El mismo Juan, el teólogo, cuando se encontraba desterrado en la isla de Patmos (Asia
Menor); escribió el libro de las revelaciones (o Apocalipsis). En uno de sus apartes, dice: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis. (13,1 . Este número simbólico, ha dado para una serie de especulaciones y demás. Sin embargo, los exegetas (estudiosos de la Biblia), lo han relacionado con la persona de NERÓN CÉSAR. San Juan, que se hallaba preso por los romanos en el momento de escribir el libro (hacia el año 90), decide recordar a sus hermanos en la fe en un lenguaje a manera de clave, sobre los peligros que años atrás había desatado este cruel emperador que había dictado una nueva ley que decía: “Ut christiani non sint” (“No es lícito ser cristiano”). Además de él se sabe que era bisexual y alcohólico. Mandó a matar a su propia madre Agripina, con la que sostenía una relación incestuosa; al igual que sus dos esposas: Popea y Octavia, y a su maestro Séneca. También ordenó el incendio de Roma, y la ejecución (hacia el año 67) de los dos príncipes de los apóstoles: Pedro y Pablo. Por todo esto, ha sido llamado en la historia como “el verdugo de la humanidad”. Nerón fue muerto en el año 68 por un liberto, quien cumplía órdenes del monarca para evitar caer vivo en manos de sus enemigos. Del mismo modo, hay que tener en cuenta que en la cultura judía de donde venía el discípulo amado, las letras del hebreo que carecen de vocales tienen un valor numérico, y es así como la suma del nombre de “NERÓN CÉSAR” (NRWN QSR), equivale a: N=50+ R=200+ W=6+ N=50+ Q=100+ S=60+ R=200 = 666. No han faltado las sectas protestantes que han querido relacionar el número de la bestia con el Papado, y esto se debe a que antiguamente los Romanos Pontífices utilizaban una corona de tres puntas llamada la “tiara”; y según ellos, tenía una inscripción que decía: “VICARIUS FILII DEI” o “VICARIO DEL HIJO DE DIOS”, que al hacer la misma operación matemática da 666. Para refutar esta acusación podemos argumentar cuatro cosas: 1. El Apocalipsis fue escrito en griego mientras que la inscripción de la tiara aparece en latín (idioma oficial de la Iglesia Católica). 2. Los Papas solo empezaron a utilizar la tiara a partir de Clemente V (Siglo XIV). por lo tanto, pasaron más de 1.200 años antes de relacionar esta vestimenta papal con la descripción de san Juan en el libro de las Revelaciones. 3. Es completamente falso que en la tiara que usaban los Sumos Pontífices (hasta Pablo VI), apareciera esta leyenda. El título que los identifica es el de VICARIUS CHRISTI (VICARIO DE CRISTO), y fue empleado por primera vez por Inocencio III, en el siglo XIII. 4. El mismo apóstol aclara que el “666” es el número de un “hombre”, y no de una institución como el papado, que ha abarcado en XXI siglos, a 266 individuos, desde Pedro hasta Benedicto XVI.