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Capítulo1
La cordillera de Los Andes ha cobijado desde tiempos inmemoriables a diversas culturas, que encontraron en su
medio ambiente el hábitat que permitió su desarrollo en un marco concordante con las posibilidades y equilibrio
naturales. La variedad de pisos ecológicos ofrecía al ser humano las condiciones para satisfacer las necesidades
de manera integral.

La historia de Bolivia, registra un período importante desarrollado antes de la conquista, que hechó sus raíces en
los pueblos andinos que originamente se asentaron en este territorio y que tuvieron un desarrollo cultural,
organizativo y político, forjando un sistema económico-productivo muy eficiente, fundado en una sólida
organización social que posibilitó el desarrollo de tecnologías adecuadas para contrarrestar las condiciones
climáticas y fisiográficas adversas.

En el ámbito productivo agrícola y pecuario se perfeccionó el uso y manejo de la tierra, el agua y otros recursos;
paralelamente se llegó a un exitoso aprovechamiento de los animales y las plantas mediante la domesticación y
el fitomejoramiento.

El desarrollo de la agricultura en Los Andes ha estado asociado a la variedad climática y la biodiversidad,


concibiendo el espacio útil como un sucesión de pisos ecológicos, de manera que aún la distribución
demográfica y sus interrelaciones han estado unidas a esta característica.

Esta diversidad cambiante y dispersa produjo, a nivel epistemológico, una ciencia agronómica compleja que
contrasta con la agronomía de monocultivo que no es sostenible. Desde el punto de vista de la planificación, se
desarrolló una agricultura que busca el potencial diferencial y las sinergías de cada zona de vida de acuerdo a la
lógica de la complementariedad, justamente, para velar por su sostenibilidad y productividad al mismo tiempo.
Condarco llamó a esta estrategia "Simbiosis inter-zonal" y Murray "Control vertical de un máximo de pisos
ecológicos" y que contrasta con los actuales planificadores que buscan espacios homogéneos a como dé lugar.

Brusch y Miranda distinguen tres sistemas de control:

z El Vertical o de Archipiélago. En este caso los núcleos monoétnicos tienen control y acceso a recursos y
tierras alejadas y discontinuas.

z El Transversal o extendido, típico de los grandes valles interandinos.

z El Horizontal o compacto, característico de pequeños y empinados valles con diferenciación micro-


climática a corta distancia.

Otro punto donde se expresó la ciencia de la complejidad andina fue en el control y manejo del riesgo climático:
la limitante más grande de la agricultura en Los Andes. El ambiente se caracteriza por su diversidad eco-
climática en el espacio y en el tiempo, cincrónica y diacrónicamente. La agricultura andina, siempre estuvo
condicionada por el problema de riesgo ambiental, al desarrollarse en un espacio geográfico contrastante,
caracterizado por su diversidad ecoclimática, heterogeneidad de paisajes, con la alternancia de años secos y
muy húmedos, heladas, granizadas, plagas y enfermedades.

En Los Andes la punta de lanza de la tecnología se ha orientado al manejo de la complejidad. Esta orientación
habría surgido de la gran heterogeneidad del ambiente geográfico andino y de la necesidad de manejarla
sistemáticamente en el curso de la evolución de sociedades complejas como la andina.

En las sierras altas con su temperatura generalmente baja, el mundo vegetal solo puede desenvolverse al ras del
suelo.... la cantidad en la que la temperatura de la superficie excede a la temperatura del aire, aumenta con la
altitud. Con el gran aumento de la radiación solar y el ligero aumento de la contraradiación, esta situación es de

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esperar, y comprobaría que la vegetación montañosa, aún mas que en las llanuras, depende del clima cercano al
suelo (Geiger).

Un clásicoejemplo de la utilización de estas relaciones energéticas es la aplicación de andenes para la


producción agrícola. Los andenes son terrenos agrícolas artificiales, que producen microclimas en un área
reducida. Estos microclimas están determinados por los materiales empleados en su construcción, por su
ubicación topográfica, por su geometría, etc. Se ha refistrado (Murray) en andenes contiguos temperaturas del
suelo que difieren hasta en 10 grados con la temperatura del aire.

