
inductivo que cree que la ciencia parte de percepciones elementales esporádicas tiene que
completamente «accidentales», pues como está en la opinión de que las teorías no son sino
de teorías.
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Conclusiones
1. La epistemología de Popper intenta describir los errores de una teoría por medio de
una contrastación empírica para permitir su corrección en la mayor medida que sea
posible debido a que nunca se podrá tener certeza de que dicha teoría sea
totalmente verdadera, ya que todas las teorías son hipótesis y que en algún
errores, por lo que nunca será conocida la verdad absoluta solamente se podrá tener
científico, las cuales pueden ser sometidas a críticas y reemplazarlas por otras
mejores.
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Bibliografía
1991.
paidos, 1995.
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