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Título: La decisión desde la perspectiva de la psicoterapia existencial.

Asignatura: Emoción y creación


Profesora: María Montero-ríos
Alumna: Bárbara García Clark

Introducción:
Elijo un texto de Irving Yalom para reflexionar desde la asignatura de emoción y
creación porque, tanto mis compañeros Alessandro y Leire, como yo misma,
coincidimos en pensar la decisión como un tema al que todos nos enfrentamos
por el simple hecho de vivir. Así, para nosotros tres, en diversos momentos,
decidir ha resultado extremadamente difícil. Por mi parte, soy consciente de la
dificultad que supone decidir ya que existo y, por lo tanto, siento. Día a día, nos
enfrentamos con multitud de decisiones, tanto grandes como pequeñas (tales
como escoger entre una ropa u otra). No es el lugar para dilucidar lo que las
decisiones y la dificultad que conllevan, ha supuesto para mi existencia,
aunque me atrevo a afirmar que, lo que en ocasiones he vivido como un
escoyo, ahora es una fuente de crecimiento.
En el capítulo del libro, se enfoca el tema a partir de tres preguntas
relacionadas con la decisión:
¿cuál es su relación con la terapia?, ¿porqué son difíciles las decisiones? y,
¿cómo evitar la renuncia en terapia?
Decisión y elección.
Tomar una decisión implica crear un puente que une nuestro deseo y el paso a
la acción de dicho deseo. El paso a la acción es crucial, si no, estaríamos
hablando de un coqueteo con la decisión, no de una toma de decisión, la cual
implica un compromiso con una determinada acción que lleva consigo un
conjunto de actividades. Una decisión es una elección y, por tanto, también es
renuncia a las posibilidades que no estoy eligiendo, por lo que supone la
exclusión de otros caminos. De ahí la angustia existencial con la que nos
enfrenta.
William James enumera 5 tipos de decisión, de los cuales, solo dos de ellos,
son maneras de decidir deliberadas, las otras tres maneras (decisión flotante,
decisión impulsiva o lo que el autor llama un “cambio de perspectiva”), se
toman desde un dejarse ir, bien desde adentro (desde nuestra parte

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inconsciente) o desde afuera (arrastrados por factores externos) o una
combinación de ambos cauces.
Decisión y terapia:
La decisión es un tema muy estrechamente relacionado con el hecho de acudir
a terapia: mucha gente acude a terapia porque no se siente capaz de tomar
una decisión o porque se enfrenta a una decisión importante y siente que
necesita soporte o ayuda.
Hay diferentes enfoques de la cuestión según la terapia: En el análisis
transaccional se considera que la persona toma decisiones según un patrón
adquirido en base a una elección arcaica, considerando que, de algún modo se
elige el carácter. Este enfoque es cercano a la idea de que tenemos un guion
vital que rige nuestra vida. Y también se relacionaría en su esencia con las
ideas de Freud sobre la estructura caracterial y su adquisición.
En el capítulo, se habla del peligro que puede suponer simplificar demasiado la
cuestión del cambio terapéutico, al obviar así que la decisión tiene lugar dentro
de un proceso global complejo como es la vida de un sujeto cuyo carácter o
esencia, es fruto de multiplicidad de renuncias y elecciones, y que no puede
aislarse o considerarse una única causa para esta realidad tan compleja. De
hecho, el paradigma causa-efecto puede que no necesariamente aporte algo al
proceso de terapia en este caso. Lo que sí será crucial para la terapia es la
aceptación por parte del paciente de la propia responsabilidad respecto a la
toma de decisiones: si soy el responsable de mis decisiones, significa que
tengo el poder de decidir y, si yo puedo, significa que hay esperanza de
cambio. Esto es lo que nos interesa conseguir como terapeutas: despertar esta
conciencia en el paciente.
La dificultad en las decisiones: Renuncia, angustia y culpa.
En el capítulo se analiza a fondo la dificultad que implica tomar decisiones y se
explica el motivo de esta dificultad existencial:
Todo ser humano alberga internamente la ilusión de ser especial y diferente. El
vértigo ante las decisiones, amenaza la citada ilusión al igualarnos a todos ante
la vida y sus verdades existenciales y, por tanto, ante la muerte. De hecho,
cada vez que tomo una decisión doy muerte a otras alternativas, pues elegir
una posibilidad implica renunciar a otros caminos, es decir; las alternativas se
excluyen y decidir entre ellas supone una limitación cuya sensación para el