Para reducir el riesgo climático, disminuyendo la probabilidad de heladas, la construcción de andenes tienen
como propósito lograr la máxima capacidad de retención térmica posible. Los andenes retendrán la máxima
cantidad de calor recibido del sol durante el día y que luego será perdido durante la noche. La pérdida de calor
en el frío de la noche, en forma de radiación OLE calentará la capa fría de aire que se se va depositando sobre
los terraplenes del andén, obligando al aire caliente a subir y mezclarse con las capas de aire frío que va
descendiendo en razón a su mayor densidad. La magnitud de la emisión de la radiación de onda larga emitida en
el curso de la noche es una función de la capacidad de retención térmica del andén. Para la captación de calor,
el andén presenta dos superficies, la del muro y la del terraplén; a través de ellas se capta la energía solar, en
cambio en la pampa se tiene una sola superficie para la captación térmica, siendo sensible a las heladas.

La retención de calor diurno y su emisión nocturna no son las únicas funciones de los andenes en el control de
heladas. Los materiales con los que se construyen los muros juegan un papel importante en la captación de
energía y la misma geometría de los andenes actúa para inducir la turbulencia de las capas de aire frío que se
desliza por las laderas hacia el fondo de los cerros durante la noche.

Por otro lado, la geometría escalonada de la superficie de la ladera, da lugar a una mayor capacidad de retención
de agua durante la época de lluvias, logrando mayores niveles de infiltración y por lo tanto a una mejor economía
del agua. Por lo tanto un sistema de andenes debe contar necesariamente de un sistema de drenaje adecuado
para alcanzar niveles óptimos de gestión de los recursos hídricos.

El desarrollo tecnológico andino fue realmente truncado por la adopción de un modelo de desarrollo científico y
tecnológico occidental generada a fines del siglo XVIII.

Desde la conquista se ha sufrido intensos cambios y mestisaje no solo étnico, sino también cultural, que ha
incidido directamente en la desarticulación de la organización social, la forma de organizar la producción, las
tecnologías empleadas, etc.

Durante la república, la sobreexplotación de los suelos continúa a través del desarrollo tecnológico occidental,
manteniendo de esta manera la reducción gradual de los potenciales naturales.

Geológicamente las cuencas andinas se encuentran en formación, lo cual se manifiesta en la fragilidad


ecológica, por los procesos de cambio geomorfológico rápidos como la erosión de sus suelos y ríos.

Los cambios negativos son inducidos asimismo por los seres humanos, a través de los asentamentos no
planificados o deficientemente planificados, la actividad minera, agropecuaria, forestal, etc., cuyas acciones
agotan prematuramente la energía potencial de las cuencas.

El Ande contiene cuencas hidrográficas de gran potencial energético, recursos hídricos y recursos naturales en
general, que conforman un sistema de gran biodiversidad.

La necesaria utilización de los recursos hídricos, ha requerido la ejecución de numerosos proyectos de


infraestructura. En las cuencas andinas se han ejecutado proyectos hidráulicos en principio asociados a la
explotación minera (aducciones para ingenios, agua potable y energía hidroeléctrica), posteriormente
relacionados con sistemas de riego de uso agropecuario.

Los componentes productivos asociados a los recursos hídricos, tienen en la zona andina dos expresiones:
hidroenergética y agrícola.

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De acuerdo a estudios realizados en 1988, la potencia instalada en energía eléctrica en el país alcanza los 612
MW, valor que no ha sido modificado sustancialmente hasta el presente. De la cantidad indicada 308 MW
corresponden a centrales hidroeléctricas y 304 MW a centrales termoeléctricas. Las centrales hidroeléctricas en
su totalidad se encuentran ubicadas en las cuencas andinas. De acuerdo a valores obtenidos por Naciones
Unidas y la Empresa Nacional de Electricidad, la actual potencia instalada se encuentra entre el 2.8% y 1.5% de
la potencia económicamente utilizable a nivel de todo el país.

