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El síntoma en la adolescencia: una carta en espera (Zabalza 2016)

“la latencia de que adolece todo significable”

Con las huellas que quedaron inscriptas en el psiquismo durante las experiencias tempranas
con el otro de los primeros cuidados, el sujeto hace un síntoma. Recordando que el síntoma
es una formación de compromiso entre la pulsión y el yo para Freud, no obstante, para
Lacan es una cuestión de escritura. (Zabalza, 2016).

Zabalza (2016) refiere que se habla de adolescencia a partir de los doce o trece años, y se
extiende hasta edades avanzadas.

Por mencionar algunos ejemplos: El consumo de sustancias, la obesidad, los vómitos, el


uso de alcohol, el uso de viagra entre los jóvenes, la eyaculación precoz, las
somatizaciones, pueden adquirir un valor sintomático cuando se los considera un
instrumento para un desencuentro con la pulsión que encarna el pequeño otro. (Zabalza,
2016).

El síntoma en Lacan (Ganim Betina, 5 de Marzo del 2013)

En la última enseñanza de Lacan, la definición de síntoma está atravesada por la noción de


real. Sabemos que en la enseñanza de lacan primaba un registro sobre otro, aunque su
enseñanza parece estar orientada hacia lo real. Existe un significante que permite ordenar
las estructuras en función de su operación o no, o de su falla: El Nombre del Padre es uno
de los grandes operadores clínicos (Ganim, 2013).

“La clínica lacaniana le da al síntoma su estructura de lenguaje, situando en un primer plano su


desciframiento, lo que en la cura se traducía que, una vez descifrado ese síntoma, podía ser destruido.
Es decir, una vez que se sabe lo que significa ese síntoma para el sujeto, el síntoma cae, se
desvanece. Es el síntoma en su sentido simbólico, primer enseñanza de Lacan” (Ganim, 2013

Revista Itinerario Año 7, n° 14, Marzo 2013 Marcelo Gonzalez Imaz

Gonzalez (2013) refiere que para el psicoanálisis, así como no hay diferencia entre lo
reprimido y retorno de lo reprimido, tampoco lo hay entre la represión y su síntoma. Para
esta escuela, el síntoma está ligado a la causa de la enfermedad. El síntoma constituye la
enfermedad, y al mismo tiempo, es el intento de curación que el propio sujeto del
inconsciente lleva adelante. Se debe dar prioridad al síntoma en la búsqueda de la causa y
en la dirección de la cura.
Lacan dice que el síntoma es una metáfora, un mensaje cifrado dirigido al Otro, es portador
de un saber inconsciente, que el sujeto desconoce y que le es posible descifrar. Lacan
captará que en el síntoma también está en juego la verdad del sujeto.

Las personas no consultan por su goce, por su fantasma, sino que asisten a terapia por sus
síntomas. La experiencia analítica demuestra que el punto de entrada a un análisis es
cuando el paciente habla de su síntoma y se queja de él, diferente al fantasma del cual el
sujeto no habla pero obtiene placer de él

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