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individuo es semejante a la muerte (morir a esa posibilidad renunciada). La
angustia que supone el acto de decidir lleva a algunos individuos a buscar
diferentes modos de evitar la decisión, e incluso, en algunos sujetos se llega a
un estado de parálisis de la propia voluntad.
Como ya se ha mencionado más arriba, en terapia es importante despertar en
el individuo la conciencia de que nos creamos a nosotros mismos a través de
nuestras decisiones y que, el no tomar una decisión es también una elección y,
por tanto, en el fondo, una decisión tomada (o que más bien, nos toma).
Hay una estrecha relación entre la voluntad y la culpabilidad. Mi deseo no
siempre va a ser aceptado o acogido por el otro y, en mayor o menor medida,
dependiendo del carácter y circunstancias o momento vital, la sensación de
culpa será más o menos intensa en el individuo, afectando de un modo u otro a
sus elecciones.
En los sujetos que desarrollan caracteres masoquistas es frecuente encontrar
disforia( parálisis de la voluntad) cuando se es adulto; podemos señalar como
causa una continuada represión por parte de un cuidador a la impulsividad y
deseos de estas personas cuando fueron niños y, aunque, como ya se ha
mencionado, en el marco existencial, no debemos reducir ni simplificar los
fenómenos a causas parciales, en este caso, la auto-conciencia , puede ayudar
al individuo a manejar mejor su incapacidad actual y, este manejo, puede ser
útil en la recuperación.
Hay un tipo de culpa a la que Irving Yalom llama culpa existencial,
refiriéndose a la misma como la sensación interna de no haber vivido
plenamente. Esta aparecería sobretodo en estadios como la vejez o la
madurez, aunque puede presentarse en otras etapas o momentos.
Además de esto, aceptar la responsabilidad respecto a la propia vida supone
un arma de doble filo, ya que, por un lado, es la llave que nos permitirá acceder
a posibilidades de cambio, y, por otro, implica aceptar la culpa que conlleva ver
que soy yo misma la que he permanecido en una situación dañina y he
pospuesto una y otra vez la decisión. Para ilustrarnos, Yalom expone el caso
de Bonnie, una paciente que, tras reconocer que por posponer una decisión le
ha llevado a muchas pérdidas en su vida, se sume en una fase depresiva
profunda.

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Por último, entre las formas de evitar la renuncia que supone decidir, se nos
dan varias argumentaciones que resultan bastante reconocibles:
-Retrasar la decisión es algo que se hace con frecuencia.
-Minimizar renuncias puede resultar útil para acompañar o facilitar el proceso a
un paciente, pero con el riesgo de que estamos mermando el crecimiento
personal que supondría enfrentarse a la decisión con todas las renuncias que
implica y los aprendizajes que de ello se derivan.
- Devaluar la opción renunciada es un fenómeno psicológico muy común.
- Delegar en el otro es también un des-uso muy frecuente de la decisión; en el
libro de Erich Fromm “El miedo a la libertad”, se expone ampliamente este y
otros fenómenos relacionados con el tema.
- Otros mecanismos como puede ser echar a suertes el futuro, la cartomancia o
someterse a normas sociales para evitar la sensación de aislamiento
existencial, constituyen elusiones habituales que las personas usan más o
menos conscientemente.
Conclusión personal:
La decisión tiene toda la importancia pues nos enfrenta directamente con “el
quit de la cuestión”. El miedo a errar, el vértigo existencial, la soledad o
aislamiento que supone la identidad; el miedo a la libertad, citando a Erich
Fromm.
Personalmente, he conectado fácilmente con el pensamiento de Irving Yalom,
ampliando mi conocimiento del enfoque que propone la terapia existencial y
disfrutado con la escritura próxima y humanista con que el autor acerca su
filosofía y experiencia. Así también, he podido identificar experiencias propias
en conexión con las ideas que plasma el capítulo, conectando su lectura con la
asignatura de emoción y creación, al ver la estrecha relación que guarda las
elecciones vitales con la vida emocional del sujeto y con la propia creatividad.

Bibliografía:

Yalom, I. (1984). Psicoterapia existencial. Barcelona: Herder edition.

Fromm, E. (2009). El miedo a la libertad. Barcelona: Paidos Ibérica.

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