Entre las de mayor potencial se encuentra la cuenca andina del río Beni, del que se utiliza:

- Del potencial teórico 0.3%

- Del potencial técnicamente utilizable 1.5%

- Del potencial económicamente utilizable 7.5%

Han sido realizados estudios a diferente nivel en varias cuencas del país, alcanzando un número de 30,
sumando en total una potencia instalada de 4,284 MW. En la cuenca andina del río Beni se han identificado
posibles aprovechamientos hidroeléctricos que alcanzan a un total de 3,119 MW (sin considerar el Proyecto El
Bala) que corresponde a un 72.8% de los posibles aprovechamientos a nivel nacional.

Los principales aprovechamientos agrícolas se encuentran ubicados en el área andina de nuestro país, sin
embargo en la mayoría de los casos son proyectos de micro riego, que responden a proyectos de tipo social para
mejorar las condiciones de subsistencia. Sin embargo, la zona andina de Bolivia produce aproximadamente el
70% de los alimentos agrícolas de la república en alturas entre 500 msnm y 3,800 msnm. Los pequeños
productores conducen un tipo de economía mixta con agricultura integrada con ganadería. El potencial
productivo está fuertemente afectado por el riesgo climático; en el Altiplano se manifiesta en heladas y
prolongadas sequías, en los valles intermedios el riesgo está asociado a la sequía, granizadas y erosión. Se
estima en 2 millones he hectáreas las unidades de producción agrícola ubicadas en la zona andina, de los cuales
menos del 10% cuentan con alguna forma de riego.

Es fácil advertir que muchas actividades dependen del desarrollo de los recursos hídricos, siendo innegable la
relación que existe entre el uso del agua y el desarrollo sostenible - la buena utilización del agua inducirá de
manera directa en el buen uso de los recursos naturales.

La planificación del desarrollo requiere necesariamente del conocimiento preciso de los recursos naturales y el
medio ambiente, entre los más importantes estará sin duda el agua.

La formación o el cultivo de una cultura hídrica concordante con la naturaleza del medio será la base del
desarrollo de cualquier sociedad. No es posible concebir alguna actividad humana sin considerar al agua. La
actividad minera, agropecuaria, industrial, turística, etc. debe necesariamente tomar en cuenta al líquido
elemento. A partir del agua se tendrá que resolver los problemas asociados a las vías de comunicación y le
energía, para contar con las bases fundamentales del desarrollo.

La falta de proyectos asociados a los recursos hídricos, mantendrá los problemas actuales generados por los
procesos de migración. El poblador rural andino, en un constante esfuerzo por la sobrevivencia, sacrifica el futuro
de su ecosistema, acelerando los procesos de deterioro de los suelos. A medida que la población crece, se
incrementa la presión sobre el medio ambiente, debido a la demanda de recursos naturales; esta demanda por lo
general no es cubierta por los potenciales presentes en las cuencas, principalmente por las limitaciones
tecnológicas y económicas.

Este proceso genera modelos cambiantes de consumo energético, que alteran el equilibrio de sus ecosistemas,
produciendo balances negativos que son la causa principal del deterioro socioeconómico en que se debate el
hombre andino de nuestro país, situación que se profundiza cuando se presentan cambios o alteraciones del
régimen climático.

El desarrollo de los pueblos andinos tiene en el agua el instrumento fundamental para la actividad productiva,
cuya racional utilización podría permitir reducir las pérdidas de producción actuales y contar con las bases para

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emprendimientos mayores. Para este efecto es necesario contar con tecnología hidráulica que considere las
condiciones naturales que el medio ambiente andino ofrece, logrando de esta manera la ejecución de proyectos
hidráulicos con niveles de impacto ambiental sostenibles.

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